domingo, 29 de julio de 2018

El día que Estados Unidos se convirtió en imperio


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El día que Estados Unidos se convirtió en imperio


Se podría argumentar que Estados Unidos siempre ha sido un imperio. Thomas Jefferson llamó a los EE.UU un imperio, pero un "imperio de la libertad" dedicado a propagar la libertad en todo el mundo. Habría que decirle eso a los nativos americanos asesinados y desposeídos por los colonos blancos, o a los mexicanos. Estados Unidos se apoderó de un tercio de su país por medio de la guerra. Aun así, no fue sino hasta 1898 que EE.UU adquirió su primera colonia en el extranjero.   
EL DÍA QUE ESTADOS UNIDOS 
SE CONVIRTIÓ EN IMPERIO

Por Charles Pierson
Durante medio siglo el Reino Unido celebró el 24 de mayo, el cumpleaños de la difunta reina Victoria, como el "Día del Imperio". EE.UU debería tener su propio Día del Imperio y debería ser el 15 de junio. Fue el 15 de junio de 1898 que Estados Unidos se convirtió en un imperio. Ese día, la Cámara de Representantes de EE.UU votó 209 a 91 para anexar a Hawái. (El Senado de los Estados Unidos siguió el 6 de julio, votando 42 a 21 a favor de la anexión).
Se podría argumentar que Estados Unidos siempre ha sido un imperio. Thomas Jefferson llamó a los EE.UU un imperio, pero un "imperio de la libertad" dedicado a propagar la libertad en todo el mundo. Habría que decirle eso a los nativos americanos asesinados y desposeídos por los colonos blancos, o a los mexicanos. Estados Unidos se apoderó de un tercio de su país por medio de la guerra. Aun así, no fue sino hasta 1898 que EE.UU adquirió su primera colonia en el extranjero.    
Hawái había sido una nación independiente. En 1887, los colonos estadounidenses en las islas forzaron un cambio en la constitución hawaiana que en gran medida desposeyó a los hawaianos étnicos en beneficio de los blancos adinerados. En 1893, con el apoyo de los EE.UU, los hombres de negocios estadounidenses y europeos en las islas organizaron un golpe de Estado, derrocando a la monarquía, y estableciendo una República de Hawai'i; a partir de ahí, maniobraron para la anexión de Hawái en 1898. Ese mismo año, Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam se unirían al incipiente Imperio estadounidense, fruto de la victoria de los Estados Unidos en la Guerra Hispanoamericana.
¿Por qué el imperialismo?
Durante la campaña presidencial de 1896, se le preguntó al republicano William McKinley, que ganó en noviembre, cómo los EE.UU podrían evitar una repetición de la catastrófica depresión de 1893. McKinley respondió que "queremos un mercado extranjero para nuestros productos excedentes".
McKinley podría haber dicho "abundancia" en lugar de "excedente". Abundancia describe acertadamente la riqueza que fluye de los campos y fábricas de Estados Unidos. La abundancia debe ser bienvenida en cualquier sociedad. Pero no en la sociedad capitalista. Es una señal de la perversidad del capitalismo que hace que la abundancia sea un problema. El mercado interno, observó Lenin, no puede absorber la "superabundancia de capital" y los bienes. Por lo tanto, mientras el capitalismo permanezca siendo lo que es, el capital excedente se utilizará no con el propósito de elevar el nivel de vida de las masas en un país dado, pues esto significaría una disminución de los beneficios para los capitalistas, sino con el propósito de aumentar las ganancias mediante la exportación de capital al exterior, a los países atrasados [sic].
La teoría del imperialismo de Lenin explicaba la guerra que había comenzado dos años antes, en 1914. Lenin demostró que la guerra era imperial en su origen. Para poder sobrevivir, el capitalismo se ve obligado a mirar más allá del estado-nación y acceder al mercado mundial. Inevitablemente, esto hace que las naciones entren en conflicto entre sí. Lenin demostró que el imperialismo no era separable del capitalismo, sino que era la "etapa superior" del capitalismo. Lenin pensó que la Revolución seguiría inevitablemente. Lenin no previó que una vez que el capitalismo había alcanzado su "etapa superior" permanecería allí en un patrón de espera indefinido.
"Pequeños hermanos pardos"
La creencia en la superioridad racial blanca actuó como un estímulo, así como un freno a la expansión imperial de Estados Unidos. Algunos miembros del Congreso se opusieron al imperialismo porque era contrario al ideal del autogobierno establecido en la Declaración de Independencia. Pero también hubo una fuerte oposición a llevar a los no blancos de Hawái, Cuba y las Filipinas a lo que se consideraba como una república del Hombre Blanco. Por otro lado, los imperialistas argumentaron que era el deber (o "resposabilidad") del hombre blanco brindar liderazgo a nuestros "pequeños hermanos pardos", como los llamaría William Howard Taft, Gobernador General de Filipinas y futuro presidente de los Estados Unidos, en vista de que eran incapaces de gobernarse a sí mismos.
Un incidente en particular ilustra vívidamente esta actitud. Los filipinos que luchaban contra el dominio español creían que Estados Unidos había prometido liberar las islas. Antes bien, Estados Unidos tomó el lugar de España como los amos coloniales de los filipinos.
¿Por qué este cambio de rumbo? Como le dijo a un grupo de clérigos que visitaban la Casa Blanca, McKinley le había preguntado a Dios qué hacer con las Filipinas. Dios respondió en una serie de viñetas. Estados Unidos tenía cuatro opciones. Tres de ellas, la independencia filipina, devolver las islas a España o entregárselas a "nuestros rivales comerciales" Francia o Alemania, McKinley lo rechazó. McKinley concluyó: "Que no nos quedaba más que tomarlos a todos y educar a los filipinos, y hacerlos progresar, civilizarlos y cristianizarlos ..."
Estados Unidos también proporcionó motivos nobles para imponer su hegemonía sobre Cuba. Estados Unidos justificó la guerra de 1898 con España, al menos en parte, como una intervención humanitaria avant la lettre. Estados Unidos traería libertad a los cubanos y terminaría con las atrocidades españolas. No importa que las atrocidades españolas fueron en gran parte fabricadas por el jingoísta magnate de la prensa, William Randolph Hearst, el Roger Ailes de su época. Cuando el USS Maine se hundió en el puerto de La Habana el 15 de febrero de 1898, Hearst y el resto de la prensa amarilla culparon a España, lo que sumó a los incentivos para la guerra.
Al final, EE.UU terminó traicionando a Cuba. Ahora nominalmente independiente después de la derrota de España, Cuba se convirtió en una colonia de facto de los EE.UU. Estados Unidos no anexó a Cuba, sino que obligó a los redactores de la Constitución cubana a adoptar una disposición (la Enmienda Platt) que le dio a los EE.UU carta blanca para intervenir en Cuba en el futuro.
La violación neoliberal de Puerto Rico
Los filipinos no se librarían de manera definitiva de los estadounidenses hasta 1946. La hegemonía estadounidense sobre Cuba solo terminó con la victoria de la Revolución Cubana en 1959. Puerto Rico sigue siendo una posesión de los EE.UU hasta el día de hoy, sujeto al cuidado amoroso del Tío Sam. Los puertorriqueños han sido ciudadanos estadounidenses desde 1917, sin embargo, no son tratados como estadounidenses. Los puertorriqueños no pueden votar para presidente, no tienen representación en el Congreso, ni tampoco reciben la protección completa de la Constitución de los Estados Unidos.
En octubre pasado, el huracán María devastó a Puerto Rico. Los investigadores de Harvard han estimado el número de muertos en 4,645 -setenta veces más que el recuento oficial. El huracán paralizó el servicio eléctrico y el acceso al agua potable durante meses, la catástrofe empeoró debido a los incompetentes esfuerzos de ayuda por parte del gobierno de los EE. UU. (Justine Calma, "Los EE.UU podrían haber evitado la crisis del agua en Puerto Rico", GRIST, 20 de octubre de 2017).
¿Se habría dejado que los puertorriqueños agonizaran si hubiesen sido blancos? El desastre ha resaltado la dominación colonial de Puerto Rico por parte de los Estados Unidos. La galardonada cineasta puertorriqueña Frances Negrón-Muntaner escribe:
Aunque se ha convertido en deporte liberal insistir en cuán diferente es Trump de todo y de todos los que le precedieron, la respuesta del presidente al huracán es consistente con la historia colonial estadounidense. Esto quedó de manifiesto tanto en la lentitud como en la limitada asistencia durante el huracán María, y por el hecho de que cuando los líderes locales lo criticaron por ello, Trump se defendió invocando los antiquísimos estereotipos de los puertorriqueños como flojos e ingratos que "querían que hiciéramos todo por ellos".
El racismo paga dividendos en efectivo. Incluso antes de la devastación causada por el huracán María, Puerto Rico se tambaleaba bajo el peso de una crisis de deuda gubernamental de $123 mil millones.
Desde el huracán María, el sufrimiento puertorriqueño ha aumentado. Los "capitalistas del desastre" como los llama Naomi Klein, han redoblado sus esfuerzos para privatizar la red eléctrica de Puerto Rico, privatizar escuelas, expropiar casas, imponer la desregulación y aumentar la desigualdad económica, al mismo tiempo que han eliminado miles de millones del sector público. Ahora, honestamente no me digan que el colonialismo es una cosa del pasado.
Feliz Día del Imperio a todo el mundo.
USA.

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Geopolítica, guerra irregular y las lecciones de Venezuela


 
 
ARTÍCULO PUBLICADO EL 12 DE JUNIO DEL 2018......EL SIGUIENTE DE NICARAGUA....¿BOLIVIA?  
 
Miguel A. Reyes
 
 

Geopolítica, guerra irregular y las lecciones de Venezuela


De la misma manera que lo hizo con Venezuela, financiando a la oposición y sus ONGs, junto a los grupos violentos tildándolos de “sociedad civil”, Estados Unidos se involucra cada vez más en el escenario nicaragüense. Un reforzamiento de la Nica Act más otras sanciones están en la mesa del Congreso gracias al cabildeo de los grupos de presión que tienen intereses en ver salir al sandinismo del poder.
CONFLICTO EN NICARAGUA: GEOPOLÍTICA,
GUERRA IRREGULAR Y LAS LECCIONES DE VENEZUELA
Lo que comenzó como una protesta por las reformas tributarias a la seguridad social del Estado nicaragüense, se transformó en una afrenta ultraviolenta por intentar un golpe de Estado al gobierno de Daniel Ortega.
No es una casualidad que haya sucedido esa transformación en el seno de las protestas violentas en Nicaragua, pues el análisis convida a señalar que el guión de revolución de color, inaugurado por Gene Sharp y actualizado en los últimos tiempos, se está aplicando en el país centroamericano de la misma forma que se dio en Venezuela entre abril y julio de 2017.
Claro que el contexto nicaragüense actualiza los mismos métodos usados en distintos puntos del planeta. Y las verosimilitudes con respecto a lo que sucede en Nicaragua y lo que fue en Venezuela el año pasado refieren que en ambos países se forjaron escenarios distintos.
Origen y mutación del golpe de color nicaragüense
Todo comenzó con unas protestas en el marco de las reformas tributarias a la seguridad social hechas por el Estado, capitaneada por el Consejo Superior de la Empresa Privada. Al principio las manifestaciones reclamaban la derogación de aquellas enmiendas, en franco apoyo a la agenda empresarial contraria al gobierno de Daniel Ortega.
De un día a otro, bajo los recursos de trancas viales y barricadas cerca de edificios gubernamentales, vinieron los heridos y los primeros muertos endosados a Ortega y las fuerzas de seguridad estatales. El Instituto de Seguridad Social y el Estado nicaragüense cedieron ante las demandas, pero ya el curso de las acciones violentas en la calle parecía irreversible.
Y, de hecho, fue así. En comparación con Venezuela, donde las protestas comenzaron supuestamente por las sentencias 155 y 156 del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que luego fueron modificadas, Nicaragua se ha sumido en la violencia aún cuando las demandas de la oposición fueron escuchadas e incluso acatadas hasta cierto punto.
Los líderes de la oposición de ambos países, que tienen los mismos financistas y estrategas en Estados Unidos y toda su burocracia ligada a las corporaciones, no buscaron una salida negociada a los conflictos sino que abiertamente escalaron sus discursos y acciones hacia una oleada de violencia instrumentada para presionar al Estado a entregar el poder (por las malas).
Por ello mismo, lo que sucede en Nicaragua en estos momentos se analiza como un golpe de Estado en curso.
Esta revolución de color, o golpe de color como lo llama el analista ucraniano Rotislav Itschenko, pasó a una fase armada en el momento en que la tensión en las calles comenzaron a escalar. Las tensiones en los presentes acontecimientos en el país centroamericano tomaron un carácter paramilitar en este tipo de golpe.
La mano estadounidense
El financiamiento de instituciones íntimamente conectadas al establishment político de los Estados Unidos a organizaciones de la llamada “sociedad civil” y ONGs de Nicaragua es conocido de antaño. La denominada Nica Act aprobada por el Congreso estadounidense, y propulsada por Ileana Ros-Lehtinen y Albio Sires (del lobby anticubano y antivenezolano de la Florida), da rienda suelta a que el presupuesto de Washington se asigne a grupos supuestamente no partidistas en el país centroamericano.
Nada más, en 2016, la USAID entregó 31 millones de dólares a los antisandinistas en ONGs y otros grupos para “desarrollar las capacidades para la defensa de la sociedad civil”. En un análisis anterior decíamos que ese dinero pudo haber sido usado para “promocionar foros y actividades académicas, pero también para dar asesoramiento en cómo enfrentar a las fuerzas de seguridad y hacer uso de bandas criminales con una presencia notoria en el país”.
La misma USAID condena las supuestas “atrocidades” hechas por el gobierno de Ortega contra su pueblo, y la Casa Blanca decidió restringir el visado a ciudadanos nicaragüenses como medida de presión diplomática y también rechazó las muertes homologándolas todas al jefe del Estado.
De la misma manera que lo hizo con Venezuela, financiando a la oposición y sus ONGs, junto a los grupos violentos tildándolos de “sociedad civil”, Estados Unidos se involucra cada vez más en el escenario nicaragüense. Un reforzamiento de la Nica Act más otras sanciones están en la mesa del Congreso gracias al cabildeo de los grupos de presión que tienen intereses en ver salir al sandinismo del poder.
Las primeras sanciones producto del golpe de color en curso son a individuos funcionarios nicaragüenses, no especificados aún por Estados Unidos, pero a quienes se les acusa de “violar los derechos humanos”. Es el primer paso para escalar en ese tipo de agresión económica-financiera. El manual del golpe suave actualizado está siendo usado a cabalidad.
¿Defensa civil o ejército mercenario?
Las técnicas y armas usadas en las protestas violentas de la oposición en Nicaragua guardan profundas semejanzas con lo que vimos en Venezuela durante 2017. Fuimos testigos de cómo un ejército mercenario de carácter terrorista, como lo declarara en su momento el general Vladimir Padrino López, nacía a los ojos de todos los venezolanos.
En el país centroamericano ocurre de manera similar. Se trata de grupos entrenados para afrontar un choque contra las fuerzas de seguridad, producir incendios en infraestructuras gubernamentales y hasta ataques ataques y robo a hospitales por parte de esos contingentes beligerantes.
En Venezuela, igual que en Nicaragua en este momento, la mutación de guarimberos agrupados a células mercenarias se notó con el uso de armas de fuego y caseros con alto impacto, que atacaban en los choques con las fuerzas de seguridad o en asedios. Siempre con cierta estrategia y líderes claros (mandos únicos) a la hora de confrontar.
Esos mismos grupos han instalado una especie de estado de excepción en algunas zonas nicaragüenses. Las trancas y barricadas suponen el hecho de tomar el control de un territorio para atrincherarse en signo de “resistencia” armada, con un control poblacional explícito en el chantaje, el cobro de vacunas y las amenazas violentas.
En esas zonas se han documentado muchos casos de torturas a ciudadanos que son o “parecen” sandinistas, con una clara exaltación de la muerte sobre todo lo que huela a sandinismo. Los crímenes de odio también se han evidenciado en Nicaragua, como sucedió en Venezuela.
En los territorios tomados por los grupos mercenarios no hay ley de Nicaragua que valga, e incluso utilizan aquellas zonas para resguardar la seguridad de sus militantes luego de robos de equipos y asesinatos selectivos a funcionarios de seguridad estatales.
Las coincidencias entre las protestas violentas resaltan, sobre todo en las acciones de calle y el uso de redes sociales, descritos en nuestra tribuna.
Objetivos políticos del golpe de color en Nicaragua
Socavamiento del gobierno de Ortega: en los más de 50 días de insurrección, los elementos violentos presionaron en la calle la estabilidad de la paz ciudadana en Nicaragua, con decenas de muertos y heridos endilgados al Estado con una campaña sin precedentes en ese país de redes sociales y medios tradicionales, todos financiados por Estados Unidos. La llamada Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, movimiento político golpista que representa a la oposición en los diálogos impulsados por el presidente nicaragüense, aboga por la destitución de Ortega, acompañado de la Conferencia Episcopal.
Realineación política del gobierno en función de los intereses estadounidenses: aun sin lograr sacar a Ortega del poder, las negociaciones por bajar el grado de violencia en las calles de Nicaragua y ganar tiempo político por parte del ejecutivo han llegado a un punto en que el gobierno aceptó trabajar con la Organización de Estados Americanos (OEA), pivote multilateral de Washington para América Latina y el Caribe, para hacer una reforma institucional del sistema electoral. En principio, pareciera que el gobierno sandinista cede ante la postura injerencista de la OEA, pero este movimiento tiene sus matices que se analizarán más adelante.
Cambio geopolítico: la construcción del Canal de Nicaragua por parte de China es el principal objetivo a destruir de los Estados Unidos, que ve peligrar su privilegio comercial en este hemisferio. Rusia y el país gobernado por Xi Jinping han aumentado relaciones con muchos de los países del continente, incluidos los negocios comerciales, económicos y financieros, con las Nuevas Rutas de la Seda de protagonista en este nuevo escenario que a Washington incomoda claramente.La anticipación de las elecciones “generales” estaba en la agenda antichavista. De igual manera, con un sector de la Iglesia católica apoyando (el más reaccionario), en Nicaragua parece que las presiones llevan a ese país a un sendero cercano a lo planificado por Estados Unidos. El gobierno de Nicolás Maduro supo sortear políticamente, con la Asamblea Nacional Constituyente, el atolladero; el mismo que Daniel Ortega en este momento enfrenta.
En Venezuela, de haberse impuesto la agenda política de la oposición, sus demandas y prerrogativas, hubiera sucedido lo que en Nicaragua acontece en tiempo presente. Uno de los objetivos de la extinta MUD fue precisamente reformar el sistema electoral venezolano bajo tutela internacional, preferiblemente la OEA y bajo la supervisación del ahora Grupo de Lima.
Prospectiva en el corto plazo y lecciones de Venezuela
En Nicaragua se contabilizan, según la Comisión de la Verdad instaurada por la Asamblea Nacional, al menos 139 personas muertas desde que el 18 de abril comenzaran las protestas. Un número elevado tomando en cuenta la población del país y las seis semanas de beligerancia en las calles. Los recursos no parecen agotarse en la escalada de la guerra asimétrica en curso.
Los canales de diálogo y negociación que maneja el gobierno de Daniel Ortega han abierto un horizonte con respecto a los designios de Estados Unidos, con respecto a la reforma del sistema electoral supervisado por la OEA. Este movimiento dado por el ejecutivo se podría entender por el peso político-electoral que tienen los sandinistas, que obtuvieron más del 70% de los votos en las pasadas elecciones presidenciales de 2017.
Ese espacio de negociación tiende un puente para resarcir la violencia, ya que el escenario de unas nuevas elecciones podría dar la ventaja a Ortega, utilizando el aval de la OEA a su favor. En medio de esa tensión, el sandinismo baraja la carta de no promover una guerra civil, como sí lo hace la Alianza Cívica y la Conferencia Episcopal, cuyo apoyo a los grupos violentos es reconocido en toda Nicaragua.
El balance de estos 52 días conlleva una tragedia de muertos y heridos por montón y una posible confrontación armada directa, ya en ciernes en estos momentos en Nicaragua. La salida política está de la mano del sandinismo, intentando los pasos del chavismo en Venezuela para desarmar la guerra en el país centroamericano.
La inteligencia política del chavismo y el directorio del Gobierno se puso a la vanguardia en el conflicto del año pasado, y la complejidad del escenario nicaragüense, que proyecta dudas sobre el futuro próximo en Centroamérica, amerita que se traduzca en acciones para encausar al país hacia un escenario donde prevalezca la razón política.
Venezuela supo sortear el golpe de color en 2017 bajo ese signo político. Desde esta tribuna invitamos a leer un análisis sobre por qué no pudieron tumbar a Maduro, cuyas claves residen en esa inteligencia política que tributa al desarme de la guerra.
Para cerrar con un ejemplo, y en el contexto del año pasado, Maduro llamó a la oposición a diálogo múltiples veces, algunas de ellas sin éxito, otras veces a expensas de que no era una medida que gustara a sus seguidores. Pero cada vez que Maduro logró sentar a la oposición a dialogar salió triunfante, y el enemigo resultó siempre más diezmado, fracturado, dividido, sin brújula. Llevar a un adversario violento hacia el carril de la política es fundamental para desarmarlo, agudizar su desgaste interno y externo y desconectarlo de la base social y política del país.
Maduro tuvo que emplear el uso de la política inteligente y dialogante, manteniendo posturas inamovibles pero cediendo en las menos estratégicas para desarmar al adversario. He allí una lección de referencia para el hermano pueblo de Nicaragua.
 (Misión Verdad)
USA.

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En Estados Unidos, imperialismo contra ultraimperialismo


 
EL SIGUIENTE ARTÍCULO SE PUBLICO EL 3 DE JUNIO DEL 2018
PDC 

En Estados Unidos, imperialismo contra ultraimperialismo


Ante el creciente poderío de la economía china, Estados Unidos está obligado a reaccionar para lograr sobrevivir. El proyecto de reforma fiscal de Donald Trump, tendiente a estimular la producción en suelo estadounidense, fue rechazado por el Congreso, que prefirió proteger las ganancias de las transnacionales. Es por eso que a la Casa Blanca no le queda ahora otra opción que sabotear las inversiones de Pekín a favor de la creación de nuevas vía comunicación y de la exportación global de los productos chinos.
EN ESTADOS UNIDOS, IMPERIALISMO
CONTRA ULTRAIMPERIALISMO
Por Jean-Claude Paye
La reforma fiscal estadounidense que se promulgó el 22 de diciembre de 2017 va en el mismo sentido que las anteriores: impone una redistribución de la riqueza hacia los ingresos más elevados. Los contribuyentes más ricos, o sea los que declaran ingresos superiores al medio millón de dólares –un 1% de los contribuyentes estadounidenses–, dejarán de aportar al fisco 60 000 millones de dólares al año. Es lo mismo que dejará de aportar el 54% de los contribuyentes, los que ganan entre 100 000 dólares y 20 000 dólares. Los que ganan entre medio millón y 100 000 dólares obtienen una reducción de impuestos que representa para el fisco 136 000 millones de menos. Esos grupos de contribuyentes son un 22,5% de la población estadounidense susceptible de pagar impuestos y son tan numerosos como los que ganan menos de 20 000 dólares, pero estos últimos sólo dejarán de pagar 2 200 millones, o sea un 0,15% del total que percibe el fisco [1].
En cuanto a las ganancias internacionales de las transnacionales, los impuestos estadounidenses se alinean con los procedimientos europeos. En lo adelante las transnacionales sólo pagarán impuestos sobre sus ingresos estadounidenses, no sobre sus ingresos mundiales. El objetivo es que, a la inversa de lo que sucedía antes, las transnacionales envíen esas ganancias al territorio estadounidense. Para evitar que las empresas estadounidenses escondan sus ganancias en paraísos fiscales, lo que disminuiría su aporte al fisco estadounidense, la ley adopta un modo de cálculo menos conservador al evaluar sus ganancias.
Un cambio en el sentido de la continuidad
La nueva ley palidece ante su modelo. Si bien en 1981 la reforma firmada por el entonces presidente Ronald Reagan se elevaba a un 2,9% del PIB, la de Donald Trump se limita al 1% del PIB. Al mismo tiempo, los 150 000 millones de dólares que vuelven cada año a las cajas fuertes de las empresas estadounidenses constituyen una suma mucho más modesta que los 312 000 millones de la American Taxplayer Relief Act [2], promulgada por Barack Obama en 2013 y que recibió la aprobación de republicanos y demócratas. Esa ley prolongaba las medidas ya adoptadas en 2004 por la administración de George Bush hijo. Existe, en efecto, un consenso entre el Partido Demócrata y el Partido Republicano a favor de la redistribución de la riqueza hacia los que más ganan, así como para reducir los impuestos que pagan las empresas.
La reforma de Trump sigue una tendencia de larga data, es parte de una política continua de reducción de los impuestos de las empresas, reformas aportadas indistintamente por republicanos y demócratas. En 1952, el impuesto sobre las empresas representaba un 32% de los ingresos federales y el impuesto sobre los ingresos un 42%. Desde entonces, el impuesto sobre las empresas se ha reducido constantemente y ya no representa más que un 9% de los impuestos federales, frente a un 47% en el caso del impuesto sobre los ingresos [3]. Sin embargo, los demócratas hablan ahora de estafa fiscal y se opusieron resueltamente a la reforma. Su virulento rechazo es en realidad una operación de diversión: no tiene que ver con el contenido de la ley adoptada sino con el proyecto inicial de reforma fiscal, proyecto que había que parar a toda costa.
Abandono de una revolución fiscal
El proyecto de reforma fiscal, iniciado por congresistas republicanos en junio de 2016 y retomado por la administración Trump, preveía cambios radicales en el sistema fiscal destinado a las empresas, reduciendo del 21 al 35% el impuesto federal sobre las empresas, reforma que sí fue adoptada. Pero esa reducción no modifica el monto de lo que realmente pagan las empresas. Gracias a las exenciones fiscales, el impuesto efectivo se situaba alrededor de un 20%. Al suprimir muchas de esas exenciones fiscales o limitarlas, la nueva ley impone una tasa nominal que se acerca a la tasa real. De esa manera, al afectar ciertos privilegios fiscales, la nueva ley reinstaura mejores condiciones para la competencia entre las empresas.
Sin embargo, fue abandonada la parte fundamental de la Border Adjustment Tax, que preveía una exoneración para las exportaciones de bienes y servicios desde Estados Unidos y gravaba las importaciones en un 20%. Contrariamente a las empresas que producen fuera de Estados Unidos, las empresas que trabajan en suelo estadounidense habrían sido exoneradas. Ese mecanismo es abiertamente proteccionista.
El objetivo era incrementar la actividad de las empresas estadounidenses en suelo estadounidense y redirigir las inversiones estadounidenses hacia el territorio nacional. Favorecer la producción interna con reducciones de impuestos debía permitir una reindustrialización del país, gracias al regreso, con pocos impuestos, de los 3 100 millardos [4] de dólares acumulados en el extranjero por las filiales de las transnacionales estadounidenses. Ese proyecto contradecía abiertamente el proceso de división internacional del trabajo y era coherente con las decisiones anteriores del presidente Trump de torpedear el Gran Mercado Transatlántico y el TLCAN [5].
Inflar la burbuja bursátil
La Border Adjustment Tax, abandonada a mediados de 2017, dejó su lugar, a principios de octubre, a un proyecto de ley que pretendía gravar en un 20% las importaciones inter-grupos de las transnacionales extranjeras implantadas en suelo estadounidense, así como las importaciones de las filiales extranjeras de las transnacionales estadounidenses. No se trataba, esta vez, de gravar todas las importaciones sino sólo los flujos entre las unidades de un mismo grupo presente en Estados Unidos [6]. El objetivo era evitar que un grupo pudiera reducir los impuestos sobre las ganancias que tendría que pagar en Estados Unidos mediante la compra de bienes intermedios producidos por sus propias filiales en el exterior, con lo cual desplazaría su producción fuera del territorio estadounidense. Ese gravamen sólo habría reportado al Tesoro 155 millardos de dólares en un periodo de 10 años, o sea 10 veces menos que la Border Adjustment Tax. Pero el objetivo no era tanto favorecer la recaudación de impuestos como incitar las empresas a producir en Estados Unidos.
Ese proyecto fue rechazado por los legisladores y fue reemplazado por una ley fiscal clásica que favorece los altos ingresos. Como en las reformas anteriores, los capitales repatriados, gracias a tasas ventajosas (8 a 15,5%), serán sólo transferencias de riqueza. Al no representar más posibilidades de inversiones irán, nuevamente, a inflar la burbuja bursátil. Tanto que, a finales de diciembre, 32 grandes empresas ya anunciaban compras de acciones ascendentes a un total de 90 000 millones de dólares [7]. La repatriación de capitales, estimulada por la reforma fiscal, tendió a consolidar un alza espectacular, en un 25%, del índice Dow Jones durante el año 2017 o fue, al menos, un elemento desestimulador de las ventas de acciones en alza en un contexto bursátil ahora más inestable.
El presidente Donald Trump acaba de presentar un plan de 1 500 millardos de dólares para reactivar la construcción y renovación de carreteras, puentes y aeropuertos. Ese plan encuentra problemas de financiamiento, al extremo que el presidente le asignaría sólo 200 millardos del presupuesto federal mientras que el sector privado y los Estados aportarían la diferencia: 1 300 millardos. La oposición de los demócratas impidió que ese proyecto pudiera financiarse con el aporte de la reforma fiscal.
¿Guerra mundial o desarrollo económico?
La lucha entre demócratas y republicanos puede interpretarse como un conflicto entre dos tendencias del capitalismo estadounidense: una que defiende la globalización del capital mientras que la otra predica una recuperación del desarrollo industrial de un país económicamente en declive. Estados Unidos era el motor y el principal beneficiario político de la internacionalización del capital. Ante el derrumbe de la URSS y el subdesarrollo de China, Estados Unidos fue durante 20 años la única superpotencia, un superimperialismo que organizaba el mundo en beneficio propio. El avance de China y la reconstitución política de Rusia quebraron la omnipotencia económica y política de Estados Unidos.
La constatación de ese hecho conllevó al surgimiento en Estados Unidos de una contradicción interna sobre qué hacer ante esa realidad: huir hacia adelante liberalizando el intercambio u optar por el proteccionismo. Ese problema no es nuevo y ya fue planteado hace más de un siglo por el economista austriaco Rudolf Hilferding. En su libro El capital financiero, Hilferding constataba, en 1910, que
«No es el país del libre comercio, Inglaterra, sino los países proteccionistas, Alemania y Estados Unidos, los que se convirtieron en los modelos del desarrollo capitalista.» [8].
Hemos llegado ahora a una situación similar. En 1910, el país imperialista dominante, Inglaterra, perdía terreno ante las potencias económicas en ascenso. Hoy es Estados Unidos el que ve cuestionada su supremacía económica, principalmente por parte de China. Gran Bretaña había renunciado a ser la potencia dominante, poniéndose bajo la «protección» de Estados Unidos. Ese escenario deja de ser válido en las relaciones futuras entre Estados Unidos y China, aliada de Rusia.
Quedan entonces dos posibilidades: una renovación económica de Estados Unidos, basada en el proteccionismo, como lo plantea un sector de los republicanos; o una conflictualidad militar cada vez más abierta, opción que parece respaldar el Partido Demócrata.
Imperialismo contra ultraimperialismo
La lucha que acaba de tener lugar entre una parte de los republicanos y los demócratas puede verse entonces como un conflicto entre el imperialismo estadounidense y el superimperialismo, también estadounidense.
Los conceptos desarrollados a principios del siglo XX, durante la oposición entre Lenin y Kautsky, cobran así nueva actualidad. Kautsky consideraba que después de la guerra de 1914-1918 debía producirse un periodo, de desarrollo del sistema capitalista, caracterizado por el apaciaguamiento de las contradicciones entre los Estados y los diferentes grupos imperialistas, periodo que caracteriza como «ultraimperialista». Kautsky consideraba que
«de la guerra mundial entre las potencias imperialistas puede nacer una alianza entre las mayores potencias que pondrá fin a la carrera armamentista». [9]
La historia se encargó de desmentir esa tesis. Nunca cesaron los conflictos y hubo una Segunda Guerra Mundial. Pero un equilibrio de fuerzas entre dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS, impidió entonces un incremento extremo de las diferentes formas de guerra en las que estaban implicadas.
Ese equilibrio perduró hasta principios de los años 1990. Desde entonces, como consecuencia del derrumbe de la URSS y de la situación de subdesarrollo de China, Estados Unidos fue durante 20 años la única superpotencia, un superimperialismo que organizaba y destruía el mundo en función de sus intereses. El ascenso de China y la recuperación de Rusia han puesto fin a la omnipotencia económica y militar de Estados Unidos. La guerra en Siria es un ejemplo del freno que ha encontrado el despliegue del poderío militar estadounidense.
Al desindustrializar el país, el superimperialismo estadounidense también ha debilitado el poder de Estados Unidos como nación. El proyecto inicial de la administración Trump era proceder a una reconstrucción económica. Los discursos de Trump sobre una posible salida de la OTAN, una reducción de las intervenciones militares de Estados Unidos en el exterior, así como su oposición a una nueva guerra fría contra Rusia iban también en el sentido de aquel objetivo, que la oposición de los demócratas le ha impedido alcanzar.
La consecuencia del éxito de los demócratas en ese sentido es que, si Estados Unidos renuncia a desarrollarse, el único objetivo que le queda es impedir –por todos los medios– que sus competidores y adversarios puedan hacerlo.
 [1] Arnaud Leparmentier, «Les gagnants et les perdants de la réforme fiscale de Donald Trump», Le Monde, 20 de diciembre de 2017.
[2] Elsa Conesa «Trump: une réforme fiscale moins ambitieuse qu’elle en a l’air », Lesechos.fr, 16 de diciembre de 2017
[3] Arnaud Leparmentier, Ibidem.
[4] 1 millardo = 1 000 millones. Nota de la Red Voltaire.
[5] El TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) también se designa a menudo con las siglas NAFTA (North American Free Trade Agreement) y ALENA (Accord de libre échange nord américain) y fue firmado a principios de los años 1990 entre Estados Unidos, Canadá y México. Nota de la Red Voltaire.
[6] Elsa Conesa, «Le nouveau projet américain de taxe aux frontières qui inquiète les entreprises françaises», Les Echos, 3 de noviembre de 2017.
[7] Heather Long «America’s 20 largest companies on the tax overhaul», 21 de diciembre de 2017.
[8] Rudolf Hilferding, Le capital financier: étude sur le développement récent du capitalisme [El capital financiero: Estudio sobre el desarrollo reciente del capitalismo], Éditions de Minuit, París, 1970.
[9] Karl Kautsky, Der Imperialismus, Die Neue Zeit, año 32, n° 2, p. 921, in Andrea Panaccione, «L’analyse du capitalisme chez Kautsky», Histoire du Marxisme contemporain, p. 68, Institut Giangiacomo Feltrinelli, collection 10/18, Union Générale d’Éditions, 1976.
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¿Un loco en Washington?



Las acciones de Trump, que muchos califican como las acciones de un hombre desequilibrado que ignora las complejidades de una región tan explosiva como el Medio oriente, de ninguna manera deben ser atribuidas a su conflictiva personalidad, al contrario, son más bien las acciones deliberadas de un personaje habituado al escándalo, la bravuconería y la arrogancia, pero que en lo sustancial se comporta como la mayoría de sus antecesores en cuanto a buscar mantener a cualquier precio la hegemonía global de Estados Unidos.
¿UN LOCO EN WASHINGTON?
Ya bastante, o demasiado, se ha dicho a cerca de lo demencial que viene siendo el accionar de Donald Trump, el actual ocupante de la Casa Blanca que ejerce como presidente de Estados Unidos. Y es que en los últimos días esa percepción se ha acentuado, primero, al romper el acuerdo nuclear con Irán, que se ha considerado uno de los pocos éxitos de la diplomacia estadounidense en la últimas décadas, y luego el traslado de la embajada estadounidense en Israel, de Tel Aviv a Jerusalén; un tema escabroso que habían eludido todos los anteriores presidentes. Sin embargo, las acciones de Trump, que muchos califican como las acciones de un hombre desequilibrado que ignora las complejidades de los temas en cuestión y en una región que ya de por si es un caldero del diablo, de ninguna manera deben ser atribuidas a su conflictiva personalidad, al contrario, son más bien las acciones deliberadas de un personaje habituado al escándalo, la bravuconería y la arrogancia, pero que en lo sustancial se comporta como la mayoría de sus antecesores en cuanto a buscar mantener a cualquier precio la hegemonía global de Estados Unidos.
Romper el acuerdo nuclear o Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) con Irán (anticipado por Trump durante la campaña presidencial en 2016) no es producto de la ignorancia o de la volatilidad del carácter de Trump, aunque es un hecho que el extremismo anti-iraní de personajes como Netanyahu y del Consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, haya terminado por influenciar su decisión, sino la continuidad de la estrategia imperialista de someter a Irán y que se ha venido poniendo en práctica desde los tiempos de Jimmy Carter, tras el triunfo de la revolución iraní que terminó por expulsar a la estadounidenses de su territorio. El argumento utilizado por Trump y los furibundos enemigos de Irán en el sentido que el acuerdo está plagado de deficiencias (un pésimo acuerdo) y que de ninguna manera limita la capacidad de Irán de obtener la bomba nuclear, es nada más el pretexto para acabar con el mismo. Es un argumento barato, refutado por las constantes inspecciones de AIEA que una y otra vez ha certificado el cumplimiento de Irán con lo estipulado en el acuerdo. En realidad, como señalan algunos analistas, nunca se trató del acuerdo nuclear en sí mismo, el único fin para Estados Unidos e Israel cuando se trata de Irán siempre ha sido no otra cosa que la dominación total, seguida de la destrucción total, en otras palabras, cambio de régimen, como en Libia.
La reimposición de las sanciones económicas crearan grandes dificultades a  la economía de Irán que atraviesa seria dificultades por el mal manejo que de la misma ha hecho el régimen neoliberal de Rouhani quien además carga con la culpa de haber caído en la trampa de desmantelar su programa nuclear a cambio de casi nada ($10 de $150 mil millones congelados en los EE.UU), porque ahora con la certeza del duro bloqueo económico que se aproxima y si no cuenta con el respaldo de los demás países firmantes del acuerdo, Francia, Inglaterra, China, Rusia y Alemania, quedará a merced de la furia de Trump que lo ahogará económicamente hasta que acepte sus imposiciones, es decir, el desarme total y a la entera disposición de Estados Unidos. Lo anterior lo ha demostrado el beligerante discurso pronunciado por el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien al hablar sobre la nueva estrategia (guerra económica) que el régimen de Trump le aplicaría a Irán, prometió, una presión financiera sin precedentes, que resultará en  las sanciones más duras de la historia a menos que la republica Islámica renuncie a todas sus actividades nucleares, a su programa de misiles balísticos, y su apoyo a grupos regionales (proxies) como el Hezbolá libanés o el Hamas palestino.  
El plan de Trump comprende 12 puntos (diktats) que Irán deberá aceptar incondicionalmente para hacerse merecedor a la “benevolencia imperial”, pero que en realidad equivaldría a la total capitulación de la Republica Islámica ante Estados Unidos e Israel, que anhelan su total eliminación como potencia regional, incapaz de interponerse en sus planes hegemónicos en el Medio Oriente, como sucede actualmente en Siria, Irak, Líbano, Yemen y Palestina, donde ha actuado con mucha efectividad para truncar los planes neoconservadores de Trump de rediseñar el Medio Oriente. Todo esto ha causado la furia de Trump y su cábala neoconservadora pro-israelí quienes han decidido apretarle las tuercas financiera y militarmente hasta que el régimen teocrático tire la toalla y acepte todas las condiciones impuestas por Washington -donde hay muchos neoconservadores que perciben que ha llegado el momento de caminar triunfantes por las calles de Teherán; aquel sueño largamente acariciado de los años de G.W. Bush. 
¿Podra Irán resistir la enorme presion y no doblegarse ante la furiosa embestida de Trump?
Aquí hay que tomar en cuenta que la estrategia de Trump, aparte de enfocarse primordialmente en Irán tiene otros objetivos geopolíticos inmediatos -e Irán es la vía para alcanzar esos objetivos. La UE, Rusia y China son las tres potencias que Trump tiene en la mira. Esto es el reflejo de la enorme batalla que se viene librando entre estas potencias capitalistas cuyas contradicciones, o las propias contradicciones del capitalismo, las está poniendo en un plano de confrontación directa que cada vez asume matices más descarados y violentos. La UE se encuentra atrapada en un serio dilema: escoger  entre su apoyo a Irán o ceder, como ha sido siempre el caso, a las presiones de los EE.UU. Si se decide por lo primero y desafía el ultimátum de la Casa Blanca de suspender inmediatamente sus inversiones en Irán, sus empresas sufrirán las consecuencias de las sanciones anunciadas por Trump que sabe que la UE no tiene mucho margen de elección entre el mercado iraní de $400 mil millones y el estadounidense de $18 billones. Trump quiere debilitar a la UE (especialmente Alemania, la mayor potencia económica de Europa que mantiene un superávit de $70 mil millones en su intercambio comercial con Estados Unidos) a la que ve como un competidor desleal que se ha aprovechado de los Estados Unidos; Irán, donde Alemania y Francia desarrollan grandes planes económicos, es solo el pretexto, en realidad se  trata de obligar a Europa a abandonar la idea de proteger sus propios intereses.
Rusia y China, a pesar de las presiones económicas y militares  a las que Washington tiene sometido a ambos, tienen mucho más margen de maniobra para respaldar a Irán ya que sus grandes avances económicos y militares los colocan en una posición de paridad en relación con los EE.UU, lo cual les permite hacer frente a las imposiciones del régimen de Trump. Sin embargo, tanto China como Rusia, ambos garantes del acuerdo con Irán, en términos generales han adoptado una posición muy defensiva o de apaciguamiento, y aunque han manifestado su apoyo a Irán, sus ambigüedades a la hora de enfrentar las constantes agresiones imperialistas, llevan a pensar que puedan asumir una actitud pasiva a la hora de tener que enfrentar el bloqueo económico contra Irán, o peor aún, cuando esto degenere en una total agresión militar por parte de los EE.UU e Israel. Es muy alarmante, sobre todo, la actitud de Rusia en Siria, donde al querer asumir el rol de mediador (amigo de todos) en el conflicto permite, a pesar de sus capacidades militares, que Estados Unidos e Israel ataquen a placer las posiciones del ejército sirio y de las fuerzas iraníes que has sido sus aliados más importantes en la guerra que por 3 años han venido peleando contra los ejércitos de mercenarios terroristas, apoyados precisamente por estados Unidos e Israel.  
La realización por parte de la elite imperial estadounidense de que ya no comanda la economía internacional como antes lo hizo, y que su posición hegemónica global cada día se deteriora más ante el empuje y la presión que vienen ejerciendo las nueva potencias como China y Rusia, ha hecho que Estados Unidos este embarcado en una fase de mucha agresividad en casi todas la regiones del planeta donde sus grandes intereses están siendo amenazados por esas potencias. Es improbable que rusos y chinos ignoren esto, sobre todo, la dimensión de lo que se juega en Irán, es decir, las  motivaciones reales de Trump al abandonar unilateralmente el acuerdo alcanzado con la Republica Islámica. O quizás en sus cálculos, sea preferible calmar con ciertas concesiones a la bestia, antes que tener que lidiar con su estrepitosa caída que sería fatal para sus grandes interese económicos íntimamente ligados a los de su rival. Ultimadamente la preservación de la estructura global del capitalismo es lo deseable y en eso las principales potencias capitalistas están en total acuerdo. Sin embargo, Estados Unidos no solo desea eso sino también mantenerse como la potencia absoluta, sin importar que para ello tenga que aplastar sin piedad a sus principales rivales, China, Rusia y la UE. Irán es apenas el inicio…
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Su injerencia en Venezuela y en Latinoamérica


 
 
ARTÍCULO ANTERIOR DEL 16 DE MAYO.....¿INJERENCIA ARMADA PARA AGOSTO 2018?  IRAN O VENEZUELA....con objetivos futuros en Nicaragua y Bolivia.

Miguel A. Reyes
PDC

Su injerencia en Venezuela y en Latinoamérica


Estados Unidos se siente dueño de este continente. En algún sentido, no solo se siente: ¡lo es! (claro que no en términos oficiales, por supuesto). Si alguien alguna vez pensó que desatiende su patio trasero poniendo su interés básico en otras zonas del planeta, se equivoca: esta región es vital para su sobrevivencia, por eso la cuida tanto.
ESTADOS UNIDOS: SU INJERENCIA EN
VENEZUELA Y EN LATINOAMÉRICA
Por Marcelo Colussi
El domingo 20 de mayo hay elecciones generales en la República Bolivariana de Venezuela. En un acto de soberbia injerencista sin par, el gobierno de Estados Unidos pidió (exigió) que las mismas se suspendan. ¿Cómo es eso posible?
Venezuela es un país libre, y pese a todo lo negativo que pueda decir la prensa comercial del planeta, lleva adelante un proceso de transformación social con elecciones limpias y transparentes. La democracia allí es un hecho. Si Nicolás Maduro se mantiene en la presidencia, es porque el pueblo mayoritariamente así lo pidió. Las criminales medidas de desestabilización que aplica el gobierno de Washington (boicot, generación de mercado negro, desabastecimiento, provocaciones diversas, etc., etc.) buscan a toda costa terminar con el proceso bolivariano. De no conseguirse eso por esas vías, no sería improbable que opte por una salida militar, seguramente con apoyo de gobiernos títeres de Latinoamérica, enmascarado todo ello en una supuesta “defensa de la libertad” contra la “narcodictaura” que sufriría el país de Bolívar.
¿Qué pasaría si en una elección gubernamental de Estados Unidos, país soberano e independiente, otra nación también soberana e independiente hiciera similar pedido para que se suspendieran los comicios? Daría risa. O movería a una airada reacción de Washington quizá, quien probablemente amenazaría con una respuesta militar. ¿Por qué no sorprende esa monstruosa declaración cuando es la Casa Blanca quien lo hace? ¿Por qué, más que risa, eso da indignación? (sabiendo que lo dicho –en este caso por el vicepresidente Mike Pence– es una virtual amenaza para tomar muy en serio, y que luego de lo dicho pueden venir acciones concretas).Porque, tal como dijo el ex candidato presidencial hondureño Salvador Nasralla, “Estados Unidos es quien decide las cosas en Centroamérica” (expresión que se podría extender a toda Latinoamérica).
La región de Latinoamérica y el Caribe, salvo algunas pequeñas posesiones europeas que continúan siendo colonias –oprobiosa rémora de siglos pasados: Guayana Francesa, Aruba, Bonaire, Curazao, Guadalupe, Martinica, etc.–, es un territorio libre. Libre, al menos, en términos formales de administración política. En otro sentido, en absoluto es un territorio libre. Es, desde la infame Doctrina Monroe de 1823, el traspatio de la gran potencia norteamericana. Lo dijo sin ambages en su momento el Secretario de Estado Colin Powell: los tratados de libre comercio firmados por Washington sirven para “garantizar para las empresas estadounidenses el control de un territorio que va del Ártico hasta la Antártida y el libre acceso, sin ningún obstáculo o dificultad, a nuestros productos, servicios, tecnología y capital en todo el hemisferio.”
Estados Unidos se siente dueño de este continente. En algún sentido, no solo se siente: ¡lo es! (claro que no en términos oficiales, por supuesto). Si alguien alguna vez pensó que desatiende su patio trasero poniendo su interés básico en otras zonas del planeta, se equivoca: esta región es vital para su sobrevivencia, por eso la cuida tanto. Por lo pronto Latinoamérica es su principal proveedora de materias primas y fuentes energéticas: el 25% de todos los recursos naturales que consume Estados Unidos provienen de la región latinoamericana.
En términos estratégicos, el área latinoamericana es vital para la sobrevivencia y perpetuación de la clase dominante de Estados Unidos, representada por las políticas imperiales de la Casa Blanca. Sabiendo que la sociedad estadounidense, con su depredador modo de vida consumista necesita imperiosamente recursos naturales, es importante destacar que en Latinoamérica se encuentra el 35% de la potencia hidroenergética de todo el planeta (grandes ríos y sus inmensas cuencas, como el Amazonas, el Orinoco, el Paraná, etc.), que constituyen igualmente una enorme fuente de agua dulce de superficie, de importancia cada vez más crucial en el mundo dada su creciente escasez. Se encuentran en la región, además, el 27% del carbón de todo el mundo, el 24% del petróleo, el 8 % del gas, el 5% del uranio, así como grandes yacimientos de hierro y de minerales estratégicos (bauxita, coltán, niobio, torio –llamado a ser en un futuro el probable sustituto del petróleo–), fundamentales todos ellos para las tecnologías de punta (incluida la militar), impulsadas en gran medida por el capitalismo estadounidense.
La búsqueda insaciable de minerales metálicos y no metálicos, imprescindibles para los nuevos procesos productivos (en cuenta esa industria bélica tan básica para el proyecto geo-hegemónico de Washington), ha traído como consecuencia una masiva entrada de explotaciones extractivas en toda la región latinoamericana, con capitales de Estados Unidos básicamente, a veces enmascarados en empresas canadienses, presuntamente más respetuosas en los cuidados medioambientales, pero siempre en la lógica de acumulación por desposesión (aniquilando biosfera, pueblos originarios y culturas ancestrales).
Igualmente importante para el proyecto de dominación planetaria de la clase dominante estadounidense es Latinoamérica, en tanto su patio trasero y reserva “natural”, pues en la región se encuentra el 40% de la biodiversidad mundial y el 25% de cubierta boscosa de todo el orbe, lugares de donde puede obtener las materias primas para las industrias farmacéuticas y alimentarias. En tal sentido, es sumamente preocupante observar cómo se enseña en los centros educativos del norte lo correspondiente a la selva amazónica, presentándola como un territorio neutro, patrimonio de la humanidad, preparando así condiciones para el ingreso triunfal de las fuerzas estadounidenses en esa monumental reserva.
Otro punto igualmente vital es el Acuífero Guaraní, en la triple frontera argentino-brasileño-paraguaya, segunda reserva mundial de agua dulce subterránea. Y ni decir Venezuela y sus enormes reservas de petróleo, calculadas en 300 000 millones de barriles, suficientes para más de 300 años de producción al ritmo de consumo actual (recordando que el consumo norteamericano de hidrocarburos es, hoy por hoy, el más alto del mundo –20 millones de barriles diarios–, superando en un 100% a quien le sigue: la República Popular China).
Está claro, entonces, el porqué de la injerencia de Washington en el área latinoamericana y del Caribe: ¡esta es su reserva “obligada” de materias primas! Pero además son muchos otros los beneficios que obtiene Estados Unidos de su dominio en la región. La deuda externa latinoamericana asciende en estos momentos a cerca de un billón y medio de dólares, contraída por los gobiernos con los organismos crediticios de Bretton Woods: Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, manejados en mayor medida por la banca privada estadounidense. Es decir: además de robar recursos en forma inmisericorde (disfrazados de legalidad, amparados en supuestas relaciones comerciales libres), el capitalismo norteamericano expolia a la región con el pago continuo de una deuda usuraria que posterga eternamente el desarrollo de los más pobres, acrecentando al infinito los lazos de la dependencia.
Otro elemento importantísimo es la mano de obra barata que se ofrece en Latinoamérica. Es por ello que desde hace décadas se asiste a un creciente proceso de deslocalización de la industria en suelo estadounidense, trasladando numerosas plantas fabriles (maquilas, ensambladoras) y de servicios (los llamados call centers) a territorio latinoamericano, pues en nuestros países los salarios son infinitamente más bajos, obligándose a los gobiernos nacionales a establecer zonas francas para esas instalaciones, exentas de impuestos, sin sindicalización, sin controles medioambientales. En otros términos: un esclavismo disfrazado.
Además de ello, la mano de obra latinoamericana y caribeña especialmente barata, más allá del perverso juego con las políticas migratorias de Washington donde se cierran fronteras y se construyen muros supuestamente para no recibir más “hispanos indocumentados”, es una fuente de aprovechamiento de los capitales del norte, pues encuentran en esas masas humanas desesperadas un recurso casi regalado para ciertas industrias, para el trabajo en el agro y para muchos servicios a través de los interminables ejércitos de indocumentados que viajan desde la región tras el “sueño americano”.
Complementando todo lo anterior, no puede olvidarse que el sub-continente depende tecnológica y comercialmente en muy buena medida del gran país del norte, que a través de los mecanismos de “libre” comercio impone sus productos y servicios. En muchos rubros, Latinoamérica es un “esclavo” comercial de la producción norteamericana. En esa “libertad” empresarial, el único beneficiado es Estados Unidos. La situación no parece poder cambiar en lo inmediato dadas las actuales reglas de juego.
Está claro, entonces, por qué Latinoamérica es fundamental en el proyecto hegemónico de Estados Unidos. No por otra cosa resguarda a la región con más de 70 bases militares de sofisticada tecnología, sin que se sepa oficialmente cuántas son con exactitud, y qué albergan exactamente. De hecho, dos de las instalaciones más grandes y poderosasestán, “casualmente”, una en Honduras, muy cerca de las reservas petrolíferas de Venezuela, donde se está construyendo una enorme base militar que permitiría intervenir en el país petrolero así como en Cuba, y otra en el Chaco paraguayo: la base Mariscal Estigarribia, pudiendo albergar 20.000 soldados, cerca del Acuífero Guaraní y de las reservas de gas de Bolivia.
¿Por qué intentar detener las elecciones en Venezuela? La pregunta se contesta de suyo: es similar a por qué la estrategia de la Casa Blanca necesita desembarazarse de todos los gobiernos medianamente progresistas de la región (¡que no son socialistas en sentido estricto!, que llevan adelante programas sociales en el medio de planteos capitalistas, tales como el actual Venezuela, o los planteos peronistas en Argentina –ahora fuera del poder–, o los del Brasil del Partido de los Trabajadores –igualmente fuera de la presidencia ahora–, o el de Bolivia, o el de Nicaragua): son escollos, “piedras en el zapato” para la lógica de dominación estadounidense. No son gobiernos dóciles, que se prosternan mansamente ante los dictados imperiales, poniendo obstáculos a la entrada avasalladora de los capitales estadounidenses.
Como gran potencia capitalista Estados Unidos no está derrotada, ni mucho menos. Pero ya no tiene la supremacía abrumadora de años atrás, cuando aportaba más de la mitad del producto bruto mundial, cuando el dólar era el patrón monetario global indiscutido y cuando sus fuerzas armadas se sentían dominadoras de la escena. Hoy aparecieron otros competidores en lo económico, con una China que ya está superando su producción industrial, un déficit fiscal propio que está socavando en forma acelerada el dominio del dólar, más una Rusia renovada con un arsenal bélico que dejó atrás la dominación norteamericana, y un panorama mundial que muestra que el mundo no es unipolar bajo hegemonía estadounidense sino que hay otros actores en juego.
En ese complejo y dinámico escenario, Latinoamérica es el reaseguro del proyecto de dominación de Estados Unidos. Pero la historia es cambiante, y si bien hoy se intentó entronizar el discurso neoliberal como “el fin de la historia”, ¡la historia no ha terminado! Aunque la paliza al campo popular y a los planteos de izquierda en toda Latinoamérica fue muy grande en estos últimos años, la grama siempre reverdece. La Revolución Bolivariana, más allá de las críticas que puedan hacérsele y los desaciertos que conlleve, evidencia que la historia sigue adelante, moviéndose, rompiendo guiones preestablecidos.
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TROPAS ISRAELÍES VIGILARÁN LAS COSTAS DE LA ARGENTINA


TROPAS ISRAELÍES VIGILARÁN LAS COSTAS DE LA ARGENTINA






Buenos Aires. Con la excusa de controlar el contrabando de drogas y mercaderías que llegan desde territorio paraguayo, cuatro lanchas artilladas israelíes Shalgag MKII, y asesores de ese país están desde este domingo en Posadas, Argentina, capital de la provincia de Misiones que conforma la llamada Triple frontera con Brasil y Paraguay y pasarán a custodiar casi mil kilómetros en aguas de los ríos Paraguay y Paraná.

Como adelantara La Jornada en estos dos últimos años, desde marzo de 2016 comenzaron a firmarse acuerdos de seguridad y militares entre el gobierno del presidente argentino Mauricio Macri y Estados Unidos e Israel así como a efectuarse la compra de equipos y armas y el establecimiento de bases militares, tanto en el extremo sur del país como en las zonas fronterizas del noroeste y el noreste. El gobierno también autorizó la presencia de tropas estadunidense del Comando Sur , sin previo paso por el congreso argentino.
De hecho en Misiones ya se encuentra también una "fuerza de tarea" del organismo antidrogas de Estados Unidos, acuerdo que firmó la ministra de Seguridad Patricia Bullrich en 2017 en Estados Unidos, quien también compró estas lanchas pagando un precio mayor a lo que hubieran costado en otros países.
Mientras se comienza la construcción de una base militar financiada por el Comando Sur, en la provincia de Neuquén, se avanzó desde 2017, como también lo adelantara este diario, en la instalación de por lo menos dos bases militares en Tierra del fuego, la llamada Isla del fin del mundo, una para supuestamente vigilar explosiones nucleares en la ciudad de Tolhuin y en Usuhaia el Centro de Inteligencia regional, acuerdo que se firmó entre Bullrich y la gobernadora de Tierra del fuego el 31 de octubre de 2017 al que llaman los cimientos de una base estadunidense, y otra "logística" anunciada por el ministro de Defensa Oscar Aguad este año.
Las lanchas artilladas y el esquema de seguridad fronterizos, tendrán su centro operativo en Posadas y están ahora en el puerto de la Prefectura Naval Argentina como lo anunció el periódico El Territorio de la provincia de Misiones. La jurisdicción a cubrir es de mil kilómetros y va desde Clorinda (Formosa), hasta Puerto Iguazú. Recorrerán cuatro provincias, incluyendo Corrientes y Chaco, que limitan con el país desde donde entra la mayor cantidad de marihuana a la Argentina. “En total son cuatro embarcaciones”, señaló ese medio.
El esquema de militarización extranjera en Argentina, es el más importante que se conozca en la historia del país y se realizó bajo el gobierno de Macri sin autorización alguna del Congreso.




Fuente: http://www.jornada.com.mx/ultimas/2018/07/22/tropas-israelies-vigilaran-costas-de-argentina-3725.html




EEUU puede disparar armamento nuclear contra países desarmados: Irán en grave riesgo


 
 
 
 
ARTÍCULO ANTERIOR DEL 14 DE MAYO DEL 2018 COMO  APOYO PARA LA MAYOR COMPRENSIÓN DE LOS SUCESOS PROBABLES PARA IRAN EN AGOSTO 2018.
PLATAFORMA DISTRITO CERO
MIGUEL A. REYES
 
 

 EEUU puede disparar armamento nuclear contra países desarmados: Irán en grave riesgo


Lo que no podemos negar es que la caduca burguesía en proceso de defenestración de la hegemonía mundial, sea capaz de cualquier aventura con tal de salvar su precaria situación. Esto lo puede llevar a la utilización del armamento nuclear contra algunos países que no representen posibilidades de contra respuesta nuclear (países desarmados) o donde existan debilidades en las alianzas estratégicas, en este caso, las establecidas con Rusia o China.
EEUU PUEDE DISPARAR ARMAMENTO NUCLEAR CONTRA
PAÍSES DESARMADOS: IRÁN EN GRAVE RIESGO
Por: Enrique Muñoz Gamarra
Hay fuertes vientos de guerra que asolan el planeta. Se observan cientos de tanques enviados por vía férrea en coches interminables desde Estados Unidos a Europa. Venta de grandes lotes de armamentos y aviones de combate desde este mismo país (Estados Unidos) a diversos países del Golfo Pérsico y Taiwán. Rusia tiene importantes acuerdos de venta de los S-300. Y en China hay importantes movimientos de tropas y armas estratégicas, ejemplo, instalación de misiles de crucero en el mar del Sur de China (inicios de mayo de 2018). A esto se suman, como parte de una fuerte carrera armamentística, pruebas constantes de misiles de diversos alcances por parte de Estados Unidos, Rusia, China, India, etc., además, permanentes ejercicios aéreos, navales, terrestres y, persistentes posicionamientos de armamentos y tropas en regiones estratégicos del orbe.
Mientras terminaba la corrección de este apunte (8 de mayo de 2018) se batía como reguero de pólvora sobre el mundo la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear Iraní firmada en 2015 entre los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania. Esto ocurre a pesar de que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) ha confirmado en varias ocasiones el acatamiento del país persa de lo acordado en 2015. Estados Unidos que está en una coyuntura de vida o muerte, al parecer pretende arrasar Irán, tal vez utilizando el armamento nuclear que tiene estacionado en su colonia que es Israel sionista, traspasando así, todas las líneas rojas, sin darse cuenta de la aceleración de su hundimiento sobre todo al colisionar con los intereses de los monopolios europeos al obligarlos a que retiren sus inversiones y empresas de este país (Irán), muy incrementadas desde el año 2015, que terminará aislándolo incluso afectando su último baluarte que es la OTAN. Con esto se siente que el tensionamiento estadounidense va ser muy fuerte. Realmente el asunto es preocupante.
Es en este marco que trato de enfocar este tema. Lo hago sobre hechos concretos. No, sobre el vacío. La guerra debe ser analizada con mucha precaución.
Veamos:
1.- La base de la guerra es la grave crisis económica que azota el conjunto del sistema capitalista, sobre todo, la economía estadounidense:
Partimos el análisis teniendo en cuenta que aún no está resuelto el largo ciclo económico de contracción y crisis del sistema capitalista iniciado en 1973. Como sabemos la crisis económica del 2008 está inmersa al interior de este ciclo económico. Esto indica que las contradicciones capitalistas siguen sumamente agudizadas y sus leyes muy agolpadas. Los apologistas del sistema olvidan adrede esta situación a fin de encubrir la vigencia e intensidad de esta crisis económica.
La sobreproducción de mercancías y la sobreacumulación de capitales son muy graves que cada vez se vuelven muy agudas por la sobreexplotación de la mano de obra, cuyas estrecheces económicas han originado en cadena primero la gran crisis de la demanda, segundo, la caída del comercio mundial y, con ello (tercero), la contracción de la economía del conjunto del sistema capitalista (incluido China). Hoy el sistema capitalista mundial naufraga en esta situación.
Aquello a partir del año 2017, justamente con el inicio de la administración de Donald Trump a nombre de los grupos monopólicos estadounidenses, ha devenido en una política de remedo del "proteccionismo", una suerte de aparente defensa de la industria nacional estadounidense pero que en los hechos ha significado el ahondamiento de la guerra comercial con China que ya estaba en curso desde el año 2010.
En el plano geopolítico el mundo está en una fase decisiva (tercera fase de la coyuntura histórica) empujada por la derrota militar estadounidense en la península coreana, que hizo absolutamente muy claro su pérdida de la hegemonía mundial.
Entonces la actual geopolítica mundial es extremadamente complicada para las tres superpotencias capitalistas. De hecho en las actuales circunstancias deviene en sumamente importante, tal vez más que sus ambiciones por mercados, el derecho a su existencia. Aquello es resultado del grave riesgo que implica la actual coyuntura al influjo de un importante reajuste capitalista donde unos, son desplazados y otros ascienden a nuevos niveles de poder. En realidad un periodo excepcional que solo ocurre en coyunturas históricas en el que el conflicto entre los grupos de poder mundial es a muerte. Esto en la actualidad es muy grave, sobre todo, entre los grupos monopólicos de Estados Unidos y Rusia.
Para el grupo de poder de Washington, representante de los monopolios estadounidenses afectados seriamente por la grave crisis económica iniciada en 2008, implica un periodo de vida o muerte.
Por supuesto este grupo de poder ha calado esta situación, ha observado la inmensa importancia de la actual coyuntura, al que considera de inaplazable, de vida o muerte, que si no lo resuelve de inmediato, puede traer graves repercusiones en un futuro muy cercano, lo que quiere decir, que no puede quedarse con los brazos cruzados, tiene que actuar forzando la situación, máxime si se trata de evitar una marcha inexorable a su total ruina.
2.- Las burguesías financieras, en esencia, son belicistas y guerreristas:
Esto proviene de la observancia de dos hechos históricos que configuran aquella situación. Son los pecados originales de la burguesía financiera. Llamémoslo así por el momento:
La primera tiene que ver con el carácter guerrerista de todas las clases dominantes en las sociedades clasistas. El origen de aquella situación proviene de la apropiación del excedente de producción que de forma automática condujo a la aparición de las clases sociales cuyos estamentos dominantes empujaron a la formación del Estado a su imagen y semejanza. Históricamente esto ha conducido a la apropiación privada de la producción social. En buena cuenta esta es la parte de lo que se llama la aparición del excedente de producción, la propiedad privada, las clases sociales y el Estado. En realidad, el momento histórico de la aparición de la explotación del hombre por el hombre sobre la faz de la tierra que finalmente dio lugar a la lucha de clases. Lógicamente aquello ha llevado a las clases dominantes a especializar sus Estados en maquinarias de opresión, esencialmente guerreristas.
La segunda tiene que ver con la belicosidad de la burguesía en la segunda fase del sistema capitalista, que bajo ninguna circunstancia podía ser una excepción. Más aun en la fase imperialista del sistema capitalista cuando este sistema llega a niveles extremos de agudización de sus contradicciones y donde las crisis económicas son muy graves, ejemplo, la que se inició en 2008 como parte del ciclo económico largo de contracción iniciado en 1973. Ante esta situación, la burguesía financiera que ocupa un lugar predominante en la esfera de la producción y el poder, se vuelve altamente agresiva y beligerante que cualquier otra clase dominante que la antecedió en la historia universal.
De lo anterior se concluye que las trasformaciones mundiales han corrido en medio de cruentas luchas. Aquellas jamás han sido pacíficas. La caída del régimen esclavista se logró por medio de fenomenales guerras antiesclavistas. El régimen feudal se vino abajo por las luchas anti feudales llevados adelante por el siervo de la gleba que luego devino en la burguesía que como sabemos utilizo la acción armada para traerse abajo el orden clerical. Las revoluciones burguesas fueron esencialmente violentas. Hubo movimientos radicales como los jacobinos, armas espeluznantes como la guillotina.
3.- Del carácter belicista de las burguesías financieras se extrae que la guerra es una cuestión que no está descartada:
En efecto no debemos olvidar los dos pecados originales de la burguesía financiera. Estos dos pecados originales son, el carácter guerrerista de sus ancestros y su propio carácter belicista inherente hasta su extirpación de la faz de la tierra.
En la coyuntura histórica iniciada en 2008, particularmente en un momento de fuerte escalonamiento estadounidense (fines de 2010 cuando dio inicio a sus llamadas "Primaveras Árabes"), la existencia del componente estratégico en Rusia y China fue gravitante para su contención. Si bien es cierto como consecuencia de la equiparación de fuerzas la indiscutible incapacidad estadounidense por batir estos disuasivos (de Rusia y China), impide, por el momento, un conflicto mayor, esto no da derecho a nadie a pensar que las guerras imperialistas se hayan terminado. Al contrario, las distancias que cubren hacia la gran guerra, ahora más que nunca se acortan cada vez más, pues, justamente en esta coyuntura lo fundamental es la carrera armamentística. Ya hemos dicho que el ajuste armamentístico es un catalizador muy fuerte que puede cambiar la situación mundial en cualquier momento, pues, siempre debe tenerse en cuenta que el equilibrio de fuerzas es un asunto transitorio enmarcado en el nuevo reajuste del sistema capitalista en que está envuelto el sistema capitalista con el sistema multipolar en el sistema internacional. Como dije en notas anteriores no sabemos cuánto tiempo va durar este proceso. Solo sabemos que la carrera armamentística marcha a pleno vigor.
De esta forma las confrontaciones inter-burguesas por definir el nuevo reajuste capitalista y con ella la nueva estructura económica con sus particularidades previas (miedo actual de la burguesía a la guerra nuclear) incitan a su agudización, en este caso instigada por la superpotencia en decadencia, es decir el imperialismo estadounidense. De acuerdo a esto, debemos ser lo suficientemente claros en afirmar que aquello a medida que avance aquel proceso, de todas maneras va conducir a una mayor confrontación bélica inter-imperialista. Consecuentemente la confrontación armada entre Estados Unidos, Rusia y China es una cuestión de tiempo. Cierto, no será el próximo año ni de repente el 2020 o el 2030. Pero, que se va a producirse, se va producir. Esa es la tendencia histórica del imperialismo que cuadra perfectamente con su esencia belicista como hemos señalado más arriba.
Esto para el proletariado, a pesar de la debilidad de sus condiciones subjetivas, deviene en el dilema de: "O la revolución evita la guerra o la guerra hace estallar la revolución". Aquello proviene de su asimilación de la importancia de su ideología como el conocimiento más claro, más alto y completo que debe conducirlo a un claro posicionamiento acerca de que todos los países imperialistas junto a sus bombas atómicas y sus armas estratégicas son tigres de papel.
Entonces aquellas dos lecciones indican que en la próxima historia de la humanidad la guerra es una cuestión muy presente. Una cuestión latente. No olvidemos los cambios mundiales sobre la base de las confrontaciones.
4.- Pero en lo inmediato, y tal vez también a mediano plazo, hay pánico en estas burguesías por la guerra nuclear:
Cuando los estadounidenses bombardearon las ciudades de Hiroshima y Nagasaki (Japón), 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente, ni siquiera sabían que con aquello estaban dando paso a un nuevo tipo de guerra en el mundo, que era la guerra nuclear.
Debemos saber que los tipos de guerra imperialistas son los siguientes: las guerras de baja intensidad. Las guerras convencionales con armamento convencional. Las guerras nucleares con armamento nuclear. Estas son guerras de agresión y pillaje. Son guerras ridículas.
Las auténticas guerras de trasformación revolucionaria son las guerras revolucionarias que lleva adelante el proletariado movilizando al pueblo completo contra la opresión capitalista. Se convierten en guerras populares cuando los pueblos entienden tres situaciones: primero, que la base de la opresión de los pueblos por parte de las burguesías es el poder que estas burguesías ejercen desde sus Estados, por lo que el proletariado tiene que quitárselo ese poder, destruyendo el estado capitalista y construyendo el nuevo poder que es el Estado socialista. Segundo, cuando los pueblos entienden que los países imperialistas y sus armas nucleares son tigres de papel. Y tercero, cuando estas guerras revolucionarias son conducidas por los partidos comunistas.
En las actuales condiciones del desarrollo capitalista, segunda y última fase, las confrontaciones están muy agudizadas. Aquello está referido por una parte a las confrontaciones inter-burguesas (o inter-imperialistas), sobre todo, entre las tres superpotencias imperialistas que son; China, Estados Unidos y Rusia. Y por la otra, a las confrontaciones entre el proletariado y la burguesía.
No podemos dejar de mencionar que por la inserción del sistema aun nuevo reajuste (reajuste capitalista) el desenlace de la confrontación inter-burguesa es muy urgente. En efecto aquello ocurre en medio de un reajuste capitalista con sus propias particularidades que para nada gusta a los Estados Unidos, pues en la nueva estructura económica capitalista su posicionamiento es después de China, en ella este país (China) emerge como la primera potencia capitalista, algo que se refleja en el actual sistema internacional con un sistema multipolar, todo sobre la base de la equiparación de fuerzas que Estados Unidos lo desconoce o no quiere aceptarla por lo que empuja a definirla cuanto antes. Aquello se define por supuesto con la confrontación que como hemos dicho más arriba debe efectuarse con sus propias particularidades, es decir, por el momento con armamentística convencional y fuerte presión militar de las fuerzas estadounidense por el temor de las burguesías a la guerra nuclear. En realidad la situación de este país (Estados Unidos) es de vida o muerte por su decadencia que no la acepta bajo ningún concepto.
El sol en efecto no puede esconderse con un dedo. El asunto de la equiparación de fuerzas y la perdida de la hegemonía mundial estadounidense, son dos realidades muy presentes que no debemos dejarla pasar. Y más aún, en la nueva realidad internacional, Rusia ha devenido en la primera potencia militar del mundo justamente sobre la base de su armamento nuclear.
La evidencia reciente de esta situación es la derrota militar estadounidense (14 de octubre de 2017) en la península coreana a manos de la República Popular Democrática de Corea (RPDC). Antes hubo otras derrotas militares como por ejemplo, el 3 de septiembre de 2013 en Siria cuando las fuerzas disuasivas de Rusia derribaron los dos misiles intercontinentales disparados por las fuerzas estadounidenses desde su base en Rotta (España) contra Damasco. Y luego, el 5 de marzo de 2014 en Crimea y Sebastopol cuando fue mostrada de forma abierta a los satélites espías estadounidenses armamentos avanzados que en su momento rechazaron un inminente ataque que preparaban las fuerzas fascistas de Maidan (Ucrania), Estados Unidos y fuerzas europeas a fin de recuperar esta ciudad (Crimea) que recientemente se había adherido a Rusia.
De lo anterior emerge el miedo a la guerra nuclear por parte de las burguesías financieras. Ninguna burguesía está dispuesta a enfrentar este tipo de guerra. En realidad es un temor a perder su capacidad de opresión contra otros pueblos y perder su condición de superpotencias. Consecuentemente no es un simple temor idílico.
Y todo esto, llego así:
Cuando a finales del 2017 Estados Unidos había llegado a las fronteras de la RPDC con tremenda alharaca internacional incluso con bombo de Rusia y China, llevando consigo un gran número de armamento convencional e incluso armamento nuclear, claramente dijimos que no habría ningún ataque nuclear preventivo contra este país (RPDC) y consecuentemente no iba producirse una Tercera Guerra Mundial en un periodo inmediato y a mediano plazo. ¿En que se sustentaba semejante conclusión? En dos cuestiones. Primero, en la posesión de aquel armamento por parte de la RPDC con una dirección política auténticamente comunista y dispuesta a jugársela el todo por el todo. Y segundo, en el miedo de las burguesías financieras por la guerra nuclear esencialmente por temor a que sus países perdieran sus condiciones de superpotencias obligándolas a una frenética carrera armamentística a fin de superar aquel impasse.
Hoy, aun con lo precipitado y extremadamente grave que es la carrera armamentística y por la particularidad de la nueva situación mundial, aquella afirmación sigue siendo totalmente correcta y con plena vigencia. Y con ello por supuesto no estábamos negando ni el carácter guerrerista de las burguesías parasitarias ni los pasos hacia una Tercera Guerra mundial. Aquellas son leyes científicas que están plenamente vigentes y lo estarán mientras exista el capitalismo. Hay que ser claros en esto.
En efecto, algo sorprendente ocurrió en estos años en la península coreana, cuando la RPDC probó el 3 de septiembre de 2017 de forma exitosa un mil balístico intercontinental (ICBM) con capacidad de transportar ojivas nucleares de hidrogeno hasta territorio continental estadounidense. En los hechos este país (RPDC) se había convertido en una nueva potencia nuclear. Un acontecimiento único y extraordinario en la historia de estos últimos tiempos de máxima dictadura imperialista. Por supuesto aquello de inmediato hizo temblar de pies a cabeza a la gran burguesía financiera estadounidense, que en su insana brutalidad pretendió obligarlo a que se desnuclearice. Entonces las carcajadas de la máxima dirección comunista de la gran RPDC fueron estruendosas.
A finales de 2017 todo estaba sellado. Los estadounidenses no podían traspasar ni tan solo unos centímetros de su sagrado territorio para que inmediatamente respondiesen con el armamento nuclear. El pánico fue terrible. Convocaron a reuniones de sus llamadas altas esferas: la ONU, Cumbre de Seguridad de Múnich, Cumbre de Davos, la trilateral, etc. Pero nadie tuvo la capacidad de detener a nadie: la derrota militar fue contundente. En realidad esto fue histórico que cambio de plano la correlación de fuerzas existentes hasta ese instante en el mundo.
Después cuando el 14 de octubre del 2017 la gran RPDC le hizo saber a Estados Unidos que estaba lista para una guerra nuclear, los cobardes imperialistas estadounidenses quedaron enmudecidos y prácticamente aceptaron su derrota militar. Esto por supuesto no es cualquier cosa. Es parte de la nueva geoestratégica mundial que ha impuesto una nueva correlación de fuerzas que hasta esos momentos se tenía en el planeta, que los rusos y chinos sencillamente no quieren asimilar. Una situación que las prensas de los monopolios estadounidenses, europeos, rusos y chinos callan miserablemente.
Pero aun así, esto es solo válido para lo inmediato y tal vez a mediano plazo como se sustentó en su momento. Corresponde a la historia capitalista de estos últimos tiempos conducir aquello a su desenlace final en medio de la cruenta carrera armamentística en pleno vigor en la actualidad.
5.- Sin embargo en la actualidad el letal imperialismo estadounidense empujado por su bestialidad puede ordenar el lanzamiento del armamento nuclear sobre países que no representen posibilidades de contra respuesta nuclear (países desarmados) a fin de contener su total hundimiento:
En efecto, lo que no podemos negar es que la caduca burguesía en proceso de defenestración de la hegemonía mundial, sea capaz de cualquier aventura con tal de salvar su precaria situación. Esto lo puede llevar a la utilización del armamento nuclear contra algunos países que no representen posibilidades de contra respuesta nuclear (países desarmados) o donde existan debilidades en las alianzas estratégicas, en este caso, las establecidas con Rusia o China.
El asunto es, cuántas pruebas nucleares se han efectuado desde la aparición de aquel artefacto en 1949. Sabemos que desde 1949 hasta 1989 hubo 2.061 ensayos nucleares. En realidad se trata de explosiones nucleares efectuadas sobre la faz de la tierra. De estas la ex Unión Soviética detonó 456 dispositivos nucleares. Estados Unidos, 1.030. Francia, 210. China y Gran Bretaña, 45 cada uno. India y Pakistán, seis cada uno. Además, de los 2.061 ensayos nucleares, 530 se detonaron en la atmósfera, lo que liberó una gran cantidad de material radiactivo, como Yodo-131, Cesio-137 y Estroncio-90. (1)
¿Esto qué quiere decir? Simple y llanamente que el ataque nuclear es posible.
Sin embargo para que esto se produzca existe una condición muy importante: la NO existencia o inexistencia de una contra respuesta o contraataque nuclear por parte del país bombardeado.
Como sabemos aquel ataque nuclear solo puede provenir de Estados Unidos incluso utilizando los artefactos nucleares de sus marionetas, sobre todo, la probabilidad de que aquello provenga en la actualidad desde Israel sionista es muy alta, en realidad su colonia, donde precisamente tiene depositada una buena cantidad de este armamento. Ahora mismo el sionismo israelita le está sirviendo de tapadera en la agresión a Siria igual que Turquía, que hace una labor de zapa muy interesante. Consecuentemente esto demuestra dos cuestiones: primero, que Israel es una colonia de Estados Unidos. Segundo, que el armamento nuclear allí establecido no es de Israel sino de Estados Unidos. El asunto es: ¿De dónde va sacar armamento nuclear un estado paramilitar, que sobrevive de las prebendas y los capitales estadounidenses? Por ejemplo se dice que desde 1948, Estados Unidos ha sostenido económicamente a Israel sionista enviándole miles de millones de dólares, convirtiéndolo en el mayor receptor de ayuda estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial.
Entonces la utilización de este armamento está condicionada a la no existencia de contra respuestas. Es decir los posibles ataques nucleares deben orientarse contra países desarmados. Los imperialistas estadounidenses son muy cobardes que se cuidan extremadamente de las contra respuestas. Así fue la destrucción de Libia, exigieron al coronel libio, Muamar el Gadafi, se deshiciera del armamento estratégico que Libia estaba preparando. Ejemplos como este hay muchos. Estos cobardes prevén que ni un gramo de plomo llegue hasta su territorio, no porque estén preocupados por su población, que no les importa para nada, sino, cuidando sus zonas estratégicas que puedan complicar su situación económica privando su capacidad de competición inter-imperialista y el poder del 1 % más rico de su población que en realidad es el grupo de poder de Washington, que controla al milímetro el siniestro estado estadounidense.
Como dijimos más arriba, aquel escalonamiento ya está en proceso:
Veamos esto:
En principio la historia sigue corriendo. Como hemos apuntado recientemente, tras la derrota militar estadounidense en la península coreana, Estados Unidos se ha vuelto contra Rusia y China de una forma muy agresiva.
Aquello desde el 26 de marzo de 2018 cuando China puso los futuros del petróleo en poder del yuan en la bolsa de energía de Shanghái su desesperación creció enormemente. Entonces dije, Estados Unidos había ingresado a una coyuntura de vida o muerte que en los hechos significaba sobrepasar todas las líneas rojas. Con esto las cosas están haciéndose muy claras para Venezuela, Cuba, etc. Los estadounidenses están prestos a forzar la situación, lo que quiere decir, cruzar las líneas rojas y tensionamiento, sobre todo, contra Rusia.
Ya vimos el ataque contra Damasco el 14 de abril de 2018 prácticamente por una intente fascista compuesta por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Y hace poco el 30 de abril de 2018 un nuevo ataque aéreo contra las instalaciones militares situadas en Hama con bombas de alta composición destructiva que incluso provocaron un terremoto de magnitud 2,6, tal como informó el Centro Sismológico Euromediterráneo (CSEM).
Veamos el siguiente apunte:
"El ataque aéreo contra las instalaciones militares situadas en Hama fue tan potente que provocó un terremoto de magnitud 2,6, informa el Centro Sismológico Euromediterráneo (CSEM). Según datos del CSEM, el epicentro del sismo se registró a 22 kilómetros al sureste de Hama y a una profundidad de 2 kilómetros. Los ataques aéreos se realizaron en la noche del 30 de abril contra varias instalaciones de las provincias sirias de Hama y Alepo. Por ahora se desconoce si dejaron víctimas o heridos. (2).
El 5 de mayo de 2018 nuevamente tuvimos conocimiento desde HispanTv del uso de misiles termobáricas por parte de la aviación británica contra territorio sirio.
Veamos:
"Según reveló el miércoles el portal web británico Drone Wars, que citó un informe de la referida Cartera, los drones MQ-9 Reaper de la Real Fuerza Aérea británica (RAF, por sus siglas en inglés) dispararon unos 19 misiles AGM-114N contra objetivos en Siria en enero y febrero de este año. La variante ‘N’ del misil AGM-114 contiene una ojiva termobárica, la cual es particularmente efectiva para atacar a personas dentro de espacios cerrados como edificios, fortificaciones o túneles. Drone Wars, no obstante, apostilló que estas bombas funcionan absorbiendo oxígeno del ambiente para crear una detonación de alta temperatura con un radio de explosión extremadamente poderoso. A diferencia de los explosivos convencionales que causan heridas a través de la metralla, el efecto de explosión de las armas termobáricas provoca daños en los órganos internos, incluidos los pulmones. Lo que diferencia a un arma termobárica de un explosivo convencional es que, mientras que un explosivo convencional tiene entre un 30 y un 40 por ciento de explosivo (...) las armas termobáricas usan casi un cien por cien de explosivo", precisó Bronk" (3).
Y hace unas horas (8 de mayo de 2018), mientras terminaba la corrección de esta nota, como dije en la parte introductoria de este apunte, Estados Unidos estaba dando su último zarpazo al retirarse del acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015 conjuntamente con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, además de Alemania.
6.- Mientras tanto Rusia y China siguen en la defensiva militar soportando descaradas provocaciones que sacuden el planeta de acuerdo al gusto del Pentágono:
Consecuentemente Estados Unidos tras su derrota militar en la península coreana, pasó a tensionarse contra Rusia y China. Entonces de inmediato la interrogante que salió a relucir fue: ¿Cuál iba ser la respuesta de estos dos países? ¿Iban a responder como lo había hecho en su momento la gran RPDC?
Los hechos posteriores indican que Rusia y China están siendo sometidas a violentas amenazas y graves provocaciones que sacuden el planeta en la actualidad muy fuertemente. Y lo más importante es que todo aquello es de acuerdo a los planes del Pentágono. En otras palabras de acuerdo a lo que quiere Estados Unidos. En todo caso las previsiones de Rusia y China son muy débiles. En los hechos están siendo sometidas a ridículas confrontaciones pudiendo pararlas en seco como lo hizo en su momento la gran RPDC con el armamento nuclear. No lo hacen y ahora sufren sus consecuencias. El asunto es muy grave y lamentable.
Por ejemplo en el caso del conflicto sirio, Rusia recién está evaluando la entrega de los sistemas S-300 a Siria, después de más de siete años de masacres de las fuerzas fascistas dirigidas por Estados Unidos contra el pueblo sirio. Es decir, Siria hasta aquí ha estado combatiendo con armamento obsoleto. Una situación que indica que la guerra de destrucción en Siria ha venido avanzando en complicidad de Estados Unidos y Rusia. Si esto no lo decimos ahora es mejor no escribir nada o callarse como lo hacen los escribas de las prensas rusas. Lo siento pero las cosas deben ser muy claras. Lo que de aquí en adelante deben hacer los pueblos y países progresistas es apoyarse solo en sus propias fuerzas, no dejarse arrastrar a guerras confiándose en exceso en los aliados. El asunto es armar al pueblo. ¿Estamos armando al pueblo? El ejemplo de la gran RPDC es muy bueno. También del presidente Maduro que dijo, si el Estado venezolano caía en poder de los paramilitares, pasaría a la acción armada. Las direcciones saben que en las luchas hay vencedores y vencidos. Y que a veces aquello se paga incluso con la vida. Si no, para qué nos metemos en la política revolucionaria. La lucha revolucionaria es así. Con esto no trato de asustar a nadie. Tampoco digo que deban capitular. No. Las perspectivas son muy buenas. Lo dijimos con ocasión del primero de mayo. Esto está aún fresco. Los cambios van a seguir desarrollándose. Hay que ser claros en esto.
Sobre este último el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, asegura que Moscú, tras los ataques aéreos lanzados por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia contra Siria, baraja todas las opciones para mejorar la capacidad disuasiva del país árabe, incluyendo el suministro de sistemas de defensa aérea S-300.
Veamos esto:
"Hace varios años decidimos no suministrar sistemas S-300 a Siria a petición de nuestros socios. Ahora, barajamos esta y otras opciones para garantizar la seguridad del Estado sirio, después de este escandaloso acto de agresión de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña", precisa el titular ruso en una entrevista publicada el lunes por la cadena de televisión británica BBC" (4).
Por su parte China desde hace ya un buen tiempo asume la cómoda posición de un país árbitro.
Veamos el siguiente apunte (se trata de su pronunciamiento tras la decisión de Estados Unidos de poner fin al acuerdo nuclear con Irán):
"…el portavoz (se refiere al portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Geng Shuang, de China) hizo un llamado a todas las partes a asumir una "actitud responsable", teniendo en cuenta el "interés general a largo plazo", para lograr una resolución "política y diplomática" adecuada. "China adoptará un enfoque imparcial y responsable, mantendrá un diálogo con todas las partes y continuará preservando e implementando el acuerdo global", manifestó el diplomático" (5).
De persistir esta situación, vuelvo a repetir, hay grave riesgo de que Rusia termine en una humillante derrota estratégica en Oriente Medio, sobre todo, en Siria. No olvidemos que se trata de una confrontación inter-burguesa por mercados y zonas de influencia. La presión militar estadounidense está haciendo sus efectos. Rusia y China han caído en esa lamentable situación. No hay firmeza como se había hablado en un apunte anterior.
Las palabras del presidente sirio, Bashar Al Asad, expresadas recientemente (10 de mayo de 2018) son muy claras:
"La agenda del 'Deep State' (Estado profundo) en EE.UU. es crear un conflicto", aseveró el presidente. Precisó que "estamos bajo ese proceso por diversos medios y bajo diferentes nombres", y su objetivo principal es crear confrontación con Rusia. "Quizás no sea una Tercera Guerra Mundial en toda regla, pero es una guerra mundial. Tal vez de una manera diferente, no como la Segunda y la Primera; tal vez no sea nuclear, pero definitivamente no es una Guerra Fría; es algo más que una Guerra Fría, pero menos que una guerra en toda regla", expresó Assad" (6).
NOTAS:
1.- "Ban Ki-moon lamenta estancamiento de negociaciones nucleares". Autor: Thalif Deen. Nota publicada el 31 de agosto de 2016, en: Rebelión.
2.- "El poderoso ataque aéreo contra Siria provoca un terremoto (literalmente)". Nota publicada el 30 de abril de 2018, en: Sputnik https://mundo.sputniknews.com/orientemedio/201804301078328100-siria-sismo-ataque-hama/
3.- "Informe: Drones británicos disparan misiles termobáricas en Siria". Nota publicada el 5 de mayo de 2018, en: HispanTV.
4.- "Rusia evalúa entregar a Siria sistemas S-300 tras ataques de EEUU". Nota publicada el 17 de abril de 2018, en: HispanTV.
5.- "China se pronuncia tras la decisión de EE.UU. de poner fin al acuerdo nuclear con Irán". Nota publicada el 9 de mayo de 2018, en: Rusia Today.
6.- "Assad: "Estamos en un tipo de guerra mundial mayor que la Guerra Fría". Nota publicada el 10 de mayo de 2018, en: Rusia Today.
Enrique Muñoz Gamarra: Sociólogo peruano, especialista en geopolítica y análisis internacional. Autor del libro: "Coyuntura Histórica. Estructura Multipolar y Ascenso del Fascismo en Estados Unidos". Su Página web es: www.enriquemunozgamarra.org
USA.