Diez mentiras sobre las armas y los asesinatos masivos
José Carlos Rodríguez
9-12 minutes
No había amanecido, pues eran las cinco de la mañana, cuando Ernst August Wagner
entró en su habitación y golpeó a su mujer hasta dejarla inconsciente,
con una clava. Su mano firme, que empuñaba un arma blanca, se aseguró de
que su cuerpo no volviera a levantarse. Luego fue por sus cuatro hijos.
Ernst cubrió los cuerpos con sábanas, se aseó, cogió dos Mauser y un
revolver, medio millar de balas, y se subió a su bicicleta hasta la
estación de tren de Stuttgart. Allí esperó al tren, junto a los otros
viajeros, que le llevaría a Ludwigsburg. Luego compró una mochila para
llevar con mayor comodidad su carga. Visitó a su hermano, hizo algunas
gestiones, y se dirigió a Mülhausen por la noche. Se colocó un casco. Se
tapó la cara con un velo. Prendió fuego a cuatro graneros. Bajó al
pueblo, y disparó a todo hombre que se cruzase por la calle. Le sobraron
420 balas en su paseo mortal, en el que mató a 20 personas.
Pero fue descuidado; en un momento se encontró con que sus dos pistolas
estaban sin recargar, y unos vecinos se abalanzaron sobre él con sables
y aperos. Era el 4 de septiembre de 1913.
Publicidad
Es, quizás, el primero de los asesinatos masivos modernos. Después de
este ha habido muchos, y últimamente podemos comprobar que es un mal
endémico en los Estados Unidos. El caso de Wagner, aunque fue en
Alemania, contiene casi la historia de estas matanzas en los Estados
Unidos, pues en los primeros años estaban relacionados con el ámbito
familiar o con el crimen organizado, y desde los años 60, pero no antes, se empiezan a ver estos tiroteos con víctimas aleatorias.
Cada vez que hay un asesinato en masa se reaviva el
debate sobre la posesión y el uso de las armas, su control en distintos
niveles
En lo que va de año, según The Trace, llevamos 34 tiroteos públicos.
Cada vez que hay un asesinato en masa se reaviva el debate sobre la
posesión y el uso de las armas, su control en distintos niveles, y
varias cuestiones adyacentes, como la relacionada con la salud mental.
Contrariamente a lo que se sugiere en los medios de comunicación, es un
problema complejo y no tiene una solución fácil, o al menos un conjunto
de medidas de cierta eficacia. Pero no es la única idea a la vez errónea
y extendida que hay sobre esta cuestión.
1) Esto pasa en los Estados Unidos, porque sólo allí tienen libertad
de armas. La libertad de poseer armas estaba extendida por toda Europa, y
es parte del conjunto de libertades que identificamos con una
democracia. Es cierto, eso sí, que después de la II Guerra Mundial en gran parte de Europa se ha ido restringiendo esa libertad. Gran Bretaña cayó en 1997.
El ciudadano armado es un ideal republicano que muchas
personas, que están totalmente convencidas de ser republicanas, rechazan
de plano
2) Allí hay libertad de armas por una tradición que procede del oeste
No. Hay libertad porque lo protege la Segunda Enmienda de la Constitución.
Las diez primeras recogen lo que en otras Constituciones se llamaría
Declaración de Derechos. Y las dos primeras (libertad de expresión y de
posesión de armas) tienen una importancia especial porque sirven para
defender otras libertades. El ciudadano armado es un ideal republicano
que muchas personas, que están totalmente convencidas de ser
republicanas, rechazan de plano. 3) Una democracia no debería permitir que los ciudadanos tengan armas.
Lo que es seguro es que las dictaduras, especialmente las más duras, no permiten que los ciudadanos posean armas.
Y las primeras medidas que adoptan es requisarlas. En cualquier caso,
en los Estados Unidos, para llegar a una situación en la que las
familias no tuviesen armas, tendrían que tomarse un conjunto de medidas
(prohibición de la producción y venta, registro masivo, requisas con
entradas masivas en casas y otros edificios de ciudadanos y empresas)
que son propias de un Estado dictatorial.
Durante la presidencia de Barack Obama (ocho años, de
2009 a 2017), ha habido 527 muertes en tiroteos públicos. En Francia, en
el año 2015, el recuento llegó a 532
4) Da igual. Esto sólo ocurre en los Estados Unidos.
Eso no es cierto. Para hacernos una idea, durante la presidencia de Barack Obama (ocho años, de 2009 a 2017), ha habido 527 muertes en tiroteos públicos. En Francia, en el año 2015, el recuento llegó a 532.
Si abrimos el foco y hacemos que los datos sean más comparables, los
Estados Unidos siguen sin estar en una situación excepcional. El Crime Prevention Research Centreha estudiado
la mortalidad de los Estados Unidos y de los países europeos en
tiroteos públicos. Y los datos de mortalidad por cada millón de
habitantes arrojan que el primer país es Noruega; un país en el que muchos ciudadanos tienen armas, pero con un control muy estricto.
Noruega está a una gran distancia del segundo, que tampoco son los
Estados Unidos, sino Serbia. El tercero es Francia. Completan la lista
de los cinco primeros Macedonia y Albania. ¿Seguimos hasta el número
diez? Eslovaquia, Suiza, Finlandia, Bélgica y la República Checa. Los Estados Unidos ocupan el puesto 11. 5) Donald Trump ha relacionado los tiroteos con la salud mental, luego esa relación debe de ser falsa.
Nadie lo plantea así, claro está, pero eso no quiere decir que no se
piense. El Congreso de los Estados Unidos elaboró un informe que estudió
las víctimas de los tiroteos entre 1999 y 2013. Considera que “la
mayoría de los asesinos en masa se puede decir que sufren algún tipo de
enfermedad mental, aunque sea temporal”. Lo es, dice este estudio,
aunque muchos de ellos no hayan pasado antes por una institución de
salud mental. Y eso que, según otro informe, en el 52 por ciento de los casos estudiados allí sí habían acudido antes a alguna institución.
Estos tiroteos con víctimas aleatorias son prácticamente desconocidos antes de los años 70
6) Siempre ha ocurrido en los Estados Unidos.
No. La verdad es que estos tiroteos con víctimas aleatorias son
prácticamente desconocidos antes de los años 70. Hay criminalistas que
creen que esto guarda relación con la salida masiva a las calles de
pacientes de instituciones de salud mental que se dio desde los años 60,
pero no he encontrado un sólo informe concluyente al respecto. Aunque
la relación fuese clara, aún habría de probarse que un control de este
estilo a) no resultase en la violación masiva de los derechos de muchos
ciudadanos, o b) resultase efectivo.
Hay pocos ejemplos recientes de países que hayan
introducido leyes duras de control de armas, y el resultado no es
concluyente. O, en todo caso, han ido a peor
7) Otros países han controlado el problema controlando las armas.
Eso no está tan claro. Hay pocos ejemplos recientes de países que
hayan introducido leyes duras de control de armas, y el resultado no es
concluyente. O, en todo caso, han ido a peor. El Reino Unido prohibió,
de hecho, las armas, en 1997. La tasa de homicidios comenzó entonces a subir de forma acelerada,
y pasó del entorno de los 11 por millón de habitantes hasta los 18 en
2002. Luego volvió a caer y ha vuelto al entorno de los 11 muertos. En
Jamaica, donde la circulación y el uso de armas era muy libre, dejó de
serlo en 1974 y desde entonces la tasa de homicidios ha subido de forma
consistente, y hoy es unas seis veces mayor. En Irlanda ha ocurrido lo
mismo desde 1972, En todos los casos habría que tener en cuenta otros
factores, como cambios sociales o incidencia de crimen organizado. M4
Carbine assault rifles lined up in storage at the 28th Security Forces
Squadron Armory, August 6th. The 28 SFS carries a variety of weapons
such as the M-4 assault rifle, M-240B machine gun, M-870 shotgun and
M-24 sniper rifle, just to name a few. (U.S. Air Force photo/Airman 1st
Class Anthony Sanchelli)8) Al menos la situación mejoraría si prohibiésemos las llamadas “armas de asalto”.
Pero esto no está claro. Estuvieron prohibidas entre 1995 y 2004, y
durante ese período no hubo ninguna tendencia a mejor o a peor en el
número de crímenes de este estilo, o en el de muertos.
Nuestra sociedad ha arrumbado la figura del héroe y ha
encumbrado la queja, e incluso la violencia, sobre los agravios
individuales
9) Sólo una buena regulación puede tener efectos significativos.
De nuevo, no está claro. Hay factores culturales, también. El valor
del precedente, de la imitación. Antes, sencillamente, no se le había
ocurrido esa locura a nadie. Cuando se produjeron los primeros casos,
con el impacto mediático previsible, se rompió un tabú, y se premió con
la fama a quienes tuviesen la inclinación de aumentar su ego y vaciar su
odio a un tiempo. Por otro lado, nuestra sociedad ha arrumbado la
figura del héroe y ha encumbrado la queja, e incluso la violencia, sobre
los agravios individuales.
Fíjese el lector dónde se producen estos tiroteos
públicos: en colegios, en universidades, en iglesias, en centros
públicos… en zonas donde la tenencia de armas está prohibida
10) De acuerdo. Entonces, no hay nada que podamos hacer.
De nuevo un error. Fíjese el lector dónde se producen estos tiroteos
públicos: en colegios, en universidades, en iglesias, en centros
públicos… en zonas donde la tenencia de armas está prohibida. Es lo que se llama “gun-free zones”. Recogidos los datos entre 1950 y julio de 2016, resulta que el 98,4 por ciento de los tiroteos públicos fueron en esas zonas. Primero, porque los asesinos saben que sus víctimas estarán indefensas.
Y segundo porque, por ese mismo motivo, no habrá quien les detenga
antes de que hayan volcado su odio. Acabar con esas zonas de impunidad
mejoraría muchísmimo este grave problema.
Por algún motivo, en este asunto el ciudadano normal abandona toda lógica y se deja llevar por lugares comunes,
vomitados por los medios de comunicación. Pero el cómputo de muertos
debería ser un argumento suficiente como para, por lo menos, plantearse
que con eso no es suficiente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario