viernes, 31 de mayo de 2019

No es tan fácil, Mr. Trump


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No es tan fácil, Mr. Trump

 

 


No es tan fácil, Mr. Trump
Los operadores del presidente Donald Trump quieren acabar pronto con los gobiernos revolucionarios y progresistas de América Latina y el Caribe y hablan descaradamente de la vigencia de la Doctrina Monroe. Pero el paso de los meses ha puesto a pensar por lo menos a su jefe que la tarea no es tan fácil. Lo hizo expresar su frustración por el fracaso del plan relámpago del asesor de seguridad nacional John Bolton para derrocar al presidente Nicolas Maduro y lo ha conducido a aburrirse del tema para concentrarse en la irresponsable política contra Irán, la del propio Bolton, de Pompeo y del yernísimo Jared Kushner. Hicieron creer a Trump que conseguirían quebrar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para que, al menos, un sector militar tumbara a Maduro, tal vez con una ayudadita de tropas especiales yanquis. Después de eso, pensaban, el gobierno cubano caería como ficha de dominó y el sandinismo en Nicaragua no duraría un suspiro. Helo a continuación.
Han transcurrido seis meses desde que Bolton anunciara en Miami sanciones contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, a los que denominó la “troika de la tiranía” (1-11-2018). Añadió que Estados Unidos esperaba ver caer “cada sórdido triángulo del terror” en La Habana, en Caracas y en Managua.
En marzo pasado, hinchado por los desorbitados elogios prodigados por Bolsonaro en su visita a la Casa Blanca, Trump proclamó triunfalmente la llegada del “crepúsculo del socialismo”. Meses más tarde, Bolton, de nuevo en la ciudad floridana, cuando celebraba a los integrantes de la brigada mercenaria de la CIA derrotada 58 años antes en Playa Girón por el pueblo cubano, a la que con su mendacidad habitual inventaba batallas y hechos heroicos solo ocurridos en su afiebrada imaginación, anunció nuevas sanciones contra Cuba y los otros dos miembros de la “troika”. En aquel momento, eras tales los aires marciales despertados por la compañía de los freedom fighters de Bahía de Cochinos y por sus propias y delirantes mentiras que hicieron exclamar al super halcón: Cuba, Venezuela y Nicaragua están empezando a desmoronarse. En ese discurso dio a conocer la suspensión de las exenciones al título I de la ilegal e inmoral ley Helms-Burton decretadas cada seis meses desde 1996 por el presidente Clinton y sus sucesores y por el propio Trump hasta el anuncio de Bolton. Ello, claro, no libera a Clinton de su responsabilidad histórica en la aprobación de una norma que codificaba todas las leyes del bloqueo, concebido desde su inicio, hace casi 60 años, como cínicamente escribió entonces el subsecretario de Estado Lester Mallory: La mayoría de los cubanos apoya a Castro… El único modo efectivo para hacerle perder el apoyo interno (al gobierno) es provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria… Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica… negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de disminuir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno.
Las sucesivas exenciones al mencionado título I obedecieron a un acuerdo con la Unión Europea y Canadá, que habían puesto pleito a Estados Unidos en un tribunal de la OMC por la posible aplicación que pudiera hacer de esa sección de la ley. Sus inversiones en Cuba podían resultar muy perjudicadas al abrirse la posibilidad de que antiguos dueños de propiedades nacionalizadas por la Revolución Cubana pudieran reclamar compensaciones a quienes se beneficiaran de ellas, como puede ser el caso de los inversionistas en la isla. Existe, además otra razón fundamental, la agresiva extraterritorialidad de la norma y, por tanto, el precedente que podía sentar.
Pero como es sabido, a Estados Unidos, que nunca fue muy dado a respetar el derecho internacional, en la actualidad le importa un bledo. Trump ha roto tratados y acuerdos sin inmutarse, incluso tan delicados como el Acuerdo de París para el cambio climático o el tratado de misiles de alcance corto y medio con Rusia. El caso del bloqueo a Cuba es paradigmático de un atropello sin igual a la ley internacional pues como acaba de comentar el canciller ruso Serguei Lavrov en conferencia de prensa con su par cubano Bruno Rodríguez, solo dos países en el mundo votan en la ONU a favor de la medida de fuerza. Lo peor para Washington es que pese a todo el daño que hace el bloqueo a la economía y a los cubanos no ha logrado ni logrará doblegarlos, como tampoco a los venezolanos. Hay que ver cómo Cuba y Venezuela, cada una en su circunstancia, están dando la pelea por salir adelante. Es una de las razones por las que el autoproclamado títere de títeres se ha desinflado de tal forma que, contrariamente a todo lo que prometió a sus partidarios, ha tenido que aceptar las pláticas en Oslo para un arreglo político en Venezuela. Pero, cuidado, la potencia del norte nunca aceptará países independientes en su patio trasero.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Geopolítica de datos


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Geopolítica de datos

 

 


Mucho se está hablando por estos días del conflicto entre China y EEUU por las sanciones que Trump promovió contra la empresa de telecomunicaciones Huawei.
Resulta que acusan a la empresa de espiar a las empresas yanquis mediante los celulares y distintos aparatos de telecomunicaciones que vende Huawei (que dicho sea de paso, es una de las pocas empresas que maneja tecnología 5G). En realidad es muy probable que sea cierto que los chinos los espían, pero los yanquis también espían a todo el mundo mediante acuerdos con sus propias empresas. Recordemos que al poco tiempo de asumir Obama la presidencia, realizó una reunión con los principales de las mayores empresas tecnológicas de EEUU (1). A dicha reunión concurrieron los dueños de Apple, Facebook, ATyT, Google, Twitter, Yahoo, etc. Ahí se sentaron las bases para la nueva forma de dominio imperial, el ciberespionaje masivo y la recolección de datos a gran escala para su posterior análisis. Tres años más tarde, luego de las revelaciones de Snowden de que la NSA espiaba masivamente usando puertas traseras en los programas de estas empresas, volvieron a reunirse, supongo que para acordar el discurso hacia el resto del mundo (2).
El mundo había entrado formalmente a la nueva guerra fría, la ciber guerra. A partir de ahí las grandes potencias como Rusia y China redoblaron sus esfuerzos para tener sistemas informáticos con menos dependencia de EEUU y para crear sus propios ciber-ejércitos.
Les cuento lo que pasó en los últimos días:
– Trump emitió un decreto prohibiendo a las empresas yanquis tener negocios con empresas que signifiquen una amenaza para la seguridad nacional, Huawei incluida. Huawei está haciendo celulares realmente excelentes, sus ventas vienen creciendo a pasos enormes y en breve podría desplazar a Samsung (de Corea del Sur, aliada de EEUU) del primer lugar de ventas de celulares. El problema es que los celulares Huawei tienen Android como sistema operativo, Android es de código abierto pero sus actualizaciones de seguridad las junta Google, se las envía a las empresas vendedoras de celulares para que las prueben y luego del visto bueno las sube al Play Store para que los comunes mortales podamos bajarlas. Si Google tiene prohibido trabajar con Huawei, entonces Huawei recién tendría las actualizaciones de seguridad el mismo día que las tendría la gente común y no podrían probarlas previo a su publicación masiva. Además de eso, los Android traen un montón de software que está ligado a Google (como Gmail y YouTube), lo cual crearía problemas de usabilidad para los usuarios de Huawei en el corto plazo. Digo corto plazo porque a mediano plazo seguro que Huawei desarrollará alguna alternativa al play store y solucionará todo, y capaz que hasta anda mejor que los servicios de Google, ojo.
– Al otro día, el presidente chino (que formalmente lo tienen a la altura de Mao Tse Tung, el padre de la China moderna, o sea, lo veneran porque ha llevado a China a disputarle la primacía mundial a EEUU) se apareció en la mayor mina del mundo (que está en China) de minerales raros. Los minerales raros son muy muy escasos en el mundo y son imprescindibles para desarrollar dispositivos de muy alta tecnología (3). Si bien no emitió declaraciones, esa visita se entendió como un aviso de que si EEUU no deja a sus empresas negociar con empresas Chinas, entonces China va a prohibir la exportación de minerales raros a empresas de EEUU. O sea, le metió la pata en el pecho a Trump.
– Al otro día de esa visita a la mina, EEUU emitió un comunicado donde posterga la entrada en vigencia por 90 días (renovable) del decreto que prohibía a empresas yanquis comerciar con Huawei. Más tarde Trump declaró que el problema con Huawei podría solucionarse con un acuerdo comercial con China (4). Por si faltaba mas evidencia respecto a la esencia política de este conflicto con apariencia tecnológico-comercial, países con muy buenas relaciones políticas con China, como Venezuela, han salido a manifestar inversiones en productos de Huawei (5).
Resumiendo, Trump se hizo el pendenciero, el chino le paró el carro en seco y Trump tuvo que recular en chancletas.
Geopolítica que le dicen …
¿Y por casa cómo andamos?
En el mundo actual es ya evidente que es fundamental para un estado tener el control sobre el software y los datos de sus sistemas informáticos. En ese sentido ha sido muy importante la ley de Software Libre y Formatos Abiertos aprobada en el 2013 (6). También fue un gran avance el Decreto sobre Ciberseguridad en el Estado firmado en el 2014 (7), que establece que los servidores de la administración pública que manejen datos de los uruguayos deben estar dentro de nuestro territorio.
Lamentablemente, no se están cumpliendo ni la ley ni el decreto. En la mayoría de los organismos públicos se sigue usando software privativo y hay organismos públicos que contratan servicios con empresas y en los cuales la información de nuestros ciudadanos queda alojada en servidores fuera del país.
Por otro lado, en el año 2015, el Plan Ceibal firmó un acuerdo con la empresa Google para que TODOS los estudiantes y docentes del país usaran una gama de servicios y herramientas que la multinacional ofrece para uso educativo (8). Dicho acuerdo tuvo la resistencia de un variado grupo de estudiantes, docentes, profesionales del derecho y la informática, académicos y organizaciones civiles. Este grupo organizado emitió algunos comunicados cuestionando el acuerdo (9).
El mayor problema de ese acuerdo es que por primera vez en el mundo, TODOS los niños de un país iban a tener TODOS sus datos en servidores de Google. A medida que pase el tiempo, estos niños iban a seguir utilizando los servicios y aplicaciones de Google y dentro de algunas décadas TODOS los datos de TODOS los ciudadanos de nuestro país estarían alojados en servidores de esta empresa. Basta imaginar que una empresa extranjera maneje los datos de todos los políticos, trabajadores, estudiantes, empresarios, autoridades, militares, policías, etc, etc de nuestro país para darnos cuenta de que esto es algo que no podemos permitir. Más aún sabiendo que por más que Google prometa que cumplen con distintas normativas relativas al resguardo de la privacidad de sus usuarios (10), hay ya varios casos en el propio EEUU donde esto no ocurrió, lo cual llevó a acciones legales contra la empresa, incluidas algunas por haber usado datos de estudiantes.
Por suerte este acuerdo no pudo llevarse a cabo con los estudiantes (por un problema del consentimiento requerido para usar los servicios de Google, al ser menores de edad tendrían que firmarlo sus padres, tema que no han podido solucionar … por suerte!!), aunque sí con los docentes.
Redondeando … hay una lucha encarnizada entre las grandes multinacionales tecnológicas por ofrecer productos y servicios con el fin no sólo de obtener beneficios económicos directos sino también para obtener datos a gran escala de sus usuarios. Con dichos datos pueden ofrecer nuevos servicios, pero también procesarlos para lograr ventajas comerciales, políticas y hasta militares. Hemos visto recientemente que hasta se pueden definir elecciones nacionales utilizando los datos que recaban estas empresas.
¿Cómo podemos enfrentar esto?
Primero, concientizando a los ciudadanos de los peligros que tiene el hecho de que una multinacional maneje sus datos. Pelear contra el “a mí qué me importa que tengan mis datos, si total no tengo nada que ocultar”.
Segundo, exigiendo a las autoridades que no sólo legislen y regulen el uso del software y datos que se manejan en los organismos públicos, sino también que hagan cumplir las reglamentaciones.
Notas
(1) https://cadenaser.com/ser/2011/02/18/internacional/1297993518_850215.html
(2) https://www.fayerwayer.com/2014/03/obama-volvera-a-reunirse-con-los-ceos-de-empresas-tecnologicas//
(3) https://www.infobae.com/america/tecno/2019/05/23/cuales-son-y-quien-produce-las-17-tierras-raras-claves-para-fabricar-celulares-computadoras-y-motores/
(4) http://www.expansion.com/economia-digital/companias/2019/05/24/5ce71b4e468aebfc088b469e.html
(5) https://cnnespanol.cnn.com/2019/05/24/maduro-dice-que-hara-una-inversion-inmediata-en-huawei/
(6) https://legislativo.parlamento.gub.uy/temporales/leytemp7211395.htm
(7) https://www.presidencia.gub.uy/comunicacion/comunicacionnoticias/decreto-ciberseguridad
(8) https://www.ceibal.edu.uy/es/articulo/que-beneficios-me-ofrece-hacerme-una-cuenta-de-google-ceibal
(9) https://eva.udelar.edu.uy/pluginfile.php/490743/mod_resource/content/1/Declaraci%C3%B3n%20de%20docentes%2C%20investigadores%20y%20profesionales%20sobre%20acuerdo%20Plan%20Ceibal%20-%20Google.pdf
(10) https://www.ceibal.edu.uy/es/articulo/documentacion-adicional-del-convenio-google-ceibal
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Fuente: https://www.mateamargo.org.uy/2019/05/28/geopolitica-de-datos/

La mal llamada Cuarta Transformación y la Constitución moral


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 La mal llamada Cuarta Transformación y la Constitución moral

 

 


1. Un nuevo gobierno en México
Sin duda, la llegada a la Presidencia de México por parte de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), apoyado en esa alianza interclasista que es MORENA y en el voto masivo contra los gobiernos neoliberales, significó un cambio de régimen político.
Pasamos de un régimen oligárquico neoliberal, autoritario y represivo pero cubierto con los ropajes de la democracia liberal, a un nuevo gobierno con rasgos bonapartistas, con un Caudillo que pretende levantarse por encima de la lucha de clases, en la desgasta estela de los llamados gobiernos progresistas latinoamericanos.
Del cada vez más deslegitimado dominio político-ideológico neoliberal, que funcionaba con más coerción y sin generar consensos, hemos transitado a un nuevo gobierno con una fuerte legitimidad política.
Sin embargo, este gobierno de AMLO mantiene su batalla política con el pasado régimen (tal es el sentido político de las "mañaneras" del presidente), con una nueva capa de intelectuales orgánicos (desde los muy efectivos youtuberos hasta intelectuales que vienen de la izquierda anticapitalista como El Fisgón, Taibo II, Armando Bartra, entre otros). La lucha por el poder sigue y, por eso, se busca imponer una nueva forma de dominación hegemónica que genere nuevos consensos así como un nuevo sentido común en la mayoría del pueblo mexicano.
En esa política hegemónica del nuevo gobierno se trata de imponer el discurso y el relato de la ruptura con el neoliberalismo, simplificado éste a una forma de gobierno corrupto al servicio de un pequeño comité de oligarcas. Desde este discurso y relato, la crisis que provocó el neoliberalismo se debe, principalmente, a la corrupción. La crisis de México es una crisis moral que requiere, por consiguiente, una regeneración moral cuyo núcleo es la honestidad y la austeridad republicana, simbolizada por los liberales mexicanos del siglo XIX. En este relato, AMLO se presenta como un nuevo Juárez y su equipo como lo héroes que están forjando la Patria.
En realidad, el discurso patriotero de la austeridad republicana solo repite las muy reales políticas económicas de la austeridad neoliberales y sus recortes al Estado social, con el consecuente crecimiento del desempleo y recortes del presupuesto social (película muy vista en los primeros gobiernos neoliberales mexicanos). Un excolaborador de AMLO, Mario Di Costanzo, hace un "diagnóstico demoledor" (dice el Proceso 2221 de mayo del 2019): "La 4T parece más un Estado neoliberal mal hecho." Según Di Costanzo, el "agresivo ajuste al gasto público", los recortes de personal, la baja de salarios, el freno al gasto corriente, no quitan la grasa del Estado social sino que están "cortando músculo y arterias que van a afectar al gobierno, sobre todo en empresas que tienen que ver con atención a la gente." El neoliberalismo se mantiene en el gobierno de AMLO y vuelve a reciclar el discurso ideologico de la austeridad.
Por su parte, el relato de la corrupción no logra encubrir que este nuevo gobierno mantiene el proceso de acumulación capitalista por despojo, que es la esencia misma del neoliberalismo. Porque el neoliberalismo no es un determinado régimen político (ya que admite diversas formas de dominación) sino una política económica que impulsa un modelo de acumulación que recrudece la explotación eclipsando al Estado social y despoja a los países semicoloniales de gran parte de sus riquezas por varias vías: la de la Deuda Externa, la del despojo salarial, la del extractivismo, formas de despojo no mencionadas, cuestionadas o tocadas por el nuevo gobierno.
Sus esperadas políticas redistributivas no se dirigen hacia la reconstrucción del Estado social, es decir, no apuntan a restituir las obligaciones constitucionales del Estado, ni mantienen o fomentan formas de autorganización social que resistieron o se crearon para resistir la violencia institucional de la oleada neoliberal. En aras de su lucha moral contra la corrupción, en este gobierno se siguen sacrificando servicios sociales y derechos sindicales así como de organizaciones que intentaron cubrir los espacios abandonados por la minimización del Estado neoliberal. El nuevo gobierno de AMLO ha optado por promover políticas asistencialistas sin la intermediación de orgnizaciones sociales, fomentando así el individualismo y un clientelismo político en torno a un presidencialismo remasterizado.
2. El Presidente y la moral
Aunque, reitera AMLO, el pueblo es bueno y noble, mientras que la Mafia del poder (político y económico) es inmoral y corrupta, nuestro presidente se asume como un Guía para la regeneración moral de México. Para ello se requiere una Constitución política, que puede empezar a discutirse a partir de la Cartilla moral que escribió Alfonso Reyes hace casi 80 años y que todos debemos leer para luego recibir los Mandamientos que este gobierno nos dicte. Tal es el discurso y el relato que una política con pretensiones hegemónicas se lanza desde este gobierno.
Como renacionalizar PEMEX puede ser complicado y afectar verdaderamente intereses de transnacionales, se prefiere combatir el huachicol y hablar de la necesidad de la moral. Como impulsar una auténtica recuperación salarial para todos los trabajadores puede molestar a los empresarios, se hace caso omiso de las huelgas y se sigue reiterando el discurso de moralizar a la sociedad. Como atacar al extractivismo alejaría la inversión nacional y extranjera, es mejor combatir a los corruptos y promover la discusión moral. Como afectar de raíz al neoliberalismo (que es esencialmente económico) no está en el horizonte mental y político del gobierno de AMLO, entonces éste se propone centrar la forma política en el combate a la corrupción e imponer un discurso moral para regenerar (moralmente) a México.
Por cierto, la Cartilla Moral de Alfonso Reyes es una serie de breves lecciones de moral, tradicionalistas y eurocentristas, que a partir de una dualista y simplista concepción de ser humano (con cuerpo y alma) y de la cultura (sustentada en espíritu moral), deriva una serie de obligaciones morales y cívicas: respeto a la familia (¡concebida como hecho natural!), a la sociedad (para actuar con urbanidad y cortesía), a la Ley y el Derecho, al gobierno, a la Patria, a la sociedad humana, a la naturaleza.
Como casi todos los discursos morales, el texto de Reyes idealiza y simplifica al extremo el mundo social, velando la existencia de la diversidad de morales, su historicidad y contradicciones, las formas de poder que las penetran.
Cabe subrayar que, con esta maniobra estratégica y política de impulsar la discusión sobre una Constitución moral, el nuevo gobierno de AMLO pretende arrebatarle una bandera a la derecha: la del discurso moral, la apelación del Bien y el respeto al orden establecido (familiar, legal, gubernamental). Con ello se esfuerza por cambiar la discusión política y económica por la moral, intentando ocupar el centro político, alejándose de toda identificación con la izquierda.
Esta maniobra discursiva es muy típica de la nueva derecha latinoamericana que, contra los gobiernos progresistas, se levantó rechazando la corrupción de los gobernantes y de la sociedad, defendiendo a la moral. Ahora, cuando estas derechas gobiernan, siguen usando el discurso moral para desmontar al Estado social con políticas de austeridad, tal y como lo hace este gobierno de AMLO.
3. ¿Y la ética política?
Si la Derecha quiere la bandera de la Moral (para volverla doble moral, en la que se dice una cosa y se hace otra), la verdadera izquierda siempre se queda con la bandera de la ética-política.
La ética tiene una doble función: criticar a la moral establecida y proponer lo que Deber ser, para cambiar y mejorar el mundo. Desde la ética política de izquierda, se cuestiona una moral, como costumbres y normas, necesariamente heterónoma (impuesta) y conformista, una moral reproduccionista (de la sociedad) y represiva (¡para Freud la moral es el Super Yo represivo del Ello inconsciente, el propio malestar neurótico de la cultura!), una moral tradicionalista, patriarcalista y sexista. La ética política de izquierda rechaza una moral marcada por el capitalismo, que promueve la adoración al dinero, el lucro y la avaricia, la posesividad y la competencia, el consumismo de mercancías cada vez más tóxicas y rápidamente obsolescentes (a eso Fromm le llama necrofilia).
De hecho, la moral puede entenderse como un dispositivo de poder que impone, reproduce y naturaliza el dualismo jerárquico y opresivo que constituyen al patriarcalismo, el clasismo, el racismo, el colonialismo, así como la competencia de todos contra todos en aras del dinero que se hace más dinero (del Capital).
La ética crítica de izquierda cuestiona a la familia moderna, que no es un hecho natural sino un producto histórico-social penetrado por la violencia patriarcal, que hasta nuestros días se mantiene; también rechaza que la sociedad esté dividida en clases que luchan entre sí porque una busca explotar (privatizar la riqueza social) a la clase que produce; critica gobiernos y Leyes que responden a los intereses de las clases dominantes explotadoras, así como a los imperialismos que impiden que seamos una patria libre y latinoamericana.
Pero esta ética no se queda en la crítica a la moral hegemónica, también propone lo que Debe ser, siempre y cuando sea racionalmente posible. La ética política de izquierda propone lo que no es pero debe ser: la utopía como horizonte estratégico que guía sus acciones y luchas políticas transformativas. Por eso, la izquierda lucha por la Igualdad, la Libertad, la Democracia, la Justicia, la Vida, por un mundo sin explotación ni clases, sin opresiones ni discriminaciones, sin patriarcalismos ni sexismos, sin fronteras ni guerras, sin ecocidio ni intoxicación medioambiental. Y lucha para que esto ocurra en México y en el mundo entero.
La utopía ética politica de izquierda es anticapitalista, feminista, ecologista, democratizadora, justiciera. Pugna por una democracia participativa y extendida a todas las esferas de la sociedad: en los pueblos, barrios, alcaldías, las escuelas, las fábricas, las comunidades y organizaciones.
Esa autorganización de los trabajadores debe gestionar colectiva y democráticamente tanto la producción y el consumo, con justicia social y ecológica, como el metabolismo Sociedad/Naturaleza, de modo que se detenga el ecocidio y la contaminación de la naturaleza, permitiendo su preservación y regeneración así como la estabilización del cambio climático.
La Derecha, que aspira que el pasado de sus privilegios sea un presente eterno, defiende a la moral establecida. La Izquierda, que lucha por un futuro justo, libre, democrático, que quiere dejar en el pasado el atroz presente capitalista, defiende una ética política que guía sus acciones.
Conclusiones
Tal vez la discusión sobre la Constitución moral (que no será la de Alfonso Reyes sino la que elaboren los nuevos intelectuales orgánicos de este gobierno) pinte por entero al nuevo gobierno de AMLO como uno que dejó atrás los ideales ético políticos de impulsar una verdera revolución permanente en la economía, la política, la cultura (que sería la auténtica 4T), intentando dejar atrás al capitalismo. Como un gobierno tan moral que tiene una doble moral: dice una cosa (acabar con el neoliberalismo) pero hace otra (mantiene la acumulación capitalista neoliberal).
La necesidad de este gobierno de un discurso moral, como jugada política de lucha hegemónica, en realidad revela toda su miseria ética política, su carencia de utopías verdaderamente transformativas.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.