lunes, 9 de diciembre de 2019

Francia: ¡El 10 de diciembre y después, todos y todas en la lucha!


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Francia: ¡El 10 de diciembre y después, todos y todas en la lucha!

 

Por Francisco Ponzán


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Con las manifestaciones masivas en todo el país y las huelgas sin precedentes en la SNCF, la RATP y la Educación, el 5 de diciembre fue una demostración de fuerza del mundo del trabajo.
Esta jornada fue un éxito porque movilizó a todas las categorías de asalariados: trabajadores del transporte y profesores, bomberos, paramédicos, sanitarios y numerosos asalariados del sector privado. A veces solos, en pequeño o mediano grupo, o en comitiva, muchos asalariados del sector privado estuvieron presentes.
Trabajadores del sector privado o del público, de las pequeñas o grandes empresas del comercio, de la metalurgia, de la agroalimentación, de la química o del automóvil… hemos expresado la necesidad de luchar juntos. Porque todos estamos siendo atacados por esta reforma de pensiones que nos obligará a trabajar más por pensiones más bajas. Y porque tenemos la misma indignación. Por lo tanto, ¡tenemos que seguir!
La reforma de las pensiones es la gota que colma el vaso. Es la medida de exceso que se añade a los salarios bloqueados, a las primas recortadas, a la infradotación de plantilllas y a las amenazas de despido. ¡Y todos estamos en el mismo lugar! Las presiones en el trabajo, los ritmos y las reorganizaciones incesantes, la política del número, las sufrimos tanto en Michelin como en los hospitales, en los centros de telemarketing como en la educación, en Amazon como en la SNCF o en la RATP.
Ya trabajemos en el sector público o en el privado, no es el momento del corpotativismo. El gobierno y los periodistas-mayordomos del poder presentan a los ferroviarios como privilegiados, al conductor de autobús RATP como un privilegiado con respecto al de Le Havre. En este juego, todos perdemos porque cada uno encontrará a alguien peor pagado y explotado que él. El fijo sería supuestamente privilegiado con respecto al temporal el interino privilegiado con respecto al desempleado, y así sucesivamente… Rechacemos este chantaje y defendamos juntos nuestros intereses comunes. ¡Juntos, la victoria es posible!
Tomemos el dinero para las pensiones, los salarios, los empleos y los servicios públicos donde está: del lado de los verdaderos privilegiados, entre los banqueros amigos de Macron, entre los accionistas del CAC 40 (Ibex 35 francés ndt.), entre todos los que no se plantean el problema de su jubilación o de su fin de mes porque son ricos, entre esos verdaderos privilegiados que el gobierno riega con regalos. El gobierno está bajo presión. No quiere un movimiento que se amplíe y ya ha emprendido las grandes maniobras de desactivación.
Después de repetir «iremos hasta el final» dice ahora «os he comprendido» y pasa el brazo por el hombro de las direcciones sindicales, para arrastrarlas a un diálogo social destinado a apagar la contestación que sube. Mientras los salarios de los funcionarios públicos han estado bloqueados durante casi diez años, el gobierno de repente promete aumentos a los maestros. Pero este gobierno que sistemáticamente destruye los derechos de los trabajadores y no deja de decir que no hay dinero en las arcas públicas ¡no se ha convertido en Santa Claus!
Para desmovilizar a los huelguistas, el primer ministro Eduard Philippe podría influir en la fecha de aplicación de la reforma. En otras palabras, los que se declaran en huelga no se verían afectados, ¡pero sí sus hijos! ¿Pero quién querría para sus hijos una vida peor que la que él tuvo? ¡Y es este gobierno el que se atreve a darnos lecciones de moral sobre la solidaridad!
Esta semana va a ser decisiva. El 5 de diciembre da una idea de la inmensa fuerza colectiva de que disponemos. Alentó a los que aún no se sentían cómodos a iniciar una huelga renovable, así como a los que habían dado el paso y se habían comprometido en la huelga. Si las huelgas se multiplican y se refuerzan, si los nuevos manifestantes se manifiestan, el gobierno puede retroceder como Juppé tuvo que hacer en 1995. Así que el martes, hagamos la mayor huelga posible y salgamos a la calle. Y el miércoles y después, ¡continuemos la lucha hasta la retirada de la reforma Macron-Philippe!
EDITORIAL DE LOS BOLETINES DE EMPRESA
LUTTE OUVRIERE

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