martes, 13 de noviembre de 2018

Ningún lugar adonde ir, ningún lugar donde vivir


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 Ningún lugar adonde ir, ningún lugar donde vivir

 



Omar Arif Bisharat frente a los escombros de su casa en al-Hadidiya. Annelies Verbeek
Con la atención enfocada en la demolición planificada de la aldea de Khan al-Ahmar, otras áreas del valle del Jordán han caído fuera del radar. Sin embargo, fuera de la vista, la consolidación de Israel sobre el valle del Jordán continúa a ritmo acelerado. El mes pasado el ejército israelí demolió varias estructuras palestinas en las comunidades de al-Hadidiya y en el área de al-Musafa al este de la aldea de Jiftlik.
En al-Hadidiya, en el norte del valle del Jordán, las excavadoras llegaron la mañana del 11 de octubre dejando a Omar Arif Bisharat y ocho familiares, entre ellos cinco niños, sin hogar. Las palomas se posaron sobre los escombros de su casa. Levantó las manos, luchando por transmitir la calamidad de lo que le había sucedido. Además de su hogar, el ejército demolió otras seis estructuras, incluyendo varios corrales de animales. Las palomas, explicó Bisharat, habían sido criadas por su familia. Las jaulas con las palomas en su interior, habían sido demolidas junto con las otras estructuras y las aves ahora rodeaban su antiguo hogar. Las ovejas de la familia también estaban sin hogar.
"No tenía idea de que venían", dijo Bisharat a The Electronic Intifada. "Cuando vi el jeep militar, pensé que iban a venir a la casa de mi vecino", agregó, y dijo que si bien había recibido una orden de demolición, pensó que el caso estaba pendiente y nunca recibió una notificación de que su hogar iba a ser demolido.
La amenaza de demolición de viviendas es un peligro siempre presente para los palestinos en el Valle del Jordán, parte de la llamada Área C de la Cisjordania ocupada sobre la cual Israel mantiene el control civil y militar completo. Como consecuencia, a los palestinos no se les permite construir casas, instalar carpas, cavar pozos de agua a más de 100 metros, construir carreteras o instalar paneles solares o tuberías de agua sin los permisos expedidos por Israel. Estos casi nunca se otorgan.
Bisharat y la comunidad de 112 miembros de al-Hadidiya se quedan ahora tratando de forjarse una vida con los pocos recursos que tienen estos ganaderos. Los aldeanos viven en chozas y carpas de chapa metálica debido a la falta de permisos de construcción y recursos limitados.
Las autoridades israelíes también se niegan a conectar la red eléctrica o de agua a la comunidad. Incluso acceder al pueblo se ha convertido en un gran reto. Se podía llegar al pueblo a través de un camino pavimentado. Pero cuando se construyó la cercana colonia ilegal de Roi en 1976, los colonos levantaron barreras para bloquear el acceso de los palestinos.
Lucha constante
La comunidad se vio obligada a cavar un camino de tierra desde la carretera principal hasta su aldea. Sin un vehículo con tracción en las cuatro ruedas, esta carretera solo se puede bajar a un ritmo extremadamente lento. En invierno, el camino se vuelve embarrado y los autos a menudo se atascan. En partes, la carretera se atasca por pilas de tierra que las autoridades israelíes tiraron allí en un intento de bloquear el acceso.

Un niño rodeado por los escombros de al-Musafa, una comunidad agrícola pobre en el norte del valle del Jordán. Annelies Verbeek
Los lados de la carretera están llenos de restos de tuberías de agua que el ejército israelí cortó después de que los aldeanos intentaran conectarse a la red de agua de la aldea cercana de Tamoun.
Bisharat no sabe qué hacer. Los soldados le dijeron que no podía reconstruir su casa. Pero no tiene otra opción. Por el momento él y su familia se alojan en la casa de un vecino.
El valle del Jordán siempre ha sido un área de importancia estratégica. Los planificadores militares israelíes consideran que la franja de tierra en el este de Cisjordania proporciona una capacidad territorial estratégica vital, que la separa de sus vecinos árabes en el este. Como resultado -independientemente de si el proceso de Oslo estaba en marcha o no- los líderes de Israel nunca consideraron renunciar al control del área después de su ocupación en 1967.
Geográficamente el valle del Jordán divide Cisjordania en dos. La inminente demolición de Khan al-Ahmar se debe en parte a su ubicación junto a la autopista Jerusalén-Jericó. Israel desea utilizar esta área para la expansión de colonias como parte de un plan general, el plan E1, para conectar la parte de Jerusalén ilegalmente anexada con el valle del Jordán, rodeando la ciudad con colonias y dividiendo Cisjordania en dos.
El área también posee un tercio de las reservas de agua de Cisjordania. En un pasado la zona más rica de Palestina, tiene un gran potencial para el desarrollo y sería esencial en la construcción de cualquier futuro Estado palestino.
Pero alrededor del 90 por ciento del valle del Jordán está en el Área C, bajo el control administrativo y militar de Israel. Israel utiliza estas áreas para la expansión de colonias ilegales y obstruye todo tipo de desarrollo palestino.
Al-Musafa
El mismo día en que se demolió la casa de Bisharat, las fuerzas de ocupación israelíes también demolieron la casa y varios corrales de animales más al sur, en el área de al-Musafa. La casa y los corrales pertenecían a Odeh Naji Abu Saoud, de 23 años, quien se casó recientemente y tiene un hijo de 14 meses, Khaled.
"Tengo mucho que decir", dijo a The Electronic Intifada, "pero no sé cómo". Abu Saoud se esfuerza por encontrar las palabras mientras prepara una tienda de campaña donada por la Cruz Roja, dijo, para su familia, sin hogar por segunda vez. La casa anterior de Abu Saoud fue destruida el año pasado.
“Era una buena casa de concreto, con un techo de chapa de hojalata”, dijo. Las autoridades israelíes le habían dicho entonces que vivía en una zona de tiro, una zona militar cerrada, y le dijeron que se moviera 100 metros hacia abajo. Abu Saoud y su esposa se mudaron a este lugar y vivían en una caravana donada por la Unión Europea, dijo Abu Saoud. Sólo dos meses después de la mudanza recibieron un nuevo aviso de demolición.
"La Unión Europea, la Cruz Roja... Sería fantástico si pudieran proteger realmente los materiales que nos entregan”, dijo a The Electronic Intifada Rashid Sawafta, coordinador del grupo de activistas Solidaridad con el Valle del Jordán que hace campaña por los derechos de los palestinos en el área.
Desde 1970 hasta 2012, Israel designó aproximadamente el 56 por ciento del Valle del Jordán como una zona militar cerrada. Según Sawafta, esto tiene poco que ver con las necesidades militares y todo con la apropiación de tierras. Declarar un área zona militar, dijo, a menudo precede al establecimiento de una colonia ilegal.
Se prohíbe formalmente la presencia palestina en zonas militares cerradas. Aún así, y de acuerdo con el grupo de derechos humanos Al-Haq , 38 comunidades palestinas viven en esas áreas en Cisjordania, de las cuales el 80 por ciento están en el área del valle del Jordán y el Mar Muerto o en las colinas del sur de Hebrón.

Las palomas vuelan sobre los escombros de la casa de Bisharat en la pequeña comunidad de al-Hadidiya en el Valle del Jordán. Annelies Verbeek
El ejército israelí organiza regularmente ejercicios de combate en estas áreas, durante los cuales el ejército expulsa temporalmente a los palestinos de sus hogares. Fátima, que prefiere que no se use su nombre real, recibió un aviso en septiembre para que ella y su familia abandonaran su hogar en la comunidad de Ein al-Hilweh antes de los ejercicios militares.
Cuando regresaron, la familia encontró varias de sus vacas fusiladas. Dos murieron, otras dos murieron después de sus heridas. La muerte del ganado fue una enorme pérdida financiera para la familia de Fátima. Una de las vacas aún no había tenido terneros y valía 3.800 dólares, dijo Fátima. Aún visiblemente preocupada por lo que sucedió, Fátima dijo que estaba segura de que el ejército israelí planeaba -eventualmente- expulsarla a ella y a su familia.
"Pero no tenemos otro lugar para ir", dijo. Las familias Bisharat y Abu Saoud expresaron sentimientos similares.
"¿Qué puedo hacer?", Preguntó Bisharat. "Donde quiera que me mueva habrá una ocupación racista". Los israelíes no están interesados ​​en los derechos palestinos sobre la tierra, agregó. “Los israelíes no quieren la convivencia. Sólo quieren un Estado judío".
Abu Saoud ahora planea construir una casa por tercera vez. Esto no es solo un acto de resistencia, sino de necesidad. No hay ningún lugar al que moverse y ningún lugar con espacio para que los animales pasten.
"Reconstruiré mi casa y tal vez vendrán y la demolerán por tercera vez", dijo, sacudiendo la cabeza. "¿Cómo daña mi casa a Israel que necesita destruirla?"
Annelies Verbeek es una periodista belga que vive en Ramallah.
Fuente: https://electronicintifada.net/content/nowhere-go-nowhere-live/25886
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción. 

Un fax para La Habana


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Un fax para La Habana

 

 


En mayo de 2003, bajo el titular “Nunca nos sentimos solos”, apareció en el periódico Juventud Rebelde, de La Habana, una entrevista con Ernesto Gómez Abascal, el último embajador cubano en Iraq antes de que estallase la infame guerra lanzada por Estados Unidos. El diario publicaba algunas fotografías: podía verse la entrada del refugio que habían construido los cubanos en el terreno de la embajada, excavado en la tierra, con una puerta angosta en el cemento. Podía verse, también, al propio embajador, un hombre con el bigote canoso, de mirada limpia, fotografiado ante un dibujo que representaba al Che Guevara.
Los representantes cubanos, cinco personas, se protegieron de los brutales bombardeos norteamericanos que llenaron de cadáveres Bagdad en ese refugio: tenía ocho metros cuadrados, era apenas una celda. El embajador explicaba cómo la pequeña embajada cubana fue un centro de referencia para todas las personas que visitaban Bagdad, movidos por la solidaridad con el pueblo iraquí, para intentar detener la guerra. Allí se acercaron los brigadistas españoles que estaban en Iraq como escudos humanos, en medio del horror y la vergüenza, para encontrar aliento. Un detalle de la entrevista llamaba la atención: el embajador recordaba que el perro de un iraquí vecino enloquecía ladrando antes de que empezasen los bombardeos: los presentía. Como hacían los perros en los días de la guerra civil española, en el Madrid sitiado por el fascismo, en la Barcelona bombardeada por Mussolini.
El 20 de marzo de 2003, comenzó la invasión: sólo quedaban en Bagdad los jefes de las misiones del Vaticano, de Rusia y de Cuba. Los soldados norteamericanos atacaron la caravana diplomática rusa durante la guerra, en un incidente que tuvo gran repercusión internacional, y que, sin duda, respondió a una provocación calculada del Pentágono y la Casa Blanca. Cuando los feroces marines estadounidenses entraron en Bagdad, sólo permanecían ya Cuba y el Vaticano. Un fax enviado por el embajador hasta la lejana ciudad de La Habana, el último de las comunicaciones diarias, lo explicaba todo: "A las seis de la mañana, los cinco cubanos que estamos en Bagdad, cantamos el himno nacional en la azotea de la embajada y procedimos a arriar la bandera cubana antes de salir de Bagdad, ocupada por las tropas estadounidenses, y partir hacia la frontera jordana".
En la entrevista, Ernesto Gómez recordaba: “No debió haber llamado la atención que cinco hombres subieran a la azotea de un edificio diplomático del barrio residencial de Jadriya el viernes 18 de abril de 2003, en un Bagdad caótico, adolorido por sus muertos, que sufre las mutilaciones hechas por misiles cruceros y miles de bombas en los cuerpos de sus vecinos y en sus construcciones, saqueado e incendiado en sus riquezas mayores —la cultura y la Historia—, ultrajado por un ejército de ocupación; sin luz, agua, ni medicinas para sus hijos, entre ellos los más preciados, sus niños. En los cinco, deben confundirse más de un sentimiento contradictorio: la pena y la tristeza, con el orgullo.” Agradecía el embajador los gestos de solidaridad, el fraternal abrazo de los vecinos iraquíes que se turnaban para proteger la embajada cubana durante los saqueos, permitidos por los militares norteamericanos. Hablaba, además, del poder tecnológico del ejército norteamericano, y de la debilidad moral de sus soldados.
El embajador cubano, presente en Bagdad hasta el final, envió un fax a La Habana mientras los perros ladraban, enloquecidos por la amenaza de las bombas, como en los días tristes de la guerra civil española, como en el trágico Yemen de nuestros días. Hoy, cuando leemos esas líneas sobre Bagdad, es inevitable pensar también en la martirizada Siria, en la Libia de los mercados de esclavos, en el mismo Iraq que sigue soportando la guerra, en el devastado Yemen donde decenas de miles de niños corren el riesgo de morir, aplastados por la máquina de guerra de Estados Unidos y sus aliados.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

“Las políticas de Trump son un ensayo de lo que los republicanos han querido implementar en EE.UU. durante mucho tiempo”


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 “Las políticas de Trump son un ensayo de lo que los republicanos han querido implementar en EE.UU. durante mucho tiempo”

 

 


“Las políticas de Trump son un ensayo de lo que los republicanos han querido implementar en EE.UU. durante mucho tiempo”
Mike Pence es uno de los políticos más inteligentes y experimentados de Washington. Y él es básicamente quien está impulsando las políticas de este Gobierno. Ahora bien, es cierto, en ocasiones este Gobierno y el presidente Trump han puesto a Mike Pence y a otros funcionarios en posiciones incómodas por la forma en que él dice las cosas. Pero no hay una sola idea que Trump haya propuesto que no esté arraigada, de una u otra manera, en la visión del Partido Republicano sobre cómo debería funcionar este país.
Lo que vemos en estos ataques a los musulmanes, a la caravana de inmigrantes, es un ensayo de las políticas que los republicanos han querido implementar con libertad total durante mucho tiempo en este país. Y como es tradición en los Gobiernos autoritarios, van a atacar a quienes ellos consideran más vulnerables o a esos grupo a los que el Gobierno puedan culpabilizar ante sus bases, haciéndoles creer que estos compiten con ellos y van a tomar lo que ellos tiene. Si revisamos esta idea de la que Trump y sus voceros han estado hablando, este asunto del Posse Comitatus, la prohibición a los militares de Estados Unidos de ejercer atribuciones propias de las fuerzas públicas, los republicanos, en la Ley de Autorización de Defensa Nacional, bajo el gobierno de Obama, ya estaban dando forma a la eliminación de esa prohibición. Y ese fue uno de los grandes fracasos del Gobierno de Obama. Cuando fueron demandados por periodistas, académicos e intelectuales, algunos de ellos muy prominentes, el Gobierno de Obama intervino en esos casos y obligó a un juez a paralizar el recurso que había pausado temporalmente la implementación de la Ley de Autorización de Defensa Nacional ( NDAA ), debido a la preocupación de que los ciudadanos estadounidenses fueran retenidos de manera clandestina por la CIA , o detenidos indefinidamente sin cargos.
Parte de este asunto nos muestra realmente cómo funciona el Partido Republicano y cómo Trump fue una especie de caballo de Troya. Allan Nairn lo ha dicho en este programa varias veces, y creo que es una de las declaraciones más precisas sobre este momento de la historia. Trump arrastró al poder a los oligarcas de la élite del Partido Republicano en contra de su voluntad. Ningún otro candidato habría ganado esas elecciones en 2016. Trump había desmantelado completamente su integridad frente a los ojos de todo el mundo. Y además, no eran buenos candidatos. Mike Pence no hubiera ganado. Pero en la práctica, a nivel político, es Mike Pence quien está a cargo del país en este momento. Y eso debería ser aterrador para cualquiera que no sea un supremacista blanco, cristiano, de sexo masculino que llama a su esposa “madre”.

Traducido por Lissette Favorite, Pamela Subizar. Edición: Igor Moreno y Democracy Now! en Español
Democracy Now! y The Intercept presentaron una transmisión en vivo de los resultados de las elecciones de mitad de mandato en EE.UU.
El martes 6 de noviembre cuando se cerraron las urnas alrededor de Estados Unidos, Democracy Now! y The Intercept hicieron una cobertura especial en vivo de los resultados de las elecciones de mitad de mandato. Comenzando a las 7 p.m. ET, los presentadores de Democracy Now! Amy Goodman, Nermeen Shaikh y Juan González junto con Jeremy Scahill de The Intercept dieron inicio a la cobertura en vivo por nuestra página web:democracynow.org. Este fue uno de los momentos más destacados de nuestra cobertura.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/2018/11/9/jeremy_scahill_las_politicas_de_trump

Capitán ¿qué es la ideología? ¿Y el adoctrinamiento?


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Capitán ¿qué es la ideología? ¿Y el adoctrinamiento?

 

 


El presidente electo de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, ha declarado que acabará con la ideología en la educación, eliminando la educación sexual y terminando con cualquier reflexión sobre género en las escuelas. Para lograrlo, aparte de nuevas leyes y decretos, ha propuesto que los alumnos filmen a sus profesores para denunciar el “adoctrinamiento izquierdista” y la “sexualización” de los niños en las aulas.
Como consecuencia, en Brasil ya hay casos de profesores acosados y amenazados de muerte por ejercitar la libertad de academia, un principio sagrado que tiene varios siglos de antigüedad, aunque con interrupciones abruptas y trágicas. Casi todos los fascismos (de izquierda y de derecha) y hasta las democracias manipuladas por la propaganda, comienzan vigilando a los profesores (esos ignorantes históricos que no saben qué es “la realidad”) lo cual ha sido ilustrado de una forma muy precisa e íntima en la película sobre los inicios del franquismo en España, La lengua de las mariposas, por dar sólo un ejemplo.
También, aunque más débiles y limitados por sus constituciones, existen grupos de denuncia e intimidación de maestros y profesores en países como Alemania y Estados Unidos, pero América Latina tiene una tradición más larga y más trágica en ese sentido debido a la debilidad de sus instituciones democráticas y de su congénita cultura colonial.
Según el capitán Bolsonaro, es urgente terminar con el “fuerte adoctrinamiento” de “la ideología de Paulo Freire”. Siempre son los demás quienes tienen algún tipo de ideología. El famoso educador brasileño, autor de Pedagogia do oprimido (un clásico en la academia estadounidense y de casi cualquier parte del mundo), había sido expulsado al exilio por la dictadura de su país en los años sesenta “por ignorante”. Es decir, en todo aspecto, el gran país del Sur anuncia un regreso de medio siglo a sus tiempos más brutales y autoritarios. Esta vez, no por un golpe de Estado militar sino a través de un golpe parlamentario, judicial y mediático, primero, y finalmente legitimado por las urnas.
En el proyecto llamado “Escola Sem Partido”, actualmente en el parlamento brasileño, se propone la creación de una materia llamada, con toda la fuerza de tres ideoléxicos duros, “Educación moral y cívica” (exactamente como aquella que debíamos tomar en la secundaria durante la dictadura militar uruguaya, justo cuando nuestro gobierno no era ni educado ni moral ni cívico). Además, se propone prohibir el uso de las palabras “género” y “orientación sexual”. Este discurso es similar a aquellos que, por todo Occidente, ahora llaman al feminismo “dictadura de género”, sin advertir que lo hacen revindicando el tradicional estatus quo, cuando no la reacción, es decir, la vieja ideología del patriarcado (cuando no abiertamente el machismo), ideología que ha sido ejercida e impuesta con toda la fuerza y la violencia opresora de la cultura y todas las instituciones conocidas a lo largo de siglos.
El proyecto de una “Escuela sin partido”, como el repetido discurso social que la sustenta, no es otra cosa que la manipulación ideoléxica de una Escuela-con-un-Partido-Único, eso que se reprocha siempre al comunismo cubano (de los demás comunismos amigos, como el chino, ni se habla porque son comunismos ricos). Para evitar estas connotaciones, tal vez lo llamen “Escuela del Partido Universal”, lo cual, en oídos de sus fanáticos religiosos sonaría como una excelente idea.
Siempre son los otros quienes tienen ideología. Siempre son los otros quienes están adoctrinados. Para esta precaria filosofía, un ejército como el brasileño (que, por si fuese poco festeja en las calles el triunfo de su candidato político) no tiene ideología ni sus soldados ni sus seguidores están adoctrinados. Para esta filosofía del garrote, ejercer el pensamiento crítico es propio de cerebros lavados, mientras retorcerse en trance en el piso de una iglesia o repetir cien veces una misma frase es suficiente demostración de que alguien ha recibido la verdad absoluta sobre Dios, sobre el gobierno nacional y sobre los problemas fundamentales de la física cuántica. Ellos no. No son adoctrinados. Lo cual es una curiosidad histórica, ya que el adoctrinamiento procede de inocular una doctrina religiosa, cosa que se practica con niños desde hace siglos.
De la misma forma que cada una de las múltiples sectas están convencidas de ser dueñas de la única interpretación posible sobre un mismo libro sagrado (con trágicos resultados a lo largo de la historia), así también en política, en educación y sobre cualquier dilema que haya enfrentado la humanidad hasta el momento: la solución está en cerrar los ojos, levantar los brazos y repetir cien veces una misma frase para evitar que el bicho de la duda y del pensamiento crítico nos permitan ver algo de la realidad más allá de nuestros deseos.
Ahora, recordemos que, diferente a las universidades (donde, desde hace mil años se ha intentado promover la diversidad y la libertad de cátedra para desafiar y empujar todos los límites del conocimiento) la educación primaria y la secundaria están todas basadas, inevitablemente, en algún tipo de ideología (entendiendo ésta como un sistema de ideas que intentan explicar y transformar una realidad), en un modelo de ciudadano que una sociedad se da a sí misma, principalmente a través del Estado (sea la educación pública o la privada controlada por los organismos de acreditación de los Estados). Recordemos también, si de algo importa a los fanáticos, que la educación de los niños, más allá del adoctrinamiento religioso los domingos, como forma de lograr algún progreso en la historia, fue una propuesta de los humanistas del siglo XV.
Pretender que un gobierno cualquiera pueda limpiar la educación de ideología es doblemente ideológico y doblemente peligroso, porque ignora su propia naturaleza ideológica presentándola como neutral.
Lo que cualquier gobierno y cualquier educador debería hacer no es ignorar su propia ideología, sino determinar qué ideología, qué filosofía, qué metodología es la más conveniente para una sociedad, para una civilización que progrese hacia el conocimiento, hacia la libertad, la diversidad, la civilidad y la justicia. Libertad con igualdad y no libertad desigual, esa libertad tradicional para goce de un sólo grupo dominante o en el poder.
Como lo muestra la historia a través de innumerables tragedias, la ignorancia nunca es buena consejera. Mucho menos cuando se la ejercita desde la arrogancia del poder, desde la negación de un diálogo civilizado entre los individuos y los diferentes grupos de una sociedad que, por naturaleza, está compuesta de una gran diversidad de intereses y de formas de ser, de sentir y de pensar.
Cuando un gobernante, cuando una sociedad no entiende este principio tan básico, no debe esperar mejores días por delante. Porque los esclavos suelen reproducir la moral y la ideología de sus opresores, pero tarde o temprano llega ese día en el que nadie quiere estar.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

La ciencia y su existencia


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 La ciencia y su existencia


   Los herbicidas, fuertemente cuestionados por los científicos de la Uccsnal.
 Los herbicidas, fuertemente cuestionados por los científicos de la Uccsnal. Imagen: Luciana Granovsky 
Ciencia para transgénicos o para campesinos. Investigaciones para explotar litio o trabajar junto a comunidades kollas. Académicos para extraer petróleo o para un modelo no contaminante. ¿Ciencia para quién y para qué? Son algunos de los planteos y preguntas que se debatirán hoy y mañana en el “Encuentro por la Ciencia Digna”, en Rosario, donde confluirán académicos que rechazan el modelo científico vinculado a las empresas. En septiembre pasado, el mismo grupo de investigadores exigió la prohibición total del herbicida glifosato.  
La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina (Uccsnal) se conformó en junio de 2015, en homenaje a Andrés Carrasco (científico que en 2009 confirmó los efectos letales del glifosato) y retoma el legado de otros académicos, como Oscar Varsavsky.
La Uccsnal se propone como espacio de encuentro, reflexión e intervención para fortalecer una ciencia al servicio de los pueblos. En ese marco, hoy y mañana martes, durante todo el día, será el “Encuentro por la Ciencia Digna”, en el edificio Anexo de la Universidad Nacional de Rosario (Corrientes 2001).
“Vivimos un tiempo en el que los ahogos presupuestarios y las políticas oficiales empujan a los vínculos con las corporaciones para poder trabajar en investigación. Hay quienes no aceptamos ese rol de empleados del poder de turno y definimos, contra viento y marea, construir conocimiento científico para los pueblos, entendiendo que la salud de los seres humanos depende de la salud de la madre tierra”, explicó Damián Verzeñassi, del Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Rosario, coorganizador del encuentro junto a la Red de Salud y Ambiente de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (Alames) y la Fundación Rosa Luxemburgo.
Participarán decenas de científicos de Argentina, Brasil, Paraguay y Argentina. Alicia Massarini, investigadora del Conicet y de la Maestría en Política y Gestión de la Ciencia de la UBA, explicó que el encuentro busca reunir a académicos que trabajan en una ciencia alternativa y también dar cuenta de los impactos de la ciencia hegemónica, impulsada por empresas y gobiernos. “Interpelamos la idea dominante que presenta a la ciencia como una actividad neutral, objetiva, estrictamente racional, como un espacio para verdades comprobadas, posicionada erróneamente en un lugar de autoridad. Esa tecnociencia no mide los impactos y daños de sus intervenciones y tiene la impunidad de presentarse como motor de progreso, de modernidad, de bienestar. Cuando en realidad sólo está al servicio del mercado”, afirmó Massarini.
En septiembre pasado, la Unión de Científicos emitió un documento donde exigió la prohibición total del glifosato. “En países como Argentina, Brasil y Paraguay tenemos registros de tasas elevadísimas de cáncer, linfomas, leucemias, enfermedades autoinmunes, malformaciones genéticas y otras enfermedades en habitantes de comunidades rodeadas por campos de soja transgénica, donde se realizan aplicaciones intensivas de glifosato”, recordaron los académicos.
“Por si no fuera suficiente, hay evidencia científica de que el glifosato persiste en los suelos agrícolas, alcanza los cuerpos de agua, también se dispersa a través de la lluvia, y sus residuos permanecen en los cultivos, llegando así a los alimentos que consumen personas aún a grandes distancias de los campos de cultivo”, afirmaron desde la Unión de Científicos.
La Unión de Ciencia cuestiona el ideario de que la ciencia pareciera tener la verdad y es la que salda las controversias. Aclaran que el conocimiento científico es un saber más, ni mejor ni peor que otros conocimientos (campesinos, indígenas, sociales). Hablan de una “ecología de saberes”, donde confluyen y se complementan de forma horizontal distintos conocimientos.
Leonardo Melgarejo, de Brasil, cuestiona también que los medios de comunicación reproducen sin problematizar a la ciencia empresaria y que, incluso, no respeta los derechos humanos al justificar que se usen agrotóxicos con consecuencias en la salud de la población. “Necesitamos una ciencia, de medios de comunicación y de poderes ejecutivos, legislativos y judiciales pautados por la ética y atentos a lo que está ocurriendo en la llamada ‘ciencia instrumental’, la ciencia hegemónica está mayoritariamente al servicio del capital financiero y actúa en el sentido opuesto de los intereses de la población”, cuestionó el científico brasileño.
Massarini destacó que América Latina experimenta una nueva “etapa de saqueo” en la cual la ciencia juega un papel central en la investigación y justificación de actividades “que afectan la salud de madre tierra y nuestra salud, que son lo mismo”. Cuestionó el rol de científicos al servicio de la minería a cielo abierto, el fracking, la pesca intensiva, el monocultivo forestal, transgénicos y agrotóxicos, entre otros. “Son modelos que hacen estragos en nuestros pueblos”, cuestionó.
Desde 2011, cada dos años el Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Rosario organiza una semana de jornadas referidas a ciencia, universidad, extractivismo y movimientos sociales. Este encuentro (de lunes y martes) es la antesala del nuevo congreso, en junio de 2019, donde se reforzará en vínculo entre la academia y las organizaciones sociales, en defensa del territorio.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/154858-la-ciencia-y-su-existencia

“La ‘vía portuguesa’ demuestra que son posibles las alternativas dentro de la Eurozona”


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 “La ‘vía portuguesa’ demuestra que son posibles las alternativas dentro de la Eurozona”


“La ‘vía portuguesa’ demuestra que son posibles las alternativas dentro de la Eurozona”
No requiere una gran formación, tampoco abarcar muchos campos del saber ni es deseable que posea la rigidez de un fanático; es preferible que tenga empatía, intuición política, algunos principios claros y flexibilidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes. Son algunos de los rasgos que, a juicio del politólogo Pablo Simón (Arnedo, 1985), deberían caracterizar al príncipe moderno. “Alguien que, aún teniendo las mejores aptitudes sepa, sobre todo, rodearse de aquellos que son mejores que él; que sepa de lo que habla y se crea lo que dice”, explica en el libro “El Príncipe Moderno. Democracia, política y poder”, publicado por Debate. En el ensayo de 265 páginas presentado en la librería Ramon Llull de Valencia aborda la crisis del sistema tradicional de partidos, la reacción de los sectores sociales derrotados por la globalización, el significado del término populismo, la crisis de los Estados de bienestar, de la socialdemocracia, la UE, el Euro y las ventajas de la descentralización política, entre otras cuestiones. Pablo Simón es profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid y miembro del grupo de análisis Politikon, surgido en 2010. Además es coautor de “La urna rota” y “El muro invisible”, libros de Politikon editados por Debate.
-En la exhortación a El príncipe moderno te apoyas en la distinción que realizó Max Weber en su obra “El político y el científico” entre la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción. Pero ¿por qué no caracterizas en el libro ideológicamente al príncipe?
Es algo intencionado; el libro está abierto al proyecto que se considere mejor para conseguir una sociedad justa y buena, con independencia de la ideología. Un príncipe virtuoso ha de saber poner las capacidades instrumentales que tiene desde el poder al servicio de un proyecto de transformación ideológica. Yo tengo mi ideología y reconozco que en el fondo, estamos hablando siempre de ideología. Pero me llama la atención que en las entrevistas nadie me pregunte sobre el hecho de que el Príncipe Moderno ya fue descrito por Antonio Gramsci; es decir, la idea del partido como constructor de ideología. El “príncipe virtuoso” debe ser capaz de adaptar su comportamiento a las circunstancias para llevar adelante su proyecto de sociedad. Hay ejemplos de estos “príncipes” tanto en la derecha como en la izquierda, por ejemplo Lula da Silva, Obama (que en muchos vídeos se reivindica como populista), Macron o Renzi. A muchos de estos políticos les juzgaremos en función de en qué medida hayan transformado sus sociedades en el sentido ideológico que ellos esperan. De momento, yo creo que el saldo en Lula y Obama es más positivo que en Macron y Renzi
-En el artículo titulado “¿Reinventar las izquierdas?”, el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos afirma que la democracia liberal “agoniza” ante la embestida de los poderes fácticos, y que las izquierdas son hoy la garantía de su “rescate”. ¿Estás de acuerdo con este análisis?
Parcialmente. Para la izquierda es importante volver a demostrar que una persona no puede ser libre en una sociedad injusta y desigual; y por otra parte, realizar una defensa cerrada de la democracia como sistema político en que coexistan los derechos humanos y fundamentales con una vida buena y el respeto a las minorías. Actualmente no hay democracia en el mundo que no sea representativa, otra cuestión es que tenga también componentes de democracia directa. Esto es lo fundamental y lo que hoy está en cuestión.
-A mediados de septiembre, un informe del Instituto de opinión pública estadounidense Pew Research Center distinguía entre populismos de derecha, de izquierda y de centro, pero también utilizaba el genérico “partidos populistas”. El periodista Ramón Pérez Maura escribió en 2014 un artículo en el diario ABC titulado “Populismo sin ideario: de Le Pen a Podemos” ¿Hay interés en agrupar bajo una misma etiqueta a todo partido crítico con el establishment?
Hay una parte de construcción interesada, pero de entrada la academia no se pone de acuerdo sobre la definición de qué es un partido populista. Una rama académica afirma que la formación populista sigue una retórica que enfrenta al pueblo contra unas élites corruptas y malvadas, y que ellos son los representantes de la voluntad popular. Esto hace que cualquier partido pueda ser populista, con independencia de su ideología; además un partido clásico puede desarrollar estrategias populistas. Sin embargo, otra parte de la literatura sostiene que el populismo necesita también un componente ideológico de fondo –un hardware- que puede ser de izquierdas o de derechas, según se identifique al pueblo con los desposeídos y los empobrecidos o –desde una perspectiva étnica- como la nación homogénea.
-En el libro empleas el término “socialpopulistas” para designar a partidos ubicados a la izquierda de la socialdemocracia, como Podemos, Francia Insumisa o el Partido Socialista Escocés, que vinculan la idea de pueblo a la “gente corriente” y los “desposeídos”. ¿Eres partidario de equipararlos a la derecha populista?
A mi juicio es como si te dijera que un partido ha ganado frente a otro; sí, todos son partidos, pero el componente ideológico es muy distinto. Por tanto, no pueden ser equiparables en un análisis riguroso.
-Por otra parte, en el primer capítulo declaras la muerte del intelectual y anuncias una larga vida a las ciencias sociales. ¿Supone esto abolir el legado de Marx, Zola o Sartre?
Quiero decir que el intelectual es una figura en vías de extinción. No contamos con grandes intelectuales como los que había en el pasado, esto es un hecho. Los escritores y pensadores tienen todo el derecho del mundo a plantear principios morales para construir sociedades más justas, pero el científico social no es un intelectual, ni debe serlo; el científico social ha de contrastar sus afirmaciones con los hechos. Por ejemplo, el ensayista estadounidense Mark Lilla dice que los partidos de izquierda pierden porque están demasiado preocupados por la diversidad y las minorías. Esta afirmación puede hacerla un intelectual, pero no un científico social si no la demuestra. Para un sociólogo o un politólogo, el orden es mucho más exigente: hay una realidad con la que tienen que medir sus afirmaciones.
-“La influencia de Rousseau en las capas más populares e incultas era indudable, pero no se había producido por una lectura directa del autor del Contrato Social, sino mediante la divulgación banalizada a través de prensa y literatura popular, tan despreciada por el mismísimo Rousseau”, escribió Vázquez Montalbán en “Historia y Comunicación Social” (Alianza Editorial, 1985). ¿Se produce en la izquierda algo parecido, un peso excesivo del intelectualismo y el academicismo?
No lo creo, y me parece que hay dos planos. La izquierda es mucho más autorreflexiva y además plantear un orden mundial alternativo requiere mucha más reflexión. De hecho, resulta más fácil ser conservador y defender el mantenimiento del statu quo. Ahora bien, los discursos de la izquierda y la derecha –cuando son exitosos- apelan siempre a narrativas mucho más simplificadas; por ejemplo, el discurso más básico, el de la burguesía contra el obrero, tiene poca sofisticación detrás. La clave está en que la izquierda –y esto sí lo hace- tiene diferentes capas; una primera más elaborada, y después una traducción simplificada de ese discurso. Creo además que esto no es un problema, sino una suerte para la izquierda. Necesariamente los políticos, para traducir el pensamiento más elaborado en acción, han de realizar un proceso de simplificación.
-Julio Anguita, el PCE y movimientos sociales como el Frente Cívico han defendido la ruptura con la Unión Europea y el Euro. Además una parte de la izquierda británica apoyó el “Lexit” o salida por la izquierda de la UE. El periodista Bernard Cassen, uno de los fundadores de ATTAC, ha publicado un artículo titulado “El libre comercio, religión de Estado de la Unión Europea” (diario Público, marzo de 2018). ¿Por qué estos debates no se dan en el Estado español?
Es un elemento muy de España, ligado a nuestra historia como país ibérico. Existe una narrativa construida detrás del proceso de democratización y apertura de España que vincula a Europa con la idea de apertura, futuro y ayuda para convertirnos en democracia plena. Éste en un sentimiento muy característico de los países que en el pasado se quedaron atrás en el proceso de democratización, principalmente España, Portugal y Grecia. Países como Italia, que estuvieron en el núcleo fundacional de la UE, sí que se plantean si merece la pena continuar o no en la Unión. En España no; aquí los niveles de apoyo a la UE y al euro son altísimos, por esta vinculación emocional (el Eurobarómetro del Parlamento Europeo de mayo de 2018 apunta que el 75% de los españoles considera que España se ha beneficiado de su pertenencia a la UE. Nota del entrevistador).
-¿Se criminalizan las posiciones más críticas?
Me parece que no, pero es verdad que son minoritarias; muchas veces creo que se equivocan en la estrategia, al hacer una enmienda a la totalidad en lugar de plantear una crítica más ajustada a los evidentes defectos del proyecto europeo. En el libro dejo claro que me considero euroescéptico. La Unión Europea puede ser un buen proyecto, pero en términos de gobernanza política y económica tiene muchas deficiencias. La pregunta es la siguiente: ¿Podemos continuar construyendo la UE con esas deficiencias o hay que replantearse el conjunto del modelo?
-En Portugal ha sido posible incrementar las rentas de pensionistas y de los funcionarios, reducir el desempleo y aumentar los impuestos sobre los beneficios de las grandes empresas…
La “vía portuguesa” es un gobierno en minoría del Partido Socialista apoyado –desde fuera del ejecutivo- por el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda, que se ha beneficiado de varios elementos. Primero, del enorme daño que hizo la Troika en su proceso de “intervención” en Portugal, lo que aproximó las posiciones ideológicas de estos partidos. Además Portugal está en un contexto de crecimiento económico, a lo que ayuda que el Banco Central Europeo (BCE) y Mario Draghi compren deuda pública en los mercados secundarios; esto produce cierto alivio. Asimismo la “vía portuguesa” señala uno de los errores que, en mi opinión, comete con frecuencia la izquierda: creer que las políticas sociales están reñidas con el rigor presupuestario. En Portugal se ha demostrado que es posible “tocar” ingresos y gastos, aumentar los tributos a las rentas más altas, incrementar el salario mínimo interprofesional y paralizar procesos de privatización, como en las aerolíneas TAP o la gestión del agua.
-¿Puede sentarse un precedente?
Lo que se está demostrando en Portugal es que, cuando hablamos de que el euro es una “camisa de fuerza” para muchas políticas, en el fondo lo que hay es una inhibición –desde la propia política- para poner en práctica “alternativas”.
-En el libro apelas a la socialdemocracia con el ladillo “Lo siento, pero ya no sois lo que erais” y añades que el balance es “demoledor”. Entre las elecciones generales de 2008 y las de junio de 2016, el PSOE perdió casi seis millones de votos; en las elecciones presidenciales francesas de 2017 el socialista Benoit Hamon se quedó en el 6,3% de los votos y en las elecciones recientes en los estados de Hesse y Baviera el SPD alemán ha sufrido una merma importante. ¿Das por muerta a la socialdemocracia europea?
No, pero también creo que nada es para siempre. Si no son capaces de reciclarse, los socialdemócratas podrían convertirse en un pequeño partido “bisagra” sin capacidad para encabezar gobiernos. Y si esto es así, tampoco se trata de algo terrible. Lo afirmo como mero observador. Los cauces por los que la población de izquierdas se articule pueden ser distintos. Si la gente considera que los socialdemócratas alemanes ya no valen y son preferibles Los Verdes, ésta es una decisión libre. En los países centroeuropeos parece que esta opción está cristalizando, por demuestran los resultados electorales de Los Verdes en Hesse y Baviera; en Austria el candidato ecologista venció en las elecciones presidenciales de 2016; en los comicios municipales de Bélgica del pasado 14 de octubre lograron un importante avance, y en las legislativas de Islandia –hace un año- fueron el segundo partido. En los países del sur de Europa no ocurre lo mismo, los verdes tienen muy poca presencia.
-Tal vez una de las batallas ideológicas en Europa se concrete en las políticas de inmigración y refugio. Muchas de las críticas se centran en Salvini, pero Francia lleva a término “devoluciones en caliente” o “expulsiones express” en sus fronteras con España e Italia; y en agosto el Gobierno de España expulsó a Marruecos del mismo modo a 116 migrantes subsaharianos que entraron por la valla de Ceuta…
En este punto hay una diferencia entre lo que se hace y aquello que se dice. Lo que Europa hace es subcontratar el control de las fronteras a países autoritarios en el norte de África y el Magreb, para que se dediquen a la violación sistemática de los derechos humanos e impidan que estas personas lleguen, cuando esto es ilegal. Los controles fronterizos son my severos, y cuestionados con razón por las ONG. Cuando esta realidad ocurre sin que se haga visible, no hay ningún actor político que la capitaliza; pero cuando empieza a visibilizarse, la extrema derecha –con su discurso mucho más duro- es normalmente más eficiente para lograr réditos electorales.
No importa cuánta inmigración “legal” o “ilegal” haya en un país, sino cómo se construye la percepción de que ésta existe. Así, en Italia hay muy poca inmigración “irregular”; en 2015, año en que se produjo la mayor llegada de personas refugiadas a Europa, Renzi dijo que quería mantener la política de refugiados, mientras que la Liga Norte se negó. Finalmente la Liga gana, está en el Gobierno y es posible que venza en los próximos comicios, mientras que Renzi se ha quedado fuera (un informe de julio de 2016 del Pew Research Center aborda la relación entre llegada de personas refugiadas y la percepción -en la opinión pública- de supuestas amenazas terroristas o de pérdida de empleos. Nota del entrevistador).
-Otro proceso electoral reciente es el de Brasil. Antes de la victoria de Bolsonaro con el 55% de los sufragios, se conocían sus declaraciones a favor de la dictadura militar (1964-1985), la pena de muerte, la tortura y la policía que dispara “a matar”, además de su racismo y homofobia. Sin embargo, ¿se ha difundido menos su agenda ultraliberal, de privatización de empresas públicas y la “reforma” del sistema de pensiones?
No, a mi juicio todo es más sencillo. Como observamos el fenómeno desde fuera, todo lo que sean declaraciones provocativas llega de manera más sencilla que si hablamos del programa económico. Para entender la victoria del candidato de la extrema derecha, Bolsonaro, hay que observar el verdadero elemento que hay detrás: un miedo enorme al Partido de los Trabajadores (PT). En Brasil hay una polarización total, y Bolsonaro ha sido capaz de construir el discurso de “por fin vamos a echar al PT, que lleva 13 años gobernando y nos conduce a la vía venezolana, la crisis económica y una inseguridad enorme; yo soy el hombre fuerte que hace falta”. Pero lo cierto es que los municipios más pobres son los que han votado al PT, mientras que los más ricos y blancos lo hicieron por Jair Bolsonaro.
-La derecha ha utilizado el discurso contra la corrupción para retornar al poder en Brasil y Argentina; se trata de un argumento que también emplea la oposición venezolana. ¿Se está haciendo un uso interesado de la idea de “regeneración”?
No me parece que haya un sesgo ideológico. Más bien la denuncia de la corrupción es empleada por todo actor político que sea anti-establishment o se sitúe en la periferia del sistema. Un elemento importante para que Alexis Tsipras lograra la victoria en Grecia fue conectar no sólo con la problemática del euro, sino con el hecho de que tanto el PASOK como Nueva Democracia mantuvieran “tinglados” de corrupción y clientelares durante muchos años. También la agenda anticorrupción ha tenido un peso importante en España e Italia para explicar por qué hay nuevos partidos, como Podemos o el Movimiento Cinco Estrellas. A quien se interpela realmente es a las élites tradicionales.
-Por último, en España el conflicto territorial absorbe una parte importante de la agenda. En las elecciones autonómicas de diciembre los partidos independentistas y los partidarios del referéndum de autodeterminación sumaron el 55% de los votos y 78 escaños sobre los 135 que componen el parlamento catalán. ¿Por qué no es posible el referéndum?
No me preocupa el instrumento, sino la decisión. Estamos hablando del referéndum como instrumento para decidir entre alternativas, pero sin que nadie las haya concretado ni se haya especificado la pregunta. Lo importante es entrar en el fondo de la cuestión. Porque no es lo mismo plantear la disyuntiva entre “statu quo” e “independencia”; que entre “reforma federal” e “independencia”, que preguntar por las tres opciones. Además el referéndum es un instrumento neutro, como la energía eléctrica, que sirve igualmente para cocinar que para calentar una silla mortal. Estoy convencido de que en algún momento habrá que votar, pero lo importante es que antes haya un acuerdo entre los gobiernos sobre los agravios territoriales y las condiciones en que se celebra este referéndum.
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