domingo, 5 de agosto de 2018

Reunión secreta de las grandes potencias en Ginebra para frenar a Trump


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

kaosenlared.net

Reunión secreta de las grandes potencias en Ginebra para frenar a Trump


Por Kaos. Internacional
Las cinco potencias que quedarían más afectadas por los posibles aranceles del 25% sobre la importación de automóviles con los que Washington amenaza se reunieron ayer ‘en secreto’ en Ginebra para abordar la cuestión, según el diario suizo Tribune de Genève: la Unión Europea, Canadá, México, Japón y Corea del Sur.
El mundo está cansado de la guerra comercial que ha iniciado el presidente estadounidense, Donald Trump. Las cinco potencias que quedarían más afectadas por los posibles aranceles del 25% sobre la importación de automóviles con los que Washington amenaza se reunieron ayer ‘en secreto’ en Ginebra para abordar la cuestión, según el diario suizo Tribune de Genève: la Unión EuropeaCanadáMéxicoJapón y Corea del Sur.
El periódico informa de que el director general de Comercio de la UE, Jean-Luc Demarty, el viceministro canadiense de Comercio Internacional, Timothy Sargent, su homólogo japonés en Asuntos Exteriores, Kazuyuki Yamazaki y el subsecretario de Estado mexicano de Comercio Exterior, Juan Carlos Baker se vieron el miércoles en un ‘lugar secreto’ de la ciudad de Ginebra. Junto a un representante coreano desconocido, los países productores de automóviles decidieron el miércoles “compartir puntos de vista sobre eventuales medidas a tomar”, habría dicho Baker al final de la reunión según Tribune de Genève.
Lógicamente, nadie invitó a ningún representante de Estados Unidos a la reunión, pero todos los actores de esta alianza circunstancial aún quieren creer que es posible llegar a un acuerdo para evitar los aranceles al automóvil, por lo que domina la cautela, según añade el diario. Aun así, están “preparados para el peor escenario”, según una fuente surcoreana consultada por el periódico suizo. Por ello, todavía no han decidido tomar ninguna medida concreta, aunque se abordaron diferentes opciones como una denuncia conjunta contra Washington antre la Organización Mundial del Comercio (OMC) e incluso represalias comunes contra el país americano, recoge el medio que ha publicado la noticia.
Entonces, oficialmente nadie habla de una ‘cumbre antiestadounidense’, pues solo son conversaciones sobre asuntos vinculados al libre comercio en las que el director general de la OMC, el brasileño Roberto Azevêdo, también habría participado. Incluso así, Tribune de Genève ha considerado la reunión como una “cumbre de crisis” ante el nerviosismo generalizado en el sector del automóvil frente a los aranceles, que el presidente ya anunció hace un tiempo en Twitter.
Pese a la tregua alcanzada entre Trump y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, las potencias mundiales tienen miedo de las acciones que pueda emprender Washington en un futuro. Según el periódico, los asistentes a esta reunión han estado pendientes de si el presidente estadounidense activaba la ‘sección 232’ de la Constitución del país, que permite cerrar las fronteras si la seguridad nacional está en peligro.
Trump ya autorizó mediante la ‘sección 232’ los aranceles a las importaciones de acero y aluminio. Además, el pasado 26 de julio, frente a la tregua entre Estados Unidos y la UE, el secretario de Comercio americano, Wilbur Ross, dijo que continuarían con su “investigación sobre si las importaciones representan una amenaza para la seguridad nacional”. Es decir, las potencias de esta reunión secreta no descartan que haya cambios y solo pueden esperar, según publica el diario suizo.
Entonces, es ‘normal’ que los países fabricantes de automóviles tengan miedo. En 2015, los diez estados europeos punteros en la producción de coches exportaron más de 57.000 millones de euros de dólares a Estados Unidos. Las consecuencias pueden ser muy graves para la Unión Europea.
El tema no acaba en los aranceles, pues existen otras circunstancias que también ponen nerviosos a los fabricantes de automóviles: la guerra comercial entre Washington y Pekín, el Brexit, las homologaciones, los controles de emisiones, la crisis del diésel… Grandes compañías como General Motors Ford ya han notado los efectos y han rebajado sus objetivos. La alemana Daimler o la franconipona Nissan han rebajado ganancias y han perdido volumen de negocio. Harley-Davidson, que aunque no fabrique coches sí que produce motos, anunció que sacaría parte de su producción de Estados Unidos. Son muchos los contratiempos que hoy tienen ‘saturado’ al sector.
Enlace con la noticia

Venezuela: ante los sucesos del acto del 81º aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

kaosenlared.net

Venezuela: ante los sucesos del acto del 81º aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana


Por UST - Venezuela
Aún los hechos son muy recientes para formarnos una idea independiente de los hechos que el Gobierno ha calificado de “atentado terrorista e intento de asesinato” al Presidente de la República.
Por UST – Venezuela
Ello nos obliga a ser muy cuidadosos al pronunciarnos ante los hechos.
En caso de ser cierto el hecho, debemos decir que estamos en contra de utilizar la violencia individual y cualquier acción que no sea de la voluntad de los trabajadores para resolver la crisis que nos aqueja y salir del Gobierno de Maduro.
La salida a la crisis, seguimos opinando, pasa por salir del Gobierno de Maduro. Sin embargo, su salida debe ser por decisión democrática del pueblo trabajador, para instaurar un Gobierno de los trabajadores y el pueblo, basado en sus organizaciones democráticas, independientes y luchadoras.
Estos hechos sólo favorecen al Gobierno, quien los utilizará como excusa para aumentar la razzia represiva y criminalizar la protesta, precisamente cuando más y más sectores de trabajadores se suman a la lucha por salario digno, por condiciones de trabajo dignas, lo cual apunta al responsable común de tanto desastre: el Gobierno.
Aunque no negamos la posibilidad de la existencia de sectas disociadas y desesperadas por una drástica y abrupta solución, ningún sector de oposición en su sano juicio le haría el favor al Gobierno de presentar le la excusa para recrudecer la represión selectiva y restringir las libertades democráticas,  entre ellas el derecho de opinión, de organización, de reunión y manifestación.
Aun cuando el supuesto atentado hubiera tenido éxito, ello no hubiera terminado con el Gobierno, que hubiera cerrado filas con Delcy Rodríguez y Diosdado Cabello.
Lea también  CSP-Conlutas va a Roraima a prestar solidaridad a los refugiados y migrantes venezolanos
Hacemos un llamado a los trabajadores a estar atentos y no decaer en la lucha por mejores condiciones de vida para nuestras familias.
Venezuela: ante los sucesos ante el acto del 81º aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana

El necesario reparto: cinco países dominan la pesca mundial


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

kaosenlared.net

El necesario reparto: cinco países dominan la pesca mundial


Por Javier F. Ferrero
España, China, Taiwán, Japón y Corea del Sur acapara la pesca industrial, tanto en zonas de alta mar como en las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) de naciones más pobres.
Según un informe publicado por la revista “Science Advances”, los países ricos han aumentado el dominio de la pesca en los últimos años. España, China, Taiwán, Japón y Corea del Sur acapara la pesca industrial, tanto en zonas de alta mar como en las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) de naciones más pobres.
El fortalecimiento de la demanda y los precios más elevados incrementaron el valor de las exportaciones mundiales de pescado en 2017 a 152000 millones de dolares, de las que un 54 % procedía de países en desarrollo.
En 2016, el 86 % de las capturas por pesca industrial fue realizada por los grandes barcos de los cinco países dominantes y el 78 % de las capturas de pesca industrial se produce en las aguas nacionales de países de ingresos bajos.
David Tickler, del Laboratorio del Futuro de la Marina de la Universidad de Western Australia, señala que desde 1950 se duplicó la distancia recorrida por los barcos de las flotas de España, Taiwán, Corea del Sur y China, con una media de 3.000 kilómetros desde sus puertos. Pasaron de recorrer 2.000 kilómetros en 1950 a 4.000 en 2014, mientras que las naciones de la antigua URSS redujeron sus viajes tras la desintegración soviética y pasaron de pescar en Argentina, Uruguay o Brasil a hacerlo en el noreste atlántico, Europa y el Pacífico occidental.
En los años cincuenta se capturaban 25 toneladas de pescado por cada 1.000 kilómetros recorridos, en 2014 eran solo 7 toneladas, un dato que demuestra la amenaza contra la sostenibilidad bioeconómica de la pesca.
Un aumento imparable del consumo de pescado
Entre 1961 y 2016, el aumento anual medio del consumo mundial de pescado comestible (3,2 %) superó al crecimiento de la población (1,6%) y también al de la carne procedente de todos los animales terrestres juntos (2,8 %). En términos per capita, el consumo de pescado comestible aumentó de 9,0 kg en 1961 a 20,2 kg en 2015, a una tasa media de aproximadamente un 1,5% al año.
El estado de los recursos pesqueros marinos, según el seguimiento realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de las poblaciones de peces marinos evaluadas, ha seguido empeorando. Las capturas combinadas de atún y especies afines se estabilizaron en alrededor de 7,5 millones de toneladas tras alcanzar un máximo histórico en 2014. Tras cinco años de un crecimiento continuo, que comenzó en 2010, las capturas de cefalópodos se estabilizaron en 2015, pero cayeron en 2016 cuando las de las tres especies principales de calamares registraron una pérdida combinada de 1,2 millones de toneladas. La producción de la pesca de captura y otros grupos de moluscos comenzó a descender mucho antes: las ostras a principios de la década de 1980; las almejas a finales de la década de 1980; los mejillones al comienzo de la década de 1990 y los peines en 2012.
La proporción de las poblaciones de peces marinos explotadas a un nivel biológicamente sostenible ha mostrado una tendencia descendente, del 90,0% en 1974 al 66,9 % en 2015. En cambio, el porcentaje de poblaciones explotadas a niveles biológicamente insostenibles se incrementaron del 10% en 1974 al 33,1% en 2015, y los mayores incrementos se registraron a finales de los años 70 y los 80. En 2015, las poblaciones explotadas a un nivel de sostenibilidad máximo representaban el 59,9 % y las especies subexplotadas, el 7,0 %.
Los niveles más altos de capturas insostenibles, según el informe, están en el Mediterráno, el mar Negro y los dos océanos de Suramérica. Las zonas con mejores prácticas de pesca están repartidas por el resto del océano Pacífico.
Pescado desperdiciado
Según alerta el último informe sobre El Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura que publicado por la FAO, un 27 % de todo el pescado que se captura en el mundo termina perdiéndose o desperdiciándose en el trayecto que va desde el desembarco hasta el plato del consumidor, fruto de la suciedad, los malos sistemas de refrigeración o la falta de instalaciones adecuadas. La cifra aumenta hasta el 35% si se tienen en cuenta los descartes que se hacen antes de llegar a puerto,  Esto quiere decir que más de un tercio de los peces que se pescan en el mundo acaban en la basura.
Un cuarto de estas pérdidas se da por descartes o capturas indeseadas”, afirmó Manuel Barange, uno de los investigadores de la FAO. “En todo el mundo, las pérdidas de pescado posteriores a la captura son motivo de gran preocupación y se producen en la mayoría de las cadenas de distribución de pescado”, señala la FAO.
El necesario reparto
El rápido aumento del comercio internacional de pescado y productos pesqueros durante los últimos decenios se ha producido en el contexto de un proceso de globalización más amplio, una
transformación a gran escala de la economía mundial impulsada por la liberalización del comercio y los avances tecnológicos, dejando atrás a los países en desarrollo y haciendo, de nuevo, que lo países más ricos sean los que ganan dinero gracias al pescado de los países más pobres.
Dejando a un lado la economía y el injusto reparto, los expertos resaltan que los productos del mar aportan otros nutrientes importantes para la salud humana, más allá de las proteínas. Unas 845 millones de personas están actualmente en riesgo de experimentar deficiencias de micronutrientes esenciales, incluido el zinc, el hierro y la vitamina A, un número que se espera que aumente si disminuye, como se prevé, el potencial de pesca y el suministro per cápita de pescado para 2050. En poblaciones de bajos ingresos, que dependen mucho de un reducido número de alimentos
básicos densos en calorías, el pescado puede representar un medio muy necesario de diversificación nutricional, relativamente barato y disponible en el plano local, de aquí la importancia de un reparto justo de la pesca.
En 2015, en Bangladesh, Camboya, Gambia, Ghana, Indonesia, Sierra Leona, Sri Lanka y algunos pequeños Estados insulares en desarrollo el pescado contribuyó al 50 % o más del total de la ingesta de proteínas de origen animal, según el citado estudio de la FAO.
“Nadie desea que un mar tan cercano a muchos de nosotros deje de proporcionar alimento y empleo a quienes dependen de él. Es un escándalo que debería desencadenar acciones políticas inmediatas”, ha señalado Lasse Gustavsson, director de Oceana Europa.
El Mediterráneo necesita restringir el arrastre de fondo, preservar zonas de cría y hábitats sensibles, y establecer límites de capturas anuales según las recomendaciones científicas”, sentencia Gustavsson.
Las Naciones Unidas ha afirmado su compromiso de basar la aplicación de la Agenda 2030 en la igualdad y la no discriminación. En la pesca y la acuicultura, el compromiso de no dejar a nadie atrás requiere centrar la actuación y la cooperación en esfuerzos que ayuden a lograr las principales ambiciones de la Agenda 2030 en beneficio de todos los pescadores, sus familias y sus comunidades.
El cumplimiento de este objetivo constituye una responsabilidad colectiva de todos los países y todos los actores. Lograrlo dependerá de la colaboración entre sectores y disciplinas, la cooperación internacional y la rendición de cuentas mutua; esto requiere un enfoque de solución de problemas, de financiación y de formulación de políticas exhaustivo, basado en datos objetivos y participativo.
Enlace con el artículo

¿Cuál regulación de precios Maduro?

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

kaosenlared.net

¿Cuál regulación de precios Maduro?


Por Rubén Alexis Hernández
Semanas atrás el Gobierno dizque revolucionario y “socialista” de Nicolás Maduro, en otra clara muestra de demagogia, populismo y burla a los pobres de Venezuela, prometió una regulación de precio, regulación o control de precios que por supuesto no se cumplió ni se cumplirá.
Semanas atrás el Gobierno dizque revolucionario y “socialista” de Nicolás Maduro, en otra clara muestra de demagogia, populismo y burla a los pobres de Venezuela, prometió una regulación de precios en vista de la especulación tan espantosa que azota con todo el bolsillo de millones de ciudadanos en el país suramericano. Regulación o control de precios que por supuesto no se cumplió ni se cumplirá, en primer lugar porque las consecuencias de la grave crisis económica que afecta a Venezuela, no podían desde la óptica del Estado burgués, recaer sobre  la gran empresa e industria, sino sobre los asalariados y resto de las masas empobrecidas, y en segundo lugar porque obviamente una medida brutal como la liberación indiscriminada de precios que se ha venido dando desde hace algunos años, tiene su origen nada más y nada menos que en el mismo Gobierno que ahora sí promete regular los precios.
Entonces, ¿Cuáles son los rubros que piensa regular señor Maduro, en medio de la notable crisis que tiene en la pobreza y miseria a millones de venezolanos?, ¿cómo creerle a una administración que es claramente procapitalista, rendida al gran capital nacional y foráneo tratando de solventar la problemática de la gigantesca deuda externa,  de la insuficiencia de  reservas internacionales y del descenso progresivo del PIB? Demagogos y populistas a más no poder todos esos altos funcionarios gubernamentales, y lo peor es que día tras día se burlan en la cara de los hambrientos de Venezuela, y mienten casi sonriendo. Sonrisa que en realidad se debe a que ellos no están sufriendo en lo más mínimo las penurias que el grueso de los venezolanos pasamos, empezando por lo complicado que ya resulta alimentarse decentemente (en cantidad y en calidad).
A estas alturas ya debe quedar bien claro que el Gobierno “·socialista”,  la “oposición” de derecha (MUD y similares),  y los delincuentes disfrazados de empresarios son los enemigos de los pobres en Venezuela, y por más declaraciones optimistas que hagan sus voceros, no podemos creerles y más bien deberíamos enfrentarlos con firmeza en diversos escenarios. ¿Acaso seguiremos los oprimidos esperando a que los opresores nos “ayuden”?, ¿Hasta cuándo seguiremos creyendo en pajaritos preñados?

La América Latina eurocéntrica: El caso de Uruguay


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

kaosenlared.net

La América Latina eurocéntrica: El caso de Uruguay


Por Martín Delgado Cultelli
Como perteneciente a un pueblo originario, a la Nación Charrúa, y activista por el reconocimiento de los derechos de las poblaciones racializadas, me indigno mucho ver como el relato más nefasto del Uruguay se reactualiza en pleno siglo XXI.
Hace poco vi un vídeo en Youtube sobre mi país, Uruguay. Dicho video era de una página española sobre geopolítica. Me sorprendió ver que dicho vídeo era una versión actualizada del viejo discurso de “La Suiza de América”. La “Suiza de América” es la idea de excelencia y excepcionalidad uruguaya basada en el supuesto de que el país tiene población mayoritariamente blanca, una democracia liberal estable y estabilidad política. Estos rasgos son los que marcarían la supuesta superioridad del país en comparación con el resto de América Latina. Este relato auto-complaciente, racista y clase-mediero del Uruguay viene de los principios del siglo XX. Como perteneciente a un pueblo originario, a la Nación Charrúa, y activista por el reconocimiento de los derechos de las poblaciones racializadas, me indigno mucho ver como el relato más nefasto del Uruguay se reactualiza en pleno siglo XXI. Esto me obliga a dar una serie de interpretaciones sobre lo que es la pequeña República del Cono Sur de Sudamérica.
El vídeo producido por los españoles hablaba de que el éxito del pequeño país Sudamericano era que no tenía población indígena, que la mayoría eran descendientes de españoles e italianos, tener estabilidad política (garantizada por el partido de gobierno, la coalición centro-izquierdista Frente Amplio) y que no rompió con el modelo neoliberal de las Zonas Francas. Osea, haber logrado el equilibrio entre políticas sociales de corte izquierdista y mantener una matriz económica neoliberal globalizante. Esto mismo se decía del Uruguay entre 1910 y 1955. El único país Latinoamericano que se igualaba a Europa por el hecho de haber “exterminado” a su población indígena, tener poca población afro y captar grandes contingentes de migrantes de Europa. Dicho relato tiene basa en la supuesta “superioridad racial” de las poblaciones europeas (y por lo tanto del Uruguay) en contraste con las “ignorantes” y “atrasadas” poblaciones mestizas, indígenas y afros del resto del continente. Esta limpieza étnica garantizaba el éxito de la democracia liberal uruguaya así como su estabilidad económica basada en la exportación de productos alimenticios a los países europeos beligerantes.
En dicho relato se oculta, el proceso sangriento de conformación de esa supuesta utopía liberal. A diferencia de otras regiones latinoamericanas, como México o Perú, en la región que actualmente conforma al Uruguay, no habían ni metales preciosos, ni sociedades estatales indígenas. Nuestros ancestros eran pampeanos nómadascentrados en la caza y la recolección. Más similares a los pueblos de la Llanuras Centrales de Estados Unidos que a los de los Andes. Esta realidad provocó que tras unos primeros intentos desafortunados los colonizadores europeos desistieron de la conquista de nuestro territorio. Entre 1611 y 1680, los únicos europeos que se adentraban a nuestro territorio, eran los misioneros jesuitas y franciscanos con la intención de evangelizarnos. Sin embargo a partir de 1680, con la política expansionista de Portugal, comienza una disputa inter-imperialista que determinara la colonización de nuestra región. El Imperio Español se propuso consolidar sus dominios en nuestra región para frenar a los portugueses. Es así que en nuestra región se empieza a desarrollar una política de colonización muy distinta a la del resto de América Latina. Se desarrolla una política de colonialismo de colonos o colonialismo de poblamiento. Esto significa asentar familias de origen español para que la misma gente defienda el territorio. Es así que se empiezan a fundar poblados y se empiezan a repartir tierras entre los colonos europeos. Es aquí donde nace la matriz estructural del capitalismo y la sociedad uruguaya. Dichos colonos-soldados-terratenientes iban a defender las tierras hispanas tanto de los portugueses como de nosotros, los indígenas. Al mismo tiempo van a producir productos agrícolas bajo lógicas de rentabilidad capitalista y de exportación a los grandes centros de consumo global. La combinación entre blanquitud, usos de la tierra de forma capitalista y agro-exportación serán las bases del sistema dominante.
A pesar de algunas experiencias de reforma agraria que incluía a poblaciones indígenas y afros durante las guerras de independencia, finalmente los sectores que construyen al Estado uruguayo serán las facciones conservadoras de los independentistas. Las élites que construyeron al Estado Nacional del Uruguay rápidamente establecieron nuevos lazos de dependencia económica pero con los dos imperios más importantes del momento, Inglaterra y Francia. Dichas élites se proponen construir una “Nueva Europa”. Lo que significa desarrollar un proceso de sustitución étnica de la población nacional. En el periodo de 1830 un 1835 comienza dicha política dirigida por el “Grupo de los Cinco Hermanos” (se llamaban así por haberse casado todos con las hermanas Obes) compuesto por Lucas Obes, Nicolas Herrera, José Longinos Ellauri, Santiago Vázquez, Julián Álvarez y Juan Andrés Gelly, además del sanguinario Brigadier General Frutuoso Rivera. Estos personajes desarrollaron en este periodo el Genocidio Charrúa. Una serie de matanzas y deportaciones cuyo hito fue la Matanza de Salsipuedes en 1831 y que simbolizó el ocaso de mi pueblo. También en este periodo es que se reparten las tierras que hasta hacía poco tiempo ocupaban mis antepasados. Los agraciados con tierras por el gobierno fueron algunos militares, brasileños, ingleses y vascos. Es que esa era la otra cara de la política de limpieza étnica. La incorporación de contingentes de inmigrantes principalmente provenientes del País Vasco, de Cerdeña y de Gran Bretaña.
Esta política de consolidación de la propiedad privada rural se truncó debido a las disputas políticas. El Partido Colorados (defensores de un Estado Centralista y afines al liberalismo comercial, representaban a la burguesía comercial montevideana) y el Partido Nacional (federalistas, nacionalistas y representantes de la oligarquía rural) se enfrentaron en continuas guerras civiles desde 1838 un 1875. En la década de 1860, debido a la Guerra de Secesión norteamericana y a la rebelión de los cipayos en la India, Inglaterra pierde sus núcleos de abastecimiento de algodón para su industria. Es así que Inglaterra propicia en Uruguay, Argentina y Australia el desarrollo de la industria lanar de alta calidad para abastecen a la industria textil británica. Este proceso se conoce como la “Revolución del Lanar” (Borges, L. 2013. Sangre y Barro. Ediciones de la Plaza. Montevideo). La riqueza económica propiciada por la Revolución del Lanar fortaleció los vínculos entre la oligarquía rural y la burguesía comercial. Ambos fortalecieron la idea de la necesidad de que el Estado central acabará con las rebeliones regionales.
A esto se le agrega el fortalecimiento militar del ejército nacional tras participar en la Guerra de la Triple Alianza o Guerra del Paraguay (en donde Brasil, Argentina y Uruguay se unieron, por influencia británica, para enfrentar a Paraguay, masacrando a su pueblo y acabando con la experiencia inusual de dicho país). La guerra imperialista en el Paraguay fortaleció a una élite militar que estaba dispuesta a realizar el trabajo sucio que la burguesía y la oligarquía requerían. Entre 1876 y 1890 se dieron una serie de gobiernos militares que realizaron la “Modernización” del Uruguay. Combatieron las rebeliones regionales, alambraron los campos, realojaron a la población rural en centros urbanos, construyeron el ferrocarril, se impulsó la industria de los frigoríficos y se estableció la educación gratuita y obligatoria, cuyo objetivo era “civilizar” a la población rural. La educación uruguaya está inspirada en el modelo norteamericano de la Carlisle Indian Industrial School. Según palabras del “gran pedagogo” uruguayo José Pedro Varela, el objetivo era “erradicar la herencia indígena” de la sociedad. En este periodo y en las décadas siguientes también fue cuando más inmigrantes europeos llegaron. Ahora no solo del mediterráneo sino también de Europa Central y de Europa del Este.
Después de que las Dictaduras Militares establecieron las bases del sistema, se prosiguió a gobiernos social-demócratas siendo Uruguay vanguardia en muchos derechos sociales en el continente. Eso sí, la social-democracia podía operar siempre y cuando no cuestiones los privilegios militares, de los terratenientes y de la blanquitud. Y siempre que la combinación de crisis política, económica y avance popular se desarrolla, los militar entran en escena imponiendo sus Dictaduras. Así pasó en el periodo de 1929-1933 que llevó a una Dictadura aliada a la Alemania Nazi hasta 1942, cuando por presiones de Estados Unidos se restableció la democracia liberal. Y ni hablar de la experiencia revolucionaria de los 60 que terminó con el Golpe de Estado de 1973 apoyado por los Estados Unidos y su Doctrina de Seguridad Nacional.
Entendiendo el proceso histórico del Uruguay, se puede entender como es que teniendo gobiernos progresistas desde 2005, el tema de los derechos indígenas siga siendo totalmente rezagado. El hecho de tener que realizar un mea culpa sobre las políticas genocidas históricas con nosotros los indígenas y de plantear el tema de la devolución y demarcación territorial son cuestionamientos tan fuertes que hasta la izquierda “progre” le cuesta reconocer. Es así como Uruguay tiene legalizada la marihuana, hay casamiento gay y el aborto es legal pero no se ha ratificado el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales.
Actualmente el tema de la diversidad cultural y el combate al racismo es cada vez más relevante en el país. Esto se debe en gran parte a la presencia cada vez más grande de migrantes latinoamericanos (peruanos, paraguayos, colombianos, venezolanos, dominicanos, cubanos, salvadoreños, mexicanos), África (Senegaleses, nigerianos, Benineses, congoleños y angoleños) y de Medio Oriente (sirios, egipcios y kurdos). Sin embargo para entender las causas del racismo uruguayo hay que entender también las formas históricas en las que la sociedad dominantes ha tratado a los charrúas y a la población afro-uruguaya. Y para realizar un proceso realmente emancipador, la izquierda debe descolonizarse y empezar a cuestionar sus matrices eurocéntricas.
.
https://anticonquista.com/es/2018/07/18/la-america-latina-eurocentrica-el-caso-de-uruguay/

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx


Colonialismo, genocidio ambiental y luchas comunitarias


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

rebelion.org

 Colonialismo, genocidio ambiental y luchas comunitarias

 

 


Dicen que mi generación fue de las pocas en disfrutar un poco de prosperidad en la comarca de Guayama y el sureste de Puerto Rico en el siglo XX. Algo de verdad quizás tiene la aseveración. Entre 1955 y 1972, Guayama y los pueblos del sur disfrutaron de una aparente primavera económica, resultante de la llegada del gran capital industrial moderno a Puerto Rico. Una de las industrias más importantes, para el desarrollo de mi generación, fue la Univis Corporation, que fabricaba lentes básicos en Guayama y los exportaba al mercado estadounidense. La fábrica Univis estaba en la salida hacia el pueblo costero de Salinas y, al menos hasta fines de la década de los sesenta, parecía inamovible. Al otro lado del pueblo, saliendo para Arroyo estaban las plantas textiles, incluyendo las fábricas conocidas como la Americana y Angela Corporation. La verdadera gran inversión de capital industrial, sin embargo, ocurrió en las afueras de Guayama, en el área de la laguna de Jobos y Pozuelo. Nos referimos a la llegada de la Phillips Corporation y el inicio de la fase de predominio de las industrias químicas y petroquímicas transnacionales en el sureste. El cultivo de caña vendría a ser un fenómeno del pasado, y pronto las centrales de la región dejarían de funcionar.
A pesar de la rápida transición de la agricultura a la gran industria, mi generación sintió que muy poco cambiaba en este pueblo en que, al decir de Luis Palés Matos, la gente se moría de hacer nada. La lentitud de la vida social era algo asfixiante. Guayama, con o sin la Phillips, seguía siendo Guayama. Al menos, así se sentía. Todo alrededor nuestro tendía hacia la inercia y nuestras vidas se consumían en una especie de maleficio que nos condenaba a movernos circularmente. De hecho, así era que la juventud efectuaba los recorridos de coqueteo en la plaza de recreo, durante las fiestas patronales; en un círculo perfecto en contra del reloj.
Algunos comentaristas leen apresuradamente a Palés, y le atribuyen la inercia cultural de Guayama solo a la hispanofilia de las clases dominantes. Nuestro poeta, sin embargo, era un mago de las imágenes líricas. Él sabía, por ejemplo, que la lentitud del tiempo en el sureste de Puerto Rico ya estaba allí mucho antes de la colonización. Por eso, no es recomendable leer el poema Pueblo, sin antes leer Topografía. Entre uno y otro hay una conexión de causalidad.
El sureste
Aceptemos, de entrada, que el sureste de Puerto Rico, toda esa región que va de Salinas a Patillas, es un área de contrastes extremos y magníficos. En la costa predomina la aridez y la marisma seca, al menos exteriormente. En las lomas, y de manera muy selectiva, hay zonas que parecen bosques tropicales. Este es el caso de la ladera sur de los montes de Carite, así como de las elevaciones de Guamaní y del curso del río Patillas, desde la poza de la curva hasta el lago.
En 1898, apenas ocurrida la invasión militar, el geólogo y explorador estadounidense Robert Hill visitó la región del sureste de Puerto Rico. Buscaba minerales para la explotación por las compañías de su país. A su alrededor, solo vio un paisaje de terrenos secos, árboles de cactus, arenas y pedregales. Dotado de un poder de observación sin par, no le tomó más de un minuto en rendir juicio sobre lo que vio: «Aquí no hay minerales, pero sobra el agua subterránea; bastaría con hundir un palo en la tierra para comprobarlo». Originario de Texas, y famoso por haber descubierto los grandes acuíferos del sur de Estados Unidos, Hill sintió una experiencia de deja-vu. Estaba, a su juicio, encima de un gran acuífero, con un potencial enorme para la agricultura. Efectivamente, en 1898 Hill detectó uno de los depósitos más importantes de lo que hoy se conoce hidrológicamente como la Gran Provincia de Sur. Parte integral de los valles de acuíferos de la costa de Puerto Rico, la Gran Provincia del Sur incluye los acuíferos aluviales de Salinas, Guayama y Patillas; en conjunto, una de las acumulaciones de agua subterránea más importantes y fantásticas del Caribe.
El geólogo imperialista Hill, sin embargo, estaba más interesado en la mineralogía que en la agricultura. Por eso, no hizo muchos comentarios sobre el potencial de cultivo de caña en la región. Para él, los terrenos del sureste, descritos por muchos como áridos y estériles, eran, ante todo, ricos en humedad subterránea. Cualquier uso agrícola, por lo tanto, era posible mediante la extracción de agua de los depósitos aluviales bajo tierra. La aridez superficial, aunque visible, no era un problema insalvable. ¿No era acaso eso lo que él había recomendado para las grandes fincas de cultivo y ganado en Texas, o sea, extraer agua del subsuelo? La cuestión se reducía, pues, a qué era más costoso: sacar el agua mediante pozos modernos o crear un sistema de riego, que captara el agua de los caudalosos ríos de las montañas. Lo primero implicaba una inversión significativa de capital en maquinaria y equipo; lo segundo, se podía obtener gratuitamente del gobierno colonial. El riego, entonces, no era un requisito absoluto para la agricultura en la zona sureste, ni siquiera para la caña.
A pesar del contraste entre los llanos áridos del sureste y las montañas lluviosas del centro de la isla, la existencia de grandes acuíferos en las llanuras fue el producto magnífico de una armonía hidrogeológica que tomó millones de años en constituirse. De hecho, el mismo Hill, uno de los precursores de la geología moderna en el Golfo de México y la Cuenca del Caribe, quedó infatuado con el caso de Puerto Rico. Para algunos científicos de la época, las Antillas Mayores, incluyendo nuestro país, representaban la Atlantis perdida de la mitología griega. Hill estudió la composición de las rocas en las distintas islas y dio base científica a sus teorías. Como un Da Vinci de la geología, sus descripciones del Caribe no están exentas de valor literario. Las Antillas Mayores, puntualizó en sus artículos para la revista National Geographic, semejaban una canoa invertida. 
Puerto Rico, añadió Hill, aunque hija de la misma madre que tuvo Cuba, o sea, de las revoluciones volcánicas del Caribe, se destacaba entre las Antillas Mayores por su vegetación exuberante y la variedad de paisajes. De hecho, en su opinión, Cuba tenía un aspecto geológicamente continental maduro. Puerto Rico, no; aquí todo parecía nuevo y acabado de brotar del mar. La isla, en sus palabras, era un microcosmos utópico, que deleitaba al visitante por la armonía de contrastes extremos, como si fuera una pintura alocada. De un lado, estaban las costas, excepcionalmente lineales y faltas de cayos; del otro, el paisaje general de la isla, marcado por cadenas de elevadas montañas de semblantes dentados y categóricos. La discordancia mayor, por supuesto, la daba el clima: húmedo en el norte, seco en el sur. El agua, sin embargo, no escaseaba en ningún rincón de esta diminuta isla de 35 millas de ancho por 100 de largo. Las serradas montañas del centro de la isla, con sus suelos arcillosos, apenas lograban retener el agua de lluvia que recibían gracias a los vientos alisios. Sin embargo, las copiosas precipitaciones no tardaban en llegar, mediante un enjambre alucinador de ríos, a las costas y sus múltiples depósitos de calizas porosas absorbentes de humedad. Ahí se almacenaron por miles y miles de años. En realidad, se trataba de depósitos subterráneos geológicamente jóvenes, formados tan solo uno o dos millones de años atrás. Puerto Rico era, para Hill, expresión de la unión armoniosa de lo viejo y lo nuevo: montañas volcánicas y costas jóvenes. El agua que él notó tímidamente asomándose bajo la marisma seca del sureste se originaba efectivamente en las montañas. Los mismos terrenos esponjosos de la costa no eran sino el resultado de la acumulación milenaria de grava, piedras y otros materiales que habían llegado de las montañas por efecto de la erosión. Y si arriba no retenían el agua, abajo la acumulaban. Hacía falta una verdadera visión de conjunto, para comprender la perfecta armonía escondida tras los extremos de climas, paisajes, topografía y geología de la isla. Una armonía hidrogeológica de millones de años. Quizás sea ese, digo yo, el verdadero origen de la lentitud con que discurre el tiempo en el sureste de Puerto Rico.
Hoy, gracias a la ciencia moderna, sabemos que lo que Hill llamó “agua siempre accesible a un metro bajo la superficie” no era más que uno de los muchos valles de acuíferos del sureste de la isla. Debido a la armonía con la lluvia en los montes, el agua sobraba en ellos. Por miles y miles de años, la fuente de recarga principal de los depósitos de agua subterránea en el sureste había sido el agua montañosa que llegaba por la acción de los ríos y la fuerza de gravedad. No en balde no había lagos superficiales. La isla los llevaba por dentro en sus costas.
Naturalmente, el sureste no es el único lugar que muestra este tipo de formación hidrogeológica en Puerto Rico. Hay algunas en la costa del norte, y bien grandes. Sin embargo, aquí, en la tierra inhóspita de Palés, el asunto reviste un aspecto de magia. Debido a la altura y localización algo desplazada al sur de la Cordillera Central, el sureste de Puerto Rico está aislado del efecto humidificador de los Vientos Alisios, con sus ráfagas que soplan del noreste. En la ladera de la isla a barlovento, o sea, de cara a los vientos húmedos del noreste, ocurre lo que los geógrafos llaman lluvia orográfica: la humedad sube, se enfría y se condensa en los topes de las montañas. Por ello, abundan los aguaceros a barlovento. Con una diligencia insuperable, los vastos y anchos ríos del norte de Puerto Rico se encargan de distribuir el agua fresca de lluvia equitativamente por toda esa zona. Son un sistema de riego natural. Al sur, sin embargo, lo único que llega son vientos secos y calientes. Algunos se originan en el mar Caribe, siempre cargado de energía y calor; otros, resultan de las ráfagas del norte que remontan la Cordillera Central y, ya vacías de humedad, descienden por la ladera a sotavento, calentándose aún más. Calor si bogas, calor si no bogas. Todo por el asunto del sotavento.
Para que no falte dramatismo, los ríos del sur son cortos y pronunciados, debido a las pendientes extremas. En una dinámica hidrológica que la gente bautizó siglos atrás de «alocada», los cauces del sur se desbordan por la mañana y por la tarde se secan. Así, porque sí, sin más razón que aquella de que, como decía La Lupe, «lo que pasó, pasó». El agua baja de las montañas sin anunciarse y, en medio de todo el calor, se llevan en un santiamén lo mismo personas, animales o pueblos enteros. Por eso, hay en nuestra literatura del sur, imágenes de cauces sin ríos y de golpes de agua que ocurren en medio de un día seco y ardiente. Sea como sea, los acuíferos del sureste, con su material geológico poroso, absorben enseguida el agua que viene de los montes. Glup-Glup-Glup. Quiso la naturaleza, además, que, para preservar el agua, todo el manto de piedras, arenas y grava porosa, o sea, el cuerpo permeable del acuífero del sur, descansara sobre una cama de material geológico no poroso. Esponjosidad arriba, absorbiendo el agua; impermeabilidad por abajo, tapando el fondo. Los acuíferos del sureste de la isla no son sino esponjas de retención de agua dulce: Dadme una esponja / y tendré el agua dulce.
En la región sureste de Puerto Rico, contrario a los principios entrópicos de la física moderna, la naturaleza busca la armonía, huirle al desorden. Y ello, siempre en el contexto de extremos geográficos yuxtapuestos. Por eso, dicen los hidrólogos, que hay un fenómeno, no tanto visible como conceptualizable, que se llama el nivel freático de las aguas subterráneas del sureste. Es una medición del punto o nivel de saturación del material poroso, lo que no es sino el cuerpo mismo del acuífero. Si el nivel freático es elevado, hay agua suficiente; si es bajo, necesita recarga. Tomado en su forma más abstracta, el nivel freático es un índice de la relación del acuífero con la totalidad del medio ambiente geográfico que lo rodea, desde las montañas hasta el mar. Si el nivel freático sube, y el agua dulce rebasa la capacidad de retención del material poroso, el exceso del líquido fluye, por la ley de la gravedad, hacia las lagunas y pantanos cercanos al mar. Si por razones naturales o de actividad humana, el nivel freático baja, el agua dulce no puede prevenir la entrada del agua de mar, y se saliniza el acuífero. Es decir, toda ruptura de la armonía hidrológica trae consecuencias. En el primer caso, positivas; en el segundo, negativas. ¡Excéntricos que son nuestros acuíferos!
Resulta, entonces, que a diferencia del gran acuífero Oglalala en las llanuras de Estados Unidos, los del sureste de Puerto Rico no tienen un término final de vida. Son recargables, Su capacidad potencial de almacenaje no varía con los años. Eso, porque tanto la porosidad del material de aluvión, como su espesor, son factores constantes. Lo que puede variar es la recarga, como resultado de la entrada de agua dulce; o la descarga, por la actividad imprudente de extracción.
¡Ay, la ingratitud humana! Habría que rescribir toda la historia de Puerto Rico, para darle a los acuíferos del sureste el crédito que se merecen en la génesis de la dinámica social, cultural y económica de la región. Sin ellos, o sea, sin el agua dulce que estaba “a menos de un metro de profundidad”, no se habría dado ni la antigua producción de caña ni la gran cultura negra de la región. Pero en eso no se piensa. Excepción hecha de los acuíferos aluviales, no había en toda la región costera ni agua dulce ni potable, al menos de forma continuada. ¿Será, por eso, que algunas de las comunidades negras de Guayama y Salinas todavía tienen nombres asociados a la extracción de agua subterránea? ¿Qué otro origen puede haber tenido los nombres de barrios de esclavos, como Pozuelo y Pozo Hondo? La negritud de Guayama no es hija exclusiva del tambor.
Coloniaje y genocidio ambiental
La construcción del sistema de riego y represas del sureste, que comenzara en 1908, vino a alterar el equilibrio milenario entre los acuíferos de la región y las fuentes naturales de recarga. Ya para 1915 cinco grandes represas (Patillas, Carite, Coamo, Toa Vaca y Guayabal) suplían las necesidades de la industria del azúcar, mediante un sistema de 150 kilómetros de túneles y canales, que iban desde Juana Díaz hasta Patillas. El agua represada sería utilizada, además, para producir electricidad en varias plantas hidroeléctricas localizadas en las pendientes montañosas del sureste (Carite I, Carite II, Carite II, Toro Negro I y Toro Negro II). Solo después llegaba a las costas. El efecto inmediato del sistema de riego fue, pues, reducir las fuentes naturales y milenarias de recarga de los acuíferos de la zona sur. A lo sumo, estos se nutrían ahora de los remanentes del sistema de riego y, con suerte, de las infrecuentes crecidas de los ríos provocadas por una que otra tormenta severa. Pero ello, únicamente después de llenarse los lagos.
En la cuarta década del siglo XX comenzó el hincado de pozos profundos para la extracción de agua con propósitos agrícolas por todo el sureste de Puerto Rico. El efecto negativo de la actividad humana sobre el nivel freático de los acuíferos era ahora doble. Por un lado, se apresaban y canalizaban las aguas de los ríos; por el otro, se ponía en marcha un proceso de extracción desordenada de los arsenales subterráneos. La salinidad creciente del agua comenzó entonces a mostrar su fea cara.
Fue, no obstante, en las décadas de 1950-1970, o sea, durante los tiempos en que mi generación crecía ajena a todo (salvo a la exasperante inercia del pueblo) que comenzaron a llegar, a la región del sureste, fuerzas promotoras de un desajuste hidrológico quizás irreparable. No puedo decir que esto ocurrió calladamente. Todo lo contrario. Mi pueblo celebró en grande la llegada de cada planta industrial, de cada inversión de capital extranjero y de cada maquinaria moderna y ruidosa, por contaminante que fuera. De todas las criaturas malsanas, la que más alegría infundada provocó fue la Phillips Petroleum y su hermana la Fibers, que llegaron a mediados de la década de los sesenta. Después vinieron otras, como las farmacéuticas estadounidenses Pfizer, Elli-Lilly y Bayer. También Monsanto y Dow Chemicals. El sureste, finalmente había arribado a la modernidad. ¡Y de qué modo! Atrayendo canallas, ladrones y tahúres peores que los imaginados en el poema Pueblo de Palés.
Como era de esperarse, dada la condición colonial de Puerto Rico, las factorías químicas y farmacéuticas estadounidenses se establecieron precisamente en las zonas más sensitivas de la hidrología del sur; o sea, en los topes de los acuíferos y en las cercanías de los antiguos manglares y humedales. A primera vista, esto parece un contrasentido. El consumo de agua por estas operaciones industriales palidece en comparación con la demanda de las operaciones de la caña, ya desaparecidas. Sin embargo, con estas compañías no se trata tanto de lo que extraen, como de lo que inyectan: sustancias contaminantes y carcinógenas. En efecto, ya para 1986 porciones importantes de los acuíferos de Guayama quedaron enteramente arruinadas, debido a las concentraciones elevadas de sustancias químicas peligrosas. Y hoy, la región sureste de la isla es un foco de enfermedades terribles, en particular el cáncer, derivadas de las operaciones de estas industrias y de otras actividades industriales altamente contaminantes.
No es extraño, pues, que haya que remontarse a mi generación para hablar de un tiempo de aparente prosperidad en el sureste de Puerto Rico. La región entera sufre, en estos momentos, las consecuencias negativas de un desarrollo industrial que destruyó nuestros recursos naturales más valiosos, en particular de 1966 en adelante. Ello, en realidad, no fue sino un segundo golpe duro para la región, después de medio siglo de dominio de la producción cañera, que agotó la fertilidad natural de los suelos y trastocó la hidrología superficial. Con la caña, se trataba del uso imperialista de las aguas de los ríos para alimentar las ganancias de las grandes compañías azucareras estadounidenses en el sureste. Más recientemente, se ha tratado del uso de los acuíferos aluviales como vertederos para los desechos y contaminantes de las industrias químicas y farmacéuticas extranjeras. Entre ellas, y con un carácter híbrido aterrador, hay que mencionar a la Dow Growers, que ha convertido miles de acres de los antiguos cañaverales del sureste en campos de siembra de sus semillas química y genéticamente modificadas. No lejos de estos campos, una montaña gigantesca de residuos y cenizas de la quema de carbón por otra compañía estadounidense, la AES, contamina el aire, además de inyectar materiales tóxicos y radioactivos sobre el valle de los acuíferos del sureste. El resultado ha sido la transformación del sureste en lo que puede tildarse de un virtual corredor del cáncer.
Lucha comunitaria
No es posible tener un cuadro completo de la realidad del sureste de Puerto Rico, sin mencionar la tradición combativa de sus barrios de gente negra. Bastaría con mencionar las revueltas de esclavos negros en el siglo XIX; o las gigantescas movilizaciones de huelguistas de la industria de la caña en la década de los treinta del siglo XX. Traicionados por el sindicato reformista, las masas explotadas del sureste no tardaron en recabar la ayuda del Partido Nacionalista de Puerto Rico y, en particular, de su líder Pedro Albizu Campos. La respuesta del imperio fue implacable, reprimiendo tanto a los miles de huelguistas en la zona como al nacionalismo revolucionario. Pero, la combatividad de las comunidades del sureste de la isla nunca ha cesado. De hecho, es hoy más fuerte y prometedora que nunca.
Las comunidades negras y pobres del sureste de la isla enfrentaron una prueba mayor, como resultado del huracán María en septiembre de 2017. Por meses, los poblados costeros de Guayama y Salinas quedaron totalmente desprovistos de electricidad y agua potable. Ante eso, los diferentes grupos comunitarios y ambientalistas se unieron para garantizar, día a día, la distribución igualitaria de lámparas inalámbricas, agua embotellada y, en particular, comida. De ahí, surgió un impulso renovado para liberar a las comunidades de la dependencia en energía no renovable. Se trata, al menos inicialmente, de un proyecto comunitario, llamado Coquí Solar, que garantizaría energía limpia y gratis para una comunidad de 900 familias. Que esto ocurra, apenas a pocos kilómetros de las plantas contaminantes que producen electricidad con carbón y petróleo, es indicativo de la voluntad del pueblo de lograr la autosuficiencia energética, así como de proteger el ambiente. Y ello se viene logrando por la vía de la autogestión comunitaria.
El pasado 6 de abril de 2018 se celebró, en Salinas, el primer conversatorio titulado “Por un Posicionamiento Político, Social y Cultural Desde el Centro-Sureste”, dirigido a promover una visión militante de conjunto entre las organizaciones culturales, ambientales y de lucha del centro y sureste de Puerto Rico. Al evento, asistimos un nutrido grupo de compañeros y compañeras independentistas, así como miembros de las principales organizaciones de lucha y comunitarias. Entre estas últimas cabe mencionar: el Centro Cultural Cunyabe, el Comité Diálogo Ambiental, el Frente Afirmación el Sureste (FASE), El Comité Plaza Monumento Dr. Pedro Albizu Campos de Salinas, y el grupo Iniciativa de Ecodesarrollo de Bahía de Jobos (IDEBAJO). Al día siguiente, en la mejor tradición de la rebeldía afroantillana, se celebró la tradicional actividad conocida como Libre Soberao, en que, desde los tiempos de la esclavitud, los negros y negras de la zona se reúnen para tocar los tambores y bailar el ritmo de la bomba. Este pasado 7 de abril, significativamente, el Libre Soberao se efectuó en los terrenos de la antigua Central Aguirre. Lo más importante es que, desde abril para acá, las distintas organizaciones se han mantenido unidas por la agenda común de luchar por la autogestión, el mejoramiento de la calidad de vida y la protección del ambiente.
¿Por qué hablar del sureste, como una región diferenciada de la isla? Simplemente porque, a pesar de su tamaño reducido, Puerto Rico entero está conformado por zonas geográficas que muestran rasgos culturales, sociales y económicos muy particulares. Este fenómeno llamó mucho la atención de Estados Unidos en 1898, y ha sido utilizado a menudo en contra de nuestras luchas emancipadoras, para desunirnos aún más. La región del sureste, con su peculiar hidrogeología, comprende uno de los llanos más extensos de la isla, en el cual prevalecen condiciones muy uniformes. Culturalmente, es la región de mayor influencia y difusión del elemento afroantillano. Económicamente, es una zona que desde 1898 ha sido explotada con arreglo a un plan regional por el gran capital monopolista estadounidense. Además de sus recursos naturales valiosísimos, el sureste exhibe una proletarización generalizada. Socialmente, es una región de elevada combatividad de la clase trabajadora que la habita mayoritariamente. De lo que se trata ahora, para las organizaciones militantes, es de promover una respuesta organizativa regional a los problemas que históricamente han prevalecido.
El joven activista Roberto Thomas, portavoz del grupo IDEBAJO (Iniciativa de Ecodesarrollo de Bahía de Jobos) enumera, en un informe reciente, algunas de las áreas en que el sureste confronta los mayores retos: (1) aumento del costo de vida; (2) despoblamiento acelerado, debido a la rampante pobreza; (3) contaminación por la quema de carbón e infiltración de sustancias tóxicas en los acuíferos que suplen agua potable; (4) acaparamiento de miles de acres de terrenos por las semilleras Dow y Monsanto; (5) cierre discriminatorio de escuelas públicas; (6) corte de pensiones de los jubilados; (7) eliminación de derechos laborales y (8) desempleo y su secuela de bajos ingresos. Dada la naturaleza regionalmente aguda de estos problemas, la respuesta también tiene que ser abarcadora. Al respecto, nos dice Roberto en su informe:
«Después del huracán, y ante los problemas que todos y todas conocemos, hemos trabajado en el adelanto de la organización comunitaria de los barrios negros de toda la zona que va de Salinas a Guayama. Entre ellos, los poblados de El Coquí, Mosquito, Jobos, Las Mareas y San Felipe. Las comunidades mismas optaron por crear algo novedoso, que se ha venido a conocer como Oasis Comunitarios. Gracias a la naturaleza democrática y descentralizada de estos organismos, rápidamente pudimos fundar cocinas comunitarias, puntos de distribución de suministros, eventos de enriquecimiento cultural para los niños, así como días de limpieza de escombros. Todas eran necesidades urgentes después de la tormenta, y las comunidades se movilizaron para darles solución. Una idea en la que trabajamos ahora mismo es la creación de mesas de trabajo temáticas, que permitan capacitar, atender y responder a los problemas desde las propias comunidades. Se trata de mesas que ofrezcan nuevas ideas para adelantar en la solución de asuntos tales como la comida, vivienda, salud (física y mental), cultura y recreación. Queremos vigorizar el mecanismo de las asambleas comunitarias que hagan posible la participación más amplia de la gente de nuestras comunidades, particularmente los jóvenes, en el proceso de organizarse para atender y mejorar la calidad de vida». (Citado con permiso del autor.)
La cuestión de la identidad
En el centro mismo de la posibilidad de un proceso emancipador en Puerto Rico está la cuestión de la identidad. La tormenta María golpeó brutalmente al sureste de la isla, afectando sobre todo a las comunidades pobres y negras. Estas siempre fueron un punto de apoyo para las luchas libertarias, al caracterizarse por la preservación del legado de sus orígenes afroantillanos. La combatividad de los poblados del sureste no tiene parangón en la historia de las luchas proletarias de Puerto Rico. Y esto, afirmando en todo momento las raíces caribeñas de sus habitantes. En el contexto de las comunidades del sureste de Puerto Rico, con su inherente influencia afroantillana, la idea de la no-identidad boricua es un lujo, un adorno.
El sureste, por su historia y misticismo, es parte integral del universo afroantillano. No somos, pues, extranjeros en este pedazo del Caribe que habitamos. El ancla, la raíz de esa pertenencia es la negritud, entendida no ya abstractamente, sino en función de las luchas concretas de las comunidades pobres por mejorar sus condiciones de vida y afirmar la personalidad boricua. O, como diría mi compueblano Luis Palés Matos: «No conozco un solo rasgo colectivo de nuestro pueblo que no ostente la huella de esa deliciosa mezcla de la cual arranca su tono verdadero el carácter antillano. Negarlo me parece gazmoñería. Esta es nuestra realidad y sobre ella debemos edificar una cultura autóctona y representativa con nobleza, con orgullo y con plena satisfacción de nosotros mismos».
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

Cuba: su emigración, en el Proyecto de Constitución


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

kaosenlared.net

Cuba: su emigración, en el Proyecto de Constitución


Por Noel Manzanares Blanco
El grueso de cubanos/as residentes en el exterior, sabrá contribuir a que consensuemos una Ley de leyes para el bien de nuestros compatriotas
En la noche de este viernes 3/8, una original noticia me sorprendió agradablemente: habrá participación de los cubanos/as residentes en el exterior en el debate del Proyecto de Constitución —un hecho inédito en la Historia de la Revolución en la Mayor de las Antillas. “Dicha participación ratifica la voluntad de nuestro gobierno de contar con las opiniones de todos los cubanos” —escribió en Twitter el diplomático cubano Ernesto Soberón, director de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior (1).
La misma fuente da cuenta de que Soberón agregó que a partir de la primera semana de Septiembre se habilitará una sección en el sitio web Nación y Emigración del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), “a través de la cual todos los cubanos en el exterior tendrán acceso a una planilla online para trasladar sus propuestas de modificaciones o comentarios acerca del Proyecto”. “Y podrán hacerlo cuantas veces lo deseen, solo deberán ofrecer unos datos mínimos para validar que es un ciudadano cubano quien opina” —abundó luego en conferencia de prensa en la Cancillería cubana.
Además, trascendió que el propio funcionario del MINREX ante la pregunta “¿Podrán votar los cubanos residentes en el exterior en el referendo?”, respondió: “La Ley Electoral cubana es clara en cuanto a quiénes tienen derecho al voto, la cual establece como requisito ser residente permanente en el país por un período no menor de dos años. Eso no ha cambiado. Nosotros sí crearemos las condiciones para que todos los nacionales que estén en el exterior y cumplan con los requerimientos que establece la Ley y la Constitución puedan viajar a Cuba y votar”.
Finalmente, en la misma ocasión Soberón concluyó certificando:
“La participación de todos los cubanos en la elaboración del Proyecto de nueva Constitución constituye un ejemplo de coherencia inequívoca con las políticas y decisiones que han permitido una mayor participación de los cubanos residentes en el exterior en disímiles proyectos en Cuba (cooperación, negocios, intercambios culturales, recreativos, deportivos y científico-técnicos), así como con las medidas migratorias adoptadas durante los últimos años, que facilitaron de manera significativa los viajes por motivos personales de los cubanos residentes en el territorio nacional al extranjero y las visitas a Cuba de los cubanos residentes en el exterior, a la vez que se ha reducido el número de ciudadanos cubanos que deciden emigrar”.
En el orden personal, di mi beneplácito al asunto teniendo en cuenta que desde que se aprobó la Modificación a la Ley de Emigración hace casi seis años signifiqué no solo que los tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso brindaron decisivo aporte al Proyecto de Libertad e Independencia que lideró José Martí sino también que era de esperar que la parte mayoritaria de nuestra comunidad residente en el exterior se insertara en la irreversible política de Nuestra Revolución en este tema —más, al considerarla nutriente de la Identidad Nacional/Cultural de la Isla (2).
Así, de cara al extraordinario acontecimiento revelador de que Cuba cuenta con la participación de su emigración en la consulta acerca del Proyecto de Constitución (3), tengo fe en que el grueso de cubanos/as que viven en otras latitudes sabrá contribuir a que consensuemos una Ley de leyes para el bien de nuestros compatriotas donde quiera que nos encontremos. ¡Amén!
Referencias:

"Por una cultura de lo pequeño: no más rimbombancia, clientelismo ni cortesanías"


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

rebelion.org

"Por una cultura de lo pequeño: no más rimbombancia, clientelismo ni cortesanías"

 

 


"Por una cultura de lo pequeño: no más rimbombancia, clientelismo ni cortesanías"
La entrevista al escritor y ensayista ecuatoriano Mario Campaña
publicada en Paralaje
el 10 de mayo del 2018 generó diversas reacciones en la comunidad artística de Guayaquil. Tuvo una buena acogida entre quienes mantienen una posición crítica frente a la gestión del Museo Municipal de Guayaquil y la Dirección de Cultura y Promoción Cívica; pero quedó corta. Es así, que múltiples artistas y actores culturales solicitaron a Campaña que se manifieste sobre otros temas neurálgicos para la cultura en el país. En Paralaje continuamos el diálogo a partir de las sugerencias de nuestros lectores y lectoras. En esta ocasión abordamos una perspectiva más panorámica sobre los problemas estructurales del campo cultural y artístico.
Más allá de los debates coyunturales, ¿cuál es la noción de cultura que impera en el Ecuador?
Me he preguntado yo eso leyendo declaraciones del presidente Moreno, que en una ocasión dijo que un país que no tuviera un museo nacional y una biblioteca nacional era “impresentable”. En otra ocasión declaró que “El arte y la cultura es la mejor inversión que un país puede hacer”. Uno se pregunta si este hombre está lleno de prejuicios coloniales… ¿Qué cultura es esa que Moreno quiere apoyar que a él le parece incluso más importante que la educación y la salud, por ejemplo? Veo que el país se gasta millones de dólares en el Festival de Artes Vivas de Loja, pero no tenemos biblioteca nacional, y sólo hay diez bibliotecas públicas en la red del ministerio, en ocho de las 24 provincias, es decir que hay 16 provincias sin bibliotecas públicas del estado. ¿Con qué noción de cultura trabaja el ministerio? En la web aún hablan de “Políticas para una revolución cultural” y ejes “programáticos” y “transversales”. Y Gabriel Cisneros, anterior vicepresidente de la Casa de la Cultura con Pérez de presidente y ahora viceministro con Pérez de Ministro, declaró hace poco que en los premios Espejo se encierra “la esencia vibrante de la patria”. ¿Qué significa todo eso? ¿Es solo palabrería?
El Festival de Artes Vivas de Loja habla más claro: dice que se pretende “culturizar”. Culturizar significa “civilizar”. ¿La revolución cultural consiste pues en “culturizar”, en “civilizar”? Es una idea peregrina de revolución cultural y sobre todo, un paradigma ilegítimo, pues implica que en Ecuador no tengamos una o varias culturas, porque es obviamente imposible “culturizar” lo que ya está culturizado… A menos que con “culturizar” se aluda a la cultura como producción especializada, eso pretendidamente sofisticado que dicen apreciar las clases altas. ¿Así es como se pretende satisfacer los famosos “derechos culturales” de que habla la Constitución y el ministro Pérez? ¿Con otra campaña de lectura, la enésima, ahora llamada Plan Nacional del Libro y la Lectura, en un país con 10 bibliotecas públicas? ¿Con un Encuentro literario aquí, allá una ópera (género kitsch por excelencia si no se lo revoluciona en cada obra), un festival más allá, con el ministro y su corte llegando con un cheque en la mano y pidiendo un balcón o tribuna, al más puro estilo velasquista? Esa noción de cultura es ya tradicional en Ecuador: Benjamín Carrión, en un depurado gesto aristocrático, lo planteó de un modo que hoy o mañana nos hará sonrojar: si no podíamos ser grandes por la historia, la riqueza y los logros materiales, pensó Carrión, podíamos serlo, en cambio, por la cultura. ¡Como si la meta de un pueblo fuera ser grande y no vivir en una sociedad pacífica y justa!
Para responder más directamente a su pregunta, diría que la noción de cultura que impera, al menos en las instituciones estatales, es tradicional, rutinaria, artificiosa, conservadora, rimbombante y vacua, oportunista e inclinada a la exclusión, a todo tipo de adulteraciones, por muchos disfraces que usen.
Hay otra en el horizonte, que tiene interés en convertir toda obra en mercancía, para llevarla al comercio. Es la idea que anima las Ferias de libros en todo el mundo, y que ahora se empieza a introducir en Ecuador.
Junto a esas nociones quisiera colocar la que formuló la UNESCO en 1982. Después de leerla no hará falta ninguna aclaración. La UNESCO declaró que “…la cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias y que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.”
La cultura concebida de esta forma sí es tan importante como la educación y la salud pública. Pero en eso ni el ministro ni los departamentos de cultura de los municipios y los consejos provinciales ni los mismos agentes culturales parecen interesados. Tal vez al presidente y al ministro les parezca que un museo cuenta más que los derechos fundamentales y los sistemas de valores, que los pondrían delante de aspectos cruciales de la vida, como la violencia a mujeres y niños y el racismo; y quizá crean que una ópera o una feria de libro son más determinantes que, por ejemplo, programas contra la dominación moral, o sea contra la jerarquización o diferenciación de la dignidad de los ciudadanos.
¿Cuál es su percepción de campo cultural ecuatoriano?
Yo señalaría cuatro características: 1. La inexistencia de la autonomía relativa que la modernidad ha ofrecido a la cultura especializada de las sociedades occidentales. Desde hace décadas los y las artistas e intelectuales del Ecuador han tratado de crear un espacio cultural libre de servidumbres; un hito exterior (aunque no democrático sino más bien aristocrático) fue la fundación de la Casa de la Cultura, que en poco más de cuatro décadas ha degenerado completamente y lleva años boqueando. Durante la Monarquía Absoluta de Correa, el poder político provocó un grave retroceso: el infame imperativo de obediencia del gobierno fue acordado por los propios agentes culturales. A tal punto se confió en la sumisión que, cuando dejó el poder, Correa se lamentaba de no haber contado con artistas como la Nueva Trova Cubana… Pobre hombre: no le salió un Silvio Rodríguez que le cantara la Canción del Elegido…
En este gobierno la autonomía ha seguido degradándose y diluyéndose. Tanto la Monarquía Absoluta como la actual Contrarreforma Conservadora han continuado pervirtiendo el sector del modo más socorrido: mediante prácticas clientelares. A través de premios como el Espejo o de convocatorias como la de los fondos concursables y la de festivales, el poder político impone normas de conducta a los creadores, críticos y gestores.
Además, la esfera religiosa se impone sobre la cultural. Los artistas ni siquiera tienen garantizada la libertad de conciencia (que en Guayaquil haya una nueva e importante autopista llamada Narcisa de Jesús, dice mucho). Recuerdo tres casos recientes de censura religiosa: en Quito la iglesia vetó un proyecto de arte y activismo, en Cuenca una exposición del artista Marco Alvarado, y en Guayaquil una obra de teatro. La iglesia logra sus objetivos sirviéndose del poder municipal. El Ministerio de Cultura se subordina y calla… Ni una manifestación a favor del laicismo.
2. Por falta de autonomía viene el segundo rasgo: el carácter cortesano de la franja en el poder de los agentes, y de la cultura misma que se impone. Un ejemplo nimio pero significativo: Pérez, el ministro, dice que el aumento de los fondos concursables se debe a “la generosidad del señor presidente”. ¡’Generosidad’! Sólo le faltó decir “de taita presedente”; e inaugurando la campaña de lectura, dijo que Moreno es un “adelantado” (recomiendo el discurso de aquel día del ministro: una auténtica joya). He ahí a un antiguo escritor que ha aprendido el arte de la genuflexión y ha hecho carrera burocrática: tres veces presidente de la Casa de la Cultura Nacional, en una gestión que ha sido calificada por una especialista como “hacendaria”. Sería fácil dar más ejemplos. En Ecuador es tal la servidumbre que afecta al campo cultural que los creadores son empujados a envilecerse en ciertos casos no escasos; el “te publico-publícame este libro o este artículo”, o “te doy-me das este premio o esta subvención o esta invitación, y a cambio espero de ti-tendrás de mí X comportamiento” campea y todo el mundo lo sabe.
Y esto afecta enormemente a la cultura: por una parte, lo exterior –el premio, la actitud reverente, etc.– se filtra y hasta se traduce en el interior, en el mismo trabajo artístico, y, por otra, aquella cortesanía influye en la conformación de los criterios de valoración. La novelista Mónica Ojeda no consiguió que una editorial ecuatoriana publicara Nefando, que en España ha recibido excelentes críticas… A cualquier persona ajena a la cultura cortesana le pasará lo mismo.
En el marco de la falta de autonomía y del imperio de la cultura cortesana, hay cabida para todo… El director del Plan Nacional del Libro y la Lectura, por ejemplo, autocontrató obras suyas para el Plan, una decisión más bien ramplona; y se han repartido millones de dólares en Fondos Concursables pero no se ha hecho ninguna convocatoria para fortalecer a las editoriales independientes o fomentar su emergencia. ¿Por qué? ¡Los autores no tienen donde publicar…! ¿Es demasiado malicioso preguntarse si no será para no afectar el negocio, que lleva años montado, dentro y fuera del ministerio, en el que se manda a imprimir libros en las famosas “campañas de lectura” de las que no conocemos ningún resultado?
El actual ministro se escuda en su izquierdismo de eslogan, diciendo que no cree en las industrias culturales, en el mercado capitalista: un desfase total; cuando, en fin, quizá se trate simplemente de espurios intereses personales. Lo cierto, en todo caso, es que es absurdo que la lista de publicaciones que financia el estado la decida un grupo de amigos del ministerio, y que así ocurra lo que ya sabemos que ocurre. Eso ha de cambiar. La edición de libros auspiciados por recursos del estado ha de pasar a la iniciativa de las editoriales independientes. La política impone servidumbres a las artes y las ciencias de muchas maneras; lo hace también cuando son los políticos, el presidente y el ministro, principalmente, quienes eligen a los premios Espejo, y no se encomienda esa delicada tarea a un comité de expertos independientes, como debería ser.
Hay otras dos características que cabría al menos mencionar: 1. La falta de cohesión del campo: casi se puede decir que hay tres repúblicas: la de Quito, la de Cuenca y la de Guayaquil (esta última completamente bananera), cada una con sus respectivas provincias y cantones…. 2. La dominación masculina, sobre la que no hace falta prueba alguna.
Finalmente, recordemos que el campo cultural no termina con la llamada alta cultura, ni en las fronteras físicas del país: la cultura popular es muy rica; a mí me interesa más Rey Camarón y sus canciones sobre la marginalidad y el cholo en Guayaquil que un cantante o cantautor con la nariz arrugada; y la antología bilingüe castellano-quichua Amanece en nuestras vidas tiene alguno de los textos más genuinos de los escritos por mujeres del Ecuador. Y en el Whitney Museum, de New York, ahora mismo está exponiendo el artista Ronnie Quevedo, y el escritor Mauro Javier Cárdenas recibe atención del New York Times y su libro se publica, traducido del inglés, en un gran sello español; y Mónica Ojeda no deja de recibir elogios en España por Mandíbula.
Aunque probablemente el Ministerio de Cultura de Ecuador no esté enterado de todo esto…
Desde su perspectiva ¿qué enfoques y prácticas culturales permiten enfrentar las irregularidades, el eventismo y la precariedad de la institucionalidad cultural?
Aunque quizá no lo parezca, las irregularidades, el eventismo, la precariedad, las miserias a las que acabamos de aludir son el contenido típico de esa concepción decimonónica que ve en la ‘cultura’ un instrumento de ‘civilización’, de ‘mejoramiento’ de los individuos y “del pueblo”, y también de fomento de la vieja matraca de la “identidad nacional”. Los oropeles de esa cultura tradicional, que apunta a la ostentación y la grandilocuencia, visible en todas las artes, pero especialmente en las histórico-espaciales, como la arquitectura y la escultura, en los grandes monumentos civiles y religiosos, facilita las irregularidades.
Allí encaja cómodamente la improvisación, el eventismo, el abuso. Véase, por ejemplo, el Festival de Loja, que recién en la tercera edición ya se siente “a la vanguardia” y aspira a convertirse en “un referente internacional” y estar vinculado a “los festivales más importantes del mundo”. Si usted lee las líneas curatoriales y los planteamientos, tiene la impresión de que se trata de la Constitución para crear una sociedad perfecta, la nueva isla Utopía, de Tomás Moro, o algo así; y si lee la sección de Valores, Misión y Visión del ministerio, usted cree que en Ecuador ahora mismo está en marcha algo no sólo comparable sino muy superior a la revolución cultural china. ¿Fantasía? Esa palabrería, vacua, si se mira la realidad práctica, es la mejor cortina para la irregularidad. Toda grandilocuencia, toda esa megalomanía individual y colectiva, sea del signo que sea, comporta una falacia, generalmente una petición de reconocimiento de superioridad, y alienta, finalmente, una ética de la dominación. Con todo ello se busca, a fin de cuentas, consagrar estéticamente la dominación material, por mucho que la retórica sea dorada…
Así que creo que es urgente bajar el tono y fundarnos en una cultura diferente, en una ética y una estética distintas, democráticas, de lo pequeño, alejada del oropel; que discurra en niveles, magnitudes y metas próximas a la vida cotidiana. Si el actual poder de la cultura tradicional se sustenta en la burocracia cultural centralista, en la clase media veleidosa, arribista y descomprometida, en alianza con grupos tradicionales presuntuosos y con empresarios oportunistas, una cultura democrática, basada en lo pequeño, ha de buscar alianzas distintas, deberá aliarse con lo popular. Por supuesto, no para la falsificación populista (pienso en esas famosas “danzas ancestrales” cuyo carácter genuino no suele estar respaldado antropológicamente).
No hemos de buscar una cultura popular cohesionada, ni pura, pero sí valores históricamente asociados con las clases populares. Las metas culturales populares, por ejemplo, no están relacionadas con el prestigio –“nacional e internacional”– sino con la satisfacción de necesidades morales cotidianas, con la dignidad, la paz, la justicia, la solidaridad: con todo eso que señala la definición de cultura de la UNESCO que hemos mencionado.
Con la ética y la estética de lo pequeño, tenderemos a la existencia más que a la trascendencia, al presente más que al futuro; a la satisfacción más que a la gloria; a lo compartido más que a lo exclusivo; a los vínculos, a lo que el poeta español Víctor Gómez llama “la buena salud de los vínculos”, más que a la separación; al cambio más que a la inmutabilidad… Más que a la solemnidad, a la festividad y el juego, que hacen las relaciones más humanas y más vivas.
Para todo ello necesitaremos un giro radical, que es lo único que podrá hacer que la cultura florezca de veras en Ecuador. No necesitamos un Ministerio de Cultura (543 trabajadores y más de 30 choferes: imagínese el uso de los carros oficiales, con choferes, las esposas, los hijos, las amans o amatae), ni una Casa de la Cultura (246 trabajadores, solo en Quito), organismo excluyente desde sus inicios. Hemos de basarnos en el tejido social, en las asociaciones, los movimientos, las corporaciones, las fundaciones, los centros cívicos, los centros culturales, los institutos de investigaciones…. Es urgente que termine el monopolio estatal, ministerial, centralista, que tenemos ahora, que hace de cada provincia un protectorado de Quito (piénsese que el director del festival de Loja es de Quito y lo nombran a dedo en Quito; y la Feria del libro de Guayaquil la hacían funcionarios de Quito, con todos los gastos de viajes, hoteles, viáticos y dietas que cabe imaginar). Estoy convencido de que la burocracia cultural quiteña le ha hecho y le hace mucho daño al país.
¿Tiene solución el problema institucional de la cultura en Ecuador?
Con el actual esquema, me temo que no. Con ninguna administración; todas estarán condenadas a fracaso. La institucionalidad está degradada. Mire usted quién es presidente de la Casa de la Cultura Nacional. El currículum de Camilo Restrepo Guzmán es el de un político y un burócrata, no el de un intelectual ni el de un hombre de cultura; según parece, no ha escrito ni un solo libro, de modo que no sé cómo reglamentariamente puede ser siquiera miembro de la Casa, menos aún presidente.
La institucionalidad sólo es aprobada hoy por la corte y la cortesanía de cada ciudad y región, y probablemente por conveniencia. Aparte de la incompetencia técnica, patética en algunos casos; aparte de que se pretende gobernar o administrar con gestos y palabras vacías; aparte de las irregularidades –de las que se habla mucho, especialmente a propósito de los fondos concursables– y del abuso que generalmente viene con el eventismo, uno de los cuales, no el más importante, es el oneroso turismo cultural, que aprovecha cualquier pretexto para sacar pasajes, viáticos y dietas; aparte de todo ello, digo, está la constatación irrefutable de que el resultado o mezcla de un planteamiento pretencioso y rimbombante, más la práctica clientelar e irregular y el esquema centralista extremo, han dado como resultado un fracaso inocultable: la acción ministerial es un batiburrillo, una barahúnda, un fiasco indignante.
Y no pasa nada, porque en el marco ideológico actual, en que priman asuntos de mucha apariencia y poco valor, la responsabilidad se evapora. Si tienes 40 millones de dólares para gastar en cosas de ese orden vagaroso, el trabajo es easy: es muy fácil rendir cuenta con palabrería barata y cifras mudas. Pero las cifras que sí nos dicen algo, que son incluso elocuentes, son también indignantes: una hiperplasia de la burocracia abusiva y centenares de millones de dólares en una gestión que no ha cambiado ni adelantado en nada al país.
Por ello, insisto, el esquema debe variar radicalmente si queremos que la cultura nos ayude de veras a construir una sociedad justa, igualitaria y feliz; debe producirse el desplazamiento del monopolio estatal a la sociedad civil, con una coordinación mínima que pudiera estar radicada en el ministerio de bienestar social, y con el control ordinario de recursos previsto por el estado. Naturalmente, todo ello ha de estar precedido de un debate nacional real sobre las metas del país en el terreno cultural, para lo cual podríamos elegir como punto de partida la noción de cultura de la UNESCO; no digo “socialización” (palabra de moda en Ecuador, junto con la acusación de “mediocridad”, ambas, me parece, herencia del correismo) porque la democracia no ‘socializa’, y menos del modo tramposo que se hizo en el gobierno anterior: la democracia debate.
Yo estaría a favor de que en ese debate recuperemos el rol del humanismo para la educación y la construcción del país, un humanismo repudiado por la idea de revolución que tenía la Monarquía Absoluta, que no era otra que “hacer las cosas extraordinariamente bien” desde la perspectiva técnica. Con una nueva cultura y un nuevo humanismo Ecuador podría volver a pensar en un futuro para todos.
De archivo:
Documento público alojado en la página web del Ministerio de Cultura y Patrimonio: –Discurso del Ministro Raúl Pérez Torres durante la presentación del Plan Nacional del Libro y la Lectura . Ibarra, 12 de septiembre de 2017. Enlace visitado el 1 de agosto de 2018: https://www.culturaypatrimonio.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2017/09/Discurso-del-Ministro-Rau%CC%81l-Pe%CC%81rez-Torres-Plan-de-Lectura.pdf
Fuente: http://www.paralaje.xyz/por-una-cultura-de-lo-pequeno-no-mas-clientelas-ni-cortesanias-entrevista-con-mario-campana/

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx