La
revista estadounidense The National Interest le echa un cable a la
administración Trump. Presentó un informe con una estrategia para que
finalmente EEUU se apodere de Siria. Lo que no consiguieron las armas de
fuego, esperan poder lograrlo con otra arma: el dinero. Hablan de
reconstruir el país, sí y sólo sí, Asad practica el escapismo.
Mientras, la coalición liderada por EEUU entrena a unos 850 individuos para garantizar la seguridad en Al Raqa. Informes indican que los efectivos de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), compuestas mayoritariamente por kurdos, constituirán la base de las futuras fuerzas de seguridad, algo que va en contra de los intereses de Turquía.
En este sentido, el profesor explica que "la idea es crear protectorados, hacer una especie de mezcla entre el desgajamiento de los Estados — que crea problemas —, y la eliminación de la capacidad de los Estados de la zona de controlar todo su territorio, una cosa intermedia".
El experto advierte que esta actual estrategia es diferente a la del Plan Marshall, en el que "se movilizaron recursos públicos que procedían de los contribuyentes norteamericanos con el fin de evitar que Europa cayera en un proceso político de tipo socializante después de la Segunda Guerra Mundial".
El analista opina que "esto (de poner dinero público) sin embargo ahora ya no existe. Lo que se intentó hacer en Irak fue incentivar a las empresas privadas para que ellas fueran las que pusieran en marcha un cambio económico profundo que convirtiera al país en un socio natural de EEUU. Pero esto no ha dado resultado, porque a diferencia del dinero público, el dinero privado busca un beneficio, y aquello se ha convertido en un desastre", observa el profesor.
Joseph Fouché, un político del siglo XVIII, describió lo que muchos entienden como un axioma.
"Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cuál es".
Sin embargo, no todo el mundo tiende a venderse o corromperse, ni por
todo el oro del mundo. Y es que según un reciente informe publicado en
la revista estadounidense The National Interest, EEUU cuenta
con un arma para cortar camino, hacerse con Siria, fragmentarla y
controlarla, bajo la carátula de "reconstrucción del país".
"Estados Unidos necesita más elementos de
apalancamiento mientras que buscamos establecer condiciones para crear
una vía para relejar la guerra. El elemento clave (…) es utilizar
nuestra economía colectiva occidental-árabe de forma inteligente y
estratégica para ayudar a las emergentes zonas autónomas (sirias)", reza
el documento.
El Dr. Armando Fernández Steinko, profesor de la Universidad
Complutense de Madrid explica que "este escenario ya se exploró en el
Kurdistán iraquí, que poco después de la invasión (a Irak) se convirtió
en una especie de protectorado occidental al que se concentraban, por
razones políticas y de estabilidad, muchas de las importantes
inversiones occidentales en Irak".Mientras, la coalición liderada por EEUU entrena a unos 850 individuos para garantizar la seguridad en Al Raqa. Informes indican que los efectivos de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), compuestas mayoritariamente por kurdos, constituirán la base de las futuras fuerzas de seguridad, algo que va en contra de los intereses de Turquía.
En este sentido, el profesor explica que "la idea es crear protectorados, hacer una especie de mezcla entre el desgajamiento de los Estados — que crea problemas —, y la eliminación de la capacidad de los Estados de la zona de controlar todo su territorio, una cosa intermedia".
"En Siria hay efectivamente zonas donde se está
intentado empezar con ese proyecto, zonas que hay que eliminar o
desgajar de la influencia del Gobierno central de Damasco, y esa es una
de las razones por las cuales los norteamericanos están siendo muy
activos ahora interviniendo militarmente en esas zonas. Lo que pasa es
que los norteamericanos y estos espacios de reflexión estratégica (think
tanks) saben que el 'poder blando' es fundamental hoy en el mundo. Es
el poder que se ejerce sin medios militares directos o indirectos.
Incluye muchos aspectos, pero sobre todo el económico".
El informe que publicó The National Interest estima que
entre pitos y flautas, EEUU y compañía deberían poner 100 mil millones
de dólares por año sobre la mesa, bajo la condición de que el presidente
legítimo de Siria, Bashar Asad, abandone el poder.
©
Sputnik/ Mikhail Voskresensky
Un
montante que Asad y sus aliados no podrán permitirse desembolsar,
esgrime la publicación. Pero, ¿realmente están EEUU — con la mayor deuda
pública del mundo —, y sus aliados, la mayoría de ellos atravesando
graves crisis económicas, en condiciones de asumir esta minuta, tal como
lo afirma el informe?
Para Fernádez Steinko, la de poner dinero "es una estrategia de poder
blando que los norteamericanos han venido utilizando desde la
finalización de la Segunda Guerra Mundial en numerosas ocasiones, y que
les ha dado buen resultado. ¿Cuánta capacidad tienen los norteamericanos
de movilizar 100 mil millones de dólares, de forma parecida a lo que
sucedió en Europa con el Plan Marshall, reconstruir ese país y otros de
la zona? Aquí esto es muy dudoso. Cuando destruyeron Irak el mensaje era parecido".El experto advierte que esta actual estrategia es diferente a la del Plan Marshall, en el que "se movilizaron recursos públicos que procedían de los contribuyentes norteamericanos con el fin de evitar que Europa cayera en un proceso político de tipo socializante después de la Segunda Guerra Mundial".
El analista opina que "esto (de poner dinero público) sin embargo ahora ya no existe. Lo que se intentó hacer en Irak fue incentivar a las empresas privadas para que ellas fueran las que pusieran en marcha un cambio económico profundo que convirtiera al país en un socio natural de EEUU. Pero esto no ha dado resultado, porque a diferencia del dinero público, el dinero privado busca un beneficio, y aquello se ha convertido en un desastre", observa el profesor.
"Entonces el planteamiento es muy distinto si
se trata de dinero público o privado. Yo dudo mucho después de lo que
pasó en Irak, y tal como está la situación en EEUU, que se puedan
movilizar 100 mil millones de dólares (por año) en dinero público para
reconvertir la economía siria y orientarla a la economía de mercado de
tipo occidental", sentencia el Dr. Armando Fernández Steinko.
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