lunes, 22 de julio de 2019

NOTICIAS DE jul 22 (19)


PLATAFORMA DISTRITO CERO

 

NOTICIAS DE jul 22 (19)
GRACIAS POR COMPARTIR.

CUARTA PARTE: La Hermandad Musulmana como tropa de ‎refuerzo del ejército de Estados Unidos ‎, por Thierry Meyssan


voltairenet.org

La Hermandad Musulmana como tropa de ‎refuerzo del ejército de Estados Unidos ‎, por Thierry Meyssan


Este artículo este parte del libro De la impostura del 11 de septiembre a Donald Trump. Ante nuestra ‎mirada, la gran farsa de las primaveras árabes.
JPEG - 43.2 KB
El saudita Osama ben Laden (a la izquierda) y su médico personal, el egipcio Ayman ‎al-Zawahiri (a la derecha), publican en 1998 “El Frente Islámico Mundial contra los judíos y ‎los cruzados”. Ese texto será divulgado desde Londres por el Advice and Reformation ‎Committee. Al-Zawahiri había organizado el asesinato del presidente egipcio Anwar el-Sadat y ‎trabajó después para los servicios secretos sudaneses de Hassan el-Turabi y Omar el-Bechir. ‎Hoy actúa como jefe de al-Qaeda.

5- El Pentágono asume
el control de los islamistas


A inicios de los años 1990, el Pentágono decide incorporar a sus actividades los islamistas –que ‎hasta entonces dependían sólo de la CIA. Se inicia así la operación Gladio B [1], que toma como referencia la operación ‎Gladio de creación de ejércitos secretos de la OTAN en Europa. A lo largo de todo un decenio, ‎todos los jefes islamistas –incluyendo a Osama ben Laden y Ayman al-Zawahiri– viajan en aviones ‎de la US Air Force. En esa operación participan el Reino Unido, Turquía y Azerbaiyán [2]. Ello implica que los ‎islamistas –que hasta ese momento se habían movido en la sombra– se ven de cierta manera ‎integrados “públicamente” a las fuerzas de la OTAN.‎
Arabia Saudita –simultáneamente Estado y propiedad privada de la familia Saud– se convierte ‎oficialmente en el ente a cargo del manejo del islamismo mundial. En 1992, el rey de Arabia Saudita ‎proclama una Ley Fundamental en la que se estipula:‎
‎“El Estado protege la fe islámica y aplica la Sharia. Impone el Bien y combate el Mal. ‎Cumple con los deberes del Islam (…) La defensa del islamismo, de la sociedad y de la patria ‎musulmana es deber de todo súbdito del Rey.”‎
A partir de 1993, Charles, príncipe de Gales, patrocina el Oxford Centre for Islamic Studies, cuya ‎dirección asume el príncipe Turki, el jefe de los servicios secretos sauditas. ‎
Londres se convierte abiertamente en el centro neurálgico del Gladio B, al extremo que se ‎empieza hablar de un “Londonistán” [3]. ‎Bajo el paraguas de la Liga Islámica Mundial, la Hermandad Musulmana árabe y la Jamaat-i-Islami ‎pakistaní crean toda una serie de asociaciones culturales y de culto alrededor de la mezquita de ‎Finsbury Park. Ese dispositivo permitirá el reclutamiento de numerosos combatientes suicidas, ‎desde los individuos que atacarán la escuela rusa de Beslán hasta Richard Reid, el conocido Shoe ‎bomber. Londonistán se compone principalmente de gran cantidad de medios de difusión, casas ‎editoras, diarios como Al-Hayat y Asharq al-Awsat (dirigidos ambos por hijos del actual rey Salman de ‎Arabia Saudita) y televisoras (el grupo MBC, propiedad del príncipe Walid ben Talal transmite una ‎veintena de canales), que no se dirigen a la diáspora musulmana en suelo británico sino al mundo ‎árabe. Esto sucede porque el acuerdo entre los islamistas y Arabia Saudita se hace extensivo al ‎Reino Unido: total libertad de acción, pero con prohibición de inmiscuirse en la política interna. ‎Este dispositivo, que emplea miles de personas y maneja gigantescas cantidades de dinero, se mantendrá públicamente hasta los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando se hará ‎imposible para los británicos seguir justificándolo. ‎
JPEG - 63.3 KB
Abu Musab “El Sirio” (a la derecha, junto a Osama ben Laden) transfirió la “estrategia ‎de la tensión” a la terminología islámica. Creó abiertamente una agencia, con oficinas ‎en Madrid y en Londres, para supervisar los atentados perpetrados en Europa.
Abu Mussab “El Sirio”, sobreviviente del fallido golpe de Estado de Hama y convertido en agente ‎de enlace entre Osama ben Laden y el Grupo Islámico Armado (GIA) argelino, expone una teoría sobre la ‎‎“yihad descentralizada”. En su Llamado a la Resistencia Islámica Mundial, este personaje traduce ‎en términos islámicos la ya muy conocida teoría de la “estrategia de la tensión”. Se trata de ‎provocar a las autoridades para llevarlas a desatar una terrible represión, que obligará el pueblo a ‎sublevarse contra ellas. Esa teoría ya había sido utilizada por las redes Gladio de la CIA y la OTAN, ‎manipulando –en los años 1970-1980– la extrema izquierda europea (grupos como la Fracción del ‎Ejército Rojo encabezado por Andreas Baader en Alemania, las Brigadas Rojas en Italia y Acción ‎Directa en Francia). Por supuesto, esa estrategia nunca ha llevado a la victoria, en ninguna parte. ‎La CIA y la OTAN lo sabían perfectamente y no contaban con su éxito sino que sólo querían ‎aprovechar la reacción represiva del Estado para poner a sus títeres en el poder. Abu Mussab “El ‎Sirio” señala a Europa –poniendo mucho cuidado en no hacerlo con Estados Unidos– como el ‎próximo campo de batalla de los islamistas. En 1995, huye de Francia después de los atentados de ‎ese año. Dos años después, crea en Madrid y en Londonistán el Islamic Conflict Studies Bureau, ‎siguiendo el modelo de Aginter Press, creada en Lisboa por la CIA en los años 1960-1970. Ambas ‎estructuras hacen maravillas en la organización de atentados bajo bandera falsa, como el de la ‎Piazza Fontana –atribuido a la extrema izquierda Italiana en 1969– y los atentados de 2005 en ‎Londres –atribuidos a los musulmanes. ‎
JPEG - 59.5 KB
Como consejero en comunicación de la Hermandad Musulmana, Mahmud Jibril el-‎Warfally, se encarga de enseñar el “lenguaje democrático” a los dictadores musulmanes. ‎Mahmud Jibril también reorganiza la televisora satelital qatarí Al-Jazeera. Posteriormente ‎organiza la implantación de empresas de Estados Unidos en Libia y finalmente dirige el ‎derrocamiento del líder libio Muammar el-Kadhafi.
‎Simultáneamente, la Hermandad Musulmana elabora un gran programa de formación de líderes ‎árabes proestadounidenses. El libio Mahmud Jibril El-Warfally, profesor en la universidad de ‎Pittsburg, los enseña a utilizar el lenguaje “políticamente correcto”. Prepara a emires y generales ‎de Arabia Saudita, Bahréin, Egipto, de los Emiratos Árabes Unidos, de Jordania, Kuwait, Marruecos ‎y Túnez, y también de Singapur. Manejando una mezcla de principios básicos de las relaciones ‎públicas y el estudio de informes del Banco Mundial, los peores dictadores son en lo adelante ‎capaces de disertar, sin estallar en carcajadas, sobre su ideal democrático o su profundo respeto ‎por los derechos humanos. ‎
La guerra contra Argelia acaba por extenderse a Francia. Jacques Chirac y su ministro del Interior, ‎Charles Pasqua, interrumpen el apoyo de París a la Hermandad Musulmana e incluso prohíben los ‎libros del predicador de la cofradía, Yussef al-Qaradawi. Lo que les interesa es mantener la ‎presencia francesa en el Magreb, mientras que los británicos pretenden erradicarla. En 1994, el ‎Grupo Islámico Armado (GIA) toma como rehenes a los pasajeros del vuelo Argel-París de la ‎compañía Air France; en 1995, hace estallar bombas en el metro y en un tren parisinos y, en 1998, ‎durante la Copa Mundial de Futbol organizada en Francia, prepara un gigantesco atentado –que ‎incluía estrellar un avión contra una central nuclear, pero que será descubierto. En todos los casos, ‎los sospechosos que logran escapar encuentran refugio en Londonistán. ‎
JPEG - 68 KB
La “Legión Árabe” de Osama ben Laden desfila ante el presidente bosnio Alija ‎Izetbegovic en Bosnia-Herzegovina.
En 1992, comienza la guerra de Bosnia-Herzegovina [4]. Siguiendo instrucciones de Washington, ‎los servicios secretos pakistaníes (ISI), con el constante respaldo financiero de Arabia Saudita, ‎envían 90 000 hombres a luchar contra los serbios –que a su vez cuentan con apoyo de Moscú. ‎Osama ben Laden recibe un pasaporte diplomático bosnio y se convierte en consejero militar del ‎presidente bosnio Alija Izetbegovic, quien tiene como consejero diplomático al estadounidense ‎Richard Perle y como consejero de prensa al francés Bernard-Henri Levy. Ben Laden crea la Legión ‎Árabe, con veteranos de Afganistán, y distribuye el financiamiento de la Liga Islámica Mundial. Por ‎reflejo comunitario, o por competir con Arabia Saudita, la República Islámica de Irán acude ‎también en ayuda de los musulmanes de Bosnia. En total coordinación con el Pentágono, Irán ‎envía varios cientos de Guardianes de la Revolución y una unidad del Hezbollah libanés, pero sobre ‎todo proporciona lo esencial del armamento que utiliza el ejército bosnio. Los servicios secretos ‎rusos, que logran infiltrarse en el campamento de Ben Laden, comprueban que toda la ‎documentación burocrática de la Legión Árabe está redactada en inglés y que ese grupo creado ‎por Ben Laden recibe sus órdenes directamente de la OTAN. Después de la guerra, se crea un ‎Tribunal Especial Internacional que emprende acciones contra numerosos combatientes acusados ‎de crímenes de guerra, pero no hay entre ellos ningún miembro de la Legión Árabe. ‎
JPEG - 47.2 KB
El egipcio Muhammad al-Zawahiri participa junto a su hermano, Ayman al-Zawahiri –‎actual jefe de al-Qaeda– en el asesinato del presidente Sadat. También participa –junto a la OTAN– en ‎las guerras de Bosnia-Hergovina y de Kosovo, donde dirige una unidad del UCK (Ejército de ‎Liberación de Kosovo).
Luego de 3 años de calma, se reinicia en la antigua Yugoslavia la guerra entre musulmanes y ‎ortodoxos, esta vez en Kosovo. El Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) se crea a partir de ‎grupos mafiosos entrenados para el combate por las fuerzas especiales de Alemania (KSK), en la ‎base turca de Incirlik. Los musulmanes albaneses y yugoslavos son de cultura naqchbandi. Hakan ‎Fidan, el futuro jefe de los servicios secretos turcos, es oficial de enlace entre la OTAN y Turquía. ‎Los veteranos de la Legión Árabe se integran al UCK, que incluye una brigada bajo las órdenes de ‎uno de los hermanos de Ayman al-Zawahiri. Esa brigada destruye sistemáticamente las iglesias y ‎monasterios ortodoxos y expulsa a los cristianos. ‎
En 1995, retomando la tradición de los asesinatos políticos, Osama ben Laden intenta eliminar al ‎presidente egipcio Hosni Mubarak. Al año siguiente, trata de asesinar al Guía libio Muammar el-‎Kadhafi. Este segundo atentado es financiado con 100 000 libras esterlinas por los servicios ‎secretos británicos, en represalia por el apoyo libio a la resistencia irlandesa [5]. Pero la operación fracasa. Varios oficiales ‎libios huyen al Reino Unido. Entre ellos se encuentra Ramadán Abidi, cuyo hijo realizará, años más ‎tarde y también por orden de los servicios secretos británicos, un atentado terrorista en ‎Manchester. Libia envía pruebas a Interpol y emite la primera orden de arresto internacional ‎contra Osama ben Laden, quien todavía dispone de una oficina de relaciones públicas en ‎Londonistán. ‎
En 1998 se funda en París la Comisión Árabe de Derechos Humanos, financiada por la NED ‎estadounidense. La preside el tunecino Moncef Marzouki y su vocero es el sirio Haytham Manna. ‎Su objetivo es defender a los miembros de la Hermandad Musulmana arrestados en diferentes ‎países árabes, por haber realizado actividades terroristas. Marzouki es un médico de izquierda que ‎trabaja desde hace tiempo con la cofradía. Haytam Manna es un escritor que se ocupa de las ‎inversiones de Hassan el-Turabi y de los miembros sudaneses de la cofradía en Europa. Cuando ‎Manna abandona esa actividad, su compañera sentimental queda como directora de la ‎asociación. Haytham Manna será sustituido por el argelino Rachid Mesli, abogado que representa ‎a Abassi Madani y a los miembros argelinos de la Hermandad Musulmana.‎
JPEG - 43.8 KB
Hijo espiritual del islamista turco Necmettin Erbakan (al centro en la foto), Recep ‎Tayyip Erdogan (a la derecha) dirigió su grupo de acción secreta –la Milli Gorus. Erdogan ‎organizó el envío de armas a Chechenia y dio albergue en Estambul a los principales emires ‎anti-rusos.

En 1999, o sea después de la guerra en Kosovo y de la toma del poder en Grozny por parte de los ‎islamistas, Zbigniew Brzezinski funda una tropa de neoconservadores: el American Committee for ‎Peace in Chechnya (Comité Americano por la Paz en Chechenia). La primera guerra de Chechenia ‎había sido un asunto interno ruso en el que se inmiscuyeron unos cuantos islamistas. Pero la ‎segunda tiene como objetivo la creación del Emirato Islámico de Ichkeria. Brzezinski, quien desde ‎hace años venía preparando esta operación, trata de reproducir el esquema utilizado en ‎Afganistán. Los yihadistas chechenos, como Chamil Basayev, no han sido entrenados por Ben ‎Laden en Sudán sino por los talibanes en Afganistán. Durante la guerra, reciben apoyo ‎‎“humanitario” de la organización turca Milli Gorus, de Necmettin Erbakan y Recep Tayyip Erdogan, ‎y del “IHH – Derechos Humanos y Libertades”, asociación turca creada en Alemania bajo el ‎nombre de Internationale Humanitare Hilfe (IHH). Los yihadistas chechenos organizarán varias ‎operaciones importantes, principalmente en 2002 contra el Teatro de Moscú (170 muertos y 700 ‎heridos), en 2004 contra una escuela de Beslán (385 muertos y 783 heridos) y en 2005 contra la ‎ciudad de Nalchik (128 muertos y 115 heridos). Después de la masacre de Beslán y la muerte del ‎líder yihadista Chamil Basayev, la Milli Gorus y el IHH organizan un gran funeral en la mezquita ‎Fatih de Estambul, sin el cuerpo de Basayev pero con decenas de miles de seguidores. ‎
JPEG - 46.9 KB
Presentado como una acción terrorista “contra Estados Unidos”, el atentado que ‎destruyó la embajada de Washington en Dar es Salaam (Tanzania), el 7 de agosto de 1998, ‎dejó un saldo de 11 muertos y 85 heridos… pero no hubo ni una sola víctima ‎estadounidense.
Durante este periodo, 3 atentados importantes se atribuyen a al-Qaeda. El problema es que, por ‎muy importantes que sean, esas operaciones rebajan a los islamistas integrados a la OTAN a la ‎categoría de terroristas antiestadounidenses.
- En 1996, la explosión de un camión-bomba destruye un edificio de 8 pisos en Khobar, Arabia ‎Saudita, con un balance de 19 soldados estadounidenses muertos. Inicialmente atribuido a al-‎Qaeda, este atentado será presentado después como una acción de Irán, y finalmente su autoría ‎no recae en nadie.
- En 1998 estallan 2 bombas en las embajadas de Estados Unidos en Nairobi (Kenya) y en Dar-es-‎Salam (Tanzania). Mueren 298 africanos pero ningún estadounidense pierde la vida en ese hecho, ‎que causa también más de 4 500 heridos. Un misterioso “Ejército Islámico de Liberación de los ‎Sitios Sagrados” se atribuye la autoría de ambos atentados. Las autoridades estadounidenses ‎afirman que fueron cometidos por miembros de la Yihad Islámica egipcia como represalia por la ‎extradición de 4 de sus miembros. Pero las mismas autoridades estadounidenses acusan también a ‎Osama ben Laden de haberlos ordenado y el FBI emite contra él –finalmente– una orden ‎internacional de arresto.
- En 2000, una embarcación tripulada por suicidas estalla contra el casco del destructor USS Cole ‎en el puerto de Adén (Yemen). Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) reclama la autoría del ‎atentado, pero un tribunal estadounidense hace responsable a Sudán. ‎
Estos atentados tienen lugar mientras prosigue la colaboración entre Washington y los islamistas. ‎Y Osama ben Laden conserva su oficina en Londonistán hasta 1999. Situado en el barrio de ‎Wenbley, el Advice and Reformation Committee (ARC) se encarga simultáneamente de divulgar las ‎declaraciones de Ben Laden y de servir de tapadera a las actividades logísticas de al-Qaeda, tanto ‎en materia de reclutamiento como de pagos y adquisición de material. Entre sus colabores en ‎Londres se cuentan el saudita Khaled al-Fawwaz y los egipcios Adel Abdel Bary e Ibrahim Eidarus, 3 ‎individuos contra quienes existen órdenes de arresto internacionales y que, a pesar de ello, han ‎obtenido asilo político en Reino Unido. Arropado en Londres por la más completa legalidad, el ‎buró de Ben Laden publicará, en febrero de 1998, su célebre llamado a la Yihad contra los judíos y ‎los “cruzados”. Gravemente enfermo de los riñones, Ben Laden es internado, en agosto de 2001, ‎en el hospital americano de Dubai. Un jefe de Estado del Golfo me confirmó que él mismo visitó personalmente a Osama ben Laden en ese hospital, en su ‎habitación, donde la CIA estaba a cargo de su protección. ‎

6- Fusión de los dos “Gladio” y preparativos para Daesh

Siguiendo la misma lógica, la administración Bush atribuye a los islamistas los grandes atentados ‎del 11 de septiembre de 2001, en Estados Unidos. La versión oficial se impone, a pesar de que ‎contiene innumerables incoherencias. El secretario de Justicia sostiene que elementos islamistas ‎secuestraron varios aviones, aunque las compañías aéreas aseguran que ninguno de los ‎sospechosos se hallaba a bordo de sus aeronaves. El Departamento de Defensa publicará un video ‎que muestra a Osama ben Laden atribuyéndose los atentados, a pesar de que él mismo los había ‎rechazado públicamente y de que los expertos en reconocimiento facial y vocal aseguran que el hombre que aparece en el video no es Osama ben Laden. De todas maneras, esos acontecimientos ‎sirven de pretexto a Washington y Londres para iniciar la “Guerra sin Fin” y atacar a sus antiguos ‎aliados: los talibanes, en Afganistán, y el Irak de Saddam Hussein. ‎
JPEG - 25.4 KB
El 11 de septiembre de 2001, Osama ben Laden no estaba en condiciones de dirigir nada, y mucho menos ‎una operación terrorista. Estaba agonizando, bajo diálisis, en el hospital militar de Rawalpindi, en Pakistán.
Osama ben Laden, que padecía una insuficiencia renal crónica, muere el 15 de diciembre de 2001, ‎como consecuencia de un síndrome de Marfán. Un representante del MI6 asiste a su funeral en ‎Afganistán. Posteriormente, varios individuos más o menos físicamente parecidos a Ben Laden ‎aparecerán en distintos momentos para hacer creer que sigue vivo. Entre ellos se cuenta un sujeto ‎que será asesinado por Omar Sheik en 2005, según la primer ministro pakistaní Benazir Bhuto. ‎
En agosto de 2002, el MI6 organiza en Londres una conferencia de la Hermandad Musulmana ‎sobre el tema “Siria para todos”. Los oradores desarrollan la idea de que Siria vive bajo la opresión ‎de la secta de los alauitas y que la única libertad verdadera es la que ofrece la Hermandad ‎Musulmana. ‎
Después de Sayyed Qutb y de Abu Mussab “El Sirio”, los islamistas se dotan de un nuevo estratega: ‎Abu Bakr Naji. En 2004, este personaje, que parece no tener existencia anterior, publica en ‎internet Management of Savagery, una teoría del caos (“La Administración de la Barbarie”) [6]. ‎Aunque algunos dicen reconocer el estilo de un autor egipcio, el texto parece más bien haber sido ‎redactado en inglés, adornado después con numerosas y redundantes citaciones coránicas y ‎finalmente traducido al árabe. La palabra “Barbarie” que aparece en el título no es una referencia ‎al uso del terror sino al regreso al estado natural anterior que existió antes de que la civilización ‎creara el Estado. Se trata de retrotraer la Humanidad al momento en que “El hombre es el lobo del ‎hombre”. La estrategia del caos se resume en 3 fases:‎
- Primero, desmoralizar al Estado y extenuarlo atacando sus puntos más vulnerables. Para ‎ello se escogerán blancos secundarios, a menudo sin interés real, pero fáciles de destruir y ‎dispersos. El objetivo es dar la impresión de que existe una sublevación generalizada, una ‎revolución.‎
- Segunda fase: cuando el Estado se haya retirado de las zonas rurales y periféricas, habrá ‎que conquistar ciertas zonas y administrarlas. Se utilizará la sharia para marcar el paso a ‎una nueva forma de Estado. Durante esta etapa habrá que establecer alianzas con todo el ‎que se oponga al Poder, y habrá que armar a esos aliados. Se pasa entonces a una guerra de ‎posiciones.
- Tercera fase: proclamación del Estado Islámico. ‎
Como puede verse, todo esto tiene mucho que ver con la ciencia militar contemporánea. Se ‎concede gran importancia a las operaciones sicológicas, principalmente al uso de la violencia ‎espectacular. En la práctica, esta estrategia no tiene nada que ver con una revolución sino con la ‎conquista de un país por potencias externas, ya que supone una gran inversión de fondos. Como ‎siempre sucede con la literatura subversiva, lo más interesante es lo que no se dice o lo que se ‎menciona sólo de forma incidental:‎
- La preparación de las poblaciones para que acojan a los yihadistas supone la construcción ‎previa de una red de mezquitas y de obras sociales, como se hizo en Argelia antes de la ‎guerra “civil”.‎
- Para la realización de las primeras operaciones militares es necesario un armamento que ‎habrá que importar previamente. Pero lo más importante es que los yihadistas no tendrán ‎después ninguna posibilidad de obtener armas, y menos aún de conseguir municiones. Por ‎lo tanto, tendrán que contar con apoyo externo.
- La administración de las zonas conquistadas implica disponer de altos funcionarios con ‎formación previa, como los de los ejércitos regulares encargados de “reconstruir ‎Estados”.‎
- Para terminar, la guerra de posiciones supone la construcción de grandes infraestructuras, ‎lo cual exigirá grandes cantidades de material de construcción y la participación de ‎ingenieros y arquitectos. ‎
El hecho mismo de que adopten como suyo este “tratado” demuestra que los islamistas se ‎disponen a seguir desempeñando un papel militar al servicio de potencias externas, pero ya para entonces a muy ‎gran escala. ‎
En 2006, los británicos solicitan al emir qatarí Hamad que ponga su canal de televisión panárabe –‎Al-Jazeera– al servicio de la Hermandad Musulmana [7]. El libio ‎Mahmud Jibril, el mismo que enseñó a la familia real de Qatar cómo utilizar el lenguaje democrático, ‎recibe la tarea de introducir poco a poco a sus compañeros de la cofradía en el canal y crear ‎canales en lenguas extranjeras –en inglés y posteriormente en bosnio y turco– así como un canal ‎para niños. El predicador Yussef al-Qaradawi se convierte en “consejero religioso” de Al-Jazeera. ‎Por supuesto, Al-Jazeera divulgará y confirmará la autenticidad de las grabaciones de audio y los ‎videos de los diferentes “Osama ben Laden”. ‎
Durante ese mismo periodo, las tropas de Estados Unidos que ocupan Irak enfrentan una rebelión ‎que va generalizándose. Después del estado de abatimiento que los había embargado ante la ‎rapidez y brutalidad de la invasión (técnica de “Shock and awe” o “Shock y pavor”), los iraquíes se ‎organizan para la resistencia. El embajador de Estados Unidos en Bagdad y más tarde director de ‎la Inteligencia Nacional, John Negroponte, propone vencer esa resistencia dividiendo a los iraquíes ‎de manera que su cólera se vuelva contra ellos mismos, o sea transformando la resistencia contra ‎la ocupación en guerra civil. ‎
John Negroponte es un experto en operaciones secretas: participó en la Operación Fénix (Phoenix) ‎en Vietnam, organizó después la guerra civil en Salvador y la Operación Irán-Contras en Nicaragua, ‎antes de provocar el derrumbe de la rebelión en el estado mexicano de Chiapas. En Irak, ‎Negroponte acude a uno de los hombres que trabajaron con él en Salvador: el coronel James ‎Steele. Le confía la tarea de crear milicias iraquíes sunnitas para utilizarlas contra los chiitas y ‎milicias chiitas para lanzarlas contra los sunnitas. Steele recurre a los islamistas para crear la ‎milicia sunnita. Partiendo de al-Qaeda en Irak, Steele arma una coalición tribal, el Emirato Islámico ‎en Irak (el futuro Daesh), utilizando como cobertura la Policía Especial (la “Brigada de los Lobos”). ‎Para aterrorizar a las víctimas y sus familias, entrena a los elementos del Emirato Islámico en el ‎uso de la tortura, según los métodos de la tristemente célebre Escuela de las Américas y de la ‎Political Warfare Cadres Academy de Taiwán, donde él mismo fue profesor. En unos meses, una ‎nueva oleada de horror cae sobre los iraquíes y los divide en base a sus creencias religiosas. Más ‎tarde, cuando el general David Petraeus toma el mando de las tropas estadounidenses en Irak, ‎designa al coronel James H. Coffman para que trabaje con Steele y le rinda cuentas a él sobre la ‎operación, mientras que Brett H. McGurk rendirá cuentas directamente al presidente de Estados ‎Unidos. Los principales jefes del Emirato Islámico son reclutados en el campo de internamiento de ‎Bucca, pero se les aplica un tratamiento especial de acondicionamiento en la cárcel de Abu Ghraib, ‎siguiendo los métodos de “lavado de cerebro” de los profesores Albert D. Biderman y Martin ‎Seligman [8]. Todo el proceso es supervisado desde Washington por el secretario de Defensa, ‎Donald Rumsfeld, de quien Steele depende directamente. ‎
En 2007, Washington informa a la Hermandad Musulmana que va a derrocar los regímenes laicos ‎del Medio Oriente, incluyendo los de sus aliados, y que debe prepararse para ejercer el poder. La ‎CIA organiza alianzas entre la cofradía y varios partidos y personalidades laicas de todos los países ‎de la región. Al mismo tiempo, la propia CIA conecta entre sí las dos ramas del “Gladio”, creando ‎vínculos entre los grupos neonazis occidentales y los grupos islamistas orientales. ‎
Esas alianzas resultan a veces poco afortunadas. Por ejemplo, durante la “Conferencia Nacional ‎de la Oposición Libia”, en Londres, la Hermandad Musulmana sólo logra reunir en torno a sí misma ‎el Grupo Islámico Combatiente en Libia (GICL, al-Qaeda en Libia) y la cofradía wahabita de los ‎Senussi. La plataforma programática prevé el restablecimiento de la monarquía y convertir el islam ‎en religión de Estado. Más convincente resulta la constitución, en Berlín, del Frente de Salvación ‎Nacional, que oficializa la unión entre la Hermandad Musulmana y el ex vicepresidente sirio Abdel ‎Halim Khaddam.‎
JPEG - 18.2 KB
Imagen del ucraniano Dimitro Yarosh en el congreso del “Frente Antimperialista” ‎realizado en Ternopol, en 2007. Ese encuentro establece la alianza entre los nazis del Gladio A ‎y los islamistas del Gladio B. Con la “revolución de color” del EuroMaidan, Dimitro Yarosh ‎se convertirá en secretario adjunto del Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania.
El 8 de mayo de 2007, en Ternopol, este de Ucrania, grupúsculos nazis e islamistas crean un ‎‎“Frente Antiimperialista” para luchar contra Rusia. Organizaciones de Lituania, Polonia, Ucrania y ‎Rusia participan en el encuentro, como los separatistas islamistas de Crimea, Adigueya, ‎Daguestán, Inguchetia, de Kabardino-Balkaria, de Karachayevo-Cherkesia, de Osetia y Chechenia. ‎Al no poder participar personalmente en el cónclave, debido a las sanciones internacionales contra ‎su persona, Doku Umarov, el personaje que abolió la República de Chechenia para proclamar el ‎Emirato Islámico de Ichkeria, envía un texto escrito que será leído a los participantes. El presidente ‎del “Frente Antiimperialista” contra Rusia será el nazi ucraniano Dimitro Yarosh, quien habrá de ‎convertirse, durante el golpe de Estado de Kiev –en febrero de 2014– en secretario adjunto del ‎Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania.‎
En mayo y junio de 2007, el ejército nacional del Líbano inicia el asedio al campamento palestino ‎de Nahr el-Bared, donde se han atrincherado miembros del grupo Fatah al-Islam. Los combates ‎duran 32 días y cuestan la vida a 76 soldados libaneses, de los que una treintena son decapitados. ‎
JPEG - 21.9 KB
Después de haber participado en la Flotilla de la Libertad, el turco-irlandés El-Mehdi El-‎Hamdi, alias “Mahdi al-Harati”, agente de la CIA, besa al presidente turco Recep Tayyip ‎Erdogan, quien lo visita en el hospital. Al-Harati se convertirá posteriormente en número 2 del ‎llamado “Ejército Sirio Libre”.
En 2010, la Hermandad Musulmana organiza la “Flotilla de la Libertad”, a través del IHH turco. ‎Oficialmente, la Flotilla va a tratar de romper el bloqueo israelí contra Gaza y llevar ayuda ‎humanitaria a la población de ese territorio palestino [9]. En realidad, el barco ‎principal de la flotilla cambia de bandera durante la travesía y la prosigue bajo el pabellón ‎turco. Entre los militantes no violentos que viajan en la flotilla se han infiltrado numerosos espías, ‎como el agente irlandés de la CIA Mahdi al-Harati. El primer ministro israelí Benyamin Netanyahu ‎cae en la trampa que le tiende Estados Unidos y ordena el abordaje en aguas internacionales. Bajo ‎la mirada burlona de la Casa Blanca, el mundo entero condena este acto israelí de piratería. ‎Después de haber entregado armamento a los yihadistas en Afganistán y de haber respaldado la ‎creación del Hamas contra la OLP de Yaser Arafat, Israel se había vuelto en contra de los islamistas ‎en 2008 y los había bombardeado, al igual que a la población de la franja de Gaza. Con el ‎escándalo internacional de la flotilla, Netanyahu paga por haber emprendido la operación “Plomo ‎Fundido”, con el concurso de Arabia Saudita y a pesar de la oposición de la Casa Blanca. Cuando ‎Israel acaba liberando a los participantes de la “Flotilla de la Libertad”, la prensa turca muestra al ‎primer ministro Recep Tayyip Erdogan visitando en un hospital a Mahdi al-Harati.‎
‎(Continuará) ‎

Derechos individuales y privilegios colectivos - Disidentia

disidentia.com

Derechos individuales y privilegios colectivos

 

 

J.L. González Quirós

La concepción liberal de la política se ha inspirado siempre en un principio de temor y autodefensa del individuo frente a la tendencia al abuso y los excesos del poder. Nace de la lucha contra el imperio de la mera fuerza y se inspira en la igualdad esencial de todos, en que, como según Machado se decía en la vieja Castilla, “nadie es más que nadie”. Se trata de una idealización, sin duda alguna, pues supone una igualdad que es mucho más deseable que real, pero desde un punto de vista histórico ha servido de fundamento contra el despotismo de las iglesias y las monarquías, y ha pretendido fundar un orden político basado en los derechos individuales del ciudadano, perfectamente claros y tangibles, y no en ninguna doctrina que supuestamente suponga una mejora de nuestra condición común pero que, por desdicha, solo se alcanza limitando la libertad individual.
El liberalismo, tras haberse forjado al plantar cara frente a tiranías y despotismos, consiguió establecer una doctrina de limitación del poder (el poder no puede privarme de mi derecho porque no nace de él) y creó el orden político que ha venido funcionando razonablemente bien en las democracias modernas durante más de dos siglos. El crecimiento demográfico y la creación de estructuras políticas muy complejas y costosas ha colocado, sin embargo, al ciudadano individual en una posición de debilidad política considerable.
El gran motivador del incremento de las funciones públicas ha sido la consecución de la igualdad a costa de la libertad individual. La sociedad se convierte mediante los Estados en un tirano implacable frente al que los individuos, en especial si no son personalmente poderosos, son cada vez más débiles e insignificantes. La Hacienda pública, por poner el ejemplo más obvio, pisotea de manera sistemática cualquier presunción de inocencia y nos arrebata los bienes sin el menor miramiento, generalmente con el aplauso de quienes creen, y se equivocan, que eso solo les pasa a los muy ricos.
El caso es que ante el imparable crecimiento de los poderes públicos la estrategia de mayor utilidad no es la de oposición en defensa de la libertad individual sino la asociación con el poder anónimo para obtener beneficios de sus acciones, dado que no podemos liberarnos, de ningún modo, de su tutela creciente. En buen castellano, eso se llama asegurar privilegios, librarse de algún modo del balance negativo entre impuestos pagados y beneficios obtenidos haciendo que las acciones públicas se conviertan en fuente de ventaja particular. El primer grupo de beneficiados de esta clase de estrategias ha sido, naturalmente, el de los funcionarios que se las suelen arreglar razonablemente bien para que las políticas públicas no les pillen con el píe cambiado.
Vaciar de contenido efectivo los derechos individuales, por ejemplo la presunción de inocencia, en beneficio de supuestos derechos colectivos, es la mejor manera de controlar el poder político porque ya no hay que razonar y convencer, basta con satisfacer las demandas de los colectivos mejor organizados
Los funcionarios actúan, de cualquier modo, por un mandato legal, y sean cuales fueren las ventajas que obtienen, su oficio nunca carece de alguna justificación, por muchos excesos que se cometan en nombre del servicio público. Además, ninguna política se ha dirigido nunca de manera descarada en beneficio exclusivo de los funcionarios, tal vez si se exceptúa la largueza con la que los parlamentarios han determinado la cuantía y requisitos de sus pensiones y otras delicadezas similares con los del propio gremio.
Lo más grave es que la tendencia del Estado a sobrelegitimarse le ha llevado a convertirse en lo más parecido a un régimen clientelar, como lo puede observar cualquiera que repare en que no se requiere ningún argumento para justificar cualquier gasto con solo declarar que es de naturaleza social, un trampantojo que ha permitido la irresponsable explosión del gasto público, que ya produce desajustes y carencias pero que alguna vez se habrá de pagar con extremo dolor, y que ha propiciado la falta de una mínima transparencia en lo que se refiere a las grandes cifras que han creado el más vitaminado caldo de cultivo que quepa imaginar para que la corrupción se vuelva absolutamente opaca.
De manera significativa, ese aumento de gasto no va dirigido nunca a individuos, sino a grupos, no a enfermos, sino a clientes de la sanidad, no a estudiantes, sino al sistema educativo, y así con todo. Como es lógico, esta abundancia del maná presupuestario ha creado un espíritu de competencia entre sus beneficiarios, y de ahí la extraordinaria importancia de los grupos de interés que suelen argumentar en función de unos supuestos derechos colectivos que las administraciones se disponen a financiar con alegría a cambio de la fidelidad política de los beneficiados.
Todo esto ocurre, sería necio olvidarlo, en un medio social muy competitivo en el que se corre el riesgo de perecer si no se afilia uno a cualquiera de los colectivos más promisorios. Es absurdo ocultar la evidencia de que cualquier grupo existe para restar recursos y oportunidades a los demás, a los individuos que no pertenecen a él, porque los colectivos se definen más por exclusión que por afinidad, son más agresivos que defensivos. De esta manera, los colectivos se convierten en identitarios, es decir no se pertenece a ellos por decisión libre sino de manera natural: se es feminista, o nacionalista, o sindicalista, o artista, porque se adquiere mayor capacidad para obtener recursos y negárselos a los demás. En Cataluña, el pastor Torra ha creado una división de lebreles grupales que vigilen que los niños no hablen español en los recreos, porque el colectivo soberanista necesita crecer a cualquier precio para que sus beneficios no tengan límite alguno.
Toda esta dinámica se hace en perjuicio de los derechos individuales, ¿cuál puede haber más claro que hablar la lengua que nos plazca?, para fortalecer el poder y los privilegios de los agrupados que pagan los beneficios obtenidos actuando de manera disciplinada e implacable contra los no pertenecientes al colectivo que muy bien pueden ser inocentes y desvalidos, pero se verán tratados, por supuesto, como insolidarios y fascistas, en un olvido freudiano de que fascio significa precisamente haz, una imagen del poder que se obtiene por la unión de muchas débiles varillas en el puño del líder. Los colectivos no son agresivos por accidente, nacen para serlo porque solo el triunfo les da legitimidad, les reconoce, y el éxito solo se consigue por la fuerza, pasando por encima de quien se ponga por delante.
El hecho que mejor denuncia la tendencia a despreciar los derechos individuales es que los políticos se desgañitan prometiendo nuevos derechos, ya vamos por la cuarta generación, por descontado que colectivos, al tiempo que continúan inflando las cifras de gasto y las más variopintas subvenciones, de forma que el incesante aumento del tamaño de los aparatos políticos de los Estados ha supuesto una enmienda a la totalidad a la pretensión de que los individuos podamos ser soberanos en lo que solo a nosotros atañe.
Vaciar de contenido efectivo los derechos individuales, por ejemplo la presunción de inocencia, en beneficio de supuestos derechos colectivos, es la mejor manera de controlar el poder político porque ya no hay que razonar y convencer, basta con satisfacer las demandas de los colectivos mejor organizados. La gran verdad que se oculta en esta maniobra es que los derechos colectivos son, por definición, nuevos privilegios, tan absurdos como insostenibles, de forma que el privilegio no es ya, como podríamos creer ingenuamente, una cosa del pasado sino, cada vez más, un objetivo político que apoyan dos tipos de personas, con la fe del carbonero los que ignoran el costo real de los mecanismos que se ponen en marcha, y con notable cinismo los que conocen muy bien lo que se puede sacar de ellos, una promesa inagotable e indefinida de beneficios opacos con el aplauso de un público embobado.
Foto: Clem Onojeghuo