miércoles, 7 de febrero de 2018

Cada año, 213.000 armas llegan ilegalmente a México desde Estados Unidos, según un informe


rebelion.org

 Cada año, 213.000 armas llegan ilegalmente a México desde Estados Unidos, según un informe

 


Cada año, 213.000 armas llegan ilegalmente a México desde Estados Unidos, según un informe
José Antonio Tizapa tiene pocas certezas sobre la desaparición de su hijo. A sus 50 años lucha por continuar con su vida mientras busca respuestas, pero le cuesta creer que después de cuarenta meses de investigaciones, marchas, reuniones, lágrimas y desaliento todavía no se sepa qué pasó con
Jorge Antonio Tizapa Legideño
, su hijo de 20 años que desapareció en Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014 junto con 42 de sus compañeros.
Sin embargo, Tizapa explica que el uso de armas estadounidenses durante ese día es uno de los hechos que suele recordar con amargura: “Las armas usadas en la desaparición de nuestros hijos, sobre todo las de los policías municipales, a través de la Sedena, son fabricadas en Estados Unidos. Y es probable que las usadas por los delincuentes también”.
Las preocupaciones de Tizapa consiguen eco en Beyond Our Borders, el más reciente informe del Center for American Progress, una organización estadounidense que se encarga de la investigación y defensa de políticas públicas. En este reporte los investigadores citan los registros de la Agencia Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos que revelan que, entre 2011 y 2016, al menos 106.000 armas fabricadas en Estados Unidos estuvieron vinculadas con actividades delictivas en México.
De esa cifra, 74.200 fueron compradas legalmente en territorio estadounidense, pero el informe también señala que cada año cerca de 213.000 armas de fuego son transportadas ilegalmente hacia territorio mexicano.
“Estados Unidos tiene la obligación moral de mitigar su participación en el incremento de la violencia letal en el extranjero”, comenta Chelsea Parsons, coautora del reporte. “Aunque existen muchos factores exclusivos de cada nación que afectan las tasas de delitos violentos, Estados Unidos podría hacer más para reducir los riesgos que plantean las armas de fuego estadounidenses que cruzan la frontera y que se usan para perpetrar delitos en los países cercanos”.
En 2017, México alcanzó su nivel más alto de homicidios en los últimos veinte años, con una tasa de 20,5 homicidios por cada 100.000 personas. Los investigadores sostienen que, aunque esa cifra en parte se debe a los altos niveles de impunidad con el comportamiento delictivo, el acceso a las armas de fuego también ha sido un factor clave en el aumento de los homicidios. En 1997, el 15 por ciento de los homicidios sucedidos en México fueron cometidos con armas de fuego; sin embargo, el año pasado ese porcentaje aumentó hasta el 66 por ciento.
“Las autoridades estadounidenses siempre denuncian el flujo de drogas provenientes de México, pero casi no se habla del flujo de armas estadounidenses que favorece la violencia y el dominio de las estructuras delictivas en México”, explica Eugenio Weigend, otro de los investigadores del estudio. “En el tema de las armas la responsabilidad recae principalmente en Estados Unidos porque de ahí vienen, ahí se producen”.
El informe también señala que solo entre 2014 y 2016, más de 33.000 armas de fuego estadounidenses fueron recuperadas en investigaciones criminales en México. Esa cifra excede el número de armas recuperadas durante el mismo periodo en la mayoría de Estados Unidos, exceptuando los estados de California, Florida y Texas. Según la investigación, el uso de armas de fuego durante los robos violentos también ha aumentado. En 2005, el 58 por ciento de los robos se cometieron con armas de fuego pero en 2017, esa cifra aumentó a 68 por ciento.
“Una de las razones que explican el aumento de la violencia en México es el incremento de la letalidad del crimen organizado gracias a las pocas barreras institucionales, en ambos lados de la frontera, para conseguir armamento proveniente de Estados Unidos”, explica David Ramírez de Garay, investigador de México Evalúa, un centro de análisis de políticas públicas. “Por ello, esperamos que el tráfico de armas sea un tema rector de la agenda binacional y demandamos que los aspirantes a la presidencia incorporen de manera seria y responsable una política de desarme en sus propuestas de seguridad”.
Los efectos en América Central
El reporte también muestra que las armas estadounidenses atizan la violencia letal en varios países centroamericanos como El Salvador, Honduras y Guatemala. Aunque los investigadores advierten que gran parte de esa problemática es una consecuencia del tráfico de drogas relacionado con las pandillas, también sostienen que otros factores como la corrupción en las instituciones gubernamentales, la desigualdad de ingresos, la impunidad de los delincuentes y la herencia de los conflictos bélicos, han desestabilizado a toda esa región.
“Armas que originalmente se compran en Estados Unidos, luego son utilizadas en países vecinos para cometer un delito al menos cada 31 minutos. Para sacar las armas, los traficantes explotan las mismas lagunas en las leyes estadounidenses que facilitan el tráfico ilegal de armas domésticas”, afirma Parsons.
De 2014 a 2016, el 49 por ciento de las armas de fuego recuperadas en El Salvador fueron compradas originalmente en Estados Unidos, reseña el reporte. De manera similar sucedió con el 45 por ciento de las armas incautadas en Honduras y el 29 por ciento de Guatemala.
Otros países centroamericanos también sufren las consecuencias del uso de las armas de fuego estadounidenses en los delitos. El informe detalla que de 2014 a 2015, el 57 por ciento de las armas recuperadas y rastreadas en Costa Rica fueron fabricadas en Estados Unidos, de 2014 a 2016 se detectó la misma situación con el 51 por ciento del armamento conseguido en Belice y el 47 por ciento de las armas incautadas en Panamá.
De 2014 a 2016, 50.133 armas que se produjeron en los Estados Unidos fueron recuperadas como parte de investigaciones criminales en quince países de América del Norte, América Central y el Caribe. “Las personas adquieren legalmente ese armamento en Estados Unidos y luego se importa con mucha facilidad a México y otros países, lo que permite el incremento de la violencia”, explica Francisco Rivas Rodríguez, director del Observatorio Nacional Ciudadano, una organización de la sociedad civil que analiza las condiciones de seguridad, justicia y legalidad del país. “Estados Unidos debería implementar medidas para prevenir que no salgan tantas armas de ese país, eso implicaría el establecimiento de una regulación sobre la exportación de armas a otros países”.
Tizapa, el padre de uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, vive en Estados Unidos y dice que siempre recuerda los mensajes que todas las mañanas le mandaba a su hijo, las conversaciones telefónicas y todos los sueños compartidos que fueron truncados desde el día de la desaparición.
Con aplomo explica que se ha convertido en un observador distante de lo que pasa en su país: “México no está en guerra, pero el gobierno parece que se está preparando para eso y la mayoría de los mexicanos no lo sabemos. Hay muchas armas, tanto legales como ilegales, y ambas nos están desapareciendo”.

Las microutopías que roban tu libertad

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Las microutopías que roban tu libertad

Jorge Vilches

El gran hallazgo al que llegó la izquierda transformadora, que así se han hecho llamar, han sido las “microutopías”. El mecanismo es bien sencillo: desechada la posibilidad de conseguir de golpe la Gran Utopía vinculada a los partidos políticos, la izquierda se decidió a cambiar el mundo a través de pequeñas utopías ligadas al feminismo, el ecologismo, el antimaquinismo, el anticapitalismo de bajo intensidad o de cercanía, a cargo de los movimientos sociales. Repasemos el proceso para saber cómo se ha inoculado en la vida política.
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El derrumbe por ruina humana y económica del universo soviético en 1991, lo que venía siendo la Gran Utopía, el paraíso sobre la Tierra de esa religión sustitutiva que siempre fue el comunismo, dio al traste con la posibilidad de cambiar el orden al viejo estilo. Lenin y Trotski habían aprendido la experiencia francesa de Robespierre, del error de Babeuf y de la estrategia de August Blanqui en 1848 y 1871. Idearon un buen mecanismo: aprovechar la debilidad estatal, la parálisis del gobierno y el Zeitgeist revolucionario para dar un golpe de Estado en nombre del pueblo, e imponer una dictadura que desatara la guerra de clases para laminar al enemigo a través de una liquidación selectiva o una guerra civil.
La generación del 68 creyó verdaderamente que su futuro se jugaba en Vietnam, en África o en el “patio trasero de América”
Ese entramado leninista, esa estrategia casi perfecta para alcanzar y conservar el Poder, se vino abajo entre la izquierda en la década de 1960 tras los episodios de Hungría en 1956 y Checoslovaquia en 1968. Es cierto que la New Left estaba formada por burgueses mantenidos, literatos románticos, profesores con ínfulas y periodistas de café, tal y como había sido en 1917. Sin embargo, ese nuevo izquierdismo que pregonaba aquello de “otro mundo es posible”, el altermundismo más naif, todavía estaba sujeto a la idea de la transformación general.
Las microutopías que roban tu libertad
Esto se debía a que la labor propagandista de las potencias comunistas en las sociedades occidentales, siguiendo el modelo del estalinista Willi Münzenberg, que convencía o compraba a la élite cultural, hacía una buena labor. La generación del 68 creyó verdaderamente que su futuro se jugaba en Vietnam, en África o en el “patio trasero de América”, a diferencia de los sindicatos de la época, que sabían que su presente se jugaba en su empresa y con su gobierno. Aquellos izquierdistas creían que había una “lucha global” contra el imperialismo capitalista.
Ese reverdecimiento de la utopía, muy cargada de flower power y de violencia -no hay más que leer a Fanon o a Malcolm X-, llevaba, no obstante, el germen de su parcelación. El fenómeno estalló, como decía más arriba, en 1989. Los socialistas se buscaron así mismos en el pasado de una ilusión, que escribió Furet, y rebuscaron nuevos proyectos. El asunto era grave, ya que el comunismo solo funciona si el partido, que eso es tal idea y no otra cosa, como indica Jiménez Losantos en su último ensayo, presenta una utopía que sea capaz de movilizar a la gente, de exigir el sacrificio de la militancia, y procurar la obediencia y la jerarquía en pro de “la causa”. Sin “causa”, no hay nada que mantenga el partido. Por eso todos los PC se hundieron.
Se podían resucitar las aspiraciones “flower power” de los sesenta si se las politizaba, porque la clave era convertir en cuestión de lucha política cualquier cuestión
Dicha búsqueda rastreó en los viejos pensadores socialistas, como Fourier, Cabet y Proudhon, en Owen o Saint-Simon, a los que habían motejado de “utópicos” frente al “cientificismo” de los análisis marxistas. Pero también se podían resucitar las aspiraciones flower power de los sesenta si se las politizaba, porque la clave era convertir en cuestión de lucha política cualquier cuestión. Y más aún: que no fuera un partido político, gran generador de “oligarcas y colaboracionistas del Capital”, sino los movimientos sociales. Este nuevo actor tenía varios beneficios frente a un partido: siempre tenía a la prensa de su lado, al tiempo que podía funcionar con pocos recursos y conseguir grandes resultados.
Las microutopías que roban tu libertadEl Foro Social de Porto Alegre, en 2001, fue la culminación de esa estrategia izquierdista para cambiar el mundo a través de microutopías. Se señalaron los grandes males del mundo: la globalización y el neoliberalismo, que venía a ser la fórmula rediviva del imperialismo como última fase del capitalismo que escribió Lenin. Las potencias habían impuesto una única fórmula política y económica, la democracia liberal, que ponía los mercados locales, a la gente, al servicio de sus intereses.
En aquella ciudad brasileña gobernada por una coalición de izquierdas en manos del Partido de los Trabajadores, se dieron cita sindicalistas, ecologistas, intelectuales, partidarios de la tasa Tobin, feministas, miembros de ONGs, indigenistas, y otros “desterrados” del bienestar. Debatieron cómo repartir la riqueza, combatir las desigualdades, potenciar la vuelta a la economía local y al desarrollo sostenible, al pequeño mercado, a las labores artesanales y gremiales, como medio de librarse de las condiciones de vida a las que “condena el capitalismo salvaje”. Esa era la nueva democracia, la social, la igualadora, la que devolvía “el poder al pueblo”, la que repudiaba a las grandes empresas y premiaba el colectivismo y la autarquía.
Los medios de lucha no debían ser violentos, pues con ello se perdía la batalla de la comunicación, algo que se había aprendido de las grandes manifestaciones por los derechos civiles en EEUU en la década de 1960
Los medios de lucha no debían ser violentos, pues con ello se perdía la batalla de la comunicación, algo que se había aprendido de las grandes manifestaciones por los derechos civiles en EEUU en la década de 1960. Las formas de luchar debían combinar supuesta espontaneidad, con espectáculo y bonhomía; es decir, debía parece ante las cámaras que delante había personas que sufrían de verdad, ejemplo de grandes valores y con ganas de aumentar el bienestar común contra los poderosos. Eran los instrumentos de los movimientos sociales desde la década de 1980: sentadas, carteles, disfraces, performances, invasiones “inocentes” -por ejemplo, unas chicas desnudas reivindicando respeto para la mujer-, pasacalles y asambleas. Demasiado atractivo para que los medios de información, casi siempre en manos de personas formadas en Universidades tomadas por la progresía, lo dejaran pasar.
Las microutopías que roban tu libertad
Entre unos y otros instalaron en la agenda política las “microutopías”. Era el regreso de la izquierda reaccionaria, que escribió Horacio Vázquez Rial, para “otro mundo es posible” -como rezaban los de Porto Alegre-, pero poco a poco, conquistando conciencias, con políticas públicas, con la instalación de la verdad oficial.
Nunca hay suficientes carriles bici, ni zonas verdes, ni hay bastante igualdad entre géneros, ni están suficientemente fiscalizadas las grandes empresas, ni se cobra lo justo, ni la riqueza está bien repartida
Lo han conseguido. Nunca hay suficientes carriles bici, ni zonas verdes, ni hay bastante igualdad entre géneros, ni están suficientemente fiscalizadas las grandes empresas, ni se cobra lo justo, ni la riqueza está bien repartida, ni la economía es bien sostenible, ni las minorías étnicas están respetadas, o la diversidad sexual está bien visibilizada. Cualquier cosa es poco porque… o es todo, o no es nada.
El mecanismo sociológico ha triunfado. No hay partido que no lo lleve de una manera u otra en su programa, o cargo público de primera línea que se atreva a contradecir la necesidad de ir cumpliendo esas microutopías. No es baladí, porque esa parcelación de la Gran Utopía cambia la geografía urbana, el modelo económico, las instituciones, y la cosmovisión de la gente; es decir, el modo con el que se interpreta la Historia, el Progreso, el ser humano, la sociedad, la cultura, la civilización y sus valores.

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La edad de oro de la propaganda: el conocimiento inútil


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La edad de oro de la propaganda: el conocimiento inútil

Fernando Díaz Villanueva

Dije la semana pasada que la propaganda, por su naturaleza, se nutre de la adulteración de los hechos, penetra en nosotros a través de los sentimientos y se aprovecha de nuestros sesgos cognitivos. Sin estos últimos el trabajo del propagandista sería mucho más complicado. El hecho de que prioricemos la información que confirma nuestras propias creencias, pavimenta el camino a estos mensajes.
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Este es precisamente el origen de las noticias falsas, una de las expresiones más acabadas de la propaganda de nuestro tiempo. Hasta la irrupción de Internet era mucho más difícil difundir un bulo. Los medios los rechazaban fuera por convicción, por temor a ser demandados o porque su credibilidad podía erosionarse considerablemente una vez descubierta la mentira.
Hoy día es muy sencillo arrojar la piedra y esconder la mano. La revolución digital de este siglo ofrece a los propagandistas unos medios y un alcance impensable hace tan sólo 25 años. Estamos en el Siglo de Oro de la propaganda. Los padres del invento, el propio Willi Münzenberg o su discípulo del otro lado, Joseph Goebbels, no terminarían de creerse las posibilidades abiertas hoy para sus epígonos. Ellos tuvieron que conformarse con la prensa escrita, la radio y el cine. Los propagandistas de hoy disponen de más soportes y, sobre todo, mucho más accesibles.
La edad de oro de la propaganda: el conocimiento inútil

El renombrado y las palabras fetiche

Pero de nada sirve tener teléfonos inteligentes, tabletas o pantallas de televisión de 50 pulgadas conectados a la red las 24 horas si no se saben aplicar las técnicas adecuadas. Éstas han avanzado mucho y hoy día algunos propagandistas las emplean con auténtico virtuosismo. Repasemos algunas de estas técnicas.
Si se quiere acabar con la reputación de alguien se cambia su nombre por otro que posea connotaciones negativas
Una de las técnicas actuales más habituales es la conocida como el renombrado. Si se quiere acabar con la reputación de algo o alguien hay que empezar cambiándole el nombre por otro que suene mal o posea connotaciones negativas. En el pasado bastaba con fascista o facha. Pero, como hoy circula mucha información a gran velocidad,  los nombres se desgastan rápido. Eso obliga a innovar continuamente. Así nacieron términos como “casta” o “cuñado” que hoy tienen un significado muy preciso.
El renombrado sirve para señalar los defectos ajenos. Pero para potenciar las virtudes propias hay que emplear otra técnica diferente: la de las palabras fetiche. ¿Qué es una palabra fetiche? Vayamos con un ejemplo, la palabra fetiche por excelencia es “democracia”, luego vienen otras como “solidaridad” o “igualdad”. Cualquiera que presente su causa, que la etiquete como demócrata, solidaria e igualitaria ocupa un espacio de positividad y pone al adversario a la defensiva.
La técnica de las palabras fetiche sirve como antídoto para cualquier ataque
La técnica de las palabras fetiche sirve, además, como antídoto para cualquier ataque. Veamos algunos ejemplos: a) “Han dado ustedes un golpe de Estado”; “si, pero en nombre de la democracia”. b) “Esta ley es un disparate anticonstitucional”; “tal vez, pero es en nombre de la igualdad. c) “Trabajamos más de medio año para pagar impuestos”; “ya, pero es en nombre de la solidaridad”. Y podrían citarse muchos otros.
La revolución bolivariana, que es una espantosa dictadura que ha arruinado Venezuela, está llena de palabras fetiche palabras fetiche. Sus propagandistas, además, no hacen más que crear nuevas conforme se desgastan las anteriores.

La transferencia, el efecto arrastre y el relato extendido

Otra técnica es la de la transferencia, muy empleada por los alarmistas climáticos: “lo dice la ONU”, “es un informe de la NASA”, “hay consenso científico”… La transferencia consiste en transferir la legitimidad de una persona o institución hacia la propia causa. Aquí es donde entran los famosos informes de Oxfam u organismos internacionales como la UNESCO o la UNICEF.
La transferencia consiste en transferir la legitimidad de una persona o institución hacia la propia causa
Vivimos en un mundo muy audiovisualizado, con mucho conocimiento disponible pero, parafraseando a Jean-François Revel, la mayor parte de este conocimiento es inútil. En un mundo así, adicto sin remedio a las redes sociales con sus “likes”, sus retuits y sus “followers” quien más vale es quien más seguidores tiene. Eso lo aprovechan al máximo los propagandistas de la última hornada:  aplican el efecto arrastre para captar nuevos adeptos simplemente mostrando todos los que ya tienen.
La edad de oro de la propaganda: el conocimiento inútil
La especie humana es muy gregaria; durante miles de años se organizó en hordas que seguían ciegamente a un jefe
La gente trata de estar a la moda en todos los ámbitos, también en el de las ideas. Si otros lo hacen, ¿por qué no voy a hacerlo yo? No olvidemos que la especie humana es muy gregaria y durante miles de años se organizó en hordas que seguían ciegamente a un jefe. Es el dicho que se utiliza en España: “¿dónde va Vicente?, dónde va la gente”, que se aplica también a la propaganda. El problema es que hoy día todo el mundo sabe al minuto hacia donde va Vicente. Y lo sigue, claro.
Por último, y habida cuenta de la multitud de canales de información, se emplea también mucho la técnica del relato extendido. Una misma campaña se amplifica y adapta a todos los medios. Sobre ella se construye un relato con sus buenos y sus malos, sus testimonios y sus giros en la trama. Sería lo que los consultores denominan estrategia 360, que va desde fotografías en Instagram hasta reportajes en televisión pasando por documentales, tendencias en Twitter y muchos artículos de opinión. Miremos donde miremos ahí está la historia esperándonos.
Implantar un relato concreto es dominar el debate, es decir de qué se habla y en qué sentido
Implantar un relato concreto es dominar el debate, es decir de qué se habla y en qué sentido. Todos sabemos cuáles son los temas de debate en cada momento y nos entregamos a ellos con fruición. Pues bien, muchos nos han llegado a través de la propaganda. Sería bueno descontarlo, desconfiar y aprender así a combatirla.

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6 de febrero, Día Europeo de las Víctimas de las Fronteras


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6 de febrero, Día Europeo de las Víctimas de las Fronteras

 


Este martes 6 de febrero se cumplen cuatro años de la muerte de quince personas que intentaban alcanzar a nado la costa española en la playa de Tarajal, Ceuta. Quince personas que murieron fruto de una actuación policial, desproporcionada e ilegal. Porque lo que ocurrió en Tarajal no sólo es una tragedia humanitaria, es una consecuencia directa de nuestras políticas migratorias y de control de fronteras. Lo ocurrido aquel 6 de febrero es particularmente grave, por el precedente de impunidad creado.
La estrategia de la disuasión es algo real en las Fronteras europeas, y la tragedia de Tarajal es un ejemplo de la misma. Consiste en ampliar los riesgos para aquellas personas que cruzan la frontera de tal forma que se disuada a quienes lo intenten en un futuro. Así lo afirmaba la alcaldesa de la isla de Lampedusa, Giusy Nicolini, al hablar de las muertes en el Mediterráneo: “estoy cada vez más convencida de que la política europea sobre inmigración considera este tributo de vidas un modo para calmar los flujos, para lograr una especie de efecto disuasorio”.
De hecho, las muertes en el Mediterráneo y los refugiados agolpados durante ya casi dos años en paupérrimos campos en Grecia trasmiten una imagen bien distinta a las estadísticas o los números de acogida que demuestran que apenas hemos recibido una ínfima parte de los desplazados forzosos en el mundo. Pero realmente la imagen mostrada de una Europa superada o desbordada ante la llegada de refugiados y migrantes ha supuesto una coartada perfecta para legitimar la consolidación de las políticas migratorias de la Europa Fortaleza.
Consiguiendo que el mensaje dominante en Europa, haya pasado del “Refugees welcome”, al “Do not come to Europe “, expresado por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Respondiendo a uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado la UE en los últimos tiempo, con una combinación inédita de neoliberalismo y xenofobia, un fortalecimiento de todas las políticas securitarias y de externalización de fronteras, del que el acuerdo EU-Turquía es uno de sus mayores exponentes. Y donde la llamada solución “Libia” a las muertes en el Mediterráneo pretende ser una nueva vuelta de tuerca no solo con la externalización de las fronteras sino también con la gestión extraterritorial de los centros de internamiento adaptando el modelo europeo al sistema australiano de gestión de fronteras con la imagen de la “marca España” de concertinas, devoluciones en caliente y muertes en frontera.
Una especie de “populismo de las vallas” recorre Europa, no sólo como un elemento eficaz de propaganda política inmediata que permite visibilizar el “trabajo” concreto de los gobiernos sobre la migración. Sino también como un potente instrumento simbólico a la hora de construir un imaginario de exclusión entre la “comunidad” y los “extranjeros”, tan antiguo como recurrente en la historia. Porque los muros no se construyen solo con cemento y concertinas, sino sobre el miedo al otro, a lo desconocido, contribuyendo a agrandar así la brecha entre ellos y nosotros. La estigmatización de la población migrante ha sido un elemento fundamental para trazar una frontera entre quienes deben ser protegidos, y quienes pueden ser y efectivamente resultan excluidos de cualquier protección. Una coartada sobre la que construir y sostener el consenso sobre el que se asienta y pivota todo el dispositivo de control de fronteras que conforma la actual Europa Fortaleza.
De esta forma, la criminalización de la población migrante no es sólo producto de una extrema derecha en auge o de unos cuantos políticos irresponsables, sino que es la consecuencia de una política institucional, de guante blanco, consciente y planificada, que persigue una degradación de la protección jurídica y social del migrante. Porque la Europa Fortaleza se construye sobre vallas, muros y concertinas, pero también se nutre de una masa de trabajadores y trabajadoras precarias, sin derechos y que además son vistos como una amenaza por las clases populares. La guerra entre pobres, la competencia a la baja, la lucha entre el último y el penúltimo. Un “no hay suficiente para todos” generalizado, que fomenta mecanismos de exclusión que Habermas definía como característicos de un “chovinismo del bienestar” y que concentran la tensión latente entre el estatuto de ciudadanía y la identidad nacional.
En este sentido, se consigue que el malestar social y la polarización política provocadas por las políticas de escasez se canalicen a través de su eslabón más débil (el migrante, el extranjero o simplemente el “otro”), eximiendo así a las élites políticas y económicas, responsables reales del expolio. Porque si “no hay para todos”, entonces sobra gente: “no cabemos todos”. La delgada línea que conecta el imaginario de la austeridad con el de la exclusión.
Paralelamente, no deja de incrementar la criminalización de las ONGs, así como de la ayuda humanitaria. Los ejemplos son innumerables: Helena Maleno, Proactiva Open Arms, Proemaid, MSF, entre otros. Mientras en los despachos de Bruselas, ¡hasta se legisla esta criminalización! Numerosas ONGs han pedido la modificación de la Directiva 2002/090/EC por su ambigüedad al definir tráfico de personas, no en vano, FRONTEX ya acusó a las ONGs de colaborar con las mafias en un ejercicio nauseabundo de demagogia institucional, como si les preocupan más los testigos incómodos que las muertes en el Mediterráneo.
Siempre hubo víctimas de primera y de segunda. Siempre hemos luchado y seguiremos luchando para acabar con esa distinción. Justicia, Verdad, reparación y no repetición son los cuatro pilares básicos para dignificar la memoria de las víctimas. “La gran mayoría de las víctimas de las fronteras y sus familias no son reconocidas como tales por las instituciones europeas, muchas de ellas permanecen desaparecidas, algunas sufrieron desapariciones forzosas en los contextos fronterizos. Reconocer de facto su situación como víctimas y familiares de víctimas es un primer paso para arrojar luz en estas tragedias humanas” dice el manifiesto que suscribimos para que el 6 de febrero sea reconocido como Día Europeo de las Víctimas de las Fronteras. Un día para recordar a las víctimas, pero sobre todo un día para trabajar por cambiar las políticas migratorias europeas y que no tengamos que lamentar más víctimas de fronteras.
Fuente original: http://blogs.publico.es/tomar-partido/2018/02/06/6-de-febrero-dia-europeo-de-las-victimas-de-las-fronteras/

El plan secreto de las élites globales para las criptomonedas. Por James Rickards


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El plan secreto de las élites globales para las criptomonedas. Por James Rickards

lizama

NOTA MIA: Uno de los mejores artículos que he leído sobre el tema. Me parece que es el que más se apega a la realidad que hoy se vive con las criptomonedas.  (Jorge Lizama)
Este articulo de hace unos meses de RICKARDS, pone en manifiesto un temor latente y real sobre las cripto-monedas que es su razón de ser “La descentralización”, al igual que en la Isla de jekyll, se tomo el control del dinero por la banca privada, ahora si bien se esta regresando al Estado Nación con la caída de la globalización aun queda el poder financiero centralizado en los conglomerados financieros, esta mas que claro que estos tienen mas de 1 as bajo la manga, y con su poder global podrían tomar fácilmente la tecnología blockchain; solo me remito a la ya mítica frase:

“Dadme el control del dinero y no me importará quién haga las leyes …

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5 de septiembre de 2017
El interés en Bitcoin está al rojo vivo en este momento. Es imposible abrir un sitio web, escuchar un podcast o mirar un video en el espacio financiero sin escuchar sobre el aumento meteórico en el precio de Bitcoin.
Tal vez conoces a un “millonario de Bitcoin” que compró quinientos Bitcoins hace unos años por $50,000 y ahora tiene una fortuna de Bitcoin de más de $2,000,000. Es cierto, esas personas realmente existen.
Sin embargo, la criptohysteria te está distrayendo de una verdad aterradora de la que nadie está hablando. Todo indica que los gobiernos, los reguladores, las autoridades fiscales y la élite global se están moviendo para la cripto-matanza. El futuro de Bitcoin puede ser una distopía en la que Big Brother controla lo que se llama “la cadena de bloques” y decide cuándo y cómo puede comprar o vender cualquier cosa y todo.
Además, la tecnología de criptomonedas podría ser el mecanismo utilizado por las élites globales para reemplazar el sistema financiero basado en dólares.
En 1958, Mao Zedong, el líder del Partido Comunista de China y líder dictatorial de China, se enfrentó a intelectuales y artistas desmoralizados que estaban alienados por el régimen comunista. Como respuesta política, declaró una nueva política de libertad intelectual.
Mao declaró: “La política de permitir que cien flores florezcan y cien escuelas de pensamiento contengan este diseño para promover el florecimiento de las artes y el progreso de la ciencia”.
Esta declaración se conoce como la “Campaña de las Cien Flores” (a menudo citada incorrectamente como la “campaña de las mil flores”). La respuesta a la invitación de Mao fue una efusión entusiasta de pensamiento creativo y expresión artística.
Lo que vino después no fue una sorpresa para aquellos familiarizados con la operación del poder estatal. Una vez que surgieron los intelectuales y artistas, fue fácil para la policía secreta de Mao reunirlos, matarlos y torturarlos, y enviar a otros a “campos de reeducación” donde aprendieron la conformidad ideológica.
El Movimiento de las Cien Flores fue una trampa para aquellos que confiaron en el estado. También fue una prueba de lo que vendrá en la forma de la Revolución Cultural mucho más violenta y exhaustiva de 1964-1974 en la que se eliminaron todos los vestigios de la cultura burguesa china y gran parte del legado histórico de China.
Algo similar está pasando con Bitcoin y la tecnología de contabilidad distribuida (DLT) de hoy.  Los gobiernos han estado observando pacientemente cómo la tecnología blockchain se desarrolla y crece fuera de su control en los últimos ocho años.
Los partidarios libertarios de blockchain celebran esta falta de control gubernamental. Sin embargo, su celebración es prematura y su creencia en la sostenibilidad de sistemas poderosos fuera del control del gobierno es ingenua.
A los gobiernos no les gusta la competencia especialmente cuando se trata de dinero. Los gobiernos saben que no pueden detener la cadena de bloques, de hecho no quieren. Lo que quieren es controlarlo usando poderes de regulación, tributación e investigación y, en última instancia, poderes más coercitivos, incluido el arresto y el encarcelamiento de personas que se niegan a obedecer los mandatos del gobierno con respecto a Blockchain.
Blockchain no existe en el éter (a pesar del nombre de una criptomoneda) y no reside en Marte. Blockchain depende de la infraestructura crítica, incluidos los servidores, las redes de telecomunicaciones, el sistema bancario y la red eléctrica, todos los cuales están sujetos al control del gobierno.
Un grupo de grandes compañías, todas reguladas por el gobierno, han anunciado un esfuerzo conjunto para desarrollar una cadena de bloques de código abierto como un estándar uniforme para todas las aplicaciones de blockchain. El grupo incluye JPMorgan, Wells Fargo, State Street, SWIFT, Cisco, Accenture, London Stock Exchange y Mitsubishi UFJ Financial. No son exactamente cinco tipos con sudaderas que trabajan en un garaje. Esa es una señal de que el consorcio del estado corporativo se está haciendo cargo.
Una institución legal de élite de los EE. UU. Llamada Comisión de Ley Uniforme, que propone leyes modelo para adopción en los cincuenta estados, ha lanzado su última propuesta llamada “Ley de regulación uniforme de las empresas de moneda virtual”.
Esta nueva ley no solo proporcionará un esquema regulatorio para los reguladores estatales, pero también será una plataforma para el litigio de demandantes privados y abogados de acción de clase que buscan recursos contra abusos reales o imaginarios mediante intercambios e instalaciones de monedas digitales. Una vez que comienza el litigio, el anonimato es la primera víctima.

Cryptocurrencies y el plan de las Súper Elites

Considere los siguientes desarrollos adicionales:
El 1 de agosto de 2017, la SEC anunció “Orientación sobre la regulación de ofertas iniciales de monedas”, el primer paso para exigir la recaudación de fondos a través de tokens basados ​​en blockchain para registrarse en el gobierno.
El 1 de agosto de 2017, el Foro Económico Mundial, organismo anfitrión de la conferencia de Davos de super élites globales, publicó un documento titulado “Cuatro razones para cuestionar el bombo alrededor de blockchain”.
El 7 de agosto de 2017, China anunció que comenzarán a utilizar blockchain para recaudar impuestos y emitir “facturas electrónicas” a los ciudadanos de allí.
Tal vez lo más importante es que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha intervenido. En un informe especial de junio de 2017, el FMI dijo lo siguiente sobre blockchain:
“La tecnología de contabilidad distribuida (DLT), en particular, podría estimular el cambio en el sector financiero. … DLT se puede categorizar como “sin permiso” o “autorizado”, dependiendo de quién puede participar en el proceso de validación basado en el consenso. Los DLT sin permiso le permiten a cualquiera leer, realizar transacciones y participar en el proceso de validación. Estos esquemas abiertos (que subyacen a Bitcoin, por ejemplo) podrían ser muy perjudiciales si se implementan con éxito. Por el contrario, en los DLT autorizados, el proceso de validación es controlado por un grupo de participantes preseleccionados (“consorcio”) o administrado por una organización (“totalmente privada”), y así servir más como una plataforma de comunicaciones común. “(énfasis agregado).
Las versiones del FMI requieren una traducción experta porque nunca se escriben en inglés, y el verdadero significado siempre está oculto entre líneas. Pero, el empuje de este lenguaje de informe es claro. El FMI está a favor de los sistemas “autorizados” sobre los “esquemas abiertos”. El FMI también favorece el control por parte de un “grupo de participantes preseleccionados” o “una sola organización”, en lugar de permitir que participe “cualquiera”.
Este documento debe ser visto como el primer paso en el plan del FMI para migrar su forma actual de dinero mundial, el derecho especial de giro o SDR, a una plataforma DLT controlada por el FMI. Con el tiempo, todas las otras formas de dinero serían prohibidas.
Estos y otros desarrollos apuntan hacia un grupo de élite que incluye el FMI, JPMorgan, la multitud de Davos, el IRS, la SEC y otras agencias que convergen para cerrar la ecosfera blockchain existente de rueda libre, y reemplácelo con un sistema “autorizado” bajo el control de “consorcio”.
Gran Hermano viene a la cadena de bloques.
Saludos,
Jim Rickards
para The Daily Reckoning
James-Rickards

FUENTE: La cosa aquella

Cómo Facebook pone presidentes. Por Shelley Kasli


cybermedios.org

Cómo Facebook pone presidentes. Por Shelley Kasli

lizama

Un reciente artículo de Bloomberg ha revelado de qué manera un grupo secreto de Facebook permitió crear un ejército de troles [1] a favor de gobiernos, incluyendo en la India, como medio de propaganda tendiente a manipular las elecciones [2].
Bajo la luz de los proyectores debido al papel que ha desempeñado Facebook como plataforma de propaganda política, el cofundador de esa empresa, Mark Zuckerberg, ha respondido que su misión va más allá de las diferencias entre partidos políticos.
Pero la realidad es que Facebook no es un simple espectador en materia de política. Lo que no dice Zuckerberg es que su compañía colabora activamente con partidos y dirigentes, incluyendo a los que utilizan esa plataforma para contrarrestar la oposición –a veces con ayuda de numerosos troles que propagan información falseada («fake news») e ideologías extremistas [3].
Ese trabajo es realizado desde Washington por un equipo de Facebook extremadamente discreto, especializado en temas de política global y encabezado por Katie Harbath, la ex estratega numérica del grupo republicano que trabajó en 2008 en la campaña presidencial del ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani. Katie Harbath también trabajó en las elecciones realizadas en la India en 2014.
Han pasado 3 años desde que Facebook contrató a Katie Herbath para dirigir ese grupo secreto. En esos 3 años, su equipo ha viajado por todo el mundo, incluyendo la India, y ha ayudado a ciertos dirigentes políticos, poniendo a su disposición las poderosas herramientas numéricas de la compañía, bajo la forma de un verdadero ejército de troles, con fines de propaganda.
En la India, y en muchos otros países, los empleados de ese grupo han ejercido de hecho funciones de agentes de campañas electorales. Y después de la elección del candidato, la compañía ha supervisado funcionarios o proporcionado ayuda técnica en materia de difusión numérica en encuentros oficiales entre jefes de Estados.
En Estados Unidos, empleados de ese equipo trabajaron en el terreno durante la campaña de Donald Trump. En la India, Facebook favoreció la presencia en la red del primer ministro Narendra Modi, quien hoy cuenta con más seguidores en Facebook que cualquier otro dirigente político del mundo.
Durante los mítines de campaña hay miembros del equipo de Katie Harbath junto a responsables comerciales del sector publicitario de Facebook cuyo papel consiste en ayudar a la compañía a sacar provecho financiero de la atención que las elecciones suscitan en las masas. Esos especialistas enseñan a políticos y dirigentes cómo crear una página de Facebook para su campaña –página que autentifican con una marca azul–, cómo optimizar el uso de videos para atraer a la gente y cómo seleccionar eslóganes publicitarios. Al resultar electos esos candidatos, su colaboración con Facebook permite a la compañía extender aún más su propia influencia política y mejorar sus posibilidades de evadir las leyes.
El problema se acentúa cuando Facebook se erige antidemocráticamente en pilar de la democracia. Freedom House, una seudo ONG con sede en Washington, que milita por la democracia en todo el mundo [4], reportó en noviembre de 2017 que un número creciente de Estados «manipulan las redes sociales para socavar las bases de la democracia» [5]. Eso se traduce en campañas de difamación, de acoso o de propaganda, campañas que el gobierno respalda discretamente para imponer su versión de los hechos, silenciar la disidencia y reforzar el poder.
Facebook abrió su primera oficina en Washington en 2007. La elección presidencial del año siguiente marcó el surgimiento del primer «presidente Facebook» en la persona de Barack Obama, quien –con ayuda de la plataforma– logró llevar su mensaje a millones de votantes durante las semanas que antecedieron la elección. La cantidad de usuarios de Facebook creció de forma exponencial con los acontecimientos de las «primaveras árabes» que sacudieron el Medio Oriente en 2010 y 2011, poniendo de relieve la enorme influencia que la plataforma ejerce sobre la democracia.
Durante el periodo en que Facebook escogió a Katie Harbath, la ex partidaria de Giuliani, para dirigir su grupo político, las elecciones se convertían en un tema constante en las redes sociales. Facebook comenzó a implicarse poco a poco en procesos electorales en todas partes del mundo.
Facebook se asoció a varios de los partidos políticos más controvertidos del mundo, mientras pisoteaba el principio mismo de la transparencia. Desde 2011, la compañía está reclamando a la Comisión Electoral de Estados Unidos que le otorgue una dispensa para la ley que exige transparencia en todo lo concerniente a la promoción de un partido político, lo cual le habría evitado la crisis que ahora enfrenta sobre los gastos publicitarios rusos relacionados con las elecciones de 2016.
Las relaciones entre la compañía y los gobiernos siguen siendo complicadas. La Unión Europea ha cuestionado a Facebook por haber permitido que el islamismo radical prospera a través de su red. La compañía acaba precisamente de publicar su informe de transparencia, donde explica que entregará a los gobiernos datos sobre sus usuarios sólo si el pedido está legalmente justificado. De no ser así, Facebook no vacilará en recurrir a la justicia [6].

Ejércitos de troles en la India

El mercado indio es sin dudas el más beneficioso para Facebook en este momento, por encima del estadounidense. En la India, la cantidad de usuarios crece dos veces más rápido, sin entrar a mencionar los 200 millones de indios que utilizan la mensajería WhatsApp, mucho más que en cualquier otro país del mundo.
En la época de las elecciones indias de 2014, Facebook ya había trabajado durante meses en otras campañas. Narendra Modi aprovechó a fondo el respaldo de Facebook y de WhatsApp para reclutar voluntarios que a su vez extendieron el mensaje a través de las redes sociales. A partir de la elección de Modi como primer ministro de la India, la cantidad de suscritos aumentó en 43 millones, dos veces más que en el caso de Trump.
En las semanas posteriores a la elección de Modi, Zuckerberg y la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, viajaron los dos a la India para desarrollar un controvertido proyecto de internet gratuito, que tuvo que ser abandonado debido a las enérgicas protestas que suscitó. Katie Harbath y su equipo también fueron a la India para impartir encuentros de formación en los que participaron más de 6 000 altos funcionarios.
A medida que aumentaba la influencia de Modi en las redes sociales, sus seguidores iniciaron una campaña de acoso contra sus rivales políticos en Facebook y WhatsApp. La India se convirtió en un nodo de desinformación, incluso con propagación de información falsa que provocó motines en los que murieron varias personas. El país se hizo además extremadamente peligroso para los partidos de oposición y los periodistas.
Pero Modi y el Partido Popular Indio (Bharatiya Janata Party, BJP) no fueron los únicos en utilizar los servicios que Facebook propone. La compañía pretende poner las mismas herramientas y servicios a la disposición de todos los candidatos, sin importar su orientación política, así como de grupos poco conocidos de la sociedad civil.
Lo interesante es que el propio Mark Zukerberg quiere ser presidente de Estados Unidos y ya contrató a David Plouffe –consejero de campaña de Barack Obama en 2008– y a Ken Mehlman –consejero de campaña de George Bush hijo en 2004. Actualmente está trabajando con Amy Dudley –ex consejera del senador Tim Kaine–, con Ben LaBolt –ex encargado de prensa de Barack Obama– y con Joel Benenson –consejero de campaña de Hillary Clinton en 2016 [7].

Facebook manipula las emociones

Un estudio publicado en 2014 bajo el título Evidencia experimental de un fenómeno de contagio emocional a gran escala a través de las redes sociales [8] analizó la proporción entre los mensajes positivos y negativos vistos por 689 000 usuarios de Facebook. El experimento, realizado entre el 11 y el 18 de enero de 2012, trató de identificar efectos de contagio emocional que modificaban el peso emocional de las informaciones enviadas a los usuarios. Los investigadores concluyen que por primera vez hallaron «la prueba de que las emociones pueden propagarse a través de una red informática, [aunque] los efectos vinculados a esas manipulaciones son limitados».
Este estudio fue criticado tanto por sus bases éticas como por la metodología utilizada. Ante la intensificación de la polémica, uno de los principales instigadores de esa investigación y miembro del equipo responsable de los datos de Facebook, Adam Kramer, defendió el estudio en un comunicado de la compañía [9]. Días después, la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, emitió una declaración [10], durante su estancia en la India. En una actividad organizada en Nueva Delhi por la Cámara de Comercio, Sheril Sandberg declaró: «Este estudio se realizó en el marco de las investigaciones que las empresas desarrollan para poner a prueba diferentes productos, ni más ni menos. La comunicación al respecto fue muy mala y nos excusamos por ello. No quisimos contrariarlos a ustedes.»
¿Para qué nuevo producto revolucionario realizó Facebook experimentos sicológicos tendientes a manipular las emociones de sus usuarios? Esos productos revolucionarios son los ejércitos de troles numéricos utilizados con fines propagandísticos que difunden fake news (información falsa) para ayudar a sus clientes durante las elecciones.
Poco después, el 3 de julio de 2014, USA Today reporta que el grupo EPIC, defensor del respeto a la vida privada del ciudadano, presentó a la Comisión Federal del Comercio una denuncia oficial donde estipula que Facebook violó la ley al realizar una investigación sobre las emociones de sus usuarios sin consentimiento de estos últimos, y sin tomarse siquiera el trabajo de informarlos al respecto [11].
EPIC señala en su denuncia que Facebook engañó a sus usuarios al realizar en secreto un experimento sicológico sobre sus emociones:
«En el momento del experimento, Facebook no expuso en su política sobre el uso de los datos que las informaciones sobre sus usuarios se utilizarían con fines experimentales. Facebook también omitió informar a sus usuarios que esas informaciones serían puestas a disposición de los investigadores.»
La mayoría de los conejillos de Indias utilizados en esos experimentos de manipulación de las emociones eran ciudadanos de la India [12].
La mayoría de nosotros no prestamos verdadera atención a lo que se divulga a través de las redes sociales y la mayor parte de lo que en ellas aparece es más bien inofensivo. Al menos eso parece a primera vista.
La realidad es que lo que se pone en internet tiene un impacto aterrador. Según una investigación conjunta del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico y la Universidad de Washington, el contenido de lo que se pone en las redes sociales puede ser utilizado por un programa informático para predecir acontecimientos futuros –quizás incluso para predecir quién será el próximo primer ministro de la India.
En un trabajo que acaba de publicar ArXiv [13], un equipo de investigadores descubrió que las redes sociales pueden ser utilizadas para «detectar y predecir acontecimientos en el mundo real» [14]. Analizando Twitter es posible predecir con precisión desórdenes sociales, por ejemplo, cuando las personas utilizan ciertos hashtags para intercambiar sobre determinados problemas, antes de que la cólera acabe propagándose en el mundo real.
El ejemplo más conocido de ese fenómeno tuvo lugar durante las «primaveras árabes», cuando evidentes señales de protestas y de levantamientos inminentes aparecieron en la red antes de que la gente se lanzara a la calle.
Pero también puede ser lo contrario: las redes sociales pueden generar la cólera que, luego de alcanzar un grado óptimo, puede ser encauzada para provocar acontecimientos en la vida real, como puede comprobarse en la India desde hace al menos 2 años, incluso con casos de linchamientos colectivos.

El funcionamiento de la
industria del «fake news» en la India

En la India ha surgido una gigantesca industria de la desinformación o «fake news», cuya influencia es muy superior al discurso político tradicional y que, a falta de control, puede llegar a convertirse en un problema de seguridad, como sucedió con las «primaveras árabes». En momentos en que está en su apogeo el debate sobre los linchamientos, es necesario que se entienda que ese tipo de incidentes no se habría propagado tan rápidamente sin el acceso de la juventud a Facebook, Twitter, Youtube y otras redes sociales que permiten a esa industria de la desinformación generar y propagar los montajes de videos falsos y de «fake news». El fenómeno de los linchamientos, que apareció desde hace ya varios años, es una consecuencia directa de esa industria del «fake news» o desinformación, que pasa de las redes sociales al mundo real.
Esto toma otro cariz ahora que se ha revelado que Facebook y WhatsApp conspiraron con el establishment creando «un ejército de troles» con fines de propaganda numérica y engendrando explosiones de violencia en suelo indio. Esto es un caso típico de terrorismo. Hay que recordar que el terrorismo se define como «la utilización sistemática del terror o de la violencia por parte de un individuo o un grupo con fines políticos». En el caso que nos ocupa, ese terrorismo es obra de una compañía extranjera –Facebook– en suelo indio mediante una guerra numérica de (des)información. ¿Qué estamos esperando para reaccionar contra tales actos?
Durante las elecciones presidenciales estadounidenses hubo una campaña de «fake news» o desinformación. Esta fue parte de la campaña oficial, realizada a su vez con la colaboración de empresas tecnológicas, y se afirma que hasta los rusos utilizaron sus propias redes. Ese mismo método se utilizó también para orientar el debate sobre el Brexit. Mientras escribimos este artículo, esa enorme industria del «fake news» extiende sus tentáculos sobre la India. Numerosos deportistas de renombre, «celebrities», economistas y políticos ya han sido víctimas de la diseminación de contenidos falaces. Es una peligrosa tendencia que debería ser objeto de estrecha vigilancia por parte de nuestros servicios de inteligencia en aras de prevenir futuros desastres.
Veamos, en una breve explicación, cómo funciona todo eso. Se ponen en marcha numerosos sitios y portales web de diversa legitimidad y financiamiento. Se crean contenidos específicos para diversas categorías de personas, en función de la región donde viven, de su ideología, su edad, su religión… contenidos que se mezclan con una enorme cantidad de material erótico que disimula el objetivo verdadero. Ese contenido falaz se introduce después en la red social y en grupos específicos previamente identificados mediante herramientas de análisis desarrolladas por empresas tecnológicas. A medida que se propaga, esa información falsa va adquiriendo su propia dinámica y alguien –una celebridad, algún político o incluso un periodista– acaba repitiéndola. Lo que sucede entonces ya cae en el rango de la verdadera locura.
Ya sea a propósito o por ignorancia, los medios dominantes comienzan a propagar esas mentiras, dedicando la integralidad de sus revistas de prensa al análisis de esa información falsa o «fake new»… quién dice qué y por qué lo dice, bla bla bla, en vez de tratar de verificar la autenticidad de tales afirmaciones. Dado el carácter sensacional de esas falsedades, y también porque personas influyentes las repiten, esa visión falseada del mundo va a contaminar el mundo real. ¿Testigos? Las víctimas de linchamientos. Se llega así a un momento en que es casi imposible distinguir entre lo verdadero y lo falso, diferenciar el hecho de la ficción, con toda la sociedad radicalizándose en diferentes facciones que se oponen entre sí basándose en mentiras.

Facebook y las elecciones indias

En la época de las elecciones indias de 2014 apareció en la prensa un artículo sobre el tema «¿Puede Facebook influir en el resultado de la elección india?». El título revelaba la existencia de un verdadero iceberg. Si Facebook es capaz de modificar nuestras emociones y de hacernos votar… ¿qué más puede hacer? [15].
Asombrosamente, la Comisión Electoral India no encontró nada mejor que firmar un documento asociándose con Facebook para censar a los votantes durante el proceso electoral [16]. El doctor Nasim Zaidi, jefe de la Comisión Electoral India (ECI), declaró:
«Me siento feliz de anunciar que la Comisión Electoral India va a iniciar un procedimiento especial destinado a enrolar a los no votantes y, sobre todo, a quienes nunca han votado. Esto representa un paso adelante hacia la realización de la consigna de la ECI “Ni un ciudadano olvidado”. Como parte integrante de esta campaña, Facebook divulgará un recordatorio en diferentes dialectos indios para el momento de la elección, [recordatorio destinado] a todos los usuarios de Facebook de la India. Invito a todos los ciudadanos a que se inscriban y a votar, o sea a reconocer sus derechos y asumir sus deberes. Estoy convencido de que Facebook dará una nueva envergadura a la campaña de inscripción de electores iniciada por la Comisión y estimulará futuros votantes a participar en el proceso electoral y a convertirse en ciudadanos indios responsables.»
Las 17 agencias de inteligencia de Estados Unidos emitieron serias advertencias en cuanto al impacto de este fenómeno de desinformación sobre su proceso electoral y su sociedad. Según un centro de investigación en estadística, la mayoría de los estadounidenses –un espectacular 88%– piensa que la difusión de «fake news» perjudica su percepción de la realidad cotidiana [17].
Nosotros, en la India, nos dirigimos hacia un escenario aún más catastrófico. ¿Por qué? Porque, al revés de lo que sucede en la India, el gobierno de Estados Unidos y su comunidad de inteligencia exponen públicamente el problema y han trabajado en una solución ante esa amenaza. ¿Puede la India hacer lo mismo con Facebook metiendo sus narices en los asuntos internos del país?
Se crean todo tipo de comisiones, se programan audiencias senatoriales para aclarar este asunto y se establecen nuevos equipos para contrarrestar eficazmente esta amenaza contra la sociedad. Mientras se investiga el papel de Facebook en la elección presidencial estadounidense, se presta poca atención a cómo el equipo secreto de Facebook influyó en las elecciones indias.
A la luz de estas revelaciones habría que investigar detalladamente el impacto de Facebook en las elecciones indias. Es evidente que, para hacerlo, el gobierno tiene que empezar por reconocer la existencia de esa industria del «fake news» o de la desinformación para poder después actuar contra ella.
Junto a Facebook, American Microchip Inc. y la firma japonesa Renesas, contratados para piratear el código secreto EVM (banco de datos de usuarios) [18], también deberían ser objeto de una investigación por interferir en las elecciones indias todos los que han conspirado junto a esas empresas.
Tomar esta amenaza a la ligera sería un grave error.
Notas
[1] En el lenguaje de los internautas un trol es alguien que se dedica a generar polémicas, generalmente con objetivos oscuros. En un foro puede tratarse de alguien cuyos mensajes provocan constantemente debates que desvirtúan el interés en determinado asunto o desvían la discusión hacia otra cosa.
[2] “How Facebook’s Political Unit Enables the Dark Art of Digital Propaganda”, Lauren Etter, Vernon Silver y Sarah Frier, Bloomberg, 21 de diciembre de 2017.
[3] “India’s Fake News Industry & Mob Lynchings”, Great Game India News, 6 de julio de 2017.
[4] «Freedom House: cuando la “libertad” no es más que un pretexto», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 3 de enero de 2005.
[5] “Freedom on the Net 2017. Manipulating Social Media to Undermine Democracy”, Freedom House, 14 de noviembre de 2017.
[6] “Facebook Transparency Report 2017”, Facebook, enero de 2017.
[7] «¿Será Mark Zuckerberg el próximo presidente de Estados Unidos?», Red Voltaire, 7 de agosto de 2017.
[8] “Experimental evidence of massive-scale emotional contagion through social networks”, Adam D. I. Kramer, Jamie E. Guillory y Jeffrey T. Hancock,Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNSA), Vol 111, #24, 17 de julio de 2014.
[9] “The Author of a Controversial Facebook Study Says He’s ‘Sorry’”, Stephanie Burnett, Time, 30 de junio de 2014.
[10] “Facebook still won’t say ’sorry’ for mind games experiment”, David Goldman, CNN, 2 de julio de 2014.
[11] “Privacy watchdog files complaint over Facebook study”, Jessica Guynn, USA Today, 3 de julio de 2014.
[12] “Facebook apologises for psychological experiments on users”, Samuel Gibbs, The Guardian, 2 de julio de 2014.
[13] ArXiv es un archivo online de trabajos que van a publicarse en diferentes sectores de las ciencias. Nota de la Red Voltaire.
[14] “Using Social Media To Predict the Future: A Systematic Literature Review”, Lawrence Phillips, Chase Dowling, Kyle Shaffer, Nathan Hodas y Svitlana Volkova, ArXiv, 19 de junio de 2017.
[15] “If Facebook can tweak our emotions and make us vote, what else can it do?”, Charles Arthur, The Guardian, 30 de junio de 2014.
[16] “Election Commission of India partners with Facebook to launch first nationwide voter registration reminder”, Facebook, 28 de junio de 2017.
[17] “Many Americans Believe Fake News Is Sowing Confusion”, Michael Barthel, Amy Mitchell y Jesse Holcomb, Pew Research Center, 15 de diciembre de 2016.
[18] “Are Indian Elections Hacked By Foreign Companies?”, Shelley Kasli, Great Game India News, 17 de diciembre de 2017.
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Fuente: Great Game India, traducción de Red Volataire

Visto en: La púpila insomne

Sin sorpresas



Las recientes
imágenes
de soldados estadounidenses tiroteando desde un vehículo en marcha a un camionero afgano se ajustan a un patrón bien establecido de crueldad y criminalidad; sin embargo, los afganos que informan de estos abusos se encuentran invariablemente con la incredulidad como respuesta.
El mes pasado salió a la luz un escandaloso video mostrando una recopilación de imágenes de recientes operaciones estadounidenses en Afganistán ambientadas con una alegre música de hip-hop. Seleccionado para formar parte de una campaña de mercadotecnia para la empresa de ropa militar Happy Few, el video mostraba a las tropas estadounidenses disparando toda una variedad de armas, incluida una escopeta Benelli, fabricada en Italia, filmada –en la escena que más indignación ha levantado- abriendo fuego a dos pasos del conductor de un camión, cuya ventanilla lateral se hace añicos cuando el vehículo estadounidense le adelanta.
El ejército estadounidense ha reconocido implícitamente la autenticidad del video; su portavoz declaró a Reuters que estaba “decepcionado y también preocupado”, añadiendo que “rechaza el mensaje nada profesional y cruel que este video traslada”, y que se ha abierto una investigación.
Aún no se han aclarado las circunstancias exactas del tiroteo. El New York Times citaba a un soldado de las Fuerzas Especiales, que tenía un “conocimiento directo del incidente”, afirmando que el incidente no implicaba violación alguna de las normas de combate del ejército, porque el arma disparaba “balas que no eran en absoluto letales”; una afirmación que, según el periódico explicaba, se apoyaba en la ausencia de “retrocesos o cartuchos descargados”. Aun así, añadía el periódico, disparos ostensiblemente no letales como la munición antidisturbios o las balas de goma pueden matar a poca distancia, y Politico citaba a un antiguo operativo de las Fuerzas Especiales con experiencia en los combates en Afganistán diciendo que su unidad “nunca realizó disparos no letales en sus misiones”.
Todas las pruebas de que se dispone sugieren que el video se filmó en la provincia oriental de Nangarhar, que se ha convertido en el escenario central de la guerra del ejército estadounidense contra el Estado Islámico en la provincia de Khorasan (ISKP, por sus siglas en inglés), la célula afgana del ISIS. En 2017, Nangarhar fue el objetivo principal de la acrecentada campaña de bombardeos de Donald Trump en el país, causando más víctimas civiles en esa provincia que en cualquier otra, según datos de la ONU. Fue también en Nargarhar donde EE. UU. arrojó la denominada Madre de Todas las Bombas (Massive Ordnance Air Blast) en abril de 2017, la mayor arma no nuclear de que dispone el Pentágono.
Estos acontecimientos en curso han llevado la deshumanización del pueblo afgano a nuevas profundidades. Ya sean asesinados los afganos mediante ataques con drones, aviones convencionales de combate o por bombas gigantescas, las identidades de las verdaderas víctimas permanecen con demasiada frecuencia en la oscuridad.
El nuevo video del tiroteo proporciona aún más razones para creer que estas cosas no suceden por accidente. Para muchos soldados estadounidenses, matar afganos inocentes se ha convertido claramente en motivo de diversión; un jolgorio acompañado por los ritmos de Kendrick Lamar. El fenómeno puede resultar nuevo para muchos en Occidente, pero no lo es para los afganos familiarizados con lo que sucede sobre el terreno.
Cuando yo mismo vi el video, no me causó conmoción ni sorpresa. Como alguien que trata de investigar los crímenes de guerra de EE. UU. en Afganistán, ver a uno de sus soldados disparando al azar contra un camionero no resulta nada nuevo. Desde que la guerra se inició en 2001, ha habido innumerables relatos sobre ese tipo de sucesos: Secuestros de taxistas inocentes para torturarles hasta la muerte en prisiones secretas. Caza de adolescentes afganos como si fuera un deporte, recogiendo alguna parte de su cuerpo como trofeo. Disparar masivamente contra mujeres y bebés en medio de un desenfreno auspiciado por el alcohol. Gracias a la “guerra contra el terror”, este tipo de cosas forman parte de la realidad de Afganistán desde hace casi dos décadas.
Pero como muchas de estas historias son trasmitidas por voces afganas, pocos en el mundo occidental quieren escucharlas.
Siempre hay alguna razón para dudar de esas narrativas cuando son relatadas por los “lugareños”. A juzgar por las noticias y la conducta de los observadores y periodistas occidentales, esta parece ser la regla no escrita que se ha convertido en práctica habitual. Incluso después de la difusión del video del tiroteo, parecía que mucha gente ponía en duda la cruel realidad de la guerra de Afganistán, creyendo ingenuamente todavía que los ejércitos de Occidente invadieron el país para extender la democracia y la libertad y ganarse los corazones y las mentes.
En lo que se refiere a la mayoría de los afganos, nunca fue de ganar corazones ni mentes. En cambio, nuestra realidad ha venido conformada por tiroteos, asesinatos y torturas.
Quizá fuera instructivo para los estadounidenses imaginarse el escenario inverso para visualizar un poco mejor la perspectiva afgana. Supongan que soldados afganos y sus aliados, que pueden proceder de Irán, Pakistán y algunos países árabes, invadieran EE. UU. y empezaran a bombardear aleatoriamente con aviones teledirigidos a pueblos lejanos desde sus cabinas remotas en Kabul y Kandahar. Que sus soldados realizaran incursiones nocturnas para matar “terroristas”, asesinando, en muchos de los casos, a civiles, a niños, a mujeres embarazadas, antes de desaparecer en medio de la oscuridad de la noche. Al mismo tiempo, que políticos afganos firmen contratos con señores de la guerra y milicianos de extrema derecha; tipos interesados en muchas cosas menos en el destino de su propio pueblo y en que muchos de ellos están siendo aniquilados.
Por último, pero no menos importante, tras perpetrar crímenes de guerra, los responsables podrían decir que van a llevar a cabo una “investigación”, que acabará en nada, como siempre.
Tal vez, una vez llevado a cabo este experimento, los estadounidenses serían capaces de considerar este último video como algo distinto a unos combatientes por la libertad cazando terroristas.
Emran Feroz es un periodista freelance que reside en Alemania y es el fundador del Drone Memorial, una página de Internet que recoge los nombres de las víctimas de los ataques con drones.
Fuente: https://www.aljumhuriya.net/en/content/no-surprise
Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.