jueves, 14 de febrero de 2019

Noticias y Artículos recomendados para hoy......Febrero (276)













Noticias y Artículos recomendados para hoy......Febrero (276)

Los periodistas mamporreros


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Los periodistas mamporreros

 

 


Ahora que tanto se habla de los excesos del periodismo, convendría quizás detenerse en cuáles han de ser los límites de los periodistas o de los que aparentan serlo. Viene esto a cuento de la actuación como prima donas de tres supuestos profesionales de la información en la patriótica concentración de este domingo a favor de la unidad de España y de la convocatoria de elecciones y de su lectura de un manifiesto en nombre de sus convocantes, esto es PP, Ciudadanos y Vox.
Los periodistas son personas, personas humanas incluso y, en ocasiones, hasta divinas, aunque esta última categoría sólo esté al alcance de unos pocos apóstoles de la información que se distinguen del resto porque su libertad de expresión les ha hecho ricos y, periódicamente, sufren algún tipo de conspiración judeo-masónica de los Gobiernos, a resultas de las cuales son apartados del timón de unos medios que creían suyos aunque no lo fueran y pueden presumir de su martirio. Estos suplicios con muy crueles porque les permiten incrementar su patrimonio gracias a indemnizaciones millonarias con las que emprender más aventuras y exponerse a nuevas conspiraciones, y así hasta una jubilación que nunca llega porque los apóstoles del periodismo mueren forrados y con las botas puestas.
Pero no nos desviemos del tema. Como personas humanas, los periodistas tienen derecho a la militancia política y a defender libremente sus opiniones, que a lo largo de su trayectoria pueden ser cambiantes en función del propio convencimiento o, en la mayoría de los casos, de lo lucrativo que pueda resultarles el cambio de criterio, algo que viene muy determinado por el mercado de las tertulias, que es tan especulativo como la Bolsa. En general, suele cotizar al alza el fanatismo, preferentemente vocinglero, por eso de que marida divinamente con el share.
Hasta ahí todo normal o casi. Lo que no lo es tanto es que quienes se definen como periodistas traspasen esa tenue frontera que separa la ideología propia del activismo más descarado. Para entendernos, sería admisible el aplauso más cerrado a la galopada de Santiago Abascal a lomos de Babieca en pos de la Reconquista de las herejes tierras de España, pero muy censurable que se pillara al presunto informador conduciendo al caballo al abrevadero como su mozo de cuadra. Es decir, una cosa es ser espectador, entusiasta si quiere, y otra muy distinta convertirse en actor, cómplice o criado.
En línea con la broma en la que se ha convertido la profesión, los códigos deontológicos no abordan directamente el asunto, aunque suelen advertir -como hace el de la FAPE- de que el primer compromiso de los periodistas es respetar la verdad, así como aceptar la presunción de inocencia, aunque se trate de traidores, felones y presidentes ilegítimos. De igual manera, se previene contra la tentación de simultanear el ejercicio de la profesión con la publicidad o con actividades institucionales o privadas que pongan en solfa las normas deontológicas.
Pues bien, como no habrá asociación de periodistas que censure a los tres lectores del manifiesto de este domingo porque sus representantes suelen estar ocupadísimos buscando nuevas tertulias en los que derramar su sapiencia y la deontología se la fuma, habrá que concluir que el oficio se reinventa y asume el mamporrerismo como animal de compañía.
María Claver, una de las pioneras de esta nueva vertiente profesional junto a Carlos Cuesta y Albert Castrillón, consideraba una “experiencia profesional inigualable” y un privilegio su “mediación entre la sociedad civil y el Gobierno”. En resumen, los pregoneros de las tres derechas fueron mediadores, intermediarios y, por qué no decirlo, relatores del conflicto. Hay que reírse por no llorar.
Fuente original: https://blogs.publico.es/escudier/2019/02/11/los-periodistas-mamporreros/

"Hablar todavía y siempre de Siria"


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"Hablar todavía y siempre de Siria"

 

 


-Contretemps: Tras siete años de represión y de guerra, la revolución siria aparece como derrotada y el pueblo sirio condenado a seguir siendo víctima de una tragedia sin fin… Una vez expresados el dolor y la indignación, ¿cómo resistirse a la desesperación?
-Faruk Mardam Bey: Concedamos primero su parte, que debería ser muy grande, al dolor y la cólera. Si Siria y la gente de Siria están ahí, en este interminable calvario, es porque poca gente en el mundo, durante cerca de ocho años, se ha preocupado por su suerte. Esas centenares de miles de muertes, esas decenas de miles de personas desaparecidas, esos millones de personas refugiadas, esas ciudades y pueblos devastados, todo un pueblo sacrificado en el juego cínico de las naciones, nos reclaman más lágrimas y más cólera, y que nos esforcemos por hacerlas compartir a nuestro alrededor. Es difícil en los tiempos que corren, con el desánimo de las y los simpatizantes de la causa siria, pero es sin duda el primer medio para resistir a la desesperación.
La razón nos incita al mismo tiempo, a la vez que reconocemos sin ambages la derrota de la revolución, a comprender porqué y cómo ha podido ser desfigurada, traicionada y finalmente vencida. Otro medio de resistir a la desesperación. ¿Qué corresponde a las condiciones objetivas, a la vez locales, regionales e internacionales? ¿Qué es debido a los errores, las faltas, las ilusiones y más profundamente a la naturaleza de las diferentes fuerzas implicadas en el proceso revolucionario? Sin olvidar el surgimiento de lo imprevisible, en particular la irrupción del Estado Islámico que ha monopolizado desde 2013 la atención de las cancillerías, de los medios y del gran público.
Dicho esto (y no es en absoluto un consuelo sino un dato fundamental a tener en consideración en toda visión estratégica), la derrota es también la del régimen, aislado en el seno mismo de la “sociedad homogeneizada” que ha presumido de haber creado bajo el ala protectora de Irán y de Rusia. Una sociedad incierta de su futuro que depende de una improbable entente entre las potencias extranjeras presentes de una forma u otra sobre el terreno, y golpeada por el estupor al medir la amplitud del desastre tras la batalla.
-Cuando se miran los años pasados, ¡cuántos datos imprevisibles, de resultas de lo inconcebible! En primer lugar, el salvajismo que el régimen de Assad ha demostrado ser capaz de utilizar para mantener su poder. Y la medida de lo que quiere decir realpolitik para las potencias que se han implicado, ya sean Rusia e Irán, por supuesto, pero también Turquía, Arabia Saudita, Israel, sin olvidar a los Estados Unidos y sus aliados, entre ellos Francia…
-El salvajismo del régimen no era inconcebible. Se le sabía capaz de “quemar el país”, como proclamaban sus partidarios en una de sus consignas y lo había probado en el pasado, desde el golpe de Estado de Hafez al-Assad en 1970, tanto en Siria como en Líbano o cuando su guerra contra la OLP. Se podía igualmente esperar una intervención masiva de Irán, su indefectible aliado estratégico, para el que todo cambio en Siria ponía en cuestión no solo sus ambiciones imperiales, sino también la perennidad de la República Islámica. Rusia, por su parte, había marcado desde el comienzo su desconfianza hacia la “Primavera árabe” y sobre todo su hostilidad contra el levantamiento en Siria bloqueando a partir de octubre de 2011 todos los proyectos de resolución del Consejo de Seguridad que amenazaran a su protegido con sanciones más o menos serias. Es cierto, sin embargo, que nadie, ni en Siria ni en ninguna otra parte, imaginaba que llegaría hasta asumir a su cargo la reconquista de las zonas que habían escapado al control del régimen, y que desplegaría para ello, y a una gran escala, su aviación, su policía militar y sus mercenarios.
En cuanto a los Estados Unidos y sus aliados, que pretendían ser “amigos del pueblo sirio”, solo la gente incauta de todo pelo, enemiga o partidaria del régimen, se tomaba en serio sus gesticulaciones y sus líneas rojas. Antes del desencadenamiento de la revolución, lo que se aparenta ignorar, es que las potencias occidentales habían normalizado poco a poco sus relaciones con el régimen e intentaban, no derrocarle, sino domesticarle borrando sus antiguas querellas con él a propósito de Irak y de Líbano. Erdogan alababa a su “hermano” Bachar que había reconocido la anexión por Turquía del Sandjak (provincia del imperio otomano) de Alejandreta. Y el comercio sirio-turco florecía. Las relaciones entre Siria y Qatar eran excelentes, y el jeque Hamad mostraba ostensiblemente su apoyo a Hezbolá. Arabia Saudita se inquietaba por la alianza sirio-iraní y estaba en abierto conflicto con el régimen sirio en Líbano, pero su política interárabe tendía tradicionalmente al compromiso, y nada era más catastrófico para ella que la contestación por un movimiento popular del orden establecido. Lo probó oponiéndose de entrada a la “Primavera árabe”. Y si Israel, por su parte, deseaba evidentemente una ruptura entre Irán y Siria, tenía más interés, y sus estrategas no han dejado de afirmarlo, en el mantenimiento de un régimen que, a pesar de su fraseología antiisraelí, hacía reinar la calma en la frontera del Golan desde 1974.
Pero si la intervención militar rusa lanzada en septiembre de 2015 fue decisiva en la derrota de la revolución, fue la no intervención americana en agosto 2013 la que provocó su primer gran revés. No porque Obama se retractara tras haber amenazado con intervenir en el caso en que el régimen recurriera a unas armas prohibidas, en este caso el arma química (de hecho todo indicaba que no pensaba poner esta amenaza en práctica), sino porque el acuerdo al que llegó con Putin consistente en contentarse con privar a Bachar de su arsenal químico (lo que por otra parte no ha sido totalmente realizado) equivalía a darle un permiso para matar utilizando todas las demás armas en su posesión y le tranquilizaba en cuanto a su impunidad. Bachar se ha beneficiado enormemente de las dudas occidentales, tanto más cuanto que la opinión pública en todo el mundo, temiendo la repetición en Siria de los escenarios iraquí y libio, ha acogido el acuerdo rusoamericano con un cobarde alivio.
-Las responsabilidades de las potencias extranjeras que se han injerido en la confrontación siria son evidentemente determinantes y aplastantes… A pesar de todo, hay que preguntarse sobre los errores que han podido ser cometidos por las fuerzas implicadas en el proceso de la revolución democrática y los límites de éstas.
En continuidad con lo que precede, uno de los errores más graves ha sido creer, contra toda evidencia, que los Occidentales intervendrían contra el régimen, al menos bajo la forma de un pasillo humanitario o de una zona de exclusión aérea -lo que habría necesitado de todas formas un despliegue militar al que ninguna potencia occidental estaba dispuesta. En las filas de la oposición, había quienes lo deseaban ardientemente y lo proclamaban, otra gente lo temía, pero la mayoría, obnubilada por las declaraciones de los responsables americanos y europeos sobre la democracia y los derechos humanos, lo pensaba inevitable, lo que dio lugar a polémicas venenosas aunque sin fundamento.
Sin embargo, antes de preguntarse sobre los errores cometidos durante estos años trágicos, hay que recordar que el levantamiento era espontáneo, que nació en el ambiente de la protesta contra los poderes establecidos en casi todo el mundo árabe, que se extendió como un incendio a través de todo el país, movilizando en particular a una buena parte de la juventud y de las capas populares más desfavorecidas, pero que ninguna fuerza política era capaz de dirigir -habiendo sido aplastadas todas bajo el reino de los Assad, padre e hijo, por una implacable represión. En un país desprovisto de vida política durante decenios, vigilado por servicios de información tentaculares y en el que las desconfianzas y los odios comunitarios eran deliberadamente mantenidos por el poder, la constitución progresiva de comités locales de coordinación, con consignas adecuadas, era en sí un verdadero milagro. Les faltó tiempo para que surgiera una dirección política y fueron marginados en el Consejo Nacional Sirio, constituido en Turquía en septiembre de 2011 y autoproclamado representante legítimo del levantamiento. Ahora bien, incluso si la legitimidad de esta instancia fue reconocida por las y los manifestantes, y luego por el Ejército Sirio Libre, sus disensiones internas, su inexperiencia política y el peso excesivo en su seno de los Hermanos Musulmanes no tardaron en desacreditarlo tanto en el interior como en el exterior.
Mientras tanto la confrontación con el régimen se había militarizado. ¿Era como se dice muy a menudo la falta que habría que evitar a cualquier precio? Pero, ¿quién ha cometido esa falta? Ninguna fuerza política de la oposición lleva su responsabilidad, ninguna llamó a la lucha armada, ninguna había siquiera previsto, equivocadamente, que el régimen podría, lanzando el ejército regular contra las y los manifestantes, arrastrar al país a una guerra civil implacable. Si ha habido alguna falta, era no prepararse para esa eventualidad. De hecho, la militarización comenzó cuando soldados y oficiales del ejército regular desertaron en masa para no disparar contra las y los manifestantes. Y lo hicieron espontáneamente, de forma desordenada, sin la menor coordinación, y el Ejército Sirio Libre que iban a formar no pudo evitar mantener los estigmas de sus orígenes. La lucha armada que desencadenó, sin tener los medios para controlarla, logró, ciertamente, hacer perder al régimen las tres cuartas partes del territorio nacional, pero las zonas liberadas quedaron sin defensa contra la aviación, abundaron los señores de la guerra, se abrió en gran medida la vía para las interferencias extranjeras, debido a la necesidad urgente de armas y dinero, y los grupos yihadistas hicieron irrupción sobre el terreno, disponiendo de importantes medios militares y financieros, hasta tomar poco a poco la primacía sobre todas las fuerzas combatientes -y hasta desacreditar a ojos de todo el mundo las reivindicaciones democráticas originales de la revolución.
Desde este punto de vista, uno de los errores más importante de la gente demócrata siria ha sido no haber denunciado vigorosamente estas derivas, pretextando la prioridad de la lucha contra el régimen. Esto no habría, sin duda, cambiado gran cosa en el curso de los acontecimientos, pero estaba en juego su credibilidad. Su otro error ha sido no buscar seriamente crear una coordinadora política independiente del Consejo Nacional y de la Coalición que no dejaban de comprometerse. Por ello, su voz, por otra parte discordante, ha quedado inaudible entre el estrépito de las armas.
-De la misma forma, qué decir de la soledad en la que ha sido abandonada la revolución siria por parte de la opinión mundial, occidental en primer lugar, pero también en el mundo árabe? Por no hablar de las posiciones de numerosos partidos de la izquierda francesa…
La imagen de la revolución, más bien positiva hasta finales de 2011, se deterioró progresivamente por razones que se pueden comprender. La primera, es que pareció gozar del apoyo de las potencias occidentales y, tras un largo momento de duda, de ciertos países árabes, como Arabia Saudita y Qatar, que no son precisamente modelos de democracia y de respeto de los derechos humanos. Esto bastaba para alienarle de la opinión pública “antiiimperialista”, tanto en el mundo árabe como en el mundo en general, y poco importaban la naturaleza clánica y despótica del régimen, su comunitarismo, su historia sangrienta, su política económica neoliberal, las insoportables condiciones de vida de las clases populares. Más aún, con un conspiracionismo que había hecho estragos entre las y los “antiimperialistas”, éstos negaban en bloque, refiriéndose en particular a las mentiras de Bush sobre Irak, toda información, toda investigación, sobre los crímenes cometidos por el régimen. Bachar sería víctima de un complot universal, exactamente como pretendía su propaganda y merecería, consiguientemente, solidaridad.
La segunda razón es la islamización de la revolución por las diferentes organizaciones yihadistas. Quedaba así ocultado el amplio espectro de la oposición democrática, y los proyectores solo iluminaban ya los crímenes de esas organizaciones, sobre todo después de la irrupción del Ejército Islámico y sus crímenes deliberadamente espectaculares. Añadido a la islamofobia ambiente, a la vieja cantinela de la protección de las minorías confesionales, en particular de “los cristianos de Oriente”, a la imagen falsamente “laica” del régimen, había material para confundir a la gente. Quienes, en la derecha o la izquierda, no aportaban abiertamente su apoyo al régimen o le consideraban como un aliado contra el terrorismo, en el mejor de los casos ponían al mismo nivel a Bachar al-Assad y la oposición, incluyendo indiscriminadamente todas sus tendencias. Con excepción a veces de las y los nacionalistas kurdos del PYD, que sería la única fuerza progresista, digna de interés y de confianza en Siria.
La tercera razón es la mezcla de versatilidad, de corrupción, de seguidismo y de incompetencia de la que han dado prueba los dos organismos considerados como representativos de las fuerzas implicadas en la revolución. Ni siquiera los buenos conocedores de su composición y de las referencias políticas e ideológicas de cada uno de sus miembros lograban comprender lo que hacían y con qué objetivo. Hay que reconocerlo: la revolución siria ha carecido de una representación a la altura de sus objetivos y de sus sacrificios. Estaba verdaderamente huérfana. Y porque lo estaba, ¡los pretendientes a su tutela se han multiplicado y la han despojado de su herencia!.
En fin, no olvidemos la indiferencia general respecto lo que ocurre lejos de las fronteras nacionales, indiferencia paradójicamente más marcada que antes en nuestro mundo mundializado. ¿Quién se preocupa en Francia de la tragedia de Yemen? ¿De la situación actual de Libia? Los impulsos de solidaridad se desinflan rápidamente, sobre todo cuando se trata de pueblos a los que se ha excluido, por un culturalismo casi imposible de erradicar, del campo de aplicación de los principios universales.
-Hoy, teniendo en cuenta la situación cada vez más compleja y catastrófica que conoce Siria, hay una visión que tiende a imponerse. Ésta niega la existencia misma de un levantamiento revolucionario del pueblo sirio, para explicar que no ha habido jamás más que una confrontación entre el régimen y los islamistas, lo que explica y justifica las intervenciones extranjeras… ¿Qué decir para oponerse a este revisionismo que autoriza todas las renuncias y disuade de toda solidaridad política y militante? ¿Qué perspectivas se pueden defender aún para el futuro de Siria y en solidaridad con el pueblo sirio?
En efecto, como que no pasa nada, se precisa una tendencia a la normalización con el régimen. Las fuerzas políticas que apoyaban abiertamente a Bachar al-Assad se alegran de seguirle viendo en su puesto y muy decidido, con su familia, a gobernar Siria eternamente. Quienes dudaban dudan menos en nombre del realismo y del restablecimiento del orden y de la seguridad en la región. Hay negociantes que se frotan las manos soñando con los beneficios del trabajo de reconstrucción. ¡Hay incluso agencias de viaje que proponen ya estancias turísticas todo incluido en el país de Zenobia! Es cierto también que se oye a menudo repetir la versión assadiana del conflicto, y es cierto que la propaganda del régimen y de sus protectores no ahorrará esfuerzos para propagarse. Apostemos sin embargo porque no logre finalmente acreditarle, haga lo que haga, frente a los millones de testimonios abrumadores acumulados desde 2011. No porque el mundo tal como va esté sediento de justicia, sino porque las y los sirios, en su gran mayoría, no están dispuestos a olvidar ni las promesas de libertad y de dignidad de su revolución ni los horrores de la contrarrevolución. No dejarán de testimoniar y de demandar justicia, cualquiera que sea el deseo de los poderosos de pasar página.
En el estado actual de las cosas, sin ningún medio de presión sobre las fuerzas en presencia sobre el terreno, incumbe a la gente demócrata siria y a sus amigos y amigas en el extranjero hacer oir la palabra de las víctimas lo más ampliamente posible, y sin la menor complacencia por sus propios errores. Tienen a su disposición, en esta confrontación con las y los negacionistas, una masa considerable de análisis, documentos, obras literarias y artísticas, que se enriquece cada día que pasa. Dice claramente que fueron las y los sirios quienes se rebelaron, contra qué tipo de régimen, en qué entorno y cómo su revuelta ha sido ahogada en sangre. Señala la responsabilidad, grande o pequeña, de quienes han protagonizado el desastre.
¿Qué pasará con Siria? Nadie es aún capaz de prever cuál será su futuro a medio plazo, salvo que no será ciertamente parecido a la imagen radiante de los primeros meses del levantamiento. Lo peor sería el mantenimiento del régimen tal cual bajo el condominio ruso-iraní, con Bachar al-Assad en el papel de Ramzan Kadyrov 1/. Pero, ¿es verdaderamente esto lo que quieren los rusos, que son quienes tienen más bazas en sus manos? Si no es así, lograrán imponer una solución más razonable, susceptible de unir al “pantano”, que se ha mantenido a distancia del régimen y de la revolución, y de convencer a los europeos y los árabes ricos para que inviertan en la reconstrucción? Y ya, a corto plazo, ¿podrán calmar la situación entre el aliado iraní y el amigo israelí? ¿Cómo evolucionará su entente con los turcos a propósito de Idlib? ¿Aguantará si los turcos, aprovechándose de la salida americana, extienden su zona de influencia en detrimento de las y los kurdos del PYD? Y finalmente, ¿en esta batalla campal qué será de los seis millones de personas refugiadas fuera de las fronteras y otras tantas, si no más, de desplazadas en el interior? Preguntas sin respuestas pues todas las alianzas, como hemos visto, son aleatorias, nada está definitivamente zanjado.
Siria hará hablar de ella mucho tiempo aún, mucho tiempo…
Faruk Mardam-Bey es historiador. Dinamiza los “Domingos de Souria Houria” (reuniones para estudiar la realidad de Siria y en solidaridad con la lucha democrática del pueblo sirio ndt) y acaba de publicar con Subhi Hadidi y Ziad Majed Dans la tête de Bachar Al-Assad (éditions Solin/Actes Sud).
Nota
1/ Ramzán Ajmátovich Kadýrov (en ruso, Рамза́н Ахма́дович Кады́ров, en checheno, Къадар АхIмат-кIант Ръамазан; Tsentorói, 5 de octubre de 1976), fue desde el 4 de marzo de 2006 hasta el 15 de febrero de 2007 el primer ministro de la república de Chechenia, en la Federación Rusa y desde 2007 a la fecha como jefe de la República de Chechenia. ntd: https://es.wikipedia.org/wiki/Ramzán_Kadýrov.
https://www.contretemps.eu/
Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur
https://www.vientosur.info/ 

El extractivismo feroz contra las comunidades afroindígenas de Esmeraldas


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El extractivismo feroz contra las comunidades afroindígenas de Esmeraldas

 

 


Reseña del libro "Extractivismo, (neo) colonialismo y crimen organizado en el norte de Esmeraldas"
Un larguísimo "blues budeao" resumido en un libro
Este libro es un larguísimo blues. Un blues bundeao. O un blues fusionado con alabao. O cualquier ritmo afropacífico que considere desmadre y tragedia con repunte de cimarronismo. Toda bandera territorial es un símbolo de lo probable, los colores son de la Casa (el territorio que habitas con tus mitologías y ciencias) en el sentido ancestral de la denominación: una casa es la morada también de aquellos que van de paso. El juego de sentidos: Casa adentro o Casa afuera tiene el valor de la comunidad en reflexión y la comunidad en comunicación. Este libro, para este jazzman es eso, una conversación Casa adentro y en el mismo momento Casa afuera. Está titulado Extractivismo, (neo) colonialismo y crimen organizado, sus autores Michel Lapierre Robles y Aguasantas Macías Martín. Él y ella escribieron un libro con exacta largura, 359 páginas y como deben ser los libros de estos días: cool. En lo académico y para la latitud lectora no siempre bien informada, pero con ganas y talante. También para el activismo social, como nunca (¡valga el absolutismo!) necesita de estos aportes. “Sin teoría revolucionaria no hay revolución”, se dijo y aún es razón clave, aunque no todo equivalga a aquello que se entiende por tal. Un libro que responde al título y produce el ennoblecedor desafío de querer militancia en el cimarronismo del siglo XXI. Igual que nuestro mayor: Juan García Salazar.
Un libro que no espera plazos de lectura, corresponde a las urgencias. Esas sagradas urgencias que demanda luchar por la Vida, por toda vida beneficiosa y si se quiere por cualquier vida. La idea y propuesta son de John Antón Sánchez, profesor del IAEN (1), autor de la nota introductoria: “El libro aspira a promover un diálogo y articulación entre los distintos procesos e investigaciones realizadas en las últimas décadas, con el fin de arrojar luz sobre lo que ocurre no solo en la frontera norte de Esmeraldas, sino también en procesos similares del Sur global” (2). Y si ya se sabía o se sospechaba, entonces, se vuelve a ‘descubrir’ que el país, al cual debes el gentilicio, es una suma de partes en conflicto con muchas desigualdades, sin importar el discurso político de los gobernantes, que parecen jamás serán derrotadas. Rápido ejercicio de comparación: la fábula eterna del tío tigre y el tío conejo de la narrativa afropacífica colombo-ecuatoriana. Pero ya aquí, “a pleno sol que cae sobre el verde violento” (3) es aquí, exactamente aquí, en esta aritmética política de la desigualdad. Una región binacional. Pero el libro es sobre el territorio provincial del cual provienes y habitas, estudiado como el componente más doloroso de este torbellino sin fin de injusticias del Ecuador.
No busquen en el libro un relato desapasionado, como sugiere el purismo de la investigación académica, para nada, el toque blusero con resonancias de bunde o alabao perseguirá a quien lea el libro hasta la última página después de eso será su elección. Una: dedicarse a comentar las maldades del capitalismo, ejercicio bastante inútil. Dos: elegir ser bueno unos días, muy buenos algunos años o imprescindible en la línea del maestro Juan García y de miles de mujeres y hombres como él. La provincia de Esmeraldas parece destinada, por no sé qué providencia, a ser históricamente saqueada en nombre del progreso de la República del Ecuador (4). Es mi lectura de las páginas de Michel Lapierre y Aguasantas Macías. Respondo por ellas. Ambos autores cumplen con describir el itinerario por historia y consecuencias del extractivismo feroz y desalmado en el territorio de las Esmeraldas, al igual que la defensa biopolítica de las comunidades negras e indígenas (Nacionalidades Chachi, Awás y Épera).
No se trata de casualidades de la Historia o una equivocación del destino que pudiera explicarse como superstición política con repasos sociológicos y económicos, los autores de Extractivismo, (neo) colonialismo y crimen organizado… cumplen con “El objetivo (de) poder entender sus construcciones y las estrategias atravesadas por todo el fenómeno de la colonialidad del poder, la colonización de la naturaleza y las resistencias; entre la conquista y la época republicana hasta década del ’60 en el siglo XX” (5). Ese es el axê preciso del libro.
Esas dos visiones chocan con pausas, a veces breves o prolongadas, en la provincia de Esmeraldas, con el pueblo negro y las comunidades indígenas. Biopolítica de las comunidades enfrentada a la necropolítica de los capitalistas. Insisto es mi lectura del libro. Ellos precisan las pérdidas por desposesión y las resistencias a ese múltiple arranche, las estrategias perversas y las respuestas cimarronas. Empezó por el racismo o sea la disminución histórica de derechos fundamentados en el procesamiento ideológico de la humanidad de la diáspora africana con todo lo que eran y podrían ser. Continuó y continúa con el saqueo legalizado (o extractivismo), también ideologizado hasta crear malvadas teorías económicas con nombres de apariencia inocua: neoliberalismo. Durante más 500 años se estructuraron unas artes y ciencias del despojo de la provincia de Esmeraldas, que parecería que se consumirán las vidas que hagan falta y no habría reversión. O revolución. Lectura de los capítulos I y II.
No escribo sobre la personalidad política de Michel Lapierre y Aguasantas Macías, no sé si este jazzman ya está con esa gente de zona que prefiere las acciones con pasiones y no tanto las etiquetas, pero el retrato político de su obra investigada nos deja listo para que cualquier momento estalle la conciencia social esmeraldeña, por cualquier lado. O por sus comunidades afroindígenas que muy bien deberían hermanarse para defenderse del despojo o sea de la necropolítica como lo detalla Achile Mbembe: “El hecho de que las colonias puedan ser gobernadas en ausencia absoluta de ley procede de la negación racista de todo punto común entre el conquistador y el indígena (dueño legítimo del territorio, JME). A ojos del conquistador (los extractivistas de cualquier pelaje, JME), la vida salvaje no es más que otra forma de vida animal, una experiencia horripilante, algo radicalmente «otro» (alien), más allá de la imaginación o de la comprensión” (6). Estas líneas unen el capítulo II con III. Como dicen ellos las “estrategias de la colonialidad del poder y la colonización de la naturaleza” con fines de no existencia del Pueblo Negro y las Comunidades Indígenas, en ese otro territorio imaginario de la ‘garantista de derechos’ Constitución de la República del Ecuador.
Nuestra conclusión del capítulo III y uniéndome a aquello que resumen en la página 334 Michel Lapierre y Aguasantas Macías: “La acumulación de capital ha sido pagada por las comunidades (esmeraldeñas, JME) desde la colonia […] Esto implica generar un Estado de derecho, en donde aquellos que se han enriquecido ilícitamente y a costa de las riquezas y las vidas de las comunidades paguen sus responsabilidades…” O mejor dicho sus terribles culpas. El barbudo de Tréveris comentaría por su parte: “El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social, político y espiritual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia” (7). Bien podría estar renaciendo esa conciencia cimarrona en la provincia de Esmeraldas. Este libro fertiliza ese renacer. Amén.
Notas:
(1) Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) del Ecuador.
(2)  Extractivismo, (neo) colonialismo y crimen organizado en el norte de Esmeraldas, Michel Lapierre Robles y Aguasantas Macías Martín, Ediciones Abya Yala, Quito, 2018, p. 36.
(3) Verso del Poeta Antonio Preciado, tomado del libro De sol a sol, Editorial Antares, poema titulado: Poema solidariamente derribado, p. 249.
(4) Es una perífrasis de la carta de Simón Bolívar al coronel Patricio Campbell, escrita en Guayaquil el 5 de agosto de 1829: “¿Cuánto no se opondrían todos los nuevos estados americanos, y los Estados Unidos que parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad? Me parece que ya veo una conjuración general contra esta pobre Colombia, ya demasiado envidiada de cuantas repúblicas tiene la América”.
(5) Óp. Cit., p. 41.
(6) Necropolítica, Achille Mbembe, Editorial Melusina, S. L., 2011, pp. 39-40.
(7) Contribución a la economía política, Karl Marx, Editorial Progreso, 1989, pp. 7-8.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Organizaciones de toda Europa apelan a los parlamentos nacionales frente al Parlamento Europeo reclamando el rechazo al acuerdo de inversiones con Singapur


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 Organizaciones de toda Europa apelan a los parlamentos nacionales frente al Parlamento Europeo reclamando el rechazo al acuerdo de inversiones con Singapur

 

 


Organizaciones de toda Europa apelan a los parlamentos nacionales frente al Parlamento Europeo reclamando el rechazo al acuerdo de inversiones con Singapur
Las organizaciones europeas que son parte de la campaña “Derechos para las personas, obligaciones para las multinacionales”, entre las que está USO, expresan su decepción por la aprobación en el Parlamento Europeo de los tratados tanto de comercio como el de inversión entre UE-Singapur (EUSIPA) con 436 votos a favor y 203 votos en contra.
El acuerdo es controvertido ya que incluye un mecanismo tóxico de resolución de controversias entre el Estado y el inversor, un sistema privado de arbitraje que permite a las multinacionales demandar a los gobiernos por leyes o regulaciones que vayan en contra de sus beneficios privados. Casos previos demuestran cómo estos mecanismos se han utilizado para detener una regulación ambiental, para eliminar derechos a los trabajadores/as o por elevar los estándares de calidad en los productos que consumimos.
Una alianza de más de 200 sindicatos, ONG, organizaciones profesionales y movimientos sociales ha movilizado a medio millón de ciudadanos europeos en menos de un mes para firmar una petición que rechaza el ISDS en todas sus formas y que a cambio pide un instrumento internacional vinculante, así como leyes nacionales, que obligue a las empresas transnacionales a cumplir con los derechos humanos.
Según las organizadoras y organizadores de la campaña: “Los eurodiputados han cometido un grave error hoy aprobando un acuerdo que revive la peor parte del TTIP, es decir, los mecanismos de protección de inversiones”.
Las eurodiputadas y eurodiputados que han votado a favor del acuerdo han comprado la historia de que éste es un nuevo sistema. No es así. Aparte de alguna mejora relacionada con los procedimientos, sigue siendo el ISDS maquillado. Es preocupante la falta de pensamiento crítico por parte de algunos partidos supuestamente “progresistas”, como el PSOE, quienes han votado junto con el PP y Cs a favor de este tratado al igual que hicieron con el Tratado de Japón en diciembre de 2018. Sin embargo, este acuerdo es aún más peligroso que el CETA o el tratado con Japón. Entre otras cosas, mantiene la cláusula legal de "expectativas legítimas" a través de la cual muchos inversores han demandado a otros gobiernos alegando que las regulaciones medioambientales y de salud pública van en contra de sus beneficios económicos de las inversiones presentes o futuras.
La implicación que tiene la aprobación de este acuerdo podría ser muy grave para los gobiernos de la UE porque debilita su derecho a legislar. El ISDS se ha utilizado para demandar a los gobiernos simplemente por legislar.
No es demasiado tarde para cambiar de rumbo. Detener el EUSIPA, y el resurgimiento del fallido sistema ISDS, está en manos de los parlamentos nacionales. Pedimos al futuro Parlamento que salga elegido de las elecciones generales anticipadas que no sólo frene el acuerdo de inversiones con Singapur sino que ponga en marcha una política de comercio e inversión alternativa. Los parlamentos nacionales ahora deben acertar donde los eurodiputados han fracasado.
Si quieres apoyar la campaña entra en www.noalttip.org/stopisds 
El 13 feb 2019, a las 13:42, NoalTTIP  noalttip@gmail.com  escribió: 
Comunicado de la campaña “No a los tratados de comercio e inversión”
Organizaciones de toda europa apelan a los miembros del Parlamento Europeo por aprobar el Acuerdo de inversiones con Singapur
Las organizaciones europeas que son parte de la campaña “Derechos para las personas, obligaciones para las multinacionales” expresan su decepción por la aprobación en el Parlamento Europeo del tratado entre UE-Singapur (EUSIPA) con 436 votos a favor y 203 votos en contra.
El acuerdo es controvertido ya que pretende revivir el mecanismo tóxico de resolución de controversias entre Estado-inversor (ISDS) – un sistema privado de arbitraje que permite a las multinacionales demandar a los gobiernos por leyes o regulaciones que vayan en contra de sus beneficios privados. Casos previos demuestran cómo estos mecanismos se han utilizado para detener una regulación ambiental, para eliminar derechos a los trabajadores/as, elevar el salario mínimo o por elevar los estándares de calidad en los productos que consumimos.
Una alianza de más de 200 sindicatos, ONG, organizaciones profesionales y movimientos sociales han movilizado a medio millón de ciudadanos europeos en menos de un mes para firmar una petición que rechaza el ISDS en todas sus formas y que a cambio pide una corte internacional que obligue a las empresas transnacionales a cumplir con los Derechos Humanos.
 Según las personas organizadoras de la campaña,“Los eurodiputados han cometido un grave error hoy aprobando un acuerdo que revive la peor parte del TTIP, es decir, los mecanismos de protección de inversiones”. “Aunque lo intenten vender como una versión renombrada, el "Sistema de Tribunal de Inversiones" sigue utilizando los mismos principios por lo cuales se puede demandar a los Estados por tomar decisiones soberanas en pro del interés público”.
Las eurodiputadas y diputados que han votado a favor del acuerdo han comprado la historia de que éste es un nuevo sistema. No es así. Aparte de alguna mejora relacionada con los procedimientos, sigue siendo el ISDS maquillado. Es preocupante la falta de pensamiento crítico por parte de algunos partidos supuestamente “progresistas”, como el PSOE, quienes han votado junto con el PP y Cs a favor de este tratado al igual que hicieron con el Tratado de Japón en diciembre de 2018, alegando que es un acuerdo progresista que vela por los intereses de la ciudadanía. Sin embargo, este acuerdo es aún más antiguo que el CETA. Entre otras cosas, mantiene la cláusula legal de "expectativas legítimas" a través de la cual muchos inversores han demandado a otros gobiernos aludiendo que las regulaciones medioambientales y de salud pública violan sus expectativas de retorno económico de las inversiones.
La implicación que tiene la aprobación de este acuerdo podría ser muy grave para los gobiernos de la UE. El ISDS se ha utilizado para demandar a los gobiernos simplemente por legislar.
No es demasiado tarde para cambiar de rumbo. Detener el acuerdo con Singapur, y el resurgimiento del fallido sistema ISDS, está en manos de los parlamentos nacionales. Si cualquiera de ellos no ratifica el acuerdo, nos salvaremos de lo que solo se puede describir como una dictadura corporativa. Los parlamentos nacionales ahora deben acertar donde los eurodiputados han fracasado.
Si quieres apoyar la campaña entra en www.noalttip.org/stopisd

La estrategia del miedo


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La estrategia del miedo

 

 


Sanciones financieras, bloqueo económico y terror callejero para crear un colapso, imposición del imaginario de la existencia de un poder dual y la amenaza de una invasión estadounidense que tiene fecha para el 23 de febrero, escondida en el caballo de Troya de la supuesta “ayuda humanitaria”: todo para terminar, de forma ejemplarizante, con “el virus” de la Revolución Bolivariana.
En esta estrategia del miedo, los medios de comunicación trasnacionales, cartelizados, y las repeticiones por redes sociales, tratan de condicionar la situación. No existe una ciencia más precisa que la amenaza y nada más sólido que el miedo...
El vicepresidente estadounidense Mike Pence sigue con la campaña terrorista del presidente Donald Trump, su canciller Mike Pompeo, sus asesores de seguridad John Bolton y Elliot Abrams y, los jefes del Comando Sur, y afirmó que “ahora no es momento de dialogar, sino de entrar en acción” contra el gobierno de Nicolás Maduro, elegido en unos comicios democráticos en mayo de 2018.
La estrategia elaborada por Washington para deponer el gobierno bolivariano, tras 20 años de intentos frustrados que incluye tentativas de magnicidio, contempla varios ejes de presión: sanciones económicas y financieras impuestas por EE.UU. y la Unión Europea para crear un colapso, la creación de la imagen de un poder dual, que genera incertidumbres jurídicas que impactan directamente entre los militares, y la amenaza latente de una invasión.
Esta presión coloca a los militares en la disyuntiva de decidir enfrentar o no una expedición extranjera, en la apuesta a que ante ese dilema los oficiales escojan la opción de un golpe palaciego o que se produzca una fractura. Este eje ha perdido peso como medio de presión, en razón del rechazo que tiene una intervención en EEUU y en Europa, lo que disminuye las probabilidades de que ocurra, señala el analista Leopoldo Puchi.
El mecanismo para acelerar el colapso que resultaría de “un período de sufrimiento mayor”, son las sanciones y medidas de bloqueo de cuentas, que cumplen la función de impedir que Venezuela disponga de divisas para la importación de insumos, alimentos y medicinas, multiplicando exponencialmente los problemas que ya existen como resultado de políticas macroeconómicas erradas y de la ineficiencia de la gestión. Lo que se busca es un “un período de sufrimiento mayor por un período de meses o quizás años”, un estallido social, el caos.
"La ayuda humanitaria va a entrar sí o sí a Venezuela", advirtió Juan Guaidó, titular de la Asamblea Nacional (AN, declarada en desacato), ante decenas de miles de seguidores congregados en la zona este (clase media alta y alta) de Caracas, al anunciar que la “ayuda humanitaria” otorgada por EEUU ingresará al país el 23 de febrero, un mes después de que se proclamó "presidente encargado”.
El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, llamó a Guaidó a dialogar en el Mecanismo de Montevideo. Durante un encuentro con los 120 miembros del Movimiento de Países No Alineados en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, expresó que su gobierno quiere "profundizar la cooperación con agencias de la ONU en ámbitos en los que la economía venezolana ha sido muy impactada".
Guaidó pidió a unos 250 mil voluntarios organizarse este fin de semana en asambleas, cabildos y campamentos humanitarios itinerantes para crear un plan que habilite el acceso a la ayuda. “Atentos, porque tendremos que ir en caravanas, en protesta, en organización, en movilización”, dijo Guidó, a la vez que llamó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a sumarse a su movimiento y permitir el ingreso de la "ayuda" al país.
Alimentos y medicinas enviados por la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos a petición de Guaidó, reconocido por unos 40 países (de los 193 de Naciones Unidas) como "presidente encargado", están almacenados desde hace cinco días en un centro de acopio instalado de la ciudad colombiana de Cúcuta, que conecta con Táchira, en Venezuela.
Otro “centro de acopio” se instaló en Roraima, Brasil, también en el frontera con Venezuela, pero ha recibido fuertes críticas porque el gobierno del presidente neofascista Jair Bolsonaro no solicitó al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados la autorización para instalarlo.
No solo el gobierno de Nicolás Maduro, sino personalidades y mandatarios de otros países, señalaron que la entrega de esa "asistencia" sería el pretexto para una intervención militar estadounidense.
Mientras, en otra manifestación multitudinaria en el centro de Caracas, en el Día de la Juventud Invencible, el presidente Maduro encabezó la protesta en rechazo a una "intervención imperialista" en la que se recordaron a los muertos que dejaron las protestas del mes pasado y las más de 200 víctimas del terror callejero de 2014 y 2017.. "Yo quiero la paz para Venezuela, todos queremos la paz, que los tambores de guerra se alejen, que las amenazas de invasión militar se alejen", dijo el mandatario.
En entrevista para la cadena británica BBC, Maduro dijo que "en Venezuela no hay hambruna" y enunció varios puntos de la campaña de Washington en contra del país, que van "desde un bloqueo económico, la difusión de noticias falsas y la amenaza de acciones militares, hasta la preparación de un golpe de Estado".
La vicepresidenta Delcy Rodríguez, dijo durante una reunión con los gobernadores en Caracas que la ayuda enviada por EE.UU. "viene contaminada y envenenada, es cancerígena, se podría decir que son armas biológicas". Relacionó las acciones estadunidenses con la intervención a Nicaragua en 1986, donde camuflaron armamento militar en camiones de asistencia alimentaria.
El frente internacional:
Para Uruguay el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela es un acto “casi irresponsable” que puede llevar al conflicto armado, declaró el canciller de ese país, Rodolfo Nin Novoa. Afirmó que el Gobierno uruguayo no está dispuesto a reconocer a un presidente “que no fue electo por la población”, que se proclama como tal con una “dudosa interpretación, sacada de contexto” de la Constitución de su país, y “que genera un gravísimo antecedente en América Latina y en el mundo”, señaló.
Igualmente, advirtió que el Gobierno del juramentado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, solo puede validarse en las condiciones actuales “por la vía de la fuerza”. “Guaidó no tiene control sobre el territorio, no tiene el control de la administración, ni de los ministerios, ni de la policía, ni de las FFAA y tampoco puede garantizar el cumplimiento de las obligaciones contraídas por el estado venezolano”, añadió el ministro.
Asimismo mencionó que Uruguay está convencido de la necesidad de mantener los canales abiertos con el gobierno del presidente Nicolás Maduro para facilitar las condiciones que permitan una salida pacífica a la crisis del país caribeño. Esta salida, precisó el canciller, “nunca (podrá ser) por medio de la violencia o la intervención extranjera, que muchos están pidiendo, empezando por el propio autoproclamado”, en referencia a Guaidó.
Nin Novoa aseguró que los primeros contactos con la Unión Europea (UE) para buscar una solución para Venezuela se desarrollaron en septiembre de 2018, negando que la reunión del Grupo Internacional de Contacto realizada en Montevideo fuera “improvisada”, y señalando que las conversaciones se retrasaron por “diferencias dentro de la UE”.
Señaló que el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro -uruguayo- se ha excedido “groseramente” en sus capacidades respecto a Venezuela y su postura es un “grave problema” para una salida a la crisis política.
El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) convocó a una sesión extraordinaria el viernes en Washington para analizar la situación en Venezuela, a solicitud de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Paraguay, Perú y EEUU, para “dar seguimiento” a la resolución aprobada el 10 de enero, por la cual el organismo panamericano (por mayoría simple) desconoció la autoridad de Maduro.
El texto adoptado exhorta a los estados miembro a tomar todas las medidas “para contribuir a la pronta restauración del orden democrático en Venezuela”, llama a la realización de nuevas elecciones “con todas las garantías necesarias para un proceso libre, justo, transparente y legítimo, en una fecha cercana con presencia de observadores internacionales” y urge al “régimen venezolano que permita el inmediato ingreso de ayuda humanitaria” a Venezuela.
El presidente colombiano Iván Duque viajó a Washington para recibir las instrucciones directamente de boca de Trump y su gabinete de guerra.
Mientras, el papa Francisco le escribió al presidente Maduro que las condiciones no están dadas para una mediación del Vaticano en la crisis política del país, según el diario Corriere della Sera. El lunes, una delegación que representaba a Guaidó se reunió en el Vaticano con funcionarios pontificios, pero no tuvo acceso a Francisco.
El Papa ha deplorado que los obispos venezolanos fracasaran en sus esfuerzos para ayudar a distender la situación política y social en el país (es más, la Conferencia Episcopal y varios obispos se han alineado con la oposición). Algunos analistas ven en esta situación una lucha entre Francisco y el Papa Negro (Prepósito General de la Compañía de Jesús), el venezolano Arturo Sosa.
Aunque la desprestigiada OEA desconoció a Maduro, no se pronunció aún sobre Juan Guaidó, reconocido actualmente como presidente interino por 40 países. Sólo 16 países miembro de la OEA apoyaron el 24 de enero pasado una declaración a favor de Guaidó
Mientras, el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, llamó a Guaidó a dialogar en el Mecanismo de Montevideo. Durante un encuentro con los 120 miembros del Movimiento de Países No Alineados en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, expresó que su gobierno quiere "profundizar la cooperación con agencias de la ONU en ámbitos en los que la economía venezolana ha sido muy impactada".
En Moscú, el canciller ruso Serguei Lavrov acusó a EEUU. de disimular una intervención militar en Venezuela con la resolución presentada al Consejo de Seguridad de la ONU para facilitar la llegada de ayuda humanitaria. Indicó que es un intento de “camuflar las provocaciones que se están urdiendo con el envío de ayuda humanitaria como medio para desestabilizar la situación en Venezuela, cuando no obtener el pretexto para una intervención militar directa”.
“El Consejo de Seguridad jamás adoptará semejante decisión”, dijo Lavrov, quien resaltó que la oposición venezolana rechaza la oferta de diálogo de Maduro.
El domingo, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo que no distribuirá la “ayuda humanitaria” de EE.UU. a Venezuela porque esta iniciativa carece de todo carácter humanitario.
En los próxima semana se acelerarán los mecanismos del terror mediático (y quizá también el callejero en Venezuela) No existe una ciencia más precisa que la amenaza y nada más sólido que el miedo, piensan en Washington.
 Álvaro Verzi Rangel: Sociólogo venezolano, codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Fuente: http://estrategia.la/2019/02/13/venezuela-la-estrategia-del-miedo-sanciones-bloqueo-imagen-de-poder-dual-y-amenaza-de-invasion/

Un balance de las conversaciones del gobierno con el ELN


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Un balance de las conversaciones del gobierno con el ELN

 

 


Ante Colombia y el mundo, a 6 meses de haberse iniciado el Gobierno de Iván Duque y a dos años de haberse instalado la Mesa pública de conversaciones en Quito, el ELN, les comparte un breve balance sobre este proceso de diálogo para la construcción de una salida política al conflicto interno; reseñando acuerdos y pasos logrados, con el propósito de que esta perspectiva sea conocida, y no se renuncie a este esfuerzo por cerrar este largo ciclo de confrontación interna.
Tras el asesinato de Gaitán en 1948, Colombia cayó en una larga noche de atroz violencia, conducida por las élites gobernantes, en estrecha alianza con los Estados Unidos; luego en los años sesenta la insurgencia revolucionaria se alzó para reclamar dignidad, soberanía y participación del pueblo.
Décadas después, en medio de un ascendente conflicto armado, político y social, a finales de los años ochenta, consciente de la ferocidad de la guerra sucia del régimen y de la necesidad de no responder de la misma manera, el ELN formuló la necesidad de Humanizar la guerra. Así, por separado y junto con otras organizaciones insurgentes de la época, suscribió compromisos de regulación, con base en reglas del Derecho Humanitario.
Desde la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar emprendimos varios Diálogos de Paz, a comienzos de los años noventa, en Caracas, Venezuela, y en Tlaxcala, México.
El ELN volvió a explorar esa vía en 1998, haciendo un llamado a la sociedad a participar en el proceso de paz. Tanto en Alemania como en Suiza, y en diferentes territorios de Colombia, desarrolló encuentros con propuestas de solución política, ruta que siguió ensayando en un proceso de diálogo, con el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez en Cuba entre 2005 y 2007, experiencias que no pudieron completarse. Tuvo que esperarse varios años para nuevos acercamientos entre las dos partes contendientes.
El marco del actual Proceso de Paz
La búsqueda continuó en un nuevo proceso, en el que nos hallamos aún, cuando desde 2012 el ELN fue convocado por el presidente Juan Manuel Santos a unos diálogos exploratorios y confidenciales, bajo la condición de realizarlos en medio de la confrontación, en el exterior y sin intermediarios.
Después de cerca de cuatro años de decenas de reuniones secretas en Venezuela, Ecuador y Brasil, fructificó en la firma de un “Acuerdo de Diálogos para la Paz de Colombia”, el 30 de marzo de 2016, y su correspondiente Agenda [1], suscrito por el Estado colombiano y el ELN ante seis países Garantes (Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, Noruega y Venezuela), dando noticia de este compromiso al mundo entero en esa fecha.
Enseguida se elaboraron Protocolos entre ambos contendientes para concretar aspectos básicos que se abordan en todo proceso de paz en cualquier parte del mundo, relativos al funcionamiento de la Mesa de conversaciones, el traslado y estadía de la Delegación del ELN; y sobre qué hacer ante una eventual ruptura de los diálogos [2], señalando para esa hipótesis, unas reglas de respeto entre las partes y de retorno a Colombia de los Miembros Representantes del ELN, en concordancia con el Derecho Consuetudinario Internacional.
El acatamiento de ambas partes a lo acordado, tuvo no sólo como fuente los principios de buena fe y confianza legítima que aparecen consagrados en la ley del Estado colombiano y el Derecho Internacional, sino que de acuerdo a las normas de orden público y paz (ley 418 de 1997 y sucesivas reformas), el Estado procedió a la suspensión de las órdenes de captura de los Miembros Representantes del ELN.
Como fue pactado en la Agenda de 2016, el Proceso de Paz acordado no fue de sometimiento de una parte a la otra, sino para desarrollar conversaciones para “terminar el conflicto armado y acordar transformaciones en búsqueda de una Colombia en paz y equidad”.
Es decir para superar la violencia de manera dialogada y procesual, con participación de la sociedad (punto 1º), en búsqueda de “Democracia” y “Transformaciones para la paz” (puntos 2º y 3º), o sea mínimos cambios verdaderos, con una visión de justicia comprensiva de los derechos de las víctimas (punto 4º).
Especificando aspectos propios del fin del conflicto (punto 5º), como “sacar la violencia de la política” y para avanzar en “el tránsito del ELN a la política legal”, indicando contenidos esenciales como los siguientes: “a. Definición de la situación jurídica del ELN y sus integrantes; b. Condiciones y garantías de seguridad para el ELN; c. Condiciones y garantías para el ejercicio de la política para el ELN; d. Tratar la privación de libertad de los miembros del ELN procesados o condenados...”
Inicio de la fase pública en Ecuador
A partir de situaciones contenciosas relacionadas con asuntos humanitarios referidos a la privación de la libertad de varias personas, materia tratada y resuelta por las partes el 10 de octubre de 2016 en Caracas, en enero de 2017, las partes suscribimos los “Acuerdos de “Cotacachi, Imbabura”, del 18 de enero de 2017 [3], por los que procedimos a dejar en libertad personas retenidas por el ELN. el Gobierno concedió 2 indultos y nombró a dos Gestores de Paz del ELN; que permitió la instalación de la Mesa en la fase formal y pública el 7 de febrero de 2017, en Ecuador.
Ambas partes, conscientes de ajustes necesarios, habíamos convenido desde octubre de 2016 no sólo tratar el primer punto concerniente a la “Participación de la Sociedad en la construcción de la Paz” (punto 1º), y establecer una sub mesa para simultáneamente tratar el sub-punto 5f: “Dinámicas y acciones humanitarias”. Esta última materia concentró gran parte de los debates de ese ciclo, siendo suscrito por las partes un Acuerdo de reconocimiento de un “Marco de Referencia Común” [4], para realizar dinámicas humanitarias, mediante acciones y acuerdos de conformidad con el Derecho Internacional Humanitario (DIH), con los que se disminuya la intensidad del conflicto.
En los dos ciclos posteriores se avanzó en Acuerdos atinentes el Reglamento de funcionamiento de la Mesa, la constitución del Grupo de Países de Apoyo, Acompañamiento y Cooperación (Alemania, Italia, Países Bajos, Suecia, Suiza); y se llegó al Acuerdo de Pedagogía y Comunicación para la Paz, el 5 de junio (Comunicado conjunto Nº1 y Comunicado conjunto Nº3, del 16 de febrero y el 6 de junio de 2017), entre otras materias.
A finales de julio de 2017, ya en el tercer ciclo de los diálogos, se dio mandato a una Comisión de las partes para preparar un Cese al Fuego Bilateral, Temporal y Nacional (CFBTN), pactado el 4 de septiembre en la Cancillería ecuatoriana en el “Acuerdo de Quito” [5], horas antes de la llegada a Colombia de Su Santidad el Papa Francisco.
Dicho Acuerdo comprendió ocho (8) Protocolos cuya aplicación fue supervisada por delegados de las partes y por Misiones de las Naciones Unidas y la Iglesia Católica. Las partes solicitaron al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la verificación y monitoreo del cese al fuego [6], que tuvo vigencia 101 días, a partir del Primero de octubre de 2018, el que tuvo importantes logros.
En octubre de 2017, en las condiciones propiciadas por el Cese al Fuego, las partes contendientes desarrollaron actividades de pedagogía en diferentes zonas del país, para darle cumplimiento en sus diferentes y respectivas estructuras y territorios del ELN.
Un primer Acuerdo sobre Participación de la Sociedad, permitió realizar las Audiencias Preparatorias, en octubre y noviembre en la ciudad de Bogotá, en las que integrantes de la Mesa de conversaciones interactuaron directamente con cientos de organizaciones e instituciones colombianas, escuchando sus experiencias y sus propuestas en torno a esa participación y a la metodología de la misma [7].
Así mismo el 3 de noviembre de 2017 se suscribió un Acuerdo referido a un Programa Puntual de Desminado Humanitario, y se realizó el día 17 de ese mes la Segunda Audiencia de la Mesa sobre el Chocó (la primera se efectuó el 31 de agosto de 2017) atendiendo ambas partes a delegados y delegadas de organizaciones civiles de ese departamento, en la perspectiva de pactar en ese territorio unos compromisos humanitarios, con la participación de las comunidades, el Gobierno y el ELN, para aliviar a la población de los efectos del conflicto armado.
El 1º de diciembre de 2017 terminó el 4º ciclo de la Mesa de Conversaciones iniciado el 23 de octubre, siendo uno de los acuerdos establecer en Bogotá una Mesa Transitoria relativa al Cese al fuego, para buscar solución a hechos violatorios, y a diferencias de interpretación, surgidas sobre los Protocolos del cese. Así mismo en esta ronda, el 25 de octubre se estableció el Fondo con recursos del Grupo de Países de Acompañamiento, Apoyo y Cooperación (GPAAC) al proceso, para financiar gastos de la Delegación del ELN en el Proceso de Paz y algunas actividades de la Mesa de Conversaciones.
Del 10 de enero al 15 de marzo de 2018 el proceso de conversaciones sufrió una crisis que finalmente se superó, siendo iniciados este día los trabajos del 5º ciclo [8]; en el que, se comenzó la evaluación del Cese al Fuego por las partes, la ONU y la Iglesia Católica. De igual modo se reconocieron, evaluaron y proyectaron las Audiencias Preparatorias para el diseño de la participación de la sociedad en el Proceso de Paz.
Los trabajos fueron desarrollados con intensidad hasta el 18 de abril de 2018, fecha en la cual se suspendió abruptamente la Mesa de Conversaciones, por la decisión de Ecuador de dejar de ser país Garante del proceso.
Conversaciones en Cuba
En Maiquetía, Venezuela, el 5 de mayo de 2018, las partes acordaron solicitar a la República de Cuba ser la nueve sede y pactaron proyectar trabajos de cara a un nuevo Cese al Fuego, el desarrollo de la Participación social, en búsqueda de un “Acuerdo Marco”, que diera continuidad al Proceso Paz y a la Mesa de conversaciones. Agradecieron a Venezuela por la hospitalidad, así como a los países que estuvieron dispuestos a albergar la Mesa. De esa reunión se emitió el Comunicado conjunto Nº 11 [9].
En La Habana, el día 9 de mayo, las partes se reencontraron y dieron continuidad desde el siguiente día al 5º ciclo, dando mandato a las Comisiones y Sub-mesas que tratarían los temas acordados: Cese al Fuego y Participación de la Sociedad. Además se realizaron encuentros con la Iglesia Católica, plataformas y redes de trabajo de Mujeres por la paz, las Naciones Unidas (ONU); al igual que con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), para el desarrollo de acciones humanitarias.
Del 25 al 29 de mayo el ELN cumplió a cabalidad el Cese al Fuego Unilateral ofrecido al país para el desarrollo de la jornada electoral, así como se hizo de nuevo otro cese de varios días en junio para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en las que resultó elegido el actual presidente Iván Duque. En absoluto estos gestos fueron correspondidos por el Estado colombiano.
El 15 de junio de 2018 las partes emitieron un comunicado de cierre del 5º ciclo de las conversaciones, dando a conocer sus conclusiones generales [10].
Del 2 de julio al 1º de agosto de 2018, se desarrolló el sexto y último ciclo de conversaciones, en el cual se debatieron las bases de un nuevo Cese al Fuego y de Asuntos Humanitarios, también sesionó la Sub-mesa de Participación, quedando avanzados los trabajos conforme a los mandatos que la Mesa otorgó.
En dicha labor asistieron oficiales activos de la Fuerza Pública, así como sesionaron la Plenaria de la Mesa en reuniones bilaterales ampliadas con la Ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, el Alto Comisionado para la Paz, Rodrigo Rivera, y otros delegados presidenciales y facilitadores.
Aunque no se logró la firma de un nuevo Cese al Fuego, sin duda quedaron expuestas por las partes posiciones y avances a considerar en desarrollo del Proceso de Paz.
En este ciclo también se lograron acuerdos parciales sobre el diseño de la participación de la sociedad referidos a los “Fundamentos” de la misma, quedando pendientes por concluir lo referido al carácter y la metodología.
Congelamiento unilateral por el actual Gobierno
Cumplidos seis meses desde la posesión de Iván Duque, nos hallamos los miembros representantes del ELN en La Habana a la espera de una decisión constructiva del Jefe del Estado y el restablecimiento de dicha Mesa de Conversaciones.
En el intercambio realizado con la administración Duque se han dado hechos concluyentes, encaminados no sólo a la solución de situaciones humanitarias, sino indicando razonablemente de modo más amplio, el interés de sostener encuentros para debatir y tratar distintos temas, ajustes o nuevas reglas en el proceso, como es de público conocimiento.
Nunca el ELN ha dicho que hay temas vedados; por el contrario está dispuesto a escuchar, y para ello ha pedido se produzcan reuniones y condiciones propicias. Sin embargo, la respuesta ha sido la dilación y el decaimiento de la Mesa de Conversaciones.
El ELN en estos meses liberó miembros de la Fuerza Pública capturados y otras personas retenidas, sino que declaró y cumplió a cabalidad un cese al fuego unilateral, entre el 23 de diciembre de 2018 y el 3 de enero de 2019. Sin embargo, el Gobierno mantiene unas “líneas rojas” y exige requisitos previos al ELN, que han obstaculizado el reinicio de las negociaciones de paz.
El Presidente Duque el 18 de enero de 2019, en reacción a la operación sobre el cuartel de la Policía Nacional en Bogotá, realizada por el ELN un día antes, pidió se activaran las órdenes de captura de quienes integramos la Delegación de Diálogos.
Además, el Gobierno Nacional, tomo la determinación de no cumplir el “Protocolo de Procedimientos ante una Ruptura de los Diálogos”, suscrito el 5 de abril de 2016 entre dignatarios de ambas partes y en presencia de lo Países Garantes del Proceso.
Tal posición la mantiene, pese a que múltiples voces entre ellas la de Cuba y Noruega, como países Garantes, así como Alemania y otros Estados, junto con expertos juristas, tratadistas y dirigentes políticos, y distintas y diversas organizaciones; los que han recordado que corresponde cumplir ese pacto, pues no hacerlo echa por tierra los pilares del Derecho Internacional, compromete la responsabilidad y la credibilidad internacional de Colombia, configura un crimen de perfidia, crea un nefasto precedente a nivel mundial, e inhabilita esfuerzos internacionales para futuros procesos de paz, entre otras razones.
Como lo hicimos el 21 de enero de 2019, cuando la Dirección Nacional del ELN explicó las razones de ese hecho bélico y asumió su responsabilidad, expresamos entonces y ahora que nos duelen los muertos de ambas partes y que no nos ufanamos de los contendientes caídos.
Así mismo formulamos con plena conciencia nuestro deber de seguir trabajando por la paz, por la solución política al largo conflicto armado, construyendo acuerdos para una salida basada en cambios básicos urgentes.
Tal expectativa es legítima, no sólo por tratarse de un mandato constitucional y legal conforme a la juridicidad estatal, sino por ser una obligación jurídica, ética y política internacional de los Estados, buscar la paz por vías dialogadas conforme a instrumentos y valores del derecho más avanzado de los pueblos y naciones civilizadas, hacia una resolución definitiva y firme, solucionando las causas y aliviando las consecuencias de la confrontación.
Compromisos por la paz
No sólo existe un Acuerdo general suscrito entre el Estado colombiano y el ELN en 2016 y acuerdos posteriores que desarrollan esa Agenda, sino que le da sustento a este proceso un profundo anhelo de solución política que gran parte del pueblo colombiano ha respaldado y que cultiva a diario esperando que ambas partes volvamos a dialogar, para lo cual nos han hecho un llamamiento.
El ELN creyó y cree en la buena fe, en la confianza legítima entre las partes, como principios rectores de éste y otros procesos de paz en el mundo. Así mismo ratifica su compromiso con un cese al Fuego Bilateral y con el derecho humanitario estando abierto a llegar a acuerdos en estas materias.
Le planteamos de nuevo al Presidente Duque se aplique el Protocolo de retorno a Colombia, con los procedimientos y las garantías ya fijados. Del mismo modo mantener y darle continuidad a las conversaciones de paz.
La Delegación de Diálogos del ELN invita a las organizaciones sociales, al movimiento popular, a los dirigentes políticos, a la Iglesia Católica, a líderes religiosos, a entidades humanitarias, a plataformas de mujeres, medio ambiente y derechos humanos, a organismos internacionales, a representantes de otros gobiernos y parlamentarios en otros países, así como a académicos y asociaciones de jueces, tomar en cuenta los acuerdos y avances que acá hemos reseñado (ver lista de anexos), construidos junto con el Estado colombiano, y hacer depósito urgente de los mismos ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a fin de que este acumulado de pactos y propuestas sea preservado por Naciones Unidas, para cuando exista voluntad de reiniciar el proceso de paz, convencidos que el futuro de Colombia no puede ser la guerra.
Notas
[1] http://eln-paz.org/index.php/delegacion/acuerdos/13-acuerdo-de-dialogos-para-la-paz
[2] https://eln-voces.com/protocolo-de-procedimientos-ante-una-ruptura-de-los-dialogos
[3] http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/34-comunicado-conjunto-n-01
[4] http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/50-finalizacion-primer-ciclo-de-conversaciones
[5] http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/77-acuerdo-de-quito
[6] http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/98-funciones-de-la-onu-durante-el-cese-bilateral
[7] http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/102-estamos-listos-para-la-participacion-comunicado-conjunto
[8] http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/166-comunicado-conjunto-n-7
[9] http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/192-comunicado-conjunto-n-11
[10] http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/218-comunicado-conjunto-n-15
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Formar filas contra el neoliberalismo disciplinario


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Formar filas contra el neoliberalismo disciplinario

 

 


I.-
Al escribir estas líneas tengo en mente, principalmente, al contingente de compañeros y compañeras que, por razones diversas, ha renunciado temporalmente al trabajo militante; gente extraordinariamente valiosa que, por ejemplo, ha decidido dedicarse a atender las urgencias de la vida cotidiana, muchas veces porque no le ha quedado más alternativa; gente que ha dejado su trabajo en alguna institución pública, espacio que suele ser muy hostil para cualquier persona con vocación transformadora, por desacuerdo con sus superiores, por lo que evalúa como falta de coherencia entre el discurso y la práctica; gente que ha sido mantenida al margen en las mismas instituciones, pero también en los territorios, porque resulta incómoda, porque se empeña en mantenerse fiel a sus principios; gente que se siente defraudada por el liderazgo político chavista en general, al que considera, entre otras cosas, ajeno al sentir popular; gente que no se siente identificada con un Gobierno que demasiadas veces, a su juicio, anuncia que hará cosas que no hace, y hace cosas sobre las cuales no ofrece ninguna explicación; gente, en fin, que se siente derrotada o que se ha hecho a un lado (o ha sido apartada) porque cree que no tiene sentido pelear batallas que no son las suyas.
A esa gente, bajas de guerra, tenemos que poder hablarles. A esa, nuestra gente, no podemos abandonarla a su suerte.
II.-
Nadie en su sano juicio desea la guerra, pero corren tiempos de suspensión del juicio. La más clara demostración de ello es que, entrevistado el viernes 8 de febrero por AFP, Juan Guaidó “no descartó autorizar una intervención militar de los Estados Unidos o una fuerza extranjera en el país”, según reseñó El Universal (1). Sus palabras textuales fueron: “Haremos todo lo posible. Esto es un tema obviamente muy polémico, pero haciendo uso de nuestra soberanía, el ejercicio de nuestras competencias, haremos lo necesario”, refiriéndose al “eventual uso de sus facultades para autorizar una intervención militar” (2). Al día siguiente, el congresista estadounidense Ro Khanna le respondió que él podía proclamarse líder de Venezuela, pero que no era nadie para autorizar intervenciones militares estadounidenses (3). En descargo de Guaidó, habría que precisar que él no habla como líder de Venezuela, sino como muñeco de ventrílocuo de la política exterior estadounidense.
Guaidó tiene razón cuando habla de “nuestra soberanía”, solo que no se refiere a la soberanía venezolana.
En la tercera y última parte del libro Una geopolítica del espíritu, Miguel Ángel Contreras Natera hace un fascinante resumen de la evolución de la doctrina de seguridad y defensa de Estados Unidos desde la Doctrina Carter hasta la “Estrategia de Seguridad Nacional”, pasando por el “Proyecto para un nuevo siglo americano”. Allí se cuenta la historia de un imperio decadente que, en un contexto de crisis general del capitalismo como sistema histórico, y frente a la amenaza que constituye Asia y la posibilidad de que se constituya en centro hegemónico del poder global, reacciona dando al traste con el sistema de relaciones internacionales prevaleciente desde el Tratado de Westfalia, en 1648, que establecía el principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados.
En esencia, la gramática política imperial que se emplea hoy contra Venezuela data del período estudiado por Contreras Natera (1980-2006). Así, por ejemplo, cuando Guaidó afirma que hará “todo lo que sea necesario, todo lo que tengamos que hacer para salvar vidas humanas, para que no sigan muriendo niños” (4), incluso autorizar una intervención militar estadounidense en territorio venezolano, sus palabras son el eco colonial del razonamiento empleado por Michael Walzer para justificar la “guerra justa” contra Irak en 2003.
De igual forma, la caracterización de Venezuela como “un narcoestado sumido en una enorme corrupción y responsable de la brutal represión de sus ciudadanos” (5), empleada sistemáticamente por la vocería oficial estadounidense y replicada entusiastamente por políticos, medios y analistas alineados con sus intereses, obedece a la categorización realizada en 1999 por una institución dependiente de la Secretaría de Defensa, según la cual los Estados se dividen en cuatro grupos, de acuerdo al nivel de estabilidad de sus democracias: estados núcleo (core states), estados en transición (transition states), estados canallas o forajidos (rogue states) y estados fallidos (failed states). En realidad, la clasificación “varía en función de las afinidades que presenten los estados con respecto al modelo de Washington”. Un rogue state como el venezolano “merecería desaparecer como Estado de no-derecho desde el momento en que parece no respetar las prescripciones del derecho internacional”, tal y como éstas son interpretadas por “los estados supuestamente legítimos y respetuosos de las leyes, es decir, aquellos que, disponiendo de la mayor fuerza, están dispuestos a llamar a los estados canallas al orden o hacerlos entrar en razón, si fuera necesario recurriendo a una intervención armada - punitiva o preventiva” (6).
Así, tenemos a los estados, y la posibilidad de la “guerra justa” de unos estados (Estados Unidos y sus aliados) contra otros (estados canallas), pero algo falta. Guerra, moneda y Estado son las fuerzas constituyentes del capitalismo, apuntan Éric Alliez y Maurizio Lazzarato (7). Falta el mercado. Esta taxonomía imperial referida a los estados es funcional a los propósitos del “neoliberalismo disciplinario”, como lo define Contreras Natera: “La libertad propuesta por los portavoces del neoliberalismo disciplinario - en tanto ideología y técnica de gobierno - debe ser comprendida en el marco de las mutaciones y transformaciones actuales de la globalización. La libertad remite al respeto irrestricto a cierta mecánica natural [...] intrínseca de los procesos económicos antes que al reconocimiento de libertades individuales”. Libertad es, antes que cualquier otra cosa, libre mercado, y éste es asumido como principio moral. Guiado por este principio, en el acto de intervenir militarmente en algún Estado canalla, Estados Unidos no está haciendo otra cosa que velar porque el libre mercado “no se vea obstruido por intervención gubernamental alguna. La necesidad de mercantilizar cada espacio de la vida [...] se inscribe dentro de la visión de disciplinar los cuerpos y pueblos para aumentar la productividad. Estar en contra de Estados Unidos, en éste y otros muchos aspectos, es estar en contra de la libertad” (8).
En otras palabras, “una sociedad es democrática siempre y cuando se pronuncie contra el intervencionismo del Estado y a favor del mercado”. Si esto no es así, entonces “es preciso defender el mercado tanto política como militarmente”. El objetivo es “extender el mundo gobernado por el puro intercambio de mercancías, extender las relaciones mediadas por el dinero como la forma natural y única de las relaciones humanas”, lo que supone, en términos geopolíticos, que una parte del mundo domina la economía de la otra parte. El destino de los estados canallas, susceptibles de intervención militar, es ajustarse “internamente para que puedan mantener el servicio de sus deudas con el régimen Dólar-Wall Street. Los vínculos con este régimen suponen la subordinación de los estados en tanto orden imperial-colonial a las turbulencias del sistema financiero internacional” (9).
Lo que hace el neoliberalismo disciplinario es “reescribir la economía de mercado como una pulsión de fuerzas naturales y ocultar con ello a las instituciones, los individuos, los actores globales y locales que motorizan el capitalismo global”. Pero no es solo “un proceso de reescritura político e ideológico”. Es fundamentalmente “un programa de control deliberado de las fuentes energéticas del Tercer Mundo”, lo que se expresa como “la profundización de los niveles de desigualdad, una extracción intensificada, una renovada acumulación primitiva y el despliegue de mecanismos de sujeción por medio de deudas, vigilancias y coerción crecientes a escala mundial” (10).
El problema, advierte Contreras Natera, es que “este etnocentrismo imperial, con sus inescrupulosas y sofisticadas defensas en el plano jurídico de la guerra justa, está quebrantando la institucionalidad internacional y, simultáneamente, con sus conjuntos de políticas de seguridad y defensa, socavando los procesos de reproducción de la vida en el planeta”. Asistido por la razón del más fuerte, arrogándose el derecho de ejercer su unilateralidad soberana, vulnera la soberanía de los llamados estados canallas. Un cuadro tal supone una peligrosa paradoja: “los estados que están en la situación de hacer la guerra a los rogue state son ellos mismos, en su más legítima soberanía, unos rogue state. Por consiguiente, dentro de la lógica autorizada y legitimada de los rogue state, ya solo hay estados canallas y ya no hay ningún Estado canalla” (11).
Suspendido el orden jurídico vigente, solo queda el estado de excepción permanente: “El caso de excepción decisivo políticamente es la guerra que, justamente, en tanto caso de excepción, también es el parámetro y, por consiguiente, aquello que no puede ser medido por otra cosa. Ante un caso excepcional, el Estado imperial estadounidense suspende el derecho por virtud del derecho a la propia conservación”. Siguiendo a Carl Schmitt, afirma Contreras Natera: “quien ostenta el poder de suspender el ordenamiento jurídico y, eventualmente, instaurar un orden legitimado basado en ese poder realmente ostentado, es el soberano” (12).
Es en nombre de la soberanía del Estado imperial estadounidense que habla Juan Guaidó. Y es en su nombre que se pone al servicio de una intervención militar en Venezuela. No en nuestro nombre.
III.-
El tratamiento de Venezuela como Estado canalla, la política de estrangulamiento de la economía nacional promovida y practicada por Estados Unidos, la farsa de la “ayuda humanitaria”, la amenaza de intervención militar, un “Plan País” neoliberal que supuestamente contiene “las claves que liberarán las fuerzas productivas de la nación” (13), y que se refiere a Venezuela como Estado fallido: todo esto sucede porque vivimos en un estado de excepción permanente a escala global, en el que, para resumir una idea expuesta por Michel Löwy, lo excepcional es la democracia (14).
Por eso resulta realmente desconcertante el contenido de una declaración suscrita por intelectuales y académicos como Edgardo Lander, Antonio Negri, Boaventura de Sousa Santos, entre otros, según el cual Nicolás Maduro “ha gobernado al margen de la Constitución, aplicando un estado de excepción permanente” (15).
Con todo y la presencia en el Gobierno venezolano de elementos autoritarios, corruptos y más bien propensos a favorecer los intereses del capital, lo que por cierto no es ninguna novedad, no puede existir la menor duda de que la democracia bolivariana sigue siendo un caso excepcional que, de hecho, confirma la regla global: el estado de excepción permanente, con el Estado imperial estadounidense autoproclamado como soberano.
El soberano imperial ha declarado la guerra a Venezuela. Cuando, el 9 de marzo de 2015, nos declaró “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior” estadounidense, eran tambores de guerra los que sonaban. Ciertamente, la guerra cabalga sobre nuestro malestar, es decir, sobre nuestros errores, sobre lo que hemos hecho mal, sobre aquello que nos hace débiles. Pero no es por nuestros errores que se nos hace la guerra, sino por nuestros aciertos.
La amenaza es real. Y sí, es inusual y extraordinaria la amenaza a nuestra soberanía nacional. No es un Gobierno lo que estamos defendiendo, sino nuestra existencia como nación soberana. Pocas veces fue tan necesario nuestro trabajo militante. Es preciso romper el aislamiento, juntarnos los comunes, estrechar lazos, reconstruir relaciones, restañar heridas, rehacer vínculos, es decir, ir a contramano de la neoliberalización de la sociedad venezolana, neutralizar sus efectos políticos, formar filas contra el neoliberalismo disciplinario. Es momento de tomar la decisión.

* Reinaldo Iturriza López fue Ministro del Poder Popular para la Cultura y Ministro del Poder Popular para las Comunas y Protección Social de la República Bolivariana de Venezuela
Notas: 
(1) AFP. Guaidó no descarta autorizar intervención de EEUU en Venezuela "de ser necesario". El Universal, 8 de febrero de 2019. http://www.eluniversal.com/politica/32653/juan-guaido-no-descarta-autorizar-intervencion-de-eeuu-en-venezuela-de-ser-necesario
(2) Agence France-Presse [@AFPespanol]. (8 de febrero de 2019, 18:18). [Amplía] "Haremos todo lo posible. Esto es un tema obviamente muy polémico, pero haciendo uso de nuestra soberanía, el ejercicio de nuestras competencias, haremos lo necesario", respondió Guaidó sobre un eventual uso de sus facultades para autorizar una intervención militar #AFP
Recuperado de https://twitter.com/AFPespanol/status/1093997414187524096
(3) Ro Khanna [@RoKhanna]. (9 de febrero de 2019, 14:51). Mr. Guaido, you can proclaim yourself leader of Venezuela but you don’t get to authorize US military interventions. Only the US Congress can do that. We will not.
Recuperado de https://twitter.com/RoKhanna/status/1094307903215988737
(4) AFP. Guaidó no descarta autorizar intervención de EEUU en Venezuela "de ser necesario". El Universal, 8 de febrero de 2019. http://www.eluniversal.com/politica/32653/juan-guaido-no-descarta-autorizar-intervencion-de-eeuu-en-venezuela-de-ser-necesario
(5) Emili J. Blasco. Trump eleva a Venezuela a la categoría de «Estado canalla». ABC, 27 de septiembre de 2017. https://www.abc.es/internacional/abci-trump-eleva-venezuela-categoria-rogue-state-201709260104_noticia.html
(6) Miguel Ángel Contreras Natera. Una geopolítica del espíritu. Leo Strauss: la filosofía política como retorno y el imperialismo estadounidense. Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. Caracas, Venezuela. 2011 Págs. 262-263.
(7) Éric Alliez y Maurizio Lazzarato. Wars and Capital. Semiotext(e). 2016. Pág. 15.
(8) Miguel Ángel Contreras Natera. Una geopolítica del espíritu. Leo Strauss: la filosofía política como retorno y el imperialismo estadounidense. Pág. 266.
(9) Miguel Ángel Contreras Natera. Una geopolítica del espíritu. Leo Strauss: la filosofía política como retorno y el imperialismo estadounidense. Pág. 267-269.
(10) Miguel Ángel Contreras Natera. Una geopolítica del espíritu. Leo Strauss: la filosofía política como retorno y el imperialismo estadounidense. Pág. 270.
(11) Miguel Ángel Contreras Natera. Una geopolítica del espíritu. Leo Strauss: la filosofía política como retorno y el imperialismo estadounidense. Pág. 298.
(12) Miguel Ángel Contreras Natera. Una geopolítica del espíritu. Leo Strauss: la filosofía política como retorno y el imperialismo estadounidense. Pág. 304.
(13) Plan País: la Venezuela que viene. Págs. 4, 42.
Puede descargarse en: https://www.elinformador.com.ve/2019/01/31/descargue-aqui-el-plan-pais-lo-que-viene-para-venezuela/
(14) Daniel Garroux y Gabriel Zacarías. “El estado de excepción es constante. Lo excepcional es la democracia”. Entrevista a Michel Löwy. Viento Sur, 23 de julio de 2016. https://vientosur.info/spip.php?article11548
(15) Declaración: Por una solución democrática, desde y para el pueblo venezolano. Viento Sur, 2 de febrero de 2019. https://vientosur.info/spip.php?article14573
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