Se filtró una conversación secreta entre Cristina y Maduro: “Me encanta cómo estás manejando la economía, Nicolás”
Por Rodrigo Figueroa Reyes 6 de agosto de 2017
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La
crisis en Venezuela se agudiza. La dictadura chavista reprime a la
población y acumula presos políticos. En medio del caos, Maduro se hizo
tiempo para hablar con Cristina en busca de consejos.
El tema de Venezuela se torna inevitable en plena campaña para entender
qué posición tomarán los candidatos ante la crisis más grande que haya
vivido el país caribeño en toda su historia. Cristina sabe que cualquier
gesto, por pequeño que sea, suma. Y como cada voto cuenta, esta
semana se dedicó a fortalecer los lazos con ese 5% de fundamentalistas
del kirchnerismo que ven al eje formado por Cuba y Venezuela como la
Disneylandia del socialismo. Una semana crítica si sumamos que
el secretario general de la OEA, Luis Almagro, calificó a las elecciones
de la Asamblea Nacional Constituyente como "el fraude electoral más
grande de la historia de Latinoamérica", luego de que la empresa
encargada del recuento de votos denunciara que hubo una grosera
manipulación de los datos por parte del regimen de Maduro y retirara a
todos sus empleados del país.
Acontecimientos que dieron pie a una conversación secreta entre ambos
líderes globales, que mantuvieron a través del teléfono rojo con el que
se manejaban Néstor y Hugo. "¿Pero a qué le debo este honor?, mi querida
Cristina Fernández de Kirchner". La ex mandataria no se quedó atrás:
"¿Necesito algún motivo para saludar a un amigo en tiempos difíciles?".
Maduro
es un caballero y le devolvió la gentileza: "Pues no, señora, de hecho
quiero agradecerle que me llame en medio de las PASO donde está en juego
el futuro de la Argentina ante la amenaza de la dictadura macrista".
Fuentes confiables cuentan que la charla mantuvo un tono cordial, que
cruzaron datos sobre los comicios del pasado domingo donde el régimen
chavista asegura haber obtenido 8 millones de votos y la oposición
denuncia que no fueron más de 1.8 millones. "¿A quién puede importarle
esa mínima diferencia? Al imperialismo yanqui y al dictador que tienes
en tu país mi reina. Estoy muy preocupado por ti, Cristina. ¿Hay
suficiente comida en los supermercados?
"¿Cuál
era el botón que tenía que apretar para hacer una conferencia entre
tres?", parece preguntarse Evo Morales, quien se impacienta por
participar de la charla con Maduro y Cristina para tomar medidas en
conjunto por el avance fascista de Macri.
Maduro tocó un tema sensible. Es que Cristina está furiosa con el rumbo
económico del maravilloso país que dejó en manos de este ser sin alma,
quien sólo gobierna para los ricos. "Cómo extraño el cepo cambiario,
Nicolás. No soporto la manía que tiene la clase media de acumular
dólares para gastarlos en Miami. Tenés que verlos a todos en las redes
sociales sacándose fotos en las vacaciones de invierno. ¿A cuánto está
el blue en Venezuela?".
Con evidente orgullo, Maduro le contesta que el dólar oficial ronda los
10 bolívares mientras que el paralelo toca los 16.000, y que la
inflación este año va a estar en el orden del 350%, algo que le hace muy
bien a la economía ya que los billetes queman en las manos. "Pero mirá
vos, están casi iguales a Santa Cruz". A pesar de tener una pésima
relación con su vicepresidente, su figura se hace presente: "Diosdado
está en su salsa, tú conoces a ese malparido. Cuando los medios
opositores nos llaman represores por el uso de ballenas hidrantes para
dispersar las manifestaciones, él les responde que en realidad es el
baño semanal que se merecen esos terroristas".
Ambos ríen a carcajadas, entonces Cristina aprovecha para explicarle
que la situación en Argentina es bien distinta dado que los agitadores
son unos abnegados trabajadores que necesitan taparse la cara y portar
palos ante el avance de un gobierno que va por sus derechos adquiridos. "¿Leíste el comentario de Filmus comparando la represión de Pepsico con lo que pasa en Venezuela?".
Los pocos testigos privilegiados de esta conversación aseguran que fue
el único momento en que Maduro se quebró: "Pues mándale muchos saludos a
Daniel. Lo admiro por su valentía y por esa tenacidad de presentarse
sabiendo que va a salir segundo cómodo. Daniel es un soldado de la
causa, defendiendo el modelo ante la burguesía de la Capital Federal.
Ese muchacho es un ejemplo de derrota digna".
"Me
sobraron 4.000 marines que trajo Obama de Irak que piden a gritos
invadirte. Si no liberas a Leopoldo López te los largo ya", dicen que le
soltó el Presidente de los Estados Unidos en una conversación muy poco
amigable.
Cuando surgió el tema de Donald Trump, hubo un silencio sepulcral. "No
me digas que los rumores son ciertos" le comentó Cristina. Ante una
pregunta directa, una respuesta sincera: "A tí no te puedo mentir mi
amor. Fíjate que el muy descarado me llamó engañado para hablar del
precio del barril de petróleo y apenas le dije 'Jelou Donal' me lanzó
una ráfaga de infamias acerca de que Leopoldo López y Antonio Ledezma
–tu sabes, el alcalde de Caracas- son presos políticos de una dictadura,
cuando lo único que hemos hecho fue sacarlos de sus casas en
plena madrugada en pijama y encerrarlos por esa pésima costumbre que
tienen de opinar del movimiento socialista del siglo XXI sin fundamento
alguno".
Sólo una cosa inquieta a Cristina y está relacionada con el Vaticano.
"Qué raro que no te llamó Francisco, a él que le gusta estar en medio de
todo lo que genere rating". Sabiendo la incidencia que tiene la
Iglesia Católica en un país con millones de fieles, el sucesor de Hugo
Chávez le cuenta que "llegó una carta de la Santa Sede donde dice que
suspenda no se qué pero no debe ser él ya que nunca nos regaña. Lo que espero es que no nos envíe a Gustavo Vera a que nos dé un sermón. Lo prefiero a Trump".
"¿Ve
qué fácil es? Lo suma al Whatsapp y, si no quiere hablar con Maduro, le
puede enviar un mensaje o un audio y él lo recibe al instante", le
explicaron al Papa Francisco, quien prefiere ir a lo seguro: cartas
enviadas por barco, aunque lleguen a destiempo.
Antes de cortar, hablaron sobre un ruidito molesto que se repitió
durante toda la conversación. "Debe ser la CIA" disparó un paranoico
Maduro. "Olvidate, seguro que es Evo que todavía no aprendió a usar el
smartphone que le regalé". Como sea, acordaron que cuando Cristina
vuelva a ser presidente en el 2019 harán una cumbre en la Habana, donde
reunirán a Lula, Evo, Ortega y Raúl Castro para festejar el triunfo de
la Patria Grande. Lo único que podría empañar ese acontecimiento sería
que la justicia empezara a funcionar y terminen presos por delitos que
nunca cometieron. Mientras tanto se permiten soñar. Y sí, en el fondo
son unos idealistas.
Qué gobiernos todavía apoyan al régimen de Nicolás Maduro y cuáles son sus motivaciones
Por Darío Mizrahi 6 de agosto de 2017 dmizrahi@infobae.com
9-11 minutes
Gracias
a una hábil diplomacia inspirada en el modelo cubano, y al reparto de
millones de petrodólares, Chávez construyó una red de alianzas
internacionales que le permitió posicionarse en el mundo. Cuánto de eso
sigue en pie tras el colapso total al que llegó Venezuela con su sucesor
Con el barril de petróleo a un precio récord, y el mundo maravillado ante el llamado giro a la izquierda latinoamericano, a Hugo Chávez le sobraban los dólares y las palabras para recorrer el planeta vendiendo la Revolución Bolivariana.
En el plano global, tejió alianzas con los principales actores del eje
antiestadounidense. A nivel latinoamericano, bloqueó la creación del
ALCA y redujo el papel de la OEA. En su lugar, impulsó la formación de
la Unasur, de la Celac y del ALBA, posicionándose como uno de los
máximos referentes de la región.
A cuatro años de su muerte, la historia es muy diferente.
El petróleo se derrumbó, y el modelo económico que ya mostraba sus
grietas con él al mando terminó en el mayor colapso de la historia
venezolana con Nicolás Maduro a la cabeza. La pobreza y el hambre están hoy muy por encima que antes de la Revolución, y la escasez alcanzó niveles nunca vistos.
Lo que era un gobierno con rasgos claramente autoritarios, pero que se
mantenía dentro de los márgenes de la democracia por su legitimidad
electoral, se convirtió en una dictadura rechazada por la gran mayoría de la población.
En este contexto, el respaldo internacional se empezó a resquebrajar. Gobiernos
de países aliados, como Argentina y Brasil, cambiaron de signo
político. La Unasur y la Celac se volvieron etéreas, y la OEA recuperó
protagonismo como herramienta de presión. En un giro
inimaginable hace sólo un lustro, el Mercosur resolvió el sábado
suspender a Venezuela del bloque. Días antes, muchos países
latinoamericanos habían decidido desconocer a la Asamblea Constituyente
con la que el Gobierno pretende eternizarse en el poder.
Sin embargo, Maduro aún no está solo en el mundo. A pesar de todo, buena parte de la red global montada por Chávez se mantiene. Debilitada, pero sigue en pie. Es
cierto que de los 52 países que fijaron posición sobre la Constituyente
sólo ocho lo hicieron a favor, pero el número de aliados potenciales
podría ser incluso mayor.
"Le quedan muy importantes apoyos internacionales porque el petróleo gana muchos amigos y compra voluntades.
Lo más importante que tiene a su favor es que no hay posibilidad de que
reciba una sanción por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, ya que
Rusia la vetaría", contó Francisco Rojas Aravena, consultor
internacional y rector de la Universidad para la Paz, de Costa Rica,
consultado por Infobae.
"Los aliados se pueden dividir en tres grupos diferentes.Primero están los bolivarianos, del auge de la izquierda en América Latina.
Quedan pocos comparados con los que eran. Cuba es el principal aliado
ideológico, político y económico, y ha sido en muchos puntos artífice de
reformas importantes. Su impronta se ve en el diseño del sistema de
votación para los miembros de la Asamblea. También están Evo Morales en Bolivia, que da un apoyo sin fisuras a Maduro y a la Constituyente, y Nicaragua con Daniel Ortega. Ecuador, en cambio, ha sido un poco más tibio últimamente", dijo a Infobae
Ivan Briscoe, director del Programa para América Latina y el Caribe del
Crisis Group, ONG que busca soluciones pacíficas a conflictos
internacionales.
Otro aliado en América Latina es El Salvador, que si bien no pertenece
formalmente al ALBA, tiene afinidades ideológicas. Entre otras
curiosidades, su presidente, Salvador Sánchez Cerén, mantiene
también una buena relación con Estados Unidos y estuvo recientemente
reunido con Jeff Sessions, fiscal general del gobierno de
Donald Trump. La diplomacia salvadoreña fue muy importante para bloquear
en la OEA una resolución condenatoria contra el régimen chavista.
El
segundo grupo de países está conformado por las islas del Caribe que
Chávez sumó a su coalición internacional a través de Petrocaribe.
Por medio de esa alianza, Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Dominica,
Granada, Haití, Jamaica y San Vicente y las Granadinas —entre otros—
recibieron petróleo subsidiado. "Juegan en bloque y resistieron el intento de condenar a Venezuela
—continuó Briscoe—. No son poderosos, pero son muchos y son claves al
momento de oponerse a una votación en la OEA, que por eso tiene un papel
bastante reducido en la resolución de la crisis".
El tercer grupo es el de los amigos externos al continente americano.
Uno es Irán, con el que Chávez forjó una férrea alianza en tiempos de
Mahmud Ahmadineyad. Las relaciones no son tan estrechas en la
actualidad, pero siguen siendo socios. No obstante, los dos que
verdaderamente importan son Rusia y China.
"En los casos de esas dos grandes potencias hay claros intereses económicos. China es el principal acreedor internacional de Venezuela
y desde muy temprano en la era chavista puso especial atención en las
reservas de crudo extra pesado de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO).
De hecho, China es hoy el único consumidor de Orimulsión, un producto
fósil con patente venezolana que convierte a los bitúmenes venezolanos
en un producto comercializable. Rusia, por su parte, está compitiendo con China por posicionarse como el principal socio en la FPO. La rusa Rosneft es la principal socia de PDVSA en la explotación de crudo, superando a la china CNPC", explicó a Infobae
el politólogo venezolano Víctor M. Mijares, profesor de relaciones
internacionales en la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia.
Si Putin apoyó tan enfáticamente la Constituyente de Maduro es porque el Kremlin no sólo tiene intereses económicos en Venezuela. También es clave la dimensión geopolítica.
"Ha sido evidente el interés de Moscú por contar con puertos y
aeropuertos amistosos en la cuenca del Caribe, siendo Venezuela un
importante vértice en el triángulo que completan Nicaragua y Cuba —dijo
Mijares—. Así lo demuestran las declaraciones y la proximidad de Putin,
pero también las visitas de naves y aeronaves rusas, que han generado
controversia en la región y con Estados Unidos".
El papel de los aliados ante una eventual negociación
"Rusia y China apoyan públicamente al gobierno de Maduro, pero bajo esa
superficie están preocupados por la evidente amenaza de impago. No
confían en el buen manejo de la economía. China ha mostrado preocupación
por las grandes inversiones que hizo, como el tren bala que estaba
construyendo y que abandonó con un 80% del trabajo terminado porque no
estaba recibiendo más dinero. Por eso en estos países hay
actores que, en las condiciones correctas, podrían jugar un papel clave
en convencer al gobierno de llegar a una mediación, porque reconocen que
la situación es insostenible. Si lo hicieran, Maduro no tendría más alternativa que obedecer", afirmó Briscoe.
Por más conveniente que les resulte la permanencia del chavismo, todos
los aliados internacionales se dan cuenta de que la crisis se agrava a
cada momento, y parece difícil imaginar la permanencia de Maduro a largo
plazo. Por otro lado, si la tensión sigue en aumento, las cosas podrían
llegar al punto de una guerra civil, lo que no sería deseable para
nadie.
"Sabemos que el presidente de Colombia, Juan
Manuel Santos, fue a Cuba hace dos semanas para hablar con Raúl Castro
sobre la posibilidad de que haya una mediación entre el gobierno y la
oposición —continuó Briscoe—. Para Cuba es complicado de todos
modos, porque todavía depende de la entrega de barriles de petróleo y
tiene relaciones de dependencia energética con Venezuela".
Ese eventual proceso de negociación tendría que superar dos trabas
fundamentales. La primera es la resistencia de un gobierno que se
muestra dispuesto a todo con tal de permanecer en el poder. La segunda,
en caso de que se consiga lo anterior, es encontrar mediadores en los
que puedan confiar tanto los opositores como los chavistas.
"Depende de las personalidades que propongan los países —dijo Rojas Aravena—. Puede ser que un gobierno que se opone al venezolano proponga como intermediario a una persona con prestigio. También hace falta desarrollar el segundo track de la diplomacia: generar espacio de diálogo con actores no gubernamentales que sean capaces de aportar soluciones".
En cualquier caso, todavía falta para que la alternativa esté sobre la
mesa. Con el nivel de represión que está desplegando el régimen en este
momento, tendrían que pasar muchas cosas antes para hacerlo reconsiderar
su posición.
Permite ver las noticias en menos de un segundo.
Un
grupo de militares protagonizó un alzamiento en el Fuerte Paramacay en
Valencia, estado de Carabobo. La situación habría sido sofocada por
fuerzas del régimen, pero todavía se registra alta tensión en el lugar.
El hombre fuerte del chavismo, Diosdado Cabello, aseguró que se
desplegaron tropas y "activaron planes de defensa"
Estados Unidos tensa la cuerda con China (que se romperá del lado del más débil)
Octubrehttp://www.diario-octubre.com
3 minutes
Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, el aire apesta a
bastante más que una simple guerra comercial. Cuando en Washington
hablan de Corea del norte, se refieren indirectamente a China. Al fin y a
la postre, en 1950 en la Guerra de Corea también combatió el Ejército
Popular de Liberación.
Estados Unidos habla con Pynongyang a través de Pekín, que es el
primer escudo protector de Corea del norte porque los chinos saben que
si Estados Unidos ataca, detrás de los coreanos van ellos. Cuando Nikki
Haley, la embajadora de Estados Unidos en la ONU, dice que el tiempo de
diálogo con Pynongyang se ha acabado está amenazando a China y les dice
que si ellos no son capaces de que Corea abandone el programa nuclear,
lo harán ellos… a su manera, naturalmente.
Lo que Haley quiere decir es lo que dice: que el tiempo de la ONU, su
tiempo, se ha acabado y con él se han ido las demás instituciones
internacionales, incluidas las comerciales, porque las sanciones contra
Corea del norte son una risa total, como bien saben en Washington.
Con lo que están amagando en la Casa Blanca es con sanciones a China,
que es una parte de la campaña electoral de Trump. La reunión de abril
con Xi Jinping en su casa de Florida fue un espejismo. Ahora encima de
lo mesa lo que hay es lo prometido: tarifas aduaneras y cuotas
comerciales, e incluso del cierre del mercado estadounidense, empezando
por el acero, lo que daría puntilla a la Orgnización Mundial de
Comercio.
China tiene un cinco por ciento de la gigantesca deuda de Estados
Unidos, que podría vender. El comercio entre ambos países supera los
500.000 millones de dólares y una caída afectaría al mundo entero.
Las sanciones económicas se han convertido en uno de los capítulos
más importantes de la política exterior de Estados Unidos y convienen
recordar a qué países efecta: Cuba, Rusia, Irán, Corea del norte,
Venezuela… hasta un total de 26 países incluidos directamente en el
programa Ofac, más otros afectados indirectamente en plena “época neoliberal”.
Las sanciones económicas prueban al mundo entero, inluidos sus
propios aliados y socios comerciales, que Estados Unidos no tiene nada
que ofrecer. Las que se han impuesto a Rusia están afectando a Europa y
nada ha sustituido tampoco al fin de la Asociación Trans-Pacífica en
Asia.
Es muy posible que en un futuro inmediato Trump sustituya las
sanciones económicas por aranceles, decretando el fin de la Organización
Mundial de Comercio y de toda la economía mundial tal y como se ha ido
configurando desde 1945, y no cabe olvidar que se hizo en interés de
Estados Unidos, que es el mayor perdedor de este envite.
Prueban un sistema de reconocimiento facial en Berlín
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Por RT Las autoridades de la capital alemana han comenzado las
pruebas de un sistema de reconocimiento facial que combina imágenes
captadas por cámaras de vigilancia con una base de datos de personas y
objetos sospechosos. Una prueba piloto de un sistema de reconocimiento facial automático ha sido puesta en marcha en Berlín, informa Deutsche Welle. En el experimento, que ha comenzado el 1 de agosto, ya se han registrado 250 voluntarios. El sistema guarda dos fotografías de cada uno de los
participantes. Tres cámaras de vigilancia, ubicadas en los accesos de la
estación de tren Südkreuz, registrarán las imágenes de los pasajeros.
Luego, un programa informático comparará los rostros de las grabaciones con las fotos guardadas en la base de datos. Durante la próxima etapa del experimento, el sistema deberá identificar objetos sospechosos, tales como bolsos y maletas olvidadas, alertando inmediatamente a las autoridades. Uno de los propósitos de esta tecnología es identificar a
criminales buscados por la Policía y de esta manera mejorar el nivel de
seguridad en los lugares públicos. Se espera que el sistema sirva para
disuadir a los delincuentes y ayudar en las investigaciones de las
fuerzas del orden. Sin embargo, algunos expertos en privacidad y
protección de datos sostienen que la tecnología de reconocimiento facial
podría violar el derecho a la autodeterminación informativa.
¿Fue ficticia la muerte de David Graiver, el banquero de los Montoneros?
Por Claudia Peiró 6 de agosto de 2017 cpeiro@infobae.com
20-26 minutes
Una
fortuna en tiempo récord, conexiones en lo más alto del poder, vínculos
secretos con la guerrilla, juventud, temeridad y una desaparición
“accidental” –un 7 de agosto, hace 41 años- son los ingredientes del
cóctel de la sospecha
Las dudas sobre lo sucedido con David Graiver, el banquero al que la
organización Montoneros confió una buena parte del millonario rescate
cobrado por el secuestro de los hermanos Juan y Jorge Born, dueños de
una de las cinco grandes cerealeras del mundo, no son nuevas. Pero un
flamante libro de Miguel Bonasso –El hombre que sabía morir
(Sudamericana)- acaba de reflotar la tesis de que Graiver no murió,
sino que vive o vivió otra vida, bajo otra identidad y con otro rostro.
Bonasso escuchó esta teoría, en el año 2011, en la embajada de México en Buenos Aires, de boca del diplomático Juan Miguel Ponce Edmondson, que había sido jefe de Interpol en su país, con quien tuvo el siguiente diálogo:
— ¿Qué piensa, don Miguel, del tema Graiver? ¿Cree que murió?
— No lo sé, dígamelo usted que era jefe de Interpol México…
— Mire, Graiver está vivo, no murió, se bajó en la escala de Houston.
"Así, tal cual, me lo dijo el ex jefe de Interpol México", contó Bonasso a Infobae.
En realidad, la frase le sonó como el eco de algo que ya lo había impactado mucho tiempo antes, cuando, "dos años después del avionazo (sic) en Guerrero", el New York Times
publicó declaraciones del célebre fiscal de Manhattan, Robert
Morgenthau, afirmando que Graiver estaba vivo. Lo del funcionario
mexicano reavivó aquella vieja inquietud y terminó gestando este libro,
explica.
"La peripecia de alguien que aparentemente había muerto, pero no había muerto, me parece fascinante",
dijo el escritor, que ya ha incursionado en este tipo de novelización
de hechos del pasado de los que en muchos casos fue protagonista o
testigo durante su larga trayectoria periodística y como integrante de
la organización Montoneros en los años 70 (Recuerdos de la muerte y Diario de un clandestino, entre otros).
Apenas producido el accidente aéreo en el que Graiver –vivo o muerto-
desapareció de la luz pública, el 7 de agosto de 1976, durante un vuelo
de Nueva York a Acapulco que no llegó a destino, surgieron las primeras
hipótesis sobre una desaparición voluntaria.
La trama del estafador multimillonario que se esfuma simulando su muerte para reciclarse en alguna isla paradisíaca
y disfrutar de su botín es cinematográficamente atractiva pero, aunque
no imposible, difícil de imaginar. Como un testigo protegido, debe
soltar todas las amarras del pasado y, en el caso de Graiver, de su
familia, ya que el accidente sólo le ocurrió a él. Ser un muerto para
todo su entorno pero seguir viviendo.
"Yo sostengo la hipótesis del atentado", responde categórico Juan Gasparini, autor de David Graiver, el banquero de los Montoneros (editado por primera vez en 1990, y reeditado en 2007 y 2010), ante la consulta de Infobae. En su opinión, ya vertida en aquel libro, las versiones sobre una muerte fingida fueron fogoneadas desde el comienzo por los autores
de lo que para él fue en realidad un asesinato. "El contraespionaje
norteamericano sabría echarle arena en los ojos a la opinión pública",
escribe y enumera las maniobras: el cráneo de Graiver fue separado del
torso para generar duda sobre su presencia en el vuelo, se insinuó que
el avión pudo ser abatido por un rayo, que viajaban más de tres
personas… Y ya por entonces se dijo que el banquero "habría aprovechado la escala en Houston para evaporarse, siendo visto en días posteriores en Miami, España, Cuba, Bolivia, Guatemala, Israel o detrás de la Cortina de Hierro".
No es que David Graiver no tuviera motivos para una fuga
de este estilo, como se verá, pero sus apuros no eran todavía críticos y
su personalidad no encuadraba con una fácil rendición. Puede decirse que la muerte o la desaparición voluntaria de Graiver desencadenó la quiebra de su grupo y no al revés.
Cuando el avión privado en el que viajaba como único pasajero junto a
dos pilotos estadounidenses se estrelló contra una ladera en serranías
del estado de Guerrero, David Graiver tenía tan sólo 35 años,
pero ya había construido una multinacional de 200 millones de dólares,
con base en Argentina y ramificaciones en Suiza, Bélgica, Israel y
Estados Unidos.
En 1969, a los 28 años, había comprado su primer banco, el Banco Comercial de La Plata,
con el fin de salvar de la quiebra a la inmobiliaria de su padre, Juan
Graiver. Desde ese momento, no se detuvo. Con el tiempo, el Comercial de
La Plata sería el primer corresponsal del Banco Nacional de Cuba. Luego adquirió el Banco de Hurlingham que se convertiría en el banco de la colectividad judía.
Graiver no sólo salvó el negocio de su padre sino que lo expandió hasta
convertirlo en un grupo con acciones en una treintena de empresas y con
una gran diversidad de negocios. Que llegarán a incluir medios, como el
canal 2 de televisión y, más tarde, el diario La Opinión de Jacobo
Timmerman. Y, en 1973, Papel Prensa, de reciente polémica. La red bancaria de los Graiver incluso se internacionalizará, con bancos en Israel, Bélgica y Nueva York.
Al talento natural para los negocios, David Graiver le sumaba una
personalidad cautivante y siempre optimista –fundamental para generar
confianza- y vocación por la política. O por el poder.
Pragmático, pasó de ser funcionario del ministerio de Bienestar Social
bajo Francisco Manrique a acercarse al peronismo, a medida que se
vislumbraba que el presidente de facto, el general Alejandro Lanusse,
perdería la pulseada que había encarado con Juan Perón.
Este tránsito lo hizo Graiver de la mano de José Ber Gelbard, el titurlar de la Confederación General Económica
que agrupaba a cerca de un millón de pequeñosy medianos empresarios, y
que era dueño de FATE (neumáticos) y de ALUAR (aluminio), y que más
tarde sería ministro de Economía de Héctor Cámpora y de Juan Perón.
Según Bonasso, Gelbard ("agente doble, triple o cuádruple") era el
verdadero jefe de Graiver. El líder de la CGE hasta mandó a su discípulo
a Puerta de Hierro a conocer a Perón, lo que no le impediría a éste
traicionar a Gelbard, como a cualquier otro cliente.
Es que el joven Graiver era una suerte de Bernard Madoff,
hiperactivo, con una inteligencia especial para los negocios, uno de
esos personajes del mundo de las finanzas a los que no les tiembla el
pulso ni la conciencia a la hora de "trabajar" con el dinero de otros y a
los que, mientras sus audaces apuestas van generando ganancias fáciles,
mucha gente les confía su fortuna personal para un día descubrir que la
estaban depositando en un castillo de naipes cuyas paredes, al
derrumbarse, dejan un interior vacío.
Como el Bobby Axelrod de la serie Billions, también Graiver tenía a su "Wendy Rhoades": en este caso, su propia esposa, la psicóloga Lidia Papaleo, en quien confiaba para que le hiciera la "evaluación" de sus colaboradores o le dijera en quién podía confiar y en quién no.
El libro de Gasparini –también testigo directo
de muchos de estos episodios dado que fue miembro del área de finanzas
de Montoneros- es muy instructivo en cuanto a los manejos de esta clase
de personajes del planeta bancario en general y de los de Graiver en
particular. "Mi OPM es la 'Other People's Money'… ¡hacerse rico con la 'mosca' de los demás!", dice Gasparini que les decía Graiver a los jefes guerrilleros, ironizando sobre la sigla OPM (organización político militar, en la jerga, un sinónimo de Montoneros).
También explica mucho sobre la clase de vínculo que se había
establecido entre el banquero y Montoneros. "Graiver –escribe Gasparini-
se veía como un Rockefeller económico revestido con la ideología de Carter y acondicionado a la Argentina, en las puertas de una gran revolución nacional y popular. Si ERP y Montoneros insurreccionaban a las masas y capturaban el poder, Graiver no perdería el tren de la historia. Los guerrilleros, por su lado, lo consideraban como el único interlocutor de la burguesía."
El vínculo con la organización Montoneros se estableció al parecer por
iniciativa del propio David Graiver, y por contactos de Lidia. "Los busqué por la política, no por la guita. Cuando empezamos a reunirnos, ustedes eran unos secos": es otra frase que Gasparini pone en la boca del banquero.
Más allá de una personalidad aventurera, provenía Graiver de la misma constelación que su mentor, José Ber Gelbard, por lo que ese acercamiento a la guerrilla bien pudo ser una misión –esto no lo dice Gasparini, vale aclarar-, en los tiempos en que nuestro país era uno de los tantos escenarios donde las potencias libraban la guerra que no podían hacerse directamente, a riesgo de una mutua destrucción.
Lo cierto es que se establece un vínculo de confianza –Graiver se reúne
en más de una ocasión con Roberto "el Negro" Quieto, de la conducción
de Montoneros- que llevará a que, en 1975, la organización decida confiarle el manejo de 14 millones de dólares. Era la última cuota del rescate acordado con los Born.
La historia de ese traspaso del botín es de película
(y así la cuenta Gasparini). Con Ginebra (Suiza) como locación. Valijas
repletas de billetes pasaron de manos de los representantes de la
multinacional Bunge & Born a las de dos cuadros montoneros que, bajo
nombres falsos, las depositaron en dos cuentas de bancos diferentes.
Cuando se presentó una dificultad en el "trámite" –los bancos se negaban a transferir luego los fondos a otras cuentas-, David Graiver llamó al delegado del Mossad en la embajada de Israel en Argentina
y ese servicio de inteligencia se encargó de resolver el problema: los
14 millones fueron transportados por vía aérea a Nueva York, la ciudad
en la cual en mayo del 75 David Graiver había decidido instalarse a
medida que la renuncia de Gelbard –unos tres meses después de la muerte
de Perón- y otros acontecimientos le hicieron presentir que el ambiente
se enturbiaría en la Argentina. Allí había comprado el Century National
Bank; la expansión no se detenía.
Pero los verdaderos problemas para Graiver empezaron cuando intenta adquirir un segundo banco estadounidense, el American Bank and Trust (ABT), y la Reserva Federal pone entonces la lupa en él y en sus negocios.
De hecho, cuando se produce el accidente, Graiver llevaba once meses en ese trámite.
Algo inhabitual. Por un lado, la vigilancia del Tesoro americano no le
daba la luz verde para la adquisición pese a los infinitos avales y
llamados de recomendación –de pesos pesados como Nelson Rockefeller o Cyrus Vance– por el otro, en la Argentina, el cerco se cerraba sobre sus amigos clandestinos con y podía trascender de un momento al otro que había estado moviendo dinero mal habido.
De los 28.500.000 dólares que costaron inicialmente los títulos de los bancos –explica Gasparini- 16.825.000 de los CNB y ABT provenían de los fondos que Montoneros había obtenido del secuestro de los Born y de Henrich Franz Metz, de la Mercedes Benz y que luego había "invertido" en el grupo Graiver.
Según Gasparini, la CIA vetaba a Graiver,
pero sin dar razones. Inclusive, dice, la Reserva Federal había puesto
plazo a la Compañía: septiembre de 1976. Si para entonces no aparecían
las pruebas contra Graiver, "con balances del ABT y del CNB en regla,
iba a dar luz verde".
Al parecer, ya el coronel Roberto Rualdes,
del batallón 601, Servicio de Inteligencia del Ejército Argentino,
había pasado el dato a la Inteligencia estadounidense: Graiver
administraba fondos de la "subversión".
Todo esto abona la teoría de que la CIA decidió cortar la carrera
meteórica de Graiver ante lo que consideró un desafío, una burla en sus
propias narices.
"La CIA decidió la ejecución, tomando los recaudos de realizarla fuera de los Estados Unidos. Y disfrazarla de accidente", sostiene Gasparini.
Graiver acostumbraba viajar a México todos los fines de semana donde
estaban instaladas su esposa y su pequeña hija, a la espera de que se le
otorgase a la familia la residencia en USA. Cuando su jornada de
trabajo se extendía demasiado y no llegaba a tomar el vuelo de línea,
contrataba un avión de la empresa Hansa, de Houston, Texas. Aquel
viernes de agosto del 76, voló en un Falcon birreactor, matrícula
N-888-AR, piloteado por el capitán Michael Bann y el copiloto Kevin
Barnes, que también murieron en el accidente.
La tesis de Gasparini es que el sabotaje se produjo en la famosa escala de Houston, en la cual según algunos Graiver se habría bajado. El avión permaneció 47 minutos en el aeropuerto y hasta fue llevado a hangares,
previo descenso de la tripulación y del único pasajero, para una
supuesta revisión. Allí se habrían remplazado los altímetros por otros,
saboteados, para confundir al piloto e impedir un descenso seguro.
Graiver aplicó a los montoneros el mismo método que a todos sus clientes –o víctimas-: los convencía de entregarles sus fondos y se aseguraba de que no pudiesen recuperarlos.
Pagaba los intereses, mientras las cosas marchaban bien. Pero si algo
salía mal, sería imposible para los damnificados resarcirse de las
pérdidas. "Graiver era un financista, si cedía plata era para ganar
más", dice Gasparini.
Por varios meses, la organización político militar cobró mensualmente 196.300 dólares mensuales de
intereses por su "inversión" de casi 17 millones. Caído Graiver, se
hizo evidente que el grupo –o, mejor dicho, el sistema- no sobreviviría
sin él. Su estilo de conducción era muy centralizado, pero además el
tipo de tejemanejes que hacía requería discreción; tanta, que pocos
conocían el dispositivo completo.
Vale un paréntesis para preguntarse por qué una organización millonaria
como Montoneros enviaba a sus militantes a operaciones suicidas como el
copamiento del cuartel de Formosa para recuperar un puñado de fusiles
que podían haber comprado o por qué dejaron a tantos "camaradas" a la
intemperie durante lo más duro de la represión cuando la clandestinidad
forzaba a muchos a dejar casa y trabajo…
La bicicleta de Graiver consistía en prestarse a sí mismo,
haciendo que el ABT otorgase créditos a empresas de su propio grupo.
Así se apropiaba de los fondos de los clientes que se ponían en sus
manos.
Cuando en Wall Street cayeron en la cuenta era algo tarde y los bancos
de Graiver protagonizaron una quiebra cuyo costo fue de 40 millones.
El antes citado fiscal del distrito de Manhattan, Robert Morgenthau,
fue quien inició la investigación para descubrir que casi al 90 por
ciento de los créditos del ABT tenían por destino trece sociedades
ficticias de Graiver. El ABT quebró el 16 de septiembre de 1976.
La viuda de Graiver, Lidia Papaleo, su hermano Isidoro, sus propios padres y varios de sus más cercanos colaboradores serían otras víctimas de esta caída
cuando, tras la muerte del banquero, regresaron a Buenos Aires con la
intención de salvar lo más posible de su patrimonio. Una decisión
temeraria, sobre todo por parte de quien, como la viuda, conocía el
secreto más comprometedor de Graiver.
Pero el deal con
Montoneros no fue el único ni el primer obstáculo: primero, la
dictadura –según Gasparini, a instancias de Alfredo Martínez de Hoz-
había decidido que le convenía controlar Papel Prensa para mejorar, a
través de una prensa amiga, su imagen en los medios. Forzaron entonces a
los Graiver –negándoles el apoyo estatal que necesitaban para salvar la
empresa- a ceder sus acciones a los diarios Clarín, La Nación y La Razón.
Gasparini recuerda que esto no era nuevo: Martínez de Hoz reeditaba el método por el cual Gelbard había favorecido la compra de Papel Prensa en 1973 por su protegido David Graiver, tras quitársela al Grupo Civita.
Por otro lado, los militares habían capturado a algunos de los miembros de la organización que conocían el secreto de la relación con Graiver.
Vieron una oportunidad para capturar un botín –o lo que quedara de él-
denunciando la conexión Gelbard-Graiver-Montoneros. Lidia Papaleo, los
demás miembros de la familia, incluyendo los padres de David Graiver, y
varios empleados del grupo, una veintena en total, fueron detenidos
ilegalmente y llevados a Pozo de Banfield, un centro clandestino de
detención, donde fueron sometidos a tormentos para obligarlos a revelar, entre otras cosas, el destino del dinero de Montoneros.
Para evitar problemas futuros, Graiver había puesto un "cortafuego"
legal entre él y Montoneros, mediante una ingeniería de empresas y
prestanombres para no quedar vinculado él mismo a la maniobra.
Todavía Montoneros era una organización poderosa pero no por mucho tiempo más. La dictadura ponía en marcha su plan de aniquilamiento, muy bien servido por la propia conducción nacional que no tomó ninguna medida preventiva sino que puso el cuerpo –el de sus militantes- en una lucha desigual y suicida.
La hipótesis de Gasparini es que la CIA decidió eliminar a Graiver a
instancias de la dictadura argentina. Es posible que sectores del
establishment norteamericano hayan querido escarmentar en la persona del banquero argentino a futuros osados. En todo caso, si esto fue así, lo habrán hecho por sus razones y no por las de terceros.
Graiver jugaba con fuego y desafiaba a interlocutores que no estaban para bromas. Gente que no puede permitir que se la tome por tonta.
Para su viuda, la muerte de Graiver fue un asesinato. Desde los
conflictos presentes, Lidia Papaleo dice que fue por lo de Papel Prensa.
Pero el repaso de los acontecimientos no respaldaría esa versión.
Su hermano, Osvaldo Papaleo, que estaba en prisión cuando se produjo el
accidente aéreo de su cuñado, dice, ante la consulta de Infobae, que se encuentra "más cerca ahora de la tesis del atentado", aunque
advierte que "charlar de algo que pasó hace 40 años es más de opinólogo
que otra cosa". No leyó el libro de Bonasso, aunque sabe de qué se
trata. Sobre la trama, concede que, "para vender libros, es lícito el
argumento".
En efecto, una vida y una desaparición dignas de un thriller político. De hecho, siendo de no ficción, el libro de Juan Gasparini también se lee como una atrapante novela de intriga.
¿Quiso Bonasso poner solamente un anzuelo para el lector o
verdaderamente cree que Graiver vive y que, como postula en el libro,
fue reciclado por uno de los poderes a los cuales sirvió en su vida anterior?
"En principio está logrando tener mucho suceso como novela –se
congratula el autor-. Lo cual no significa que no haya cosas terribles
que prefiguraban incluso, en 1989, el horror al que está llegando México
hoy".
"A diferencia del 'Graiver' de mi novela, Morgenthau decía que estaba vivo en sentido acusatorio.
Se fugó porque hizo un desfalco, se quedó con la guita. Está vivo. Pero
lo dijo muy categórico. Morgenthau no era cualquiera, tenía peso
político, era un fiscal de relieve. Hay notas de aquella época, en Siete Días por ejemplo, que lo ubicaban en Cuba, en Israel… Más o menos como en el caso de Yabrán. Pero de Yabrán estoy categóricamente seguro de que murió. De Graiver, no".
"Gasparini, dice Bonasso, que ha escrito ya dos versiones de Graiver, con buena información, me critica por falsear datos de personajes reales. No es así, es tomar hechos reales para contar otra cosa, para hacer una novela.
Hay cosas que el novelista cambia; si no, no sería una novela, sería
una biografía no autorizada. Categóricamente es una novela. Por eso el
personajes se llama Goldberg y no Graiver".
—Pero, en definitiva, ¿usted tiene sospecha, íntima convicción o certeza de que está vivo?
— Yo no tengo ninguna manera de probar que lo dice Ponce Edmondson es
cierto o no es cierto, o es un invento de Ponce por razones que ignoro.
Pero estoy cumpliendo un poco el paradigma de esa charla que está en el
libro cuando El hombre que sabía morir, dice "hay que tratar de que lo verdadero parezca falso y lo falso parezca verdadero". Y agrega groseramente, perdón, "así los jodemos a todos". Hay una intención irónica, de despiste y de generar una intriga.
—
La tesis sobre quiénes lo protegieron y en qué se convirtió después,
que es la trama de su libro, ¿es lo que usted cree que pudo haber
pasado?
— Sí. Bueno, es un poco el fin de Gelbard, por eso aparece como
personaje en el libro. Gelbard es un personaje importante en el libro.
— ¿Gelbard era un hombre de los soviéticos?
— Sí, sí. Pero era más complejo que eso. A mí la organización
(Montoneros) me mandó a tomar contacto con Gelbard y yo me hice amigo de
él. Fuimos a Moscú en el viaje famoso del 74, y me contó muchas cosas
en el avón y yo dije bueno, no hay duda. Pero Juan Carlos Argañaraz,
corresponsal de Clarín en Madrid, me dijo "es curioso porque es
un tipo pro ruso pero es un patriota". Y sí, su participación en el
gobierno peronista es muy clara y muy correcta. Fue leal a su clase. Fue
un gran constructor de la burguesía nacional. Por eso sospecho que no murió de muerte natural.
— En el caso de Graiver, esté o no vivo, ¿tiene la convicción de que fue un atentado?
— Ah, eso sí, categóricamente.
— ¿Usted conoció a David Graiver?
— Sí, por supuesto. Entre otras cosas porque Graiver fue avalista de Timerman, en La Opinión
y yo estuve entre los primeros secretarios de redacción del diario.
Jacobo me lo presentó personalmente. Después lo vi varias otras veces.
(…) Lo hago quedar bien en mi libro.
— Un tipo muy audaz y con datos también oscuros, obviamente. No se llega a hacer 300 millones de dólares bajo la luz de un poderoso reflector… Y siendo tan joven.
Escuela para narcos: así se recluta, instruye y mata en un campo de entrenamiento del cártel mexicano más poderoso
Por Juliana Fregoso 6 de agosto de 2017 Desde Ciudad de México
5-7 minutes
La
policía localizó un campamento en el municipio de Tala del Cártel
jalisco Nueva Generación. Cómo era el funcionamiento de ese reducto que
adiestraba a unas 40 personas entre engaños, extorsiones y clases de
tiro
Armas, aparatos de comunicación, tiendas de campaña hechas con ramas y
plástico, personas enterradas de manera clandestina, así es una de los
campamentos desmantelados por la Fiscalía Genera del Jalisco (FGJ) que era usado como una narco escuela en la que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) entrenaba a sus nuevos reclutas.
La intervención de la FGJ en distintos campamentos en las últimas semanas permitió descubrir cómo son los lugares en los que entrena a sus sicarios el actual cártel de la droga más poderoso de México.
El último hallazgo se realizó en las afueras de el municipio de Tala,
un centro turístico del estado de Jalisco al que fue posible llegar
gracias a que una persona llevada contra su voluntad logró escapar, narrar a las autoridades lo que ahí ocurría y revelar su ubicación.
Información difundida por la Fiscalía explica que las personas eran reclutadas a través de falsos anuncios en Facebook en los que se ofrecía trabajo como encuestadores, escoltas, policías municipales y elementos de seguridad privada.
Eran citados en un domicilio en el municipio donde les quitaban
cualquier artefacto que les permitiera tener contacto con el exterior,
después eran amenazados y llevados al campamento.
Generalmente eran jóvenes entre 20 y 25 años a quienes les ofrecían sueldos de entre 3.000 y 4.000 pesos ( entre USD 166 y 222).
El campamento estaba ubicado en una población conocida como Navajas, en una zona a la que se accede después de tres horas de camino desde la carretera más cercana.
Una vez en el campamento, lo primero que se le advertía a los recién llegados era que si no se unían a la organización habría represalias en contra de sus familias.Quienes no aceptaban, eran asesinados inmediatamente, mientras los demás eran torturados con quemaduras de cigarros y obligados a presenciar cómo mataban a los otros.
Un salvadoreño identificado por el fiscal Eduardo Almaguer Ramírez como "Samuel N" era el encargado de descuartizar y quemar a quienes rechazaban la oferta.
Los cuerpos de quienes no eran incinerados, los enterraban en el mismo campamento.
La célula de reclutamiento estaba integrada por un líder, sus
guardaespaldas, un contador, y los llamados "puntas", a quienes mandaban
primero cuando se buscaba tomar alguna plaza.
Todo el tiempo, el grupo de reclutas, que llegó a ser hasta de 40 personas, era vigilado por entre unos 50 y 60 sicarios.
Se les obligaba a construir con madera, ramas y plástico los lugares en
los que dormirían. Estas tiendas de campaña improvisadas tenían que
estar ocultas bajo las ramas o plástico negro para no ser detectadas por avionetas o helicópteros que sobrevolaran la zona.
La policía encontró un recibo de un supermercado de Puerto Vallarta,
otro famoso destino turístico cercano, por lo que deducen que en este
lugar es donde se abastecían de víveres.
Dos menores de edad integrantes del cártel, detenidos hace unas semanas en el estado de Tabasco, narraron que como parte de su entrenamiento comían la carne de sus víctimas. Sin embargo, en el caso de la narco escuela de Tala no se detalla si aquí pasaba algo similar.
Durante al menos 10 días eran entrenados en manejo de armas, tácticas de defensa y combate. El entrenamiento se empezaba con armas de las que lanzan pintura.
Después eran enviados a municipios cercanos para que se hicieran cargo de puntos de distribución de droga que había quedado libres porque los encargados fueron asesinados o estaban desaparecidos.
Quienes no querían distribuir la droga eran amenazados con pedir a su familia hasta 1 millón de pesos (USD 56.000).
La célula que organizaba el reclutamiento habría estado operando en la zona desde hace al menos una década.
Anteriormente, el reclutamiento se hacía en municipios más cercanos a la capital del estado, Guadalajara, a través de invitaciones directas a jóvenes que lavaban autos mediante una empresa de seguridad fantasma llamada Sagmex en la que aparecía como contacto una norteamericana de nombre Johanna Mary Hernández, detenida en marzo de 2016.
En abril pasado, las autoridades detuvieron a 11 personas relacionadas
con la distribución de volantes que anunciaban también vacantes como
guardias de seguridad.
El descubrimiento del campamento en Tala ayudó a la ubicación de otros cuatro más.
Permite ver las noticias en menos de un segundo.
Un
grupo de militares protagonizó un alzamiento en el Fuerte Paramacay en
Valencia, estado de Carabobo. La situación habría sido sofocada por
fuerzas del régimen, pero todavía se registra alta tensión en el lugar.
El hombre fuerte del chavismo, Diosdado Cabello, aseguró que se
desplegaron tropas y "activaron planes de defensa"