sábado, 26 de septiembre de 2015

Papa Francisco pide un nuevo gobierno mundial para salvar a la humanidad

Papa Francisco pide un nuevo gobierno mundial para salvar a la humanidad

26/9/2015 01:11:00
TAL COMO LO ANTICIPE, FRANCISCO PIDE UN GOBIERNO MUNDIAL PARA COMBATIR EL CAMBIO CLIMÁTICO.




El Papa Francisco dijo que elcalentamiento global es un hecho y que se necesita un gobierno político mundial, con el fin de salvar a la humanidad del desastre total.

"El cambio climático es real y peligroso. Se necesita un nuevosistema de gobierno mundial para hacer frente a esta amenaza sin precedentes. Esta nueva autoridad política, estaría a cargo de la reducción de la contaminación y del desarrollo de los países y regiones pobres", dijo el Papa en una carta dirigida a los obispos católicos, según publica Indepent.

"Las recientes cumbres en el mundo sobre el medio ambiente, no han logrado cumplir con las expectativas, ya que, debido a la falta de voluntad política, no fueron capaces de llegar a acuerdos globales verdaderamente significativas y eficaces sobre el medio ambiente", escribió el Papa en la encíclica.

Los científicos señalan que las declaraciones del Papa son cruciales para fomentar un debate sobre el cambio climático, que no tome en cuenta las opiniones de los laboratorios y de la moral. "Hoy la ciencia ha demostrado más allá de toda duda razonable", dijeron.

Algunos escépticos del clima, desestimaron sus declaraciones, quienes dijeron que una figura religiosa como el Papa debe mantenerse al margen de hacer declaraciones científicas.

Pero el profesor Myles Allen, de la Universidad de Oxford, dijo: "Lo que me parece másdesconcertante es la sugerencia que hace. No tiene porque hablar sobre el cambio climático. Los críticos están de acuerdo, en gran parte, con la corriente principal de la ciencia del clima".

Francisco dijo que aunque el documento está dirigido principalmente a los católicos, tiene mucho interés para que otros lo lean también. Es la primera vez que una encíclica se ha dirigido a todo el mundo, y los miembros de otras religiones se unieron en torno al mensaje. AcontecerCristiano.Net


Periodista alemán revela planes del Estado Islámico para crear un "tsunami atómico" por todo el mundo

 
 






Un periodista alemán veterano que se convirtió en el primero en ganar acceso como reportero incrustado con Estado Islámico (ISIS), reveló el grupo terrorista yihadista planea traer aniquilación nuclear en todo el mundo. El periodista, Jurgen Todenhöfer (75), dio a conocer sus conclusiones en un libro llamado "Inside ES - Diez Días en el Estado Islámico", informa la británica Daily Express en Friday.Todenhofer, que anteriormente era un MP en el partido CDU de la canciller alemana, Angela Merkel antes de volverse hacia el periodismo en 2000 como reportero de guerra, pasó diez días con ISIS.

Él fue supervisado durante su visita por "jihadista Juan," el terrorista ISIS desde el Reino Unido llamado Mohammed Emwazi que ganó fama en los videos horribles. Según el periodista, Occidente no está preparado para ISIS. Él escribe que "los terroristas planean matar a varios cientos de millones de personas. El oeste está subestimando drásticamente el poder de ISIS." ISIS tiene la intención de poner sus manos sobre las armas nucleares, dice Todenhöfer, llamando al grupo un "tsunami nuclear preparar la mayor limpieza religiosa en la historia


Aumenta en España la presencia militar de EEUU en la base naval de Rota

Aumenta en España la presencia militar de EEUU en la base naval de Rota
 
 
26/9/2015 00:59:24
USS Carney, el destructor de la clase Arleigh Burke de misiles guiados que forman parte del escudo antimisiles de la OTAN.
El “USS Carney”, el cuarto y último de los destructores de la clase Arleigh Burke de misiles guiados que forman parte del escudo antimisiles de la OTAN, ha arribado este viernes a la base aeronaval de Rota (Cádiz).
“Carney se une a USS Donald Cook, el USS Ross, y el USS Porter como la cuarta, y última, de nuestros destructores prospectivas desplegado en Rota”, ha anunciado el comandante de las Fuerzas Navales Estadounidense Europa-África (USNFEA, por sus siglas en inglés), Mark Ferguson, a su llegada a la base de Rota, en el sur de España.
El “Carney”, con sus 338 marines a bordo, ha sido recibido en la base naval de uso conjunto por autoridades españolas y norteamericanas. Allí Ferguson ha explicado que este destructor completa el dispositivo de escudo antimisiles de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Europa.
Esta nave llevará a cabo “una amplia gama de misiones de apoyo a la seguridad de Europa”, ha agregado Ferguson.
El despliegue permanente de cuatro destructores en Rota se encuadra en el programa del escudo antimisiles de la Alianza Atlántica (OTAN) en el sur de Europa para proteger a los países miembros contra las crecientes amenazas que planea la proliferación de misiles balísticos.
De ahí que el comandante Ferguson ha recalcado que el despliegue de estos destructores “refuerza la estrecha alianza de Estados Unidos con Europa” para “defender y proteger a los aliados”.
España, miembro de la OTAN desde 1982, mantiene dos bases militares con una presencia permanente en Estados Unidos – una base aérea en Sevilla y un combinado de aire y la base naval en Cádiz.
La presencia de bases militares de la OTAN en España ha provocado una ola de protestas del pueblo que denuncia la postura belicista del Gobierno de Mariano Rajoy.
El pasado 25 de abril, cientos de personas se volcaron a las calles de Madrid, capital española, para rechazar el emplazamiento de bases militares de la Alianza Atlántica en su país.
En este sentido, el 17 de noviembre de 2014, el secretario general del partido Podemos, Pablo Iglesias, aseguró que si llegase a ser presidente del Gobierno, retiraría al país de la OTAN, una promesa que reiteró el pasado 15 de febrero.
HispanTV

Rusia envía barcos de guerra a las costas de Siria


Rusia envía barcos de guerra a las costas de Siria
 
 
  

Varios barcos rusos han zarpado rumbo a la costa de Siria, encabezados por el buque de misiles Moskvá, crucero insignia de la Flota del mar Negro, que partió del puerto de Sebastopol este jueves, según informó el Ministerio de Defensa de Rusia. La nave entrará en aguas territoriales de Siria la tarde del domingo.
El Moskvá participará en una serie de ejercicios militares anunciados previamente por el Ministerio ruso de Defensa, y lo hará junto con otras naves, como el buque patrulla Smetlivi, el crucero anfibio Sarátov y barcos de apoyo. Además, el buques patrulla Ladni y el barco de misiles R-109, ya han pasado por el Bósforo y se unirán a los demás barcos de la Flota para las maniobras.
Buque de misiles Moskvá
Este plan de capacitación de las tropas fue aprobado a finales de 2014. De conformidad con el derecho internacional, la zona donde tendrán lugar los ejercicios ha sido declarada peligrosa para la navegación y la aviación, informa ‘Zvezda’.
Durante el entrenamiento de las tripulaciones se llevarán a cabo más de 40 ejercicios de combate, entre ellos el lanzamiento de misiles y de artillería, así como de defensa antisubmarina, antiaérea y antibuque.
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Fuente: http://actualidad.rt.com/actualidad/186867-rusia-envia-barcos-flota-mar-negro-siria-mediterraneo


 

Eclipse de súper luna inquieta a la NASA - LAGRANEPOCA.COM



Eclipse de súper luna inquieta a la NASA - LAGRANEPOCA.COM

MiamiDiario

El domingo por la noche y la madrugada del lunes los habitantes de gran parte del mundo, incluido el continente americano, tendrán la oportunidad de disfrutar de un espectáculo poco usual.

Eclipse de súper luna inquieta a la NASA
Eclipse de súper luna inquieta a la NASA. (Richard Heathcote/Getty Images)
Se trata de un eclipse de Luna total (en el que la Luna queda completamente en sombras porque la Tierra se interpone entre ésta y el Sol) que además coincide con una superluna, reseña BBC Mundo.
Una superluna se produce cuando la Luna llena o nueva se encuentra en su punto más cercano a la Tierra.
La última vez que este extraño posicionamiento de los tres cuerpos celestes tuvo lugar fue en 1982. Y el próximo no ocurrirá sino hasta 2033.
Pero mientras que para los amantes de la astronomía este espectáculo -en el que la Luna se torna de un color rojizo- puede ser simplemente hermoso o emocionante, para los expertos de la NASA es un pequeño dolor de cabeza.
¿Por qué? Porque temen que la falta luz solar pueda dejar sin energía a una de sus naves espaciales más importantes: el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO, por sus siglas en inglés), cuya misión consiste en explorar nuestro satélite natural.
“Hay dos cosas que ocurren durante un eclipse: comienza a hacer frío y no hay sol para cargar las baterías”, le explica a la BBC Noah Petro, científico de la agencia espacial.
El eclipse total durará más de una hora y “la nave se quedará sin luz directa del Sol por cerca de tres horas”.
Tecnologías similares previas mostraron dificultades durante los eclipses, pero el LRO fue diseñado específicamente con esto en mente.
Como la sonda recarga sus baterías con energía solar, durante el eclipse la NASA deberá tomar una serie de precauciones. “Precalentamos la nave y luego apagamos los instrumentos para mantenerla segura”.
“Es como con un teléfono, cuando me llega una alerta que me indica que me queda un 20% de batería: puedo apagar el wifi o ciertas aplicaciones que siguen abiertas en el fondo”, señala Noah.
“Anticipamos que todo ocurrirá sin problemas durante el eclipse y nos recuperaremos de sin inconvenientes. Estaremos preparados para ello y listos para resolver lo que suceda”.
“Vamos a estar pendientes de los niveles de las baterías y preparados para reaccionar si algo no sale de acuerdo a lo planificado. Vamos a hacer todo lo posible para que la sonda atraviese el momento del eclipse y salga en buena forma”, añadió el experto.
Por su parte Dawn Myers, del centro de vuelos espaciales Goddard de la Nasa, dijo en un comunicado: “Siempre es estresante cuando está llegando el eclipse, pero seguimos los mismos procedimientos y no hemos tenido ningún problema”.
Artículo original aquí

Evo Morales denuncia ante la ONU la dictadura del capitalismo

 
 
 
26/9/2015 00:52:54

En su discurso en la ONU, el presidente boliviano culpó a las guerras promovidas por Occidente de la crisis de refugiados.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró este viernes que “la guerra es el mejor negocio del capitalismo” al tiempo que insistió en que los países desarrollados son los que siguen respaldando las políticas neoliberales que arremeten contra los más necesitados.
Durante su intervención en el 70 periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el mandatario boliviano indicó que “como consecuencia de las guerras imperiales hoy día los océanos se han convertido en cementerios de refugiados que perecen en el mar y los países se han convertido en trincheras de la guerra”.
El jefe de Estado boliviano denunció ante la ONU que actualmente existen “fabricas de guerras, se satanizan líderes y se criminalizan a Estados progresistas de orientación anticapitalista”. En ese sentido, advirtió que las políticas del sistema capitalista no resuelven las necesidades de la humanidad.
“Hoy día el imperio crea verdaderos ejércitos de fanáticos religiosos que es incapaz de controlar, como el ejército del Estado Islámico”, dijo Morales en referencia a las denuncias de que Estados Unidos financia al grupo terrorista.
Morales denunció la dictadura del sistema capitalista que saquea a los pueblos y alimenta las guerras.
“La economía capitalista opera mediante la dictadura del sistema financiero, favorece a los banqueros y saquea a los pueblos”, dijo el mandatario en la sede de la ONU.
Según Evo, “el capitalismo convierte a los pueblos en extrema pobreza” y “alimenta la industria de la muerte” al promover “aparentes guerras justas”.
En contraposición, bajo las políticas de su gobierno, “en Bolivia la economía se democratiza y se socializa”, dijo el presidente, que inició en enero pasado su tercer mandato (2015-2020).
En otra de sus demandas contra el capitalismo aseguró que esa forma de hacer política afecta de manera directa el medio ambiente y al desarrollo sostenible de la humanidad por lo que llamó a los Gobiernos a trabajar unidos por un mundo de mayor oportunidades.
Más de 150 dirigentes mundiales asisten a la Cumbre de Desarrollo Sostenible que realizará la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con sede en Nueva York (noreste de Estados Unidos) desde el 25 al 27 de septiembre de 2015.
La cumbre tiene como fin adoptar formalmente una nueva agenda de desarrollo y de bienestar común para los próximos 15 años a través del crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente.
En el año 2000 fueron establecidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio que fijó este 2015 como el año objetivo para cumplir metas de agenda social, enfocados particularmente en los países más pobres del mundo.
Telesur

NASA DARÁ UN ANUNCIO IMPORTANTE SOBRE MARTE EL PRÓXIMO 28 DE SEPTIEMBRE DE 2015

 
 
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NASA: El próximo lunes 28 de septiembre de 2015, científicos de la NASA darán una conferencia sobre un importante descubrimiento relacionado a su continua exploración en Marte.
Aunque la agencia no ha dado muchos detalles sobre lo que se hablará en la conferencia, en las redes sociales e internet ya se ha comenzado a especular muchas cosas.
En la conferencia participaran Jim Green, director de ciencia planetaria, Michael Meyer jefe del Programa de Exploración de Marte, Lujendra Ojha del Instituto de Tecnología de Georgia, Mary Beth Wilhelm del Centro de Investigación Ames de la NASA y Alfred McEwen, investigador principal del experimento Imágenes de Alta Resolución Science (HiRISE).
Estos nombres ya han dado algunas pistas de los temas que se abordarán en la conferencia y es que lo que más ha llamado la atención es la presencia de Lujendra Ojha un candidato de doctorado en ciencias planetarias en Georgia Tech ya que muchos se preguntan por qué la NASA invita a un estudiante de posgrado para hablar en un anuncio tan importante.
Y es que en el 2011 Lujendra Ojha descubrió por accidente posibles flujos de agua salada en Marte.
Lujendra  localizó 13 flujos oscuros que han sido llamados  “RSL”(recurrente lineal pendiente).  Aunque hasta el momento no hay pruebas irrefutables de la existencia de agua en estas RSL, Lujendra planteaba que no estaba seguro de cómo este proceso se llevaría a cabo sin agua.
Este proyecto independiente de investigación fue realizado con el apoyo de otros colaboradores entre ellos Alfred McEwen, por lo que la presencia de ambos en la conferencia sugiere que se revelará información importante sobre los RSL.
Investigaciones recientes muestran que el planeta rojo pudo haber ostentado una vez un océano enorme de 137 metros de profundidad que cubría la mitad de su hemisferio norte hace 4,5 millones de años. Pero si la NASA anuncia el descubrimiento de agua líquida,  que fluye bajo tierra  por medio de éstas corrientes, sería un descubrimiento sin igual, ya que como muchos sabemos donde hay agua hay potencial de vida.
Pero hasta el momento estas son especulaciones y tendremos que esperar hasta el lunes para la conferencia. Los mantendremos actualizados sobre este anuncio importante de la NASA.
¿Será que existió o existe vida en Marte? El tiempo lo dirá mientras tanto seguiremos en busca de más vida en el universo.

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" TECHO, TIERRA y TRABAJO" Contundente DISCURSO ANTICAPITALISTA del PAPA en la sede de la ONU

" TECHO, TIERRA y TRABAJO" Contundente DISCURSO ANTICAPITALISTA del PAPA en la sede de la ONU




EL PAPA FRANCISCO EN LA ONU PRONUNCIA UN CONTUNDENTE DISCURSO ANTICAPITALISTA
RT


El Papa Francisco llegó este viernes a la sede de la ONU en Nueva York para intervenir ante la Asamblea General.



El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, mostró su agradecimiento al Papa Francisco por "hacer historia". El Papa acudió este viernes a la 70º Asamblea General de la ONU, en Nueva York, para pronunciarse en español sobre los temas de alcance mundial que más le preocupan, entre ellos la crisis ecológica que "pone en peligro la especie humana".


La ambición sin límites por el poder y la prosperidad material está dañando al medioambiente y afectando aún más a los pobres, subrayó. Según recalcó el Papa, "cualquier daño al medioambiente es un daño a la humanidad".


El Papa abogó por una "incidencia equitativa" de todos los países en la toma de decisiones y denunció la "sumisión asfixiante" que sufren los países en desarrollo por los "sistemas crediticios" que generan pobreza.


Según a él, "ningún individuo o grupo humano se puede considerar omnipotente", ni sentirse "autorizado a pasar por encima" de nadie y de "dignidad". "El poder tecnológico" en manos de ideologías nacionalistas y falsas puede "producir tremendas atrocidades", dijo.


El sumo pontífice también se refirió a los graves problemas vinculados al narcotráfico que "acompañado de la trata de personas, del lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras formas de corrupción", a la explotación sexual y prostitución, al trabajo esclavo, al tráfico de personas y de drogas, al terrorismo, al crimen internacional organizado y a la pobreza extrema.


Francisco alertó, asimismo, contra la posibilidad de "limitarse al ejercicio burocrático" o "creer que una única solución teórica" pueda dar respuesta a estos problemas.


El Papa resaltó, además, la importancia de las normas de la ONU en la solución de problemas internacionales. "Cuando se confunde la norma con un simple instrumento para utilizarlo cuando resulta favorable y para eludirlo cuando no lo es, se abre una verdadera caja de Pandora de fuerzas incontrolables", denunció.


Para el sumo pontífice el reciente acuerdo nuclear con Irán es un ejemplo de la puesta en marcha de estos mecanismos, "una prueba de las posibilidades de la buena voluntad política y del derecho". En cambio, según él, la pésima situación en Oriente Próximo y en África se debe a "intervenciones políticas y militares no coordinadas entre los miembros de la comunidad internacional".


El jueves el sumo pontífice intervino en el Congreso de EE.UU., donde pidió la abolición de la pena de muerte.


Un día después, el papa visitó en la llamada Zona cero el conjunto conmemorativo que recuerda el lugar donde se alzaban las torres del World Trade Center, derribadas en el ataque terrorista del 11 de septiembre del 2011.
Above is the content the blog provided. If incomplete, read the original here.

El papa Francisco, en la Asamblea General de la ONU.Foto:Reuters



Señor Presidente,
Señoras y Señores:
Una vez más, siguiendo una tradición de la que me siento honrado, el Secretario General de las Naciones Unidas ha invitado al Papa a dirigirse a esta honorable Asamblea de las Naciones.
En nombre propio y en el de toda la comunidad católica, Señor Ban Ki-moon, quiero expresarle el más sincero y cordial agradecimiento. Agradezco también sus amables palabras.
Saludo asimismo a los Jefes de Estado y de Gobierno aquí presentes, a los Embajadores, diplomáticos y funcionarios políticos y técnicos que les acompañan, al personal de las Naciones Unidas empeñado en esta 70ª Sesión de la Asamblea General, al personal de todos los programas y agencias de la familia de la ONU, y a todos los que de un modo u otro participan de esta reunión.
Por medio de ustedes saludo también a los ciudadanos de todas las naciones representadas en este encuentro. Gracias por los esfuerzos de todos y de cada uno en bien de la humanidad.
Esta es la quinta vez que un Papa visita las Naciones Unidas. Lo hicieron mis predecesores Pablo VI en 1965, Juan Pablo II en 1979 y 1995 y, mi más reciente predecesor, hoy el Papa emérito Benedicto XVI, en 2008.
Todos ellos no ahorraron expresiones de reconocimiento para la Organización, considerándola la respuesta jurídica y política adecuada al momento histórico, caracterizado por la superación tecnológica de las distancias y fronteras y, aparentemente, de cualquier límite natural a la afirmación del poder.
Una respuesta imprescindible ya que el poder tecnológico, en manos de ideologías nacionalistas o falsamente universalistas, es capaz de producir tremendas atrocidades. No puedo menos que asociarme al aprecio de mis predecesores, reafirmando la importancia que la Iglesia Católica concede a esta institución y las esperanzas que pone en sus actividades.
La historia de la comunidad organizada de los Estados, representada por las Naciones Unidas, que festeja en estos días su 70 aniversario, es una historia de importantes éxitos comunes, en un período de inusitada aceleración de los acontecimientos. Sin pretensión de exhaustividad, se puede mencionar la codificación y el desarrollo del derecho internacional, la construcción de la normativa internacional de derechos humanos, el perfeccionamiento del derecho humanitario, la solución de muchos conflictos y operaciones de paz y reconciliación, y tantos otros logros en todos los campos de la proyección internacional del que hacer humano.
Todas estas realizaciones son luces que contrastan la oscuridad del desorden causado por las ambiciones descontroladas y por los egoísmos colectivos. Es cierto que aún son muchos los graves problemas no resueltos, pero es evidente que, si hubiera faltado toda esa actividad internacional, la humanidad podría no haber sobrevivido al uso descontrolado de sus propias potencialidades. Cada uno de estos progresos políticos, jurídicos y técnicos son un camino de concreción del ideal de la fraternidad humana y un medio para su mayor realización.
Rindo por eso homenaje a todos los hombres y mujeres que han servido leal y sacrificadamente a toda la humanidad en estos 70 años. En particular, quiero recordar hoy a los que han dado su vida por la paz y la reconciliación de los pueblos, desde Dag Hammarskjöld hasta los muchísimos funcionarios de todos los niveles, fallecidos en las misiones humanitarias, de paz y de reconciliación.
La experiencia de estos 70 años, más allá de todo lo conseguido, muestra que la reforma y la adaptación a los tiempos es siempre necesaria, progresando hacia el objetivo último de conceder a todos los países, sin excepción, una participación y una incidencia real y equitativa en las decisiones.
Tal necesidad de una mayor equidad, vale especialmente para los cuerpos con efectiva capacidad ejecutiva, como es el caso del Consejo de Seguridad, los organismos financieros y los grupos o mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas.
Esto ayudará a limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo. Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia.
La labor de las Naciones Unidas, a partir de los postulados del Preámbulo y de los primeros artículos de su Carta Constitucional, puede ser vista como el desarrollo y la promoción de la soberanía del derecho, sabiendo que la justicia es requisito indispensable para obtener el ideal de la fraternidad universal.
En este contexto, cabe recordar que la limitación del poder es una idea implícita en el concepto de derecho.
Dar a cada uno lo suyo, siguiendo la definición clásica de justicia, significa que ningún individuo o grupo humano se puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de la dignidad y de los derechos de las otras personas singulares o de sus agrupaciones sociales.
La distribución fáctica del poder (político, económico, de defensa, tecnológico, etc.) entre una pluralidad de sujetos y la creación de un sistema jurídico de regulación de las pretensiones e intereses, concreta la limitación del poder.
El panorama mundial hoy nos presenta, sin embargo, muchos falsos derechos, y –a la vez– grandes sectores indefensos, víctimas más bien de un mal ejercicio del poder: el ambiente natural y el vasto mundo de mujeres y hombres excluidos.
Dos sectores íntimamente unidos entre sí, que las relaciones políticas y económicas preponderantes han convertido en partes frágiles de la realidad. Por eso hay que afirmar con fuerza sus derechos, consolidando la protección del ambiente y acabando con la exclusión.
Ante todo, hay que afirmar que existe un verdadero “derecho del ambiente” por un doble motivo.

Primero, porque los seres humanos somos parte del ambiente. Vivimos en comunión con él, porque el mismo ambiente comporta límites éticos que la acción humana debe reconocer y respetar.
El hombre, aun cuando está dotado de “capacidades inéditas” que “muestran una singularidad que trasciende el ámbito físico y biológico” (Laudato si’, 81), es al mismo tiempo una porción de ese ambiente.
Tiene un cuerpo formado por elementos físicos, químicos y biológicos, y solo puede sobrevivir y desarrollarse si el ambiente ecológico le es favorable.
Cualquier daño al ambiente, por tanto, es un daño a la humanidad.
Segundo, porque cada una de las creaturas, especialmente las vivientes, tiene un valor en sí misma, de existencia, de vida, de belleza y de interdependencia con las demás creaturas.
Los cristianos, junto con las otras religiones monoteístas, creemos que el universo proviene de una decisión de amor del Creador, que permite al hombre servirse respetuosamente de la creación para el bien de sus semejantes y para gloria del Creador, pero que no puede abusar de ella y mucho menos está autorizado a destruirla. Para todas las creencias religiosas, el ambiente es un bien fundamental (cf. ibíd., 81).
El abuso y la destrucción del ambiente, al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión.
En efecto, un afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material lleva tanto a abusar de los recursos materiales disponibles como a excluir a los débiles y con menos habilidades, ya sea por tener capacidades diferentes (discapacitados) o porque están privados de los conocimientos e instrumentos técnicos adecuados o poseen insuficiente capacidad de decisión política.
La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente.
Los más pobres son los que más sufren estos atentados por un triple grave motivo: son descartados por la sociedad, son al mismo tiempo obligados a vivir del descarte y deben sufrir injustamente las consecuencias del abuso del ambiente. Estos fenómenos conforman la hoy tan difundida e inconscientemente consolidada “cultura del descarte”.
Lo dramático de toda esta situación de exclusión e inequidad, con sus claras consecuencias, me lleva junto a todo el pueblo cristiano y a tantos otros a tomar conciencia también de mi grave responsabilidad al respecto, por lo cual alzo mi voz, junto a la de todos aquellos que anhelan soluciones urgentes y efectivas.
La adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la Cumbre mundial que iniciará hoy mismo, es una importante señal de esperanza. Confío también que la Conferencia de París sobre cambio climático logre acuerdos fundamentales y eficaces.
No bastan, sin embargo, los compromisos asumidos solemnemente, aun cuando constituyen un paso necesario para las soluciones.
La definición clásica de justicia a que aludí anteriormente contiene como elemento esencial una voluntad constante y perpetua: Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi.
El mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica, constante, de pasos concretos y medidas inmediatas, para preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado.
Es tal la magnitud de estas situaciones y el grado de vidas inocentes que va cobrando, que hemos de evitar toda tentación de caer en un nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias.
Debemos cuidar que nuestras instituciones sean realmente efectivas en la lucha contra todos estos flagelos.
La multiplicidad y complejidad de los problemas exige contar con instrumentos técnicos de medida. Esto, empero, comporta un doble peligro: limitarse al ejercicio burocrático de redactar largas enumeraciones de buenos propósitos –metas, objetivos e indicadores estadísticos–, o creer que una única solución teórica y apriorística dará respuesta a todos los desafíos.
No hay que perder de vista, en ningún momento, que la acción política y económica, solo es eficaz cuando se la entiende como una actividad prudencial, guiada por un concepto perenne de justicia y que no pierde de vista en ningún momento que, antes y más allá de los planes y programas, hay mujeres y hombres concretos, iguales a los gobernantes, que viven, luchan y sufren, y que muchas veces se ven obligados a vivir miserablemente, privados de cualquier derecho.
Para que estos hombres y mujeres concretos puedan escapar de la pobreza extrema, hay que permitirles ser dignos actores de su propio destino.
El desarrollo humano integral y el pleno ejercicio de la dignidad humana no pueden ser impuestos.
Deben ser edificados y desplegados por cada uno, por cada familia, en comunión con los demás hombres y en una justa relación con todos los círculos en los que se desarrolla la socialidad humana –amigos, comunidades, aldeas y municipios, escuelas, empresas y sindicatos, provincias, naciones–.
Esto supone y exige el derecho a la educación –también para las niñas, excluidas en algunas partes–, que se asegura en primer lugar respetando y reforzando el derecho primario de las familias a educar, y el derecho de las Iglesias y de agrupaciones sociales a sostener y colaborar con las familias en la formación de sus hijas e hijos. La educación, así concebida, es la base para la realización de la Agenda 2030 y para recuperar el ambiente.
Al mismo tiempo, los gobernantes han de hacer todo lo posible a fin de que todos puedan tener la mínima base material y espiritual para ejercer su dignidad y para formar y mantener una familia, que es la célula primaria de cualquier desarrollo social.
Ese mínimo absoluto tiene en lo material tres nombres: techo, trabajo y tierra; y un nombre en lo espiritual: libertad del espíritu, que comprende la libertad religiosa, el derecho a la educación y los otros derechos cívicos.
Por todo esto, la medida y el indicador más simple y adecuado del cumplimiento de la nueva Agenda para el desarrollo será el acceso efectivo, práctico e inmediato, para todos, a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda propia, trabajo digno y debidamente remunerado, alimentación adecuada y agua potable; libertad religiosa, y más en general libertad del espíritu y educación.
Al mismo tiempo, estos pilares del desarrollo humano integral tienen un fundamento común, que es el derecho a la vida y, más en general, lo que podríamos llamar el derecho a la existencia de la misma naturaleza humana.
La crisis ecológica, junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad, puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana.
Las nefastas consecuencias de un irresponsable desgobierno de la economía mundial, guiado solo por la ambición de lucro y de poder, deben ser un llamado a una severa reflexión sobre el hombre: “El hombre no es solamente una libertad que él se crea por sí solo. El hombre no se crea a sí mismo. Es espíritu y voluntad, pero también naturaleza” (Benedicto XVI, Discurso al Parlamento Federal de Alemania, 22 septiembre 2011; citado en Laudato si’, 6).
La creación se ve perjudicada “donde nosotros mismos somos las últimas instancias [...] El derroche de la creación comienza donde no reconocemos ya ninguna instancia por encima de nosotros, sino que solo nos vemos a nosotros mismos” (Id., Discurso al Clero de la Diócesis de Bolzano-Bressanone, 6 agosto 2008; citado ibíd.).
Por eso, la defensa del ambiente y la lucha contra la exclusión exigen el reconocimiento de una ley moral inscrita en la propia naturaleza humana, que comprende la distinción natural entre hombre y mujer (cf. Laudato si’, 155), y el absoluto respeto de la vida en todas sus etapas y dimensiones (cf. ibíd., 123; 136).
Sin el reconocimiento de unos límites éticos naturales insalvables y sin la actuación inmediata de aquellos pilares del desarrollo humano integral, el ideal de “salvar las futuras generaciones del flagelo de la guerra” (Carta de las Naciones Unidas, Preámbulo) y de “promover el progreso social y un más elevado nivel de vida en una más amplia libertad” (ibíd.) corre el riesgo de convertirse en un espejismo inalcanzable o, peor aún, en palabras vacías que sirven de excusa para cualquier abuso y corrupción, o para promover una colonización ideológica a través de la imposición de modelos y estilos de vida anómalos, extraños a la identidad de los pueblos y, en último término, irresponsables.
La guerra es la negación de todos los derechos y una dramática agresión al ambiente. Si se quiere un verdadero desarrollo humano integral para todos, se debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre las naciones y entre los pueblos.
Para tal fin hay que asegurar el imperio incontestado del derecho y el infatigable recurso a la negociación, a los buenos oficios y al arbitraje, como propone la Carta de las Naciones Unidas, verdadera norma jurídica fundamental.
La experiencia de los 70 años de existencia de las Naciones Unidas, en general, y en particular la experiencia de los primeros 15 años del tercer milenio, muestran tanto la eficacia de la plena aplicación de las normas internacionales como la ineficacia de su incumplimiento.
Si se respeta y aplica la Carta de las Naciones Unidas con transparencia y sinceridad, sin segundas intenciones, como un punto de referencia obligatorio de justicia y no como un instrumento para disfrazar intenciones espurias, se alcanzan resultados de paz.
Cuando, en cambio, se confunde la norma con un simple instrumento, para utilizar cuando resulta favorable y para eludir cuando no lo es, se abre una verdadera caja de Pandora de fuerzas incontrolables, que dañan gravemente las poblaciones inermes, el ambiente cultural e incluso el ambiente biológico.
El Preámbulo y el primer artículo de la Carta de las Naciones Unidas indican los cimientos de la construcción jurídica internacional: la paz, la solución pacífica de las controversias y el desarrollo de relaciones de amistad entre las naciones. Contrasta fuertemente con estas afirmaciones, y las niega en la práctica, la tendencia siempre presente a la proliferación de las armas, especialmente las de destrucción masiva como pueden ser las nucleares.
Una ética y un derecho basados en la amenaza de destrucción mutua –y posiblemente de toda la humanidad– son contradictorios y constituyen un fraude a toda la construcción de las Naciones Unidas, que pasarían a ser “Naciones unidas por el miedo y la desconfianza”.
Hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares, aplicando plenamente el Tratado de no proliferación, en la letra y en el espíritu, hacia una total prohibición de estos instrumentos.
El reciente acuerdo sobre la cuestión nuclear en una región sensible de Asia y Oriente Medio es una prueba de las posibilidades de la buena voluntad política y del derecho, ejercitados con sinceridad, paciencia y constancia. Hago votos para que este acuerdo sea duradero y eficaz y dé los frutos deseados con la colaboración de todas las partes implicadas.
En ese sentido, no faltan duras pruebas de las consecuencias negativas de las intervenciones políticas y militares no coordinadas entre los miembros de la comunidad internacional. Por eso, aun deseando no tener la necesidad de hacerlo, no puedo dejar de reiterar mis repetidos llamamientos en relación con la dolorosa situación de todo el Oriente Medio, del norte de África y de otros países africanos, donde los cristianos, junto con otros grupos culturales o étnicos e incluso junto con aquella parte de los miembros de la religión mayoritaria que no quiere dejarse envolver por el odio y la locura, han sido obligados a ser testigos de la destrucción de sus lugares de culto, de su patrimonio cultural y religioso, de sus casas y haberes y han sido puestos en la disyuntiva de huir o de pagar su adhesión al bien y a la paz con la propia vida o con la esclavitud.
Estas realidades deben constituir un serio llamado a un examen de conciencia de los que están a cargo de la conducción de los asuntos internacionales. No solo en los casos de persecución religiosa o cultural, sino en cada situación de conflicto, como en Ucrania, en Siria, en Irak, en Libia, en Sudán del Sur y en la región de los Grandes Lagos, hay rostros concretos antes que intereses de parte, por legítimos que sean. En las guerras y conflictos hay seres humanos singulares, hermanos y hermanas nuestros, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, niños y niñas, que lloran, sufren y mueren. Seres humanos que se convierten en material de descarte cuando solo la actividad consiste en enumerar problemas, estrategias y discusiones.
Como pedía al Secretario General de las Naciones Unidas en mi carta del 9 de agosto de 2014, “la más elemental comprensión de la dignidad humana (obliga) a la comunidad internacional, en particular a través de las normas y los mecanismos del derecho internacional, a hacer todo lo posible para detener y prevenir ulteriores violencias sistemáticas contra las minorías étnicas y religiosas” y para proteger a las poblaciones inocentes.
En esta misma línea quisiera hacer mención a otro tipo de conflictividad no siempre tan explicitada pero que silenciosamente viene cobrando la muerte de millones de personas. Otra clase de guerra viven muchas de nuestras sociedades con el fenómeno del narcotráfico. Una guerra “asumida” y pobremente combatida. El narcotráfico por su propia dinámica va acompañado de la trata de personas, del lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras formas de corrupción.
Corrupción que ha penetrado los distintos niveles de la vida social, política, militar, artística y religiosa, generando, en muchos casos, una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones.
Comencé esta intervención recordando las visitas de mis predecesores. Quisiera ahora que mis palabras fueran especialmente como una continuación de las palabras finales del discurso de Pablo VI, pronunciado hace casi exactamente 50 años, pero de valor perenne: “Ha llegado la hora en que se impone una pausa, un momento de recogimiento, de reflexión, casi de oración: volver a pensar en nuestro común origen, en nuestra historia, en nuestro destino común. Nunca, como hoy, (...) ha sido tan necesaria la conciencia moral del hombre, porque el peligro no viene ni del progreso ni de la ciencia, que, bien utilizados, podrán (...) resolver muchos de los graves problemas que afligen a la humanidad” (Discurso a los Representantes de los Estados, 4 de octubre de 1965). Entre otras cosas, sin duda, la genialidad humana, bien aplicada, ayudará a resolver los graves desafíos de la degradación ecológica y de la exclusión. Continúo con Pablo VI: “El verdadero peligro está en el hombre, que dispone de instrumentos cada vez más poderosos, capaces de llevar tanto a la ruina como a las más altas conquistas” (ibíd.).
La casa común de todos los hombres debe continuar levantándose sobre una recta comprensión de la fraternidad universal y sobre el respeto de la sacralidad de cada vida humana, de cada hombre y cada mujer; de los pobres, de los ancianos, de los niños, de los enfermos, de los no nacidos, de los desocupados, de los abandonados, de los que se juzgan descartables porque no se los considera más que números de una u otra estadística. La casa común de todos los hombres debe también edificarse sobre la comprensión de una cierta sacralidad de la naturaleza creada.
Tal comprensión y respeto exigen un grado superior de sabiduría, que acepte la trascendencia, renuncie a la construcción de una elite omnipotente, y comprenda que el sentido pleno de la vida singular y colectiva se da en el servicio abnegado de los demás y en el uso prudente y respetuoso de la creación para el bien común.
Repitiendo las palabras de Pablo VI, “el edificio de la civilización moderna debe levantarse sobre principios espirituales, los únicos capaces no sólo de sostenerlo, sino también de iluminarlo” (ibíd.).

El gaucho Martín Fierro, un clásico de la literatura en mi tierra natal, canta: “Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera”.
El mundo contemporáneo, aparentemente conexo, experimenta una creciente y sostenida fragmentación social que pone en riesgo "todo fundamento de la vida social" y por lo tanto "termina por enfrentarnos unos con otros para preservar los propios intereses" (Laudato si’, 229).
El tiempo presente nos invita a privilegiar acciones que generen dinamismos nuevos en la sociedad hasta que fructifiquen en importantes y positivos acontecimientos históricos (cf. Evangelii gaudium, 223). No podemos permitirnos postergar «algunas agendas» para el futuro. El futuro nos pide decisiones críticas y globales de cara a los conflictos mundiales que aumentan el número de excluidos y necesitados.
La laudable construcción jurídica internacional de la Organización de las Naciones Unidas y de todas sus realizaciones, perfeccionable como cualquier otra obra humana y, al mismo tiempo, necesaria, puede ser prenda de un futuro seguro y feliz para las generaciones futuras. Lo será si los representantes de los Estados sabrán dejar de lado intereses sectoriales e ideologías, y buscar sinceramente el servicio del bien común. Pido a Dios Todopoderoso que así sea, y les aseguro mi apoyo, mi oración y el apoyo y las oraciones de todos los fieles de la Iglesia Católica, para que esta Institución, todos sus Estados miembros y cada uno de sus funcionarios, rinda siempre un servicio eficaz a la humanidad, un servicio respetuoso de la diversidad y que sepa potenciar, para el bien común, lo mejor de cada pueblo y de cada ciudadano.
La bendición del Altísimo, la paz y la prosperidad para todos ustedes y para todos sus pueblos. Gracias.
Impactante discurso de Francisco en el Congreso de EEUU





El Papa Francisco pronunció este jueves un discurso en el Congreso de Estados Unidos, con lo que se convirtió en el primer Sumo Pontífice en intervenir ante el Legislativo norteamericano.


Durante sus palabras a los miembros del Parlamento, la máxima autoridad de la Iglesia católica habló sobre varios aspectos que incumben a esa institución estadounidense, algunas de las cuales han causado gran controversia.


A continuación el texto completo de la intervención.


Señor Vicepresidente,
Señor Presidente,


Distinguidos Miembros del Congreso, Queridos amigos:


Les agradezco la invitación que me han hecho a que les dirija la palabra en esta sesión conjunta del Congreso en «la tierra de los libres y en la patria de los valientes». Me gustaría pensar que lo han hecho porque también yo soy un hijo de este gran continente, del que todos nosotros hemos recibido tanto y con el que tenemos una responsabilidad común.


Cada hijo o hija de un país tiene una misión, una responsabilidad personal y social. La de ustedes como Miembros del Congreso, por medio de la actividad legislativa, consiste en hacer que este País crezca como Nación. Ustedes son el rostro de su pueblo, sus representantes. Y están llamados a defender y custodiar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda constante y exigente del bien común, pues éste es el principal desvelo de la política.


La sociedad política perdura si se plantea, como vocación, satisfacer las necesidades comunes favoreciendo el crecimiento de todos sus miembros, especialmente de los que están en situación de mayor vulnerabilidad o riesgo.


La actividad legislativa siempre está basada en la atención al pueblo. A eso han sido invitados, llamados, convocados por las urnas.


Se trata de una tarea que me recuerda la figura de Moisés en una doble perspectiva. Por un lado, el Patriarca y legislador del Pueblo de Israel simboliza la necesidad que tienen los pueblos de mantener la conciencia de unidad por medio de una legislación justa.


Por otra parte, la figura de Moisés nos remite directamente a Dios y por lo tanto a la dignidad trascendente del ser humano. Moisés nos ofrece una buena síntesis de su labor: ustedes están invitados a proteger, por medio de la ley, la imagen y semejanza plasmada por Dios en cada rostro.


En esta perspectiva quisiera hoy no sólo dirigirme a ustedes, sino con ustedes y en ustedes a todo el pueblo de los Estados Unidos. Aquí junto con sus Representantes, quisiera tener la oportunidad de dialogar con miles de hombres y mujeres que luchan cada día para trabajar honradamente, para llevar el pan a su casa, para ahorrar y –poco a poco– conseguir una vida mejor para los suyos.


Que no se resignan solamente a pagar sus impuestos, sino que –con su servicio silencioso– sostienen la convivencia. Que crean lazos de solidaridad por medio de iniciativas espontáneas pero también a través de organizaciones que buscan paliar el dolor de los más necesitados.


Me gustaría dialogar con tantos abuelos que atesoran la sabiduría forjada por los años e intentan de muchas maneras, especialmente a través del voluntariado, compartir sus experiencias y conocimientos.


Sé que son muchos los que se jubilan pero no se retiran; siguen activos construyendo esta tierra. Me gustaría dialogar con todos esos jóvenes que luchan por sus deseos nobles y altos, que no se dejan atomizar por las ofertas fáciles, que saben enfrentar situaciones difíciles, fruto muchas veces de la inmadurez de los adultos.


Con todos ustedes quisiera dialogar y me gustaría hacerlo a partir de la memoria de su pueblo.


Mi visita tiene lugar en un momento en que los hombres y mujeres de buena voluntad conmemoran el aniversario de algunos ilustres norteamericanos.


Salvando los vaivenes de la historia y las ambigüedades propias de los seres humanos, con sus muchas diferencias y límites, estos hombres y mujeres apostaron, con trabajo, abnegación y hasta con su propia sangre, por forjar un futuro mejor. Con su vida plasmaron valores fundantes que viven para siempre en el alma de todo el pueblo.


Un pueblo con alma puede pasar por muchas encrucijadas, tensiones y conflictos, pero logra siempre encontrar los recursos para salir adelante y hacerlo con dignidad.


Estos hombres y mujeres nos aportan una hermenéutica, una manera de ver y analizar la realidad. Honrar su memoria, en medio de los conflictos, nos ayuda a recuperar, en el hoy de cada día, nuestras reservas culturales.


Me limito a mencionar cuatro de estos ciudadanos: Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Thomas Merton.


Estamos en el ciento cincuenta aniversario del asesinato del Presidente Abraham Lincoln, el defensor de la libertad, que ha trabajado incansablemente para que «esta Nación, por la gracia de Dios, tenga una nueva aurora de libertad». Construir un futuro de libertad exige amor al bien común y colaboración con un espíritu de subsidiaridad y solidaridad.


Todos conocemos y estamos sumamente preocupados por la inquietante situación social y política de nuestro tiempo.


El mundo es cada vez más un lugar de conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, cometida incluso en el nombre de Dios y de la religión. Somos conscientes de que ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico. Esto nos urge a estar atentos frente a cualquier tipo de fundamentalismo de índole religiosa o del tipo que fuere.


Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar.


Y, por otra parte, puede generarse una tentación a la que hemos de prestar especial atención: el reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y malos; permítanme usar la expresión: en justos y pecadores. El mundo contemporáneo con sus heridas, que sangran en tantos hermanos nuestros, nos convoca a afrontar todas las polarizaciones que pretenden dividirlo en dos bandos.


Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar. A eso este pueblo dice: No.


Nuestra respuesta, en cambio, es de esperanza y de reconciliación, de paz y de justicia. Se nos pide tener el coraje y usar nuestra inteligencia para resolver las crisis geopolíticas y económicas que abundan hoy. También en el mundo desarrollado las consecuencias de estructuras y acciones injustas aparecen con mucha evidencia.


Nuestro trabajo se centra en devolver la esperanza, corregir las injusticias, mantener la fe en los compromisos, promoviendo así la recuperación de las personas y de los pueblos. Ir hacia delante juntos, en un renovado espíritu de fraternidad y solidaridad, cooperando con entusiasmo al bien común.


El reto que tenemos que afrontar hoy nos pide una renovación del espíritu de colaboración que ha producido tanto bien a lo largo de la historia de los Estados Unidos. La complejidad, la gravedad y la urgencia de tal desafío exige poner en común los recursos y los talentos que poseemos y empeñarnos en sostenernos mutuamente, respetando las diferencias y las convicciones de conciencia.


En estas tierras, las diversas comunidades religiosas han ofrecido una gran ayuda para construir y reforzar la sociedad. Es importante, hoy como en el pasado, que la voz de la fe, que es una voz de fraternidad y de amor, que busca sacar lo mejor de cada persona y de cada sociedad, pueda seguir siendo escuchada.


Tal cooperación es un potente instrumento en la lucha por erradicar las nuevas formas mundiales de esclavitud, que son fruto de grandes injusticias que pueden ser superadas sólo con nuevas políticas y consensos sociales.


Apelo aquí a la historia política de los Estados Unidos, donde la democracia está radicada en la mente del Pueblo. Toda actividad política debe servir y promover el bien de la persona humana y estar fundada en el respeto de su dignidad. «Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que han sido dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos está la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad» (Declaración de Independencia, 4 julio 1776). Si es verdad que la política debe servir a la persona humana, se sigue que no puede ser esclava de la economía y de las finanzas.


La política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible, el de una comunidad que resigna intereses particulares para poder compartir, con justicia y paz, sus bienes, sus intereses, su vida social. No subestimo la dificultad que esto conlleva, pero los aliento en este esfuerzo.


En esta sede quiero recordar también la marcha que, cincuenta años atrás, Martin Luther King encabezó desde Selma a Montgomery, en la campaña por realizar el «sueño» de plenos derechos civiles y políticos para los afro-americanos. Su sueño sigue resonando en nuestros corazones. Me alegro de que Estados Unidos siga siendo para muchos la tierra de los «sueños». Sueños que movilizan a la acción, a la participación, al compromiso. Sueños que despiertan lo que de más profundo y auténtico hay en los pueblos.


En los últimos siglos, millones de personas han alcanzado esta tierra persiguiendo el sueño de poder construir su propio futuro en libertad. Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros. Les hablo como hijo de inmigrantes, como muchos de ustedes que son descendientes de inmigrantes.


Trágicamente, los derechos de cuantos vivieron aquí mucho antes que nosotros no siempre fueron respetados. A estos pueblos y a sus naciones, desde el corazón de la democracia norteamericana, deseo reafirmarles mi más alta estima y reconocimiento.


Aquellos primeros contactos fueron bastantes convulsos y sangrientos, pero es difícil enjuiciar el pasado con los criterios del presente.


Sin embargo, cuando el extranjero nos interpela, no podemos cometer los pecados y los errores del pasado. Debemos elegir la posibilidad de vivir ahora en el mundo más noble y justo posible, mientras formamos las nuevas generaciones, con una educación que no puede dar nunca la espalda a los «vecinos», a todo lo que nos rodea.


Construir una nación nos lleva a pensarnos siempre en relación con otros, saliendo de la lógica de enemigo para pasar a la lógica de la recíproca subsidiaridad, dando lo mejor de nosotros. Confío que lo haremos.


Nuestro mundo está afrontando una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II Guerra Mundial. Lo que representa grandes desafíos y decisiones difíciles de tomar. A lo que se suma, en este continente, las miles de personas que se ven obligadas a viajar hacia el norte en búsqueda de una vida mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportunidades.


¿Acaso no es lo que nosotros queremos para nuestros hijos?


No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegurarles nuestra mejor respuesta a su situación. Una respuesta que siempre será humana, justa y fraterna. Cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo que moleste. Recordemos la regla de oro: «Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes» (Mt 7,12).


Esta regla nos da un parámetro de acción bien preciso: tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con la que queremos ser tratados. Busquemos para los demás las mismas posibilidades que deseamos para nosotros.


Acompañemos el crecimiento de los otros como queremos ser acompañados. En definitiva: queremos seguridad, demos seguridad; queremos vida, demos vida; queremos oportunidades, brindemos oportunidades.


El parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros. La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo.


Esta certeza es la que me ha llevado, desde el principio de mi ministerio, a trabajar en diferentes niveles para solicitar la abolición mundial de la pena de muerte.


Estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito.


Recientemente, mis hermanos Obispos aquí, en los Estados Unidos, han renovado el llamamiento para la abolición de la pena capital. No sólo me uno con mi apoyo, sino que animo y aliento a cuantos están convencidos de que una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación.


En estos tiempos en que las cuestiones sociales son tan importantes, no puedo dejar de nombrar a la Sierva de Dios Dorothy Day, fundadora del Movimiento del trabajador católico. Su activismo social, su pasión por la justicia y la causa de los oprimidos estaban inspirados en el Evangelio, en su fe y en el ejemplo de los santos.


¡Cuánto se ha progresado, en este sentido, en tantas partes del mundo! ¡Cuánto se viene trabajando en estos primeros años del tercer milenio para sacar a las personas de la extrema pobreza! Sé que comparten mi convicción de que todavía se debe hacer mucho más y que, en momentos de crisis y de dificultad económica, no se puede perder el espíritu de solidaridad internacional. Al mismo tiempo, quiero alentarlos a recordar cuán cercanos a nosotros son hoy los prisioneros de la trampa de la pobreza. También a estas personas debemos ofrecerles esperanza.


La lucha contra la pobreza y el hambre ha de ser combatida constantemente, en sus muchos frentes, especialmente en las causas que las provocan. Sé que gran parte del pueblo norteamericano hoy, como ha sucedido en el pasado, está haciéndole frente a este problema.


No es necesario repetir que parte de este gran trabajo está constituido por la creación y distribución de la riqueza.


El justo uso de los recursos naturales, la aplicación de soluciones tecnológicas y la guía del espíritu emprendedor son parte indispensable de una economía que busca ser moderna pero especialmente solidaria y sustentable. «La actividad empresarial, que es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos, puede ser una manera muy fecunda de promover la región donde instala sus emprendimientos, sobre todo si entiende que la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común» (Laudato si’, 129).


Y este bien común incluye también la tierra, tema central de la Encíclica que he escrito recientemente para «entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común» (ibíd., 3). «Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos» (ibíd., 14).


En Laudato si’, aliento el esfuerzo valiente y responsable para «reorientar el rumbo» (N. 61) y para evitar las más grandes consecuencias que surgen del degrado ambiental provocado por la actividad humana. Estoy convencido de que podemos marcar la diferencia y no tengo alguna duda de que los Estados Unidos –y este Congreso– están llamados a tener un papel importante.


Ahora es el tiempo de acciones valientes y de estrategias para implementar una «cultura del cuidado» (ibíd., 231) y una «aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza» (ibíd., 139).


La libertad humana es capaz de limitar la técnica (cf. ibíd., 112); de interpelar «nuestra inteligencia para reconocer cómo deberíamos orientar, cultivar y limitar nuestro poder» (ibíd., 78); de poner la técnica al «servicio de otro tipo de progreso más sano, más humano, más social, más integral» (ibíd., 112). Sé y confío que sus excelentes instituciones académicas y de investigación pueden hacer una contribución vital en los próximos años.


Un siglo atrás, al inicio de la Gran Guerra, «masacre inútil», en palabras del Papa Benedicto XV, nace otro gran norteamericano, el monje cisterciense Thomas Merton. Él sigue siendo fuente de inspiración espiritual y guía para muchos. En su autobiografía escribió: «Aunque libre por naturaleza y a imagen de Dios, con todo, y a imagen del mundo al cual había venido, también fui prisionero de mi propia violencia y egoísmo. El mundo era trasunto del infierno, abarrotado de hombres como yo, que le amaban y también le aborrecían. Habían nacido para amarle y, sin embargo, vivían con temor y ansias desesperadas y enfrentadas».


Merton fue sobre todo un hombre de oración, un pensador que desafió las certezas de su tiempo y abrió horizontes nuevos para las almas y para la Iglesia; fue también un hombre de diálogo, un promotor de la paz entre pueblos y religiones.


En tal perspectiva de diálogo, deseo reconocer los esfuerzos que se han realizado en los últimos meses y que ayudan a superar las históricas diferencias ligadas a dolorosos episodios del pasado. Es mi deber construir puentes y ayudar lo más posible a que todos los hombres y mujeres puedan hacerlo.


Cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo, que podría haber estado interrumpido por motivos legítimos, se abren nuevos horizontes para todos. Esto ha requerido y requiere coraje, audacia, lo cual no significa falta de responsabilidad.


Un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma el momento con un espíritu abierto y pragmático. Un buen político opta siempre por generar procesos más que por ocupar espacios (cf. Evangelii gaudium, 222-223).


Igualmente, ser un agente de diálogo y de paz significa estar verdaderamente determinado a atenuar y, en último término, a acabar con los muchos conflictos armados que afligen nuestro mundo.


Y sobre esto hemos de ponernos un interrogante: ¿por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente.


Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas.


Tres hijos y una hija de esta tierra, cuatro personas, cuatro sueños: Abraham Lincoln, la libertad; Martin Luther King, una libertad que se vive en la pluralidad y la no exclusión; Dorothy Day, la justicia social y los derechos de las personas; y Thomas Merton, la capacidad de diálogo y la apertura a Dios. Cuatro representantes del pueblo norteamericano.


Terminaré mi visita a su País en Filadelfia, donde participaré en el Encuentro Mundial de las Familias. He querido que en todo este Viaje Apostólico la familia fuese un tema recurrente. Cuán fundamental ha sido la familia en la construcción de este País.


Y cuán digna sigue siendo de nuestro apoyo y aliento. No puedo esconder mi preocupación por la familia, que está amenazada, quizás como nunca, desde el interior y desde el exterior.


Las relaciones fundamentales son puestas en duda, como el mismo fundamento del matrimonio y de la familia. No puedo más que confirmar no sólo la importancia, sino por sobre todo, la riqueza y la belleza de vivir en familia.


De modo particular quisiera llamar su atención sobre aquellos componentes de la familia que parecen ser los más vulnerables, es decir, los jóvenes. Muchos tienen delante un futuro lleno de innumerables posibilidades, muchos otros parecen desorientados y sin sentido, prisioneros en un laberinto de violencia, de abuso y desesperación.


Sus problemas son nuestros problemas. No nos es posible eludirlos.


Hay que afrontarlos juntos, hablar y buscar soluciones más allá del simple tratamiento nominal de las cuestiones.


Aun a riesgo de simplificar, podríamos decir que existe una cultura tal que empuja a muchos jóvenes a no poder formar una familia porque están privados de oportunidades de futuro. Sin embargo, esa misma cultura concede a muchos otros, por el contrario, tantas oportunidades, que también ellos se ven disuadidos de formar una familia.


Una Nación es considerada grande cuando defiende la libertad, como hizo Abraham Lincoln; cuando genera una cultura que permita a sus hombres «soñar» con plenitud de derechos para sus hermanos y hermanas, como intentó hacer Martin Luther King; cuando lucha por la justicia y la causa de los oprimidos, como hizo Dorothy Day en su incesante trabajo; siendo fruto de una fe que se hace diálogo y siembra paz, al estilo contemplativo de Merton.


Me he animado a esbozar algunas de las riquezas de su patrimonio cultural, del alma de su pueblo. Me gustaría que esta alma siga tomando forma y crezca, para que los jóvenes puedan heredar y vivir en una tierra que ha permitido a muchos soñar.


Que Dios bendiga a América.


Por Cubadebate | teleSUR
AP


Pubblicato da nicaraguaymas
Above is the content the blog provided. If incomplete, read the original here.

El Grafeno podría obtener Hidrógeno como combustible del aire

 
 
26/9/2015 09:18:36

EL GRAFENO PODRIA OBTENER DEL AIRE HIDROGENO COMO COMBUSTIBLE
El grafeno es una estructura de nido de abeja hecha de átomos de carbono

Venimos repitiendo desde los principios en DESPERTARES que no necesitamos para nada las fuentes de energía actuales súper contaminantes y dañinas para el medio ambiente. Tenemos múltiples alternativas para producir energías limpias y no contaminantes a nuestra disposición que pueden ser utilizadas para producir energía de forma ilimitada y gratuita. Una de ellas es el hidrógeno como combustible, el cual es el elemento más abundante del Universo para más ironía ante la actual escasez de petróleo. El hidrógeno puede ser extraído del agua o incluso del aire fácilmente como se puede ver a continuación. Por mucho que la mafiosa industria del petróleo intente seguir frenando de todas las maneras posibles las nuevas fuentes de energía limpias e inagotables, les será imposible luchar contra la avalancha que se les viene encima.



Membranas de grafeno podrían ser utilizadas para disociar los átomos de hidrógeno del aire de la atmósfera para después generar electricidad, según investigadores ganadores del Premio Nobel.
Podríamos estar ante la llegada de un invento revolucionario que cambiaría el futuro de la humanidad y ello gracias al famoso grafeno y sus múltiples utilidades
Investigadores de la Universidad de Manchester están llevando a cabo un estudio con el fin de hacer del aire un combustible que alimente los vehículos. Permitiría incluso la recolección de hidrógeno a partir del aire.
El ganador del Premio Nobel de física Andre Geim y su equipo han revelado una nueva aplicación del grafeno que podría abrir nuevas puertas en la generación de energía limpia.
El grafeno, que fue aislado por primera vez en 2004, es el material más delgado de la Tierra y es equiparable a un sólo átomo de grosor. Las características de este material le hacen ser 200 veces más fuerte que el acero. Es impermeable a todos los gases y líquidos, por lo que es muy útil, y su descubrimiento allanó el camino en el recubrimiento resistente a la corrosión de los preservativos súper delgados.
En sus últimas investigaciones, Geim y su equipo también han demostrado que este material podría ser potencialmente utilizado en el hidrógeno “tamizado” de la atmósfera, con el propósito de generar electricidad. El hallazgo podría hacer de las células de combustible de hidrógeno más viable que nunca, e incluso poder generar combustible directamente del aire.
“Estamos muy entusiasmados con este resultado, ya que abre un nuevo campo de aplicaciones prometedoras para el grafeno en la recolección de energía limpia y tecnologías basadas en el hidrógeno”, declara Marcelo Lozada-Hidalgo, co-investigador y compañero de Geim en este proyecto.
El propio equipo de investigadores de la Universidad de Manchester se mostraba sorprendido en un tweet que publicaron.
Aunque el grafeno muestra impermeabilidad respecto, incluso, del más pequeño de los átomos, Geim y su equipo encontraron que los protones o átomos de hidrógeno despojados de sus electrones fueron, sin embargo, capaces de pasar a través del material. Ésto ocurrió cuando el grafeno se calentó.
Esto significa que el grafeno podría ser utilizado en las membranas de conductores de protones, que son componentes esenciales de la tecnología de células de combustible.
Este último avance significa que membranas de grafeno podrían utilizarse para extraer hidrógeno de la atmósfera. Si se combinara con células de combustible, esta tecnología podría hacer posible que los coches eléctricos se alimentaran de pequeñas cantidades de hidrógeno en el aire.
“Nuestro estudio proporciona una prueba de que este tipo de dispositivo es posible”, concluye Geim.

f:aquí!!

Las 10 frases más incómodas del Papa en EEUU


matrizur.org

Las 10 frases más incómodas del Papa en EEUU

Matrizur

25 de Septiembre 2015..- Demasiado para un Congreso acostumbrado a escuchar exactamente lo contrario a mensajes de este tipo. Fue aplaudido 37 veces, once de ellas con los asistentes de pie y ovaciones. Al salir del hemiciclo tuvo que hablar en castellano para unas 50.000 personas ansiosas de escucharlo.
- "Les hablo como hijo de inmigrantes. La gente de este continente no le tememos a los extranjeros porque nosotros alguna vez fuimos extranjeros"

- "Nuestro mundo está enfrentando una crisis de refugiados de proporciones tales que no se veía desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. No debemos dejarnos asustar de su número, más bien verlos como personas, mirando sus rostros y escuchando sus historias, intentando responder lo mejor que podemos a sus situaciones. Recordemos la regla de oro: haz a los otros lo que quisieras que los otros te hicieran a ti"
- "Hay que defender la vida humana en cada etapa de su desarrollo. Esta convicción me ha llevado desde el inicio de mi ministerio a apoyar la abolición global de la pena de muerte, porque cada vida es sagrada"
- "Ninguna religión es inmune a formas de engaño individual o extremismo ideológico. Esto significa que debemos estar particularmente atentos a toda forma de fundamentalismo, tanto religioso como de otro tipo"
- "La marcha que Luther King encabezó como parte de su campaña de cumplir su sueño de plenos derechos de civiles y políticos afroestadounidenses continúa inspirándonos. Estoy feliz de que Estados Unidos continúe siendo para muchos una tierra de sueños"
- "La política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible, el de una comunidad que resigna intereses particulares para poder compartir, con justicia y paz, sus bienes, sus intereses, su vida social. No subestimo la dificultad que esto conlleva, pero los aliento en este esfuerzo"
- "¿Por qué se venden armas letales aquellos que planean generar sentimientos indescriptibles a personas? Tristemente la respuesta la sabemos: es por el dinero. Es dinero que está empapado en sangre. Ante este silencio vergonzoso es nuestro deber enfrentar el problema y detener el tráfico de armas".
- "Imitar el odio y la violencia de los tiranos y asesinos es el mejor modo de tomar su puesto. Esto es algo que ustedes, como pueblo, rechazan. La nuestra debe ser una respuesta de esperanza y de sanación, de paz y de justicia"
- "Vivimos en una cultura que presiona a los jóvenes a no armar a una familia, se los convence de que no la inicien. No puedo ocultar mi preocupación por la familia, que está siendo amenazada como nunca antes".
- "En especial quiero llamar la atención a los miembros de las familias que son los más vulnerables: los jóvenes. Muchos parecen desorientados y no tienen un blanco, atrapados en un laberinto de violencia, abuso y desesperación. Sus problemas son nuestros problemas. No podemos evitarlos. Tenemos que enfrentarlos juntos, hablar con ellos".

RESUMEN DE NOTICIAS MEXICO, HOY. AL ESTILO DE PLATAFORMA DISTRITO CERO. dos.

RESUMEN DE NOTICIAS MEXICO,  HOY.  AL ESTILO DE PLATAFORMA DISTRITO CERO. dos.

 

 

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