sábado, 10 de noviembre de 2018

AMLO: ni nervioso ni asustadizo


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AMLO: ni nervioso ni asustadizo

 

 


Hasta ahora, pasados más de cuatro meses desde la arrolladora victoria electoral de López Obrador, han fracasado todos los intentos de la oligarquía y del viejo régimen pripanista por entorpecer y descarrilar el proyecto de gobierno del presidente electo.
Entre esos intentos ocupa el primer lugar la fabricación (mediática y real) de una severa crisis económica, cuyos ingredientes básicos son viejos conocidos de la sociedad mexicana: inflación desbordada e incontrolable, devaluación abrupta del peso, fuga de capitales y, fundamentalmente, un crac bursátil.
Pero ocurre que la inflación no se ha desbordado. Y, consecuentemente, la devaluación del peso se mantiene, acorde con la tasa inflacionaria, en rangos que podríamos llamar normales: inflación reptante y devaluación igualmente reptante.
Y sin el concurso del binomio inflación-devaluación es muy difícil y riesgoso para la oligarquía acudir al expediente de la fuga masiva de capitales. Podría perder en la operación buena parte del capital invertido en esa macroespeculación monetaria.
A la oligarquía, sin embargo, le queda el recurso del crac bursátil y el estado de grave alteración nerviosa que éste genera. Pero los oligarcas deberían considerar que López Obrador no es un hombre nervioso ni asustadizo. Y que, por lo contrario, es una persona y un político de enorme serenidad y aplomo. AMLO sabe bien que frente al chantaje bursátil lo sensato y productivo es dejar hacer y dejar pasar hasta que las aguas vuelvan a su nivel.
Los títulos de la bolsa, como bien se sabe, suben y bajan todos los días. Si hoy bajan, mañana subirán. Y al revés. Y finalmente las ganancias y pérdidas se equilibran: lo que unos pierden otros lo ganan.
De modo que si en el ámbito estrictamente económico la oligarquía no tiene margen de maniobra para desestabilizar desde ahora al nuevo gobierno, en la esfera política sus fuerzas están todavía más flacas y menguadas. Los partidos a su servicio (PRI, PAN, Verde, Panal) están al borde de la extinción.
Parece así que la oligarquía anda escasa de municiones. Y que tiene frente a sí a un mariscal de campo con poderosos armamentos éticos, políticos, económicos y psicológicos.
¿Frente a esta novedosa y hasta inédita situación se animará la oligarquía a seguir jugando a las vencidas con López Obrador? Por supuesto. Para ella el combate apenas está empezando. Los oligarcas quieren volver al viejo régimen y harán hasta lo imposible por conseguirlo. Ya lo sabemos y habrá que estar preparados.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

PAN y PRI, por asesinar a 300 mil y desfalcar mucho, serán desinvitados a la ceremonia de AMLO


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PAN y PRI, por asesinar a 300 mil y desfalcar mucho, serán desinvitados a la ceremonia de AMLO

 

 


PAN y PRI, por asesinar a 300 mil y desfalcar mucho, serán desinvitados a la ceremonia de AMLO
1. Al concluir el gobierno de Felipe Calderón del PAN en 2012 se informó que fueron asesinados en esos seis años unos 150 mil ciudadanos mexicanos y ahora se informa que al estar por concluir el gobierno de Peña Nieto del PRI, se tiene una cifra muy cercana a la del sexenio pasado. Veo a los panistas gritar por todos lados que se oponen a la invitación que López Obrador hizo a Nicolás Maduro, presidente de Venezuela “porque es un asesino y un dictador”; pero todos los panistas tienen la mano metidas en la bolsa para que no se les vea que están llenas de sangre. La realidad es que esos prianistas con la boca llena de estiércol no deberían abrir la boca en ningún lugar.
2. ¿Cómo un alto político del PRI, PAN, PRD, pueden hablar a estas alturas de su desprestigio demostrado en las pasadas elecciones, sin que les de vergüenza a pesar de ser conocidos? Espero que López Obrador y Morena cubran sus seis años sin llegar al nivel de que en vez de saludarlos haya que huir de ellos. Lo que sucede es que el PAN –el partido más derechista y pro fascista de México- mientras hace campaña contra Maduro la hace contra López Obrador; además de recibir un fuerte apoyo en los medios de información. Me he topado el día de hoy con entrevistas anti-Maduro muy derechistas y reaccionarias de Loret de Mola en Venezuela desesperado por decir que Maduro es igual que López Obrador.
3. Los EEUU, los empresarios y medios de información mexicanos han arreciado su campaña contra Venezuela, aunque lo más seguro es que sea contra López Obrador. Esto me hace recordar la gran reunión de Argentina a la que acudió el presidente mexicano Fox –la realidad actuando como perrito faldero- para defender el ALCA que Bush quería imponer. Después de ser despedazado con mil argumentos por Chávez, Kirchner y Lula, salió el pobre de Fox aullando como si le hubiesen dado un pisotón. La campaña actual contra Maduro del PAN y del PRI, para reenganchar clientela política, en realidad es contra AMLO.
4. La derecha nunca dejó de llamar dictador a Hugo Chávez y así continúa llamando a Maduro por el hecho de oponerse a la terrible explotación y al saqueo empresarial en Venezuela. Lo mismito pretende hacer la derecha con López Obrador con el calificativo de “dictador” que desde 2006 comenzó a cargar acusando que era “igual que Chávez; pero sobre todo sobre todo a partir de que una consulta echó atrás el aeropuerto de Texcoco. Parece que con ello se busca que López Obrador haga lo que los empresarios y la derecha quieren. La izquierda real dice lo contrario: López Obrador es un suavecito, muy conciliador, porque se deja de la derecha.
5. Esas cámaras de diputados y senadores, encabezadas por los mejores tribunos de Morena, Noroña y Salgado, no deben dejar pasar a esa recalcitrante derecha que va con todo; no podrán permitir que López Obrador retroceda ni un centímetro. Espero que los jóvenes combativos de las “redes sociales” sigan tan activos como hoy buscando multiplicarse. Maduro será bienvenido en México porque no es ningún dictador, sino víctima del imperio yanqui y otros gobiernos burgueses de la zona que lo han bloqueado para desprestigiarlo y darle un golpe de Estado. Si desinvitan a Maduro, también deben hacerlo con los gobiernos multiasesinos de Fox, Calderón y Peña.
Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Tras una elección histórica, comienza el trabajo de verdad


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Tras una elección histórica, comienza el trabajo de verdad

 

 


“No alcanzan las palabras para expresar mi gratitud con cada activista, cada pequeño donante, con los padres y madres trabajadores y los soñadores que ayudaron a que este movimiento sea posible”. Estas son las palabras que Alexandria Ocasio-Cortez dirigió a la multitud eufórica que se congregó en la noche de las elecciones para celebrar su victoria para ocupar una banca en el Congreso por el estado de Nueva York. “Esto es exactamente eso, no una campaña ni un día de elecciones, sino un movimiento; un gran movimiento por la justicia social, económica y racial en Estados Unidos de América”.
Alexandria Ocasio-Cortez, llamada “AOC” por sus seguidores, es la mujer más joven en ser electa para el Congreso estadounidense. Esta millennial de 29 años de edad, de ascendencia puertorriqueña, nacida en el Bronx, es una orgullosa integrante de la organización “Demócratas socialistas de Estados Unidos” y marca un punto de inflexión crucial en la política electoral estadounidense. En el contexto de la violencia del nacionalismo blanco vinculada a la presidencia de Donald Trump, las elecciones de mitad de mandato de 2018 marcan el ingreso a la arena política de una serie de representantes electas que representan más que nunca la diversidad del país.
Si bien el Partido Republicano aumentó su mayoría en el Senado de Estados Unidos, los demócratas lograron obtener el control de la Cámara de Representantes. Varios resultados siguen sin definirse, como la contienda altamente peleada e intensamente monitoreada para el cargo de gobernador de Georgia entre los candidatos Stacey Abrams, quien se convertiría en la primera mujer gobernadora afroestadounidense del país, y el republicano Brian Kemp, que se negó a renunciar al cargo de secretario de estado de Georgia, función que implicaba supervisar las propias elecciones en las que era candidato. Kemp, quien está siendo demandado a raíz de su campaña racista de supresión de votantes, está algunos puntos por delante en lo que va del escrutinio, pero aún faltan miles de votos por contar y Abrams se niega a conceder la derrota:
“La democracia funciona solamente cuando trabajamos por ella, cuando luchamos por ella, cuando la exigimos. Y hoy, al hacer fila durante horas para encontrarnos en las urnas, es que hacemos que la democracia funcione. Esta noche estoy aquí para decirles que todavía quedan votos por contar. Hay voces que esperan ser escuchadas. En todo el estado hay compañeros y compañeras abriendo los sueños de miles de votantes y las papeletas de los votos en ausencia, y creemos que nuestra oportunidad de una Georgia más fuerte está al alcance de la mano. Pero no podremos tomarla hasta que se escuchen todas las voces. Y esta noche les prometo que nos vamos a asegurar de que se cuente cada voto”.
Las elecciones estadounidenses de mitad de mandato de 2018 dieron lugar a varios casos de “primera vez”. A nivel nacional, una cantidad histórica de mujeres se postularon para cargos públicos. Esta es la primera vez que la composición del Congreso contará con más de cien mujeres. La maestra de Connecticut Jahana Hayes y la concejala de Boston Ayanna Pressley se convirtieron en las primeras mujeres afroestadounidenses en representar a sus estados en el Congreso. Sylvia Garcia y Veronica Escobar se convirtieron en las dos primeras latinas electas para representar a Texas en el Congreso. En la mañana de las elecciones, en el distrito de Escobar, El Paso, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos inició un ejercicio inesperado de “control de multitudes”, solo para cancelarlo abruptamente tras una protesta pública por el aparente intento de intimidar a votantes de la comunidad latina.
Deb Haaland, de Nuevo México, y Sharice Davids, de Kansas, se convirtieron en las primeras mujeres indígenas estadounidenses elegidas para el Congreso. Davids también es lesbiana y anteriormente practicaba kickboxing profesional.
Rashida Tlaib e Ilhan Omar son las dos primeras mujeres musulmanas electas para el Congreso. Tlaib, activista de Detroit que va a ocupar el escaño de John Conyers, será la primera congresista palestino-estadounidense. Ella afirma que llevará su megáfono a Washington y declaró a sus partidarios: “Los voy a honrar de muchas maneras, no solo a través de mi servicio, sino luchando contra cada estructura opresiva y racista que deba ser desmantelada, porque ustedes se merecen algo mejor”.
La legisladora de Minnesota Ilhan Omar es la primera somalí-estadounidense electa para el Congreso. En su discurso de victoria, Omar expresó: “Estoy aquí ante ustedes esta noche como congresista electa, en este acontecimiento que engloba varias primeras veces: soy la primera mujer de color que representa a nuestro estado en el Congreso, la primera mujer en usar hiyab … [y] la primera refugiada electa para ocupar una banca en el Congreso”.
Estas mujeres son solo una parte de los agentes de cambio en salir victoriosos en las elecciones de mitad de mandato de 2018. Muchas de ellas apoyan políticas progresistas como “Medicare para todos”, un salario mínimo federal de 15 dólares la hora, una universidad libre de deudas estudiantiles y una reforma migratoria integral, y están profundamente preocupadas por el cambio climático.
Sí, las bases sacudieron a los de arriba, pero aún está por verse si el peligroso cambio de nuestro país hacia el autoritarismo se logra sacudir desde sus cimientos. El presidente Donald Trump representa un muro, tanto literal como figurativamente. Las elecciones de mitad de mandato de este año convirtieron al muro en una puerta. El hecho de que esa puerta se abra o se cierre de golpe no depende solamente de las representantes electas, sino también de las personas que las colocaron allí. Estas elecciones no son un fin en sí mismas. En tiempos como estos es cuando los movimientos sociales pueden tener un mayor efecto.
Más de 110 millones de personas votaron, muchas más que en las últimas elecciones de mitad de mandato. Sin embargo, la otra mitad de ciudadanos habilitados para votar ha quedado fuera de las elecciones, ya sea por voluntad propia o por haber sido excluidos debido a las tácticas de supresión de votantes cada vez más generalizadas que se están implementando en todo el país. Los movimientos sociales responsables de este histórico resultado electoral para las mujeres y para la diversidad también deben trabajar para aumentar el compromiso, la concesión del derecho al voto y la participación electoral. Una de las campañas exitosas más importantes de esta semana fue la aprobación de la Enmienda 4 de Florida, que restablece el derecho al voto a 1,4 millones de floridenses que fueron condenados por delitos graves no violentos. Es uno de los mayores actos de concesión de derecho al voto desde que las mujeres obtuvieron el derecho a votar en 1920 y debería ampliarse a todo el país.
Ahora, a medida que esta cantidad sin precedentes de mujeres recientemente electas vayan asumiendo sus cargos luego de arduas campañas, comienza el trabajo de verdad.

© 2018 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/2018/11/9/eeuu_tras_una_eleccion_historica_comienza

Terminator y la distopía 4.0


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 Terminator y la distopía 4.0

 

 


La robotización va hacer desaparecer millones de empleos. Ese es el nuevo mantra que los economistas del sistema repiten machaconamente y que tiene como objetivo presentar como problema lo que bien pudiera ser una solución. Pero no adelantemos acontecimientos y analicemos la película por partes.
Terminator entra en acción
El año 2013 los profesores de la Universidad de Oxford C.B Frey y M.A. Osborne presentaban un trabajo titulado The future of the employment en el que alertaban que “de acuerdo con nuestras estimaciones el 47% de los empleos están en riesgo” (Frey y Osborne, 2013). En este famoso y emblemático trabajo se anunciaban de forma dramática la desaparición de un buen número de ocupaciones y, por si fuera poco, correlacionaron negativamente salario y computarización. O dicho de otra forma, que los procesos de robotización iban a generar, también, la disminución de los salarios. Terminator entraba fuerte en escena disparando, sin contemplación alguna, contra empleos y salarios.
Obviamente, el debate sobre las consecuencias del desarrollo tecnológico en el empleo no es nuevo y podemos recordar, por ejemplo, al movimiento ludita del siglo XIX destruyendo las máquinas que supuestamente iban a acabar con el empleo. Lo cierto es que la tecnología siguió avanzando y el número de personas empleadas también.
Ahora, sin embargo, el anuncio sobre la amenaza tecnológica o de la robotización no proviene de la clase trabajadora. Son los economistas e instituciones económicas del establishment las que de forma permanente nos acribillan con informes que vienen a recordarnos que Terminator 4.0 está a la vuelta de la esquina.
Por ejemplo, el informe Industria 4.0: Global Digital Operations Study 2018 realizado por la consultora PwC para 27 países hablaba del fuerte efecto que iba a tener la automotización en el empleo y cifraba, por ejemplo, que el 34% de los empleos del estado español iban a ser automotizados para el 2030.
El Foro Económico Mundial que anualmente se reúne en Davos (Suiza) lleva años introduciendo este tema en su programa de debate y con ello, obviamente, pretende extender dicho debate al conjunto de la opinión pública mundial. De hecho, recientemente este mismo organismo acaba de publicar The Future of Jobs 2018 en el que se vaticina la posible pérdida de 75 millones de empleos, aunque también habla de la creación de nuevas ocupaciones. Este trabajo, además, es la segunda edición de un primer informe publicado en 2016 en el que se anunciaba la inmediata pérdida de 5 millones de empleos en cinco años.
Es evidente la intención del foro de los más ricos del planeta por insertar permanentemente este debate en los medios y para ello, bien en forma de informes bianuales o programándolo en sus reuniones anuales, nos recuerdan que independiente de su magnitud, es cosa de tiempo, Terminator viene a por nosotr@s.
Terminator acabará contigo, no te resistas
Durante los últimos años también se han elaborado otro tipo de informes y trabajos que han refutado dicha tesis. Por ejemplo, el trabajo publicado por Wolfang Dauth y otros sobre el tema, para el caso alemán, afirma que “los robots no han tenido un efecto agregado en el empleo alemán” (Dauth y otros, 2017). Claro que para comprender las razones de dicha afirmación, a continuación, señalan que “este efecto parece deberse en gran medida a los esfuerzos de los consejos de trabajo y los sindicatos” (ídem). Obviamente, hay quien no desea que se hable de esta parte y, por tanto, algunos estudios tienen más reflejo que otros en los medios de comunicación.
¿Pero y qué busca el establishment con la publicación de dichos trabajos apocalípticos? Pues ni más ni menos que titulares, por ejemplo, como el publicado por El País en noviembre del 2017: “La robótica eliminará hasta 800 millones de empleo en el 2030 (El País, 2017). Y si alguien tiene duda de las intenciones del diario, añado el segundo titular de la noticia que nos alivia la dramática amenaza al decir que si bien Japón, EEUU y Alemania serán los más golpeados por la automatización, “El impacto en México será menor por los bajos sueldos” (Ídem). ¿Bajar los sueldos es la solución?
En este caso el informe fue realizado por la Consultoría Mackinsey Global Institute. Vease la calidad científica del mismo que calculaba entre 400 y 800 millones los empleos que iban a desaparecer. ¿Y qué más da que un estudio de semejantes características se parezca más a una predicción de cualquier adivinador televisivo que a una investigación científica, si lo que buscaban la Consultoría Mackinsey Global y El País era meternos el miedo hasta los huesos?
Dice Marina Garcés que vivimos un tiempo donde todo se acaba, se agota y “ya hace tiempo que se decretó la muerte del futuro y la idea de progreso” (Garces, 2017:14). La pérdida del futuro tiene consecuencias directas en la desaparición de un horizonte que nos marque el camino por donde transitar. Ello, obviamente, tiene consecuencias en nuestra forma de pensar, de reflexionar y, por ende, de actuar. La desaparición del futuro tiene consecuencias hoy, aquí y ahora en la medida que negandonos el poder avanzar, sólo nos queda retroceder o simplemente resistir de forma pasiva ante la que se nos avecina.
La robotización o la digitalización pudieran aparecer como la solución a muchos de nuestros problemas, sin embargo, son presentadas, representadas, como auténticas amenazas con las que resulta inútil combatir. “La fascinación por el apocalipsis domina la escena política, estética y científica. Es una nueva ideología dominante que hay que aislar y analizar, antes de que como un virus, se adueñe de lo más íntimo de nuestras mentes” (Garcés, 2017).
El virus generador de las distopías 4.0 no tienen otro objetivo que negar la posibilidad de nuevas utopías 4.0 que puedan guiar nuestras luchas, nuestros esfuerzos y nuestras vidas.
Los marcos y conceptos del virus terminator
La robotización generará la desaparición de millones de empleos. Ese es el nuevo virus terminator que en forma de marco o frame pretende infectar nuestras mentes para negar una reflexión diferente a la establecida por el capital y sus intereses.
Es suficiente mirar en cualquier navegador de internet para comprobar que los medios del establishment correlacionan negativamente empleo y robotización. Además, lo hacen valiéndose de verbos como desaparecer, amenazar, eliminar, acabar, destruir y que no tienen otro objetivo que fortalecer el mencionado marco. Es verdad que podemos encontrar algún que otro artículo sobre las nuevas profesiones que generará la digitalización, pero el objetivo de dichos artículos es el mismo, en la medida que no niegan la supuesta tendencia global que correlaciona negativamente robotización y empleo. Y claro está, esa relación negativa se extiende a los salarios de donde se deduce que nos dirigimos, inexorablemente, a una sociedad dual con dos grandes tipos de empleos: unos pocos muy bien remunerados y otros, la mayoría, muy mal retribuidos. Y sigue Terminator acabando con todo tipo de esperanza; ni empleo, ni sueldo digno.
¿Pero y por qué es tan importante para el establishment taladrar nuestras mentes con dicho marco? El conocido sociólogo y promotor del Frame Analysis afirmaba lo siguiente: “el marco organiza algo más que el significado; organiza también la participación...los participantes normalmente no sólo adquirirán un sentido de lo que está pasando, sino que también (en cierto grado) quedarán espontáneamente absorbidos, enganchados, cautivados” (Goffman, 2006:359)
Ese, y no otro, es el objetivo del marco estudiado: engancharnos a una lógica sin solución. Una ecuación donde a la gran mayoría de los y las ciudadanas de a pie no les queda otro remedio que resignarse ante dicha evolución y aceptar, entre otras cosas, jornadas de 40 horas o más, bajadas de sueldo y un sistema socialmente injusto sin precedentes.
Se puede plantear, con absoluta lógica que la robotización y la digitalización debieran dar pie, directamente, a la reducción de la jornada laboral, pero, obviamente, al capital no le interesa dicho debate. Como está ocurriendo, le es mucho más rentable extender la utilización de los contratos parciales involuntarios, con sueldos miserables, que aceptar una lógica e histórica reducción de la jornada laboral debida a los avances tecnológicos.
En La Vigencia de El Manifiesto Comunista, reflexionando sobre el tema, Zizek se pregunta si “no es esta amenaza una buena razón para reorganizar la producción de manera que los obreros trabajen menos? En pocas palabras, ¿no es este problema su propia solución?” (Zizek, 2018:14). ¿Y por qué nos presentan como problema lo que bien pudiera ser una solución?
Pero, además, hay otras razones importantes por las que machaconamente el poder económico y financiero mundial, nos repite mediante sus voceros que la robotización destruirá “empleo”. Si, ellos siempre dicen empleo, porque saben, cómo sabemos tod@s, que los robots lo que hacen es disminuir el “trabajo”. Si, las palabras importan. Y si, además, son elementos principales de los marcos mentales que pretenden condicionar nuestros marcos de reflexión y acción, las palabras importan mucho más.
Utilizar empleo y no trabajo, deja fuera de nuestro marco reflexivo el trabajo no remunerado. Utilizar empleo y no trabajo deja fuera la economía de los cuidados. Utilizar empleo y no trabajo posibilita hablar, como mucho, del reparto del empleo, pero en ningún caso del reparto del trabajo.
Pero, todavía, hay más. Dice Amaia Pérez de Orozco que la diferencia entre una economía de género y una economía feminista es que la primera tiene como objetivo integrar la mirada del feminismo en los conceptos ya establecidos de la economía. Sin embargo, para la economía feminista “pensar e intervenir sobre la economía implica cambios de mayor calado que, a menudo, conllevan rupturas conceptuales, metodológicas y políticas” (Pérez Orozco, 2014:44).
Ese es, precisamente, el objetivo principal del virus terminator 4.0: negar la posibilidad de rupturas conceptuales y metodológicas que pongan en cuestión el discurso mayoritario de una ciencia económica que, desgraciadamente, se ha convertido en la ideología legitimadora básica y fundamental del sistema. El reto, por tanto, pasa por pensar, re-pensar, poner en cuestión sus conceptos, sus marcos y el conjunto de su modelo económico y social.

¿Y si empezamos a imaginar una utopía 4.0?
Nos dirigimos a una sociedad donde la robotización y la automatización se van a extender. Si, de acuerdo. Pero también nos dirigimos a una sociedad donde las personas mayores cada día van a ser más y donde la economía de los cuidados va ir en aumento. ¿Por qué se oculta este segundo marco? ¿Por qué se prestigia la digitalización y no el cuidado de las personas? ¿Cómo afecta todo ello al reconocimiento de dichos trabajos y con ello a sus sueldos? ¿Qué efecto tiene todo ello en la brecha salarial entre mujeres y hombres? ¿Si la robotización puede generar la disminución o desaparición de muchos trabajos, por qué no re-enmarcamos el debate y hablamos del reparto de trabajo tanto en las denominadas esferas productivas y reproductivas? ¿Y por qué no dejamos de presentar lo reproductivo como algo subalterno a lo productivo? ¿Por qué la revolución digital y la robotización 4.0 no pueden servir para abrir el debate sobre una jornada laboral establecida hace ya cien años y en condiciones tecnológicas totalmente diferentes? ¿Por qué los locales de negocios pagan impuestos (por ejemplo, el I.A.E) y los robots no han de pagar impuestos? ¿Y por qué, en definitiva, no pensamos, y re-pensamos, la economía para repartir todo el trabajo y toda la riqueza y vivir en una sociedad más igualitaria?
Hay quien dirá que para hacer posible todo ello necesitamos una nueva correlación de fuerzas que sea capaz de hacer frente a la concentración de poder (también tecnológico) y a la ofensiva del capital que estamos padeciendo. Efectivamente, sólo desde la recuperación del poder poder político y de la soberanía de los pueblos y de los sectores populares se puede acabar con los procesos de concentración, oligarquización y privatización del poder al que estamos siendo sometid@s.
Los marcos del establishment como el del Terminator 4.0, no solo buscan representar la realidad. Tienen como objetivo último, negar cualquier reflexión o marco alternativo que la pueda transformar. Nuestra función tiene que ser la de re-pensar el marco y ofrecer visiones y propuestas alternativas que lo pongan en cuestión.
Es posible apostar por la robotización para disminuir el trabajo. Es posible reconocer en forma de empleo y derechos laborales a la economía de los cuidados. Es posible disminuir las horas de empleo para garantizar un mayor reparto del trabajo. Es posible regular laboralmente para garantizar que dicha disminución de horas de trabajo no se traduzca en disminución de salarios. Es posible poner en marcha una fiscalidad progresiva y tecnológica que garantice que los beneficios del revolución 4.0 son repartidos en beneficio del conjunto de la sociedad. Es posible apostar por un sector público fuerte que garantice servicios públicos que prioricen la educación, la sanidad, los cuidados y, en definitiva, la sostenibilidad de la vida. Es posible aprovechar la digitalización para apostar por una banca pública al servicio de la personas y de la economía real. Y, cómo no, es posible apostar por la revolución tecnológica para re-pensar, también, un modelo económico que disminuya la huella ecológica sin límite a la que estamos sometiendo a los recursos naturales.
Todas estas y otras alternativas son posibles, son reales y son materializables. Claro que para ello se necesita, entre otras cosas, ensanchar el marco de lo posible. Se trata de no tragar con ruedas de molino 4.0 y ofrecer un marco, un nuevo horizonte, de transformación económica, política y social hacia el que transitar con ilusión y convencimiento. Como dice Lakoff “el cambio de marco, es cambio social” (Lakoff, 2007:4).
Bibliografía
Dauth, W. y otros (2017): German Robots – The Impact of Industrial Robots on Workers. Institute for employment research. Germany.
El Pais (2017): La robótica eliminará hasta 800 millones de empleos en el 2030. Recuperado: https://elpais.com/economia/2017/11/30/actualidad/1512012918_284848.html
Frey y Osborne (2013): The future of employment: how susceptible are jobs to computerisation. Oxford University. Oxford
Garces, M. (2017): Nueva ilustración radical. Anagrama. Barcelona
Goffman, E. (2006): Frame Analysis. Los marcos de la experiencia. CIS. Madrid
Lakoff, G (2007): No pienses en un elefante. Editorial Complutesen Madrid
Perez Orozco, A. (2014): Subversión feminista de la economía. Traficantes de Sueños. Madrid
Zizek, S. (2018): La Vigencia de El manifiesto comunista. Anagrama. Barcelona.
Joseba Permach Martin es economista y sociólogo. Miembro de Iratzar Fundazioa.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

"La caravana huye de la miseria y de los horrores de los que EE.UU. es responsable"


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"La caravana huye de la miseria y de los horrores de los que EE.UU. es responsable"

 

 


"La caravana huye de la miseria y de los horrores de los que EE.UU. es responsable"
Los migrantes escapan de la violencia y de la pobreza en tres países "que han estado bajo la dura dominación de EE.UU. desde hace mucho tiempo", pero sobre todo desde la década de los 80, destaca el filósofo.
Los integrantes de la caravana de migrantes centroamericanos que se dirigen hacia EE.UU. "huyen de la miseria y de los horrores" de los que Washington es responsable, sostiene el reconocido filósofo, lingüista y activista estadounidense Noam Chomsky.
En una entrevista en Democracy Now, el intelectual subraya que esta caravana "de personas pobres y miserables" huye de "la opresión severa, la violencia, el terror y la pobreza extrema" en Honduras, Guatemala y El Salvador, tres países "que han estado bajo la dura dominación de EE.UU. desde hace mucho tiempo, particularmente desde la década de los 80", cuando las guerras de terror de Ronald Reagan "devastaron particularmente a El Salvador y Guatemala y, en segundo lugar, a Honduras".
"Increíble farsa"
Sobre Honduras, "la fuente más extrema de migrantes en este momento", Chomsky recordó que, si bien siempre fue amargamente oprimido, en 2009 tenía "un presidente moderadamente reformista", Manuel Zelaya, que fue expulsado tras un golpe militar "condenado severamente en todo el hemisferio, con una excepción notable: EE.UU.".
El Gobierno de Barack Obama se negó a llamarlo golpe militar "porque si lo hubieran hecho, la ley los habría obligado a retirar los fondos" del régimen militar que estaba imponiendo un "terror brutal", afirmó el filósofo, agregando que, en consecuencia, Honduras se convirtió "en la capital mundial del asesinato".
Chomsky ve como una "increíble farsa" que la Administración Trump envíe a la frontera miles de militares para detener a esos "pobres, miserables, familias, madres, niños, que huyen del terror y la represión de los que somos responsables". Además, subraya que "los soldados enviados a la frontera superan en número a los niños que huyen", mientras que una "notable campaña de relaciones públicas" asusta a los ciudadanos estadounidenses haciéndolos creer "que estamos justo al borde de una invasión".
"Troika de la tiranía"
Por otro lado, el activista se refirió también a las declaraciones del asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton, que este jueves calificó a Venezuela, Cuba y Nicaragua como "la troika de la tiranía".
Según Chomsky, esta afirmación evoca inmediatamente el discurso del "eje del mal" de George Bush en 2002, que "sentó las bases para la invasión de Irak, el peor crimen de este siglo con horrendas consecuencias". Para el filósofo, la "troika", al igual que el "eje del mal", son aquellos "que sencillamente no obedecen las órdenes de los Estados Unidos".
Fuente: http://actualidad.rt.com/actualidad/294340-chomsky-caravana-migrantes-eeuu-responsable

Las empresas de EE.UU. roban cada año 180.000 millones de dólares al resto del mundo


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Las empresas de EE.UU. roban cada año 180.000 millones de dólares al resto del mundo

 

 


Las empresas de EE.UU. roban cada año 180.000 millones de dólares al resto del mundo
¿Son los paraísos fiscales un asunto indignante pero tangencial? ¿O tienen un efecto poderoso sobre el funcionamiento de la economía estadounidense y deberían por tanto formar parte de cualquier debate político?
Las alarmantes conclusiones de un nuevo estudio académico indican que se trata más bien de esto último. Titulado “The Exorbitant Tax Privilege” (El exorbitante privilegio de los impuestos), son sus autores Thomas Wright y el economista de la Universidad de California en Berkeley Gabriel Zucman, una de las principales autoridades mundiales sobre paraísos fiscales y autor de la mejor introducción al tema para legos en la materia: “La riqueza oculta de las naciones”.
Los paraísos fiscales (entre cuyos ejemplos más notorios se encuentran Irlanda, Singapur, Suiza, Países Bajos, Luxemburgo, Hong Kong y Bermudas) sirven para dos propósitos.
El primero es la evasión fiscal para particulares, que es ilegal. Pensemos en los plutócratas rusos o nigerianos transfiriendo sus activos a pequeñas islas caribeñas con leyes estrictas sobre el secreto bancario, gracias a lo cual se libran de la tediosa necesidad de pagar impuestos en su propio país.
El segundo es la elusión fiscal para las grandes compañías multinacionales que resulta totalmente legal, siempre que los abogados hagan bien su trabajo. Imaginemos a Apple utilizando diversas artimañas contables para declarar que miles de millones de sus beneficios generados en países con una legislación tributaria normal para las empresas en realidad provienen de Irlanda, donde Apple ha negociado un tipo de impuesto especial del 2 por ciento para su compañía. (En alguna ocasión, Apple ha ido incluso más lejos al afirmar que parte de sus beneficios no provienen de ningún país).
En su libro, Zucman hace una estimación conservadora según la cual la evasión y la elusión fiscal trasladan cientos de miles de millones de dólares procedentes de impuestos impagados a los bolsillos de las personas más ricas del mundo.
El estudio de Zucman y Wright adjudica a las empresas multinacionales parte de la ecuación. Estas son algunas de sus principales conclusiones:
* En 1970, las multinacionales estadounidenses afirmaban que menos del 10 por ciento de sus beneficios se generaba en paraísos fiscales. Esa cifra asciende ahora a la descabellada suma del 50 por ciento. Es decir, que las compañías estadounidenses quieren que creamos que casi la mitad de su actividad económica se produce en lugares como las Islas Caimán. Goldman Sachs, por ejemplo, cuenta con 511 filiales allí, pero ninguna oficina.
Por el contrario, las multinacionales europeas suelen admitir que menos del 20 por ciento de sus beneficios proceden de paraísos fiscales. Las compañías de EE.UU. participan de este chollo por obvias razones: según la investigación, pagan un promedio del 27 por ciento de los beneficios en los países “normales” y un 7 por ciento en los paraísos fiscales.
* La fraudulencia pura y dura de los paraísos fiscales ha alcanzado niveles descarados. Un claro indicador de si una compañía multinacional tiene una auténtica actividad económica en un país es la ratio entre beneficios reportados y salarios pagados: cuanto mayor es la ratio, más evidente es que los beneficios se atribuyen a actividades realizadas en dicho país a causa de su baja fiscalidad. En los países con una fiscalidad adecuada, la ratio promedio es del 36 por ciento, es decir, las empresas reportan 36 centavos de beneficios antes de impuestos por cada dólar pagado en salarios. Por el contrario, la ratio asciende a la increíble cifra del 800 por ciento para las multinacionales extranjeras en Irlanda y hasta un estratosférico 1.625 por ciento en Puerto Rico.
* Durante décadas, gracias en parte a los paraísos fiscales, tanto los tipos impositivos reglamentarios como los efectivos se han ajustado a la baja una y otra vez en todo el mundo. Desde comienzos de los noventa, el tipo al que cotizan los beneficios en el extranjero las multinacionales no petroleras de EE.UU. ha caído del 35 al 20 por ciento.
* Igualmente, el tipo impositivo que pagan las compañías de EE.UU. a los gobiernos extranjeros se ha desplomado desde una media del 70 por ciento antes de la Guerra del Golfo de 1991 hasta un 45 por ciento a partir de entonces, un fenómeno peculiar que, según Zucman y Wright, puede reflejar “un regreso a la protección militar que otorga Estados Unidos a los estados petroleros”. (Las tasas impositivas para las multinacionales petroleras suelen ser mayores que las de otras empresas porque los estados dependientes de hidrocarburos tienen mayor capacidad de influencia. Ivanka Trump, por ejemplo, puede trasladar la producción de su línea de calzado de Bangladesh a Etiopía, pero Exxon no puede amenazar con trasladar un proyecto de extracción petrolera de los Emiratos Árabes a Bélgica). Además, las multinacionales petroleras estadounidenses producen increíbles beneficios: de 1966 a 2010, sus beneficios en el extranjero antes de impuestos representaron más de un tercio del total de beneficios de las multinacionales con sede en EE.UU. en el extranjero.
El poder global de EE.UU.
Si consideramos todos estos aspectos, podemos concluir que los paraísos fiscales desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento del poder global de Estados Unidos. Durante décadas, este país ha comprado a otros mucho más de lo que les ha vendido, y su deuda externa es muy superior a la de cualquier otro país (alrededor de 8 billones de dólares, equivalente a más del 40 por ciento de su producto interior bruto). Estos 8 billones son la diferencia entre los 35 billones de inversión extranjera en activos estadounidenses y los 27 billones de inversión estadounidense en activos extranjeros.
Dentro de una lógica económica normal, esto significaría que cada año gran cantidad de dinero saldría de la economía estadounidense, cuando los extranjeros recogieran sus beneficios sobre los activos estadounidenses. Sin embargo, de alguna manera, la rentabilidad conseguida por el capital estadounidense de sus activos extranjeros es muy superior a la rentabilidad del capital extranjero por activos estadounidenses. El dinero continúa fluyendo hacia Estados Unidos.
Zucman y Wright calculan que casi la mitad de la diferencia entre la rentabilidad de las inversiones estadounidenses en el exterior y la rentabilidad del capital extranjero en EE.UU. puede atribuirse a tipos impositivos anormalmente reducidos para las multinacionales estadounidenses, lo que a su vez se explica por el poder de EE.UU. y por los paraísos fiscales. Si sus conclusiones son correctas, estos exorbitantes privilegios fiscales se traducen en unos 180.000 millones de dólares anuales, o el equivalente al 1 por ciento de PIB de EE.UU. (Si el 1 por ciento no le parece gran cosa, recuerde que durante la pasada década la economía estadounidense creció entre el 1,5 y el 2,5 por ciento anual). Si la economía mundial fuera más justa, este dinero habría ido a parar, a través de los impuestos, a gobiernos extranjeros de países que no son paraísos fiscales. Sin embargo, ha terminado en los bolsillos de las multinacionales estadounidenses y de sus accionistas.
Son muchas estadísticas, es verdad, pero que tienen interesantes implicaciones (más allá de las conclusiones del informe de Zucman y Wright). Las consecuencias de los paraísos fiscales se ponen en evidencia en numerosas cuestiones políticas de las que, aparentemente, están desconectadas.
En primer lugar, si las élites estadounidenses fueran suficientemente inteligentes para comprender las implicaciones de los paraísos fiscales –algo que no es obvio en absoluto–probablemente sofocarían cualquier intento serio por eliminarlas. Y no solo porque los ricos posean desproporcionadamente acciones de EE.UU. y se beneficien directamente de la elusión fiscal de la cual gozan las multinacionales de EE.UU. También porque la eliminación de los paraísos fiscales podría reducir los beneficios producidos por nuestros activos extranjeros. Esto, a su vez, forzaría a Estados Unidos a someterse a las leyes normales de la gravedad económica y causaría un debilitamiento del dólar. Lo cual beneficiaría a muchos estadounidenses de a pie porque daría impulso a la industria nacional. Pero resultaría difícil de tragar para las élites, porque un dólar débil convierte a EE.UU. en relativamente más pobre respecto al resto del mundo, y eso reduce nuestro poderío en la escena global. (La eliminación de los paraísos fiscales también reduciría la desigualdad interna en EE.UU. al reducir los beneficios empresariales).
Además, está el hecho de que la caída de los tipos impositivos a sociedades de las últimas décadas no ha terminado. Antes de la aprobación de la reforma fiscal promovida por Trump el año pasado, las grandes empresas estaban teóricamente obligadas a pagar impuestos sobre los beneficios obtenidos en el extranjero cuando los repatriaban a EE.UU. (en la práctica, nunca traían el dinero a casa). Pero el proyecto de ley de 2017 cambió las reglas. Ahora, todo el dinero que las empresas dicen haber ganado en un país extranjero deberá pagar exclusivamente los impuestos a los que les obligue la legislación de dicho país. Así pues, las compañías tendrán todavía más incentivos para engañosamente trasladar sus beneficios a paraísos fiscales.
El proyecto de ley también recorta drásticamente los tipos del impuesto de sociedades, del 35 al 21 por ciento, supuestamente porque EE.UU. tiene que ser “competitivo” con los tipos fiscales de otros países. Este cambio supondrá una presión sobre dichos países, para que reduzcan aún más las tasas del impuesto de sociedades. Cuando lo hagan, las multinacionales se escudarán en ello para demandar nuevas bajadas de los tipos impositivos en EE.UU. Y así sucesivamente.
También surge el tema de quién tiene el poder dentro de las relaciones entre EE.UU. y Arabia Saudí, puesto de manifiesto tras el asesinato de Jamal Khashoggi. Algunos expertos han afirmado con toda confianza que como la producción de petróleo saudí es ahora inferior a lo que era, ya no les necesitamos tanto. Pero a las élites estadounidenses no les importa la influencia saudí en el precio del petróleo, sino la participación estadounidense en la extracción y refinado de todos los hidrocarburos del Golfo Pérsico. Si Estados Unidos rompiera de verdad con Riad, los saudíes y sus aliados petroleros del Golfo podrían castigar a las multinacionales petroleras de EE.UU. acudiendo a sus homólogas rusas.
Veamos el caso del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, que si adquiriese el estatus de Estado dentro de EE.UU. probablemente incrementaría el poder del Partido Demócrata en el Congreso. Puerto Rico ha sido durante décadas un paraíso fiscal para la industria farmacéutica y, más recientemente, ha intentando promocionarse como paraíso fiscal para individuos superricos. Si Puerto Rico adquiere estatus de Estado, tanto las grandes compañías como muchos gestores expatriados de fondos especulativos se verían obligados a cotizar según los tipos impositivos estadounidenses, por lo que cabe esperar que ambos grupos ejerzan una enorme presión para evitar que eso llegue a ocurrir.
Impuestos frente a viruela y golf
En definitiva, la continua propagación de los paraísos fiscales por todo el mundo debería preocupar a los economistas –y no solo a los atípicos como Zucman–, ocupar primeras páginas en los periódicos y atraer la atención de todo el mundo. Pero no es así. ¿Por qué?
Hace casi cien años, el mordaz misántropo H.L. Mencken escribió un artículo sobre los economistas académicos. El tema de la fiscalidad, afirmaba Mencken, “mantiene siempre su actualidad; afecta a nueve de cada diez personas más que la viruela o el golf, y guarda en su interior el mismo dramatismo”. Sin embargo, seguía Mencken, los economistas han creado los impuestos y la economía, en general, nos parece tremendamente aburrida.
Esto sucede, según Mencken, porque a diferencia de otros estudios académicos (como las matemáticas, la arqueología, la gramática latina) que no interesan a los superricos, la economía “afecta directamente a los patronos de los profesores [...] Es, en pocas palabras, la ciencia que estudia las maneras y los medios conforme a los cuales han llegado a ese estatus, y se mantienen en ese estatus, en el que pueden contratar profesores y convertirse en sus jefes [...] por encima de prácticamente todo [economista] existe un consejo de administración con sus pies en el mercado de valores y sus ojos en el orden establecido, y dicho consejo se mantiene siempre alerta para detectar herejías en la ciencia sobre la que se basa su existencia”. Los economistas, por tanto, tienen todos los incentivos para ser extremadamente ortodoxos, extremadamente aburridos y no llegar nunca a comunicar “el elemento de interés humano” al resto del mundo.
Somos afortunados de que Zucman y compañía hayan ignorado estos incentivos. “Algunos economistas sienten que la economía solo deber tratar de la eficiencia, y que los economistas no deberían hablar de cuestiones distributivas y de desigualdad”, afirmó Zucman en una ocasión. Se le ha acusado de practicar “economía francesa”, signifique lo que signifique eso. Por suerte, él y sus colegas continúan poniendo el foco en lo que verdaderamente importa y tienen el talento de informarnos de ello al resto de nosotros.
Fuente: https://theintercept.com/2018/10/26/tax-havens-and-other-dirty-tricks-let-u-s-corporations-steal-180-billion-from-the-rest-of-the-world-every-year/
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Netanyahu impulsa un proyecto de ley que impondrá la pena de muerte a los palestinos acusados de "terrorismo"


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 Netanyahu impulsa un proyecto de ley que impondrá la pena de muerte a los palestinos acusados de "terrorismo"


Netanyahu impulsa un proyecto de ley que impondrá la pena de muerte a los palestinos acusados de "terrorismo"

Lieberman y Netanyahu en una conferencia de prensa, noviembre de 2012. (Foto: Olivier Fitoussi)
El parlamento de Israel, la Knesset, renovará su debate la próxima semana sobre un proyecto de ley que impondrá la pena de muerte a los palestinos acusados ​​de "terrorismo", luego de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, anunciaron a principios de esta semana su apoyo para promover el proyecto de ley.
El proyecto de ley fue presentado en 2017 por el partido de derecha de Lieberman, Yisrael Beitenu, y pasó una primera lectura en la Knesset con una votación de 52 a 49 en enero de 2018.
A pesar de haberse quedado estancado desde enero debido a la oposición de la agencia de inteligencia interna de Israel, el Shin Bet y el ejército israelí, Netanyahu dijo el lunes a la radio del ejército israelí que la oposición de los organismos de seguridad del país no debe impedir que se apruebe el proyecto de ley.
Lieberman prometió el martes que el proyecto de ley se convertiría en ley, publicando en Twitter: “Después de más de tres años de una lucha obstinada, finalmente la ley de la pena de muerte para los terroristas se presentará al comité de leyes el próximo miércoles (14 de noviembre) y luego para su primera lectura en el Pleno de la Knesset ".
"No nos rendiremos ni nos detendremos hasta completar la misión", continuó. Lieberman -quien en 2017 pidió que se impusiera la pena de muerte a un palestino de 19 años que apuñaló y mató a tres colonos israelíes- y otros políticos de derecha han argumentado anteriormente que el proyecto de ley actuaría como un elemento disuasivo para los palestinos que cometen ataques contra los israelíes.
Aunque Israel abolió el uso de la pena capital como castigo por asesinato en los tribunales civiles en 1954, en teoría todavía puede aplicarse a los casos de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad, genocidio, traición y crímenes contra el pueblo judío.
La última ejecución llevada a cabo por Israel tuvo lugar en 1962, cuando el criminal de guerra nazi Adolf Eichmann fue ahorcado.
Sin embargo, conforme a la ley militar israelí, el sistema bajo el cual los palestinos son acusados ​​y juzgados contempla la pena capital que puede aplicarse a una persona condenada por matar a un israelí, aunque requiere un fallo unánime de un tribunal con tres jueces, según Addameer, el organismo que trabaja por los derechos de los presos palestinos.
Además, la ley actual tal como está vigente requiere que el fiscal militar solicite la pena de muerte, algo que no se ha registrado como que sucedió antes.
El proyecto de ley actual que se propone reduciría el umbral de la ley actual y requeriría una mayoría simple entre tres jueces. También prohibiría la conmutación de una sentencia de muerte y no requeriría que el fiscal militar solicitase dicha pena.
Según Addameer, el proyecto de ley incluirá una enmienda que también permitiría a los tribunales penales israelíes dictar sentencias de muerte.
En una declaración del lunes, Addameer expresó su preocupación de que, de ser aprobado, el proyecto de ley generará un aumento en los casos en que se solicite la pena de muerte, y agregó que "representará una contravención de las obligaciones de Israel en virtud del derecho internacional e irá en contra de las normas internacionales aceptadas".
"En virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 6, la pena de muerte no se puede imponer en los casos en que no se ha garantizado un juicio justo", señaló Addameer, y agregó que el sistema de tribunales militares de Israel "ha demostrado ampliamente que no cumple con los estándares internacionales de un juicio justo y por lo tanto no puede dictar la sentencia de muerte".
Los tribunales militares israelíes tienen una tasa de condena autorizada del 99,74% y los grupos de derechos humanos los han denominado kangaroo court (tribunales arbitrarios, N. de E.)
Los grupos de derechos locales han argumentado que si bien los tribunales se establecieron para trabajar en conjunto con las instituciones locales, se utilizan en cambio como una herramienta de dominación y la extensión de la soberanía israelí al territorio permanentemente ocupado.
Actualmente hay 5.640 prisioneros palestinos recluidos en prisiones israelíes, de los cuales 465 están en detención administrativa, 53 son mujeres, 270 son niños y 50 son menores de 16 años.
"Este proyecto de ley representa la continuación de una política de discriminación sistemática del pueblo palestino", dijo Addameer el lunes. "En una situación en la que la potencia ocupante tiene la última palabra sobre sus derechos, el movimiento hacia la incorporación de la pena de muerte representa una grave infracción para el pueblo palestino".
Las autoridades israelíes han sido criticadas durante mucho tiempo por lo que los grupos de derechos humanos han considerado políticas de "castigo colectivo" contra los palestinos acusados ​​de "ataques terroristas" y sus familias, que se lleva a cabo en forma de demoliciones punitivas de hogares y la cancelación de los permisos israelíes de trabajo
A pesar de argumentar que las demoliciones punitivas domésticas y políticas similares de castigo colectivo disuaden a los palestinos de llevar a cabo ataques contra el personal de seguridad y civiles israelíes, la ONG israelí B'Tselem informó de que "el Estado nunca presentó cifras para demostrar que las demoliciones sí lo hacen" es decir, que disuaden a los palestinos de llevar a cabo ataques, ni que tampoco han sido presionados para hacerlo.
"Sin prueba de eficacia, se pierde la justificación utilitaria para una medida tan extrema y perjudicial", dijo la organización.
Fuente: https://mondoweiss.net/2018/11/netanyahu-palestinians-terrorism/
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.