10 Formas en que la CIA intentó matar a Fidel Castro
10 Formas en que la CIA intentó matar a Fidel Castro
Recordamos hoy aquel artículo del sitio Mental Floss que hace algunos años repasaba las 10 formas mas curiosas en las que la CIA intentó matar a Fidel Castro desde que se convirtiera en el primer ministro de Cuba. Desde entonces, según el hombre que se dice estaba al cargo de protegerlo durante la mayor parte de su régimen, ha sobrevivido a más de 600 intentos de asesinato.
Fabián Escalante, ex jefe del servicio secreto cubano, afirma que los esfuerzos de asesinato se descomponen así: El gobierno de Eisenhower trató de matar a Castro 38 veces; Kennedy, 42; Johnson, 72; Nixon, 184; Carter, 64; Reagan, 197; Bush padre, 16; Clinton, 21. (La exactitud de las estadísticas de Escalante, sobre todo desde el gobierno de Nixon en adelante, es objeto de controversia.) Sólamente con un francotirador hay tantas maneras diferentes en las que se puede emboscar a alguien, que algunas de las maneras en que la CIA conspiró para matar a Castro son realmente una locura. Éstos son sólo algunos de los métodos poco ortodoxos considerados para matar a Castro:
1. Mujer fatal. Marita Lorenz, sólo una de muchas mujeres que se cuentan como amantes de Castro, supuestamente aceptó una oferta de la CIA en la que le daría una pastilla llena de veneno. Se las arregló para llegar tan lejos como para introducir las pastillas en su dormitorio en su bote de crema hidratante, pero las pastillas se disolvieron en la crema y dudaba de su capacidad para obligar a Castro a darse crema facial, y al final se acobardó. Según Lorenz, Castro de alguna manera descubrió su plan y le ofreció su pistola. “No puedo hacerlo, Fidel,” le dijo ella.
2. Traje envenenado. Si bien no hay nada sospechoso en recibir un traje de buceo de tu enemigo justo en el centro de la Bahía de Cochinos, la CIA le dio una oportunidad al plan. En 1975, el Comité de Inteligencia del Senado afirmado que tenía “pruebas concretas” de un plan para ofrecer a Castro un traje de neopreno impregnado con esporas y bacterias que le provocarían una enfermedad en la piel (y tal vez algo peor). El plan supuestamente involucraba al abogado estadounidense James B. Donovan, que presentaría Castro el traje cuando fuera a negociar la liberación de los prisioneros de la bahía de Cochinos. Un informe de AP en 1975 dijo que el plan fue abandonado “porque Donovan dio a Castro un traje de buceo diferente por su propia iniciativa.”
3. Bolígrafo-jeringa hipodérmica. Una pluma de aspecto corriente se preparó con una aguja hipodérmica tan fina que Castro no se diera cuenta cuando alguien chocara contra él con la pluma y le inyectara un veneno muy potente.
4. Puro explosivo. Pero esto no fue un truco de salón – este puro habría sido embalado con suficientes explosivos reales como para volarle la cabeza a Fidel. En 1967, el Saturday Evening Post informó que un oficial de policía de la ciudad de Nueva York se había recibido proposiciones con la idea y la esperanza de llevarlo a cabo durante la visita a las Naciones Unidas de Castro en septiembre de 1960.
5. Puro envenenado. Es posible que hayan renunciado al puro con TNT, pero la idea de utilizar en su contra el humo del tabaco seguía en pie. La CIA incluso fue tan lejos como para contratar a un agente doble que deslizaría a Castro un puro lleno de la toxina botulínica, una toxina que mataría al lídera a corto plazo. El agente doble habría recibido los puros en febrero de 1961, pero al parecer se echó atrás.
6. La concha de caracol explosiva. Sabiendo que a Castro le gustaba bucear, la CIA hizo planes para plantar un artefacto explosivo en una concha de caracol en su lugar favorito. Conspiraron para hacer la concha de colores brillantes y de apariencia inusual, por lo que sería seguro que atraería la atención de Castro, colocándolo lo suficientemente cerca de él como para matarlo cuando la bomba en el interior se disparara.
7. Nair. Bueno, tal vez no fuera esa marca en concreto, pero de acuerdo a ese informe de 1975 del Comité de Inteligencia del Senado, los EE.UU. creían que jugar con la barba de Castro era jugar con el poder del hombre. La CIA calculó que la pérdida de la barba mostraría a los cubanos que Castro era débil y falible. Un esquema a medio cocer se fraguó para colocar sal de talio, el producto químico en productos depilatorios como Nair, en los zapatos de Castro o en su puro. El producto químico se absorbería o se inhalaría y haría que el famoso pelo facial del líder revolucionario se cayera.

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