Raúl Castro presenta el Informe Central al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
Informe
Central al 7mo. Congreso del Partido Comunista de Cuba, presentado por
el Primer Secretario del Comité Central, General de Ejército Raúl
Castro Ruz, La Habana, 16 de Abril de 2016, Año 58 de la Revolución
(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
Compañeras y compañeros:
Damos
inicio a las sesiones del 7mo. Congreso del Partido Comunista de Cuba
cuando se cumple el 55 aniversario de la proclamación, por el Comandante
en Jefe Fidel Castro Ruz, del carácter socialista de la Revolución, el
16 de abril de 1961, en la despedida del duelo de las víctimas en los
bombardeos a las bases aéreas el día anterior, preludio de la invasión
mercenaria por Playa Girón, organizada por el gobierno de los Estados
Unidos y que fue derrotada en menos de 72 horas, gracias a las acciones
previas acometidas por la Seguridad del Estado y al coraje de los
combatientes del Ejército Rebelde, policías y milicianos, que por vez
primera lucharon defendiendo el socialismo, bajo el mando directo de
Fidel.
Nos reunimos hoy, a los cinco años exactos del anterior
Congreso, con lo cual damos cumplimiento al Objetivo de trabajo No. 17
aprobado por la Primera Conferencia Nacional del Partido, que estableció
mantener la periodicidad fijada en los Estatutos para la celebración de
los congresos del Partido, salvo ante la amenaza de guerra, desastres
naturales y otras situaciones excepcionales.
El 7mo. Congreso,
órgano supremo de la organización partidista, cuenta con la
participación de mil delegados, propuestos desde la base y electos
democráticamente, que representan a más de 670 000 militantes,
integrados en aproximadamente 54 500 núcleos.
Como podrá
apreciarse, ha disminuido la militancia de nuestro Partido, lo que está
influenciado por la negativa dinámica demográfica que afrontamos, el
efecto de una política restrictiva de crecimiento desde el año 2004 y
las insuficiencias propias en el trabajo de captación, retención y
motivación del potencial de militantes. Cierto es también que en los
últimos años se ha logrado frenar esta tendencia.
En el período
transcurrido, se ha venido aplicando lo establecido en el Objetivo No.
18 de la Primera Conferencia Nacional, de efectuar como mínimo dos
plenos del Comité Central al año donde se analiza la marcha del proceso
de implementación de los Lineamientos, el cumplimiento del Plan de la
Economía y el Presupuesto y de los propios Objetivos señalados. En las
sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional del Poder Popular, órgano
supremo del poder del Estado, se han debatido igualmente dos veces al
año la ejecución del Plan de la Economía y el cumplimiento de los
Lineamientos.
Arribamos al 7mo. Congreso con la presentación de
cuatro importantes proyectos de documentos rectores, en varios de los
cuales se comenzó a trabajar prácticamente al concluir el 6to. Congreso
de la Organización. Estos son:
Primero: Reseña de la evolución de
la economía en el quinquenio 2011-2015. Informe sobre los resultados de
la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social
del Partido y la Revolución. Actualización de los Lineamientos para el
período 2016-2021.
Segundo: Bases del Plan Nacional de desarrollo
económico y social hasta 2030: Propuesta de Visión de la nación. Ejes y
sectores estratégicos.
Tercero: Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista.
Cuarto:
Trabajo del Partido en cumplimiento de los Objetivos aprobados en la
Primera Conferencia Nacional y de las Directrices del Primer Secretario
del Comité Central.
Son documentos abarcadores y de gran
complejidad que marcarán el rumbo del proceso revolucionario cubano,
del Partido y de la sociedad hacia el futuro en la construcción de un
socialismo próspero y sostenible.
Están estrechamente vinculados
entre sí y debemos enfocarlos no como una obra totalmente terminada ni
con un prisma estático o dogmático, sino que tras los debates en este
evento, tal y como hicimos a partir del 6to. Congreso, serán sometidos a
evaluaciones periódicas, donde predomine una visión dinámica de estos
documentos programáticos.
A diferencia del Congreso anterior
cuando la propuesta de los Lineamientos fue sometida previamente a
amplia consulta con la militancia del partido, la juventud comunista y
el pueblo en general y posterior a su aprobación en ese evento se
refrendó por la Asamblea Nacional, en esta ocasión no se realizó ese
proceso considerando que se trata de la confirmación y continuidad de la
línea acordada hace cinco años en cuanto a la actualización de nuestro
modelo económico y social.
Los cuatro proyectos enumerados que se
presentan a este evento son resultado de una elaboración colectiva, con
la participación de profesores universitarios, académicos,
investigadores de las ciencias económicas y sociales y funcionarios del
Gobierno y el Partido.
Para su análisis en las respectivas
comisiones, fueron debatidos en dos plenos del Comité Central del
Partido, en los meses de diciembre y enero pasados, proceso que aportó
más de 900 opiniones y sugerencias que conllevaron a la elaboración de
una nueva versión para someterla al criterio de los delegados al
Congreso, en reuniones en todas las provincias, a inicios de marzo, con
la contribución de más de 3 500 invitados en representación de los
diferentes sectores de la sociedad, incluidos todos los diputados de la
Asamblea Nacional, con cuyas intervenciones y propuestas, que superaron
la cifra de 8 mil 800, se preparó la versión final.
Es la primera
vez que presentamos a un Congreso del Partido el tema de la
Conceptualización, que recoge las bases teóricas y las características
esenciales del modelo económico y social al que aspiramos como resultado
del proceso de actualización.
A lo largo de estos cinco años se
elaboraron ocho versiones de la Conceptualización que fueron analizadas
sucesivamente, primero en las reuniones de la Comisión del Buró
Político para el control de la implementación de los acuerdos del 6to.
Congreso y posteriormente en el Buró Político y en los plenos del Comité
Central, con la participación del Consejo de Ministros.
Por su
parte, el proyecto relacionado con las bases del Plan Nacional de
Desarrollo hasta el 2030, es fruto de la labor realizada desde hace
cuatro años por académicos y especialistas de los organismos del
gobierno y de la Comisión Permanente para la Implementación y
Desarrollo. Aborda un asunto de alcance trascendental, cuya gran
complejidad técnica no nos permitió llegar al Congreso con el Plan
Nacional de Desarrollo hasta el 2030 terminado, como era el propósito
inicial, sino que se presentan sus bases, o sea, la Visión de la Nación y
los Ejes y Sectores Estratégicos, lo cual nos proporciona una
formidable herramienta para continuar trabajando hasta su conclusión,
que esperamos alcanzar en el año 2017.
Hemos concebido que ambos
documentos, es decir, la Conceptualización y las bases del Plan Nacional
de Desarrollo, luego de su análisis en el Congreso, sean debatidos
democráticamente por la militancia del Partido y la Unión de Jóvenes
Comunistas, representantes de las organizaciones de masas y de amplios
sectores de la sociedad, con el propósito de enriquecerlos y
perfeccionarlos.
Con ese fin solicitamos al Congreso que faculte
al Comité Central que sea electo para introducir las modificaciones que
resulten del proceso de consulta y su aprobación definitiva, incluyendo
los ajustes pertinentes a los Lineamientos que se aprueben en este
evento.
Desde la aprobación de los Lineamientos por el pasado
Congreso nos quedaba claro que el proceso de su implementación no
constituiría un camino fácil, libre de obstáculos y contradicciones, así
como que las transformaciones fundamentales requeridas para la
actualización del modelo nos tomarían más de un quinquenio. La práctica
ha confirmado la justeza de aquella apreciación. Hemos continuado
avanzando con paso seguro, sin prisas, pero sin pausas, o sea, con la
gradualidad e integralidad necesarias para alcanzar el éxito.
El
obstáculo fundamental que hemos enfrentado, tal y como previmos, es el
lastre de una mentalidad obsoleta, que conforma una actitud de inercia o
de ausencia de confianza en el futuro. No han faltado, como era lógico
esperar, sentimientos de nostalgia hacia otros momentos menos complejos
del proceso revolucionario, cuando existían la Unión Soviética y el
campo socialista. En el otro extremo han estado presentes aspiraciones
enmascaradas de restauración del capitalismo como solución a nuestros
problemas.
Pese a ello se ha trabajado con sistematicidad e
intensidad en la implementación de los Lineamientos, habiéndose
implantado totalmente el 21% de los 313 aprobados. Se encuentran en la
fase de implementación el 77% de ellos, mientras que no se ha iniciado
en el 2%.
Estas cifras no logran mostrar con toda claridad cuánto
se ha trabajado y avanzado en el proceso, que no es poco ni mucho menos,
y encuentran su reflejo en la aprobación de 130 políticas y la emisión
de 344 nuevas normas legales de diferentes rangos, la modificación de 55
y la derogación de 684. Sin embargo, la lenta puesta en práctica de las
regulaciones jurídicas y su asimilación, sobre todo, ha dilatado la
implantación de las políticas aprobadas.
Como resultado de la
labor realizada en la implementación de los lineamientos y las nuevas
tareas que se incorporaron al proceso de actualización del modelo
económico, se somete a la consideración del Congreso una propuesta
actualizada para el período 2016-2021, con un total de 268 lineamientos,
de ellos 31 conservan la redacción original, 193 se modifican y se
agregan 44 nuevos.
Al valorar el ritmo de las transformaciones en
curso, no debe perderse de vista el hecho de que en el caso de Cuba
jamás puede permitirse la aplicación de las llamadas “terapias de
choque”, frecuentemente empleadas en detrimento de las clases más
humildes de la sociedad. Esta premisa, que se corresponde con el
principio de que nadie quedará desamparado, condiciona en gran medida la
velocidad de la actualización del modelo económico cubano, en lo cual
es innegable la influencia de la crisis económica internacional y en
particular los efectos del bloqueo económico contra Cuba.
Las
fórmulas neoliberales que propugnan la privatización acelerada del
patrimonio estatal y de los servicios sociales, como la salud, la
educación y la seguridad social, nunca serán aplicadas en el socialismo
cubano.
Aun con las limitaciones económicas presentes, se han
preservado y perfeccionado los servicios sociales a la población cubana
en Educación, Salud, Cultura y Deportes y la Seguridad Social. Sin
embargo, debemos insistir en la necesidad de mejorar sostenidamente su
calidad.
Las transformaciones realizadas en el reordenamiento de
estos sectores, a pesar de las quejas e incomprensiones iniciales que
fueron debidamente esclarecidas o realizados los ajustes requeridos, han
contribuido a elevar la calidad de los citados servicios con un menor
costo presupuestario, lo que se evidencia en los indicadores de salud
obtenidos, como es el caso, por sólo mencionar un dato, de la tasa de
mortalidad infantil de 4,2 por cada 1 000 nacidos vivos, semejante a la
que se obtiene en muy pocos de los países más desarrollados.
El
reordenamiento de la red escolar permitió reducir la cantidad de centros
y alrededor de 250 000 alumnos internos, mientras que se invirtió la
pirámide existente en la formación de técnicos medios y obreros
calificados mediante el incremento de la matrícula en la educación
técnico-profesional.
Está en marcha un programa de mantenimiento y
recuperación de la infraestructura constructiva y el equipamiento del
sistema de Educación.
En el sistema nacional de Salud se ha venido
ejecutando un conjunto de medidas dirigidas a su reorganización,
compactación y regionalización de los servicios, con el objetivo de
mejorar el estado de salud de la población, incrementar la calidad y
satisfacción del pueblo por los servicios que se le prestan y hacer
eficiente y sostenible el sistema, a la vez que se garantiza su
desarrollo.
El perfeccionamiento de las estructuras de dirección y
el ajuste de las plantillas propició la disminución de 152 000 plazas y
la reubicación de más de 20 000 médicos en la actividad asistencial.
Estas decisiones, unidas a otras orientadas al uso racional de los
recursos, permitieron la reducción del presupuesto asignado a la Salud
en más de 2 000 millones de pesos.
De forma paralela, se han
presentado dificultades en el suministro a las farmacias de medicamentos
importados y de producción nacional y persisten condiciones
higiénico-sanitarias que propician la trasmisión de enfermedades
infecciosas como el cólera, dengue, chikungunya y últimamente el zika.
En la actualidad se acomete el Plan de acción para el enfrentamiento a
enfermedades trasmitidas por el mosquito Aedes que no puede verse como
una efímera campaña más, sino que debe garantizar su sostenibilidad en
el tiempo.
Las decisiones en la economía no pueden, en ningún
caso, significar una ruptura con los ideales de igualdad y justicia de
la Revolución y mucho menos resquebrajar la unidad de la mayoría del
pueblo en torno al Partido. Tampoco se permitirá que como consecuencia
de esas medidas se genere inestabilidad e incertidumbre en la población
cubana.
Por eso insisto en que se requiere mucha sensibilidad e
intencionalidad política para avanzar en la implementación de los
Lineamientos. Es preciso asegurar más explicación al pueblo, más
disciplina y exigencia y un mayor y más cercano seguimiento al proceso
de cambios. Hay que tener, como ya hemos dicho, los oídos y los pies
bien puestos sobre la tierra.
La muestra más elocuente de la
complejidad del proceso de implementación radica en la dualidad
monetaria y cambiaria, asunto en el que no se ha dejado de trabajar a lo
largo de estos años, y cuya solución no quedará para las calendas
griegas, ya que aunque no representa la solución mágica a las
distorsiones estructurales de la economía, significará un impulso
fundamental para avanzar en el resto de las tareas de la actualización
de nuestro modelo económico.
El ordenamiento monetario del país
facilitará crear las condiciones requeridas para superar los nocivos
efectos del igualitarismo y hacer realidad el principio socialista que
expresa “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”.
Con ello será posible rectificar el fenómeno de la llamada “pirámide
invertida” que no permite retribuir de manera justa el trabajo en
función de su cantidad, calidad y complejidad y que el nivel de vida se
corresponda con los ingresos legales de los ciudadanos, generando
desmotivación de la fuerza laboral y también en los cuadros, lo cual
desestimula su promoción a mayores responsabilidades.
Es propicia
la ocasión para ratificar, una vez más, la decisión de garantizar los
depósitos bancarios en divisas internacionales, en pesos cubanos
convertibles y pesos cubanos, así como el efectivo en poder de la
población y las personas jurídicas extranjeras y nacionales.
La
empresa estatal socialista, definida como la forma principal de gestión
en la economía nacional, se encuentra en una posición desventajosa en
comparación con el creciente sector no estatal que se beneficia por
trabajar en un circuito monetario basado en la tasa de cambio de 1 X 25,
mientras que para ella rige la paridad del CUC con el peso cubano. Esta
importante distorsión deberá ser solucionada a la mayor brevedad
posible, en el marco de la unificación monetaria y cambiaria.
Esa
anomalía sumada al discreto desempeño de nuestra economía no ha
permitido avanzar sustancialmente en la implementación de los
lineamientos vinculados a la eliminación paulatina de las gratuidades
indebidas y los subsidios excesivos, teniendo en cuenta que no se ha
podido generalizar el incremento de los ingresos de los trabajadores, ni
asegurar la oferta estable de determinadas mercancías en el mercado
liberado.
A pesar de que se disminuyeron o suprimieron algunos
productos de la canasta familiar normada, dígase la famosa libreta de
abastecimientos, y se trasladó la venta minorista de estos al mercado
liberado a precios no subsidiados, se mantiene un alto nivel de subsidio
en una variada gama de productos y servicios básicos.
Por otra
parte, el elevado índice de envejecimiento de la población cubana, la
cual además migra del campo a las ciudades, se concentra y eleva su
nivel de calificación, representa un problema estratégico para el
desarrollo, que se origina en la existencia desde hace años de un
conjunto de factores socioeconómicos y culturales no fáciles de
revertir. Fue elaborada la Política para enfrentar esta situación,
definiéndose 76 medidas y 252 acciones, cuya aplicación será gradual
dependiendo del desempeño de la economía y los resultados se obtendrán
en el largo plazo.
Fue aprobada la Política para la Inversión
Extranjera, reconocida como una fuente importante y necesaria para el
desarrollo del país y se puso en vigor una nueva Ley en esta materia, la
cual a la par de brindar incentivos y seguridad jurídica a los
inversionistas, preserva la soberanía nacional, la protección del medio
ambiente y el uso racional de los recursos naturales.
Se
constituyó la Zona Especial de Desarrollo del Mariel con ventajas
adicionales para la atracción de inversionistas nacionales y foráneos, y
se aseguró el marco jurídico y la infraestructura necesaria para su
asentamiento y despliegue productivo con el objetivo de generar
exportaciones, promover la sustitución de importaciones, propiciar la
transferencia de tecnologías y habilidades gerenciales de los cuales
apenas sabemos nada, generar fuentes de empleo y de financiamiento de
largo plazo y conformar la logística que facilite alcanzar altos niveles
de eficiencia.
Sin menospreciar en lo más mínimo el obstáculo que
en este sentido significa el bloqueo norteamericano y su aplicación
extraterritorial, se requiere dejar atrás prejuicios arcaicos respecto a
la inversión extranjera y avanzar resueltamente en la preparación,
diseño y concreción de nuevos negocios.
El destino de las
inversiones se ha modificado sustancialmente, si hace 5 años la esfera
productiva y las infraestructuras recibían el 45% de ellas, en el 2015
acumularon el 70%. Asimismo, en el proceso inversionista se ha
incrementado el rigor y el control en el cumplimiento de los planes y en
sentido general mejoraron sus indicadores, a pesar de que se mantienen
no pocas tensiones en los suministros y el aseguramiento de fuerza de
trabajo debidamente calificada y motivada, al tiempo que subsiste la
improvisación, superficialidad y falta de integralidad a causa de una
incorrecta preparación de las obras, lo que conduce a dilatados plazos
de ejecución y afectaciones en la calidad de las terminaciones.
En
el propósito de fortalecer el papel de la empresa estatal socialista y
su autonomía, se ha avanzado en la separación de las funciones estatales
de las empresariales, modificándose de manera paulatina las relaciones
de los organismos del Gobierno con las empresas, cuyos directivos
cuentan hoy con mayores facultades para su gestión.
No obstante,
este es un trayecto que no se recorre en un día, semanas o meses, sino
que madurará a mediano y largo plazos en la medida en que se consoliden
las condiciones organizativas, la capacitación de los cuadros y se
supere el hábito de esperar por instrucciones desde arriba para actuar
en el marco de facultades ya otorgadas, en lugar de promover la
iniciativa y el espíritu emprendedor.
Ha continuado al propio
tiempo el avance del proceso de perfeccionamiento de los organismos de
la Administración Central del Estado y entidades nacionales
incluyéndose, en una primera etapa, a los organismos globales y de la
esfera productiva. Se concluyó el proceso en cuatro de ellos, se
extinguieron o fusionaron cuatro y 13 están en la etapa de implantación.
Prosigue el trabajo con los organismos vinculados a los principales
servicios a la población.
También se encuentra en fase de
implementación el experimento que se desarrolla en las provincias de
Artemisa y Mayabeque, con vistas a su posterior generalización, que
entre otros aspectos persigue la separación de funciones de la dirección
de las asambleas del Poder Popular y de los Consejos de
Administración, lo que permite que las asambleas se concentren en la
atención directa a los delegados, consejos populares y al trabajo de las
Comisiones en su labor de control y fiscalización.
La aplicación
del nuevo modelo en las administraciones locales ha conducido a una
notable reducción de los cargos de esos órganos en provincia y
municipio, sin generar inestabilidad en su funcionamiento, favoreciendo
su autoridad para ejercer las funciones estatales asignadas.
Tal y
como se expresa en las conclusiones del proyecto de informe sobre los
resultados de la implementación de los Lineamientos, han existido
insuficiencias y deficiencias por parte de los organismos y entidades,
incluyendo la propia Comisión Permanente para la Implementación y
Desarrollo, ocasionando dilaciones en la aplicación de algunas medidas,
la conformación de propuestas que adolecían de falta de integralidad o
con una visión limitada, fundamentalmente en lo referido a la valoración
de los niveles de riesgo y en la apreciación correcta de los costos y
beneficios de determinadas medidas.
También se manifestaron
problemas en la conducción y control de las políticas aprobadas y en la
divulgación y capacitación a los diferentes niveles de dirección. Sobre
todo en este último aspecto de la capacitación de los diferentes niveles
de dirección hubo quien se creyó que elaborando un papel y mandándolo
de un extremo al otro del país y pidiendo que se lo estudiaran los
cuadros ya se resolvía el problema, y cuando fuimos a ver cada uno
aplicó la medida a su manera; así sucedió con la Resolución 17 del
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en un tema tan importante como
ese, sobre el cual haré una breve referencia en el transcurso de este
discurso.
En algunos casos ha faltado sentido de la urgencia
cuando los efectos en la práctica no han sido los deseados y hasta, en
ocasiones, contrarios al espíritu de las medidas adoptadas, lo que se
traduce en que al no enfrentar decididamente una desviación cuando
todavía es pequeña, luego de su masificación la justa rectificación se
convierte en un problema político.
Un ejemplo gráfico de lo
anterior lo representa el comportamiento de los precios de los productos
agropecuarios con la reaparición del fenómeno de la especulación y el
acaparamiento en beneficio de unos pocos y en detrimento de la mayoría
de la población.
Aunque comprendemos que el factor primordial en
el crecimiento de los precios reside en un nivel de producción que no
satisface la demanda y que el avance en esta materia está condicionado
por factores objetivos y subjetivos, no podemos quedarnos con los brazos
cruzados ante la irritación de los ciudadanos por el manejo
inescrupuloso de los precios por parte de intermediarios que solo
piensan en ganar cada vez más.
El reconocimiento del mercado en el
funcionamiento de la economía socialista no implica que el Partido, el
Gobierno y las organizaciones de masas dejen de cumplir su papel en la
sociedad de enfrentar cualquier situación que dañe a la población, ni
mucho menos decir: “es una cuestión del Gobierno, yo no me puedo meter”.
Yo Partido, yo Gobierno, de cualquier nivel, y yo miembro de una
organización de masas me metería en cualquier problema injusto que
afecte a nuestra población (Aplausos).
Por eso, apenas se produjo
la discusión en el Parlamento sobre este tema, que recordarán sobre todo
los diputados aquí presentes y que tardamos mucho en reaccionar, apoyé
inmediatamente al Segundo Secretario del Partido, compañero Machado
Ventura, que salió al combate por todo el país enfrentándose a ese
problema (Aplausos).
Y debemos sacar la conclusión de este hecho,
como de otros muchos, que lo peor que puede haber, lo peor que puede
hacer un revolucionario o una simple persona honesta, comunista o no, es
quedarse cruzado de brazos ante un problema. No tenemos derecho, mucho
menos en los tiempos en que estamos viviendo y en los cambios que
estamos introduciendo. Es una experiencia que vale la pena recordar,
porque nos la podemos encontrar cientos de veces, por no decir miles de
veces, en el cumplimiento de esta gigantesca tarea que estamos
elaborando para el mejoramiento de nuestro país y de nuestro socialismo.
La
introducción de las reglas de la oferta y la demanda no está reñida con
el principio de la planificación. Ambos conceptos pueden convivir y
complementarse en beneficio del país, como se ha demostrado exitosamente
en los procesos de reforma en China y de renovación en Vietnam, como
ellos lo califican. Nosotros le hemos llamado actualización porque no
vamos a cambiar el objetivo fundamental de la Revolución.
Positivas
son las experiencias obtenidas en algunas provincias con la adopción
reciente de una serie de medidas organizativas, entre ellas, el
incremento del acopio en interés de asegurar la presencia de productos
en los mercados estatales, induciendo la disminución de los precios de
oferta y demanda. Este es un asunto que requiere un seguimiento
constante por parte de todas las instituciones involucradas.
En
medio de estas circunstancias los salarios y pensiones siguen siendo
insuficientes para satisfacer las necesidades básicas de la familia
cubana. Aunque el salario medio experimentó un crecimiento del 43% en el
período 2010-2015, este se concentró en los dos últimos años, a partir
de las decisiones adoptadas a favor de los trabajadores de la Salud
Pública, la Inversión Extranjera, la esfera del Deporte y por la
flexibilización en los sistemas de pago en el sector empresarial. Sin
embargo, no ha sido posible extender a la mayoría de las actividades
presupuestadas los incrementos salariales previstos en la política
aprobada.
La implementación de los nuevos sistemas de pago por
resultado establecidos por la Resolución No. 17 del Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social, a la que hice mención hace un instante, si
bien influyó en sentido general en la elevación de la motivación de los
trabajadores y el aumento de la productividad, que pude precisar
personalmente visitando diferentes fábricas y conversando con los
trabajadores, cierto es que también se presentaron múltiples
deficiencias, originadas en lo fundamental por la inadecuada preparación
de condiciones previas, incluyendo la capacitación de los directivos
empresariales y el seguimiento.
En esta cuestión igualmente se tardó en corregir las incongruencias conceptuales que se pusieron de manifiesto en su aplicación.
Las
experiencias nos enseñan que no basta con que los documentos normativos
estén bien elaborados, hay que preparar a los ejecutores directos y
pasado un tiempo volverles a dar algunos cursillos y controlar cómo
están sus conocimientos para la aplicación de estas importantes
actividades, comprobar su dominio de las regulaciones, exigir con
sistematicidad que se cumplan en la práctica las disposiciones y
reaccionar oportunamente ante las desviaciones, impidiendo que se
conviertan en problemas políticos mayores.
Nuestro Héroe Nacional,
José Martí, razonó que “Gobernar es prever”, ¡qué simples palabras, son
solo tres! ¿Será posible que a algunos de nuestros funcionarios les sea
tan difícil aprenderse esas tres palabras de las enseñanzas martianas?
Es decir, “gobernar es prever”. Tenemos que aprender a prever para
evitarnos bastantes problemas. Debo reconocer que en general durante la
implementación de los Lineamientos no hemos sido suficientemente
previsores ni ágiles para actuar en la corrección de las deficiencias.
Además
de no prever, después nos ponemos a pensar cómo resolver el problema
que se creó y no tenemos la agilidad necesaria para enfrentar
inmediatamente al problema. Estoy hablando con toda crudeza, como
corresponde en un congreso de nuestro Partido Comunista y en todas las
reuniones de los comunistas.
Ha proseguido la ampliación del
sector no estatal de la economía, en tanto el empleo estatal se reduce
del 81,2% en el 2010 a 70,8 en el 2015. Algo más de medio millón de
cubanos están registrados como trabajadores por cuenta propia, prestan
servicios y generan producciones muy necesarias. Se va conformando una
atmósfera que no discrimina ni estigmatiza el trabajo por cuenta propia
debidamente autorizado; sin embargo se han presentado manifestaciones de
corrupción e ilegalidades, ante las cuales el enfrentamiento ha
resultado, una vez más, insuficiente y tardío, como es el caso por
ejemplo de conductas evasoras del pago de tributos y el ejercicio ilegal
de actividades no permitidas.
Reafirmamos el principio socialista
del predominio de la propiedad de todo el pueblo sobre los
fundamentales medios de producción, así como la necesidad de descargar
al Estado de otras actividades no determinantes en el desarrollo de la
nación.
Como mismo aspiramos a mayor eficiencia y calidad en la
producción y servicios del sector estatal, también favorecemos el éxito
de las formas no estatales de gestión, sobre la base, en todos los
casos, del estricto cumplimiento de la legislación vigente.
Continúa
en fase experimental la creación y funcionamiento de cooperativas de
producción no agropecuarias, principalmente en el comercio, la
gastronomía, servicios técnicos, pequeña industria y la construcción.
En
esta actividad también se han producido algunos logros, pero igualmente
se han puesto de manifiesto deficiencias, que parten de la insuficiente
preparación y divulgación de la política aprobada y las normativas
emitidas —a las que hemos hecho referencia en varias ocasiones en este
informe—, inadecuada organización y control de la contabilidad, aumento
de los precios y restricciones para acceder a suministros y servicios en
el mercado mayorista.
Al propio tiempo ha resultado inapropiada
la conducción y control de este experimento por las instancias
correspondientes, razón por la que decidimos concentrar el esfuerzo en
consolidar las cooperativas ya creadas y avanzar con gradualidad.
En
medio de un entorno internacional desfavorable, caracterizado por la
crisis económica global iniciada a finales de la década pasada, en el
quinquenio 2011-2015 el producto interno bruto de nuestro país creció a
una tasa promedio anual del 2,8 %, no suficiente para asegurar la
creación de las condiciones productivas y de infraestructura requeridas
para avanzar en el desarrollo y mejorar el consumo de la población.
En
este complejo contexto se ejecutó un conjunto de acciones enfiladas al
saneamiento de las finanzas externas del país y en particular el
reordenamiento de la deuda, cuestión en la que se han logrado resultados
significativos y que, de conjunto con el cumplimiento de los
compromisos financieros asumidos, contribuye al restablecimiento de
la credibilidad internacional de la economía cubana y favorece mayores
posibilidades de comercio, inversiones y financiamiento para el
desarrollo.
No podemos retroceder en esta esfera y con ese
propósito debemos asegurar un adecuado balance en la toma de créditos y
su estructura, el pago de las deudas reordenadas, la deuda corriente y
el cumplimiento del plan. Nunca más debemos volver a empeñarnos.
Foto: Juvenal Balán
Por otra parte, se viene introduciendo un conjunto de medidas diseñadas
para eliminar trabas que desestimulaban a las diferentes formas
productivas de nuestra agricultura, pero no han madurado y el ritmo de
crecimiento de la producción agropecuaria todavía no es suficiente,
mientras que, como media, cada año el país debió dedicar alrededor de 2
mil millones de dólares a la importación de alimentos, la mitad de los
cuales podemos producir en Cuba y hasta exportar los excedentes.
Continúa
expandiéndose la exportación de servicios médicos y el turismo, los que
aportan más de la mitad de los ingresos en divisas del país, al tiempo
que se reduce el peso específico de las exportaciones tradicionales,
golpeadas por la caída de sus precios.
Esta realidad corrobora la
conveniencia de proseguir diversificando nuestras fuentes de ingreso
para no volver jamás a depender de un mercado ni de un producto y
desarrollar relaciones comerciales y de cooperación mutuamente
ventajosas con todos los países, configurando un adecuado equilibrio en
esta esfera.
El innegable prestigio internacional de la medicina
cubana, fruto genuino de la Revolución y de los desvelos del compañero
Fidel, encierra enormes potencialidades todavía no explotadas en toda su
dimensión, como por ejemplo la prestación de servicios médicos a
pacientes extranjeros en Cuba, para lo cual se acometen inversiones que
en definitiva también reportarán beneficios a la población cubana, que
accede gratuitamente a la salud pública.
En cuanto al turismo, en
los años transcurridos desde el 6to. Congreso se pusieron en explotación
más de 10 900 nuevas habitaciones y se restablecieron otras 7 000,
complementándose con el aumento hasta más de 14 000 de las habitaciones
que arriendan en CUC los trabajadores por cuenta propia y el despliegue
de instalaciones y servicios extrahoteleros, lo que ha permitido
proseguir la senda ascendente de esta importante rama de la economía,
que posee grandes posibilidades para impulsar el desarrollo de otros
sectores y generar encadenamientos productivos.
El programa de
inversiones hoteleras en los principales destinos del país marcha a buen
ritmo y se retoma la construcción de emblemáticos hoteles de lujo en la
capital para enfrentar el déficit habitacional existente. Cada hotel
que se inaugura es una fábrica más que genera dentro de nuestras
fronteras ingresos de exportación muy necesarios para el país.
El
pasado año se sobrepasó por primera vez la cifra de tres millones y
medio de visitantes. Se viene consolidando la competitividad del
producto turístico cubano en mercados emisores diversificados, sin
ignorar las insuficiencias presentes que conspiran contra la calidad de
los servicios.
Se vienen conformando condiciones para que en el
quinquenio 2016-2020 obtengamos resultados superiores y crear en
nuestra economía las bases para un desarrollo económico-social
sostenible.
En la parte introductoria de este informe explicamos
que por primera vez se presenta al máximo evento de nuestro Partido un
Proyecto de conceptualización del modelo económico y social cubano.
El
objetivo principal de este documento es exponer y fundamentar con
claridad los rasgos principales del modelo, de modo que sirva de guía
teórica y conceptual a la construcción del socialismo en Cuba, en
correspondencia con nuestras características y esfuerzos propios,
tomando como base la historia de la nación y del proceso
revolucionario, la cultura nacional, las condiciones internas y la
situación internacional, así como las experiencias de los procesos de
desarrollo económico y social socialista en otros países.
Los
principios que sustentan la conceptualización parten del legado
martiano, el marxismo-leninismo, el pensamiento del Líder Histórico de
la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, y la propia obra de la
Revolución.
Como ya expuse, la complejidad teórica y práctica de
este Proyecto y su trascendental repercusión de cara al futuro,
aconsejan que no sea aprobado en el marco de este Congreso. En su lugar
proponemos a los delegados continuar el debate y adoptar, en principio,
ese Proyecto para que sirva de base al profundo y democrático proceso
de análisis por la militancia del Partido y la Unión de Jóvenes
Comunistas, así como por amplios sectores de nuestra sociedad, con
cuyos resultados se presentará a la aprobación definitiva del Comité
Central. O sea, por las razones expuestas, continuar discutiéndolo
desde los municipios, y con la participación democrática de todo el
Partido, la juventud, representantes de las organizaciones de masas,
etcétera, con el objetivo de concluir su elaboración y se faculta al
Comité Central del Partido para su aprobación. Además, se supone que se
presente a la Asamblea Nacional, órgano supremo del poder del Estado
que es a quien le corresponde darle el valor legal.
Uno de los
aspectos novedosos que ha suscitado mayor atención y hasta cierta
polémica, es el referido a las relaciones de propiedad, y es lógico que
así sea, ya que en dependencia del predominio de una forma de propiedad
sobre las demás se determina el régimen social de un país.
En Cuba
socialista y soberana la propiedad de todo el pueblo sobre los medios
fundamentales de producción es y continuará siendo la forma principal de
la economía nacional y del sistema socioeconómico y por tanto
constituye la base del poder real de los trabajadores.
El
reconocimiento de la existencia de la propiedad privada ha generado
inquietudes honestas de no pocos de los participantes en las
discusiones previas al Congreso, quienes expresaron preocupaciones de
que al hacerlo estaríamos dando los primeros pasos hacia la restauración
del capitalismo en Cuba. En mi condición de Primer Secretario del
Comité Central del Partido estoy en el deber de aseverar que ese no es,
en lo más mínimo, el propósito de esta idea conceptual.
Se trata
precisamente, compañeras y compañeros, de llamar a las cosas por su
nombre y no refugiarnos en ilógicos eufemismos para esconder la
realidad. El incremento del trabajo por cuenta propia y la autorización
de la contratación de fuerza de trabajo ha conllevado en la práctica a
la existencia de medianas, pequeñas y microempresas privadas que hoy
funcionan sin la debida personalidad jurídica y se rigen ante la ley por
un marco regulatorio diseñado para las personas naturales dedicadas a
pequeños negocios que se realizan por el trabajador y su familia.
Foto: Juvenal Balán
El Lineamiento No. 3 aprobado por el 6to. Congreso y que se propone
mantener y reforzar en el proyecto actualizado precisa rotundamente que
“en las formas de gestión no estatales no se permitirá la concentración
de la propiedad”, y se adiciona que “tampoco de la riqueza”; por tanto,
la empresa privada actuará en límites bien definidos y constituirá un
elemento complementario del entramado económico del país, todo lo cual
deberá ser regulado por la Ley.
No somos ingenuos ni ignoramos las
aspiraciones de poderosas fuerzas externas que apuestan a lo que llaman
el “empoderamiento” de las formas no estatales de gestión, con el fin
de generar agentes de cambio en la esperanza de acabar con la Revolución
y el socialismo en Cuba por otras vías.
Las cooperativas, el
trabajo por cuenta propia y la mediana, pequeña y microempresa privada
no son por su esencia antisocialistas ni contrarrevolucionarias y la
enorme mayoría de quienes allí laboran son revolucionarios y patriotas
que defienden los principios y se benefician de las conquistas de esta
Revolución.
El cuarto proyecto de los documentos mencionados que
se somete al 7mo. Congreso es el referido al trabajo del Partido en
cumplimiento de los objetivos aprobados en su Primera Conferencia
Nacional. Sobre el particular considero que han existido progresos en la
superación de los métodos y estilos de trabajo que propiciaban la
suplantación e interferencia por el Partido de las funciones y
decisiones que corresponden al Estado, gobierno e instituciones
administrativas. En su lugar se han desarrollado con sistematicidad el
ejercicio de la dirección y el control partidista sobre el cumplimiento
de los acuerdos del 6to. Congreso, sin dejar de actuar de conjunto con
las autoridades en la atención directa de situaciones que afectan a la
población como ya señalamos.
La autoridad moral del Partido exige
de sus militantes, en particular de quienes ostentan responsabilidades
de dirección, ejemplaridad, combatividad, preparación, así como
demostradas cualidades éticas, políticas e ideológicas y estrecho y
permanente vínculo con las masas.
El Partido ha seguido
promoviendo la participación de los colectivos de trabajadores,
estudiantes y el pueblo en la ejecución de las políticas y las medidas
vinculadas al proceso de actualización del modelo económico, coadyuvando
a transformar el actuar de los militantes, núcleos del Partido y
cuadros, a partir de nutrirse de modo sistemático de las opiniones y
propuestas de las masas.
Igualmente se ha alcanzado un mayor
vínculo y atención por el Partido a la Unión de Jóvenes Comunistas, a
las organizaciones estudiantiles y los movimientos juveniles, con el
objetivo de elevar su protagonismo y desarrollar la labor
político-ideológica con los militantes y jóvenes, lo que presupone la
defensa de su independencia orgánica e incentivar las iniciativas.
Al
mismo tiempo el Partido ha priorizado la atención a las organizaciones
de masa, que en este período asumieron considerables transformaciones en
su quehacer y celebraron sus respectivos congresos, en cuya preparación
y desarrollo se generó un amplio debate sobre el funcionamiento de
estas organizaciones, el cumplimiento de sus funciones y la labor
político-ideológica.
Hemos constatado que ha continuado el
estrechamiento de los vínculos del Partido y el resto de nuestros
órganos y entidades con las diferentes instituciones, organizaciones
religiosas y asociaciones fraternales en las variadas facetas de la vida
nacional, lo que ha contribuido a la unidad de los cubanos, creyentes y
no creyentes.
Debe tenerse muy en cuenta que en la propia medida
en que se avance en la implementación del nuevo modelo, se irá
configurando un escenario distinto para la organización partidista,
caracterizado por la creciente heterogeneidad de los sectores y grupos
en nuestra sociedad, que se origina en la diferenciación de sus
ingresos. Todo ello impone el reto de preservar y fortalecer la unidad
nacional en circunstancias distintas a las que nos habituamos en etapas
anteriores.
El artículo No. 5 de la Constitución de la República
consagra al Partido Comunista de Cuba como la fuerza dirigente superior
de la sociedad y del Estado que organiza y orienta los esfuerzos
comunes hacia la construcción del socialismo.
Los Estatutos de la
organización lo definen como fiel continuador del Partido
Revolucionario Cubano que fundó Martí para dirigir la lucha por la
independencia, del primer Partido comunista simbolizado en Carlos Baliño
y Julio Antonio Mella y fruto de la fusión voluntaria de las tres
organizaciones revolucionarias que protagonizaron la lucha contra la
tiranía batistiana.
En Cuba tenemos un Partido único, y a mucha
honra, que representa y garantiza la unidad de la nación cubana, arma
estratégica principal con que hemos contado para edificar la obra de la
Revolución y defenderla de todo tipo de amenazas y agresiones. Por
ello, no es nada casual que se nos ataque y exija, desde casi todas
partes del planeta para debilitarnos, que nos dividamos en varios
partidos en nombre de la sacrosanta democracia burguesa. Son conceptos
que no deben prestarse a la confusión, ni hoy ni nunca. Si lograran
algún día fragmentarnos, sería el comienzo del fin, ¡no olviden nunca
esto!, si lograran algún día fragmentarnos sería el comienzo del fin en
nuestra patria, de la Revolución, el socialismo y la independencia
nacional, forjados con la resistencia y el sacrificio de varias
generaciones de cubanos desde 1868.
Creo que me deben permitir
una pequeña anécdota, muy real, que yo la cuento y la disfruto bastante y
quisiera compartir con ustedes.
Como es natural, con
representantes de diferentes niveles de los Estados Unidos he tenido que
discutir y reunirme mucho, y con algunos que sin ser norteamericanos,
representan a otros países y también a ellos. Cuando hemos entrado a
discutir derechos humanos, pues hemos dicho que estamos dispuestos a
discutir sobre todas esas cuestiones… Me han pasado una nota que dice:
“Estamos en vivo”. Yo creo que lo que estamos es vivos (Risas y
aplausos).
Yo disfruto y quiero también que lo disfruten todos los
que tienen la amabilidad de vernos en vivo, incluido en el exterior.
Hemos dicho que estamos dispuestos a hablar de todos los derechos
humanos.
Revisando documentos el otro día sobre los Tratados y
Convenciones, en esta materia que nadie los cumple todos, resulta que
nosotros somos parte de 44, y los Estados Unidos de solo18. Yo les he
dicho que mientras se pretenda seguir politizando los derechos humanos
eso no va a caminar; por ejemplo, para nosotros salario igual por igual
trabajo, sea hombre o mujer, es un derecho humano. En otros países,
entre ellos los Estados Unidos, no lo es, las mujeres ganan menos y así
se pueden citar decenas de los llamados derechos humanos.
La
atención médica gratuita en Cuba es un derecho humano, ¿en cuántos
países del mundo lo es? En muchos no es un derecho humano, es un
negocio. En nuestro país la educación es gratuita, ¿en cuántos países
del mundo la educación es gratuita? Es un negocio también. Es decir, que
este tema de los derechos humanos lo discutimos con el que sea y donde
sea, y a los que tengan la razón se la daremos.
Lo que más
disfruto, hablando de los derechos políticos, es cuando me dicen que en
Cuba nada más hay un partido. Y yo les contesto: “Sí, igual que ustedes,
tienen un solo partido”, y los norteamericanos me contestan: “No,
nosotros tenemos dos.” Y como si yo no lo supiera, me dicen sus nombres:
“Demócrata y Republicano.” “Correcto, eso es correcto, eso es igual
que si en Cuba tuviéramos dos partidos, Fidel dirige uno y yo el otro”
(Risas y aplausos).
Seguro que Fidel va a decir: “Yo quiero
dirigir el comunista”, yo diré: “Bueno, yo dirigiré el otro, no importa
el nombre” (Risas).
Como expresábamos, aquí había tres
organizaciones: 26 de Julio, el Partido Socialista Popular y el
Directorio Revolucionario 13 de Marzo. Podíamos haber hecho tres
partidos; pero todos coincidieron en la necesidad de unirse para hacer
un solo partido, y fusionar sus respectivos órganos de prensa, para ser
más fuertes; todos sus dirigentes tuvieron una magnífica y decisiva
actitud en dar ese paso, ¿por qué vamos a dividirnos ahora? Lo que sí
tiene que ser es un partido muy democrático, que es a lo que aspiramos, y
que se pueda discutir con profundidad y entera libertad cualquier
problema.
La propia CTC, los obreros se tienen que unir para ser
más fuertes, en cualquier agencia de prensa occidental que usted lea
algo que haga referencia a nuestra Central de Trabajadores, añaden entre
paréntesis: única, como si eso fuera un delito. Ellos quieren modelar
al mundo —ya saben a quiénes me refiero: a los Estados Unidos y a todos
los que los acompañan—, ajustar al mundo a sus conveniencias, es lo que
quieren hacer, y por eso debemos estar alertas hoy más que nunca. Ellos
mismos han dicho: 50 años de bloqueo no dio resultado y no pudimos
aislar a Cuba, por el contrario, estábamos corriendo el riesgo de
quedarnos aislados nosotros en América Latina. Hay que cambiar eso. ¿Y
por qué lo van a cambiar?, por otros métodos más difíciles de combatir.
De ahí la importancia de estas cuestiones que deben estar
suficientemente claras en nuestras mentes y en nuestro pueblo.
No
es ocioso reiterar que son conceptos que no deben prestarse a la
confusión, ni hoy ni nunca. Si lograran algún día fragmentarnos, sería
el comienzo del fin en nuestra patria, de la Revolución, el Socialismo y
la independencia nacional, forjados con la resistencia y el sacrificio
de varias generaciones de cubanos desde 1868.
La existencia de un
partido único presupone estimular el más amplio y sincero intercambio
de opiniones, tanto dentro de la organización partidista como en su
vínculo en la base con los trabajadores y la población. El Partido está
obligado a potenciar y perfeccionar de manera permanente nuestra
democracia, para lo cual es imprescindible superar definitivamente la
falsa unanimidad, el formalismo y la simulación. El Partido está en el
deber de favorecer y garantizar la participación cada vez mayor de la
ciudadanía en las decisiones fundamentales de la sociedad. No tenemos
ningún miedo a opiniones distintas ni a las discrepancias, pues solo la
discusión franca y honesta de las diferencias entre los revolucionarios
nos conducirá a las mejores decisiones.
Sabemos que el Partido y
la Revolución cuentan con el apoyo mayoritario del pueblo, es un hecho
que nadie puede negar, no obstante, no ignoramos que en determinados
sectores de la población existen manifestaciones de falta de compromiso y
desinterés por los asuntos de la vida política y que se mantienen
opiniones negativas sobre la ejemplaridad de algunos militantes y
cuadros, así como su desvinculación de nuestro pueblo.
Se ha
verificado en el período más reciente un crecimiento de las acciones
enfiladas a fomentar valores de la sociedad de consumo; la división, la
apatía, el desaliento, el desarraigo y la falta de confianza en la
dirección de la Revolución y el Partido, sembrando una matriz de opinión
que trata de mostrarnos como una sociedad sin futuro.
Se estimula
la emigración ilegal y desordenada de jóvenes y de especialistas de
diversos sectores al amparo de la Ley de Ajuste Cubano, la Política de
pies secos-pies mojados y el Programa de parole, o sea, el permiso para
residir en los Estados Unidos, otorgado con absoluta rapidez, para
nuestros médicos, los que prestan servicios en el exterior, cuestiones a
las que me referiré más adelante.
En estas circunstancias se
impone fortalecer una labor preventiva inteligente, firme y sistemática y
elevar las exigencias y el control por parte de los órganos encargados
del enfrentamiento a la subversión político-ideológica, así como
levantar la combatividad de los militantes, la vigilancia en los centros
de trabajo y la labor ideológica con las nuevas generaciones,
potenciando el insustituible papel de la familia y la escuela. Repito:
¡Potenciando el insustituible papel de la familia y la escuela!
Se
ha avanzado en las acciones dirigidas a forjar una cultura
comunicacional en el país y disminuyeron las manifestaciones de
secretismo, sin embargo continúan presentándose vacíos informativos e
interpretaciones erróneas a causa de que todavía no es suficiente la
divulgación de la marcha del proceso de actualización y la
implementación de las políticas aprobadas.
La influencia en
nuestra realidad de las complejidades del mundo en que vivimos, la
política de hostilidad y acoso, las acciones dirigidas a introducir
plataformas de pensamiento neoliberal y de restauración capitalista
apoyadas por una perversa estrategia de subversión político-ideológica
que atenta contra las esencias mismas de la Revolución y la cultura
cubana, la historia y los valores que en ella se han forjado, la
innegable existencia de problemas acumulados en la sociedad, a lo que se
suma el propio proceso de implementación de los Lineamientos y los
profundos cambios en que nos encontramos inmersos, así como el nuevo
escenario en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, son hechos
que imponen elevados desafíos al trabajo ideológico. Esos programas van
dirigidos hacia los sectores que el enemigo identifica como los más
vulnerables y abarca a los jóvenes, la intelectualidad, los trabajadores
asociados a las formas no estatales de gestión y las comunidades con
mayores dificultades materiales y económicas.
A la par que
salvaguardamos en el pueblo la memoria histórica de la nación y
perfeccionamos la labor ideológica diferenciada, con especial énfasis
hacia a la juventud y la niñez, debemos afianzar entre nosotros la
cultura anticapitalista y antiimperialista, combatiendo con argumentos,
convicción y firmeza las pretensiones de establecer patrones de la
ideología pequeño burguesa caracterizados por el individualismo, el
egoísmo, el afán de lucro, la banalidad y la exacerbación del
consumismo.
El mejor antídoto contra las políticas de subversión
consiste en trabajar con integralidad y sin improvisación, hacer bien
las cosas, mejorar la calidad en los servicios a la población, no dejar
acumular problemas, reforzar el conocimiento de la historia de Cuba, la
identidad y cultura nacionales, enaltecer el orgullo de ser cubano y
propagar en el país un ambiente de legalidad, defensa del patrimonio
público, de respeto a la dignidad de las personas, los valores y la
disciplina social.
El desarrollo de la economía nacional, junto a
la lucha por la paz y la firmeza ideológica, constituyen las principales
misiones del Partido. La economía sigue siendo la asignatura pendiente
fundamental y la labor político-ideológica es un asunto permanente
vinculado íntimamente con la batalla económica, pues asegura la
participación consciente, activa y comprometida de la mayoría de la
población en el proceso de actualización del modelo económico y social.
En
materia de la política de cuadros también se avanzó, aunque no nos
damos por satisfechos. Se han dado pasos importantes en la preparación y
recalificación de los cuadros partidistas, estatales, gubernamentales y
empresariales, aunque se requiere insistir en la preparación específica
para el desempeño de los cargos asignados.
No desconocemos la
influencia negativa que representan en esta esfera factores objetivos y
subjetivos, como el ya mencionado fenómeno de la pirámide invertida, que
favorecen la fluctuación de los cuadros y la falta de motivación para
comprometerse con las misiones encomendadas.
Grandes
potencialidades se pierden a causa del inadecuado trabajo con las
reservas de cuadros y por la débil influencia de los responsables en el
proceso de selección y formación de la cantera, lo cual propicia que
personas sin compromiso y ética sean promovidos a responsabilidades
vinculadas al control y disposición de recursos materiales y
financieros, creando el caldo de cultivo para la corrupción y otras
ilegalidades e indisciplinas.
Al propio tiempo, se ha incrementado
progresiva y sostenidamente la promoción de mujeres, jóvenes, negros y
mestizos a cargos de dirección, sobre la base del mérito en su tránsito
gradual por diferentes responsabilidades y las condiciones personales.
No obstante, tampoco nos sentimos complacidos con los resultados
alcanzados porque persisten viejos hábitos y prejuicios que conspiran
contra la política de cuadros del Partido.
Deberá proseguirse sin
tregua el combate contra cualquier vestigio de racismo que obstaculice o
frene el ascenso a cargos de dirección de los negros y mestizos, cuyo
peso específico en el total de la población cubana ha seguido elevándose
de censo en censo. Para consolidar los resultados en esta importante y
justa política de la Revolución, es preciso trabajar con sistematicidad,
previsión e intencionalidad. Una cuestión de esta trascendencia no
puede quedar a merced de la generación espontánea o la improvisación.
La
cantidad de mujeres en cargos decisorios aumentó —poquito, pero
aumentó, en cargos donde se decide, cargos decisorios; es decir que
aumentó—, pero las cifras todavía no expresan el potencial de que
disponemos, ya que son mujeres el 49 % de la masa de trabajadores en el
sector estatal civil y el 66,8 % de la fuerza de mayor calificación
técnica y profesional del país. Sin embargo, solo están ocupados por
mujeres el 38 % de los cargos en los órganos del Estado, organismos del
gobierno, entidades nacionales, Consejos de la Administración y
Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial.
Me atengo a la
más estricta verdad cuando afirmo, sobre la base de mi experiencia en
tantos años de Revolución, que las mujeres, por lo general, son más
maduras y mejores administradoras que los hombres. Por ello, aunque
reconozco el progreso alcanzado, considero que bajo la dirección del
Partido debe proseguir elevándose la promoción de nuestras combativas
féminas, especialmente a cargos decisorios en toda la nación.
En
el Informe Central al 6to. Congreso me referí a la necesidad de acometer
paulatinamente, sin precipitaciones ni improvisaciones, la creación de
una reserva de cuadros debidamente preparados, con suficiente
experiencia y madurez para asumir las nuevas y complejas tareas de
dirección en el Partido, el Estado y el Gobierno. También expresé la
conveniencia y necesidad de limitar a un máximo de dos períodos
consecutivos de cinco años el desempeño de los cargos políticos y
estatales fundamentales que determinará el Comité Central en el caso del
Partido y las organizaciones de masas, y nuestro Parlamento en lo que
respecta al Estado y el Gobierno.
Considero que en este asunto de
significación estratégica también se ha avanzado, si bien los próximos
cinco años, por razones obvias, serán definitorios y debemos introducir
límites adicionales en la composición de los organismos superiores del
Partido, es decir, el Comité Central, el Secretariado y el Buró
Político, proceso de tránsito que se debe ejecutar y concluir con la
celebración del próximo Congreso. Esto es un quinquenio de tránsito
para no hacer las cosas corriendo, no es quitar a uno para poner a otro
que tiene 10 años menos, etcétera. Atrasos tenemos, y lo que queremos
hacer, precisamente, es que eso fluya con naturalidad, y debe estar bien
precisado en las leyes o regulaciones que se establezcan.
Proponemos
establecer 60 años como edad máxima para ingresar al Comité Central del
Partido. Se podría establecer en cualquier otro momento también contar
con suplentes en el Comité Central más jóvenes, todas esas cosas se
pueden hacer, la cuestión es tener un método, un camino, un proyecto
para que las cosas nunca nos sorprendan y evolucionen con naturalidad.
En este caso, los ingresos deben ser, a partir del futuro con menos de
60 años. No crean algunos que porque no se pueda estar en un nivel de
dirección del país ya no puede hacer nada, pero la experiencia de
algunos países nos ha demostrado que eso no es positivo nunca, y aunque
es un secreto a voces, nunca olviden, ya al final de la etapa de la
Unión Soviética, la cual estimamos y queremos como siempre, que en un
corto período de tiempo murieron tres primeros secretarios del Comité
Central del Partido.
Por eso proponemos establecer 60 años como
edad máxima para ingresar al Comité Central y hasta 70 años para
desempeñar cargos de dirección en el Partido, lo cual, sumado a la
limitación de hasta dos períodos consecutivos para ocupar
responsabilidades políticas, garantizará, desde la base, el
rejuvenecimiento sistemático en todo el sistema de cargos partidistas. Y
repito, que después se tendrá que regular con precisión, porque habrá
quien tenga 75 u 80 años y pueda desempeñar una tarea importante, pero
no una actividad de dirigente importante, por razones obvias, y por la
propia experiencia con la que les estamos hablando.
Como es
lógico, de resultar aprobada esta propuesta por el Congreso, se
introducirían las modificaciones correspondientes en los estatutos del
Partido. Pensamos que esa misma política debe ser aplicada en las
instituciones estatales, gubernamentales y las organizaciones de masas.
En
mi caso no es un secreto que en el 2018 concluirá el segundo mandato
consecutivo como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y
cederé esas responsabilidades a quien sea elegido.
Estas
modificaciones en materia de plazos y edades límites para el desempeño
de cargos de dirección, deberán fijarse en la Constitución de la
República que nos proponemos reformar en los próximos años, considerando
las importantes transformaciones asociadas a la actualización del
modelo económico y social y su conceptualización. En la Constitución
hay que reflejar todo lo que vamos haciendo, en el momento en que ya
estén listos los que deban ser recogidos en la misma y, sobre todo,
discutidos con la población.
La Constitución vigente, aprobada en
referendo popular en 1976, hace 40 años, y reformada parcialmente en
1992 y en el 2002, responde a circunstancias históricas y condiciones
económicas y sociales que han ido cambiando con el decursar del tiempo y
la propia implementación de los Lineamientos de la Política Económica y
Social del Partido y la Revolución.
El proceso de reforma, que
previamente deberá ser aprobado por la Asamblea Nacional, en
correspondencia con sus facultades constituyentes, prevé una amplia
participación popular, incluyendo la realización de un referendo
constitucional.
Esta será una oportunidad para ajustar en nuestra Carta Magna otras cuestiones que requieren de amparo constitucional.
Debo
resaltar que en el alcance de estos cambios constitucionales
propondremos ratificar el carácter irrevocable del sistema político y
social refrendado en la actual Constitución, que incluye el papel
dirigente del Partido Comunista de Cuba en nuestra sociedad (Aplausos), y
que en la actual Constitución es el artículo 5.
Dedicaré algunas
reflexiones al tema de la defensa. Al hacerlo es propicio recordar las
palabras de Fidel en el Informe Central al 1er. Congreso cuando expresó:
“Mientras exista el imperialismo, el Partido, el Estado y el pueblo
les prestarán a los servicios de la defensa la máxima atención. La
guardia revolucionaria no se descuidará jamás. La historia enseña con
demasiada elocuencia que los que olvidan este principio no sobreviven al
error”.
La doctrina de la Guerra de todo el Pueblo constituye el
fundamento estratégico de la defensa del país y define que cada cubano
conozca y disponga de un medio, un lugar y una forma de lucha contra el
enemigo, bajo la dirección del Partido, en un sistema político-militar y
económico único de preparación y realización de la guerra. Si el
agresor intentara ocupar a Cuba tendría que enfrentar a millones de
cubanas y cubanos en un mortal avispero, sin frente, retaguardia ni
flancos, ni descanso tampoco, día y noche.
Como hacemos cada
cuatro años desde 1980, planificamos desarrollar en noviembre el
Ejercicio Estratégico Bastión 2016 con el objetivo de actualizar y
ejercitar a los dirigentes, jefes y órganos de dirección y de mando en
la conducción de las acciones previstas en los planes defensivos del
país. Esta actividad, como es tradicional, concluirá con la celebración,
un fin de semana, de dos días nacionales de la Defensa con masiva
participación popular.
Unos días después, el 2 de diciembre,
arribaremos al Aniversario 60 del desembarco del Granma, fecha que
marca la fundación de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias y que
conmemoraremos con una Revista Militar dedicada al compañero Fidel en
su 90 cumpleaños (Aplausos prolongados) y a nuestra aguerrida juventud,
que participará con un impresionante y compacto bloque que cerrará el
desfile, como heredera y continuadora de las glorias combativas del
pueblo cubano a lo largo de su historia.
Compañeras y compañeros:
Desde el 6to. Congreso se han producido numerosos acontecimientos y cambios sustanciales en la arena internacional.
Han
pasado 15 meses desde que anunciamos simultáneamente con el presidente
Barack Obama, la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas
entre Cuba y los Estados Unidos, sobre la base de la igualdad soberana,
la no injerencia en los asuntos internos y el respeto absoluto a nuestra
independencia. Horas antes de esa alocución se había cumplido la
promesa de Fidel al pueblo al completarse el regreso a la patria de los
Cinco Héroes (Aplausos).
Llegamos a ese momento gracias a la
heroica resistencia y sacrificios del pueblo cubano y su lealtad a los
ideales y principios de la Revolución, que contó con el decisivo apoyo
de la solidaridad internacional, puesta de manifiesto en múltiples
eventos y en las organizaciones internacionales, en particular las
abrumadoras votaciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas
contra el bloqueo.
El mapa político de Nuestra América había
cambiado bajo el influjo de los avances de las fuerzas políticas de
izquierda y movimientos populares que contribuyeron al progreso de la
integración regional, simbolizado en la constitución de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en diciembre de 2011.
Todo
ello había colocado a los Estados Unidos en una situación de
aislamiento insostenible en el hemisferio y puso en crisis al llamado
sistema interamericano, como se hizo evidente en el reclamo del cese del
bloqueo y contra la exclusión de Cuba en la VI Cumbre de las Américas
de Cartagena, en el 2012.
Por otra parte, se venían produciendo
cambios en la sociedad norteamericana y la emigración cubana a favor de
la modificación de la política de Estados Unidos hacia Cuba.
En
abril del pasado año, asistimos a la 7ma. Cumbre de las Américas en
Panamá con la frente en alto. No es necesario repetir aquí las
consideraciones expuestas en aquella ocasión.
A lo largo del
período transcurrido, desde el 17 de diciembre de 2014, se han
constatado resultados concretos en el diálogo y la cooperación entre
Cuba y Estados Unidos. Sin embargo, el bloqueo económico, comercial y
financiero, impuesto hace más de medio siglo, continúa vigente, con
incuestionables efectos intimidatorios de alcance extraterritorial,
aunque reconocemos la posición del Presidente Obama y altos funcionarios
de la administración contra el bloqueo y los repetidos llamados al
Congreso en interés de eliminarlo.
Las medidas anunciadas poco
antes de su visita a La Habana para introducir algunas modificaciones en
la aplicación del bloqueo, a partir de la utilización de facultades
ejecutivas son positivas, pero no suficientes.
Como expusimos en
el encuentro de ambos presidentes con la prensa, para avanzar hacia la
normalización de relaciones deberá eliminarse el bloqueo, que provoca
privaciones a nuestra población y constituye el principal obstáculo para
el desarrollo económico del país, y devolverse el territorio
ilegalmente ocupado por la Base Naval en Guantánamo en contra de la
voluntad del gobierno y el pueblo cubanos.
Asimismo, debieran
suprimirse los programas dirigidos a cambiar el sistema político,
económico y social que escogimos soberanamente, entre otras políticas
lesivas aún vigentes.
La política migratoria continúa siendo
utilizada como un arma contra la Revolución. Se mantienen en vigor la
“Ley de ajuste cubano”, la “política de pies secos-pies mojados” y el
“Programa de parole para profesionales médicos cubanos”, que estimulan
la emigración ilegal e insegura y buscan despojarnos de personal
calificado.
Estas prácticas no se corresponden con el declarado cambio de política hacia Cuba y generan dificultades a terceros países.
No
son pocas las declaraciones de funcionarios del gobierno norteamericano
que al reconocer el fracaso de la política contra Cuba no disimulan al
afirmar que los propósitos son los mismos y solo se modifican las
formas.
Tenemos la voluntad de desarrollar un diálogo respetuoso y
construir un nuevo tipo de relación con los Estados Unidos, como la que
nunca antes ha existido entre ambos países, porque estamos convencidos
de que ello solo puede reportar beneficios mutuos.
No obstante, es
preciso reiterar que no debe pretenderse que para lograrlo Cuba
renuncie a los principios de la Revolución ni realice concesiones
inherentes a su soberanía e independencia, ceda en la defensa de sus
ideales ni tampoco en el ejercicio de su política exterior, comprometida
con las causas justas, la defensa de la autodeterminación de los
pueblos y el tradicional apoyo a países hermanos.
Como establece
la Constitución de la República, “las relaciones económicas,
diplomáticas y políticas con cualquier otro Estado no podrán ser jamás
negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia
extranjera”.
Es largo y complejo el camino hacia la normalización
de los vínculos bilaterales y avanzaremos en la misma medida en que
seamos capaces de poner en práctica el arte de la convivencia civilizada
o, lo que es lo mismo, aceptar y respetar las diferencias, que son y
serán numerosas y profundas; no hacer de ellas el centro de nuestra
relación, en su lugar concentrarnos en lo que nos acerca y no en lo que
nos separa, promoviendo el beneficio de ambos países.
Las
relaciones con los Estados Unidos históricamente han representado un
desafío para Cuba, por su permanente pretensión de ejercer su dominación
sobre nuestra nación y la determinación de los cubanos de ser libres e
independientes, sin importar los peligros a enfrentar ni el precio que
tengamos que pagar (Aplausos).
La unidad del pueblo en torno al
Partido, su profundo patriotismo y cultura política, que nos
permitieron enfrentar la política de agresión y hostilidad, servirá de
escudo para vencer cualquier intento de socavar el espíritu
revolucionario de los cubanos. Este será un reto, en especial para los
más jóvenes, a quienes el Partido reconoce como continuadores de la obra
revolucionaria y de las convicciones patrióticas de sus abuelos y
padres.
Agradecemos el apoyo que durante todos estos años hemos
recibido de la comunidad internacional, partidos y movimientos
políticos, organizaciones sociales, intelectuales, académicos,
religiosos, artistas, líderes sindicales, campesinos y estudiantiles,
amigos solidarios que desde todas partes del mundo nos han acompañado en
nuestra lucha. Sabemos que podremos seguir contando con ellos en la
batalla por construir un mundo mejor. A todos les ratificamos que
siempre tendrán el apoyo incondicional y solidario de la Cuba
eternamente revolucionaria e internacionalista.
América Latina y
el Caribe se encuentran bajo los efectos de una fuerte y articulada
contraofensiva imperialista y oligárquica contra los gobiernos
revolucionarios y progresistas, en un contexto complejo, marcado por la
desaceleración de la economía, que ha impactado negativamente en la
continuidad de las políticas de desarrollo e inclusión social y las
conquistas alcanzadas por los sectores populares.
Esa acometida
reaccionaria utiliza métodos y tecnologías propias de la nueva doctrina
de la guerra no convencional, especialmente en el terreno de la
comunicación y la cultura, sin descartar acciones desestabilizadoras y
golpistas.
Esta política está dirigida principalmente contra la
hermana República Bolivariana de Venezuela y se ha intensificado en los
últimos meses en Bolivia, Ecuador, Brasil, así como en Nicaragua y El
Salvador.
Recientes reveses de gobiernos de izquierda en el
hemisferio son utilizados para anunciar el cierre de un ciclo histórico
progresista, abrir paso al retorno del neoliberalismo y desmoralizar a
las fuerzas y partidos políticos, movimientos sociales y clases
trabajadoras, lo que deberemos enfrentar con más unidad y mayor
articulación de las acciones revolucionarias.
Abrigamos la firme
convicción de que el pueblo venezolano defenderá el legado del querido
compañero Hugo Chávez Frías e impedirá el desmantelamiento de los logros
alcanzados. A la Revolución Bolivariana y Chavista, al Presidente
Maduro y su gobierno, a la unión cívico-militar del pueblo venezolano,
les ratificamos nuestra solidaridad y compromiso y el resuelto rechazo a
las pretensiones de aislar a Venezuela mientras se dialoga con Cuba.
Demandamos
que se respete la soberanía e independencia de los Estados y cesen los
actos de injerencia en sus asuntos internos. Al propio tiempo,
reafirmamos el apoyo decidido a todos los gobiernos revolucionarios y
progresistas, encabezados por líderes prestigiosos, cuyas políticas
económicas y sociales han llevado justicia, dignidad, soberanía y
beneficios tangibles a las grandes mayorías de la región más desigual
del planeta.
Se renuevan también los esfuerzos de los Estados
Unidos y sus aliados, para socavar la unidad y el proceso de
integración regional, frustrar el avance de la CELAC, del ALBA, UNASUR y
otros, mediante una supuesta reforma del sistema interamericano, en
particular de la OEA, así como se otorga mayor protagonismo a otros
esquemas afines a sus intereses hegemónicos.
No olvidaremos jamás
que la OEA—Organización de Estados Americanos, fundada por los Estados
Unidos a finales de la mitad del siglo pasado, al inicio de la Guerra
Fría— solo ha servido a intereses contrarios a los de nuestra América.
Esa organización, justamente calificada como “ministerio de colonias” de
Estados Unidos por el Canciller de la Dignidad, el compañero Raúl Roa
García, fue la que sancionó a Cuba y estuvo dispuesta a dar apoyo y
reconocer a un gobierno títere, si se hubiera consolidado la invasión
mercenaria de Playa Girón. Es interminable la lista de su accionar
contra la naciente Revolución cubana y otros gobiernos revolucionarios y
progresistas.
A pesar de que nunca hemos estimulado a otros
países para que abandonen dicha organización, sí debo reiterar lo
expresado en Brasil hace ya unos años, parafraseando a José Martí, de
que antes de que Cuba regrese a la OEA “se unirá el mar del Norte al mar
del Sur y nacerá una serpiente de un huevo de águila”.
Es
indispensable continuar avanzando en la consolidación de la CELAC como
mecanismo de concertación política genuinamente latinoamericano y
caribeño, basado en el concepto de la unidad en la diversidad. La
Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los
Jefes de Estado y Gobierno durante la Segunda Cumbre celebrada en La
Habana, mantiene plena vigencia y sus principios deben regir las
relaciones entre nuestros Estados y también a nivel internacional.
Mantendremos nuestros esfuerzos, como hasta ahora, para alentar el proceso de paz en Colombia.
Es
invariable el tradicional apoyo de Cuba a los esfuerzos de la República
Argentina para recuperar la soberanía sobre las islas Malvinas,
Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
Reafirmamos nuestra
solidaridad con el pueblo de Puerto Rico y su aspiración de alcanzar la
autodeterminación y la independencia, al igual que rechazamos cualquier
forma de colonialismo.
Proseguiremos abogando, actualmente desde
la Presidencia de la Asociación de Estados del Caribe, por la plena
integración regional y la defensa de los legítimos intereses de las
naciones caribeñas en materia económica y ambiental y en apoyo a su
justa demanda de compensación por las terribles consecuencias de la
esclavitud y el colonialismo. Seguiremos otorgando especial prioridad a
nuestra cooperación con Haití.
Los pueblos hermanos del Tercer
Mundo que se esfuerzan por transformar la herencia de siglos de
dominación colonial saben que siempre contarán con la solidaridad y
apoyo de Cuba y que continuaremos cumpliendo los compromisos de
cooperación, sobre la base de compartir lo que tenemos, no lo que nos
sobre.
Una confirmación de ello fue la participación heroica del
personal médico cubano en la lucha contra el Ébola, que concitó
reconocimiento universal.
Seguiremos priorizando el desarrollo
multifacético de las relaciones con todos los amigos y socios que nos
han acompañado durante estos años y mantendremos el intercambio de
experiencias con los partidos y gobiernos de los países socialistas. Al
mismo tiempo reiteramos la política de nuestro Partido de desarrollar
relaciones con todas las fuerzas y movimientos políticos legítimos
independientemente de su signo ideológico.
La próxima firma del
Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la Unión
Europea, que entraña la eliminación de la injerencista Posición Común y
la positiva evolución de los vínculos bilaterales con sus Estados
miembros, son factores que contribuyen a la conformación de un clima
propicio para el desarrollo de una interrelación mutuamente ventajosa
con este importante bloque de naciones.
A ello se une el reciente
acuerdo alcanzado con el Club de París, que permitirá normalizar las
relaciones con la comunidad financiera internacional.
La visita a
Cuba el pasado año del Papa Francisco, sus prédicas en favor de la paz y
la equidad, la erradicación de la pobreza, la defensa del medio
ambiente y sus análisis sobre las causas de los principales problemas
que afectan a la humanidad contribuyeron al avance de los vínculos entre
la Santa Sede y Cuba, en el marco del 80 aniversario de su
establecimiento.
El histórico encuentro en La Habana del Papa
Francisco y el Patriarca Kirill, el pasado mes de febrero, nos honró
profundamente y permitió reiterar el compromiso de Cuba con la
preservación de la paz y la promoción del diálogo a nivel internacional.
Son
cada vez mayores las amenazas a la paz y la seguridad internacionales
que se derivan del intento del imperialismo norteamericano de imponer su
posición hegemónica frente a los cambios en el equilibrio mundial, de
la filosofía de usurpación y control de recursos naturales estratégicos
que se evidencian en el creciente carácter ofensivo y agresivo de la
doctrina militar de la OTAN y en la proliferación de guerras no
convencionales con el pretexto del enfrentamiento al “terrorismo
internacional”; la agudización de sus contradicciones con Rusia y China,
y el peligro de un conflicto bélico de dimensiones incalculables en el
Medio Oriente.
Como advertimos muy tempranamente, la expansión de
la OTAN hacia la frontera con Rusia ha provocado graves peligros a la
paz y la estabilidad, lo cual se agrava por la aplicación de arbitrarias
e injustas sanciones unilaterales contra ese país.
La situación
en Siria, a causa de la intervención extranjera, ha tenido un saldo de
cientos de miles de vidas y enorme destrucción. Confiamos en la
capacidad del pueblo y el gobierno sirios para encontrar una solución
pacífica que preserve la independencia y la integridad territorial de
esa nación.
Las oleadas de refugiados hacia Europa conmueven la
conciencia de la humanidad. Son consecuencia de la intervención
foránea, las guerras provocadas desde el exterior y el propio
subdesarrollo, poniéndose de manifiesto el doble rasero y la hipocresía
en el tratamiento de los derechos humanos, el aumento de la xenofobia,
el racismo y la discriminación de los inmigrantes, así como el
reforzamiento de fuerzas neofascistas.
Mantenemos nuestra tenaz
oposición al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y del que
hemos sido víctimas desde el mismo triunfo de la Revolución.
Condenamos
la ocupación por Israel de los territorios palestinos y de otros países
árabes, sin cuya solución no se alcanzará una paz duradera en esa
región.
Reiteramos nuestra solidaridad con la República Árabe Saharaui Democrática en la lucha contra la ocupación de su territorio.
La
desfavorable situación económica internacional, marcada por el
agravamiento de la crisis sistémica mundial, y las tendencias recesivas
de las principales economías hacen más vulnerable y precaria la
situación de los países del Tercer Mundo; se acentúan la injusticia y la
irracionalidad del orden económico internacional que es indispensable
sustituir y se pone de manifiesto la necesidad de construir una nueva
arquitectura financiera internacional.
Consideramos que mientras
ello no ocurra serán inviables los objetivos proclamados en materia de
desarrollo sostenible e inclusión social en la Cumbre de las Naciones
Unidas para la aprobación de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030.
De
igual modo, creemos que el marco de cooperación acordado tras la Cumbre
de París sobre el cambio climático continúa siendo limitado por la
persistencia e imposición de patrones irracionales de producción y
consumo, incompatibles con la preservación de la especie humana. La
falta de voluntad política de las naciones industrializadas impide
establecer compromisos efectivos en cuanto al financiamiento y la
transferencia de tecnología, a tono con el concepto de responsabilidades
comunes, pero diferenciadas.
En las complejas circunstancias de
nuestra región y del mundo, la política exterior de la Revolución Cubana
se mantendrá fiel a los principios originales que hemos defendido en
las coyunturas más difíciles y ante las más graves amenazas y desafíos.
Finalmente,
compañeras y compañeros, tenemos por delante intensas jornadas de labor
en este Congreso, convencidos de que será un evento histórico y
fructífero, del cual emanen las direcciones principales de nuestro
trabajo en pos de la consecución de una nación soberana, independiente,
socialista, próspera y sostenible.
Muchas gracias (Ovación).