miércoles, 26 de julio de 2017

Hay que fortalecer las fuerzas comunitarias y obreras dentro del proceso de cambio"


lahaine.org

"Hay que fortalecer las fuerzas comunitarias y obreras dentro del proceso de cambio"

 

 

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Entrevista con Alfredo Rada Vélez, viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales
“La Coordinadora de Defensa del Agua y la Vida, fue un primer ensayo de bloque campesino, obrero y popular en lucha contra las políticas neoliberales”
Siempre ha sostenido que sin movimientos sociales no hay proceso de cambio, ¿cómo se ha dado la participación de esos movimientos a lo largo del proceso boliviano?
Este proceso político se gestó allá por el 2000, cuando en Cochabamba surgió la Coordinadora de Defensa del Agua y la Vida, que fue un primer ensayo de bloque campesino, obrero y popular en lucha contra las políticas neoliberales. Luego se expandió a nivel nacional y logró un triunfo político estratégico en octubre de 2003, cuando la burguesía comenzó a ser desplazada del poder político con el derrocamiento y fuga al exterior de Gonzalo Sánchez de Lozada. En ese momento, la burguesía se replegó hacia los espacios regionales de la denominada “media luna”, conformada por los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. Para legitimarse en los espacios políticos regionales utilizó la demanda de autonomías departamentales.
Por su parte, el bloque social revolucionario, encabezado en ese momento por los pueblos y naciones indígena originarios, a los que se sumaron la clase obrera y otros sectores populares, se movilizó para lograr la convocatoria a una Asamblea Constituyente y, después, para defenderla, así como para respaldar las iniciativas que tomó el nuevo gobierno de Evo Morales, como la nacionalización del excedente hidrocarburífero en mayo de 2006.
Con posterioridad a la llegada a la presidencia de Evo Morales, ¿cómo se comportó el bloque de fuerzas políticas y sociales que menciona?
Entre el 2006 al 2009 se dio el mayor avance en las transformaciones políticas y económicas, y el mayor nivel de acción colectiva de los movimientos sociales, siendo la marcha nacional de octubre de 2008, que exigía la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, y que recorrió 200 kilómetros desde Caracollo hasta La Paz, la más grandiosa expresión de la fuerza de masas en ese período. Sin embargo, una vez logrado el objetivo de fundar un nuevo Estado Plurinacional, a partir del 2010 entramos en una etapa de reflujo de masas.
Son varios años en los que se priorizó la estabilidad por sobre el cambio, se asentaron tendencias moderadas y pactistas dentro del Gobierno; es el momento en que se realizaron concesiones y retrocesos programáticos en varias áreas.
¿Esta etapa de reflujo de masas se mantiene?
Comenzó a ser superada a fines del 2013, cuando en la ciudad de Santa Cruz, la Central Obrera Boliviana (COB) que se había distanciado por el “gasolinazo” de diciembre del 2010, decidió en una reunión nacional el reencuentro con el proceso de cambio. Esto permitió, entre 2014 y 2015, dar vitalidad a la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM), estructura creada en 2007 para defender la Asamblea Constituyente, pero que pronto entró en un prolongado debilitamiento que se extendió por tres años, entre el 2011 y el 2013, como expresión en lo organizativo del reflujo de masas al que nos referimos antes.
¿Cuál es el estado actual de la CONALCAM?
En los últimos años, la CONALCAMha sumado varias organizaciones nacionales, hasta llegar a las 30 que actualmente la conforman. Vuelve a tomar iniciativas políticas como fue impulsar el referéndum de febrero de 2016 para la habilitación constitucional del compañero Evo Morales para un nuevo período. El resultado de ese ejercicio fue negativo, se perdió por escaso margen, pero ello no anula la acción colectiva de los movimientos sociales que lo impulsaron. Estoy en desacuerdo con la crítica pequeñoburguesa que califica –a posteriori y con los resultados en mano– aquella propuesta como una “falta de sentido común”; sigo y seguiré pensando que es mejor para los revolucionarios equivocarse junto al pueblo que acertar lejos del pueblo. De esa forma, aún en la derrota mantienes unida la base social del proceso y la preparas para nuevas luchas en las que puedes salir victorioso.
¿Por qué le asigna tanta importancia a la CONALCAM?
Porque cada proceso revolucionario tiene su particular configuración del nuevo poder político. En el caso boliviano se le denomina “gobierno de los movimientos sociales” y una de sus expresiones, la más conocida aunque no la única, es la CONALCAM. No olvidemos que el propio Evo se ha referido a ella como el gabinete de los movimientos sociales. Un gabinete en el que confluyen tres bloques: a) El bloque indígena originario campesino, que se expresa en el Pacto de Unidad de sus cinco organizaciones matrices; b) El bloque obrero conformado por las organizaciones de los trabajadores mineros y metalúrgicos, fabriles, petroleros, constructores, de luz y fuerza, del magisterio, todos afiliados a la COB. Podemos incluir en este bloque a la base proletaria no sindicalizada de las cooperativas mineras;c) El bloque urbano-popular conformado por juntas vecinales, transportistas y comerciantes gremialistas.
Sostengo que si los movimientos sociales se empoderan dentro del proceso de cambio, uno de los espacios en el que se puede ejercer la conducción política es la Coordinadora. Esto fortalecerá el liderazgo de Evo, que siempre se ha mantenido fiel a la base plebeya de la que surgió.
Particularmente significativo ha sido una de las más recientes resoluciones de la CONALCAM, que pidió ser parte de las decisiones económicas y de la agenda productiva. Así salieron al paso de la propuesta que la burguesía, representada en la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, le hizo al Gobierno: conformar un Consejo Económico y Productivo entre los empresarios y los ministros. Si nos fijamos bien en este debate se está expresando también la lucha de clases.
¿Lucha de clases o conciliación entre clases?
Recuerdo los debates en la izquierda hace dos décadas. Junto a varios otros yo sostenía que la opresión de las naciones originarias por el Estado colonial republicano debía ser previamente superada para así avanzar en la lucha por el socialismo comunitario. La fundación del Estado Plurinacional lleva a un despliegue mayor de la lucha de clases en una sociedad que aún es capitalista. Lo decisivo es que fortalezcamos en este período a las fuerzas comunitarias y obreras, que las empoderemos. Este planteamiento no tiene nada que ver con el pactismo conciliador con la burguesía.
@CorreodelAlba

El Tesoro de Estados Unidos anunció el congelamiento de fondos y otras sanciones para 13 altos funcionarios del régimen chavista


infobae.com

El Tesoro de Estados Unidos anunció el congelamiento de fondos y otras sanciones para 13 altos funcionarios del régimen chavista

26 de julio de 2017



Es contra ejecutivos de la petrolera estatal venezolana PDVSA y personas de alto rango del gobierno y de las Fuerzas Armadas

Donald Trump y Nicolás Maduro
Donald Trump y Nicolás Maduro
El Gobierno de Donald Trump impuso sanciones a 13 altos cargos del Gobierno venezolano, militares y ejecutivos de la petrolera estatal PDVSA, con lo que se busca aumentar la presión sobre el presidente Nicolás Maduro para que abandone sus planes de realizar una Asamblea Constituyente.
A través de la orden ejecutiva 13692, Estados Unidos decidió imponer las sanciones contra los individuos por presuntos abusos contra los derechos humanos y corrupción, salvando por ahora al país sudamericano de sanciones financieras o "sectoriales" más amplias contra su vital industria petrolera.
De acuerdo con el comunicado del Tesoro, las sanciones del miércoles apuntan contra funcionarios actuales y antiguos asociados con las elecciones o el socavamiento de la democracia, así como la violencia desenfrenada contra los manifestantes de la oposición.
Tibisay Lucena
Presidente del Consejo Nacional Electoral
Elías Jaua
Ministro de Educación
Tarek William Saab
Defensor del Pueblo
Maria Iris Varela
Ex ministra del Servicio Penitenciario
Néstor Reverol
Ministro del Interior, Justicia y Paz
Carlos Alfredo Pérez
Director de la Policía Nacional Bolivariana
Sergio José Rivero Marcano
Comandante de la Guardia Nacional Bolivariana
Jesús Rafael Suárez
Comandante de la Región Estratégica de Defensa Integral Central
Franklin García
Ex Director general de la Policía Nacional Bolivariana
Rocco Albisinni Serrano
Presidente del Centro Nacional de Comercio Exterior
Alejandro Fleming Cabrera
Viceministro para Europa del la Cancillería venezolana
Simon Alejandro Zerpa Delgado
Vicepresidente de finanzas de PDVSA
Carlos Erik Malpica Flores
Ex Tesorero Nacional

Tibisay Lucena, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE)
Tibisay Lucena, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE)
Todos los activos de estas personas sujetos a la jurisdicción de los Estados Unidos están congelados a partir de ahora.
La iniciativa está encaminada a mostrar al Gobierno socialista de Maduro que Trump está dispuesto a cumplir con su amenaza de imponer "acciones económicas fuertes y rápidas" si Caracas sigue adelante con sus planes para realizar el domingo una votación destinada a establecer una Asamblea Constituyente que, según los críticos, aumentará fuertemente el poder de Maduro, dijeron las fuentes.
"Como el presidente Donald Trump ha dejado en claro, Estados Unidos no ignorarán los esfuerzos en curso del régimen de Maduro para socavar la democracia, la libertad y el imperio de la ley", dijo el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin.

Néstor Reverol Torres, ministro del Interior, Justicia y Paz
Néstor Reverol Torres, ministro del Interior, Justicia y Paz
"Como lo demuestran estas sanciones, los Estados Unidos están del lado del pueblo venezolano en su búsqueda de restaurar en su país una democracia plena y próspera", agregó el funcionario.
El más grave de los posibles pasos a futuro serían las sanciones financieras que suspenderían los pagos en dólares por el petróleo del país, lo que privaría al obierno del país sudamericano de una divisa fuerte, o una prohibición total de las importaciones de petróleo a Estados Unidos, el mayor cliente de Venezuela.

Franklin García, ex director general de la Policía Nacional Bolivariana
Franklin García, ex director general de la Policía Nacional Bolivariana

Simón Alejandro Zerpa Delgado, vicepresidente de finanzas de PDVSA
Simón Alejandro Zerpa Delgado, vicepresidente de finanzas de PDVSA

Tarek William Saab, defensor del pueblo
Tarek William Saab, defensor del pueblo

Sergio Jose Rivero Marcano
Sergio Jose Rivero Marcano

Rocco Albisinni Serrano
Rocco Albisinni Serrano

Maria Iris Varela
Maria Iris Varela

Jesús Rafael Suarez
Jesús Rafael Suarez

Elías Jaua
Elías Jaua

Carlos Erik Malpica Flores
Carlos Erik Malpica Flores

Carlos Alfredo Pérez
Carlos Alfredo Pérez

Alejandro Fleming Cabrera
Alejandro Fleming Cabrera
Con información de Reuters
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"¿Qué se han creído los imperialistas de los Estados Unidos? ¿Que son el gobierno mundial? (...) No lo aceptamos", declaró el presidente de Venezuela sobre la medida de la Administración Trump

Hungría busca enemigos


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Hungría busca enemigos | ctxt.es

 

 

 

Zsuzsanna Wirth

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Justo antes de Semana Santa, tuvo lugar en Budapest una cadena de protestas que la ciudad no veía desde hacía años. El desencadenante fue una reforma legislativa que Fidesz --el partido que gobierna el país y el Parlamento, con una cómoda mayoría-- sacó adelante sin ninguna consulta previa. En esencia, la ley imposibilita que la Universidad Centroeuropea (CEU, por sus siglas en inglés) pueda seguir operando en el país. Esta universidad, muy prestigiosa en círculos académicos, fue fundada en 1991 por George Soros.
Este no fue el primer ataque ni el último contra el multimillonario de origen húngaro. La ultraconservadora formación gobernante libra desde hace tiempo una guerra propagandística sin cuartel, de cara a los comicios que tendrán lugar el año que viene.
A mediados de julio, el Ejecutivo de Víktor Orbán ha lanzado un nuevo golpe: una campaña publicitaria contra la inmigración, en la que el filántropo es el protagonista. Las autoridades han publicado miles de anuncios  en medios y han llenado las calles de carteles. En ellos, una fotografía del magnate sonriente, con la leyenda “¡Que Soros no ría el último!”. La acompañan ‘datos’ y eslóganes para apoyar la necesidad de políticas de rechazo a los migrantes.
A mediados de julio, el Ejecutivo de Víktor Orbán ha lanzado un nuevo golpe: una campaña publicitaria contra la inmigración, en la que Soros es el protagonista
Numerosas voces críticas han acusado de antisemitismo al Gobierno. Soros tiene raíces judías y los carteles, para muchos, evocan las imágenes utilizadas en la década de los treinta del pasado siglo para acusar a los judíos de manipular las esferas políticas y económicas. Finalmente, el Ejecutivo de Orban anunció que los retiraría el pasado 15 de julio. Su decisión, advierten, no es una marcha atrás ante la polémica desatada, también a nivel internacional. Simplemente la campaña ha llegado a su fin.
La ofensiva viene de lejos. “Las cosas se torcieron cuando el imperio de Soros defendió la asistencia a los inmigrantes”, declaró el primer ministro Viktor Orbán en una entrevista radiofónica el pasado mes de abril, en referencia a la contundente respuesta internacional que había recibido su reforma legislativa para cerrar la CEU. Para el primer ministro, este asunto tenía que ver con la seguridad de los húngaros, el control fronterizo, la seguridad pública y el terrorismo.
Desde que el gobierno húngaro, que asume abiertamente una postura anti inmigratoria, construyese una valla en su frontera sur para frenar el flujo de inmigrantes árabes y africanos en la ruta de los Balcanes, las ONG defensoras de los derechos de los inmigrantes también han sido calificadas de enemigos del Estado. A esta lista de adversarios se suma Bruselas (una simplificación para referirse a la UE), que quiere que Hungría acepte a 1.294 refugiados, de acuerdo con la cuota establecida.
Para hacer pública su oposición a la política de refugiados de la UE, el gobierno inició en primavera una profusa campaña publicitaria. El eslogan “Paremos a Bruselas” apareció en miles de anuncios y generó el rechazo de la Unión Europea.
Además de la ley contra la CEU, Fidesz también ha aprobado a mediados de junio otra polémica norma: la llamada “ley civil”, que busca poner barreras a los “lobbies que se hacen pasar por ONG”. Esta obliga a aquellas organizaciones con donaciones desde el extranjero [más de 24.000 euros de financiación directa o indirecta] a inscribirse de nuevo como “organización cívica financiada desde el extranjero”  y a insertar en sus páginas web un rotulo con esta frase. De acuerdo con las asociaciones, la verdadera intención de este cambio aparentemente pequeño es etiquetar a ciertas organizaciones de “agentes extranjeros” o “agentes de Soros”, y cuestionar de esta forma su integridad. Entre las organizaciones que están en el punto de mira se encuentran algunos observatorios de los derechos humanos como Transparencia Internacional o el Comité Húngaro de Helsinki.
Tras la aprobación de esta norma, a mediados de julio, la Comisión Europea abrió un nuevo procedimiento de infracción contra Hungría. El tercero. En abril cayó otro por las medidas adoptadas contra la CEU. En junio, el Colegio de Comisarios de la Unión Europea inició otro –también para Polonia y República Checa-- por negarse a aceptar refugiados.
Manifestaciones masivas y el nacimiento de Momentum
A mediados de abril, decenas de miles de húngaros salieron a la calle en Budapest para protestar por estas polémicas leyes, pero no se produjo ninguna réplica en las poblaciones rurales del país. Aunque el detonante de las marchas fue la ley anti CEU, los manifestantes mostraron su descontento genérico con el gobierno. También exhibieron su apoyo a las ONG asediadas y reclamaron la igualdad de las mujeres, motivados por un comentario abiertamente sexista del primer ministro. A raíz de una pregunta sobre el despido de la embajadora de Hungría en Washington, respondió que él no se ocupaba de “asuntos de mujeres”.
En la manifestación muchos participantes ondeaban banderas de la UE, mientras que otros enarbolaban pancartas contra la cada vez más sólida alianza de Orbán con la Rusia de Vladimir Putin. Otro político objeto de las críticas fue el presidente János Áder, antiguo miembro de Fidesz, por firmar y promulgar la norma contra la Universidad Centroeuropea. El mandatario, cuya autoridad es meramente simbólica, según la Constitución, aprobó la ley a pesar de que su predecesor, László Sólyom (un antiguo juez constitucional) dejó claro que era totalmente anticonstitucional. Áder habría podido mandar la ley al Tribunal Constitucional para que la revisaran, pero decidió no hacerlo.
La ley civil, aprobada en junio, obliga a aquellas organizaciones con donaciones desde el extranjero a inscribirse de nuevo como “organización cívica financiada desde el extranjero”
El Gobierno no cedió a las protestas y los medios de comunicación afines al gobierno intentaron menospreciar su importancia denominándolas “protestas fantasma”. Estos mismos medios también afirmaron que fueron los “agentes de Soros” quienes las organizaron y sostuvieron, sin presentar ninguna prueba. Llegaron incluso a sostener que habían traído a parte de los manifestantes en avión para que las marchas parecieran más numerosas.
“Hasta los pacíficos y honrados cristianos sintieron un picor en las palmas de las manos”, declaró Orbán ante las protestas. Muchos pensaron cuando oyeron este comentario que el primer ministro estaba sugiriendo una respuesta violenta, ya que en húngaro si alguien dice que le pica la palma de la mano significa que esa persona está a punto de golpear a otro. Orbán no llegó a tanto, pero afirmó que era “una prueba de fuerza para todos nosotros”. Aun así, quiso ridiculizar a los manifestantes diciendo que al mismo tiempo que la muchedumbre “coreaba cosas horribles” y acusaba al gobierno y al país de graves irregularidades, también alegaban que ya no había democracia.
Orbán tiene pocos motivos para preocuparse por su futuro político. La próxima primavera de 2018, habrá elecciones parlamentarias en Hungría y el partido gobernante, Fidesz, es el mejor situado para ganarlas. Para conseguirlo, la estrategia es clara: mantener unida a la base del partido mediante un clima constante de terror. Los enemigos --según los portavoces políticos del gobierno y los medios de comunicación controlados por el Estado-- son los inmigrantes, George Soros y Bruselas. Este mensaje extremadamente simplista se inculca en la sociedad con una meticulosidad extraordinaria.
Para ganar las próximas elecciones, probablemente le baste con obtener menos de tres millones de los ocho millones de votantes existentes. Esto sería suficiente para Fidesz, que ha modificado la ley electoral de tal forma que los partidos de la fragmentada oposición lo tienen muy difícil para plantarle cara: la formación derechista obtendría una mayoría de escaños en el parlamento aun con una victoria en las urnas relativamente pequeña. Por ejemplo, en los comicios legislativos de 2014, Fidesz obtuvo menos del 45% de los votos y aun así fue suficiente para mantener una mayoría parlamentaria de dos tercios y que la divida oposición obtuviera solo un tercio.
Los miembros del Gobierno han advertido en reiteradas ocasiones que la próxima campaña electoral será la más brutal de los últimos treinta años. El vice primer ministro, Zsolt Semjén, declaró en marzo que esperaba que esta fuera una campaña “eufórica”, puesto que la oposición tendría que luchar por su “supervivencia misma”. “Como carecen de un programa alternativo viable, lo único que les queda es su estilo ignominioso, sobre todo si reciben apoyo y órdenes de fuera”.
A pesar de su poder, hay señales que indican que Fidesz tampoco es totalmente invulnerable. A comienzos de este año sufrieron una derrota en Budapest a manos de un actor inesperado. Según diversas informaciones, la capital húngara tenía muchas posibilidades de optar a los Juegos Olímpicos de 2024. Pero, el movimiento político Momentum --ahora oficialmente un nuevo partido político--, pensado para atraer a los votantes jóvenes y partidarios de la UE, hizo campaña a favor de un referéndum para que sus habitantes pudieran tener la última palabra sobre si presentar o no la candidatura. El movimiento se oponía a la celebración de los juegos, con el argumento de que Hungría no podía permitirse organizarlos mientras el sistema sanitario y el educativo siguieran estando en ruinas, la economía siguiera sin ser lo suficientemente competitiva y la corrupción siguiera alcanzando niveles nunca vistos. Momentum consiguió reunir más de un cuarto de millón de firmas a favor del referéndum, muchas más de las necesarias según la ley. Como las encuestas mostraban que la mayoría estaba en contra de la candidatura, el gobierno y la alcaldía de Budapest decidieron no iniciar una batalla perdida de antemano y retiraron la candidatura sin organizar la consulta.
A pesar de que Momentum logró alcanzar un cierto peso en las encuestas tras su éxito con esta campaña --lo que provocó fuertes ataques de los medios de comunicación progubernamentales y estatales--, Fidesz no perdería un número significativo de votos. Los simpatizantes del partido también mantuvieron su lealtad tras la ola de protestas contra la ley anti CEU.
Como afirma el analista político conservador, y antiguo miembro de Fidesz, Péter Tölgyessy, Orbán ha apuntalado su poder mediante cientos de pequeños cambios en el sistema legislativo. “Sabe que perder unas elecciones supondría el fin absoluto de su régimen, por eso no puede permitirse otorgar ni un 1% de posibilidades a la oposición”, señala Tölgyessy, quien, a principios de mayo, ofreció un extenso análisis de la situación de Hungría ante un numeroso público, en una ponencia organizada por el Grupo Eötvös József. Este colectivo está compuesto, en su mayoría, por pensadores de derechas que en el pasado han colaborado con Fidesz como políticos o expertos. Ahora están en contra de las políticas indudablemente “antiliberales” del gobierno de Orbán.
Según Tölgyessy, la actual política de Orbán está conduciendo a Hungría hacia un callejón sin salida. El país no será capaz de equipararse a los países de Europa occidental, pero, tal vez, la mayoría de la gente quizá no desee otra cosa. La sociedad húngara no es precisamente partidaria de ofrecer respuestas democráticas a los problemas: una encuesta realizada en 2009 demostró claramente que de toda la región, los húngaros eran los más desilusionados con el sistema democrático multipartidista y los que más añoraban el antiguo sistema socialista. Orbán es consciente de esto. Es en parte la razón de su éxito, basado en el rechazo a los valores occidentales, afirma Tölgyessy.
La tarea consiste ahora en mantener activo el pensamiento racional y el debate hasta que caiga el régimen de Orbán, aunque ni siquiera Tölgyessy sea capaz de afirmar a ciencia cierta cuándo llegará ese día.
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Zsuzsanna Wirth es reportera de Direkt36, un centro húngaro de periodismo de investigación
Traducción de Álvaro San José.

Si cada uno defiende su soberanía absoluta, se llegará a la guerra”


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“Si cada uno defiende su soberanía absoluta, se llegará a la guerra”

 

 

Beatriz Silva

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Sólo una Europa más integrada y unida nos permitirá hacer frente a grandes desafíos como la crisis del euro, el cambio climático o la crisis de los refugiados. Es la receta de Pier Virgilio Dastoli, el que fuera el más estrecho colaborador de Altiero Spinelli, padre fundador de la Unión Europea, a las dificultades que enfrenta el proyecto europeo. Más Europa y no menos, insiste durante esta entrevista realizada en Barcelona, ciudad a la que acudió recientemente, invitado por Federalistes d'Esquerres.
Dastoli (Anzio, Roma, 1949), que actualmente ocupa el cargo de presidente del Consejo Italiano del Movimiento Europeo, ha dedicado su vida a lo que fue el sueño de Spinelli: la construcción de una Europa federal donde los viejos Estados-nación sean reemplazados por una estructura supranacional que impida que el enfrentamiento entre nacionalismos cause nuevas guerras.
después del resultado del Brexit, los ciudadanos europeos se han dado cuenta de que la posibilidad de que Europa se disgregue es un peligro y es real. Han tomado conciencia de que es importante la unidad
Spinelli concibió el sueño de unir Europa en 1943, mientras estaba recluido en la isla de Ventotene por el régimen de Mussolini, y materializó sus propuestas en un manifiesto que daría origen al movimiento federalista y más tarde a la Unión Europea. Fue capaz de imaginar una Europa distinta cuando el continente se desangraba y sus reflexiones siguen iluminando el camino de los partidarios de una Europa libre, unida y sin fronteras.
¿Por qué cada vez más ciudadanos ven en la Unión Europea un problema y no una solución? Esto no era así hace 15 años.
Porque creen que Europa no ha sido capaz de solucionar los problemas reales. Pero esto no es culpa sólo de la Unión Europea: la mayor parte del poder sigue estando en mano de los gobiernos nacionales que son realmente los que no han resuelto los problemas de la gente. En estos últimos diez años de crisis todas las decisiones las han tomado los gobiernos. Los jefes de Estado y de Gobierno primero deciden qué harán, luego van a las reuniones del Consejo Europeo a explicarlo y regresan diciendo que Bruselas les obliga a hacer esto y aquello. El problema del sistema europeo es que no es eficaz ni es democrático. Necesitamos un verdadero Gobierno europeo, con poderes y elegido directamente por los ciudadanos.
Antes de esta crisis, ¿los ciudadanos sentían que la UE sí podía resolverles sus problemas?
Mi percepción es que los europeos no son tan críticos con Europa. En las mismas encuestas en que se muestran escépticos con las instituciones europeas dicen que los grandes problemas, como la defensa y el terrorismo, se pueden solucionar mucho mejor a escala europea. El fortalecimiento de movimientos como el de Marine Le Pen representa, más que un voto contra Europa, un voto contra los gobernantes, es un voto antisistema. Pero la situación ha cambiado en el último año. En Austria ganó las elecciones un candidato europeísta en vez de la extrema derecha. En Holanda, Geert Wilders quedó muy relegado y en Francia, Marine Le Pen perdió fuerza a favor de Emmanuel Macron, que era el candidato más europeísta que se presentaba a las elecciones. Las cosas se están moviendo a favor del europeísmo.
¿Cómo afectará el Brexit a la Unión Europea?
Yo soy optimista. Creo que después del resultado del Brexit, los ciudadanos europeos se han dado cuenta de que la posibilidad de que Europa se disgregue es un peligro y es real. Han tomado conciencia de que es importante la unidad. El hecho de que Reino Unido salga de la Unión Europea obliga a una modificación de los tratados europeos y se pondrán sobre la mesa otras cuestiones que pueden ayudar a dar un nuevo impulso.
¿Cómo cuáles?
La política monetaria del Banco Central Europeo no es suficiente si queremos tener una política económica común. Para afrontar la cuestión de la inmigración, los tratados tampoco son adecuados. El Tratado de Lisboa hace una incidencia muy pequeña en la cuestión social que es uno de los grandes déficits del proyecto común. Es urgente construir una Europa social para que la gente vuelva a creer.
¿Estas reformas servirían para relanzar el proyecto?
Yo estoy convencido de que para dar el salto a una Europa federal tenemos que demostrar a la ciudadanía que esta Europa puede solucionar los grandes problemas que no tienen respuesta a nivel nacional. Por ejemplo, en Europa hay 120 millones de pobres. Esta cuestión se podría mejorar con la creación de una renta mínima europea de ciudadanía. Tenemos además la base jurídica para hacerlo en la Carta de Derechos Fundamentales. Podríamos crear un organismo de lucha contra el paro juvenil y crear un sistema de justicia europeo que combata el crimen organizado. Hay que reforzar la política industrial europea para que sea más competitiva en el mundo. Hay que lanzar un plan de desarrollo para el África subsahariana y afrontar el problema de la inmigración. Todo esto puede solucionarse pero los tratados actuales no son suficientes, hay que ir más allá.
¿Spinelli imaginaba que Europa sería así en 2017?¿Era optimista o pesimista?
Al final de su vida, en 1984, Spinelli intuía que caería el muro de Berlín y decía que teníamos que prepararnos para la reunificación del continente, que necesitábamos una Europa más política. Él no hablaba de la moneda única porque pensaba que primero había que construir la unión política y poner en funcionamiento un gobierno democrático a nivel europeo. Para Spinelli, la integración económica tenía que venir después pero el proceso fue al revés. Él pensaba que esta inversión era un gran error. Cuando se firmó el Tratado de Roma, Spinelli escribió un artículo titulado La tomadura de pelo del mercado común defendiendo que no podíamos empezar desde el mercado y que no era suficiente integrar la moneda. Y las cosas le han dado la razón.
Según esto, deberíamos hablar de crisis política en vez de crisis económica o de crisis del euro…
Spinelli pensaba que primero había que construir la unión política y poner en funcionamiento un gobierno democrático a nivel europeo. Para él, la integración económica tenía que venir después pero el proceso fue al revés
Sí. Se trata de eso. Uno de los problemas de Europa es la falta de unidad política. Hay cuatro grandes problemas a los que Europa no ha sido capaz de dar respuesta y que se encuentran detrás de la crisis del proyecto: la globalización, el fin de la división del mundo entre este y oeste, el impulso de los países en vías de desarrollo y la irrupción de las nuevas tecnologías desde mediados de los noventa. Estas cuestiones han cambiado el mundo y el mercado del trabajo. Para hacerles frente no bastaba una pequeña modificación de los tratados, necesitábamos una reforma más profunda. La respuesta no era reducir los costos laborales para hacernos más competitivos sino mejorar la calidad tecnológica de nuestros productos. El proyecto europeo de 1984 tenía una visión de conjunto porque tomaba en cuenta todas estas cuestiones y proponía un camino a seguir. No quería solo transferir más poderes al Parlamento Europeo y a la Comisión, quería cambiar Europa. Pero los gobernantes no lo asumieron.
¿Cree que tras el resurgimiento del nacionalismo en Europa se encuentra el hecho de que las nuevas generaciones han olvidado la guerra?
Sí, la generación que impulsó el proyecto europeo tenía la memoria de la guerra pero nuestros dirigentes actuales ya no la tienen, no está vivo el recuerdo de lo que significa el enfrentamiento entre nacionalismos, no se han dado cuenta de que corremos el riesgo de que Europa se disgregue. De todas formas, yo soy optimista. La declaración de Roma de marzo pasado puede parecer un poco vacía pero ha dado una señal políticamente importante: han dicho que quieren seguir unidos. El Brexit ha servido para que se den cuenta del riesgo y el viento ya no sopla a favor de los nacionalismos. Lo hemos visto en las elecciones de Austria, Serbia, Holanda, Bulgaria y Francia. No son señales imaginarias.
¿Por qué los movimientos federalistas europeos tienen poco protagonismo en la escena política?
Son débiles porque son autorreferenciales. Mantienen batallas y discusiones internas y no se abren a la sociedad civil y sus problemas, a la inmigración, a la pobreza. Habría que crear un gran movimiento de la sociedad civil que explicara a los ciudadanos lo que significa la federación europea y reivindicara cuestiones sociales, medioambientales, laborales, que son las que están en juego. Los tratados actuales ya tienen herramientas para avanzar en una Europa distinta. Hay que hacer cosas para que la gente vuelva a creer y explicarles lo que significa también la no-Europa.
¿Qué significa la no-Europa?
El caos y el enfrentamiento entre naciones. El Manifiesto de Ventotene plantea una cuestión fundamental y es el problema que representa afirmar el principio de la soberanía absoluta por parte de los Estados porque inevitablemente provocará entrar en conflicto con las demás soberanías que es lo que sucedió con las dos guerras mundiales. Si cada uno defiende su propia soberanía absoluta, en algún punto se llegará a la guerra, que es lo que el manifiesto quería evitar. Además de la soberanía absoluta, en Europa surgió a mediados del siglo XVII otro principio que es el de los Estados-nación y que establece que cada ciudadano es sólo ciudadano de una nación. El resultado de la combinación de estos dos principios es que cuando los Estados-nación quieren afirmar el principio de la soberanía absoluta, se llega inevitablemente a la guerra. Las dos guerras mundiales no fueron provocadas por razones económicas sino por el conflicto entre Estados-nación afirmando su soberanía. Spinelli era consciente de esto en 1943 y por eso planteó en el Manifiesto de Ventotene abandonar para siempre el principio de la soberanía absoluta y la división de Europa en Estados-nación como una manera de evitar una tercera guerra mundial. Su propuesta fue reemplazar los Estados-nación por estructuras supranacionales como la Unión Europea y para eso tenemos que trabajar. Para derribar las fronteras.

La burbuja de Mariano Rajoy y la ballena de Jonás


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La burbuja de Mariano Rajoy y la ballena de Jonás

 

 

 

Esteban Ordóñez

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El 26 de julio vivimos por unas horas dentro del vientre de Mariano Rajoy como Jonás en la ballena. Desde la salida de la estación, a quince minutos a pie de la Audiencia Nacional, se percibía un tráfico de furgones policiales inhabitual. El perímetro acordonado era extensísimo. San Fernando de Henares era el pueblo de las vallas amarillas. Traspasar el cerco nos permitió sentir el mundo como lo hace el presidente del Gobierno y averiguar cómo funciona su sistema cognitivo. Se oían proclamas, protestas, pero sonaban tan lejos que parecían pertenecer a otra dimensión. Los gritos reflejaban las consecuencias sociales de la podredumbre del PP y del sistema democrático, la materialización del desencanto, pero uno llegaba a dudar de si sucedían en la realidad o no. Así es como se oye al pueblo desde el vientre de Rajoy. De ese modo se compone el ecosistema del presidente: su séquito cerca y un decorado de periodistas agolpados (hoy más de 300) a los que resulta facilísimo ignorar. Aun así, el entorno se asemeja al mundo real y nos confunde: allá adónde va, el presidente transporta una burbuja construida solo para él. Será necesaria por seguridad; sin embargo, también confecciona una forma de existir. En esta burbuja iba a fundamentarse gran parte de su comparecencia.
Rajoy llega en coche a la Audiencia Nacional /Manolo Finish
Rajoy llega en coche a la Audiencia Nacional /Manolo Finish
Ese gusto por el aislamiento llegó al extremo. Rajoy llegaba de dos días de encierro en Doñana para preparar la comparecencia, y lo hizo en coche, sin asomar la cara, entrando por una puerta lateral del edificio. Esa separación entre la vida y él incluso se reflejó en el aspecto escenográfico. Aunque acudía en calidad de ‘ciudadano’, disfrutó de privilegios. Se le preparó una mesa que nunca había estado allí: al costado del tribunal, encima de la tarima, distinguido en orientación y altura de los acusados y testigos que previamente han pasado por la sala (parecía un juez suplente o un taquígrafo). El tiro de cámara lo mostraba solitario: no se veía a su espalda el banquillo de los procesados. Cuando pasen los años, la fotografía, por sí misma, no dirá nada. Le han ganado algo a la historia.
Ese trato exclusivo contradecía el discurso del PP de los últimos tiempos, a saber: que la declaración del presidente formaba parte de la normalidad democrática
Ese trato exclusivo contradecía el discurso del PP de los últimos tiempos, a saber: que la declaración del presidente formaba parte de la normalidad democrática y del respeto y la colaboración de los conservadores con la Justicia. Pero el argumentario no soporta una revisión de la hemeroteca: habían intentado que el presidente declarara por escrito o por videoconferencia. Y antes de eso, fueron expulsados de la acusación por entorpecer el desarrollo del proceso y el primer día de vista oral se habían sumado al resto de acusados para pedir la nulidad del proceso.
— ¿Está usted de acuerdo con la petición de nulidad del proceso por parte del PP?—le interrogó Benítez de Lugo, de la acusación popular de ADADE.
No obstante, el juez Ángel Hurtado no consintió la pregunta. Rajoy no se refirió a esto verbalmente, como tampoco dijo nada sobre aquella idea de que el caso Gürtel era un complot contra el PP; pero sí demostró por otras vías que sigue repudiando el proceso. Cuando Benítez de Lugo se interesó por las afirmaciones de Correa sobre el dinero que llevó a Génova, el popular se puso gallego: “Las cosas son como son y a veces no son como a uno le gustaría que fueran”. Con esa frase atribuía a las partes una voluntad ajena a los hechos y la justicia. Días antes, Fernández Maíllo ya se había dedicado a cebar esta idea de la intencionalidad política insistiendo en que ADADE actuaba al dictado del PSOE.
Rajoy desplegó su tono de campaña: el infantilismo gramatical, los chascarrillos. Por ejemplo, cuando le cuestionaron sobre si había percibido cantidades de la caja B: “No me parece un razonamiento muy brillante”. También llegó a sugerir: “Creo que se ha equivocado usted de testigo”. Entonces daba unos botecitos minúsculos en la silla y se le enjugascaban las gafas. Ángel Hurtado tuvo que reconvenir su actitud en varias ocasiones. En pleno subidón, el micrófono dejó de funcionar y el tribunal hizo un receso. Cinco minutos. Suficientes para que Mariano Rajoy recibiera algún consejo, le recordaran dónde estaba y regresara con un tono más sosegado. Era normal el desvarío. Su colocación en la sala lo llevó a pensar que más que ante jueces y abogados, se encontraba ante el público de una conferencia.
La estrategia para mantener esa imagen de colaboración con la justicia se basaba en recurrir lo menos posible a las clásicas evasivas: “no lo sé”, “no lo recuerdo”, “no me consta”. Necesitaban transformar las negativas en explicaciones positivas con contenido. Para ello, dividieron el partido en dos compartimentos estancos sin comunicación entre sí: el político y el económico. Hasta siete veces, Rajoy afirmó que su papel era estrictamente político y que no tenía idea, porque no le correspondía enterarse (ahí está la clave, el muro de contención), de nada de lo relativo al funcionamiento económico del PP. Hay poca distancia entre decir no me consta y escudarse hasta la extenuación en un parapeto orgánico difícil de tragar. La corrupción es política, pero se mide en cifras, en millones: con esta táctica, el presidente quedaba desvinculado de los montos, es decir, de su responsabilidad sobre las pruebas. La argucia se llevó al extremo: “Llevo muchos años en el Comité. Ahí venían los presupuestos y las cuentas finales. Jamás he asistido a un debate sobre ello”. De esta manera, despejó la bola hacia el extesorero Álvaro Lapuerta (incapaz de defenderse por su demencia).
Pero el blindaje del presidente en la parcela política quedó en entredicho con el relato de la expulsión de Rafael Correa del corral genovés
Pero el blindaje del presidente en la parcela política quedó en entredicho con el relato de la expulsión de Rafael Correa del corral genovés. En una entrevista en RNE, cuando empezaba a desvelarse el pastel gürteliano, Rajoy aseguró por un lado que no conocía a Correa, y por otro que lo había expulsado del círculo después de que le hablaran de ciertas negligencias. En aquel momento no venía de un estudioso retiro en Doñana y se lió. Ahora, preguntado por la acusación, contó cómo Lapuerta le avisó de que Don Vito andaba utilizando el nombre del PP para conseguir contratos. El ‘ciudadano-testigo’ preguntó si había algo ilícito y su interlocutor le dijo que no tenía pruebas. “No había pruebas”, pero sí indicios, sospechas. ¿Por qué no decidió investigar, por qué no puso al tanto a los tribunales? En este punto la parte económica se unió a la política; lo económico entraba en su área de conocimiento y de deber, le incumbía. Su decisión, en cambio, fue cortar lazos con Correa. No usó las mismas tijeras con las que recorta prestaciones sociales, sino unas sin filo, como las que usan los niños para partir la plastilina: en Valencia siguieron trabajando con Gürtel, incluso le encargaron la organización del Congreso que lo reeligió como presidente. Por si acaso, el testigo desvió la responsabilidad política hacía Esperanza Aguirre. Aseveró que aquello de Madrid no era de “su competencia”.
Los papeles de Bárcenas y su declaración de enero sugieren otra historia. Joaquín Molpeceres (empresario “de la casa” que sólo en 2013 obtuvo 7,7 millones en contrataciones y levantó las sospechas en el juez Ruz) se había quejado por no recibir adjudicaciones por culpa de Correa. Según esta explicación, se cortó con Correa para reabrir paso a Molpeceres, que, además, por esos días había ingresado 60.000 euros en la caja B. Sobre este empresario, Rajoy fue tajante: “No conozco a ese señor, no tengo ninguna relación con él”. Si nos metemos en una mente liberal, esta decisión resulta lógica: no es bueno depender de un solo corrupto, hay que diversificar los proveedores.   
Bárcenas no acudió a la sesión, había cambiado de opinión durante la noche anterior. Por una vez, no trabajó a favor del morbo. Su letrado defendió al Partido Popular, y no aprovechó su turno para interpelar al testigo. Nunca se le había visto tanto empecinamiento tratando de evitar preguntas relativas a los papeles de la contabilidad “extracontable” (en los que aparecen anotaciones como Mariano R. o M.R.). Quizás se sentía en deuda con el favor que le hicieron Arenas, Acebes, Mayor Oreja y Cascos atribuyendo, de nuevo, al indefenso Lapuerta toda responsabilidad.
El excelentísimo abandonó el edificio en coche, oculto. Después de su marcha, esa burbuja en la que vive duró pocos minutos. Se retiraron unas cuantas vallas amarillas, a los señores con traje y pinganillo se les desconstriñó la cara. Los policías se relajaron, unos cuantos se retiraron ordenaditos en fila india. Para cuando volvimos al mundo real, el descontento, los gritos de la manifestación se habían apagado, probablemente de pura frustración.

Incidente entre avión espía de EEUU y cazas chinos en el Mar de la China Oriental


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Incidente entre avión espía de EEUU y cazas chinos en el Mar de la China Oriental – Sitio de Al Manar en Español

 

 


Incidente entre avión espía de EEUU y cazas chinos en el Mar de la China Oriental

El pasado domingo las tensiones entre China y EEUU en el Mar de la China Oriental subieron de tono después de que fuentes norteamericanas afirmaran que cazas chinos J-10 se habían acercado a un avión espía norteamericano EP-3 “de una forma peligrosa y no profesional” hasta una distancia de 90 metros, obligando al aparato estadounidense a “llevar a cabo acciones evasivas para evitar una colisión”.
Los responsables norteamericanos afirmaron que el avión estaba llevando a cabo “operaciones de rutina” en el espacio aéreo internacional. Lo que el Pentágono llama “rutina”, sin embargo, es buscar recoger señales electrónicas y otros datos de inteligencia de China y Corea del Norte.
Según Reuters, el avión espía volaba en el Mar de China Oriental a sólo 80 millas náuticas (150 kilómetros) de la ciudad china de Qingdao, la base de la Flota Norte de China. Qingdao también se encuentra frente a la Península de Corea. Por supuesto, el Pentágono no ha revelado la naturaleza de la misión del EP-3.
La operación de reconocimiento del EP-3 tuvo lugar en medio de la continua especulación en Washington de que Corea del Norte podría estar a punto de probar otro misil de largo alcance, o posiblemente llevar a cabo otro ensayo nuclear. Un funcionario estadounidense dijo a la agencia de noticias AFP que la prueba podría tener lugar el 27 de julio y sería un misil de rango intermedio o el tipo de misil de largo alcance lanzado el 4 de julio.
El encuentro fue el primer incidente de este tipo desde el 24 de mayo, cuando dos J-10 chinos interceptaron un avión de vigilancia estadounidense en el espacio aéreo internacional por encima del Mar de China Meridional.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores declaró que los vuelos de reconocimiento de EEUU cerca de las costas chinas amenazan la seguridad nacional de China.
El avión norteamericano “amenazó la seguridad nacional de China, perturbó la seguridad naval y aérea de los dos países y puso en riesgo la seguridad de los dos pilotos… EEUU debe poner fin inmediatamente a estas actividades peligrosas, hostiles y no profesionales”, dijo el comunicado.
De este modo, Pekín llamó a EEUU a cesar sus vuelos de reconocimiento en las proximidades de sus costas tras el incidente aéreo del domingo. El portavoz también calificó de “legal, necesaria y profesional” la actuación de los pilotos chinos en su cuenta de Weibo, el “Twitter chino”.
Source: Agencias

China apoyaría a Rusia con acciones de su aviación y de sus tropas terrestres"


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"China apoyaría a Rusia con acciones de su aviación y de sus tropas terrestres" -- Los Dueños del Circo -- Sott.net


El mar Báltico se ha convertido estos días en el epicentro de las maniobras Cooperación Marítima 2017. Los ejercicios actuales en la región envían una clara señal,
opina el experto militar Konstantín Sivkov en una entrevista a Sputnik.

Pekín pone de manifiesto que, en caso de un conflicto armado, apoyaría a Rusia en cualquier punto del mundo, considera el analista.
El hecho de que los chinos llegaran hasta el mar Báltico indica que Pekín busca cooperar con Rusia no solo en el Lejano Oriente, sino también en otras regiones, solucionando así las cuestiones relativas a la seguridad nacional", recalcó el entrevistado.
Sivkov enfatizó, entre otras cosas, que la Armada china posee la infraestructura necesaria para realizar operaciones en zonas muy lejanas. Hay que recalcar que China participa en las maniobras en esta área, añadió.
"De esta manera, [el país asiático] pone de manifiesto ante todos que, en caso que surgiera un conflicto armado, combatiría del lado de Rusia como un aliado", declaró.
"No se trata solo del Báltico, sino de que China combatiría junto a Rusia en todas las regiones del mundo apoyando al país eslavo con acciones de su aviación y, en caso necesario, de sus tropas terrestres. Este es el sentido del mensaje", explicó Sivkov. La fase activa de las maniobras Cooperación Marítima 2017 se celebra en el mar Báltico del 24 al 27 de julio. Esta es la primera vez en la historiaque los buques de la Armada china llegan hasta el mar Báltico. El grupo de naves militares del gigante asiático consta del destructor Changsha, la fragata Yuncheng y el buque de abastecimiento Lomahu.
El número total de buques que toman parte en estas maniobras militares se cifra en 10, todas ellas de diferentes tipos y clases. Además, los ejercicios cuentan con la participación de 10 aviones y helicópteros.
El objetivo principal de esta colaboración militar es aumentar la efectividad de la cooperación de los marineros de China y Rusia y entrenar acciones conjuntas contra las amenazas a la seguridad. Las maniobras conjuntas ruso-chinas no amenazan a nadie, subrayan los protagonistas, sino que solo buscan demostrar el considerable potencial de la cooperación de ambas naciones en el ámbito de la defensa.

Hallaron una especie humana "fantasma" en la saliva: ¿a quién pertenece?


infobae.com

Hallaron una especie humana "fantasma" en la saliva: ¿a quién pertenece?

 

 

26 de julio de 2017

Un nuevo estudio encontró, después de seguir la evolución de un gen salival, que las poblaciones africanas subsaharianas actuales presentan un cruce con una especie enigmática. A qué se debe la denominación de "fantasma"
Detectaron pruebas de una especie no identificada (Universidad de Buffalo)
Detectaron pruebas de una especie no identificada (Universidad de Buffalo)
Hace algunos meses se descubrió que los antepasados de los humanos modernos se habían apareado con los neandertales. Ahora, una nueva investigación encontró, casi sin proponérselo, que en la saliva de los hombres de hoy hay pistas que señalan un cruce con una especie enigmática. Tanto que se la calificó como "fantasma".
"Parece que el cruce entre especies diferentes y homínidos primitivos no es una excepción: es la norma", remarcó uno de los líderes de la investigación, Omer Gokcumen, del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Buffalo, en Estados Unidos.
El estudio, publicado en Molecular Biology and Evolution, se refiere a la presencia de una especie humana fantasma hallada en la saliva, que se había ocasionado con ancestros de poblaciones subsaharianas. Tal calificación alude a que no hay fósiles ni pruebas que certifiquen su existencia.
El estudio siguió la evolución genética de una proteína de la saliva (iStock)
El estudio siguió la evolución genética de una proteína de la saliva (iStock)
Los investigadores siguieron en detenimiento la evolución de MUC7, un gen que codifica una proteína salival homónima. "Cuando buscamos la historia del gen que tiene las instrucciones para producir esa proteína, encontramos una huella de un cruce arcaico en las poblaciones africanas subsaharianas actuales", comentó Gokcumen.
Los investigadores remarcaron que la proteína "mejora la capacidad de la saliva para conectar a los microbios". Gracias a su funcionamiento, se previenen enfermedades y se eliminan bacterias indeseadas y otros patógenos de la boca.
Después de analizar una base de datos con todos los genes de 2.500 personas, determinaron las secuencias que producen la proteína MUC7. Concluyeron que las poblaciones subsaharianas actuales presentan una distinción marcada de este gen con respecto a los otros humanos modernos.
Hay un cruce con un enigmático homínido fantasma
Hay un cruce con un enigmático homínido fantasma
Sin embargo, la variante genética se diferencia asimismo de desinovanos y neandertales, lo cual indica rastros de una especie desconocida. "Según nuestros análisis, la explicación más plausible para esta variación es una introgresión, o sea, la introducción de material genético de una especie 'fantasma' de humano antiguo", sugirió el autor del estudio.
A partir de las tasas de mutación genética, los científicos establecieron que el cruce entre especies se produjo hace unos 150 mil años, después de que se diferenciaran en la evolución 1,5 o 2 millones de años atrás. "Este pariente humano desconocido puede ser una especie que ya fue descubierta, como las subespecies de homo-erectus o un homínido desconocido. Lo llamamos especie 'fantasma' porque no tenemos los fósiles", concluyó el experto.
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Quién gana y quién pierde: sobre las clases sociales


ctxt.es

Quién gana y quién pierde: sobre las clases sociales

 

 

Esteban Hernández

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Hoy los asuntos de clase parecen estar ausentes de la gran mayoría de los análisis acerca de la transformación de nuestras sociedades. Se habla de las personas que generan valor y de las que no, las que se quedan atrasadas y las que se actualizan, las que aprovechan las oportunidades y las que se anclan al pasado, como si la historia, el lugar de procedencia o los recursos de que se disponen fueran elementos accesorios a la hora de construir los futuros individuales. Los estudios de otras épocas sobre las élites ponían el énfasis en la clase como un elemento decisivo, ya que el capital del que se disponía, la educación y las conexiones con los actores sociales de más peso eran definitivos a la hora de integrar o de expulsar a alguien de los espacios de privilegio. El modelo dominante en nuestro tiempo señala a las élites como aliadas con la innovación y el mérito, aspectos que explicarían y justificarían su ventajosa posición; el de resistencia simplemente repite las ideas de otros tiempos y señala a las clases altas como la mera continuación de los ricos franquistas, sólo que ahora forman parte de los consejos de administración de bancos y eléctricas en lugar de copar la administración del Estado.
Ninguna de las dos es cierta, aunque algunos de sus elementos respondan a aspectos de la realidad. Por una parte, porque los indicadores clásicos de clase y las formas de acumulación de capital no explican completamente la ventaja de la élite contemporánea. Y, sobre todo, porque no responden a la naturaleza de nuestro sistema. La clave en este nuevo mercado no está en la producción o en el consumo, sino en la intermediación y en las transacciones, lo cual establece un entorno más móvil que en el pasado. Esto se nota particularmente en las tensiones entre las élites globales y las nacionales, donde las primeras están tratando de ingresar en la primera categoría, o al menos, de no ser desterradas de los espacios de privilegio. Pero de las élites hablaremos otro día, porque hoy tocan el resto de clases.
Del mismo modo que han existido transformaciones en lo más alto de la escala social, se han producido en todos los demás estratos, y de un modo especialmente intenso. A pesar de ello, la cuestión de clase no es tomada suficientemente en serio; unos porque ven en la educación, en el mérito y en la formación algo que surge del vacío, otros porque creen que segmentando a los perdedores y hablando de cognitariado, precariado, riders o trabajadores de los cuidados se define mejor la sociedad actual y otros porque cuando surge el término clase aplican la misma plantilla que llevan décadas empleando. El resumen que realiza Víctor Lenore de la presentación del libro de Nega y Arantxa Tirado que realizó Pablo Iglesias en el Círculo de Bellas Artes es un buen ejemplo de esos entornos políticos que siguen pensando en términos que ya no existen, o cuya realidad ha quedado sobrepasada por los acontecimientos.
El capitalismo actual tiene poco que ver con el de hace 40 años; funciona de otro modo, tiene aliados distintos y fija sus dianas en nuevos lugares
Ahí están todos los clichés: mis abuelos se partieron el lomo, Cañamero, el cortijo y la lucha con la Duquesa de Alba, las cacerías, los señoritos y Los santos inocentes, las teleoperadoras, las cuotas en los partidos para gente de clase trabajadora, y sobre todo una clase media intelectual que ha engañado a la clase obrera con su terminología oscura. Es un poco lo de siempre, como si hubiéramos vuelto cuarenta años atrás y en lugar de tener a las limpiadoras de hogar que van a casa de los ricos tuviéramos a las teleoperadoras, en lugar de a los heavies de barrio a la gente que escucha trap, en lugar de la gente que ha venido del pueblo a la que ha venido de otro país, y de fondo la oligarquía de siempre, los señoritos, que siguen campando a sus anchas, solo que en lugar de estar en el cortijo están en las eléctricas. Coges el esquema, lo arrojas al aire y miras a ver dónde cae. Pero las cosas no funcionan de este modo. Y no porque algunas de estas afirmaciones no se correspondan con la realidad, sino porque no son más que una parte, pero no la decisiva. El capitalismo actual tiene poco que ver con el de hace 40 años; funciona de otro modo, tiene aliados distintos y fija sus dianas en nuevos lugares.
Tomar esto en consideración es necesario si se quiere examinar el asunto de las clases desde una perspectiva materialista. La clase social tiene que ver con el lugar que se ocupa respecto de los medios de producción y con la articulación social que de esa posición se hace. Es un asunto material, pero también cultural y relacional, como sabemos. Pero tampoco vamos a entrar en discusiones académicas, con sus pequeñas parcelas, sus matices interminables y sus discusiones semánticas. Prefiero centrarme en lo básico: quién pone hoy el capital, quién el trabajo, cómo, de dónde y de quiénes se obtiene el beneficio. Esa respuesta, que nos situaría en la estructura, sólo puede darse desde el análisis concreto de la realidad concreta.
Como señalé en Los límites del deseo, nuestra época está dirigida por la economía financiarizada, algo de lo que no terminan de entenderse las consecuencias reales que tiene para nuestra vida cotidiana. Existe una gran masa de capital, entre real y ficticio, que se desplaza allí donde encuentra una opción de extraer beneficio. Constituye una suerte de tribu nómada siempre en tránsito que se detiene cuando percibe una oportunidad de aumentar su caudal. Desde el punto de vista económico, el mapa no está constituido por países o por regiones, sino por puntos de debilidad y espacios fortificados, por lugares (empresas, firmas, sistemas informáticos, países, mercados, materias primas, modelos de negocio) que pueden resistir a la velocidad y la potencia de los flujos de capital y los que se encuentran limitados a consecuencia de su tamaño, de las escasas fuerzas que pueden movilizar o de la posición débil que ocupan en la red global.
En este escenario, las cosas funcionan así: gente que posee capital, o que tiene acceso a él y puede pedirlo prestado, lo invierte en una empresa, en acciones especulativas, en operaciones de arbitraje o en montar una infraestructura de trading de alta frecuencia. Va buscando opciones de negocio por todas partes, de forma que el dinero genere más dinero. En lo que toca al mundo productivo, esas inversiones suelen focalizarse en dos clases de apuestas. Por una parte, el capital vive de grandes expectativas, y por eso canaliza enormes cantidades hacia empresas digitales, como Amazon, Google, Facebook o Uber, a pesar de que en sus inicios puedan ser ampliamente deficitarias. La promesa de conseguir un monopolio, y con él enormes ganancias, alimenta sus esperanzas. Este tipo de empresas también suponen la reorganización de los modos de producción social precedentes y de muchas de las normas que sustentaban las interacciones comerciales y legales. Como subraya Eric Peters, jefe de inversiones del hedge fund One River, estas firmas “no son más que mecanismos de reducción de los salarios a meros niveles de subsistencia”. Cambios del mismo tenor promueven en el terreno fiscal o en la reorganización de los operadores en la cadena de producción del servicio.
Con las compañías que están consolidadas, y al igual que los integristas religiosos perseguían cualquier rastro de pecado, los financieros husmean dinero cuando entienden que las empresas o Estados no se gestionan de manera ortodoxa, y se dedican a aplicarles la penitencia adecuada. Toman algo que ya existe (un sector comercial o profesional, una firma, un grupo de Estados) y lo reestructuran de un modo que sea provechoso para quienes aportan el capital; no trabajan desde la innovación, sino desde una gestión ligada al corto plazo.
El objetivo de esta clase de gestión, en esencia, consiste en transferir mayores cantidades de los recursos de la empresa hacia los accionistas, y hay muchos modos de hacerlo. Se pueden reducir costes, despedir personal, rebajar salarios, sustituir mano de obra por otra más barata, racionalizar los sistemas de producción o de prestación de servicios  de modo que los empleados asuman más tareas o las realicen en menos tiempo, o incrementar el número de servicios prestados; también pueden aumentar el precio de los bienes y servicios o reducir la calidad.  Mediante esos ajustes, mayores cantidades de dinero quedan libres, que son destinadas no a la reinversión en la compañía o en la mejora de la misma, en ofrecer un mejor producto, en contratar talento o en mejorar las condiciones de sus asalariados, sino en la mejor retribución a los accionistas, y a menudo al equipo directivo vía dividendos, recompra de acciones, o venta de partes de la empresa o de la empresa misma.
En ese contexto, la clase obrera, esa que produce el valor del que otros se apropian, se hace mucho más indefinida. Y en términos estrictos, mucho más amplia.  Comparemos varios momentos en esa transición. El terrateniente cultivaba tomates; los campesinos a su servicio labraban el campo y le proporcionaban una materia prima que él vendía a precios muy superiores a los retribuidos a los trabajadores. Pero después el sector se conformó a partir de pequeñas empresas, que contrataban ocasionalmente a temporeros, y que vendían lo cultivado a bajo precio a grandes firmas de distribución que por su situación sólida en el mercado obtenían el rendimiento real. Más tarde, los distribuidores, conocedores de su posición dominante, comenzaron a apretar a sus proveedores, y a pagarles cantidades escasísimas. Y hoy, incluso las empresas de distribución se han convertido en mercancías en sí mismas fruto de la financiarización.
En este tránsito es más difícil delimitar quiénes son los que producen algo que tiene valor y quiénes obtienen la rentabilidad. Pongamos el caso de un hospital, (público o privado, es poco relevante para el capitalismo financiarizado, porque de ambos extrae ganancias). Cuando el equipo directivo decide, como ha ocurrido de manera insistente en los últimos tiempos, que la esencia del negocio no es prestar un mejor servicio sino ganar más ajustando costes, ya sea porque no hay recursos (en el caso público) o porque los accionistas lo exigen (en el privado), se produce una reacción en cadena que afecta a los salarios y a los tiempos de atención que los médicos dedican a cada paciente, al número de enfermeras contratadas, a sus sueldos y a la cantidad de pacientes que cada una de ellas debe atender, a los recursos administrativos con que se cuentan, a la disponibilidad de las máquinas adecuadas para realizar pruebas diagnósticas, a los medicamentos disponibles, a la presión sobre los proveedores para que reduzcan costes, a la  atención que se presta a los pacientes y a la misma calidad de realización del trabajo, entre otros elementos.
Un tercer ejemplo: cuando un fondo activista adquiere una pequeña parte de las acciones de una empresa y presiona a los accionistas principales para que exijan más rentabilidad, o cuando el private equity adquiere una empresa para venderla tiempo después, los efectos suelen ser los mismos: despido de parte de los trabajadores, ya sean de los escalones inferiores o más habitualmente de los intermedios, la presión por la mejora de productividad,  los horarios más exigentes, la externalización de servicios,  la reducción de salarios, la vuelta de tuerca a la relación con los proveedores, y a menudo una menor calidad en el bien fabricado o en el servicio prestado.
La deuda de los países básicamente es esto, la reestructuración de ingresos y gastos con el objetivo de destinar cada vez más dinero a los acreedores, en forma de devolución de capital y de intereses, y menos a las necesidades institucionales. España es un ejemplo apropiado de esta lógica, ya que los recursos destinados a pensiones, prestaciones de desempleo, contratación y salarios de empleados públicos y realización de servicios, así como los destinados a inversión, menguan sustancialmente al mismo tiempo que aumentan las cantidades destinadas a hacer frente una deuda que no para de crecer. Si el Estado español fuera una persona, pertenecería a la clase obrera, al estar sometido a una lógica que le obliga a producir dinero y a destinarlo a cumplir con las exigencias de rentabilidad de quienes aportaron capital (ese que, a muchos de ellos, les prestó el BCE a un interés inferior, por otra parte), en lugar de a atender a sus nacionales.
Estos son algunos ejemplos de cómo funciona el mundo financiarizado, pero hay muchos otros y no son mejores. En esencia, el capitalismo actual discrimina poco, porque obtiene su rentabilidad de cualquier espacio. Funciona a partir de la reestructuración de las bases sociales que teníamos establecidas en Occidente, obteniendo su rentabilidad del viejo proletariado, del autónomo, de las clases medias propietarias, de la pyme nacional, de las estructuras estatales o de las grandes empresas en situaciones débiles. Esa es su materia prima: unos sectores a los que señala como anticuados y apegados a las tradiciones, que no han evolucionado, a los que hay que reconvertir y a los que gestionan afinando el modelo productivo hasta que consiguen extraer el máximo capital posible. Desde su perspectiva, da igual el entorno del que provengamos, ya sea clase obrera, media o media alta. Todo es una oportunidad para que las rentas fluyan en su dirección.
Y ese es el papel también que nos toca cumplir. No sólo los ingresos de una mayoría de españoles han descendido desde la crisis, sino que nos vemos obligados a pagar más: ya sea en forma de impuestos para saldar la deuda de los bancos; por la hipoteca o por el alquiler de vivienda, que siguen aumentando; por la factura de la luz; por el transporte;  por la menor prestación de servicios estatales o por el encarecimiento de los privados;  por la formación, más cara y con menos becas. Cuando hablamos de que la desigualdad crece, hablamos en esencia de este reestructuración social que está provocando que las cantidades fluyan de abajo hacia arriba. Y este es el efecto definitivo que estamos viviendo en nuestras sociedades. Se puede atribuir al capitalismo de toda la vida, a una expresión concreta de este instante, a la necesaria adaptación a los nuevos tiempos de los países occidentales, al adelgazamiento preciso para combatir en el mundo global o a lo que se quiera. La realidad es que así están las cosas: ganamos menos, pagamos más y tenemos menos seguridad, nuestras opciones vitales se reducen y estamos seguros de que la jubilación será muy dura, si es que llega. Esto le sucede a la clase obrera, a la media, a vuestros padres y a mis hijos; a una mayoría amplia de la población.
Este es el escenario. Pasarlo por alto, o poner el foco en una sola de las partes no es pragmático ni tampoco refleja lo que está sucediendo. Hay que poner encima de la mesa respuestas, y ahí es donde entra en juego la ideología, porque según el tipo de sociedad que se desee se ofrecerán unas u otras. La derecha, por ejemplo, ha ofrecido dos salidas: una es la de Macron que, al dar por sentado este contexto, ofrece la esperanza de situarse bien en él a través de esas reformas que quieren convertir a su país en una start-up nation; la otra es la del populismo de derechas, que ha entendido bien la transversalidad de los perjudicados, esos que, por su posición salen perdiendo, y les ha sugerido otra posibilidad. La izquierda española no ha hecho nada de esto; en parte porque cuando ha hablado de transversalidad quería decir “juntémonos con el PSOE” (o, en una vertiente más ambiciosa, “seamos el nuevo PSOE”), y en otro sentido, porque ha preferido buscar una traslación a los nuevos tiempos del esquema proletario de la época fordista o simplemente ha obviado lo material y ha priorizado las cuestiones culturales.
Lo siento, las cosas ya no funcionan así. Podéis seguir pensando en términos de mérito, de  innovación o creer que la gente que se prepare en STEMS tendrá la vida resuelta, o seguir señalando a los canis, los teleoperadores y los reggaetoneros como los grandes perdedores a los que todos los demás oprimimos. Pero la realidad es que el mundo occidental se está partiendo y hay una línea que separa a los que ganan de los que ven sus opciones vitales deterioradas; hay sectores sociales que pierden más que otros, pero la realidad es que las filas de los perjudicados, de aquellos que están sirviendo para proporcionar beneficios a los vencedores de la financiarización, son mucho más amplias. Existe un nuevo reparto de posiciones producto de un mundo financiarizado en el que pensar desde lo material y desde el lugar que se ocupa en la estructura ya no es cuestión de blanco y negro. Obviar este hecho es trabajar gratis para quienes extraen los beneficios.