domingo, 5 de enero de 2014

Historia de los Tres Reyes Magos del Oriente

Detrás de la Razón - Turquía: ¿Complot o corrupción?

Teoría, literaria, del caos

Teoría, literaria, del caos

Por Harendt

Teoría, literaria, del caosPortada de la novela "Caos Calmo", de Sandro VeronesiLos físicos y otros científicos explican la "teoría del caos" como aquella que ante sistemas dinámicos muy sensibles a las varaciones en las condiciones inciales puede implicar grandes d¡ferencias de comportamiento futuro en las partículas que los componen, imposibilitando con ello el hacer predicciones fiables a largo plazo. Todo ello, sin embargo, no implica que otros científicos igual de serios que los primeros sostengan que ese comportamiento pueda ser determinado de antemano si se conocen sus condiciones iniciales.
¿Somos los humanos y las sociedades que hemos ido conformando a lo largo de la historia autónomos en nuestros actos o meras partículas de movimientos impredecibles a largo plazo en función de las circunstancias? Nuestro gran filósofo Ortega y Gasset lo definió bastante bien, a mi juicio, cuando dijo aquello de: "yo soy yo y mi circunstancia".
Cuando todo se derrumba a nuestro alrededor, y la confusión y el desorden se apoderan de nosotros y de nuestro entorno, conviene mantener la calma. A veces no sirve de nada, o de mucho. Pero tampoco vamos a resolver la situación si no nos paramos a reflexionar; en algo deberíamos diferenciarnos de las partículas (físicas y químicas) que nos componen...
Pero hoy voy de literatura, no de física, química, sociología o política; para variar, que siempre cansa estar escribiendo sobre lo mismo. Hoy escribo de literatura, de italiana, y para ser más concreto de la novela "Caos calmo" (Anagrama, Barcelona, 2008) de Sandro Veronesi (Florencia, 1959), una excepcional novela, ganadora del Premio Strega, el más prestigioso de las letras italianas, que también ha sido llevada al cine por Antonello Grimaldi, e interpretada por Nanni Moretti. La leí hace cinco años de un tirón, tal día como mañana; uno de esos regalos de Reyes que se agradecen sin palabras. El título me desorientó en principio, así que tuve que buscar en el diccionario de la RAE lo de "calmo". Pensé que era un defecto de la traducción, pero no, es correcto.  La trama argumental es sencilla: Un joven ejecutivo milanés, directivo de una cadena de televisión, salva de morir a una desconocida que está a punto de ahogarse en la playa justo en el momento en que su mujer muere a pocos metros de él de un derrame cerebral. Tras las exequias, viudo, y con una hija de diez años, acompaña a la niña a su colegio en el primer día de clase tras las vacaciones veraniegas, y en un gesto de amparo hacia ella -seguro de que la tensión por la pérdida de la esposa y madre tiene que estar a punto de explotar para ambos- decide esperarla todo el día a las puertas del colegio. La situación se repite, al día siguiente, y al otro, y al otro... Con su coche como oficina, aparcado junto al colegio de la niña, el protagonista se convierte sin desearlo ni esperarlo, en el centro de una trama de intereses contrapuestos entre dos grandes multinacionales de la comunicación que se encuentran en proceso de fusión... Pero el dolor por la ausencia, esperado, temido y ansiado, no llega; ni a él ni a su hija. Y mientras pasan las semanas y los meses, y la situación y los personajes que van apareciendo: una cuñada, un hermano inmensamente rico y famoso, la mujer salvada por el protagonista, un padre ausente, compañeros de trabajo, vecinos, amigos, un niño autista, y jefes poderosos e implacables, van pasando por el coche aparcado junto al colegio, como si fuera un confesionario o el despacho de un psicoanalista... Así, hasta que en un sorprendente final, su hija, con un solo gesto de madurez, le hace volver a la realidad... De todas maneras una reseña mucho más elaborada de la novela la pueden leer en la crónica que de la misma publicó en Revista de Libros (Diciembre, 2008) la profesora titular de Filología italiana en la Universidad de Castilla-La Mancha, María J. Calvo Montoro, titulada "Lo reversible de la vida". Ella fue la que me animó a pedírsela a los Reyes Magos; si están a tiempo, les animo a que hagan lo mismo. Seguro que la disfrutan. 
Sean felices, por favor. Y como decía Sócrates, "Ιωμεν": nos vamos. Tamaragua, amigos. HArendt




La ceguera de las clases dirigentes

La ceguera de las clases dirigentes

Por Apu El autismo y la ceguera en la clase dirigente 
La ceguera de las clases dirigentes.
"Las clases populares se revolvieron contra todo: Gobierno, patrones, instituciones y autoridades en un ataque de violencia ciega e indiscriminada. ¿Cómo pudieron pensar las clases dirigentes que eso no iba a suceder?"
Historia e historias suelen entretejerse en las obras biográficas basadas en reminiscencias familiares. Lo que tenga que contar un hombre sobre su propia vida, si está contado con verdad, es raro que no interese a sus semejantes. Quizá sucede porque, en el fondo, las pasiones y obsesiones esenciales no han cambiado desde la antigüedad. Por tanto, este tipo de relatos terminan resultando en general muy apasionantes y, de un modo u otro, siempre sirven para entender el tiempo propio del espectador.
La ceguera de las clases dirigentes.
Podemos comprobarlo una vez más en el documental catalán de Mireia Ros, "Abans que el temps ho esborri" (Antes que el tiempo lo borre). Se trata de una crónica familiar, narrada en primera persona por su último vástago, del discurrir por el siglo veinte de una familia de la alta burguesía barcelonesa. El documental pasa de puntillas por la Semana Trágica y la Guerra Civil, como si fuera un sarampión que les pasó a otros. Puede parecer error del documental pero es, sin embargo, no defecto sino designio de sus autores. Saben que esa fue la actitud mayoritaria de la burguesía barcelonesa: huir o encerrarse en sí misma antes que admitir que habitaba un mundo que se desmoronaba. Lo marca en el filme una escena que funciona como giro de bisagra en el centro del metraje. En ella, sobre imágenes de la ciudad se escucha el tema Si mires enrere (Si miras atrás), un rap hecho por Gato-el-Qiman que empieza con los primeros versos de la nueva oda a Barcelona, escrita por el poeta Joan Maragall a principios del siglo veinte.
La ceguera de las clases dirigentes.Maragall escribió ese poema durante los hechos de la Semana Trágica de 1909 que pillaron a la burguesía barcelonesa con el paso cambiado por un agudo ataque de miopía social. La guerra en Marruecos había empezado en julio y se había establecido una leva forzosa del pueblo llano. Las condiciones sanitarias y técnicas del ejército eran tan lamentables que iban a una muerte segura. Por ello, las clases populares se revolvieron contra todo: Gobierno, patrones, instituciones y autoridades en un ataque de violencia ciega e indiscriminada. ¿Cómo pudieron pensar las clases dirigentes que eso no iba a suceder? Maragall, que había empezado su oda como puesta al día de la antigua oda de Verdaguer, cambió su tono a mitad de la redacción y la convirtió en algo mucho más agrio. Reprochaba a la ciudad su fariseísmo y sectarismo ("manto de monja y traje de señora") y su conclusión era clara: debe ser la propia burguesía la que se convenza a sí misma de que los ricos también sirven para algo. Si ella no se convence, difícilmente podrá convencer a los demás.
La ceguera de las clases dirigentes.La burguesía de entonces pretendía ignorar plenamente cómo vivían sus conciudadanos, sin darse cuenta de que solo las sociedades desestructuradas necesitan banderas y emociones fuertes para unirse más o menos endeblemente en torno a algo. Ahora que Samuel D. Abrams ha publicado el minucioso estudio titulado Leer a Maragall ahora es un buen momento para seguir mirando cómo vive el conciudadano y comprobar si las palabras del poeta siguen vigentes o si el ejercicio de Gato-el-Qiman es, como su título podría dar a entender, una simple mirada atrás a una lección tristemente aprendida.

Ligan a Manuel Bartlett con muerte de agente de la DEA y dinero de Caro Quintero

Ligan a Manuel Bartlett con muerte de agente de la DEA y dinero de Caro Quintero

Redacción SDPnoticias.com

dom 5 ene 2014 11:56
Ligan a Manuel Bartlett con muerte de agente de la DEA y dinero de Caro Quintero
Bartlett Díaz está señalado de haber recibido 4 mil millones de dólares en 1984 de manos de Rafael Caro Quintero en su búsqueda a la candidatura presidencial.
El semanario Proceso publica en su edición 1940 a ocho columnas los pormenores relatados por tres expolicías mexicanos radicados en EU del caso de secuestro y tortura a Enrique Camarena, agente de la DEA, en el que estarían involucrados Manuel Bartlett Díaz y Juan Arévalo Gardoqui, quienes se desempeñaban como titulares de gobernación y la Secretaría de la Defensa Nacional en 1985, respectivamente.
En el artículo titulado Bartlett, protagonista y beneficiario del caso Camarena del periodista Jesús Esquivel, se revela que el actual diputado del PT y el militar finado participaron en el interrogatorio a Kiki Camarena, agente de la DEA asesinado en febrero de 1985.
“Esta versión es sostenida por tres expolicías mexicanos que se encuentran amparados por el Programa Federal de Testigos Protegidos de Estados Unidos”, destaca el texto.
Además Bartlett Díaz está señalado de haber recibido 4 mil millones de dólares en 1984 de manos de Rafael Caro Quintero en su búsqueda a la candidatura presidencial.


 Portada de la edición 1940 de Proceso
De acuerdo con los tres testigos, entrevistados por separado e identificados como José I, José II y José III, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés), el narcotráfico, el ejército y el gobierno federal planearon el secuestro de Enrique Camarena el 7 de febrero de 1985.
La línea del asesinato obedece a que el agente antinarcóticos había descubierto un plan secreto de la CIA para armar la contra nicaragüense con recursos obtenidos del tráfico de drogas en México.
De acuerdo con José III, jefe de seguridad de Ernesto Fonseca Carrillo, uno de los líderes máximos del Cártel de Guadalajara, Manuel Bartlett Díaz estaba presente en la casa de Zuno Arce el 7 de febrero de 1985 cuando llevaron a Enrique Camarena y a Alfredo Zavala Avelar, piloto de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos.
‘Cuando me asomé, nada más estaba él pero al poco tiempo, más o menos en un par de horas, llegó Félix Gallardo y su gente con una persona que traían cubierta con una chamarra verde militar. Traía cubierta la cabeza y lo llevaban caminando. Uno de los de la escolta me dijo que era el piloto de Camarena. Vi que lo metieron al mismo cuarto donde estaba Camarena, el cuarto de servicio’, recuerda José III.
–¿Quiénes estaban dentro de la casa de Lope de Vega con Fonseca Carrillo y Caro Quintero?
–Bueno... en la sala de la casa estaban el general Vinicio Santoyo Feria (comandante de la 15 Zona Militar, con sede en Guadalajara); el general Arévalo Gardoqui (entonces secretario de la Defensa); Manuel Bartlett Díaz; Félix, el cubano, quien iba con otro extranjero al que no identifiqué ni supe su nacionalidad; Miguel Aldana Ibarra (director de la Interpol-México); Manuel Ibarra Herrera (director de la PJF), Espino Verdín y otros más.
–¿Qué estaban haciendo todas estas personas?
–Platicando en la sala. Pero en determinado momento se metieron al cuarto donde tenían a Camarena. Todos salían de la sala para ir a verlo. Bartlett también fue a verlo. Yo no sé si Bartlett lo cuestionó, pero él vio a Camarena en el cuarto de servicio varias veces. Andaban todos nerviosos, espantados, era un ambiente muy pesado, muy tenso. Se sentía el peligro. El peligro de muerte estaba presente.
Por su parte José I señala que fue testigo de una reunión de Bartlett Díaz con Rafael Caro Quintero, Manuel Salcido, Miguel Ángel Félix, Enrique Álvarez del Castillo (ex gobernador de Jalisco) y Juan Manuel Matta Ballesteros, de origen hondureño.
El texto publicado asegura que los tres testigos y el gobierno de Estados Unidos tienen un acuerdo para evitar declaraciones falsas. “El Witsec les advierte que de decir una mentira ante la Corte y en cualquier declaración pública que hagan perderán los privilegios que les han brindado a ellos y sus familias, serán acusados de obstrucción a la justicia y sentenciados a varios años de cárcel”.
Con información de Proceso