México
• La estrategia electoral de los partidos Acción Nacional y de la
Revolución Democrática, que en 2010 los llevó a ganar tres gubernaturas y
pelearlas en dos estados más, se replica este
2013,
pero con saldos preliminares distintos por las divisiones internas y
hasta ahora el acuerdo firmado en siete estados, aunque tambaleándose en
dos de ellos.
Para ambos partidos la
construcción de alianzas opositoras busca frenar al PRI, ya que de los 14 estados en proceso electoral, el tricolor gobierna en diez.
El secretario de Elecciones del CEN del PAN, Arturo García Portillo, explicó que en 2013 se busca repetir la estrategia
ganadora de 2010. Las alianzas, explicó, evitan dividir el voto opositor frente al PRI.
El panista detalló que el éxito de las alianzas también estará
relacionado a la percepción ciudadana de si los resultados de 2010 en
sus estados logra satisfacer sus expectativas de cambio, particularmente
en entidades triunfadoras como Puebla, Sinaloa y Oaxaca.
Hasta ahora se han concretado los acuerdos en Baja California, el
único estado donde se elegirá gobernador en julio próximo, así como en
Quintana Roo, Oaxaca, Sinaloa, Puebla, Zacatecas y Aguascalientes.
Se avanza en Durango y Tlaxcala, pero con severas diferencias
internas y el rechazo de algunos sectores de ambos partidos a concretar
el acuerdo electoral, lo mismo que en Puebla y Zacatecas, aunque los
convenios en ambos casos ya fueron firmados.
En entidades del norte del país como Tamaulipas y Chihuahua, además
de Hidalgo, ambos partidos descartaron en definitiva el acuerdo
electoral con el objetivo común de ganarle al PRI. En Coahuila hay una
alianza parcial en algunos municipios, lo mismo que en Tlaxcala.
Veracruz por cuestiones legales derivadas de una impugnación del PRD
no tendrá una coalición opositora y la posibilidad de la alianza de
facto anunciada en un principio, quedó definitivamente descartada.
En Chihuahua, el Consejo estatal del PRD aprobó una alianza electoral
con el Partido Revolucionario Institucional, mientras el PAN denuncia
el excesivo control del gobierno priista en la entidad.
La dirigencia nacional perredista asumió la decisión sobre la alianza
con el PRI y analiza su disolución y competir solo en las elecciones,
aunque ello tenga frente a sí, el riesgo de quedarse sin registro como
fuerza política local.
Jesús Zambrano, presidente nacional del PRD reconoció que una alianza
con el PRI chocará con la estrategia nacional perredista de no ir con
ese partido a los procesos electorales de este año.
“En el propósito de no fortalecer al PRI y evitar que se quede más de
seis años en el gobierno de la República, la alianza en Chihuahua no
estará contribuyendo”, aseveró.
A su vez, el panista Arturo García Portillo dijo que por la
diferencia en los plazos legales de registro en cada estado, salvo
Veracruz y Tamaulipas, su partido no descarta aún la posibilidad de
otros acuerdos electorales.
Reconoció las dificultades que tuvieron estados como Chihuahua y
Coahuila, donde al final no habrá alianzas. En Coahuila la coalición
será solo en algunos municipios.
Los partidos acordaron para firmar sus alianzas, repartirse las
candidaturas a partir de los municipios donde históricamente han
gobernado, así como donde tienen mayor competitividad y posibilidad de
triunfo.
Entre los acuerdos electorales pactados, en Zacatecas, el PAN pondrá
al candidato en la capital, y el PRD en Guadalupe. Mientras que en
Oaxaca, la capital tendrá aspirante panista, en tanto que en Tuxtepec,
será para el PRD. En Baja California el acuerdo entre ambos partidos
incluye la candidatura para el PAN, que ha gobernado los últimos 23
años.
“Se están respetando los bastiones históricos de cada partido”, explicó García Portillo en entrevista.
LAS ALIANZAS FALLIDAS
Veracruz fue un caso emblemático de las diferencias que generó la
alianza entre PAN y PRD, pues un sector del perredismo en la entidad
impugnó el acuerdo, lo que derivó en la anulación de la coalición por
parte del Tribunal Electoral.
Las dirigencias nacionales de ambos partidos acusaron al gobierno del
priista Javier Duarte de injerencia, pero se negaron a acordar una
alianza de facto tras la imposibilidad legal de registrar su coalición.
Zambrano reconoció que ninguno de los partidos accedió a que la
alianza fuera de facto, porque “no es conveniente, es una tontería y un
error político. Yo expresamente lo he platicado con (Gustavo) Madero,
que frente a quienes piden una alianza de facto, hemos dicho que eso no
es posible”.
Estados del norte del país, donde la izquierda tiene presencia
marginal, como Tamaulipas y Chihuahua, además de Hidalgo, están
descartados por ambos partidos.
LOS ACUERDOS PENDIENTES
En Durango se tienen avances, aunque PAN y PT ya acordaron ir juntos
al proceso electoral, a diferencia de los comicios de 2010, cuando el
PT se negó a sumarse a la alianza opositora, debido a la inclusión del
blanquiazul.
En Puebla, donde la alianza de 2010 permitió a Rafael Moreno Valle
arrebatarle al PRI la gubernatura, el PRD ha denunciado atropellos del
PAN, partido en el que ahora milita el mandatario.
En el convenio de coalición Puebla Unida, se acordaron espacios de 50
por ciento para el blanquiazul, 24 por ciento para el PRD, 20 por
ciento para Nueva Alianza y 6 por ciento para Compromiso por Puebla,
fuerza política local; sin embargo, tras su registro, un sector del PRD
anunció que impugnará la coalición.
Lo mismo en Zacatecas, donde pese a la firma de la alianza, hay
muestra de inconformidad del Partido de la Revolución Democrática, al
acusar que panistas han migrado al Partido Verde para incorporarse al
gobierno del priista Miguel Alonso.
En Tlaxcala, las pláticas entre ambos partidos se mantienen y el
acuerdo electoral abarca, hasta ahora la coalición en dos municipios y
está definitivamente descartada para las diputaciones.