Se forman las alianzas hacia el cónclave en el Vaticano
Al menos tres grupos de cardenales: americanos, europeos e italianos se han conformado en el proceso para elegir al nuevo Papa que sucederá a Benedicto XVI
Cynthia Rodríguez / Especial
04/03/2013 06:26
Los expertos en cuestiones vaticanas señalan que desde que Benedicto XVI (hoy Papa emérito) anunció su renuncia, los diferentes grupos comenzaron a compactarse para defender el camino que creen debe seguir el nuevo Pontífice.
Para Giacomo Galeazzi, vaticanista del diario La Stampa, los grupos naturales son los llamados “continentales”, es decir, los cardenales que se reúnen en un bloque dependiendo su continente o país de origen, donde los americanos, asiáticos y africanos estarían presionando para que el próximo Papa sea por primera vez en la historia, no europeo.
Cuestión que se antepone al “bloque italiano”, pues después de dos Papas europeos (Karol Wojtyla de Polonia y Joseph Ratzinger de Alemania), los italianos están impulsando que el próximo a reconquistar la barca de Pedro vuelva a ser precisamente italiano, luego de dos “extranjeros”.
Sin embargo, y aunque la historia narra que sí se han formado bloques para la elección de un Papa, los cardenales no lo aceptan.
“El cónclave no es como las elecciones políticas, ciertamente los cardenales hablan entre sí, pero no hacen listas electorales”, asegura el cardenal brasileño Claudio Hummes, de 79 años de edad y prefecto para la Congregación para el clero desde 2006.
Por su parte, Massimo Introvigne, director del Centro de Estudios sobre las Nuevas Religiones (Cesnur) y representante ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) por la lucha contra la discriminación y la xenofobia hacia los cristianos, negó que Europa tenga un comportamiento corporativo.
“No hay un bloque europeo, ya en anteriores elecciones se ha buscado en vano una personalidad fuera del Viejo Continente para suceder a Pedro, pero no reúnen las características”, señaló Introvigne.
Y aunque el también sociólogo romano señala que “ninguno para la Iglesia es extranjero”, la realidad es que en los números las matemáticas no ayudan mucho a los llamados “extracomunitarios”, pues Europa lleva la delantera con 62 cardenales electores, seguida por América con 33 (América Latina: 19 y América del Norte: 14), África y Asia con 11 respectivamente, y Oceanía con sólo un purpurado.
La sombra de Ratzinger
Para los vaticanistas Marco Ansaldo y Franco Bechis el siguiente Papa está en manos de Benedicto XVI, pues de 115 cardenales con derecho a voto, 67 fueron elegidos por él, contra los 48 que eligió Juan Pablo II.
De hecho, con el consistorio del 24 de noviembre de 2012, en el Colegio Cardenalicio los llamados“ratzingerianos” se convirtieron en el número más fuerte.
“Gracias a esas nóminas, los‘ratzingerianos’ se volvieron más numerosos. Es una mayoría relativa, pero podría tener un peso importante en el próximo cónclave”, destacó Franco Bechis, vaticanista del periódico Libero.
Entre sus fieles están cuatro cardenales que se han mencionado para suceder a Benedicto XVI: Angelo Scola, arzobispo de Milán; Marc Ouellet, de Canadá; Peter Erdo, primado de Hungría, y Christoph Schönborn, arzobispo de Viena.
“Serán estos cuatro cardenales quienes moverán las elecciones del cónclave en los pasos de Rat-zinger”, apuntó Bechis, y aunque todos son papables, los más cercanos a Benedicto XVI son Scola y Ouellet.
Para Ansaldo, vaticanista del periódico Corriere della Sera, efectivamente Angelo Scola es de los italianos más fuertes para recuperar el trono de San Pedro, además porque estaría apoyado por monseñor Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
“Bagnasco tiene el rol de sabio, es decir, quien ha sido llamado para escuchar las voces de los diversos episcopados para valorar las posibles convergencias. Además es muy significativo que Scola y Bagnasco se hayan reunido a solas con Benedicto XVI antes de que éste renunciara”, dice Ansaldo.
Sin embargo, afirma, otro factor que puede jugar en favor del próximo Papa será el quegarantice continuidad a Tarcisio Bertone como secretario de Estado, pues aunque el actual camarlengo reúna los requisitos para suceder a Benedicto XVI, las polémicas en las que se ha visto envuelto podrían penalizarlo, aunque no se descartaque pueda seguir ocupando el puesto que tenía hasta el 28 de febrero.
“Gianfranco Ravasi, ex ministro de Cultura en el Vaticano, podría asegurar a Bertone para un periodo de hasta dos años a la guía de la Secretaría de Estado”, dice Ansaldo, pero reconoce igualmente que hay un ala “antibertoniana”, por lo que el combate no será fácil.
Cuestión de edad
Sin embargo, una cuestión que puede ser de gran peso es la edad del próximo Papa, pues ya diversos cardenales han hecho saber en diferentes entrevistas a los medios de todo el mundo, que lo ideal sería que el sucesor de Benedicto XVI tuviera entre 65 y 75 años, pues así podría sostener mejor el peso del próximo pontificado.
Si este factor pesa de verdad, entonces los cardenales americanos, africanos y hasta uno que otro asiático contará con muchas probabilidades.
Aquí Marc Ouellet sumaría otra característica importante, pues tiene 69 años, pero de América Latina hay también otros nombres como Odilo Pedro Scherer, de Brasil, al igual que su connacional Joao Braz de Aviz. Una cuestión no menor tomando en cuenta que en Brasil está el mayor número de católicos (134 millones).
“Leonardo Sandri, de Argentina; y Oscar Rodríguez Madariaga, de Honduras, son de los cardenales que también, por su edad, pesarán en el cónclave”, asegura Ansaldo, vaticanista del periódico Corriere della Sera.
O’Brien reconoce culpabilidad
El cardenal británico Keith O’Brien, quien renunció al arzobispado de Escocia la semana pasada bajo sospechas de conducta impropia, admitió ayer haber tenido un “comportamiento sexual”inapropiado y pidió “perdón” a la Iglesia y a quienes haya “ofendido”.
O’Brien dijo en un comunicado: “quiero aprovechar esta oportunidad para admitir que mi comportamiento sexual en ciertas ocasiones cayó por debajo del estándar que se espera de mí como cura, arzobispo y cardenal”.
“A aquellos que haya ofendido, les ofrezco disculpas y perdón”, agregó, “también me disculpo ante la Iglesia católica y el pueblo de Escocia”.
El cardenal británico, conocido por sus posiciones contra los homosexuales, está acusado de haber tenido a partir de los años 80 “comportamientos indecentes” con tres sacerdotes y un ex cura, según el diario The Observer.
Los cuatro denunciantes, todos de la diócesis de Saint Andrews y Edimburgo, señalaron los hechos al nuncio apostólico en Gran Bretaña, Antonio Mennini, la semana previa al anuncio, el 11 de febrero, de la dimisión de Benedicto XVI.
El lunes pasado, O’Brien, jefe de la Iglesia católica de Escocia, tras hacerse públicas las acusaciones de varios religiosos de “conducta inapropiada”, anunció en un comunicado que renunciaba como arzobispo, y que no participaría en el cónclave que elegirá al próximo Papa.
Keith O’Brien presentó en noviembre su renuncia al cargo de arzobispo de Saint Andrews y Edimburgo, que debía ser efectiva en marzo, cuando cumplirá la edad canónica, 75 años.
Sin embargo, Benedicto XVI, cuyo pontificado concluyó el jueves, “ha decidido que mi dimisión sería efectiva hoy, día 25 de febrero de 2013”, anunció entonces Keith O’Brien, sin dar más explicaciones.
Inician congregaciones previas
Las reuniones preparatorias del próximo cónclave, que comienzan hoy, marcan la preparación de la asamblea de la que saldrá el sucesor de Benedicto XVI, quien renunció al papado el 28 de febrero.
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, de 1996, aprobada por el papa Juan Pablo II contempla que es el decano del Colegio Cardenalicio, actualmente el purpurado italiano Angelo Sodano, de 85 años, el encargado de convocar las congregaciones que reúnen a los purpurados de todo el mundo para tratar los asuntos de la Iglesia previos al cónclave y fijar su fecha de inicio.
El capítulo II de la Universi Dominici Gregis dice que durante el periodo de Sede Vacante (el lapso que va desde que fallece o renuncia el Papa y se elige al sucesor) se celebran dos clases de congregaciones, generales, en las que deben participar todos los cardenales, y particulares.
En las generales tienen que participar todos los cardenales electores (los menores de 80 años), mientras que los que superan esa edad pueden, si así lo desean, abstenerse de asistir.
El Colegio Cardenalicio está compuesto por 208 cardenales, 117 de ellos tienen menos de 80 años y el resto superan esa edad. La normativa vaticana contempla que sólo pueden entrar en la Capilla Sixtina, lugar del cónclave, los purpurados con menos de 80 años. Los otros, aunque no puedan votar, sí pueden ser elegidos.
De los 117 electores, dos han anunciado que no participarán en el cónclave: el indonesio Julius Darmaatmadja, por enfermedad, y el británico Keith O’Brien, ex arzobispo de Edimburgo acusado de “comportamiento inapropiado” hacia otros religiosos en la década de los 80.
Las decisiones que se adopten en esas reuniones serán secretas, según el artículo 10 de la Constitución.
Un domingo sin Angelus
El Vaticano vivió ayer un domingo sin Angelus ni ceremonias particulares debido a la renuncia de Benedicto XVI, quien permanece dedicado a una vida de oración en la residencia de Castel Gandolfo.
Turistas y curiosos recorrieron la mañana de ayer la Plaza de San Pedro, pero sólo vieron que las ventanas del estudio personal del Papa permanecieron cerradas.
Un ambiente de “luto sin luto” envolvió a los católicos de Roma. En muchas misas los sacerdotes explicaron a los fieles la decisión de Joseph Ratzinger, reconociendo que se trató de un gesto incomprensible, pero providencial.
Mientras tanto, los cardenales continúan llegando a la Ciudad Eterna, para las congregaciones que empiezan hoy.
Según informó el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, unos 70 cardenales residen permanentemente en Roma y otros 66, que viven en diversos países del mundo, ya informaron que se encuentran en Roma listos para el llamado “precónclave”.
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