miércoles, 24 de enero de 2018

LOS DEFENSORES DE LA TOLERANCIA SON LOS PRIMEROS EN CAER EN LA INTOLERANCIA (Y LA CONTRADICCIÓN Y EL RIDÍCULO)

 

 

LOS DEFENSORES DE LA TOLERANCIA SON LOS PRIMEROS EN CAER EN LA INTOLERANCIA (Y LA CONTRADICCIÓN Y EL RIDÍCULO)



Y utilizo en el titular el plural genérico -ni excluyente ni masculino- para respetar las reglas ortográficas, porque cada vez que he cedido al titular paródico a lo Pérez Reverte -L@S DEFENSOR@S DE LA TOLERANCIA Y EL TOLE-RANCIO ... p.ej. - ha habido quien, sin captar la ironía, ha protestado en los comentarios. Bueno, el contenido del artículo ya motivará lo suficiente a los ofendidos profesionales, a los que nada podrá mover a una mínima reflexión, ... pero servirá a los sosegados para tomar conciencia de hacia donde va una civilización que ha convertido la falsa corrección en obligatoria, el sentirse ofendido en tener la razón y todo humor en sospechoso, cuando no en directamente condenable. Como cantaba Zorman "censura, censura y más censura".  Solo que ahora la llaman "tolerancia". Conclusión: Occidente se ha convertido en una inmensa casa de tolerancia.

Danielle Ryan
Quienes arremeten contra cualquier persona por sus declaraciones "racistas" u "ofensivas" para mujeres u homosexuales "no ven la ironía de su propia intolerancia", denuncia una periodista irlandesa.

"Los predicadores de la tolerancia fracasan a la hora de ver la ironía de su propia intolerancia deslumbrante" y son "cada vez más intolerantes" en su "misión de purgar el mundo de los pensamientos y las opiniones que no vayan bien con su propia agenda moral y la visión del mundo", denuncia la periodista irlandesa Danielle Ryan en su nuevo artículo de opinión para RT.

Los autodenominados "liberales" que "se despiertan cada mañana desesperados" por encontrar a un nuevo blanco para sus críticas, ya han causado "daños graves", critica Ryan en el texto.

Entre los ejemplos más destacados del problema que denuncia, la periodista se refiere a la reciente muerte de la actriz porno August Ames, que se suicidó tras sufrir la presión de las redes sociales -incluso hubo un llamamiento a que "se tragara una pastilla de cianuro"- a raíz de su negativa a participar en una escena con un actor que había formado parte de películas adultas para homosexuales. "Así funciona el totalitarismo y la tiranía malvada de la doctrina de la tolerancia liberal", resume la columnista.

"Insensibilidad racial", (otra) nueva herejía
Asimismo, a juicio de Ryan, se han dado numerosos casos de menor importancia, cuya lógica, sin embargo, puede dejar "patidifusos" a quienes los observen. Cuando la actriz Lili Reinhart publicó una foto de su disfraz para la fiesta de Halloween (un demonio completamente negro), las redes no tardaron en acusarla de racismo, por lo cual la actriz se vio obligada a disculparse y borrar la imagen: "el único remedio", recuerda la periodista irlandesa, contra una indiscreción tan masiva.

Además, Ryan se refiere a una bloguera que llamó a los padres a que no permitieran a sus hijas disfrazarse de la protagonista de la película animada 'Moana' para no "reírse" de la cultura de la Polinesia. La periodista afirma también que "a uno le resulta fácil" imaginarse un artículo escrito por la misma bloguera "quejándose" del racismo que implica que las menores europeas no quieran disfrazarse de Moana.

De hecho, la misma bloguera también alertó de que si niñas se disfrazaban de Elsa, chica de piel blanca que protagoniza 'Frozen: Una aventura congelada' (conocida en España como 'Frozen: El reino del hielo'), otra animación de Disney, correrían el riesgo de promover "la belleza blanca", recuerda la columnista.

Todo es criticable (salvo el progresismo subvencionado), todo está equi-
vocado (salvo los pronunciamientos chantajistas de los "tolerantes") y,
finalmente, todo es sexista

Otro caso interesante esgrimido por la irlandesa está relacionado con la excandidata demócrata a la presidencia de EE.UU., Hillary Clinton. En un video de la revista Vanity Fair una mujer animaba a la exsecretaria de Estado a que empezara a disfrutar del 'hobby' de la costura. Hubo quienes arremetieron contra el medio por el supuesto comentario "sexista" sin importar que este fuera lanzado por una mujer, recalca Ryan.

La irlandesa también recuerda que el conserje de una universidad estadounidense fue acusado de "acoso racial" tras leer un libro sobre el Ku Klux Klan durante su hora de almuerzo pese a la presencia de personas de piel negra en sus inmediaciones. En aquella ocasión, aunque el hombre explicó que solo le movía "el interés por la historia de EE.UU." y que "trataba de aprender", las autoridades de su sindicato compararon el hecho con el "llevar pornografía al lugar de trabajo". "¡Hay que educarse sobre la historia de la esclavitud en EE.UU., pero no se puede hacer públicamente porque esto podría resultar ofensivo! ¿Ya se siente patidifuso?", pregunta Ryan a sus lectores.

La tenaz realidad: llenarse la boca repitiendo los mantras del feminismo resulta de lo más lucrativo,
mientras que ser coherente con los propios principios morales supone una conducta ninguneada por
los medios. ¿Cuál de estas dos mujeres ha dado un más claro ejemplo de dignidad en defensa de los
derechos de la mujer? 















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Tales acusadores, a quienes la periodista califica como "la Policía de la tolerancia", "temen a los propios conceptos que -según dicen- valoran tan profundamente, como la libertad de expresión, de elección y la misma democracia", y "no les importa qué sienten o en qué creen otras personas: solo su versión de la realidad tiene importancia y solo su brújula moral es la correcta", lamenta la periodista. Finalmente, Ryan pone en duda la paradoja de que una implementación tan "agresiva" de la "doctrina de la tolerancia" convierta el mundo en un lugar más tolerante.

(Visto en http://www.elespiadigital.com/)

UNA "MANO NEGRA" CASTIGARÁ A TURQUÍA POR IR POR LIBRE EN EL AVISPERO SIRIO

 

UNA "MANO NEGRA" CASTIGARÁ A TURQUÍA POR IR POR LIBRE EN EL AVISPERO SIRIO



La predicción no es demasiado arriesgada: cada vez que un país se muestra insumiso a los designios del Imperio se abaten sobre él catástrofes "naturales" como incendios o terremotos -que de naturales tienen bien poco desde que existen las armas climáticas- o atentados de falsa bandera que, cómo no, se atribuirán al yihadismo. Y desde que Turquía se salió de la formación al considerar que el plan norteamericano de partir a Siria en dos países, uno gobernado por Asad y otro constituído en un Kurdistán aliado de E.E.U.U., suponía una amenaza para sus fronteras, se ha convertido en el alumno rebelde a castigar. En qué consistirá la medida punitiva lo sabremos en breve.

Turquía acaba de iniciar en las últimas horas la operación "Rama de Olivo" en el norte de Siria, más concretamente en el sector de Afrin, zona kurda hasta ahora bajo control ruso. El objetivo es la eliminación de las milicias armadas kurdas, una tarea complicada dado que los Estados Unidos respaldan económica y militarmente a estas milicias del Kurdistán.

Los rusos hace unos días se retiraron de la nueva zona de conflicto para despejar el camino a la acción turca. Mientras tanto Asad monta estérilmente en cólera por una nueva violación de la integridad territorial siria.

El presidente sirio se ha convertido en un convidado de piedra en lo que está ocurriendo en su propio país, ya que la operación turca cuenta con la bendición del eje ruso-iraní, que trata de impedir la balcanización de Siria, patrocinada por Israel y E.E.U.U., en dos estados.


Con el inicio de la "operación rama de olivo" Turquía vuelve a estar en el punto de mira de las “terribles casualidades de la vida”: oportunos terremotos, incendios que aparecen de la nada y -cómo no- el malo malísimo de la película .... el terrorismo yihadista .

La semana entrante tendrá a Turquía como protagonista de una desafortunada “casualidad de la vida”.
Esto no es un ejercicio de videncia, es la realidad del mundo que te ocultan detrás del velo desinformativo de los mass media. Medios controlados en última instancia por los mismos que controlan “las casualidades de la vida”.

(Visto en https://dondelaverdadnoslleva.blogspot.com.es/)

Ley de seguridad interior, ley contra la organización..México


rebelion.org

 Ley de seguridad interior, ley contra la organización..

 


Año difícil para nuestro pueblo. Todas las llamadas “reformas estructurales” han terminado de convertirse en leyes, asegurando lo que en la práctica se venía dibujando años atrás: México, en la lógica del capitalismo en su fase imperialista, tenía que reafirmarse como un país dependiente de Estados Unidos, principalmente, exportador de materia prima, territorio dispuesto para transnacionales y sus capitales, y mano de obra barata que garantiza la acumulación y centralización del dinero en unos cuantos burgueses, nacionales y extranjeros. Consecuencia de esto, los crímenes de Estado contra las clases explotadas se han recrudecido. En números pasados de FRAGUA habíamos platicado de cómo la burguesía desde su nacimiento, ha echado mano de la violencia sistemática, estatal y paramilitar, para aplicar sus leyes y someter al pueblo trabajador, por lo que la pobreza, las desapariciones forzadas, las ejecuciones extrajudiciales, los desplazamientos forzados, las detenciones arbitrarias y la tortura se han vuelto el pan de cada día.
Y si decimos que 2017 ha sido un año complicado, su cierre no podía ser menos. Hace unos días las cámaras de diputados y senadores aprobaron con “modificaciones” la propuesta de Ley de Seguridad Interior, que presentaron el senador Roberto Gil Zuarth (PAN) y los diputados César Camacho y Martha Sofía Tamayo (PRI). Esta Ley ha sido ya expedida por el presidente en un momento en el cual la burguesía ve necesario usar sus mejores arsenales para seguir aplicando a diestra y siniestra la política que desde la llamada “guerra contra el narcotráfico” ha venido implementando: el terrorismo de Estado. M ediante esta Ley, se pretender legalizar el control social a través del miedo para garantizar la explotación de nuestro territorio y el sometimiento y opresión hacia nuestros hermanos de clase. Es así que buscan que la resistencia ante el despojo y la carestía se vea mermada por la violencia en la que estamos sumergidos. No es casualidad que esta Ley se apruebe a la par de una propuesta de reforma a la Ley Federal del Trabajo, la cual afecta aún más nuestros derechos laborales; a la implementación de tres Zonas Económicas Especiales (ZEE); y a la aprobación de la Ley de Biodiversidad que permite la explotación de “Áreas Naturales Protegidas”.
A poco más de 10 años de la supuesta “guerra contra el narcotráfico”, debemos ver bajo distinta luz el papel que juegan los cárteles del narcotráfico en la configuración económica y política de nuestro país. No únicamente son una de las principales economías, considerando las ganancias que deja para los empresarios que lo administran (sí, los burgueses también pueden ser narcotraficantes de traje y corbata), si no al mismo tiempo son estructuras paramilitares que sirven como método de contrainsurgencia mediante el cual la burguesía, bajo la justificación de “combatirlo”, ha aplicado una política de exterminio y sometimiento hacia el pueblo que resiste y se organiza: según cifras oficiales, en poco más de diez años hay más de medio millón de desplazados, más de 33 mil desparecidos y más de 230 mil ejecutados.
Aunque desde el año 2006 el Ejército mexicano asumió tareas de seguridad civil en respuesta a la estrategia de seguridad que la Iniciativa Mérida dictaba, es con esta nueva Ley que las fuerzas armadas gozarán de total impunidad y tendrán el camino legal libre para realizar todas las actividades de contrainsurgencia, sin impedimento alguno. Según la propia Ley, las fuerzas armadas tendrán la facultad de investigar crímenes, llevar a cabo actividades de inteligencia y espionaje, perseguir delitos, repeler o neutralizar actos de resistencia y participar permanentemente en “tareas de orden interno” como retenes, bases de operaciones, puestos de vigilancias y patrullajes. Todo esto en un marco en el cual el presidente de la república tendrá la facultad de pedir, de manera unilateral, que se incremente la participación de los militares en tareas de seguridad civil. En pocas palabras, pretenden que vivamos en un Estado de excepción permanente, es decir, que las garantías individuales que la constitución nos garantiza, aunque muchas veces sea sólo en papel, sean suspendidas por “un riesgo mayor”. Sin embargo, en este punto es importante señalar que el Ejército y la Marina mexicanos ya realizan éstas y otras actividades desde hace más de 10 años, la única diferencia es que ahora pretenden legalizar lo que en la práctica la historia nos ha enseñado: las fuerzas armadas son la mano dura del gobierno que le permite reprimir y socavar la organización popular a través de distintas estrategias, militares y políticas, por ejemplo la “guerra de baja intensidad”, con el objetivo de seguir resguardando los intereses económicos de la burguesía y del imperialismo.
Por esta razón, a aquellos que exclaman a gritos que esta Ley sólo pretende “normar” las actividades que las fuerzas armadas llevan haciendo desde hace años, les decimos que el pueblo organizado sabe que no, que su origen tiene una razón de clase y que es una respuesta a la crisis política y económica por la que está pasando nuestro país, consecuencia de sus políticas de dominación y explotación. Sin embargo, también les decimos que este mismo pueblo organizado será el que no cejará para que cada vez más personas, más pueblo, asuma y sienta la necesidad de organizarse, porque donde ellos ven cifras de una “guerra inevitable” nosotros vemos a nuestros hermanos de clase que dejaron sueños, corazón y vida en el camino de la organización popular y a quienes honraremos con nuestra lucha tenaz. Desde la Organización de Lucha por la Emancipación Popular te invitamos a conocer y sumarte a las actividades que tenemos, a conocer nuestro Programa Mínimo de Lucha el cual, hoy más que nunca, enarbola las demandas más sentidas por nuestro pueblo.
¡Juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales del uso del terror contra el pueblo, como una política sistemática de violencia y control social! ¡Juicio y castigo a los responsables de los crímenes de Estado! ¡Alto a la represión por motivos políticos!
NOTA: Este artículo fue publicado en el No. 31 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Enero-Febrero 2018.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

LA DENUNCIA DE LAS "FAKE NEWS", EXCUSA PARA AMORDAZAR LA LIBRE INFORMACIÓN (2ª PARTE)

 

LA DENUNCIA DE LAS "FAKE NEWS", EXCUSA PARA AMORDAZAR LA LIBRE INFORMACIÓN (2ª PARTE)



El informe de Christopher Steele

Durante la campaña previa a la elección presidencial en Estados Unidos, el equipo de Hillary Clinton encargó al ex agente de los servicios secretos británicos Christopher Steele una investigación sobre el candidato Donald Trump. Ex jefe del «Buró Rusia» del MI6, Christopher Steele es conocido sobre todo por sus alegaciones escandalosas y siempre inverificables. Después de acusar –sin pruebas– a Vladimir Putin de haber ordenado el envenenamiento de Alexander Litvinenko con polonio 210, también lo acusó de haber hecho caer a Donald Trump en una trampa sexual para poder chantajearlo. El Informe Steele fue entregado discretamente a ciertos periodistas, políticos y espías, antes de ser publicado.

De ahí procede la tesis actual de que, tratando de que su títere ganara las elecciones y de impedir la elección de Hillary Clinton, el amo del Kremlin ordenó a «sus» medios la compra de publicidad en Facebook y la divulgación por esa vía de calumnias contra la ex secretaria de Estado, hipótesis que ahora vendría a confirmarse por una conversación del embajador de Australia en Londres con un consejero de Donald Trump. Aunque se ha comprobado que Russia Today y Sputnik no gastaron más que unos pocos miles de dólares en publicidad, que además tenía poco que ver con la señora Clinton, la clase dirigente estadounidense dice estar convencida de que eso bastó para invertir el apoyo del que había gozado la candidata demócrata, que gastó en su campaña 1 200 millones de dólares. En Washington se sigue creyendo que los inventos tecnológicos permiten tal grado de manipulación de los seres humanos.

Ya no se trata de observar que si Donald Trump y sus partidarios hicieron campaña a través de Facebook fue porque toda la prensa escrita y audiovisual les era hostil, sino de afirmar que Rusia manipuló Facebook para impedir la elección de la favorita de Washington.

El privilegio jurídico de Google, Facebook y Twitter

En sus esfuerzos por demostrar la injerencia de Moscú, la prensa estadounidense ha resaltado el enorme privilegio que gozan Google, Facebook y Twitter. Esas 3 empresas no son consideradas responsables de los contenidos que difunden. Desde el punto de vista del derecho estadounidense son sólo “transportadores” (common carrier) de información.

Los experimentos realizados por Facebook han demostrado, por un lado, que es posible crear emociones colectivas. Pero esa empresa no es considerada jurídicamente responsable de los contenidos que vehicula, contradicción que pone de relieve la existencia de una anomalía en el sistema.

Sobre todo teniendo en cuenta que el privilegio de Google, Facebook y Twitter es claramente indebido. En efecto, esas 3 empresas actúan al menos de dos maneras para modificar los contenidos que “transportan”. En primer lugar, censuran unilateralmente ciertos mensajes, ya sea por intervención directa de su personal o mediante el uso disimulado de algoritmos. Pero además promueven su propia versión de la verdad en detrimento de los demás puntos de vista (fact-checking).

Por ejemplo, en 2012, Qatar encargó a Google Ideas, ya bajo el mando de Jared Cohen, la creación de un programa informático capaz de seguir las deserciones en el Ejército Árabe Sirio. ¿Objetivo? Mostrar que Siria era una dictadura y que el pueblo había iniciado una “revolución”. Pero rápidamente resultó que esa visión de las cosas era falsa. La cantidad de deserciones nunca pasó de 25 000, en un ejército que cuenta 450 000 hombres. Es por eso que, luego de haber promocionado ese software, Google acabó retirándolo discretamente.

Por otro lado, Google promociona, desde hace 7 años, los artículos que se hacen eco de los comunicados del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). Esos comunicados dan, día tras día, la cantidad exacta de víctimas de ambos bandos. Pero son cifras imaginarias porque es materialmente imposible determinar esa cifra diariamente. Nunca se ha visto, en tiempo de guerra, un Estado capaz de determinar diariamente la cantidad exacta de soldados muertos en combate y de víctimas civiles. Pero el OSDH sabe, desde el Reino Unido, algo que nadie es capaz de determinar con precisión en la propia Siria.

Lejos de ser “transportadores” de información, Google, Facebook y Twitter son en realidad sus creadores y por tanto deberían ser jurídicamente responsables de sus contenidos.

Las reglas de la libertad de expresión

Aún considerando que los esfuerzos de la OTAN y del presidente Macron contra Rusia en el plano audiovisual y de internet están condenados al fracaso, no es menos cierto que lo más conveniente es que los nuevos medios estén incluidos en el derecho general.

Los principios que rigen la libertad de expresión son legítimos sólo si son los mismos para todos los ciudadanos y para todos los medios. Esto último no es así en este momento. Si bien existe una aplicación del derecho general, no existen, en cambio, reglas precisas, como el derecho de respuesta o en materia de desmentido, para los mensajes que se difunden a través de internet y de las redes sociales.

Como siempre en la historia de la información, los medios ya establecidos tratan de sabotear a los nuevos. Recuerdo, por ejemplo, el virulento editorial que el diario francés Le Monde, dedicó en 2002 a mi trabajo, publicado en internet, sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001. Lo que le desagrada a Le Monde, tanto como mis conclusiones sobre esos acontecimientos, es que la Red Voltaire no esté sometida a una serie de obligaciones financieras de las que ese cotidiano se sentía prisionero. Quince años más tarde, Le Monde muestra la misma actitud de defensor de un clan con la creación de lo que llama Le Décodex. Más que criticar los artículos y videos de los nuevos medios de información, Le Monde pretende medir el grado de confiabilidad de los sitios web que rivalizan con el suyo. Por supuesto, sólo le parecen confiables los sitios web de los diarios que se publican en papel, como el propio Le Monde, mientras que a todos los demás los clasifica como poco confiables.

Para justificar la campaña contra las redes sociales, la Fundación Jean-Jaures –fundación del Partido Socialista francés vinculada a la NED (National Endowment for Democracy) estadounidense– acaba de publicar un sondeo imaginario. Ese sondeo trata de demostrar, exponiendo una serie de cifras, que las personas frustradas, las clases trabajadoras y los partidarios del Frente Nacional son gente crédula. Según ese sondeo, el 79% de los franceses creen en alguna teoría de la conspiración. Como prueba de su ingenuidad, el sondeo precisa que 9% de los franceses están convencidos de que la Tierra es plana.

Gerard Collomb
Realmente, ni yo ni ninguno de mis amigos franceses consultados a través de internet nos hemos encontrado nunca con un compatriota que creyera que la Tierra es plana. Se trata simplemente de una cifra inventada, suficiente para que cualquiera pueda dudar de todo el estudio. Lo que sí es cierto es que, a pesar de estar vinculada al Partido Socialista de Francia, la Fundación Jean-Jaures ha tenido desde siempre como secretario general a Gerard Collomb, ahora convertido en ministro del Interior por el actual presidente francés Emmanuel Macron. Esta misma fundación ya había publicado, hace 2 años, un estudio tendiente a desacreditar a los opositores políticos del sistema, tildándolos de «conspiracionistas».

Thierry Meyssan
(Fuente: http://www.voltairenet.org/)

Vivimos en el futuro pronosticado por Philip K. Dick, no en el de George Orwell o el de Aldous Huxley


cybermedios.org

Vivimos en el futuro pronosticado por Philip K. Dick, no en el de George Orwell o el de Aldous Huxley

lizama





Philip K. Dick y los falsos humanos 
Esta no es la distopía que nos prometieron. No estamos aprendiendo a amar al Gran Hermano, que vive, si es que vive, en un grupo de granjas de servidores, enfriadas por tecnologías respetuosas con el medio ambiente. Tampoco hemos sido adormecidos por el Soma y la programación subliminal del cerebro en una nebulosa aquiescencia a las jerarquías sociales omnipresentes.

Las distopias tienden hacia fantasías de control absoluto, en las que el sistema lo ve todo, lo conoce todo y controla todo. Y nuestro mundo es de hecho uno de vigilancia ubicua. Los teléfonos y dispositivos domésticos producen rastros de datos, como partículas en una cámara de nubes, indicando nuestros deseos y comportamientos a compañías como Facebook, Amazon y Google. Sin embargo, la información así producida es imperfecta y clasificada por algoritmos de aprendizaje automático que a su vez cometen errores. Los esfuerzos de estos negocios para manipular nuestros deseos nos llevan a una mayor complejidad. Cada vez es más difícil para las empresas distinguir el comportamiento que quieren analizar de sus propias manipulaciones y de las de los demás.

Esto no se parece al totalitarismo a menos que entrecierren los ojos con mucha fuerza. Como ha sugerido el sociólogo Kieran Healy, las críticas políticas radicales de las nuevas tecnologías a menudo tienen un fuerte parecido familiar con los argumentos de los impulsores de Silicon Valley. Ambos asumen que la tecnología funciona como se anuncia, lo que no es necesariamente cierto en absoluto.
Las utopías estándar y las distopias estándar son cada una perfecta después de su propia moda particular. Vivimos en un mundo que se está desarrollando la tecnología de una manera que hace cada vez más difícil distinguir a los seres humanos de las cosas artificiales. El mundo que Internet y los medios sociales han creado es menos un sistema que una ecología, una proliferación de nichos inesperados y entidades creadas y adaptadas para explotarlas de manera engañosa. Las grandes arquitecturas comerciales están siendo colonizadas por parásitos casi autónomos. Los estafadores han construido algoritmos para escribir libros falsos desde cero y vender en Amazon, compilando y modificando textos de otros libros y fuentes en línea como Wikipedia, para engañar a los compradores o para aprovechar las lagunas en la estructura de compensación de Amazon. Gran parte del sistema financiero mundial está compuesto por sistemas automatizados de bots diseñados para inspeccionar continuamente los mercados en busca de oportunidades fugaces de arbitraje. Los programas menos sofisticados plagan los sistemas de comercio en línea como eBay y Amazon, ocasionalmente con consecuencias extraordinarias, como cuando dos bots en guerra ofertan el precio de un libro de biología hasta $23,698,655.93 (más $3.99 de envío).
En otras palabras, vivimos en el futuro de Philip K. Dick, no en el de George Orwell o el de Aldous Huxley. Sus mundos imaginarios se juntan con retazos extraños de los años cincuenta y sesenta en una California con cohetes, drogas y especulación social. Dick escribía habitualmente con prisa y por dinero, y a veces bajo la influencia de las drogas o de una revelación religiosa personal reciente y urgente.
Sin embargo, lo que capturó con genio fue el malestar ontológico de un mundo en el que lo humano y lo abhumano, lo real y lo falso, se confunden. Como Dick describió su trabajo (en el ensayo inicial de su colección de 1985, I Hope I Shall Shall Arrive Soon):
“Los dos temas básicos que me fascinan son:”¿Qué es la realidad?”. y “¿Qué constituye al auténtico ser humano?” Durante los veintisiete años que llevo publicando novelas e historias, he investigado estos dos temas interrelacionados constantemente”.
Estas obsesiones tenían sus raíces en la compleja y siempre cambiante mitología personal de Dick (en la que era perfectamente plausible que el mundo “real” era falso, y que todos vivíamos en Palestina en algún momento del primer siglo después de Cristo). Sin embargo, también se basaban en un gran interés por los procesos a través de los cuales la realidad se construye socialmente. Dick creía que todos vivimos en un mundo donde “las realidades falsas son fabricadas por los medios de comunicación, por los gobiernos, por las grandes corporaciones, por grupos religiosos, por grupos políticos, y el hardware electrónico existe para entregar estos pseudo-mundos directamente a las cabezas del lector”. Él argumentaba lo siguiente:
“el bombardeo de pseudo-realidades comienza a producir humanos inauténticos muy rápidamente, humanos espurios, tan falsos como los datos que les presionan por todos lados. Mis dos temas son realmente un solo tema; se unen en este punto. Las realidades falsas crearán humanos falsos. O bien, los seres humanos falsos generarán realidades falsas y luego las venderán a otros seres humanos, convirtiéndolas, eventualmente, en falsificaciones de sí mismos. Así que terminamos con humanos falsos inventando realidades falsas y luego vendiéndolas a otros humanos falsos”.
En los libros de Dick, lo real y lo irreal se contagian entre sí, de modo que se hace cada vez más imposible diferenciarlas. Los mundos de los muertos y los vivos se fusionan en “Ubik” (1969), las experiencias de un niño perturbado infectan el mundo que lo rodea en “Martian Time-Slip” (1964) y las alucinaciones consensuadas basadas en drogas se convierten en el vector de una inteligencia alienígena invasora en “Los tres estigmas de Palmer Eldritch” (1965). Los humanos son imitados por los androides malignos en “Do Androids Dream of Electric Sheep?” (1968) y “Second Variety” (1953); por extranjeros en “The Hanging Stranger” (1953) y “The Father-Thing” (1954); y por mutantes en “The Golden Man” (1954).
Esta preocupación por los mundos irreales y las personas irreales llevó a una consecuente preocupación por la dificultad cada vez mayor de distinguir entre ellos. Las fábricas sacan a relucir el falso americano en “The Man in the High Castle” (1962), reflejando el problema de vivir en un mundo que no es, de hecho, el real. Los empresarios construyen androides cada vez más humanos en “Do Androids Dream of Electric Sheep?”, razonando que si no lo hacen, entonces sus competidores lo harán. Descubrir qué es real y qué no lo es no es fácil. Herramientas científicas como la famosa prueba Voight-Kampff en “Do Androids Dream of Electric Sheep?” (y Blade Runner, la película de Ridley Scott de 1982 basada vagamente en ella) no funciona muy bien, dejándonos con poco más que esperanza en alguna fuerza mística -el I Ching, Dios en una lata de spray, una bruja marciana del agua- para guiarnos de vuelta hacia lo real.
Vivimos en el mundo de Dick, pero con pocas esperanzas de intervención o invasión divina. El mundo en el que nos comunicamos e interactuamos a distancia está cada vez más lleno de algoritmos que parecen humanos, pero no son personas falsas generadas por realidades falsas. Cuando Ashley Madison, un sitio de citas para las personas que quieren engañar a sus esposos, fue hackeado, resultó que decenas de miles de mujeres en el sitio eran “fembots” falsos programados para enviar millones de mensajes informales a los clientes masculinos, con el fin de engañarlos para que crean que estaban rodeados por un gran número de parejas sexuales potenciales.
Es probable que estos problemas sólo empeoren a medida que el mundo físico y el mundo de la información se interpenetran cada vez más en un Internet de Cosas (mal funcionamiento). Muchos de los aspectos del mundo futuro de Joe Chip en Ubik parecen horrendamente anticuados a la vista moderna: el papel arcaico de las mujeres, la suposición de que casi todo el mundo fuma. Sin embargo, la puerta del apartamento de Joe -que discute con él y se niega a abrir porque no le ha pagado la propina obligatoria- suena ominosamente plausible.
Esta invasión de lo real por lo irreal ha tenido consecuencias para la política. Las realidades alucinatorias en los mundos de Dick -la religión empática de “Do Androids Dream of Electric Sheep?”, los mundos producidos por las drogas de “The Three Stigmata of Palmer Eldritch”, el reino casi tibetano de la muerte budista de “Ubik”- son experimentadas por muchas personas, como los programas de televisión de la América de Dick. Pero como la televisión en red ha dado paso a Internet, se ha vuelto fácil para la gente crear su propia mezcla idiosincrática de fuentes. El consenso mediático impuesto que Dick detestaba se ha convertido en una miríada de realidades diferentes, cada una con sus propios supuestos y hechos parcialmente compartidos. A veces esto crea una tragedia o casi una tragedia. El pistolero engañado que irrumpió en la pizzería Comet Ping Pong de Washington, D. C., había sido convencido por las webs de conspiración que era el centro coordinador de la red de tráfico sexual de niños de Hillary Clinton.
Estos mundos fracturados son más vulnerables a la invasión por parte de los no-humanos. Muchas cuentas de Twitter son bots, a menudo con los nombres y fotografías robadas de mujeres jóvenes increíblemente hermosas, buscando lanzar este o aquel producto (un estudio académico reciente encontró que entre el 9 y el 15 por ciento de todas las cuentas de Twitter son probablemente falsas). Twitterbots varían en sofisticación desde cuentas automatizadas que no hacen más que retwitear lo que otros bots han dicho, hasta sofisticados algoritmos que despliegan los llamados “ataques Sybil”, creando identidades falsas en redes peer-to-peer para invadir organizaciones específicas o degradar tipos particulares de conversación.
Twitter no se ha convertido en un verdadero medio de comunicación masiva, pero sigue siendo extraordinariamente importante para la política, ya que es donde muchos políticos, periodistas y otras elites recurren para obtener sus noticias. Un proyecto de investigación sugiere que alrededor del 20 por ciento de la discusión política mensurable en torno a las últimas elecciones presidenciales provino de bots. Los humanos no parecen ser mejores detectando bots que nosotros en la novela de Dick, detectando replicantes androides: la gente es tan propensa a retwitear el mensaje de un bot como el mensaje de otro ser humano. Lo más notorio es que el actual presidente de Estados Unidos ha retomado recientemente un mensaje halagador que parece provenir de un bot muy conectado a una red de otros bots, que algunos creen estar controlados por el gobierno ruso y utilizados con fines propagandísticos.
En sus novelas, Dick estaba interesado en ver cómo reacciona la gente cuando su realidad comienza a desmoronarse. Un mundo en el que lo real se confunde con lo falso, para que nadie sepa dónde termina uno y dónde comienza el otro, está maduro para la paranoia. La consecuencia más tóxica de la manipulación de los medios sociales, ya sea por parte del gobierno ruso o de otros, puede no tener nada que ver con su éxito como propaganda. En cambio, es que siembra una desconfianza existencial. La gente simplemente ya no sabe qué o a quién creer. Los rumores difundidos por Twitterbots se funden en otros rumores sobre la ubicuidad de Twitterbots, y si esta o aquella tendencia está siendo impulsada por algoritmos malignos en lugar de por seres humanos reales.
Semejante falsedad generalizada es especialmente explosiva cuando se combina con nuestras políticas fragmentadas. El término favorito de los liberales (en su versión norteamericana, es decir del partido demócrata) para referirse a la maquinaria propagandística de la derecha,”fake news”, ha sido rechazado por los conservadores, que tratan las noticias convencionales como propaganda y, por lo tanto, las ignoran. En el anverso, puede ser más fácil para muchas personas de la izquierda liberal culpar a la propaganda rusa de las últimas elecciones presidenciales que aceptar que muchos votantes tenían un concepto de Estados Unidos muy diferente al que tienen.
Dick tenía otras obsesiones, sobre todo la política de Richard Nixon y la Guerra Fría. No es difícil imaginarlo escribiendo una novela que combina un magnate inmaduro y depredador (medio Arnie Kott, medio Jory Miller) que se convierte en el presidente de los Estados Unidos, manipulación política rusa secreta, una invasión de inteligencias robóticas sin empatía que se hacen pasar por seres humanos, y una ruptura en nuestra comprensión compartida de lo que es real y falso.
Estos diferentes elementos probablemente no se concordarían particularmente bien, pero como en las mejores novelas de Dick, el conjunto podría seguir funcionando, de alguna manera. De hecho, es en las incongruencias de las novelas de Dick donde se encuentra la salvación (incluso en su peor momento, conserva un sentido del humor). Obviamente, es menos fácil ver la broma cuando uno está viviendo a través de ella.

Traducción de un interesante artículo de Henry Farrell publicado en la web Boston Review 

FUENTE EN ESPAÑOL: Juegos multidimensionales

VISTO EN: Astillas de realidad

Turquía invade Siria para atacar a las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos


rebelion.org

Turquía invade Siria para atacar a las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos

 


Turquía invade Siria para atacar a las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos
El domingo, a las 11 AM hora local, tanques e infantería turcos invadieron Afrin, una región multiétnica de mayoría kurda en el noroeste de Siria. Las fuerzas turcas tienen como objetivo al Partido de la Unión Democrática Sirio-Kurdo (PYD) respaldado por Estados Unidos y su milicia, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que controlan Afrin. Al mismo tiempo, el Ejército Sirio Libre (FSA), la fuerza de representación de Ankara en Siria, atacó a Afrin desde el sur y el este, con el apoyo de los tanques turcos y las Fuerzas Especiales.
Esta agresión de Turquía es una intensificación temeraria que exacerbará los conflictos que se desatan en Medio Oriente e intensificará el peligro de guerra entre las principales potencias. Con el apoyo tácito de Moscú, Turquía está atacando al YPG, la espina dorsal de la principal fuerza de Estados Unidos en Siria, la milicia de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF). El peligro de que esto desencadene un enfrentamiento entre las fuerzas estadounidenses y las fuerzas rusas y turcas en Siria, y la guerra total entre los Estados Unidos y Rusia, es muy real.
La invasión terrestre, denominada “Olive Branch”, se produjo después de horas de ataques aéreos turcos contra Afrin, incluidos ataques en un aeródromo utilizado por las fuerzas estadounidenses para entregar equipos y armas al SDF.
Significa un colapso histórico de la alianza de la OTAN, de la cual Estados Unidos y Turquía son miembros. Dado que la invasión turca aparentemente tiene apoyo en Berlín, refleja conflictos profundos y crecientes entre las principales potencias de la OTAN.
En las primeras horas de la operación del domingo, el primer ministro turco Binali Yildirim dijo a los periodistas que su objetivo era crear una “zona segura” de 30 kilómetros a lo largo de la frontera entre Turquía y Siria. Él dijo que la operación procedería en cuatro fases, sin dar más detalles. Parece probable que continúe hacia el este hasta Manbij, una región ocupada por las FDS desde que combatió contra las fuerzas del Estado Islámico (ISIS) en agosto de 2016.
Ese desarrollo provocó la Operación Escudo Éufrates, una invasión del ejército turco para bloquear la ofensiva kurda en Siria y romper lo que Ankara llamó “un corredor terrorista a lo largo de la frontera turca”.
Los informes de prensa iniciales del ataque turco fueron contradictorios. Funcionarios y medios turcos saludaron unánimemente la operación como un gran éxito. Sin embargo, el YPG afirmó haber rechazado a las fuerzas turcas y de la FSA “después de enfrentamientos feroces”.
La Unión de Comunidades Kurdas (KCK), un grupo que incluye al PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) de Turquía y organizaciones kurdas en Siria e Irán, condenó la operación y declaró que “respaldaría a Afrin con todas sus fuerzas”. En una declaración escrita, acusó a Rusia y Siria de “permitir que Turquía ataque a Afrin”.
La ofensiva amenaza con provocar una guerra civil en las áreas de mayoría kurda del sur de Turquía. Hablando en Bursa, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, prometió aplastar a toda la oposición dentro de Turquía a la guerra, incluido el Partido Democrático Popular (HDP) pro kurdo. “Quien salga a la calle por el llamado de HDP, KCK y PKK debe saber que nuestras fuerzas de seguridad los controlarán y pagarán un alto precio”, dijo.
Ayer por la noche, los medios turcos informaron de tres ataques con misiles en la provincia de Reyhanlı, en el sureste de Turquía, que causaron la muerte de una persona e hirieron a 32 civiles.
Dentro de Turquía, el Partido de Justicia y Desarrollo de Erdogan está utilizando la invasión para intensificar su represión contra la oposición política, con el apoyo del opositor Partido Republicano del Pueblo y el fascista Partido del Movimiento Nacionalista. Cientos de personas que protestaban por la invasión fueron arrestadas en varias ciudades turcas. El poder judicial inició las investigaciones de la Copresidenta del Partido de la Sociedad Democrática (DTP), Leyla Güven, el portavoz del HDP, Ayhan Bilgen, y el Copresidente Adjunto del HDP, Nadir Yildirim, por criticar la invasión de Afrin.
Turquía solo pudo iniciar la operación debido al apoyo tácito de Rusia. Moscú retiró sus fuerzas estacionadas en Afrin como parte de la intervención rusa contra las milicias islamistas respaldadas por la OTAN en Siria, y permitió que aviones turcos operaran en el espacio aéreo de la región. También fue mediador para Turquía en las relaciones con los gobiernos sirio e iraní, que criticaron la invasión.
Ayer, funcionarios rusos culparon a Washington por el ataque y dijeron que tomaron “medidas provocadoras” al decir que armarían el YPG y lo usarían para controlar la frontera sirio-turca.
El Ministerio de Exteriores sirio dijo que Siria “condena enérgicamente la flagrante agresión turca en la ciudad de Afrin, que es una parte integral del territorio sirio, y subraya que esta agresión es la más reciente de una serie de transgresiones turcas contra la soberanía siria”. Quitó importancia a las afirmaciones del ministro de Asuntos Exteriores turco Mevlut Cavusoglu de que Turquía había informado a Siria de antemano, llamándolos “mentiras que el gobierno turco sigue emitiendo”.
Irán, el principal aliado regional de Siria, dijo que esperaba que “la operación termine de inmediato”.
La invasión de Turquía a Siria es el resultado de décadas de creciente carnicería y guerra imperialista en Oriente Medio, lideradas por Washington, desde la Guerra del Golfo Pérsico y la disolución de la URSS por la burocracia estalinista, ambas ocurridas en 1991. Con la eliminación de la Amenaza militar soviética, Washington quedó libre de lanzar guerras cada vez más sangrientas en Iraq, Afganistán, Siria y en otras partes, con la ayuda de algunos o de todos sus aliados de la OTAN. Sin embargo, cada vez está más claro que los crecientes conflictos internacionales provocados por estas guerras, incluida la indignación de Ankara por la dependencia de los Estados Unidos de las fuerzas representantes kurdas, han alcanzado una etapa completamente nueva.
A medida que Turquía avanza para destruir la principal fuerza de poder de los Estados Unidos en Siria, la OTAN está al borde del colapso y Washington está cada vez más aislado. Se enfrenta a una poderosa coalición de opositores en el Medio Oriente que goza de apoyo incluso entre los aliados europeos nominales de Washington. Está respondiendo anunciando una estrategia militar que se centra en los preparativos para una guerra total contra potencias con armas nucleares como Rusia y China.
Las declaraciones iniciales de los Estados Unidos sobre la invasión no eran claras y eran contradictorias. Fuentes del Departamento de Estado de Estados Unidos dijeron que el secretario de Estado, Rex Tillerson, había hablado con sus contrapartes ruso y turco sobre “asegurar la estabilidad en el norte del país”, pero no dio detalles. Funcionarios del Pentágono dijeron que “alientan a todas las partes a evitar la escalada y centrarse en la tarea más importante de derrotar al Estado Islámico”.
De hecho, el Pentágono reveló el viernes una Estrategia de Defensa Nacional que proclama que la “guerra contra el terror” ha sido suplantada por la necesidad de prepararse para la guerra contra las grandes potencias rivales. “La competencia por ser la gran potencia —no el terrorismo— es ahora el foco principal de la seguridad nacional de los EUA”, dijo el secretario de Defensa James Mattis al revelar el documento, que destaca a Rusia y China como las principales amenazas al dominio global de Estados Unidos.
Estados Unidos está claramente preocupado por la invasión turca. El Centro para el Progreso Estadounidense, un grupo de expertos de Washington, advirtió de que “podría desencadenar una nueva y sangrienta fase de la larga guerra civil siria” y “también puede estar dirigida a Estados Unidos”, que “ha pasado tres equilibrando años una relación problemática con Turquía con los imperativos de la campaña contra el Estado Islámico en Siria”. La declaración del Centro para el Progreso Estadounidense continuó, “Con el final de la campaña a la vista, ese equilibrio vuelve a estar al borde del abismo”.
El contraste con la política de Alemania, la principal potencia europea, no podría ser más sorprendente. Berlín parece haber dado luz verde a la invasión. El miércoles pasado, cuando comenzaron los ataques de la artillería turca contra los puestos de YPG y el Consejo de Seguridad Nacional de Erdogan amenazó con invadir Siria, una delegación de altos funcionarios de seguridad turcos fue por dos días a mantener conversaciones amistosas en Berlín. En estas conversaciones, funcionarios alemanes y turcos discutieron medidas contra los kurdos.
Mientras la prensa alemana discutía la “nueva actitud” de Berlín hacia Turquía, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, dijo que Berlín pretendía tener “mejores negociaciones” con Ankara, “en beneficio de Turquía, Alemania y Europa”. Berlín anunció una nueva ofensiva contra actividades del PKK en Alemania, con la Fiscalía Federal abriendo 130 investigaciones.
Berlín también señaló que Turquía continuará disfrutando del apoyo militar alemán incluso después de atacar a los representantes estadounidenses en Siria. Lo hizo moviéndose para acelerar las solicitudes de Turquía para la modernización de sus tanques alemanes “Leopard” por Rheinmetall. “El gobierno federal se muestra flexible en su nuevo giro hacia Turquía”, escribió Der Spiegel. “Según las fuentes de Der Spiegel, Berlín ahora quiere dar el visto bueno a un acuerdo de armas de varios millones de euros con Ankara”.
Estas declaraciones de apoyo alemán a Turquía incluso cuando bombardean a las fuerzas estadounidenses en Siria señalan las profundas tensiones que desgarran la alianza militar de la OTAN y el creciente peligro de un conflicto directo entre las principales potencias mundiales.
(Artículo aparecido en inglés originalmente el 22 de enero de 2018)

Fuente original:
https://www.wsws.org/es/articles/2018/01/23/turq-j23.html

Discurso de Israel ante la ONU recibe críticas


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Discurso de Israel ante la ONU recibe críticas


Discurso de Israel ante la ONU recibe críticas
El Consejo mantiene una posición firme frente al tratamiento que Israel ha dado a Palestina. | Foto: EFE (referencial)

El Gobierno de Israel acusó a la ONU de aprobar "de forma automática y sin evaluación" resoluciones contra el país. La directora general del Ministerio de Justicia de Israel, Emi Palmor, ofreció este martes un discurso ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el cual fue criticado por el resto de países, que señalaron como ilegal la ocupación de Palestina.
"Sé que estamos aquí ante una audiencia que no escucha lo que estoy diciendo. Que está sesgada, que no es independiente. Yo creo en los derechos humanos, ¿ustedes también?, señaló Palmor.
A las declaraciones de la funcionaria se sumaron las de la embajadora de Israel en Ginebra, Aviva Raz Shechter, quien culpó a la organización de aprobar "de forma automática y sin evaluación" dictámenes contra Israel, gracias a una "automática mayoría que es totalmente discriminatoria".
Al respecto, los países presentes no tardaron en mencionar el trato que Israel da a los palestinos y en recordar la violación que hace el país de las leyes internacionales.
"Estamos muy preocupados por las continuas violaciones a los derechos humanos de los palestinos, que no se cumpla la ley internacional, y que ni tan siquiera se implementan las recomendaciones de este órgano", señaló el representante de Jordania.
Una de las criticas que más llamó la atención de los presente fue la hecha por Estados Unidos (EE.UU.), aliado de Israel, que reprobó el "excesivo" uso de la prisión administrativa e instó a que se trate de forma igualitaria sin tener en cuenta la ideología o la visión política de los ciudadanos.
Este martes fue realizado a Israel el Examen Periódico Universal (EPU), evaluación que debe ser presentada por todos los países que integran la ONU, que tiene como fin de verificar si las naciones cumplen con el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales.
telesurtv 
 

Israel ataca a ONU, pero recibe condenas incluso por parte de EEUU


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Israel ataca a ONU, pero recibe condenas incluso por parte de EEUU

La Verdad Oculta

Israel ataca a ONU, pero recibe condenas incluso por parte de EEUU
La embajadora del régimen israelí ante la ONU en Ginebra, Aviva Raz Shechter (centro), en una sesión del órgano.

En un intento para justificar sus reiteradas ilegalidades, Israel alega en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU) ser víctima de las posturas ‘discriminatorias’ y ‘tendenciosas’ de este ente, no obstante, se ha enfrentado a fuertes críticas de varios países, incluido Estados Unidos. La embajadora israelí ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Aviva Raz Shechter, ha acusado este martes al citado órgano internacional de adoptar, “de forma automática y sin evaluación alguna”, resoluciones contra Israel, considerándolas “totalmente discriminatorias”.
“El número sin precedentes de resoluciones unilaterales, tendenciosas y políticas que son adoptadas, regularmente, por la mayoría del Consejo de Derechos Humanos, son prueba no solo del trato injusto que se le dispensa a Israel, sino de las deficiencias del propio Consejo y de su agenda”, ha indicado Shechter en un discurso dado en la sede de la ONU en Ginebra (Suiza).
Esta disertación victimista, sin embargo, fue rechazada, en duros términos, por otras naciones que condenan la continuada e “ilegal” ocupación del régimen israelí de los territorios palestinos, así como la violación israelí de los derechos palestinos.
Nos preocupan mucho las continuas violaciones de los derechos humanos de los palestinos, que no se cumpla la ley internacional”, ha denunciado el embajador jordano ante la ONU, Akram Harahsheh.
“Nos preocupan mucho las continuas violaciones de los derechos humanos de los palestinos, que no se cumpla la ley internacional y que ni tan siquiera se implementen las recomendaciones de este órgano”, ha denunciado el embajador jordano ante la ONU, Akram Harahsheh.
Por su parte, el representante de Malasia ha criticado el “castigo colectivo” de los palestinos que lleva a cabo Tel Aviv, mientras Holanda ha denunciado “los malos tratos (de las fuerzas israelíes) durante los arrestos, los traslados e internamientos” en los territorios ocupados palestinos.
El diplomático jordano se ha sumado a las críticas y ha solicitado el establecimiento de un “Estado palestino independiente” conforme a las fronteras de 1967 y con Al-Quds (Jerusalén) como su capital, repudiando así la reciente decisión de EE.UU. de reconocer a Al-Quds como la capital de Israel.
A su vez, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, ha sorprendido a los presentes en la cita criticando las ilegalidades del régimen de Tel Aviv y pidiéndole que cese “la ocupación colonial, las políticas de ‘apartheid’, los desahucios forzados y la destrucción de propiedades”.
Las declaraciones de Haley, no obstante, están en contraposición con la polémica medida de EE.UU. sobre Al-Quds, anunciada el 6 de diciembre de 2017 por el presidente estadounidense, Donald Trump, la cual suscitó fuertes críticas y denuncias en Palestina y distintos países de todo el orbe, incluidos los aliados más cercanos de Estados Unidos.
hispantv
 

AMLO el nacionalista


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AMLO el nacionalista

Carlos Javier González

AMLO-Trump
Habrá quienes digan que los dichos de López Obrador sobre las agresiones de Donald Trump a México, son de chocolate, que no preocupan de manera alguna al inquilino de la Casa Blanca. Y tal vez sea verdad, alguien tan ciego que no ve más allá de sus racistas narices y que ignora el riesgo real en que se puede convertir para su país un México agraviado y sin ganas de colaborar con ellos; un México humillado por un muro sinsentido; un México envalentonado por el nacionalismo medio ramplón que a veces nos caracteriza. En esta ecuación nuestro país también perdería mucho, muchísimo pero ignoro que tanto espacio quede para las decisiones reflexivas y el pensamiento de estadista que privilegie el bienestar nacional por encima del nacionalismo, que tanto existe la posibilidad de invocar una “razón de estado” para tomar decisiones impopulares que no perjudiquen a México cuando frente a nosotros se tiene a un troglodita cuyo concepto de negociar pasa por la imposición de su criterio bajo las amenazas de todos los males que puede provocar. Hay países que pueden permitirse ceder algo ante Trump, pero no es el caso de México por razones de tipo histórico e ideológico aún no superadas y que siguen muy vivas en nuestra conciencia nacional. ¿Entonces para qué sirven las balandronadas de López Obrador en defensa de nuestra soberanía y dignidad? Pues es un discurso para consumo interno y de nueva cuenta, la gran oportunidad de manejar la agenda electoral de nuestro país. Otra vez, ha sido el único candidato que ha dicho lo que millones de mexicanos han querido escuchar: Alguien que le pare un alto al “genio estable” del norte; alguien que por lo menos en el discurso abogue por nuestro país y por nuestros compatriotas. Contrasta dicha postura con la pusilánime actuación del gobierno de Peña Nieto –quien tal vez no tenga otra opción– pero que de manera inexplicable, ha hecho suya también Jose Antonio Meade. No ha pronunciado una sola palabra sobre la relación más importante que tiene México en materia de política exterior. Eso sólo tiene dos posibles explicaciones: O no lo dejan o bien, está tan seguro de su victoria, que no desea enemistarse con Estados Unidos antes de tomar el poder. Sin embargo, la realidad es que las encuestas muestran que está muy lejos del puntero López Obrador y que en este contexto, quien quiera ganar votos de los indecisos, tiene que tocar los temas que nos interesan –aunque sea pura demagogia- y que inciten a los mexicanos a encontrar un líder con el que nos sintamos identificados. Por otro lado, el hombrecito del Frente por México –o como sea que se llame- reaccionó al discurso Lopezobradorista haciendo lo que sabe hacer: Imitar, se esperó a que el puntero pusiera el tema en la agenda y sólo se subió al tren del oportunismo. Vaya usted a saber por qué no quiso ser el primero en hablar, pero lo que queda claro es que el genio estable –o por lo menos su imagen- estará muy presente en el proceso electoral mexicano 2018 y será un pretexto perfecto para incendiar el nacionalismo y amor por México, al fin que el enemigo histórico de nuestro país no es otro que Estados Unidos. Las consecuencias de este distanciamiento con nuestro otrora socio, pueden ser graves para el futuro de México pero el tema Trump está muy sabroso como para dejarlo fuera en la búsqueda de votos, porque puede proporcionar muchos de ellos. López Obrador ya lo entendió, Anaya sigue lo que haga el puntero y Meade simplemente hace lo que le dejan hacer para no hacer olas para quien lo nombró. De nueva cuenta López Obrador se les adelantó, tal vez por eso los esté dejando tan atrás.
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Después de su participación en el coloquio internacional que coordinamos en junio pasado sobre “Gobiernos progresistas y postneolibneralismo en América Latina: ¿el fin de una edad de oro?” en la Universidad de Grenoble (Francia) 1/, nos pareció interesante volver sobre la coyuntura latino-americana e internacional con los sociólogos Edgardo Lander (Venezuela) y Miriam Lang (Ecuador). Tanto ella como él tienen una aguda mirada crítica, y muy a menudo a contrapelo sobre el panorama actual, ambos han participado activamente en los últimos años de los debates sobre el primer balance de los gobiernos progresistas del periodo 1998-2015, en particular desde la Fundación Rosa Luxemburgo de Quito 2/ en el caso de Miriam y desde el Transnational Institute 3/ para Edgardo. Es así que se han adentrado y han escrito sobre temáticas como la problemática del desarrollo y del Estado, el neocolonialismo y el extractivismo, de las izquierdas y de los movimientos, e igualmente han abordado la dificultad de pensar los caminos de la emancipación en momentos en que la humanidad atraviesa una profunda crisis civilizatoria y ecosistémica, retos que significa –entre otros- volver a inventar la izquierda y el (eco) socialismo en el siglo XXI.
Franck Gaudichaud: En el último periodo, ha habido muchos debates sobre el fin de ciclo de los gobiernos progresistas y nacional-populares en América Latina, o más bien su posible reflujo y pérdida de hegemonía política. ¿Qué les parece este debate? A estas alturas, ¿podemos pensar que se está superando este debate sobre fin de ciclo? Y, ¿cómo llamar la coyuntura actual de cara a la experiencia progresista 1999-2015?
Edgardo Lander: Efectivamente, este es un debate muy intenso, sobre todo en América Latina, porque se habían producido muchas expectativas sobre las posibilidades de transformación profunda en estas sociedades a partir de la victoria de Hugo Chávez en Venezuela en el año 1998. Este el punto de partida de un proceso de cambio político que llevó a que la mayoría de los gobiernos de América del Sur fuesen identificados con algo llamado progresista, o de izquierda, en alguna de sus versiones. Estas expectativas de transformaciones que condujeran a sociedades post-capitalistas plantearon severos retos, tanto por la experiencia negativa de los socialismos del siglo pasado, como por nuevas realidades como el cambio climático y los límites del planeta Tierra que era necesario enfrentar. Pensar en la transformación hoy significa necesariamente algo muy diferente a lo que significaba en el siglo pasado. Cuando el discurso del socialismo había prácticamente desaparecido de la gramática política en buena parte del mundo, reaparece en este nuevo momento histórico en América del Sur. Especialmente a partir de las luchas de los pueblos indígenas, en algunos de estos procesos parece incorporarse de una forma muy central un profundo cuestionamiento de aspectos fundamentales de lo que había sido el socialismo del siglo XX. Se hacen presentes en forma medular, en parte de los imaginarios de la transformación, temas como la pluriculturalidad, otras formas de relación con el resto de la redes de la vida, nociones de derechos de la naturaleza y concepciones del buen vivir, que apuntaban a una posibilidad de transformación que fuese capaz de dar cuenta de las limitaciones de los procesos anteriores y abrir nuevos horizontes para abordar las nuevas condiciones de la humanidad y del planeta.
FG: Entonces, estás hablando del periodo inicial, de arranque, al inicio de los años 2000, cuando se combinaron resistencias desde abajo y la creación de dinámicas sociopolíticas más o menos rupturistas y postneoliberales según los casos, que incluso lograron emerger en el plano electoral nacional gubernamental.
EL: Sí, de un período en el cual se generaron extraordinarias esperanzas de que se iniciaban transformaciones radicales de la sociedad. En los casos de Ecuador y de Bolivia, los nuevos gobiernos fueron consecuencia de procesos de acumulación de fuerzas de movimientos y organizaciones sociales en lucha contra gobiernos neoliberales. La experiencia del Levantamiento Indígena en el caso ecuatoriano y de la Guerra del Agua en Bolivia, fueron expresiones de sociedades en movimiento en las cuales sectores sociales que no eran los más típicos de la acción política de la izquierda jugaron papeles protagónicos. Se trata de una emergencia plebeya, sectores sociales antes invisibilizados, indígenas, campesinos, populares urbanos, que pasan a ocupar un lugar central en la arena política. Esto generó extraordinarias expectativas.
Sin embargo, con el tiempo fueron apareciendo severos obstáculos. A pesar de los discursos altisonantes, sectores importantes de la izquierda que tuvieron papeles de dirigencia en estos procesos de lucha no habían sometido la experiencia del socialismo del siglo XX a una reflexión suficientemente crítica. Muchas de las viejas formas de entender el liderazgo, el partido, la vanguardia, las relaciones del Estado con la sociedad, el desarrollo económico, las relaciones con el resto de la naturaleza, además del peso de las cosmovisiones eurocéntricas monoculturales y del patriarcado, se hicieron presentes en estos proyectos de cambio. Se profundizaron las históricas formas coloniales de inserción en la división internacional del trabajo y de la naturaleza. Es evidente que todo proyecto que pretenda superar el capitalismo en el mundo actual tiene necesariamente que confrontarse a los severos retos que plantea la profunda crisis civilizatoria que hoy vive la humanidad, en particular la lógica hegemónica del crecimiento sin fin de la modernidad que ha llevado a sobrepasar la capacidad de carga del planeta y está socavando las condiciones que hacen posible la reproducción de la vida.
La experiencia de los denominados gobiernos progresistas se da en momentos en que se está acelerando la globalización neoliberal y China se está convirtiendo en la fábrica del mundo y principal economía planetaria. Esto produce un salto cualitativo en la demanda y precio de los commodities: bienes energéticos, minerales y productos de la agroindustria como la soja. En estas condiciones, cada uno de los gobiernos progresistas opta por financiar las transformaciones sociales planteadas por la vía de la profundización del extractivismo depredador. Esto tiene no solo las obvias implicaciones de que la estructura productiva de estos países no es cuestionada, sino que es profundizada en términos de las formas neocoloniales de inserción en la división internacional de trabajo y la naturaleza. Acentúa igualmente el papel del Estado como receptor principal del ingreso de las rentas que se producen a través de la exportación de commodities. Con ello, más allá de lo que digan los textos constitucionales sobre la plurinacionalidad y la interculturalidad, prevalece una concepción de la transformación centrada prioritariamente en el Estado y en la identificación del Estado con el bien común. Esto conduce inevitablemente a conflictos entorno a los territorios, los derechos indígenas y campesinos, a luchas por la defensa y el acceso al agua y resistencias a la megaminería. Estas luchas populares y territoriales han sido vistas por estos gobiernos como amenazas al proyecto nacional representado, diseñado y dirigido por el Estado como representante del interés nacional. Para llevar adelante sus proyectos neo-desarrollistas, a pesar de estas resistencias, los gobiernos han recurrido a la represión y van asumiendo tendencias crecientemente autoritarias. Al definir desde el centro cuáles son las prioridades y ver como amenaza todo aquello que enfrenta a esa prioridad, se va instalando una lógica de razón del Estado que requiere socavar las resistencias.
En el caso de Bolivia y Ecuador esto condujo a cierta desmovilización de las principales organizaciones sociales, así como a divisiones promovidas desde el gobierno de los movimientos que generaron fragmentaciones de su tejido social y que fueron debilitando la energía transformadora democrática que los caracterizaba.
FG: Frente a este análisis, y en particular en cuanto a la razón de Estado, las y los militantes e intelectuales que participan en estos procesos desde los gobiernos y las filas de los partidos oficialistas progresistas afirman que, finalmente, la única manera de construir un auténtico camino postneoliberal en América Latina era recuperar el Estado primero, gracias a las movilizaciones sociales-plebeyas que desplazaron a las viejas elites partidarias y, después de contundentes victorias electorales anti-oligárquicas, desde el Estado (pero con lazos hacia los de abajo), comenzar a distribuir y a reconstituir la posibilidad de una alternativa al neoliberalismo “real”.
Miriam Lang: Antes de comenzar a abordar esto, quisiera retomar un poco lo que dice Edgardo, porque el término fin de ciclo sugiere un poco que se mira toda la región a partir de la experiencia argentina y brasileña donde efectivamente volvió la derecha. Sin embargo, la lectura más adecuada sería la de mirar cómo ha cambiado el proyecto de transformación durante los progresismos y por qué ahora de todas maneras estamos en otra coyuntura que hace 10 o 15 años, también en los países donde todavía hay progresismos en el gobierno, como Bolivia o Ecuador. Me refiero a lo que algunos llaman la transformación de los transformadores, y también a la diversidad de tendencias políticas que componen estos gobiernos, donde realmente las izquierdas transformadoras ya no son necesariamente hegemónicas. Sino que estos procesos se han convertido en proyectos de modernización exitosos de las relaciones capitalistas y de la inserción al mercado mundial.
FG: Al fin y al cabo, ustedes tienen una clara postura crítica sobre la división internacional del trabajo, los commodities, el uso del extractivismo, sobre el problema del Estado (a menudo autoritario y clientelar hasta hoy), fenómenos que, por cierto, no desaparecieron e incluso se consolidaron en varios planos con los progresismos. Pero no mencionaron aquí las bolsas familia, la importante reducción de la pobreza e incluso de la desigualdad, la incorporación de clases sociales subalternas a la política, la reconstrucción de los sistemas de servicios básicos, de salud pública, el espectacular crecimiento de las infraestructuras, etc., durante la década de la edad de oro de los progresismos. En resumen, si me hago portavoz de la lógica del vice-presidente boliviano García Linera, ustedes serian estos intelectuales críticos de cafetín 4/ que Linera denuncia por no tener una real empatía hacia los sectores populares y sus condiciones de vida cotidianas. Es por lo menos un clásico de la argumentación de los progresismos y del debate actual frente a la izquierda crítica.
ML: O sea, eso depende un poco del lente con el que cada uno mira la realidad. Hay que ver, por ejemplo, en la constitución bolivariana y en la constitución ecuatoriana el proyecto de transformación delineado ahí que iba mucho más allá de la reducción de la pobreza. Todo el acumulado de las luchas sociales anteriores iba mucho más allá de un poco de distribución de la renta, Con eso yo no quiero desconocer que pueda haberse hecho más fácil el día a día de muchas personas, al menos en los años de precios altos de los hidrocarburos. Pero también hay una mirada que va más allá de las estadísticas de pobreza. Podemos decir que según la línea de pobreza, tantas personas han salido de allí y eso está perfecto; pero también podemos mirar un poco más de cerca y decir: ¿de qué tipo de pobreza estamos hablando? En América Latina prima aún la medición de pobreza por ingresos y por consumo, eso es un dato que evalúa en qué medida un hogar participa del modo de vida capitalista y, posiblemente, dice poco sobre la calidad de vida que hay en este hogar. Invisibiliza las dimensiones de las economías de subsistencia, las dimensiones de la calidad de las relaciones humanas, etc. ¿En qué medida la gente pudo expresar realmente sus necesidades acorde a su contexto? ¿En qué medida esas políticas redistributivas han fortalecido o expandido territorialmente las lógicas del mercado capitalista en países donde buena parte de la población, por la enorme diversidad cultural que existe, aún no vivía completamente bajo preceptos capitalistas?
Podríamos decir que esta diversidad de modos de vida constituía un potencial transformador importante para los horizontes de superación del capitalismo. Incluso si miramos las condiciones ecológicas del planeta, en lugar de ser etiquetadas como pobres y subdesarrolladas, muchas comunidades campesinas, indígenas, negras o urbano-populares a lo mejor hubieran podido ser vistas como ejemplo de cómo se puede consumir menos y ser satisfecho mejor. En cambio, lo que pasó es justamente lo que yo llamo el “dispositivo del subdesarrollo” 5/; en el contexto de la “erradicación de la pobreza” se les dice: su modo de vida que requiere de tan poco dinero es indigno, ustedes tienen que asemejarse a la población urbana, capitalista, consumidora, tienen que manejar dinero, y la forma de intercambio es el mercado capitalista, no hay otras formas de intercambio válidas. La llamada alfabetización financiera, que formó parte de la política progresista contra la pobreza, ayudó al capital financiero a establecer nuevos mercados de crédito para los más pobres, a unas tasas de interés muchas veces altísimas. Y la famosa inclusión al consumo suele darse en condiciones de tercera. Entonces, al final, tenemos poblaciones endeudadas por consumo, a las que se les han generado necesidades que quizás antes no tenían. O sea, depende un poco de donde una mira estos temas. Es un problema de valores y de perspectiva, de cómo queremos que vivan las generaciones futuras. No se trata solamente de democratizar el consumo, sino que la apuesta era construir un mundo que sea sostenible para al menos 5, 6, 7 generaciones más adelante, y yo tengo serias dudas si esta forma de erradicación de la pobreza ha contribuido a estos fines.
EL: En el caso venezolano, la utilización de la renta petrolera en una forma diferente de como se había utilizado históricamente tuvo enormes consecuencias durante la primera década del gobierno de Chávez. El gasto social llegó a representar algo así como el 70 por ciento del presupuesto nacional. Este gasto público en salud, educación, alimentación, vivienda y seguridad social significó efectivamente una transformación profunda en las condiciones de vida de la mayoría de la población. Venezuela que, como el resto de América Latina, ha sido históricamente un país de profundas desigualdades, no sólo redujo muy significativamente los niveles de pobreza (medidos por ingreso monetario), igualmente logró reducir la desigualdad en forma notoria. La CEPAL señaló que Venezuela llegó a ser, junto con Uruguay, uno de los dos países menos desiguales del continente. Se trata de una transformación muy importante y que se expresa en asuntos tan vitales como la reducción de la mortalidad infantil y el aumento del peso y la talla de los niños. No son de modo algunas cuestiones secundarias.
Por otra parte, esto estuvo acompañado desde el punto de vista político con procesos de organización popular de base extraordinariamente amplios en los que participaron millones de personas. Algunas de las más importantes políticas sociales fueron diseñadas de tal manera que para funcionar requerían la organización de la gente. El mejor ejemplo de esto fue la Misión Barrio Adentro, servicio primario de salud de amplia cobertura en los sectores populares de todo el país, llevado a cabo con participación prioritaria de médicos cubanos. Un programa que representó la posibilidad de otras formas de entender las políticas públicas en una forma no clientelar que exigía la participación de la gente.
Se iniciaron, con la Misión Barrio Adentro, pasos importantes en la transformación del sistema de salud en el país. Se pasa de un sistema médico que era fundamentalmente hospitalario a un régimen descentralizado con servicios primarios ubicados en los propios sectores populares. De una situación en que, por ejemplo, un niño deshidratado en un barrio de Caracas en la mitad de la noche tenía que ser trasladado, fuera del horario del transporte público, al hospital más cercano, donde tenía la familia que confrontarse a las dramáticas escenas de las salas de emergencia, se pasa a una situación en la cual el módulo de atención primaria, donde vive el médico, está a poca distancia de su casa y a la hora que sea se puede tocar la puerta y ser atendido.
Barrio Adentro fue concebido como un proyecto que para funcionar requería la participación de la comunidad. El médico por sí mismo, especialmente si se trataba de un médico cubano que no conocía ni el barrio ni la ciudad, sólo podía trabajar con apoyo de la comunidad. Esto implicaba, entre otras cosas, un censo de la comunidad, la identificación de las mujeres embarazadas, de los niños con problemas de desnutrición, los ancianos, y en general la gente con requerimientos especiales. Esto constituye una concepción de política social completamente diferente a una dádiva que viene desde arriba porque hace a la comunidad coparticipe de su funcionamiento. Había en esta dinámica una potencialidad extraordinariamente rica.
FG: Entonces ¿esta potencialidad constituyente y disruptiva del proceso se fue agotando? ¿Es lo que estás diciendo?
EL: Durante los años del proceso bolivariano no sólo no se alteró la estructura productiva del país, sino que el país se hizo más altamente dependiente de las exportaciones petroleras. Las políticas públicas dirigidas hacia los sectores populares se han caracterizado en todo momento por su carácter distributivo, con un muy limitado impulso de procesos productivos alternativos al extractivismo petrolero. Esta dependencia de los altos ingresos petroleros le impuso severos límites al proceso bolivariano 6/.
El carácter dinámico, incentivador de procesos organizativos populares de las políticas públicas, se fue agotando por diferentes razones. En primer lugar, porque no en todas las Misiones (nombre genérico de las diferentes políticas sociales), se dio la riqueza que tuvieron en algunas áreas como en los programas de alfabetización y Barrio Adentro. Pero también por el hecho de que los procesos organizativos de mayor escala que se fueron organizando, hasta llegar a los Consejos Comunales y las Comunas, fueron procesos en los cuales se produjo siempre una fuerte tensión entre las tendencias de autogobierno, autonomía, de auto-organización etc., y el hecho de que casi todos los proyectos que se podían realizar desde estas organizaciones han dependido de transferencia de recursos que vienen desde arriba, desde alguna institución del Estado. Esto ha generado una recurrente tensión entre el control político-financiero desde arriba y las posibilidades de auto-organización más autónoma. Estas tensiones operaron de forma muy diversa, dependiendo de las condiciones existentes en el lugar: de la presencia o no de liderazgos locales previos; de la existencia o no de experiencias político organizativas de la comunidad antes del proceso bolivariano; así como de las concepciones políticas de los funcionarios y militantes del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) responsables de las relaciones entre las instituciones del Estado y estas organizaciones. El hecho es que ha habido una extraordinaria dependencia de la transferencia de recursos desde el Estado. No hubo posibilidad de autonomía de la mayoría de las organizaciones populares de base porque éstas no tenían capacidad productiva propia. Cuando, con la actual crisis económica que se inicia en el año 2014, se reducen las trasferencias de recursos a estas organizaciones populares, éstas tienden a debilitarse y muchas de ellas entran en crisis. Otro factor de este debilitamiento ha sido la creación de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) como mecanismo para la distribución de alimentos básicos altamente subsidiados a los sectores populares de la población. En la práctica, estos se han convertido en modalidades organizativas clientelares dedicadas exclusivamente a la distribución de alimentos y carentes de autonomía que tienden a reemplazar a los Consejos Comunales.
Las políticas de solidaridad y cooperación latinoamericanas han sido igualmente altamente dependientes de los ingresos petroleros. Para llevar a cabo políticas internacionales como los programas de entrega subsidiada de petróleo a países centroamericanos y del Caribe, apoyo financiero a Bolivia y Nicaragua, y otras diversas iniciativas que tomó el gobierno venezolano en el terreno latinoamericano, era necesario garantizar a corto y mediano plazo un incremento de los ingresos petroleros. Cuando Chávez fallece en el año 2013, el petróleo representa un 96 por ciento del valor total de las exportaciones, haciendo que la dependencia del país en el petróleo fuese más elevada que nunca antes.
En la historia petrolera venezolana, la primera década del siglo fue el momento en el que se dieron las mejores condiciones posibles para debatir, reflexionar y comenzar a experimentar en otras prácticas y otros futuros posibles para la sociedad venezolana más allá del petróleo. Un momento privilegiado para abordar los retos de la transición hacia una sociedad post-petrolera. Fue una coyuntura en la que Chávez contaba con un extraordinario liderazgo y legitimidad. Tenía capacidad para darle un sentido de rumbo a la sociedad venezolana y, con precios del petróleo que llegaron hasta 140 dólares por barril, existían recursos para responder a las necesidades de la población y dar, aunque fuesen iniciales, los pasos de una transición más allá del petróleo. Ocurrió todo lo contrario. Se repite en esos años la intoxicación en la abundancia, el imaginario de la Venezuela saudita que se había dado en la época del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez en la década de los setenta del siglo pasado. Nadie en Venezuela pensó que era posible que por decreto se cerrasen todos los pozos de petróleo de un día para otro. Pero las políticas gubernamentales lejos de tomar pasos, aunque fuesen tímidos e iniciales, para superar la dependencia del petróleo, lo que hicieron fue profundizar esa dependencia. En condiciones de sobreabundancia de divisas y con el fin de intentar frenar la fuga de capitales, se estableció una paridad cambiaria controlada absolutamente insostenible. De esta manera, se acentuó la llamada enfermedad holandesa que contribuyó al desmantelamiento de la capacidad productiva del país.
Las políticas "distribucionistas" y las iniciativas políticas del Estado lograron mejorar las condiciones de vida de la población y fomentaron el fortalecimiento de los tejidos sociales, con amplias experiencias de participación popular. Sin embargo, esto no estuvo acompañado de un proyecto de transformación de la estructura productiva del país. Esto marcó los límites del proceso bolivariano como proyecto de transformación de la sociedad venezolana. Esto quiere decir que los procesos organizativos de base amplios que han involucrado a millones de personas, estuvieron basados en la redistribución y no en la creación de nuevos procesos productivos.
FG: Ahora, siguiendo de nuevo a García Linera (pues resume a veces más inteligentemente lo que otros opinólogos, seguidores y lo que llamo yo intelectuales de palacio intentan decir y escribir en esta línea de argumentación): según el sociólogo y estatista boliviano, esta tensión entre Estado y autoorganización, entre gobierno y movimientos, entre reivindicación del buen vivir y extractivismo a corto plazo son tensiones normales y creativas de un proceso largo de transformación revolucionaria en América Latina. Para él, los críticos de la izquierda radical hacia los procesos progresistas no entienden que son tensiones necesarias y, supuestamente, quieren proclamar el socialismo por decreto.
ML: Un problema es que los gobiernos progresistas, en la medida en que sus integrantes venían de procesos de movimientos sociales y de protesta con una identidad política de izquierda, han asumido una suerte de identidad de vanguardia. Como si ellos ya supieran qué necesita la gente. De esta manera, se han perdido los espacios de interlocución real, donde la gente diversa puede proponer efectivamente. Y la participación política se ha vuelto una especie de aclamación al proyecto del ejecutivo. Ahí es donde se empobrece precisamente. Hay muchos ejemplos en la historia europea que me hacen pensar en que se trata de una dinámica inevitable, que solemos subestimar mucho. Las izquierdas que llegan a manejar los aparatos del estado finalmente están inmersas en poderosas dinámicas propias de estos aparatos y se transforman como personas, a través de los espacios nuevos en los que se mueven, porque las lógicas del cargo les brindan otras experiencias y comienzan a moldear sus horizontes políticos y su cultura también. Se transforma su subjetividad, incorporan el ejercicio del poder. Y entonces, si no hay un correctivo por parte de una sociedad organizada fuerte, que puede reclamarles, que puede corregir, protestar, y también criticar, esto tiene que desviar obligatoriamente el proyecto.
Por otro lado, no se trata tanto de criticar los tiempos en los que se cambian las cosas –porque en eso estoy de acuerdo, en que las transformaciones profundas necesitan mucho tiempo, necesitan de un cambio cultural e incluso pueden ser generaciones. Se trata de mirar la direccionalidad que toma un proyecto político de transformación– o sea, si va en la buena dirección o no, al ritmo que sea. Y allí creo que la cuestión de profundizar el extractivismo y de rematar la naturaleza de un país simplemente anula otras posibilidades de transformación a futuro. Si estamos cerrando ciertas opciones de futuro que nos importaban por cálculos más cortoplacistas, o también por dificultades que se presentan en el momento, pues no podemos decir que es una cuestión de temporalidad; es una cuestión de direccionalidad. Tú puedes mercantilizar o desmercantilizar, pero si dices primero voy a mercantilizar todo para después desmercantilizar, no me parece que hay mucha lógica; si dices: estoy desmercantilizando pero me va a tomar más tiempo, sin embargo ahí pueden ver que estoy dando pasos en la dirección indicada, estaría bien. Entonces, por ahí creo que hay una diferencia fundamental en la lectura de los procesos.
EL: En los debates críticos sobre el extractivismo uno de los asuntos que yo creo medular es ¿qué entendemos por extractivismo? Si concebimos al extractivismo solo como un modelo económico, o como dice Alvaro García Linera como “una relación técnica con la naturaleza” compatible con cualquier modelo de sociedad, se podría concluir que es necesario profundizar el extractivismo no solo para responder a las demandas sociales, sino igualmente con el fin de acumular los recursos necesarios para invertir en actividades productivas alternativas que permitan superar el extractivismo. Pero si uno entiende el extractivismo en unos términos más amplios, si entiende que el extractivismo es una forma de relación de los seres humanos con la naturaleza; que forma parte de un patrón de acumulación del capital global; que es una forma específica de inserción en el sistema capitalista mundial y en la división internacional del trabajo y de la naturaleza; si se entiende que el extractivismo genera y reproduce unas determinadas institucionalidades, unos modelos de Estado, unos patrones de comportamiento de su burocracia; si se entiende que el extractivismo genera sujetos sociales y subjetividades; que construye cultura, necesariamente se llega a otras conclusiones.
Basta con ver los cien años de extractivismo en Venezuela. Tenemos profundamente instalada una cultura de país rico, país de abundancia. Como tenemos las reservas petroleras más grandes del planeta nos merecemos que el Estado satisfaga no sólo todas nuestras necesidades, sino igualmente, nuestras aspiraciones de consumo. Nos imaginamos que es posible una sociedad con derechos, pero sin responsabilidades. Nos merecemos que la gasolina sea gratis. Estos patrones culturales, una vez firmemente arraigados en el imaginario colectivo constituyen un severo obstáculo para la posibilidad de una transformación no sólo para superar el capitalismo sino para afrontar la crisis civilizatoria que hoy vive la humanidad. Sirven estos imaginarios de abundancia material siempre creciente de sustento a concepciones economicistas/consumistas de la vida que dejan afuera una amplia gama de los asuntos fundamentales que tendríamos que confrontar hoy. Ello bloquea la posibilidad del reconocimiento de que las decisiones que se están tomando hoy tienen consecuencias a largo plazo en un sentido absolutamente divergente de lo que proclama el discurso oficial como horizonte de futuro para la sociedad venezolana.
Desde este imaginario del Dorado, de tierra de abundancia infinita, se asume como necesario, por ejemplo, la explotación minera en gran escala en el denominado Arco Minero del Orinoco. Mediante un decreto presidencial, Nicolás Maduro a comienzos del año 2016, decidió abrir 112 mil kilómetros cuadrados, un territorio del tamaño de Cuba, el 12 por ciento del territorio nacional, a las grandes empresas mineras transnacionales. Se trata de una zona que forma parte de la selva amazónica (con la importancia que ésta tiene en la regulación de los sistemas climáticos globales); una zona donde habitan diversos pueblos indígenas diferentes cuyo territorios debían haber sido demarcados de acuerdo a la Constitución del año 1999 y cuya cultura, incluso su vida, está hoy severamente amenazadas; un territorio donde están buena parte de las cuencas de los principales ríos del país; las principales fuentes de agua; un territorio de una extraordinaria diversidad biológica; un territorio donde están las represas hidroeléctricas que producen el 70 por ciento de la electricidad que se consume en el país. Todo esto está amenazado en una apertura que se ha iniciado con la convocatoria a 150 empresas transnacionales. Está concebido como una zona económica especial donde aspectos fundamentales de la Constitución y las leyes de la República, como los derechos de los pueblos indígenas y las legislaciones ambientales y laborales no tienen que cumplirse. Esto con el fin de crear las condiciones más favorables posibles para atraer la inversión extranjera. Se están así tomando decisiones que están diseñando un proyecto de país que posiblemente tenga consecuencias durante los próximos 100 años.
FG: Otro tema esencial, según mi entender, para la discusión es la problemática geopolítica, y en este caso los avances en el plano de la integración regional conectado a la evaluación de las nuevas estrategias del imperialismo y su injerencia en el continente. Muy a menudo se critica a los críticos de izquierda (sean marxistas, eco-sociales, feministas, etc.) diciendo ustedes menosprecian y no miden correctamente el impacto de la injerencia o desestabilización de los Estados Unidos, centrándose esencialmente en una crítica interna de los procesos y de los gobiernos. Es lo que afirma el sociólogo argentino Atilio Borón entre otros: varios de sus textos insisten en el hecho que hay que entender que por moderados que sean los gobiernos progresistas, abrieron una nueva ola de integración sin los EE UU y que eso representaría un paso gigantesco en la historia regional en perspectiva bolivariana. Entonces, ¿qué pensar del estado de la integración latinoamericana, cuál son los avances y limites hoy en día en este plano?
M.L: Hace diez años, realmente hubo impulsos y propuestas interesantes y esperanzadoras a nivel mundial desde América Latina, en el sentido de que se planteó la integración regional en otra dirección que la de la Unión Europea con su constitución neoliberal, sobre todo en términos de lo que fue el Banco del Sur que iba a impulsar proyectos de soberanía y sustentabilidad y no de desarrollo en términos clásicos, o con el proyecto del SUCRE. Lamentablemente no han prosperado estas iniciativas a lo largo de los 10 años, sobre todo por la resistencia de Brasil, que obviamente tiene un rol importante en la región y que se orientó más hacia sus socios BRICS y priorizó sus intereses de potencia mundial.
E.L: Al final, Brasil estaba de acuerdo con el Banco del Sur con tal de que fuese un banco de desarrollo más…
FG: Si vemos ahora el caso de la honda crisis venezolana, tema y drama que ha polarizado mucho los intelectuales (como también la sociedad venezolana obviamente), hemos presenciado la traducción de esta polarización en torno a dos llamados internacionales. Primero el llamado que se realizó (con participación activa de Edgardo) desde Venezuela, "Llamado internacional urgente a detener la escalada de violencia en Venezuela. Mirar a Venezuela, más allá de la polarización" 7/ que ustedes firmaron y, segundo, la respuesta titulada ¿Quién acusará a los acusadores?”, que dan los miembros dela “Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad” REDH 8/, que es una respuesta bastante hostil. Uno de los argumentos centrales de los miembros de la REDH es afirmar que la crisis de Venezuela es, según ellos, ante todo producto de una agresión imperialista y de una insurrección de la derecha neoliberal así como también de una “guerra económica”. Insisten que estamos en un contexto regional de retorno de las derechas, después del golpe en Brasil, y que eso obliga la izquierda a cerrar filas detrás de los gobiernos que enfrentan esta agresión, dejando de lado “contradicciones secundarias”. Al contrario, el llamado que firmaron ustedes dos dice: “no creemos, como afirman ciertos sectores de la izquierda latinoamericana, que hoy se trate de salir a defender a un gobierno popular anti-imperialista. Este apoyo incondicional de ciertos activistas e intelectuales no sólo revela una ceguera ideológica sino que es perjudicial, pues contribuye lamentablemente a la consolidación de un régimen autoritario”. A esta altura, como leen ese debate que significó varios otros textos e intercambios a veces claramente ofensivo de ambas partes.
ML: Hace poco una colega me decía que las miradas geopolíticas invisibilizan a los intereses y las voces de los pueblos. Y yo no sé si eso es una contradicción secundaria. A mí me parece muy deplorable la forma en la que se ha dado esta confrontación, porque más bien cerró espacios de reflexión en lugar de abrirlos. Creo que lo que necesitamos en este momento es justamente una reflexión más profunda, son espacios de debate y no de cerrazón, para poder encontrar alguna solución a la crisis venezolana. Y tengo la sensación de que mientras más lejos la gente está del proceso venezolano, más necesidad tiene de afirmar una suerte de identidad solidaria, que es más bien una suerte de reflejo anti imperialista bastante abstracto, desvinculado de lo que sucede en el día a día en Venezuela. Yo creo que las solidaridades que necesitamos construir son diferentes. No deberían girar alrededor de nosotros mismos, de nuestras necesidades de afirmar una identidad política tal como una profesión de fe, sino ser más un buscar caminos conjuntamente, entre pueblos concretos. La solidaridad debería ser con la gente realmente existente, que muchas veces no tiene los mismos intereses que un gobierno.
Y esto me lleva a una autocrítica: Recientemente regresé a Venezuela y tuve la oportunidad de conversar con algunos sectores del chavismo crítico, y sólo en este momento fue que entendí como este campo se ha transformado en los últimos años. Y lo complicado que es solidarizarse, incluso de manera crítica y diferenciada, en el escenario hiperpolarizado que existe hoy. La carta que yo firmé a lo mejor debió pensarse más, discutirse más antes de circularla, y yo misma debí tomarme más tiempo para dialogar con los diferentes sectores del chavismo crítico antes de firmar; justamente para ser coherente con mi propio planteamiento. Aunque sigo pensando que es necesario defender la institucionalidad democrática y ciertos valores liberales, como lo hace la carta, o sea, que hay que ampliarlos y profundizarlos pero al mismo tiempo defenderlos, como resultados de luchas pasadas. Y sobre todo, pienso que una agresión exterior no puede justificar nunca los errores que se hacen al interior.
Esta polarización que se ha producido en Venezuela y en otros países también, que no permite tonos grises más allá del blanco y negro, es muy negativa y muy nociva a la transformación. Hace muy difícil solidarizarse sin causar daño por un lado o por el otro. Como feminista, también siento que la forma en la que se da todo este debate es extremadamente patriarcal, plagada de binarismos simplificadores, de lógicas bélicas y de egos que se autoalimentan, mientras lo que deberíamos hacer es construir lazos y otras formas de hacer política, es decir acompañarnos en caminos de búsqueda de alternativas.
FG: Efectivamente parece que se ha perdido cierta dialéctica del pensamiento crítico en ese debate 9/. En cuanto a la polarización en Venezuela, los defensores incondicionales de Maduro subrayan que la polarización es sobre todo entre la derecha aliada del imperialismo versus el “pueblo” y el gobierno bolivariano. Tal análisis se basa, obviamente, en elementos concretos de las coordenadas del conflicto actual, pero no deja espacio para entender las tensiones, diferenciaciones y contradicciones internas al chavismo y también dentro del campo popular.
ML: Hay una especie de construcción artificial de una unidad entre gobierno y pueblo, como también sucedió mucho en relación a Cuba, por ejemplo. O sea el pueblo cubano es uno solo y el que habla por el pueblo cubano es necesariamente su gobierno. Como si no hubiese relaciones de dominación y conflictos de intereses en la sociedad cubana. Entre hombres y mujeres, pero también entre Estado y sociedad, o entre negros, mestizos y blancos, o entre campo y ciudad. Desde esta perspectiva que unifica gobierno y pueblo en un solo bloque simbólico no puede nacer nada emancipatorio, realmente. Finalmente, a lo que apostamos es reducir o superar esas relaciones de dominación, si entiendo bien la tarea. En esta construcción dicotómica, de polarización, se reactualizan lógicas de guerra, que son un legado cultural que las izquierdas acarrean desde la guerra fría, y que ya en aquel momento histórico nos permitieron evitar muchos aprendizajes necesarios. Legado que tal vez fue superado parcialmente por la revuelta del ’68 con sus impactos culturales sobre las sociedades, pero está sufriendo una reactualización ahora que yo siento bastante dolorosa.
FG: Edgardo sobre las lógicas bélicas y la situación en Venezuela. ¿Cómo intentar enfrentar abajo y a la izquierda la crisis venezolana? Personalmente, no firmé ninguno de los dos llamados internacionales, porque realmente sentí que ninguno respondía a la vez a la urgencia de la situación, a la necesaria denuncia de la agresión imperialista, de la derecha y sus sectores abiertamente golpistas, y, al mismo tiempo, en la otra mano, que fuera capaz de emitir un análisis crítico abierto y claro sobre las derivas autoritarias del madurismo; pero no sólo desde la defensa formal de la Constitución de 1999, pero también desde el necesario rescate de las formas de poder popular, de las experiencias de autoorganización, del proyecto comunal que sobreviven, a pesar de todo, en los intersticios del proceso…
EL: Obviamente, ha habido una ofensiva sostenida por parte del Imperio, por parte de Estados Unidos. Desde el inicio del gobierno de Chávez existieron tentativas por parte del gobierno de Estados Unidos para socavar este proceso, tanto por razones geopolíticas como económicas. Sabemos que tanto las reservas petroleras de Venezuela, como el oro, el coltán, el uranio y demás abundantes reservas de minerales existentes en el sur del país son esenciales para Estados Unidos, ya sea para sí mismo o para limitar el acceso a éstas por parte de sus rivales globales. Desde 1999, Venezuela representó un punto de entrada para los cambios en el continente, y por eso también EE UU apoyó el golpe militar de 2002 y el paro petrolero lock-out empresarial de 2002-2003 que paralizó el país durante dos meses, con la intención expresa de derrocar al gobierno del presidente Chávez. Sabemos que grupos y partidos de la extrema derecha venezolana han contado con el asesoramiento y financiamiento permanente por parte del Departamento de Estado. El bloqueo financiero y las explícitas amenazas de intervención armada formuladas por Trump no pueden de modo alguno ser tomadas a la ligera. Ha habido igualmente injerencias importantes del uribismo y el paramilitarismo colombiano. Este tipo de agresiones hacen parte del panorama de la crisis actual en Venezuela, y nadie desde la izquierda puede eludirlo o ponerlo en un segundo plano.
Ahora el problema del proceso bolivariano es: ¿Qué es lo que queremos defender? y ¿Cómo hay que defenderlo? ¿Tenemos que defender cualquier gobierno por tener un discurso enfrentado con EE UU? O ¿tenemos que defender un proceso colectivo de carácter democrático, anticapitalista y antiimperialista, que apunte a un horizonte que responda a la profunda crisis civilizatoria que atravesamos? ¿Tenemos que defender al gobierno cada vez más autoritario de Maduro, o tenemos que defender el potencial transformador que surgió en el año 1999? Hoy para la preservación del poder para el gobierno de Maduro juegan un papel mucho más importante el clientelismo y las amenazas de cortar el acceso a los bienes básicos subsidiados (en condiciones en que para una elevada proporción de la población esta es la única forma de tener acceso a la comida), que la apelación a la participación popular. Y ahí, en el fondo, un tema del debate es ¿Qué entendemos hoy por izquierda? ¿Podemos pensar la izquierda sin el cuestionamiento de lo que ha sido el socialismo del siglo pasado? Cuando fuerzas que pretendieron superar la democracia burguesa terminaron siendo regímenes autoritarios, verticales, de carácter totalitario… Hoy, en Venezuela, tenemos que preguntarnos si estamos caminando en la dirección de la profundización de la democracia o si se están cerrando las puertas a la participación directa de la gente en la orientación del destino del país.
En Venezuela, en el año 1999 se realizó una Asamblea Constituyente (AC) con altísimos grados de participación, se organizó un referéndum para decidir si se iba a realizar una AC, se eligieron los constituyentes con elevada participación, se aprobaron los resultados con una mayoría del 62% de los votos, se gastaron enormes recursos para modernizar el régimen electoral, estableciendo un sistema totalmente digitalizado, transparente y con múltiples mecanismos de control, y auditoría. Un sistema electoral confiable, prácticamente a prueba de fraude como ha sido reconocido por numerosos organismos internacionales y expertos electorales en todo el mundo. Pero, en diciembre del 2015, la oposición gana las elecciones parlamentarias con una amplia mayoría, y el gobierno se encuentra ante la disyuntiva de respetar dichos resultados electorales y permanecer fiel a la constitución del año 1999, o por el contario, hacer todo lo posible por permanecer en el poder, aunque ello implicase desconocer la voluntad de la mayoría de la población o sacrificar el sistema electoral que había conquistado tan altos niveles de legitimidad. Opta claramente por permanecer en el poder a como dé lugar.
Paso a paso se van tomando decisiones que van definiendo una deriva autoritaria. Se impide la realización del referéndum presidencial revocatorio en el año 2016, se postergan inconstitucionalmente las elecciones de gobernadores de diciembre del mismo año, se desconocen las atribuciones de la Asamblea Nacional y éstas son usurpadas entre el Tribunal Supremo de Justicia y el Poder Ejecutivo. A partir de febrero 2016 el Presidente comienza a gobernar por la vía de un estado de excepción (“emergencia económica”), violando expresamente las condiciones y límites temporales establecidos en la Constitución del año 1999. Asumiendo atribuciones que de acuerdo a la Constitución corresponden al pueblo soberano, Maduro convoca a una Asamblea Nacional Constituyente y se definen mecanismos electorales destinados a garantizar el control total de esa asamblea. Se elige una Asamblea Nacional Constituyente monocolor, sus 545 integrantes están identificados con el gobierno. Esta asamblea, una vez instalada, se autoproclama como supraconstitucional y plenipotenciaria. La mayoría de sus decisiones son adoptadas por aclamación o por unanimidad sin debate alguno. En lugar de abordar la tarea para la cual supuestamente fue elegida, la redacción de un nuevo proyecto de Constitución, comienza a tomar decisiones referidas a todos los ámbitos de los poderes públicos, destituye funcionarios, convoca elecciones en condiciones destinadas a impedir o hacer muy difícil la participación de quienes no apoyan al gobierno, aprueban lo que denomina leyes constitucionales con lo cual de hecho se produce la abolición de la Constitución del año 1999. Aprueban leyes de carácter retroactivo, como la decisión de ilegalizar a los partidos que no participaron en las elecciones de alcaldes de diciembre del 2017. Se impide la participación de candidatos de izquierda diferentes a los decididos por la cúpula del PSUV. Mientras tanto, el Consejo Nacional Electoral realiza un fraude para bloquear la elección de Andrés Velázquez como gobernador del Estado Bolívar…
Lo que está en juego aquí no es la defensa formal de la Constitución del año 1999, sino de la defensa de la democracia, no una democracia formal burguesa, sino la apertura hacia la profundización de la democracia que representó la Constitución del año 1999. Sin que se haya producido un hito único que defina una ruptura del orden constitucional democrático creado en el año 1999, como un salami, ese orden democrático constitucional viene siendo rebanado paso a paso, sucesivamente, hasta encontrarnos en la situación actual en que ya éste no es reconocible.
FG: Entonces, después de este panorama muy complejo donde los progresismos conocen reveses bruscos o graduales, donde las izquierdas críticas o radicales no logran surgir como fuerza popular masiva, donde las fuerzas electorales de recambio realmente existentes son, de momento, derechas neoliberales agresivas, hasta insurreccionales en algunos casos como Venezuela, ¿cómo pensar alternativas concretas en este fin de hegemonía de los progresismos y repunte de una neoliberalismo tardío? Desde la perspectiva del buen vivir y del ecosocialismo, desde la crítica a los límites y contradicciones de los gobiernos progresistas, desde el feminismo popular o decolonial, ¿cómo pensar utopías con perspectivas concretas para Nuestramérica?
EL: En Venezuela, la única fuente de optimismo para mí en este momento es el hecho de que ha sido tan profunda la crisis y ha golpeado de tal manera la conciencia colectiva que es posible que el encanto del petróleo, del rentismo y del Estado Mágico benefactor proveedor comience, lentamente, a disiparse. Todo el debate político izquierda-derecha en las últimas décadas ha operado al interior de los parámetros del imaginario petrolero, al interior de esta noción de Venezuela país rico, dueño de las mayores reservas petroleras del planeta. La política ha girado en torno a las demandas que diferentes sectores de la sociedad le hacen al Estado para acceder a estos recursos. Yo empiezo a ver señales, todavía lamentablemente débiles, de un reconocimiento de que no es posible seguir en ese rumbo. Comienza a asumirse que un ciclo histórico llega a su fin. La gente empieza a rascarse la cabeza, ¿y ahora qué? Yo tengo relaciones desde hace años con lo que es el proceso de organización popular más continuo y más vigoroso en Venezuela, CECOSESOLA 10/. Es esta una red de cooperativas que operan en varios estados del centro y occidente del país que relaciona una amplia red de productores agrícolas y artesanales con consumidores urbanos, además de un estupendo centro de salud cooperativo y una cooperativa funeraria. Me ha impactado la presencia de temas como el rescate y el intercambio de semillas en las conversaciones cotidianas. El reconocimiento de un antes y un después del inicio de la actual crisis. Hace poco, cuando en alguna comunidad agrícola alguien bajaba de una población cercana se le decía acuérdate de traerme una lata de semilla de tomate. Eso era lo cotidiano. Esas eran semillas de tomates importadas, seleccionadas e hibridas que no se reproducían, no necesariamente transgénicas, pero si estériles después de la primera siembra. Con la crisis económica, ese acceso a las semillas se corta abruptamente. Se retoman prácticas campesinas ancestrales. Comienzan reuniones entre campesinos en las que se plantea ¿quién tiene semillas de qué? Semillas autóctonas que estaban solo preservadas en pequeña escala empiezan a intercambiarse, semillas de papas, semillas de tomates, etc. Se abren así nuevas posibilidades. Vamos a despertarnos de este sueño (que resultó ser una pesadilla) y pensar en la posibilidad de que estamos en otra parte, en otro país, en otras condiciones y la vida sigue pero ahora va por nuevo camino.
FG: Miriam, lo que dice Edgardo es interesante pero describe, por el momento, embriones muy pequeños de poder popular, que pueden parecer poco operativos frente a los inmensos desafíos regionales, la mundialización financiera, el caos mundial….
ML: Claro, o sea, depende un poco desde donde ves la cosa, yo creo que aquí por ejemplo en Europa, lo que toca hacer es empezar a tomar conciencia de los efectos que causa en otras partes del mundo el modo de vida de consumo intensivo que todos asumen con una naturalidad casi absoluta. Me parece que las dimensiones de la destrucción que esto ocasiona, no solamente en términos ambientales sino también de tejido social, de subjetividades, son mucho más importantes de lo que se presume en Europa, donde todo esto permanece prácticamente invisible, camuflado por entornos de consumo agradables y anestesiantes.
EL: O la creencia de que el nivel de vida del Norte no depende del extractivismo en el Sur.
ML: Algunos denominamos esto el modo de vida imperial, que asume automáticamente que los recursos naturales y el trabajo barato o esclavizado de todo el mundo son para el 20 por ciento más acomodado de la población mundial que vive en los centros capitalistas o las clases medias y altas de las sociedades periféricas. Y si es barato, qué bueno. Da la sensación de que el planeta va a colapsar ecológica y socialmente por la enorme cantidad de gadgets que se producen, que nadie necesita realmente excepto “los mercados”, por todo lo que el capitalismo sugiere como necesidades artificialmente construidas. Entonces, aquí en los centros capitalistas hay una tarea muy importante de reducir la cantidad de materia y de energía que se gasta. Por ejemplo, los movimientos alrededor del decrecimiento tienen una buena perspectiva en términos de transformación cultural, donde por los malestares con el neoliberalismo que tú mismo mencionaste antes, la gente redescubre otras dimensiones no materiales de la calidad de vida, y también la riqueza de autoproducir ropa, o miel, u otras cosas.
FG: Sí, aquí también en Francia, hay actualmente un montón de redes alternativas campesinas, experiencias colectivas autogestionadas, zonas que defender (ZAD), monedas alternativas, etc. pero son todavía muy pequeñas.
ML: Claro, son redes pequeñas por ahora, sin embargo lo importante es contagiar a más gente con estos imaginarios de bienestar diferentes, para que el cambio se haga no por la fuerza, o no por la crisis, sino por el propio deseo. Que la gente pueda sentir, experimentar en carne propia que hay otras dimensiones de buena vida que fácilmente pueden compensar el tener menos materialmente, y que un decrecimiento no tiene por qué vivirse como pérdida.
EL: No como un sacrificio de dejar de tener cosas…
FG: De hecho, aquí, se habla cada vez más de la necesaria conquista de una sobriedad feliz y austeridad voluntaria frente al despilfarro consumista, es un concepto interesante, potente, que se puede conectar al buen vivir y al ecosocialismo.
ML: Yo siento cada vez que voy a Europa que hay muchísimo malestar con este modo de vida superacelerado que prima aquí, tengo muchos amigos que se enferman, si no físicamente se enferman psicológicamente, el stress, la depresión, los burnouts, los ataques de pánico. Las dimensiones que esto adquiere se ocultan bastante sistemáticamente en los discursos dominantes que siguen asociando bienestar a crecimiento económico, y mucho más aún en lo que se percibe desde el Sur global. Visto desde América Latina, aquí en los países centrales, todo es necesariamente una maravilla. Entonces, visibilizar estos malestares y visibilizar las otras formas de vida que ya resultan de ellos, sería un paso importante. Porque en el Sur, curiosamente todo el mundo cree que es mejor vivir en la ciudad, mientras que en Alemania o en España al contrario se multiplican las comunidades ecológicas que van al campo. O sea, sería un paso para contribuir a quebrar esa hegemonía del desarrollo imitativo, que obliga al Sur a repetir todos los errores que ya se han hecho en las sociedades del Norte, como el atascar las ciudades con autos, por ejemplo. Pero algunas de ellas aquí en el Norte se están superando también desde las nuevas generaciones, como en la división del trabajo entre hombres y mujeres. Ahora, en las generaciones de la mía para abajo, el compartir las tareas del cuidado no solamente en la pareja sino más allá de la pareja, tal vez en el edificio, en la comunidad que se pueda generar en un espacio reducido de convivencia, ya se ha vuelto más normal.
Eso también es otro elemento importante, el construir comunidad contra la individualización forzada, tanto en el campo como en la ciudad. No me refiero a la comunidad entendida como el pequeño pueblo campesino, ancestral, fijado en el tiempo, sino a comunidades políticas en movimiento, que incorporan sus tareas de cuidado como unas tareas colectivas y entonces reorganizan la vida alrededor de lo que reproduce la vida, y no alrededor de lo que demandan el mercado o el capital. Y creo que habría que visibilizar todos los esfuerzos que ya se están haciendo en este sentido, donde la gente vive relativamente bien, tanto en el Norte como en el Sur. En el Sur en parte serán comunidades ancestrales, pero también hay otras de nueva creación, mientras en el Norte suelen ser recientemente constituidas. Se trata de cambiar un pensamiento único y mirar las cosas que existen, no hay que inventar todo de cero.
Por ejemplo, existe una visión de que los barrios periféricos urbanos son un infierno, en el Sur global sobre todo. Pero si vas a mirar desde más cerca, hay muchas lógicas ahí que son absolutamente anticapitalistas, la de no trabajar, la de dar prioridad a la fiesta, la de intercambios no mediados por la lógica del dinero... Tal vez no es el modelo, de todas maneras no hay ningún modelo y no debería haber, eso es muy importante recalcar. No vamos a tener, después del socialismo del siglo XX, una nueva receta única en la que vamos a inscribirnos todos y seguirla, sino más bien se trata de permitir esa diversidad de las alternativas, para que desde cada cultura y contexto puedan construirse, desde la gente que está involucrada en ellas. Los buenos vivires en plural.
También tenemos que generar una cultura de alternativas que nos permite errar, equivocarnos, aprender de los errores. Estos espacios de experimentación social donde decimos bueno vamos a intentar eso, no funciona, vamos a intentar otra cosa, pero en cohesión y sin competir, según el principio de cooperación y no de competencia. Un libro que se llama “The future of development” 11/ afirma que el porcentaje de la población mundial realmente inserta en los circuitos del mercado globalizado neoliberal es apenas la mitad, y que el resto todavía está en lo que llamaríamos los márgenes. Eso da esperanzas, también quiere decir que la mitad de la población mundial está en otra cosa, más allá del modelo dominante, entonces deberíamos empezar a mirar por ahí.
FG: Muy bien, muchas gracias.
Transcripción realizada por Alejandra Guacarán (Master LLCER – Universidad Grenoble-Alpes), revisión, corrección y actualización por FG, EL y ML.
1/ Se puede consultar parte de las comunicaciones y ver los videos de las conferencias magistrales de Pierre Salama, Miriam Lang y Edgardo Lander aquí: https://progresismos.sciencesconf.org.
2/ www.rosalux.org.ec.
3/ https://www.tni.org.
4/ Ver: Álvaro García Linera, “Conferencia Magistral en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana” Quito, Ecuador, 2015: https://www.youtube.com/watch?v=DeZ7xtBJT8U.
5/ Ver: Miriam Lang y Dunia Mokrani (comp.), Más allá del desarrollo, Fundación Rosa Luxemburg/Abya Yala, Quito, 2012, www.rosalux.org.mx/docs/Mas_alla_del_desarrollo.pdf.
6/ Edgardo Lander, La implosión de la Venezuela rentista, TNI, 2016, https://www.tni.org/es/publicacion/la-implosion-de-la-venezuela-rentista.
7/ http://llamadointernacionalvenezuela.blogspot.fr/2017/05/llamado-internacional-urgente-detener_30.html
8/ www.resumenlatinoamericano.org/2017/06/01/la-red-de-intelectuales-redh-responde-a-una-declaracion-en-la-que-se-ataca-al-proceso-bolivariano-de-venezuela/.
9/ Para un primer balance sobre la crisis Venezolana, desde opiniones plurales, ver: Daniel Chávez, Hernán Ouviña y Mabel Thwaites Rey (comp.), Venezuela: Lecturas urgentes desde el Sur, CLACSO, 2017, www.biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/.../Venezuela_Lecturas_Sur.pdf.
10/  http://cecosesola.net.
11/ Gustavo Esteva, Salvatore Babones, and Philipp Babcicky, The Future of Development: A Radical Manifesto, Policy Press, Bristol, 2013.
Fuente original: http://vientosur.info/spip.php?article13417
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