lunes, 9 de diciembre de 2019

¿Antinatural alianza de la izquierda y la derecha para entregar la Presidencia de México a Claudia Sheinbaum en 2024?



¿Antinatural alianza de la izquierda y la derecha para entregar la Presidencia de México a Claudia Sheinbaum en 2024?








02.12.2019
México


El relevo de Eduardo Tomás Medina-Mora Icaza en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SJCN) radicalizó la lucha interna en Morena, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador cumplirá, apenas, un año en el poder.

Como es sabido, el jefe del Ejecutivo federal envió al Senado de la República la terna de candidatas a ministra de la SCJN el pasado 22 de noviembre. Los nombres dijeron poco a la opinión pública, pero sacudieron al sistema político.

El presidente propuso a las siguientes personas:
Ana Margarita Ríos-Farjat, actual jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Diana Álvarez Maury, subsecretaria de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), una “experta en energías cósmicas”).
Ana Laura Magaloni Kerpel, presidenta de la Comisión Técnica para la Transición de la Procuraduría General de Justicia a Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.

El relevo en la SCJN implica la demostración de fuerza de las “tribus” morenistas.

Ríos-Farjat, gente de Alfonso Romo, el empresario regiomontano que está a cargo de la Oficina de la Presidencia de la República, tenía amplio consenso dentro de la bancada de Morena en el Senado de la República, hasta que…

Martí Batres Guadarrama, incondicional de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, comenzó a operar a favor de Magaloni Kerpel.

Desplazado de la presidencia de la mesa directiva del Senado, Batres vio —en la designación de la futura ministra de la SCJN— la oportunidad de cobrar revancha, de reforzar las aspiraciones presidenciales de su tutora y de incrementar el poder político del grupo morenista vinculado al megaespeculador George Soros.

Lo que nos dicen nuestras fuentes, muy cercanas al núcleo cerrado de la 4T, es que Batres acusó a Ríos-Farjat de representar al capitalismo neoliberal. Ríos-Farjat es licenciada en Derecho y Ciencias Sociales y maestra en Derecho con especialidad en Fiscal por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Tiene, además, el doctorado en Política Pública por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

Lo paradójico es que Batres busca el apoyo de los senadores del PAN —neoliberales radicales—, vía Damián Zepeda y Xóchitl Gálvez, para colocar a Ana María Magaloni Kerpel en la silla que dejó vacía Medina-Mora. Denise Dresser, vocera de la derecha neoliberal en México —muy vinculada al PAN— publicó un tuit el 22 de noviembre (cuando se hizo oficial la terna de candidatas a ministras de la SCJN) en el que afirmó que Ana Laura Magaloni “tiene el perfil/trayectoria para ser una gran Ministra”.

Magaloni es licenciada en Derecho por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y doctora en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid. A Batres le molesta la formación capitalista de Ríos-Farjat en el ITESM, pero soslaya que Magaloni Kerpel es itamita. ¡Vaya cosa!

El lanzamiento de Sheinbaum a la Presidencia de la República

La “molestia” de Batres con Ríos-Farjat no es la formación capitalista de la actual jefa del SAT, sino su peso político y su militancia en una facción contraria a la de Claudia Sheinbaum. Si Ana María Magaloni Kerpel llega a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, las consecuencias políticas podrían ser las siguientes:
Claudia Sheinbaum tomaría clara ventaja en la carrera presidencial sobre el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, toda vez que su fuerza sería superada por la de Martí Batres Guadarrama.
Sheinbaum relegaría, también, al grupo que encabeza el canciller Marcelo Ebrard, pues exhibiría su incapacidad de colocar a una ministra afín en la SCJN.
Sheinbaum se dedicaría a aplicar el programa de la sociedad abierta de Soros (agenda lésbico-gay, aborto, legalización de las drogas, mmigración, etc.), y trataría de aprovechar el desgaste provocado por el gobierno de Donald Trump en la imagen de Ebrard. (Trump, evangélico-sionista, es rival de Soros).
El siguiente paso sería la entrega de la rectoría de la UNAM, dentro de cuatro años, a John Ackerman, becario de Soros y esposo de Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, también relacionada con el especulador judío-húngaro naturalizado estadounidense.

Lo que quiere Batres es construir una alianza con panistas neoliberales, del perfil de Damián Zepeda y Xóchitl Gálvez, para colocar a Claudia Sheinbaum en la Presidencia de la República. El 13 de abril de 2019, publicamos en Sin Compromisos, que el presidente López Obrador tiene el propósito de dejar la Presidencia de la República en 2024 a Claudia Sheinbaun.

Acontecimientos posteriores reforzaron nuestro argumento. El 15 de octubre —seis meses después—, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, “destapó” a Claudia Sheinbaum como fuerte aspirante a presidir el Ejecutivo federal en 2024. También, mencionó —entre otras— a la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, esposa de John Ackerman.

Luego, el 6 de noviembre, el ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, declaró que Claudia Sheinbaum será la próxima presidente de México.

El dato es interesante porque nuestras antenitas (que no son de vinil, como las de El Chapulín Colorado), nos refieren que en fecha reciente hubo una cena en la casa de John Ackerman y su esposa Irma Eréndira Sandoval —encargada de combatir la corrupción gubernamental—— a la que asistieron varios senadores de Morena, entre ellos Martí Batres, Citlalli Hernández Mora, Blanca Estela Piña Gudiño, José Luis Pech Várguez y José Narro Céspedes.

Otras senadoras pro Sheinbaum son Antares Guadalupe Vázquez Alatorre, Jesusa Rodríguez Ramírez y Martha Lucía Micher Camarena (las tres de Morena). Ellas no asistieron a la cena en casa de Ackerman y Sandoval, pero tienen alianza con el panista Damián Zepeda.

Los temas centrales fueron:
La designación de Ana Laura Magaloni Kerpel como ministra de la SCJN. (Es una abogada que cuenta con amplias simpatías entre la comunidad sionista asentada en México).
El fortalecimiento político de Claudia Sheinbaum con miras a la sucesión presidencial del 2024.
La entrega de la UNAM al grupo de Sheinbaum en la persona de John Ackerman.

Todo, con la complicidad cínica de panistas ambiciosos que recibirían rebanadas interesantes de poder. Para la historia queda la foto de John Ackerman con el depuesto presidente de Bolivia, Evo Morales, en el marco de un homenaje que le organizó en la Ciudad de México.

Si Sheinbaum y su grupo llegan al poder en 2024 ya sabemos qué extremismo ideológico aplicaría. Llama la atención la pasividad del presidente López Obrador ante el desbordado activismo del Cártel Sheinbaum-Batres-Magaloni-Ackerman-Sandoval-Taibo II-Solalinde-Frank-Ímaz. Por algo será.

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