diciembre 19, 2015- 17:51h
La
compañía Public Policy Polling incluyó la pregunta sobre el país
imaginario tras el reciente debate del Partido Republicano, que se
centró mayormente en Oriente Medio y en la amenaza que representa el
islamismo radical, y la encuesta se llevó a cabo el 16 y 17 de diciembre
de este año.
Agrabah, la ciudad en la que vive Aladín. Foto: Especial
Ciudad
de México, 19 de diciembre (SinEmbargo).– Una encuesta hecha a los
simpatizantes republicanos en el Congreso de Estados Unidos sobre sí
debería o no bombardearse la ciudad de Agrabah, ha puesto al descubierto
los prejuicios de los gobernantes estadounidenses.
Sí se
preguntan por qué, la respuesta es simple, dicha ciudad ni siquiera
existe. Es un lugar creado por Walt Disney para la película de Aladín en
1992.
El sondeo, que se ha hecho público en esta semana, ratifica
que Donald Trump es uno de los predilectos para ganar las elecciones a
Presidente de Estados Unidos. Y aunque el precandidato ha recibido
múltiples críticas por sus polémicos comentarios, lo que queda claro es
que al menos el 40 por ciento de la población tiene la firme convicción
de que el el asesinato en masa es justificable siempre y cuando se goce
de un buen argumento político.
Los resultados sobre si se debe o
no bombardear la ciudad fueron los siguientes: 30 por ciento voto a
favor del bombardeo, 13 por ciento se opuso y 57 por ciento dijo no
estar seguro.
Lo que lleva a la idea de que quizá el problema
radique en la procedencia. En este caso, se podría pensar que era
inevitable el considerar a los musulmanes como un verdugo después de los
ataques en París.
La compañía Public Policy Polling incluyó la
pregunta sobre el país imaginario tras el reciente debate del Partido
Republicano, que se centró mayormente en Oriente Medio y en la amenaza
que representa el islamismo radical, y la encuesta se llevó a cabo el 16
y 17 de diciembre de este año.
Entre las preguntas se mencionaban
cuestiones como si se debe prohibir la entrada a EU a los musulmanes,
como propuso Trump. Y una vez centrados en la cuestión del terrorismo,
la empresa tuvo la idea de ver hasta qué punto se puede extender el
apoyo al bombardeo de algo que suene remotamente a Oriente, así lo
afirmó Jim Williams, portavoz del PPP, al blog de noticias Mashable.
Las
cifras recogidas por el sondeo demuestran el interés belicista de la
sociedad norteamericana contra cualquier enclave que suene a Medio
Oriente. Y peor aún, demuestra el apoyo que tendría el gobierno de EU en
caso de declarar abiertamente la guerra en contra del islamismo.
Terrorismo
o no, lo cierto es que las personas responden al miedo. EU es el mejor
ejemplo para ello, pues no se puede esperar que un país dónde los niños
deben llevar chaleco antibalas para sobrevivir pueda sentirse tranquilo,
ni mucho menos seguro.
Trump ha recibido muchas criticas por sus
comentarios, no sólo por su deseo de prohibir la entrada de musulmanes
en EU, sino por su abierto rechazó a la comunidad latina en el país y
por su repudio hacia los refugiados, que, huyendo de una guerra, deben
soportar los maltratos de sus acogedores bajo el argumento de supuestos
terroristas.
Después de los atentados en Francia, las redes
sociales se llenaron de odio hacia la cultura islamista, sin considerar,
que no todo musulmán es terrorista, así cómo no todo político es
deshonesto.
Centenas de musulmanes, siendo residentes o no de EU,
reaccionaron ante la violencia propiciada en Europa, sin embargo, no
encontraron cabida en los medios de comunicación.
Ahora toda
respuesta viene dirigida en torno a la violencia. Inició con París y de
ahí se extendió. Primero llego a Connecticut, donde hubo disparos contra
una Mezquita en Meriden; luego llegó a Nebraska, donde alguien lanzó
una piedra por la puerta principal de otra mezquita en Omaha. Después se
traspasó a Texas, donde una mezquita en Pflugerville fue hallada llena
de heces y páginas destrozadas del Corán en el suelo.
El odio no
se limita a las iglesias; se extrapola a cualquier persona que parezca
musulmana. Como aquel conductor de Uber en Carolina del Norte, Samson
Woldemichael, que fue atacado por un pasajero después de que este
supusiera que era musulmán, siendo que era cristiano.
Otro ejemplo
claro son las cuatro personas que bajaron de un avión con destino a
Chicago por parecer musulmanes. Y a pesar de que todos fueron puestas en
libertad, primero tuvieron que ser interrogados y examinados por las
autoridades para garantizar que no eran una amenaza.
Los casos
siguen y siguen, desde un hombre que en Florida dejó mensajes llenos de
blasfemias en la Sociedad Islámica de San Petersburgo y en la Sociedad
Islámica del condado de Pinellas, hasta las campañas en internet que han
proliferado después del 11 de septiembre.
Los ataques contra
musulmanes y mezquitas se producen en una época en la que el número de
crímenes de odio en Estados Unidos ha bajado en general, pero los
crímenes en contra de los musulmanes han subido en un 14 por ciento,
según el informe sobre estadísticas de crímenes de odio del FBI, el cual
se realiza cada año.
Uno de cada cuatro de los encuestados por el
PPP dijo que el Islam debería ser ilegal en los EU y que apoyan la
política estadounidense de internamiento japonés durante la Segunda
Guerra Mundial, es latente el eminente deseo de exterminación de una
cultura milenaria.
De momento no ha habido declaraciones ni comentario alguno sobre la encuesta.