viernes, 18 de enero de 2019

La mirada incomoda de Spike Lee


reporteindigo.com

La mirada incomoda de Spike Lee

 

 

Hidalgo Neira

“Ya que preguntas, odio a los negros, a los judíos, a los sudacas y a los irlandeses de mierda, a los bastardos latinos, italianos y a los amarillos. Pero que Dios me oiga, porque a los que más odio son a esas ratas negras, y en verdad a cualquier otro que no tenga pura sangre blanca aria en sus venas (…) Dios bendiga a la América blanca”, afirma por teléfono el agente afroamericano Ron Stallworth.
Al colgar, el policia recibe miradas desconcertantes de parte de sus compañeros caucásicos en la comisaría policial de Colorado Springs. Así inició una de las investigaciones más inverosímiles en contra del grupo extremista Ku Klux Klan (KKK), en la década de 1970.
Esta escena —que realmente sucedió— es parte medular de El infiltrado del KKKlan, largometraje bajo la dirección de Spike Lee, cineasta negro que tomó el libro Black Klansman, del verdadero Ron Stallworth.
Cuando el productor Jordan Peele se acercó a Lee para contarle la historia, el director pensó que era una broma, pero Peele insistió en la veracidad de los hechos. Fue entonces, cuando el realizador se dio cuenta que era un argumento demasiado escandaloso como para ignorarlo y decidió rodar la película.
Lee sólo pidió dos condiciones. Una fue que pudiera salpicar su humor negro y la segunda, establecer paralelismos contemporáneos con los problemas raciales de la actual administración presidencial estadounidense
En la ficción, para poder llevar a cabo la averiguación, Stallworth (John David Washington) hizo equipo con un policía blanco, el investigador Philip “Flip” Zimmerman (Adam Driver), quien acude a las reuniones del KKK en persona, mientras que el afroamericano hace los contactos y pacta las juntas vía telefónica.
Los guionistas, comandados por Lee, alteraron las fechas de los hechos reales, de 1979 a 1972, esto para que la historia coincidiera con la reelección de Richard Nixon, que en teoría fue apoyada por el KKK. Además, la cinta hace referencia al género fílmico blaxploitation, con el que se impulsó a la comunidad afroamericana.
La película, que se estrena este fin de semana en México, tuvo su lanzamiento oficial en Cannes el año pasado. Cuando terminó su función inaugural, el largometraje recibió una ovación de pie durante seis minutos

Basada en hechos irreales

Stallworth documentó su proceso contra el KKK en el libro Black Klansman, publicado en 2014. Él fue el primer afroamericano policía y detective reclutado en Colorado Springs, en 1972.
En 1979 logró introducirse en las filas del grupo de supremacía blanca. Durante nueve meses, el agente afroamericano mantuvo comunicación con distintos miembros de esta organización, llamando incluso a David Duke, quien presidía el Klan en ese momento.
El policía obtuvo su certificado como miembro del KKK firmado por Duke y a la fecha porta en su cartera la credencial que lo avala como parte de esta secta. El exlíder de la organización no se enteró de que Stallworth era afroamericano, sino hasta 2006; además, Duke le reclamó al escritor la forma en la que lo describe en su libro: como un bufón.

El boicot negro

Spike Lee no se quedó callado cuando los premios de la Academia estaban acaparados por actores caucásicos. Él empujó el movimiento #OscarsSoWhite al declarar que no iría a la ceremonia de 2016, a pesar de que había recibido un premio honorario meses antes.
Un año después, Moonlight, filme que cuenta la historia de un afroamericano gay, se coronó como la Mejor Película, a lo que Lee dijo que el largometraje triunfó por la controversia que se suscitó previamente.
“Cada 10 años mucha gente negra gana en los premios Oscar y hay muchos artículos que hablan al respecto: ‘La audiencia negra ha sido descubierta, es un renacimiento’ y luego hay nueve años de sequía y nuevamente somos descubiertos, esa escasez no debería existir, debería ser una constante”, dijo el director a Variety, en 2017

El claro mensaje a Trump

Aunque la película se ubica a más de cuatro décadas de distancia, el discurso que Lee impulsa en pantalla es en contra de la xenofobia que se percibe actualmente en Estados Unidos, con pequeños guiños que los personajes hacen.
“Todo lo que hice fue escribir un libro. No planeaba hacer una gran declaración política sobre las relaciones raciales, el Estados Unidos de Trump o algo así. Spike hizo un trabajo magistral de conectar esos puntos”, comentó Stallworth, en un comunicado.
El filme fue dedicado a Heather Heyer, quien falleció al ser atropellada en la manifestación “Unite the Right” (Unir a la derecha, en español) de Charlottesville, Virginia, el 12 de agosto de 2017. Ella defendía la igualdad de derechos raciales. El infiltrado del KKKlan se estrenó en Estados Unidos un año después del incidente para recordar su muerte.

Carpetazo al KKK

Cuando la investigación de Stallworth avanzaba y tuvo mayor confianza de la institución aria, sus superiores le ordenaron cerrar el caso por miedo a que pudiera salirse de control. El agente lamentó que no se hiciera pública la averiguación, porque eso hubiera frenado la carrera política de Duke al haberse sentido avergonzado por ser estafado por un policía afroamericano.

Nominada, pero ignorada

Apesar de que Spike Lee ganó en Cannes el Gran Premio del Jurado, además del Premio del Jurado Ecuménico, El infiltrado del KKKlan ha estado nominada en las recientes ceremonias, pero se ha ido a casa con las manos vacías. Se prevé que el largometraje logre también estar en los Oscar en sus categorías principales, incluyendo Mejor Película.

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