martes, 19 de marzo de 2019

NOTICIAS Y ARTÍCULO QUE DEBE CONOCER PARA ENTENDER AL MUNDO.......Mar 19 (21)



NOTICIAS Y ARTÍCULO QUE DEBE CONOCER PARA ENTENDER AL MUNDO.......Mar 19 (21)

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Informar, el delito de una periodista saharaui


kaosenlared.net

Informar, el delito de una periodista saharaui


Por Alfonso Lafarga
Equipe Media y otros colectivos de periodistas saharauis trabajan en la clandestinidad en la excolonia española al no estar reconocidos por las autoridades marroquíes y las consecuencias de su labor son la detención, la tortura y la cárcel, como es el caso de Abdalahi Lekhfauni (cadena perpetua), Hassan Dah (25 años de prisión), Mohamed Lamin Haddi (25 años), El Bachir Khada (20 años), Mohamed Banbari (6 años), y Saleh Lebsir (4 años).

Nazha El Khalidi informa de lo que ocurre en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos y por su labor periodística ha sido detenida y maltratada en dos ocasiones por la policía marroquí. Ahora va a ser juzgada con la excusa de trabajar sin tener el titulo de periodista y puede ser condenada a una pena de cárcel de tres meses a dos años.
El Khalidi, de 26 años, que trabaja para Equipe Media y RASD Tv, va a ser juzgada el 18 de marzo en El Aaiún, capital del Sáhara Occidnetal, acusada de “reclamar o usurpar un título relacionado con una profesión regulada por la ley sin cumplir con las condiciones necesarias para llevar este título”.
En aplicación del artículo 381 del código penal marroquí, la periodista  puede ir a la cárcel, además de serle impuesta una multa que puede ir desde los 120 dírham (12 €) a los 5.000 (500 €), por un derecho que contempla la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo 19 -“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión”- y el  Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, al que Marruecos se unió en 1978,  y que establece en el artículo 19.2 que “toda persona tiene el derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.
La primera vez que la policía detuvo a Nazha El Khalidi fue el 21 de agosto de 2016 en El Aaiún mientras informaba sobre una manifestación de mujeres: le fue confiscada la cámara y pasó la noche en la gendarmería, donde además de ser interrogada sufrió torturas. La segunda tuvo lugar el 4 de diciembre pasado, también en El Aaiún, cuando transmitía una manifestación saharaui con motivo de las negociaciones en Ginebra entre el Frente Polisario y Marruecos. En las redes sociales se pudo ver cómo era perseguida, detenida y golpeada. Le confiscaron el móvil y en comisaría fue interrogada y maltratada durante cuatro horas.
El 4 de marzo la policía marroquí se presentó en casa de Nazha El Khalidi, a la que convocó en comisaría e interrogó sobre su activismo mediático y ella respondió que su trabajo es de periodista. Dos días después recibió una citación para comparecer en juicio el 18 de marzo.
Marruecos criminaliza a los periodistas saharauis 
Desde Equipe Media, grupo periodístico saharaui que graba y comparte en redes sociales los abusos cometidos por autoridades marroquíes en el territorio ocupado, se señala que es “la primera vez que los tribunales marroquíes utilizan estos cargos contra un periodista saharaui”. EM y la plataforma de DDHH Watching Western Sáhara denuncian que el juicio forma parte de la “estrategia de Marruecos de silenciar y criminalizar a ciudadanos periodistas que rompen con el bloqueo mediático.
Equipe Media y otros colectivos de periodistas saharauis trabajan en la clandestinidad en la excolonia española al no estar reconocidos por las autoridades marroquíes y las consecuencias de su labor son la detención, la tortura y la cárcel, como es el caso de Abdalahi Lekhfauni (cadena perpetua), Hassan Dah (25 años de prisión), Mohamed Lamin Haddi (25 años), El Bachir Khada (20 años), Mohamed Banbari (6 años), y Saleh Lebsir (4 años).
La periodista El Khalidi lo explica así: “Intentamos visibilizar las violaciones de derechos humanos en el Sáhara Occidental, y eso supone mucho riesgo para nuestra seguridad. Sufrimos detenciones, torturas. Nuestras familias son amenazadas, presionadas. El único delito que cometí fue grabar las cargas policiales contra saharauis, y eso me puede costar meses o años de cárcel. Pero lo tenemos que hacer para romper el bloqueo que impone Marruecos.”
Equipe Media ha pedido a las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y de la libertad de información “que insten a Marruecos a que respete la libertad de prensa y de expresión en el Sáhara Occidental y deje de acosar a los periodistas saharauis”, que se retiren los cargos contra Nazkha y que liberen a los periodistas encarcelados por hacer su trabajo.
Precisamente en marzo el jurado del XII Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado concedió este galardón a la agencia de prensa Equipe Media, creada en 2009, por su esfuerzo colectivo “por hacer un periodismo de gran calidad, en cuatro idiomas, que suministra información a periodistas de todo el mundo y lucha por poner el foco sobre un conflicto olvidado por los medios de comunicación”, “con un gran riesgo para su seguridad y su integridad física”, hasta el punto de que “varios de sus periodistas han sido detenidos y agredidos por realizar su trabajo”.
Nazha El Khalidi va a ser juzgada con la justificación de que trabaja como informadora sin estar en posesión del título de periodista, profesión que se puede ejercer en otros muchos países sin tener tal certificación académica, como es el caso de España, la potencia administradora de iure del Sáhara Occidental, donde ejercen la profesión destacados comunicadores que no son oficialmente licenciados en periodismo.
Informar, el delito de una periodista saharaui

Brutal accionar imperialista ante las insuficiencias de las reformas y el “progresismo”


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Brutal accionar imperialista ante las insuficiencias de las reformas y el “progresismo”

 

 


“Las elites putrefactas del gran capital solo generan contra-reformas armónicas a sus drásticos procesos de acumulación y concentración de poder en todos los órdenes, al tiempo que procurar subvertir todo cambio fuera de su control.”

La imperiosa necesidad de enfrentar la brutal contraofensiva imperialista contra los procesos políticos hacia la nueva independencia de nuestra América no resiste la más minina duda: este tema debe colocarse en el centro del accionar de las fuerzas transformadoras del continente y del mundo.
Y en ese centro, la defensa del proceso hacia la revolución en Venezuela -confrontada a la estrategia de desestabilización, golpe violento e invasión- debe ocupar un lugar señero.
Ahora bien, los perversos logros de ese accionar imperialista-neofascista deben sí mover la reflexión sobre las vulnerabilidades de los procesos emprendidos y las debilidades que han facilitado el contra-ataque imperial en su denominado “patio trasero”.
No es de revolucionarios/as asumir la conducta del avestruz frente a realidades que merecen ser subsidiariamente abordadas, ni respecto a concepciones y actitudes que deben ser superadas.
Los reveses registrados en el campo de la muy diversa oleada de cambios impugnados por los EEUU y aliados, nos convocan también a esa reflexión con el exclusivo interés de que los nuevos resultados de las nuevas resistencias y ofensivas populares posibiliten la superación de esas debilidades.
La declinación de gobiernos denominados progresistas, reformadores, de izquierda o centro-izquierda, la variedad de golpes de Estado regresivos (con o sin cobertura electoral) ya ejecutados en Honduras, Paraguay, Argentina, Ecuador, Perú y Brasil… y los intentos de insurgencias ultra-derechistas violentas en Nicaragua son muy significativos; aunque de ninguna manera equivalen a otro “fin de la historia” ni a una “clausura” de la oleada de cambios iniciada a final del siglo XX y principio del XXI; mucho menos implica el cierre del prolongado ciclo histórico por la nueva independencia y el socialismo que inició en nuestra América el triunfo de la Revolución Cubana.
Ahora, a esa cadena de reveses se suma, luego de los alentadores pero frágiles avances registrados en México, la derrota poco analizada del FMLN en el Salvador; y el reto de los renovados esfuerzos de la reacción mundial por revertir el proceso bolivariano en Venezuela, apuntando también contra con más descaro que antes contra Bolivia, Cuba y Nicaragua.
* Realidades inocultables.
Cierto que las fuerzas de la contra-reforma y la contra-revolución a cargo del imperialismo occidental encabezado por EEUU han arreciado su contra-ofensiva sin que ello signifique la derrota definitiva del periodo post-neoliberal, aunque al mismo tiempo se nos presentan nuevos y enormes desafíos respecto a las implicaciones del impulso neofascista que le imprime la administración TRUMP.
Estamos más bien en el curso de una fase de cierta agotamiento, con marcada pérdida de legitimidad popular de una parte de sus productos gubernamentales y estatales, y sus impulsos ascendentes; con variados niveles
de desgastes de las fuerzas políticas sustentadoras de esos procesos, que exhibiendo logros importantes en cuanto a reconquista de la independencia, reformas y programas sociales de diversos calados, han obviado transformaciones estructurales a favor de la socialización de la propiedad, de la economía, el poder y la cultura, imprescindibles para desmontar el neoliberalismo y consolidar la soberanía en todos los órdenes..
• Causas del repliegue imperialista hacia su “patio trasero” y del debilitamiento de los procesos autónomos.
El fortalecimiento y actualización de la contrapartida reaccionaria ha sido una variable manejada por los centros de inteligencia militar, política, psicológica e ideológica del imperialismo occidental hegemonizado por EEUU y sus fuerzas aliadas, con destacada actuación de la inteligencia sionista y sectores neofascistas.
Esto se relaciona con el alto grado de repliegue de EEUU hacia su denominado “patio trasero” en el contexto de los recientes cambios registrados en la geopolítica mundial, evidentemente desfavorables a su pretendida unipolaridad afectada por su pérdida de influencia en Europa Oriental, Medio Oriente y Asia Central.
La unipolaridad de que tanto se habló luego del colapso de la URSS y sus socios del Este Europeo, ha sido reemplazada por una multipolaridad inestable en la que se registra una extraordinaria recuperación militar de Rusia y un repunte de China Popular como potencia militar acompañada de una fuerte tendencia a convertirse en primera potencia económica mundial.
Por su parte, en nuestra América el desgaste de las fuerzas gubernamentales a cargo de los promisorios procesos de cambios emprendidos al finalizar el siglo XX e iniciarse el siglo XXI, ha sido causado tanto por decisiones, límites y fenómenos propios de sus gobiernos y Estados como por factores externos, que combinados y confluyendo, lo han estancado, debilitado, degradado… aumentando a la vez su vulnerabilidad frente a los planes desestabilizadores de factura imperialista.
En el plano de los impactos procedentes del exterior hay que destacar la evolución desfavorable de la crisis global del capitalismo y su permanente manipulación traducida en el descenso dramático de los precios del petróleo, crisis de los “comodities” y reducción de las exportaciones suramericanas hacia China, Rusia e India.
En el orden interno han gravitado negativamente el predominio del reformismo respecto a las transformaciones revolucionarias, la preeminencia de los planes asistencialistas respecto a los cambios estructurales y al imperioso incremento de la capacidad productiva, y los retrasos en la modificación de las relaciones de propiedad y en el traspaso del poder de decisión al pueblo, a sus movimientos y comunidades de base.
No han faltado las distorsiones provocadas por la coexistencia de reformas y programas sociales de corte anti neoliberal con políticas públicas neoliberales en el marco de una prolongada y desgastante cohabitación de una economía de Estado (que tiende a reproducir las viejas prácticas paternalistas, clientelistas y burocrática, y fuertes dosis de corrupción) con el accionar degradante de la gran burguesía financiera, comercial, importadora y delincuente; siempre en detrimento de la economía social y el poder popular y comunitario, incluso en casos donde los cambios constitucionales y legislativo lo favorecen.
Esa coexistencia traumática -con expresiones variadas y diversas por países- han frenado y desnaturalizado la fase post-neoliberal de los cambios y ha ayudado a que la crisis global de un capitalismo usurero, especulador, voraz y destructivo deteriore o reduzca avances alcanzados.
A la continuidad de un capitalismo privado local y trasnacional con fuertes incidencias en esos escenarios nacionales, lumpen imperialismo y lumpen capitalismo en fin de cuentas, le ha acompañado un nefasto poder mediático-ideológico bajo control privado, permanentemente empleado para reproducir anti-valores, alienar y desestabilizar a favor de las contra-reformas; sin que los gobiernos agredidos se hayan decidido a conjurar definitivamente esa afrenta, ampliando a la vez la libertad de información y las posibilidades de debate desde un nuevo modelo de comunicación social.
• La prisión impuesta a nuevas mayorías electorales por los viejos Estados y agotamiento de los nuevos procesos constituyente.
En el orden institucional una parte de los procesos de cambio se montaron sobre la vieja institucionalidad burguesa y se acomodaron al cerco que ésta impone, sin atreverse a reemplazarlas.
En otros casos se pusieron en marcha procesos constituyentes que introdujeron cambios democratizadores de alta significación, pero que ya presentan señales, más o menos contundentes, de agotamiento. Algo, por ejemplo, que el propio Chávez percibió en Venezuela cuando argumentó sobre la necesidad de un GOLPE DE TIMÓN que traspasara el poder del Estado vigente a las comunas, construyendo un poder popular capaz de “pulverizarlo” políticamente y de abolir el capitalismo.
Dentro de esos contextos no han faltado, en unos casos más en otros menos, con algunas excepciones (¡Uruguay!), los procesos de burocratización y corrupción que erosionan a los gobiernos, partidos y lideres que lo protagonizan o toleran; contribuyendo así a la recuperación de la derecha tradicional y/o a la conformación de nuevas derechas alimentadas por la contra-revolución imperialista que apuesta a reemplazar por cualquier vía todo lo que no esté bajo su absoluto control, no importa su grado reformador.
Vale apuntar aquí que las reformas políticas y sociales esta vez no han sido -como sucedía en tiempos remotos- iniciativas de las elites capitalistas
hegemónicas, esencialmente neo-liberales, usureras, militaristas y mafiosas, sino de actores sociales enfrentados desde hace tiempo a esas cúpulas e impulsores del denominado post neoliberalismo.
Actores políticos y sociales que en diversos grados de profundidad -y en algunos casos -acompañado de un interesante discurso anti-capitalista y socialista- se ha quedado a medias; cohabitando con el predominio del gran capital, retrocediendo incluso frente a él; desgastándose por no decidirse a pasar de las reformas estancadas a la revolución social y cultural, y del nacionalismo estatal ambiguo al bolivarianismo y al internacionalismo revolucionario, consecuente, popular…
Obsérvese que la desviación reformista incluye la declinación de la visión internacionalista revolucionaria, la introversión en lo nacional-estatal en casi todos los casos…hasta en el caso de las FARC-EP en los diálogos de paz.
Es significativo como la “vuelta” a variantes de un keynesianismo poco viable dentro del capitalismo financierizado y gansterizado, no ha provenido de los centros de poder de la gran burguesía local y transnacional de estos tiempos, de sus partidos y organizaciones corporativas, sino de opciones políticas sustentadas por sectores de capas medias y facciones liberales-burguesas más débiles, resistentes todos al cambio revolucionario.
* Un capitalismo in-reformable para mejorías.
Las elites putrefactas del gran capital solo generan contra-reformas armónicas a sus drásticos procesos de acumulación y concentración de poder en todos los órdenes al tiempo que procurar subvertir todo cambio fuera de su control.
La mezcla y superposiciones -compitiendo, enfrentándose y negociando- entre los Estados gerenciados por esas especies de keynesianismo o neo-socialdemocracia y el gran capital privado de la decadente era neoliberal del capitalismo, tiende a bloquear y deformar las reformas sociales y a tragarse las redistribuciones emprendidas; y esto, en medio de la crisis global de un capitalismo altamente especulativo, voraz y destructivo, arropa esa especie de neo-reformismo huérfano de protagonistas y vanguardias política-sociales consistentes, facilitándose así la revancha derechista.
De manera muy original, con este largo rodeo histórico, queda más claro que antes que el capitalismo-imperialismo actual en plena fase de endurecimiento, decadencia y putrefacción, es irreformable: no admite ni soberanía nacional ni popular, ni siquiera reformas sociales keynesianas; al tiempo que tiende a desplazar traumáticamente a los nuevos actores políticos y sociales que intentan hacerlo, cual que sea la timidez o profundidad reformadora puesta en práctica.
En los hechos una parte significativa de los partidos y movimientos protagonistas de las reformas, enfrentados a los promotores contra-reformas abandonaron, o frenaron progresivamente sus postulados revolucionarios iníciales.
Esta combinación de factores ha determinado el desarrollo de una fase de estancamientos, retrocesos, crisis, vulnerabilidades y decadencia de los llamados cambios post neoliberales cuyos promotores no se decidieron oportunamente a imprimirle a esos procesos una impronta determinantemente anti-imperialista, anti-capitalista, antipatrialcal, revolucionaria, socialista, latino-caribeña, internacionalista. Del desgaste profundo se ha pasado a los golpes consumados y puntos de altos riesgos.
Las expresiones de esos fenómenos de “retrocesos” y sus impactos son tan variados como las características de los diferentes procesos nacionales. Igual los niveles de agotamiento, los riesgos y las posibilidades de sobrevivir sin rupturas a favor las derecha pro imperialistas.
Es obvio también que las fuerzas del gran capital transnacional y local, y las fuerzas políticas e ideológicas afines, han contado- no es el caso de Venezuela y menos el de Cuba- en no pocos casos con medios y poder para volverse a imponer temporalmente desplazando a los regímenes que no controla.
Pero también es evidente que difícilmente logren estabilizar los engendros que esa determinación genera. Esto así porque una cosa son los gobiernos y partidos que logra derrotar y otra lo que todo este ciclo histórico, en particular esta oleada de cambios, ha logrado generar en las bases de estas sociedades.
* “Cuando va a amanecer la noche se torna más oscura”…
Una ola más profunda y radical que la anterior parece gestarse en el seno de la que declina y de la que sensiblemente debilitada el imperialismo y las derechas intentar revocar en toda su extensión.
Viejos y nuevos actores tienden a radicalizarse, mientras crece la razón de que dentro del capitalismo y su dominación local y global no hay mejorías estables por la vía reformista.
En Venezuela, por ejemplo, el terreno se torna más fértil para la propuesta de un socialismo comunitario, que liquide el capitalismo privado y supere el Estado Burocrático.
La crisis del sistema capitalista en su centro (EEUU), tiene perspectivas imprevisibles en su contra a la luz de su crónica decadencia en todos los órdenes, develada en mayor medida a raíz del ascenso de Donald Trump al frente de su cúpula imperialista.
La democracia de calle y la insurgencia global generalizada (entendida en toda su diversidad y amplitud), suma de insurgencias locales, nacionales, regionales, parece ser la vía expedita para detener y superar la destrucción y el caos que está generando: porque es vital convertir en multitudinaria la indignación y potenciar la creatividad necesaria para vencer un sistema capitalista-imperialista que es fuerte y débil a la vez.
No son tiempos de repliegue revolucionario, sino de resistencias y ofensivas transformadoras de lo pequeño y mediano a lo grande; puesta la mira en la insurgencia global anti-capitalista imbuida de mucho latino-americanismo e internacionalismo, de mayores confluencias y coordinaciones, de combinación de la unidad en profundidad con la unidad en amplitud. Nuevas vanguardias activas y pueblos movilizados construyendo contra-poder para recrear su propia alternativa solidaria.

Venezuela. Así es la guerra


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Venezuela. Así es la guerra


Por Huerfano
No discrimina entre aliados o no aliados, chavistas, opositores, biconceptuales y ni-ni, si necesitan algún hecho más contundente para aceptarlo, el apagón es muestra fidedigna de ello…

Siete (7) días después del apagón nacional conversé con tres amigos habitantes del este, oeste y centro de la ciudad de Caracas (pudiente, semi-pudiente y muy poco pudiente). Uno de ellos, sr. Carlos (desafecto al gobierno del Presidente Nicolás Maduro y al Chavismo), muy desencajado por cierto, narraba desaforadamente los momentos de tensión que vivió durante el apagón. Resaltaba lo tenebrosa que se sentía la calle a cualquier hora del día, pero más aún, al entrar la noche. Inclusive señalaba que esperaba con estupor, hermetismo, y terror la agresión militar que consideraba debía ser una opción en la mesa.
El otro amigo es biconceptual y algunas veces ni-ni (Juan, semi-pudiente), narraba con mesura lo dificultoso que fue atender la emergencia familiar esos días. Él (nos decía) habita en el PH de un urbanismo de 14 pisos y 4 torres, el tanque de agua de la urbanización puede abastecer durante tres días máximo si hacemos uso racional del preciado líquido, las lámparas de emergencia no le hemos hecho mantenimiento, no contamos con planta eléctrica, pero gracias a Dios teníamos servicio de gas.
Continúa diciendo: bajar y subir todos los días 20 escalones por piso no es nada fácil, menos aun si llevas algo en la mano; para colmo, es poco lo que puedes hacer en la calle, porque los cajeros, puntos de ventas, bombas de gasolinas, automercados, servicio de agua potable, internet, medios de comunicación (a excepción de radio de pila o vehículos) estaban sin funcionamiento producto del apagón. Cierra su narrativa afirmando “la verdad es que no hay nada más terrible que sentirse una coma en el universo, tener poco acceso a información veraz y oportuna en momentos como esos, incrementa los niveles de angustia y estrés. Es inhumano que hayamos vivido momentos tan desquiciados como estos. ¿No te parece?” pregunta a Aranguren, quien es simpatizante activo del Chavismo y de la Revolución Bolivariana. —Claro que sí. Yo también lo sufrí.
Los tres comienzan a debatir las razones de las causas del apagón. El sr. Carlos sostiene que el responsable es el gobierno; Juan, a pesar de tener una actitud más ponderada, está de acuerdo con Carlos en un 50%, y Aranguren responsabiliza al autoproclamado y a los EEUU. En fin, ellos reflejan la matriz de opinión sobre el apagón nacional.
Me consultan sobre quien considero es el mayor responsable del apagón, a lo cual respondo: es público y comunicacional el asecho del que es víctima el pueblo venezolano, por parte de la corporocracia norteamericana, sus gobiernos satélites y la oposición nacional. Basta con revisar la historia reciente para constatar lo agresivos que han sido desde que la Revolución Bolivariana asumió el poder.
Si tiene dudas sobre lo agresivos y violentos que han sido, observen los dos últimos ataques recientes: la ocurrida en la frontera colombo-venezolana, donde se libró la batalla de los 4 puentes y el magnicidio en grado de frustración en contra del presidente Nicolás Maduro y el Alto Mando político-militar, donde investigaciones no gubernamentales, sino privadas no pro-gobierno, señalan la participación de enemigos de la Revolución Bolivariana en cada una de ellas. El New York Times confirma que quienes quemaron los camiones en el puente Santander fueron desafectos al gobierno, mientras que CNN publica un vídeo donde sujetos asumen la autoría del magnicidio, vale decir, echan por tierra el supuesto falso positivo montado por el gobierno. Y, con relación al apagón los tweets de Marcos Rubio, John Bolton y el autoproclamado dejan entrever su participación en este hecho tan deplorable, despiadado y lamentable del que fueron víctimas el pueblo chavista, no chavista, biconceptuales y ni-ni.
Mi consideración, es que estamos obligados a aislar a los ultrosos, facinerosos y apátridas para neutralizar una de la opciones que maneja la corporocracia, el autoproclamado, algunos descocados opositores e inclusive, el mismo sr. Carlos, antes del apagón; de lo contario pudiéramos estar en el preámbulo de una guerra convencional que como bien sabemos traería muchísimas más calamidades, desastres y secuelas al pueblo venezolano. Los invito a reflexionar sobre las consecuencias de la guerra. El apagón y lo vivido estos últimos 6 años es un minúsculo preámbulo.
Revisemos las consecuencias de la guerra: en Siria (hasta 2015 más de 250.000 víctimas donde más de 74.400 eran civiles y más de 12.500 niños) Irak (250 mil civiles), Libia (desde los primeros bombardeos hasta el año 2015 alrededor de 35 mil civiles murieron) y Ucrania (10 mil muertos aproximadamente). Como observan son desalentadoras y dramáticas, sin contar las pérdidas materiales donde analistas consideran que deberán pasar no menos de 15 años para mostrar alguna mejoría en infraestructura y servicios, además de tres generaciones para minimizar los daños psicológicos del pueblo. Allí han pasado penurias y muertos, afectos y desafectos al gobierno de cada uno de esos países. ¿Saben por qué? Sencillo, ASÍ ES LA GUERRA, no discriminan entre aliados o no aliados, chavistas, opositores, biconceptuales y ni-ni, si necesitan algún hecho más contundente para aceptarlo, el apagón es muestra fidedigna de ello.
Por último, es perentorio pujar con mayor fuerza y convicción el diálogo agónico, donde la legitimación del conflicto sea columna vertebral de la democracia venezolana.