Ante
Colombia y el mundo, a 6 meses de haberse iniciado el Gobierno de Iván
Duque y a dos años de haberse instalado la Mesa pública de
conversaciones en Quito, el ELN, les comparte un breve balance sobre
este proceso de diálogo para la construcción de una salida política al
conflicto interno; reseñando acuerdos y pasos logrados, con el propósito
de que esta perspectiva sea conocida, y no se renuncie a este esfuerzo
por cerrar este largo ciclo de confrontación interna.
Tras el
asesinato de Gaitán en 1948, Colombia cayó en una larga noche de atroz
violencia, conducida por las élites gobernantes, en estrecha alianza con
los Estados Unidos; luego en los años sesenta la insurgencia
revolucionaria se alzó para reclamar dignidad, soberanía y participación
del pueblo.
Décadas después, en medio de un ascendente
conflicto armado, político y social, a finales de los años ochenta,
consciente de la ferocidad de la guerra sucia del régimen y de la
necesidad de no responder de la misma manera, el ELN formuló la
necesidad de Humanizar la guerra. Así, por separado y junto con otras
organizaciones insurgentes de la época, suscribió compromisos de
regulación, con base en reglas del Derecho Humanitario.
Desde
la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar emprendimos varios Diálogos de
Paz, a comienzos de los años noventa, en Caracas, Venezuela, y en
Tlaxcala, México.
El ELN volvió a explorar esa vía en 1998,
haciendo un llamado a la sociedad a participar en el proceso de paz.
Tanto en Alemania como en Suiza, y en diferentes territorios de
Colombia, desarrolló encuentros con propuestas de solución política,
ruta que siguió ensayando en un proceso de diálogo, con el Gobierno de
Álvaro Uribe Vélez en Cuba entre 2005 y 2007, experiencias que no
pudieron completarse. Tuvo que esperarse varios años para nuevos
acercamientos entre las dos partes contendientes.
El marco del actual Proceso de Paz
La búsqueda continuó en un nuevo proceso, en el que nos hallamos aún,
cuando desde 2012 el ELN fue convocado por el presidente Juan Manuel
Santos a unos diálogos exploratorios y confidenciales, bajo la condición
de realizarlos en medio de la confrontación, en el exterior y sin
intermediarios.
Después de cerca de cuatro años de decenas de
reuniones secretas en Venezuela, Ecuador y Brasil, fructificó en la
firma de un “Acuerdo de Diálogos para la Paz de Colombia”, el 30 de
marzo de 2016, y su correspondiente Agenda [1], suscrito por el Estado
colombiano y el ELN ante seis países Garantes (Brasil, Chile, Cuba,
Ecuador, Noruega y Venezuela), dando noticia de este compromiso al mundo
entero en esa fecha.
Enseguida se elaboraron Protocolos entre
ambos contendientes para concretar aspectos básicos que se abordan en
todo proceso de paz en cualquier parte del mundo, relativos al
funcionamiento de la Mesa de conversaciones, el traslado y estadía de la
Delegación del ELN; y sobre qué hacer ante una eventual ruptura de los
diálogos [2], señalando para esa hipótesis, unas reglas de respeto entre
las partes y de retorno a Colombia de los Miembros Representantes del
ELN, en concordancia con el Derecho Consuetudinario Internacional.
El acatamiento de ambas partes a lo acordado, tuvo no sólo como fuente
los principios de buena fe y confianza legítima que aparecen consagrados
en la ley del Estado colombiano y el Derecho Internacional, sino que de
acuerdo a las normas de orden público y paz (ley 418 de 1997 y
sucesivas reformas), el Estado procedió a la suspensión de las órdenes
de captura de los Miembros Representantes del ELN.
Como fue
pactado en la Agenda de 2016, el Proceso de Paz acordado no fue de
sometimiento de una parte a la otra, sino para desarrollar
conversaciones para “terminar el conflicto armado y acordar
transformaciones en búsqueda de una Colombia en paz y equidad”.
Es decir para superar la violencia de manera dialogada y procesual, con
participación de la sociedad (punto 1º), en búsqueda de “Democracia” y
“Transformaciones para la paz” (puntos 2º y 3º), o sea mínimos cambios
verdaderos, con una visión de justicia comprensiva de los derechos de
las víctimas (punto 4º).
Especificando aspectos propios del fin
del conflicto (punto 5º), como “sacar la violencia de la política” y
para avanzar en “el tránsito del ELN a la política legal”, indicando
contenidos esenciales como los siguientes: “a. Definición de la
situación jurídica del ELN y sus integrantes; b. Condiciones y garantías
de seguridad para el ELN; c. Condiciones y garantías para el ejercicio
de la política para el ELN; d. Tratar la privación de libertad de los
miembros del ELN procesados o condenados...”
Inicio de la fase pública en Ecuador
A partir de situaciones contenciosas relacionadas con asuntos
humanitarios referidos a la privación de la libertad de varias personas,
materia tratada y resuelta por las partes el 10 de octubre de 2016 en
Caracas, en enero de 2017, las partes suscribimos los “Acuerdos de
“Cotacachi, Imbabura”, del 18 de enero de 2017 [3], por los que
procedimos a dejar en libertad personas retenidas por el ELN. el
Gobierno concedió 2 indultos y nombró a dos Gestores de Paz del ELN; que
permitió la instalación de la Mesa en la fase formal y pública el 7 de
febrero de 2017, en Ecuador.
Ambas partes, conscientes de
ajustes necesarios, habíamos convenido desde octubre de 2016 no sólo
tratar el primer punto concerniente a la “Participación de la Sociedad
en la construcción de la Paz” (punto 1º), y establecer una sub mesa para
simultáneamente tratar el sub-punto 5f: “Dinámicas y acciones
humanitarias”. Esta última materia concentró gran parte de los debates
de ese ciclo, siendo suscrito por las partes un Acuerdo de
reconocimiento de un “Marco de Referencia Común” [4], para realizar
dinámicas humanitarias, mediante acciones y acuerdos de conformidad con
el Derecho Internacional Humanitario (DIH), con los que se disminuya la
intensidad del conflicto.
En los dos ciclos posteriores se
avanzó en Acuerdos atinentes el Reglamento de funcionamiento de la Mesa,
la constitución del Grupo de Países de Apoyo, Acompañamiento y
Cooperación (Alemania, Italia, Países Bajos, Suecia, Suiza); y se llegó
al Acuerdo de Pedagogía y Comunicación para la Paz, el 5 de junio
(Comunicado conjunto Nº1 y Comunicado conjunto Nº3, del 16 de febrero y
el 6 de junio de 2017), entre otras materias.
A finales de
julio de 2017, ya en el tercer ciclo de los diálogos, se dio mandato a
una Comisión de las partes para preparar un Cese al Fuego Bilateral,
Temporal y Nacional (CFBTN), pactado el 4 de septiembre en la
Cancillería ecuatoriana en el “Acuerdo de Quito” [5], horas antes de la
llegada a Colombia de Su Santidad el Papa Francisco.
Dicho
Acuerdo comprendió ocho (8) Protocolos cuya aplicación fue supervisada
por delegados de las partes y por Misiones de las Naciones Unidas y la
Iglesia Católica. Las partes solicitaron al Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas la verificación y monitoreo del cese al fuego [6], que
tuvo vigencia 101 días, a partir del Primero de octubre de 2018, el que
tuvo importantes logros.
En octubre de 2017, en las condiciones
propiciadas por el Cese al Fuego, las partes contendientes
desarrollaron actividades de pedagogía en diferentes zonas del país,
para darle cumplimiento en sus diferentes y respectivas estructuras y
territorios del ELN.
Un primer Acuerdo sobre Participación de
la Sociedad, permitió realizar las Audiencias Preparatorias, en octubre y
noviembre en la ciudad de Bogotá, en las que integrantes de la Mesa de
conversaciones interactuaron directamente con cientos de organizaciones e
instituciones colombianas, escuchando sus experiencias y sus propuestas
en torno a esa participación y a la metodología de la misma [7].
Así mismo el 3 de noviembre de 2017 se suscribió un Acuerdo referido a
un Programa Puntual de Desminado Humanitario, y se realizó el día 17 de
ese mes la Segunda Audiencia de la Mesa sobre el Chocó (la primera se
efectuó el 31 de agosto de 2017) atendiendo ambas partes a delegados y
delegadas de organizaciones civiles de ese departamento, en la
perspectiva de pactar en ese territorio unos compromisos humanitarios,
con la participación de las comunidades, el Gobierno y el ELN, para
aliviar a la población de los efectos del conflicto armado.
El
1º de diciembre de 2017 terminó el 4º ciclo de la Mesa de Conversaciones
iniciado el 23 de octubre, siendo uno de los acuerdos establecer en
Bogotá una Mesa Transitoria relativa al Cese al fuego, para buscar
solución a hechos violatorios, y a diferencias de interpretación,
surgidas sobre los Protocolos del cese. Así mismo en esta ronda, el 25
de octubre se estableció el Fondo con recursos del Grupo de Países de
Acompañamiento, Apoyo y Cooperación (GPAAC) al proceso, para financiar
gastos de la Delegación del ELN en el Proceso de Paz y algunas
actividades de la Mesa de Conversaciones.
Del 10 de enero al 15
de marzo de 2018 el proceso de conversaciones sufrió una crisis que
finalmente se superó, siendo iniciados este día los trabajos del 5º
ciclo [8]; en el que, se comenzó la evaluación del Cese al Fuego por las
partes, la ONU y la Iglesia Católica. De igual modo se reconocieron,
evaluaron y proyectaron las Audiencias Preparatorias para el diseño de
la participación de la sociedad en el Proceso de Paz.
Los
trabajos fueron desarrollados con intensidad hasta el 18 de abril de
2018, fecha en la cual se suspendió abruptamente la Mesa de
Conversaciones, por la decisión de Ecuador de dejar de ser país Garante
del proceso.
Conversaciones en Cuba
En
Maiquetía, Venezuela, el 5 de mayo de 2018, las partes acordaron
solicitar a la República de Cuba ser la nueve sede y pactaron proyectar
trabajos de cara a un nuevo Cese al Fuego, el desarrollo de la
Participación social, en búsqueda de un “Acuerdo Marco”, que diera
continuidad al Proceso Paz y a la Mesa de conversaciones. Agradecieron a
Venezuela por la hospitalidad, así como a los países que estuvieron
dispuestos a albergar la Mesa. De esa reunión se emitió el Comunicado
conjunto Nº 11 [9].
En La Habana, el día 9 de mayo, las partes
se reencontraron y dieron continuidad desde el siguiente día al 5º
ciclo, dando mandato a las Comisiones y Sub-mesas que tratarían los
temas acordados: Cese al Fuego y Participación de la Sociedad. Además se
realizaron encuentros con la Iglesia Católica, plataformas y redes de
trabajo de Mujeres por la paz, las Naciones Unidas (ONU); al igual que
con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), para el desarrollo
de acciones humanitarias.
Del 25 al 29 de mayo el ELN cumplió a
cabalidad el Cese al Fuego Unilateral ofrecido al país para el
desarrollo de la jornada electoral, así como se hizo de nuevo otro cese
de varios días en junio para la segunda vuelta de las elecciones
presidenciales en las que resultó elegido el actual presidente Iván
Duque. En absoluto estos gestos fueron correspondidos por el Estado
colombiano.
El 15 de junio de 2018 las partes emitieron un
comunicado de cierre del 5º ciclo de las conversaciones, dando a conocer
sus conclusiones generales [10].
Del 2 de julio al 1º de
agosto de 2018, se desarrolló el sexto y último ciclo de conversaciones,
en el cual se debatieron las bases de un nuevo Cese al Fuego y de
Asuntos Humanitarios, también sesionó la Sub-mesa de Participación,
quedando avanzados los trabajos conforme a los mandatos que la Mesa
otorgó.
En dicha labor asistieron oficiales activos de la
Fuerza Pública, así como sesionaron la Plenaria de la Mesa en reuniones
bilaterales ampliadas con la Ministra de Relaciones Exteriores, María
Ángela Holguín, el Alto Comisionado para la Paz, Rodrigo Rivera, y otros
delegados presidenciales y facilitadores.
Aunque no se logró
la firma de un nuevo Cese al Fuego, sin duda quedaron expuestas por las
partes posiciones y avances a considerar en desarrollo del Proceso de
Paz.
En este ciclo también se lograron acuerdos parciales sobre
el diseño de la participación de la sociedad referidos a los
“Fundamentos” de la misma, quedando pendientes por concluir lo referido
al carácter y la metodología.
Congelamiento unilateral por el actual Gobierno
Cumplidos seis meses desde la posesión de Iván Duque, nos hallamos los
miembros representantes del ELN en La Habana a la espera de una decisión
constructiva del Jefe del Estado y el restablecimiento de dicha Mesa de
Conversaciones.
En el intercambio realizado con la
administración Duque se han dado hechos concluyentes, encaminados no
sólo a la solución de situaciones humanitarias, sino indicando
razonablemente de modo más amplio, el interés de sostener encuentros
para debatir y tratar distintos temas, ajustes o nuevas reglas en el
proceso, como es de público conocimiento.
Nunca el ELN ha dicho
que hay temas vedados; por el contrario está dispuesto a escuchar, y
para ello ha pedido se produzcan reuniones y condiciones propicias. Sin
embargo, la respuesta ha sido la dilación y el decaimiento de la Mesa de
Conversaciones.
El ELN en estos meses liberó miembros de la
Fuerza Pública capturados y otras personas retenidas, sino que declaró y
cumplió a cabalidad un cese al fuego unilateral, entre el 23 de
diciembre de 2018 y el 3 de enero de 2019. Sin embargo, el Gobierno
mantiene unas “líneas rojas” y exige requisitos previos al ELN, que han
obstaculizado el reinicio de las negociaciones de paz.
El
Presidente Duque el 18 de enero de 2019, en reacción a la operación
sobre el cuartel de la Policía Nacional en Bogotá, realizada por el ELN
un día antes, pidió se activaran las órdenes de captura de quienes
integramos la Delegación de Diálogos.
Además, el Gobierno
Nacional, tomo la determinación de no cumplir el “Protocolo de
Procedimientos ante una Ruptura de los Diálogos”, suscrito el 5 de abril
de 2016 entre dignatarios de ambas partes y en presencia de lo Países
Garantes del Proceso.
Tal posición la mantiene, pese a que
múltiples voces entre ellas la de Cuba y Noruega, como países Garantes,
así como Alemania y otros Estados, junto con expertos juristas,
tratadistas y dirigentes políticos, y distintas y diversas
organizaciones; los que han recordado que corresponde cumplir ese pacto,
pues no hacerlo echa por tierra los pilares del Derecho Internacional,
compromete la responsabilidad y la credibilidad internacional de
Colombia, configura un crimen de perfidia, crea un nefasto precedente a
nivel mundial, e inhabilita esfuerzos internacionales para futuros
procesos de paz, entre otras razones.
Como lo hicimos el 21 de
enero de 2019, cuando la Dirección Nacional del ELN explicó las razones
de ese hecho bélico y asumió su responsabilidad, expresamos entonces y
ahora que nos duelen los muertos de ambas partes y que no nos ufanamos
de los contendientes caídos.
Así mismo formulamos con plena
conciencia nuestro deber de seguir trabajando por la paz, por la
solución política al largo conflicto armado, construyendo acuerdos para
una salida basada en cambios básicos urgentes.
Tal expectativa
es legítima, no sólo por tratarse de un mandato constitucional y legal
conforme a la juridicidad estatal, sino por ser una obligación jurídica,
ética y política internacional de los Estados, buscar la paz por vías
dialogadas conforme a instrumentos y valores del derecho más avanzado de
los pueblos y naciones civilizadas, hacia una resolución definitiva y
firme, solucionando las causas y aliviando las consecuencias de la
confrontación.
Compromisos por la paz
No sólo
existe un Acuerdo general suscrito entre el Estado colombiano y el ELN
en 2016 y acuerdos posteriores que desarrollan esa Agenda, sino que le
da sustento a este proceso un profundo anhelo de solución política que
gran parte del pueblo colombiano ha respaldado y que cultiva a diario
esperando que ambas partes volvamos a dialogar, para lo cual nos han
hecho un llamamiento.
El ELN creyó y cree en la buena fe, en la
confianza legítima entre las partes, como principios rectores de éste y
otros procesos de paz en el mundo. Así mismo ratifica su compromiso con
un cese al Fuego Bilateral y con el derecho humanitario estando abierto
a llegar a acuerdos en estas materias.
Le planteamos de nuevo
al Presidente Duque se aplique el Protocolo de retorno a Colombia, con
los procedimientos y las garantías ya fijados. Del mismo modo mantener y
darle continuidad a las conversaciones de paz.
La Delegación
de Diálogos del ELN invita a las organizaciones sociales, al movimiento
popular, a los dirigentes políticos, a la Iglesia Católica, a líderes
religiosos, a entidades humanitarias, a plataformas de mujeres, medio
ambiente y derechos humanos, a organismos internacionales, a
representantes de otros gobiernos y parlamentarios en otros países, así
como a académicos y asociaciones de jueces, tomar en cuenta los acuerdos
y avances que acá hemos reseñado (ver lista de anexos), construidos
junto con el Estado colombiano, y hacer depósito urgente de los mismos
ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a fin de que este
acumulado de pactos y propuestas sea preservado por Naciones Unidas,
para cuando exista voluntad de reiniciar el proceso de paz, convencidos
que el futuro de Colombia no puede ser la guerra.
Notas
[1]
http://eln-paz.org/index.php/delegacion/acuerdos/13-acuerdo-de-dialogos-para-la-paz
[2]
https://eln-voces.com/protocolo-de-procedimientos-ante-una-ruptura-de-los-dialogos
[3]
http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/34-comunicado-conjunto-n-01
[4]
http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/50-finalizacion-primer-ciclo-de-conversaciones
[5]
http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/77-acuerdo-de-quito
[6]
http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/98-funciones-de-la-onu-durante-el-cese-bilateral
[7]
http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/102-estamos-listos-para-la-participacion-comunicado-conjunto
[8]
http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/166-comunicado-conjunto-n-7
[9]
http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/192-comunicado-conjunto-n-11
[10]
http://eln-paz.org/index.php/comunicados/comunicados-conjuntos/218-comunicado-conjunto-n-15
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