Investigadores de México y otros países participan en la Misión 364 buscan desentrañar los secretos que guarda en el fondo del mar el cráter de Chicxulub, en Yucatán.
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Científicos de México, Estados Unidos, China, Japón y de seis naciones europeas participan en la pesquisa sobre el cráter sumergido que provocó hace 66 millones de años el impacto de un asteroide.
La ambiciosa investigación tiene un costo de 10 millones de dólares y su objetivo es hallar claves para explicar la extinción masiva que trajo a la Tierra un asteroide hace millones de años y determinar cómo resurgió la vida después de ese evento.
También, saber cómo fue el paso del Paleoceno al Eoceno, con un calentamiento global de uno a dos grados, que implicó la desaparición de 75 por ciento de las especies o la última extinción masiva en la Tierra y sentó las bases para la llegada de los mamíferos.
Por primera vez una investigación se enfoca en el área marina del cráter Chicxulub, palabra que proviene del maya chac-xulub-chen y que significa "el pozo del diablo".
De hecho, es la primera vez que se estudiará un cráter multianillo en el mar. El Chicxulub fue descubierto en 1978, durante exploraciones para detectar petróleo.
El impacto del asteoride produjo el boquete de 200 kilómetros de diámetro, prácticamente la mitad bajo el agua y otra bajo la península de Yucatán, y se le vincula con la extinción de los dinosaurios.