sábado, 10 de febrero de 2018

Ciudadanos empapelados o el abuso de la burocracia


disidentia.com

Ciudadanos empapelados o el abuso de la burocracia

 

J.L. González Quirós

Hace unos meses tuve que hacer un esfuerzo notable para explicarle a un amigo escocés lo que en España significaba “empapelar” a alguien, y, cuando lo comprendió, no salía de su asombro, no alcanzaba a entender el maléfico poder de la burocracia en nuestro sistema de vida. Si recuerdan la terrorífica historia del vecino de El Escorial (Madrid) multado con 100.000 euros por talar un fresno enfermo en la parcela de su chalé lo comprenderán con facilidad: la multa no era por el fresno, era por carecer de la “preceptiva autorización”, del correspondiente papel.
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El papeleo significa directamente el control de la Administración Pública sobre cuanto hacemos, y, pronto, sobre cuanto pensamos, si no nos andamos con tiento. El poder se oculta tras una montaña de papeles, que los funcionarios se trasladan entre sí con fruición, en realidad con la calma que requiere cualquier delectación morosa.
El papeleo significa directamente el control de la Administración Pública sobre cuanto hacemos, y, pronto, sobre cuanto pensamos
José Antonio Escudero, historiador del Derecho, cita una descripción de esta clase de trámites en la corte del llamado rey prudente: “¿En qué razón cabía el laberinto de Creta que había? Que el negociante daba su memorial a Juan Ruiz; Juan Ruiz a su Majestad o hacía relación el rey a Juan Ruiz; Juan Ruiz a Gasol; Gasol a Villela; Villela para sacar la relación; Villela a Gasol; Gasol a la Junta; la Junta a Gasol; Gasol a Juan Ruiz; Juan Ruiz a su Majestad; su Majestad a don Cristóbal de Mora; don Cristóbal a Juan Ruiz; Juan Ruiz a Gasol; Gasol a la parte. ¡Que aun para referirlo es largo, cuanto más para pasar por ello!”, una estampa que no mejoraría ni Kafka.
Ciudadanos empapelados o el abuso de la burocracia
No se trata de un mal de ayer, precisamente, pero hay que reconocer que en las barrocas administraciones españolas se ha progresado mucho desde el siglo XVI. No en vano hemos puesto en circulación una inaudita cantidad de leyes y decretos, de observatorios, de informes, tenemos casi una veintena de legislativos, nadie nos gana a producir disposiciones, derogaciones, estatutos, salvedades, códigos, reglamentos, adiciones, excepciones y enmiendas.
No es de extrañar que en los felices meses pasados en España con un gobierno que estaba únicamente en funciones y no podía llevar proyectos de ley al Parlamento se experimentase una mejora del ánimo ciudadano, un no sé qué de felicidad ante el aflojamiento del agobio, pero la “gobernabilidad” acabó ganando la batalla, y vuelta la burra al trigo.
Este imperio del papeleo nos ha llevado a crear una metafísica original en la que la realidad se desvanece frente a los papeles
Este imperio del papeleo nos ha llevado a crear una metafísica original en la que la realidad se desvanece frente a los papeles, a inventar un lenguaje inaudito, por ejemplo, los urbanistas nos habla de “creación de suelo” o de que ya “no hay suelo” en un país que hasta el más absorto puede describir como absolutamente desierto en la mayoría de sus partes, pero los magos del papel se las arreglan para que el suelo escasee, y con la escasez se disparen los precios.
Ciudadanos empapelados o el abuso de la burocracia
En esto de “crear”, nuestros políticos y sus leales escribas no admiten comparanza que valga, póngase por caso: “se crea la Universidad de Matalascabritillas”, dice el boletín de turno, y aunque no haya un puñetero libro ni un mal laboratorio, esa universidad de papel empieza a producir frutos granados, títulos a mansalva.
El éxito mayor de esta industria cultural del papeleo ha sido convencernos de que sus efectos son salvíficos, y así avanza el empapelamiento y no decrece el entusiasmo de sus beneficiados, de forma que nuestros políticos cada vez son más entusiastas produciendo nuevo papel que finge erigir derechos, proteger a los afligidos y librarnos de diversas perversiones y engaños de la mostrenca realidad.
El papel pretende acabar con la escasa libertad de cátedra que aún nos queda, no vaya a ser que a un historiador se le ocurra decir que el General Franco ganó la Guerra Civil
Les traeré a la memoria dos ejemplos bastante recientes de esos avances en España: hay una ley de memoria histórica que pretende acabar con las perniciosas mentiras del pasado, con la ocurrencia de los historiadores que se atrevan a discutir la interpretación del ayer que estos mandarines consideran de obligado cumplimiento, de forma que el Congreso está a punto de aprobar un papel en que se afirma que los gerifaltes elaborarán “un manual de estilo para el adecuado tratamiento de la información en materia de memoria histórica”, es decir que el papel pretende acabar con la escasa libertad de cátedra que aún nos queda, no vaya a ser que a un historiador se le ocurra decir que el General Franco ganó la Guerra Civil. En esto los socialistas, que lo promueven con entusiasmo, parecen seguir el ejemplo del Ingsoc orwelliano en el que se enseñaba que el partido había sido el inventor del helicóptero.
El papel parece servir para todo sin hacer nada que no sea sino papeles: ¿hay algo malo en la educación?, pues al parecer sí, pero ya se le ha ocurrido la solución al avispado ministro de Educación, Íñigo  Méndez de Vigo, un MIR educativo, es decir, dos años rellenando papeles, para obtener otro papel que acredite que el afortunado portador tiene todos los papeles para ser buen profesor. La solución es tan buena y empapeladora que ya se la disputan los partidos, ¡enhorabuena señor ministro!
Ya saben lo que dice el proverbio castizo, “al amigo el favor, al enemigo el rencor y al indiferente… la legislación vigente”, es decir, el empapelamiento
Ya saben lo que dice el proverbio castizo, “al amigo el favor, al enemigo el rencor y al indiferente… la legislación vigente”, es decir, el empapelamiento, que es el peor de los castigos. Una parte de nuestras desgracias se aclara cayendo en la cuenta de que, de la misma manera que carecemos de conciencia fiscal, que la mayoría cree que no paga impuestos, no hemos aprendido a defendernos de esa siniestra tendencia del poder a entrometerse en cada uno de nuestros actos con la excusa de protegernos, esa tendencia a considerarnos inválidos civiles que necesitan la tutela incesante de un número insoportablemente elevado de administradores públicos.

Crisis total, AMLO y el 2018



Justicia para Marco Antonio Sánchez Flores
Lo terrible de la crisis actual es que es funcional para el gran dinero. Las fortunas se siguen incrementando y creando, mientras México vive una crisis estructural, con cifras de violencia de guerra. Hay dos tiempos. Uno el de la normalidad del gran capital, que aprovecha los bajos salarios para invertir y tener grandes ganancias, la del saqueo de la riqueza nacional por mineras y otros mega-proyectos; la de los grupos delictivo que viven en la impunidad y las de la clase política que coordina este modelo y que saca jugosos dividendos de ello. El segundo, es el tiempo de la tragedia, de la muerte, del despojo y del miedo, en el que estamos sumergidos la mayoría de la población.
Dominan los del tiempo de la normalidad, ellos tienen el poder político y económico, importantes medios de manipulación y defraudación. Es un grupo compacto, que se ha mantenido y avanza a ya más de treinta años de su imposición. En 1988 se abrió un ciclo largo de luchas de resistencias, que han buscado alternativa al proyecto neoliberal, diversas luchas que, sin embargo, no han podido detener la avanzada neoliberal, ni tomar el poder.
En medio de la crisis total, hoy estamos en una batalla que parece decisiva, continuidad o cambio es el dilema. El movimiento alrededor de AMLO aparece, otra vez, con fuerza capaz de disputar el poder a los neoliberales. Las dudas aparecen en los militantes y simpatizantes de MORENA y de la izquierda, el pragmatismo, las nuevas alianzas, el proyecto, su propuesta de gabinete, los discursos, las candidaturas, son algunos de los puntos que en algunos causan con justificación decepción, crítica y desencanto. Al mismo tiempo sectores de indecisos y antiguos contrarios se acercan a AMLO quien aumenta su fuerza alrededor del país. Los actos de precampaña parecen de cierre, las encuestas muestran un crecimiento de simpatías y hay adhesiones de diversos grupos, se consolida un movimiento con perspectivas de mayoría.
En la construcción de una mayoría hay riesgos, los oportunistas, el pragmatismo, el abandono de algunas banderas, la inclusión que desplaza, entre otros. La política de construcción de una mayoría a base, entre otras cosas, de alianzas con cualquiera y sin mayor tramite, tiene contradicciones difíciles de superar. El liderazgo de AMLO tiene la capacidad de aglutinar el movimiento opositor rumbo a la disputa política del 2018, en medio de sus contradicciones habrá que ver cuánto se puede avanzar.
Desde hace treinta años mucho ha cambiado, México se encuentra tal vez en la peor crisis de su historia. En este 2018 ante más de lo mismo, se perfila una alternativa pacífica que se propone “regenerar” a México. No es una alternativa completa y radical, sino una moderada que se propone terminar con la corrupción, pacificar al país y atender a una población lastimada por más de treinta años de neoliberalismo. Demandas urgentes en un país que se cae a pedazos.
Fuente: http://www.blackmagazine.mx/crisis-total-amlo-y-el-2018/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

“Mexit” o el gobierno de la desglobalización


rebelion.org

 “Mexit” o el gobierno de la desglobalización

 


A 30 años del golpe de Estado constitucional orquestado por el PRI & Associates (que en el argot oficialista se conoce como “la caída del sistema”), el horizonte de un “Mexit” es cada vez más asequible e inminente (o acaso lógico; aun cuando la lógica no rija los destinos de la política nacional). El diseño de reingeniería de Estado que estableció el clan Salinas de Gortari (1988-1994), con arreglo a la ideología de la globalización (y apoyado fuertemente en el factor “narco” por linaje familiar) está en ruinas. Y la “salida” de ese modelo globalizador (que en este rincón del hemisferio portó las siglas de TLCAN o NAFTA) es el fantasma que acecha en los comicios en puerta.
Es cierto que asistimos a un debate dentro de las izquierdas acerca de la legitimidad del concepto de la “desglobalización”, y de los contenidos objetivos que encierra ese proceso “incierto”. Pero nadie puede objetar que la ideología del “boboaperturismo” (dixit Rafael Correa), que consistía en abrir las economías periféricas (y en menor proporción las centrales) al anidamiento irrestricto de capitales foráneos, expiró por muerte asistida en las matrices globalizadoras, señaladamente Gran Bretaña (Brexit), y Estados Unidos (Donald Trump). (Glosa marginal: es la globalización la que está en crisis, no el neoliberalismo, cuyos rescoldos seguramente resistirán el deshielo globalizador).
Las élites “boboaperturistas” están en orfandad. Y México es un caso tristemente paradigmático. Postrados e inermes frente a la pujante inercia anti-globalizadora, las fracciones dominantes de la élite mexicana acuden a la “estrategia” (nótese la ironía) de genuflexión total ante el gobierno de Donald Trump; y eso explica que respondan con adulaciones y/o subterfugios rastreros a las agresiones del mandatario estadounidense. Pero el amo renunció a la manutención del peón. La confusión e histeria en los corrillos del “deep state” mexicano es ostensible. El Frankenstein salinista está desarropado. Y el proyecto que diseñó esa plutocracia nativa sufre de agonía terminal.
Expiraron los contenidos específicos de la integración internacional que prohijó la globalización. Y ello implica la desintegración del NAFTA, que es la variante norteamericana. Esto de ninguna manera significa que Estados Unidos abdicará a su injerencia en la región. América Latina es el perímetro de acción convencional de Washington, históricamente. Pero ya no es exactamente Doctrina Monroe, acaso porque a Trump no le interesa seriamente el control de los pueblos continentales. Es dumping: es decir, la pura disposición de transferir a la región los costos de la restauración supremacista.
Por la humillación e insostenibilidad que encierra el trumpismo anti-mexicano, la certitud de que el modelo globalizador-integracionista ya tocó fondo es más fuerte que nunca. Si bien es cierto que Andrés Manuel López Obrador es apenas un Lula descafeinado (la insistente equiparación con el líder político brasileño es exagerada, aun cuando el paralelismo es obligado por la coincidencia de las tres elecciones disputadas), hay un consenso más o menos generalizado de que un triunfo electoral de AMLO es un primer paso (apenas modesto pero necesario) para la reorientación de la brújula nacional.
2018 es el año del “Mexit”. Y AMLO representa un deslizamiento hacia un ejercicio de poder afín al espectro de la época: la desglobalización.
Blog del autor: https://lavoznet.blogspot.com.ar/2018/02/mexico-2018-iv-mexit-o-el-gobierno-de.html
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Feminismo enloquecido y azafatas de Fórmula 1


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Feminismo enloquecido y azafatas de Fórmula 1

 

 

José Carlos Rodríguez

Ya no veremos mujeres azafatas en la Formula 1 del automovilismo. Sean Bratches, director gerente de operaciones comerciales de F1, considera que “esta costumbre no concuerda con nuestros valores de marca y no encaja con los valores sociales de hoy en día. No consideramos que la práctica sea apropiada, o relevante, para la Formula 1 y sus fans, los nuevos y los viejos”.
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Por lo que a mí se refiere, podrían haber alegado que pretendían ahorrarse su sueldo o cualquier otra excusa. Se trata de una empresa privada y tiene el derecho a hacer lo que le plazca. La polémica decisión, según confirman las palabras de Bratches, está condicionada por la presión ejercida por un movimiento feminista que abomina de que otras mujeres se ganen la vida con su atractivo. Pero, de nuevo, una empresa ha cedido ante esta presión con la misma libertad con la que podía haberla rechazado.

Un “nuevo” puritanismo opresor

Todo eso es obvio. El mecanismo social, perdónenme la expresión, que funciona con efectividad en este asunto no es otro que la moral. Tienen razón quienes hablan de “puritanismo”, porque es exactamente eso: un código de conducta restrictivo, y que condena la expresión del propio cuerpo y de su atractivo. Se trata de un tipo de moral, la asunción de valores y normas que constriñen o vehiculan la acción, que no son coactivas pero ahorman las costumbres.
Hay un movimiento feminista que abomina de que otras mujeres se ganen la vida con su atractivo

Sin embargo, “nuevo” (y el puritanismo es viejísimo), no significa “mejor”. E igual que unos, como aquí la Formula 1, tienen el derecho a asumir esta nueva moral, otros tenemos el derecho de rechazarla de pleno y de no someternos a sus indicaciones. El puritanismo progresista no cumple ninguna función social, cercena un espacio de entendimiento y crecimiento, que es el mercado, y vierte una mancha de odio sobre unas trabajadoras que tienen todo el derecho a ganarse la vida como lo hacen.
Rebecca Cooper: la corrección política ha enloquecido
Lo mejor es escuchar a las mujeres que han sido despedidas de su empleo. Como Rebecca Cooper, quien cree que “es ridículo que unas mujeres que dicen ‘luchar por los derechos de las mujeres’ digan lo que otras deberían o no hacer, poniendo fin a un trabajo al que amamos y del que estamos muy orgullosas”. Y añade: “La corrección política ha enloquecido”. “Se nos dice que, como parte del empoderamiento de la mujer, debemos sentirnos orgullosas de nuestro cuerpo, y hacer con él lo que deseemos”.
Lucy Stokes: las ‘feministas’ están logrando que muchas mujeres pierdan su empleo
Por su parte Lucy Stokes declaró: “Me encanta mi trabajo. Me respetan y me pagan bien, y estoy orgullosa de representar al equipo para el que trabajo. Nadie tiene el derecho, y menos las ‘feministas’, de juzgar nuestro medio de vida cuando, sinceramente, están logrando que muchas mujeres pierdan su empleo. ¿Dónde está aquí la igualdad y el empoderamiento?”.

Cercenando la libertad de elección

Hay decenas de mensajes como esos, pero Samantha Young ha ido algo más allá en sus declaraciones a AutoWeek: “Soy tan parte del equipo como los pilotos, los mecánicos o los ingenieros; y me tratan con el mismo respeto”. Ella consideraría su trabajo sexista “si me dijeran que sólo puedo dedicarme a esto por ser mujer”, pero “las mujeres hacen los mismos trabajos que los hombres en el mundo del motor”. Lo más interesante es que cree que “eliminar este trabajo es dañino. Lo es porque, al hacerlo, eliminan la libertad de elección. Están diciendo que, dado que eres mujer, puedes hacer lo que quieras pero sólo si todo el mundo acepta que eso está bien”. Y añade: “Creo que la cuestión, ignorada de forma generalizada, es que se trata de  nuestra elección. Tenemos la libertad y la capacidad para decir sí o no a un trabajo, o sí o no a una forma de vestir”.
Una mujer puede trabajar en lo que quiera… excepto en aquellos empleos que un conjunto de feministas fanatizadas considere inadecuados
Lo que señala Young es fundamental. Si una mujer puede trabajar en lo que quiera, excepto en aquellos empleos que un conjunto de feministas fanatizadas considere inadecuados, ¿podemos decir que ha mejorado la situación de la mujer, la de toda nuestra sociedad? Si otorgamos a los activistas fanatizados el derecho a decidir quién trabaja y quién no y en qué condiciones, les estamos concediendo un enorme poder sobre nuestras vidas. ¿Vamos a dejar ese poder en manos de una Nueva Inquisición dirigida por los más intransigentes?
Por otro lado, el trabajo de azafata en las carreras automovilistas suele abrir nuevas oportunidades. Milena Koerner, que estuvo ocho años trabajando en la Fórmula 1, cuenta: “aprendí mucho como azafata. Empecé a trabajar con los invitados a los grandes premios, a ejercer de relaciones públicas…”. El propio Niki Lauda ha reaccionado con furia ante esta decisión: “Las mujeres están promoviéndose (a puestos de mayor responsabilidad en la F1), y lo hacen muy bien. Todo va en la dirección correcta”. Hasta ahora.
La Fórmula 1 es un negocio comercial. Y la empresaria Vicky Valdazo ha aclarado en el diario Marca que la decisión “va en detrimento de estas empresas. Habrá muchas marcas que dejarán de hacer acciones. Hay muchas áreas entre la zona de público que Dorna alquila a una marca. Todos pueden perder con ello. El 50 ó 60 por ciento de la gente que va a un paddock va sólo a mirar, a ver el ambiente y las azafatas son parte de ese ambiente”.

Las víctimas de una nueva Inquisición

Compartí mi indignación por este asunto con una amiga, amante de la libertad, y me dijo: “Son individualistas, y eso me gusta, pero deberían tomar su propia bandera, uniéndose”. Y es cierto. Es necesario que las víctimas de la nueva inquisición hagan visibles sus agravios.
Existen unos exaltados, unos zelotes que quieren ahormar nuestra vida a su gusto

Debemos mirar a los ojos, con detenimiento, con serenidad, a los exaltados, a los zelotes que quieren ahormar nuestra vida a su gusto. Escuchar lo que dicen, ir a sus motivaciones, y sacar de su pozo de intolerancia sus negras aguas. Lo que realmente odian es la belleza de las modelos y su explotación comercial. La odian, primero, porque las modelos gustan principalmente a los hombres; porque es un reclamo y una atención hacia ellos. Segundo, porque la envidia, que es el enganche de la izquierda con alma humana, no es sólo económica. Y tercero, porque el mundo comercial es esencialmente libre, y lo aborrecen como todo lo que se escapa a su control.
La decisión de los organizadores de la Formula 1 ha sido saludada por la Formula E con un “bienvenidos al siglo XXI”. Un siglo, al parecer, de nuevas amenazas a la libertad… si entre todos no lo evitamos.

México 2018, elecciones y fragmentaciones (II)


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México 2018, elecciones y fragmentaciones (II)

 


En la primera entrega de esta serie de artículos, nos propusimos analizar los horizontes en los que se mueven las izquierdas en México frente a la pregunta: ¿qué se juega en las elecciones en general? En esta segunda entrega, nos enfocaremos al análisis del sector que hemos definido como electoral y su posicionamiento frente a la pregunta antes referida. Comencemos.
El sector electoral
Es un secreto a voces que para ciertos grupos, organizaciones o partidos de la así llamada “oposición” o de “izquierda”, las elecciones significan la posibilidad de negociar algunas prebendas a cambio de “estabilidad” social y política. Los líderes de estas organizaciones negocian cotos de poder, presupuestos, licitaciones, puestos municipales o estatales, incluso a veces, federales, a cambio del voto de sus agremiados.
Algunas organizaciones del movimiento popular han sobrevivido gracias al ejercicio de dichas prácticas al resolver, por una parte, las necesidades inmediatas de sus integrantes a cambio de la permanencia irrestricta y acrítica a dichas organizaciones y, por otra parte, porque estas mismas prácticas han generado una amplia red clientelar que permite el control sobre sus integrantes para ser usados a discreción de los líderes cuando de negociar con el Estado se trata.
Estas prácticas, que fueron creadas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a lo largo de su historia, para el dominio y control de los diferentes sectores sociales, así como para su afianzamiento en la estructura estatal, fueron copiadas por la mayoría de las organizaciones de la izquierda institucional que hoy día ofertan los votos de sus agremiados a cambio de obtener algún tipo de prebenda.
Dichas organizaciones llevan décadas negociando sus movilizaciones, enriqueciendo a sus líderes y lucrando con las necesidades más sentidas del pueblo. Así, pues, colaboran en la profundización y en el afianzamiento de una cultura política que dificulta y obstaculiza al máximo la formación de una conciencia política revolucionaria, además de que inhibe la posibilidad de reconfigurar las estructuras estatales a favor de las clases subalternas e imposibilita la organización revolucionaria.
Por un lado, partidos con registro electoral como el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC), así como las organizaciones que orbitan alrededor del malogrado Movimiento de Liberación Nacional (MLN), las múltiples escisiones filoperredistas del otrora Frente Popular “Francisco Villa” (FPFV)[1], la Unión Popular Revolucionaria “Emiliano Zapata” (UPREZ), la Organización Política del Pueblo y de los Trabajadores (OPT) [2] y los ahora reconvertidos líderes “cooperativistas” de lo que queda del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME); los restos de la Corriente En Lucha (CEL) [3] y el filozapatista Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior (MAES)[4]; y, por otro lado, el Frente Popular Revolucionario (FPR) y sus organizaciones satélites, así como la Coordinadora Nacional Plan de Ayala-Movimiento Nacional (CNPA-MN) quienes por medio del uso de consignas gastadas y aparentemente radicales no hacen más que servir de grupo de contención mientras reciben dinero del Estado por medio de diversas vías; todas estas organizaciones, de entre muchas otras de corte oportunista y reformista, son ejemplo de esta parte del sector del movimiento popular que, una vez negociadas sus prebendas, no tienen empacho en traicionar a quien sea (incluso a sus bases mismas, a sus presos y a sus ejecutados) con tal de mantener el status quo.
Sin embargo, dentro del sector electoral también encontramos a una gran mayoría de personas progresistas que, o no pertenece ni ha militado en ningún partido, pero que sabe diferenciar los proyectos políticos que representan cada uno de ellos, o que han ido de partido en partido y de fracaso en fracaso porque sus esfuerzos han sido utilizados por sus dirigentes únicamente para conseguir su voto y después, cada tres o seis años, han sido arrojadas a la basura.
Este conjunto de la población que ha vivido la farsa de la “transición a la democracia” en el año 2000 con la elección de Vicente Fox y los fraudes de las últimas dos elecciones (2006 y 2012) y, además, en algunos casos, el fraude electoral de 1988 en contra del Frente Democrático Nacional (FDN) de Cuauhtémoc Cárdenas, es el que nutre, o simpatiza, mayoritariamente con el partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Algunos de ellos son ex militantes de base del PRD, otros son ciudadanos que participaron en algunas coyunturas políticas que han acontecido durante los últimos cuarenta años, pero que nunca asumieron una militancia de tiempo completo ni ingresaron a ninguna organización política permanente o que, cuando lo hicieron, terminaron profundamente decepcionados, renunciando a ellas, pero han seguido reivindicándose a sí mismos como “gente de izquierda”.
Es mayoritariamente este conjunto de la población el que, coyunturalmente, ha salido a las calles en contra de la aplicación de las reformas neoliberales durante los últimos tres sexenios; el que pese a la falta de dirección y el exceso de espontaneidad se ha manifestado en contra del alza al precio de los combustibles en enero de 2017 o el que se ha movilizado solidariamente en apoyo a las diferentes reivindicaciones de los movimientos sociales (desde las movilizaciones contra la guerra en Chiapas, en 1994, cuando los zapatistas eran bombardeados por el Ejército mexicano, hasta las masivas movilizaciones del 2014 en solidaridad con los 43 estudiantes detenidos-desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa, pese al silencio cómplice y las torpes declaraciones de la cúpula morenista en aquél entonces). Es también este mismo sector de la población el que se movilizó masivamente y, en muchas ocasiones con mayor coraje que los agremiados del SME, en contra del decreto presidencial que extinguió a la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFyC); el que salió a frenar el desafuero de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en 2005, y el que en 2006 exigía que se reconociera el triunfo electoral del mismo bajo la consigna del “¡Voto por voto, casilla por casilla!”, consigna que, por cierto, nació de la gente movilizada y no de los timoratos asesores de AMLO.
Para esta parte del sector electoral de izquierda, cuya lógica se basa en movilizarse coyunturalmente cuando hay ataques en contra de sus derechos o para solidarizarse con alguna reivindicación del movimiento popular, el sistema político mexicano y su estatalidad aparecen como un espacio que puede ser aprovechado para poner en marcha algunas tímidas y muy limitadas transformaciones que impidan la agudización del proceso incesante de precarización de sus condiciones de vida. Es por esta última razón que, si bien, no se plantean la construcción de un sistema económico o político radicalmente diferente, no hay dentro de ese sector quien plantee escenarios de ruptura y revoluciones socialistas, pero sí comprenden que lo que está en juego en los diferentes proyectos políticos de los partidos es la posibilidad, o no, de ponerle un freno al tren desbocado del neoliberalismo que se alimenta de la muerte, el robo, la explotación y el despojo de amplias franjas de la población trabajadora del campo y la ciudad. En resumen, para este sector, la consigna de “todos los partidos y todos los candidatos son lo mismo” no se corresponde con la realidad. Por ello, el proyecto de nación de MORENA, con todo y las transformaciones que ha experimentado desde 2006 [5] a la fecha, representa para ellos esa posibilidad de frenar, aunque sea momentáneamente, la barbarie que se actualiza día con día.
MORENA, ¿más de lo mismo?
El proyecto de MORENA no es un proyecto socialista, tampoco es un proyecto que pueda ser equiparado al de los diferentes partidos y coaliciones de “izquierda” que llegaron al poder por la vía electoral en diferentes países América Latina en las últimas décadas. El proyecto de nación de MORENA hace énfasis, especialmente, en dos puntos que son de suma relevancia en el contexto mexicano de las últimas cuatro décadas. Por una parte, hace énfasis en el combate a la corrupción, se propone buscar la recuperación del presupuesto público para ser ejercido en educación y en infraestructura; por otra parte, enfatiza en la defensa y recuperación del sector energético y del sector agrícola, para promover con ello una vía de tránsito hacia la soberanía energética y alimentaria.
A diferencia, por ejemplo, de los gobiernos de izquierdas de América Latina, el proyecto de MORENA carece de toda radicalidad, ya que no se propone nacionalizar ningún sector estratégico, ni llevar a cabo reformas políticas que descentralicen el poder estatal hacia órganos de poder popular (que nadie en el espectro de la izquierda mexicana ha intentado crear). De hecho, como puede leerse en el Proyecto de Nación 2018-2024 de AMLO y MORENA, se llama a hacer valer y respetar las leyes, incluidas las reformas estructurales, y, a lo sumo, a someterlas “a evaluación para ver si cumplen o no con los propósitos establecidos en su argumentación”[6]. MORENA representa el anhelo pequeñoburgués de sus líderes del desarrollo económico armonioso para que “no haya pobres” y “no exista la injusticia”. Dicho anhelo obvia, tergiversa o esconde el análisis de las contradicciones sociales engendradas por el capitalismo porque, evidentemente, no es anticapitalista, sino antineoliberal, eso sí, muy tímidamente.
De igual manera, en el plano geopolítico, tampoco se propone establecer alianzas o acuerdos estratégicos con los bloques económicos que conformaron y afianzaron los países con gobiernos progresistas de América Latina como el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) o la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA). De hecho, lo que propone es una mayor integración con los dos grandes vecinos del norte y, además, no ofrece ninguna alternativa clara frente al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Es un proyecto que, como puede observarse, no le disputa el control económico y político a la burguesía en su conjunto, sino, más bien, atenta, y de manera tibia, solamente contra algunos de los intereses de esa burguesía y, claro, contra sus correspondientes partidos, gobernadores, diputados y senadores, quienes, de manera cínica, ilegal y facciosa, han fragmentado y vendido al país para hacerse de riqueza y poder. Todo ello, amparados en la grandísima red de corrupción mexicana, complicidades, impunidad y violación sistemática de la Constitución mexicana y de los derechos humanos.
En este sentido, el proyecto que representa MORENA es el intento de “sanear” las estructuras político-estatales para destinar los recursos que hoy se desvían por el vertedero de la corrupción al desarrollo de programas sociales que mejoren algunas condiciones de vida de la población como la alimentación, la vivienda, la educación y la salud. Aunado a ello, y esto podría abrir un horizonte favorable en términos económicos y políticos, existe en el proyecto de MORENA la tímida intención de conquistar la soberanía energética y alimentaria del país, dos sectores estratégicos sobre los cuales podrían desplegarse procesos de soberanía más profundos.
Ahora bien, el sector antielectoral tiene razón al decir que MORENA no representa ningún tipo de proyecto radical frente a los otros partidos políticos. No obstante, no observa que en política las “pequeñas diferencias” significan la posibilidad o no de condenar a cientos de miles de personas a la extrema pobreza, la marginación o la muerte. El sector antielectoral, por su parte, tampoco representa una opción viable si consideramos su poca o nula incidencia en el grueso de la población, sus posturas políticas se asemejan más a la queja impotente de la utopía que no encuentra lugar en el mundo cotidiano en el que habitan los trabajadores y explotados, que la expresión adecuada del momento histórico y sus posibilidades concretas.
No se trata de decir simple y llanamente, faltos de todo análisis concreto de la situación concreta, que “todos son iguales”, ni de sostener acríticamente que “estaríamos mejor con…”, sino de llevar a cabo un análisis exhaustivo de los límites y posibilidades de cada proyecto político para poder generar procesos organizativos efectivos que impongan respuestas y condiciones reales en beneficio de las clases subalternas. No seremos nosotros quienes llamemos aquí a ningún tipo de voto útil que nos instale en una cómoda posición política, pero consideramos que quienes llaman al “abstencionismo consciente” se hallan instalados cómodamente en esa posición desde hace mucho tiempo.
Si, en un acto de autocrítica verdadera los diferentes grupos, organizaciones y colectivos que llaman al abstencionismo o al voto nulo, sacaran las lecciones correspondientes que como izquierda (ya sea socialista, comunista o anarquista) tendrían que llevar a cabo, encontrarían que la pauperización y la barbarie no conducen, en ninguna circunstancia, a la revolución, ni a la germinación de procesos organizativos, ni tampoco a la toma de consciencia de clase. Basta con voltear a ver la dinámica que se ha instalado en todo el territorio nacional en donde la pauperización arroja a enteros sectores y franjas de la población y del territorio a dinámicas de lumpenización y violencia exacerbada en contra de sus hermanos de clase, “todos contra todos y sálvese quien pueda” es la consigna de la barbarie. La realidad impone captar y entender las contradicciones tal y como se presentan y no, de manera mecánica y tosca, tomar partido de manera antidialéctica por uno de los opuestos.
Notas:
[1] No confundir con las otras múltiples escisiones del Frente Popular “Francisco Villa” Independiente (FPFV-I)
[2] Así como sus apéndices y “cerebros” organizativos que se reivindican un día como una cosa y otro día como otra, entre ellos, el troskista y siempre oportunista Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
[3] Antiguamente Corriente En Lucha por el Socialismo (CELS), organización universitaria protagonista marginal de la huelga de 1987 y corriente casi hegemónica de la huelga estudiantil de 1999-2000 que después de ésta se agenció para sí misma el título de Consejo General de Huelga (CGH-UNAM).
[4] Así como su organización madre el Comité Estudiantil Metropolitano (CEM), ambas organizaciones se hacen pasar por autonomistas y antielectorales, incluso se suman a todas las convocatorias zapatistas, pero en el fondo su práctica política es idéntica a las otras organizaciones electoreras y oportunistas.
[5] En el año 2006 no existía como partido, ni siquiera como organización, pero el Proyecto Alternativo de Nación de AMLO ya existía como propuesta política, aunque en aquella ocasión era enarbolado por la “Alianza por el bien de todos”, coalición electoral del PRD, PT y MC.
[6] El texto completo del
Proyecto de Nación 2018-2024
puede consultarse en:
http://proyecto18.mx/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Los gobiernos premian a sus súbditos apoyadores sean generales, millonarios, lambiscones


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Los gobiernos premian a sus súbditos apoyadores sean generales, millonarios, lambiscones

 


Los gobiernos premian a sus súbditos apoyadores sean generales, millonarios, lambiscones
1. La académica feminista Mercedes Olivera renunció al doctorado honoris causa que en 2012 le otorgó la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), en protesta porque esa institución acordó entregar el mismo reconocimiento al general Salvador Cienfuegos Zepeda, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). “Renuncio como protesta ante el cum laude (con elogio, en latín) que conceden al general Cienfuegos, porque no tiene nada que ver con la ciencia ni la academia, ‘con un impacto social favorable al pueblo’, sino con la inseguridad, las desapariciones, las muertes y los feminicidios en el país, impunemente legalizados”, señaló.
2. Hay premios de reconocimiento real; hay otros que los gobiernan usan para premiar a sus súbditos y otros más que se niegan como a J.L.Borges. Los premios son a veces mucho dinero disfrazado de “reconocimiento”, pero con el ejemplo que dio al mundo el filósofo y literato Jean-Paul Sartre en 1964, al renunciar irrevocablemente al Premio Nobel de Literatura por motivos política/ideológicos, fue suficiente para demostrar lo que significa la dignidad, aunque mueras de hambre o de ambición por recibirlo “para coronar esfuerzos”. Hace unos años se entregó el “Belisario Domínguez” a uno de los tres hombres más millonarios de México y del mundo y en otras ocasiones a políticos y nadie renunció.
3. Conocí a Mercedes Olivera (antropóloga, pensadora feminista y precursora del trabajo de base con mujeres indígenas) creo que desde 1994 a raíz de los muchos viajes a reuniones convocadas por el EZLN en Chiapas. Trabaja en el Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas y desde ahí –para fortalecer las luchas- ha impulsado la formación de indígenas en Derechos Humanos (DH). El escenario es el Centro Indígena de Capacitación Integral Fray Bartolomé de Las Casas-Universidad de la Tierra Chiapas (Cideci-Unitierra). Desde ese lugar Mercedes escucha y comparte su palabra humilde; por ello no ha dejado de colaborar con la lucha social desde donde se encuentre.
4. Aunque el laureado poeta Borges fue candidato al premio Nobel de literatura desde los años cincuenta, no se le otorgó por razones política. Sin embargo el literato Sartre haría tambalear el premio rechazándolo en 1964. Escribió: “Mis razones para denegar el premio no le conciernen ni a la Academia Sueca, ni al Premio Nobel en sí mismo, como expliqué en mi carta a la Academia. Mis razones son personales y objetivas: mi negativa no es un gesto impulsivo, siempre he declinado honores oficiales. Todos los honores que puede recibir un escritor exponen a sus lectores a una presión que no considero deseable. Si firmo yo mismo Jean-Paul Sartre, no es lo mismo que si firmo yo mismo Jean-Paul Sartre, Premio Nobel"
5. Pero, ¿para qué se crearon los premios si todos seres humanos los merecen por el sólo hecho de vivir y producir o, por el contrario, ninguno porque nunca les ha sido necesario? Alguien ha respondido: “Nadie nace sabiendo y, los niños, repiten o no una conducta en función de sus consecuencias. El sistema de premios y castigos es uno de los métodos que ayudan a que los más pequeños adquieran un hábito en la forma de comportarse”. ¿Pertenece lo anterior a la corriente del “conductismo” que manejó Skinner? Pobres seres humanos que nos traen barridos y trapeados: primero nos joden buscando que perdamos la dignidad y luego nos premian para sentirnos agradecidos.
6. Espero que el ejemplo de la luchadora social Mercedes Olivera de renunciar a su premio al igualarla con un generalote del ejército, se repita con cientos de renuncia en todo el país. Por eso mis amigos no han aceptado el Nobel de la Paz del que los nominan –entre miles- cada año. ¿Cómo aceptarlos si en sus luchas se dedican a mentarle la madre a todos los gobiernos de México y el mundo? ¿Puede olvidarse que Kissinger, Obama, Santos, (hoy se habla del presidente yanqui Trump) fueron premiados –como si fuera un insulto- con el Nobel? Pienso que la activista Mercedes está gozando desde hace muchos años del trabajo que realiza y el cariño de quienes la rodean. Ese sí es un gran premio verdadero.
Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com
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30 días y 30 noches en la disidencia


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30 días y 30 noches en la disidencia

 

Benegas y Blanco

Estimado lector, Disidentia cumple hoy su primer mes de existencia. Sin embargo, antes ya habíamos alcanzado varios hitos. En nuestra cuenta Twitter @disidentia superamos los 3.000 seguidores, con un nivel de interacción inusual, muy por encima de otras publicaciones con muchos más recursos. También en Faceebook superamos a las pocas semanas los 2.000 fans, igualmente activos.
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Pero uno de los datos más valiosos, por cuanto demuestra el interés en Disidentia, es el índice de atención de las publicaciones, que supera holgadamente los 7 minutos por artículo. Dato inalcanzable para los diarios generalistas. Esto significa no sólo que cada pieza de Disidentia es valiosa, sino que juntos, creadores y lectores, estamos empezando a arrebatar la agenda de la opinión a los medios convencionales y a la clase política, dando voz a las verdaderas preocupaciones de la sociedad.
Dicen que los jóvenes no leen, que sólo ven Youtube. Y puede ser cierto. En cualquier caso, a lo que parece, aquellos jóvenes que sí leen están en Disidentia
Tenemos más datos positivos, por ejemplo, el elevado número de jóvenes que leen los contenidos de Disidentia. Dicen que los jóvenes no leen, que sólo ven Youtube. Y puede ser cierto. En cualquier caso, a lo que parece, aquellos jóvenes que sí leen están en Disidentia, porque el 58% de nuestra audiencia son personas de 18 a 35 años. También hay prácticamente paridad entre hombres y mujeres, lo que demuestra que no hacen falta consignas ni discriminaciones positivas para que las mujeres decidan por sí mismas. Aquí lo que importa es cada persona, con independencia de su condición o circunstancias.

Por nuestra parte, hemos trabajado duro editando más de 100 contenidos, poniendo al día el cuadrante de publicaciones, animando las redes sociales, confeccionando el boletín diario para nuestros suscriptores, atendiendo sugerencias, solventando pequeños problemas… Pero el mérito principal es de los autores de Disidentia, porque no se limitan a escribir chismorreos ni textos convencionales sujetos al corto plazo, a la noticia del momento, sino que realizan un esfuerzo adicional de documentación para ofrecer ideas, hallazgos, reflexiones y puntos de vista valiosos. Esto es lo que da valor a este medio y a su marca. Un valor que pretendemos seguir incrementando con su ayuda.
Este no es un artículo de autoadulación. Queremos compartir todos estos datos porque es usted, querido lector, el corazón de Disidentia, su pilar fundamental. Esto es un elogio hacia usted. Todos los que hacemos Disidentia nos sentimos muy orgullosos de nuestros lectores, porque demuestran cada día que hay personas independientes, con coraje, gente comprometida con la causa de la libertad. El aplauso es, por tanto, para Usted, el espejo donde nos miramos para seguir adelante.
Muchas gracias por apoyarnos.

Triunfaron Corral y el gobierno al alejar la triangulación millonaria de dinero electoral al PRI


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Triunfaron Corral y el gobierno al alejar la triangulación millonaria de dinero electoral al PRI

 


Triunfaron Corral y el gobierno al alejar la triangulación millonaria de dinero electoral al PRI
1. En 2016-17 vi en Javier Corral a un político honesto por su confrontación con Televisa y por algunos enfrentamientos con sus colegas panistas. En mi ingenuidad llegué a pensar que pronto se pasaría al bando de la izquierda y escribí dos artículos apoyando su confrontación discursiva frente al gobierno de Peña Nieto. Me propuse incluso acompañar en algún tramo a la Caravana Ciudad Juárez/CDMX para observar en vivo el ánimo de la gente. En uno de los artículos repetí la denuncia de Corral a la CONAGO y a partidos por no apoyar esta batalla que no se concretaba sólo a que le devuelvan dinero del presupuesto, sino que aparecía un asunto crucial: demostrar que en todas las campañas políticas del PRI se triangulaban miles de millones de pesos en beneficio del PRI que ponían al borde del castigo a Manlio Fabio, al secretario de Hacienda, a Peña Nieto.
2. Hoy puedo decir –yo que he estado en por lo menos seis: con el EZLN, con los electricistas, con la CNTE, tres con Sicilia- que esta caravana, encabezada por el gobernador de Chihuahua, fue un gran triunfo del gobierno de Peña dando continuidad –como gran burguesía explotadora y opresora- a todas las batallas en las que ha sometido a los trabajadores: ferrocarrileros, médicos, profesores, estudiantes, guerrilleros (Chihuahua, Guerrero, Morelos, CDMX), electricistas, mineros, campesinos, etcétera. Repetimos desde hace más de 50 años que “el triunfo es la participación y la lucha”, aunque para mí siga siendo una ilusión. Entre tanto pasan los años, los siglos y más del 80 por ciento de la población sigue produciendo riquezas y casi sin qué comer. Esas batallas traicionadas o que llegan a la mitad, desaniman la participación de la gente.
3. Por ello los pesimistas y nihilistas parecen tener razón cuando demuestran que por lo menos en los últimos 100 años todas las luchas de los trabajadores han sido traicionadas y derrotadas. En muchas de ellas sus líderes han terminado en la cárcel o asesinados y en otras sus dirigentes han terminado negociando vergonzosamente con el gobierno o el empresario, dinero, cargos políticos, o, de plano, se han retirado de la política. Sería importante revisar históricamente cuántas veces los trabajadores hemos ganado batallas y cuántas veces hemos perdido dando paso a que la clase dominante se consolide. ¿En los últimos cinco años cuántas decenas de veces nos ha parecido que “ahora sí la burguesía no se podrá salvar de las evidentes acusaciones en su contra” y con la risa en los labios y la burla, usando sus experiencias, se sale de todos los problemas?
4. Apunta muy bien mi amigo Hernández Navarro en su artículo: “La bolsa o la justicia” en la La Jornada: “Juzgada la movilización únicamente por esos grandes objetivos, su saldo final es decepcionante. No logró ninguna de esos ambiciosos propósitos. Fue el parto de los montes (los montes parieron ratones)… Con la negociación de Javier Corral y el gobierno federal, Ricardo Anaya recibió una bocanada de oxígeno, nada despreciable en una campaña electoral que tiene un candidato puntero y dos que marchan en tercer lugar. Que cada quien saque sus conclusiones de ello. Recuerdo los debates de Fernández Noroña en el congreso de los diputados donde éste despedazó a Corral y a los diputados panistas. Luego el mismo Noroña me comentó que Corral no era tan malo porque era “un demócrata progresista” influyendo en mí esa idea. La bolsa o cuello, como diría el japonés.
5. ¿Por qué los trabajadores somos siempre derrotados en nuestras demandas, protestas, luchas, por los grandes políticos y empresarios? Yo desde hace 50 años se lo atribuyo al enorme poder político y económico de la clase dominante y al entretenimiento del que son víctimas los trabajadores por el enorme peso ideológico de los medios de información. La clase dominante, desde el triunfo de su revolución burguesa 1910-17, sólo en un 10 por ciento ha usado el poder bruto de sus fuerzas armadas; el 90 por ciento de su dominio ha descansado en la ideología, el entretenimiento, la confusión, usada por los medios de información y en parte por la misma escuela burguesa. O sea, en vez de poner el acento en el encarcelamiento y el asesinato de los luchadores de oposición, pone el acento entre diversas formas de entretenimiento, en la mentira informativa y en la tergiversación de los hechos.
6. El asunto de Chihuahua, la triangulación de miles de millones del presupuesto público para repartirlo en beneficio de las campañas del PRI-gobierno, el desfalco de Odebrecht, el asunto de los gobernadores corruptos y mil casos más, pronto el gobierno les dará una solución: saldrán de la cárcel o de plano no llegarán a ella. Si no hemos ganado nunca batalla alguna, pienso que cuando los trabajadores ganen una o dos batallas importantes a la burguesía podríamos pensar que estamos en las puertas de la gran revolución, es decir, que la burguesía ya no puede gobernar porque han enloquecido y los trabajadores ya no soportan ningún gobierno y ocupan todas las calles del país. Será el momento en que repiquen las campanas, las luces voladoras se lancen al cielo y las fronteras se cierren para capturar a inversionistas y explotadores.
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El gobierno a favor de las empresas


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 El gobierno a favor de las empresas

 


El agua es vida. Del agua dependen los cultivos y el ganado, es decir, nuestro alimento. Somos 70% agua. No podemos persistir sin ella.
El derecho a disfrutar del agua para consumo humano es inherente al derecho a la vida de las personas. No podemos pensar uno sin el otro. Pero la burguesía y sus partidos no piensan en derechos, no piensan en el futuro y no les interesan los millones de personas que hoy en la ciudad de México viven sin agua,
esperando la tanda semanal o peor, esperando a que la pipa llegue antes de que se acaben los tambos.
El pasado mes de diciembre los diputados de PRD, PAN, PVEM y PRI de la Asamblea Legislativa (ALDF), aprobaron la Ley de Sustentabilidad Hídrica que da pie a la privatización del sistema de agua en la Ciudad de México durante al menos 25 años. Además de esta Ley, el PRD, PAN, PVEM y el PRI también aprobaron la Ley de Reconstrucción de la Ciudad de México, ampliamente criticada pues garantiza el negocio inmobiliario del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Esta Ley sólo profundizaría la opacidad y arbitrariedad que han caracterizado al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) durante las últimas administraciones. Es sospechosa la urgencia que tienen los partidos PRD y PAN por aprobar una Ley antes de las elecciones y antes de la entrada en vigor de la nueva Constitución para la Ciudad de México, la cual decreta el derecho al agua, por lo que buscan tener amarrado el negocio antes de esto.
La Ley incluye los componentes requeridos por las empresas para la privatización, como permitir que el Director General de SACMEX (que ahora será una paraestatal), firme acuerdos con las empresas, sin que los ciudadanos tengan acceso a los términos de los acuerdos, como ha sucedido en Puebla y Quintana Roo, donde el contenido de los acuerdos fueron “reservados” por 14 años después de su firma.
Dicen los burgueses que el agua falta en la ciudad porque la administración es burocrática e ineficiente, por supuesto ellos tratan de vendernos la privatización como la panacea, como una medicina mágica que cura todos los males. Según ellos el servicio estaría garantizado pues los empresarios son mejores administradores. Siempre son los mismos argumentos, las mismas máscaras: “descentralización”, “ciudadanización”, “desconcentración”, “modernización”. Tratan de convencernos de que ese camino, el de la privatización, es la única y más adecuada solución a los pésimos servicios que brinda el Estado a la clase trabajadora, pues en las zonas residenciales nunca les falta el agua para regar sus pastos, llenar sus albercas y menos para cocinar o bañarse.
La Ley incluye apartados sobre la comercialización del agua de lluvia. Sí, por ridículo que suene la Ley prevé la posibilidad de que una empresa capte agua de lluvia, la potabilice y la venda. Que nos vendan el agua de lluvia como una mercancía suena al más absurdo de los objetivos de la burguesía.
No es la primera vez que esto ocurre, en Bolivia, en el año 2000, el gobierno capitalista de ese país decretó una ley muy parecida a la que se decretó en la Ciudad de México. Esa ley privatizaba el disfrute del agua potable y no hacía distinción entre las distintas necesidades de una población mayoritariamente campesina e indígena. La principal empresa beneficiada fue Aguas Tunarí, propiedad de uno de los expresidentes de aquella nación sudamericana, que a su vez tenía acuerdos con la empresa norteamericana Brechel. Una vez que la iniciativa privada tomó el mando del abastecimiento del agua, las tarifas se elevaron irracionalmente, millones perdieron el poco acceso que aún tenían al vital líquido. No cabe duda que la burguesía administra eficientemente.
¿Cómo respondió el pueblo boliviano a esta afrenta de la burguesía y su gobierno? La población organizada salió a la calle, se hicieron grandes manifestaciones, se declararon huelgas y se realizaron grandes bloqueos. La represión y las campañas de desprestigio no se hicieron esperar. Pero los riesgos que corrió el pueblo boliviano no han sido infructuosos. El régimen progresista, aunque con asegunes, que gobierna hoy Bolivia es resultado directo de aquel proceso de lucha.
La gran burguesía internacional desde hace décadas se está preparando para asumir el negocio millonario del agua para consumo humano, un negocio que les aseguraría por décadas las ganancias que hoy escatiman a la extracción del petróleo, se trata de un negocio que dejaría 400 mil millones de dólares al año en ganancias. En África, en Europa oriental y en América Latina hay consorcios privados operando servicios de agua potable. Los principales beneficiarios son la norteamericana Brechel y las francesas Viviendi y Suez. ¿Qué sería hoy de Bolivia si su pueblo no se hubiera volcado a las calles en la defensa del agua?
La Organización de Lucha por la Emancipación Popular enarbola la lucha por el derecho al agua en nuestro programa mínimo para la Ciudad de México, el primer punto es “Agua potable para todo el pueblo”. En nuestro programa proponemos: “Acceso universal de agua potable, mínimo 100 litros por habitante en cada vivienda”, “Contra la privatización del SACMEX”, “Tarifas justas y mayores recursos a la construcción de obra hidráulica”. Es una mentira que en nuestra ciudad falte el agua. Lo que falta es un servicio cuyo objetivo sea que el pueblo disfrute del agua según su necesidad y no un esquema en el que se le considera como mercancía, y cuyas ganancias irán a parar a los bolsillos de los burgueses nacionales e internacionales.
¡El agua no es una mercancía, el agua es vida y los trabajadores tenemos derecho a la vida y sabremos defenderla!
NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la sección ANÁLISIS del No. 31 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Enero-Febrero 2018.
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La era del sentimentalismo salvaje


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La era del sentimentalismo salvaje

Francisco José Contreras

En las elecciones españolas de 2015, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, habló de niños que rebuscan en la basura y tiritan en aulas sin calefacción… y rompió de largo el techo histórico de la ultraizquierda. La foto del niño muerto en una playa turca obligó a la UE a replantearse su política de refugiados. Y, cuando se intenta comprender por qué nacionalistas catalanes y vascos no son felices en las regiones más autónomas de Europa, tropezamos al final con un misterioso “sentimiento” y el axioma de que el corazón identitario tiene razones que la razón no comprende.
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Que el hombre es un híbrido de razón y emoción, y que los sentimientos juegan un papel en la cosa pública, no es ninguna novedad. Pero el ideal clásico -desde Aristóteles o los estoicos, y también después en el cristianismo- era el encauzamiento de las pasiones por la recta razón. Ahora, en cambio, vivimos en una sociedad que rinde culto a los sentimientos, exige su exhibición impúdica y consume ávidamente la emoción ajena. La llantina de una famosa en “Sálvame” o unos oportunos arrumacos en Operación Triunfo disparan las audiencias.
La nación que aguantó sin pestañear las devastaciones de la Luftwaffe en 1940, gimoteaba inconsolable en 1997 por la muerte de una princesa pop
Esta deriva sensiblera afecta a todo Occidente, y resulta quizás más llamativa en pueblos como el británico, que en tiempos habían hecho del autocontrol emocional –la famosa “flema”- su seña emblemática de identidad. La nación que aguantó sin pestañear las devastaciones de la Luftwaffe en 1940, gimoteaba inconsolable en 1997 por la muerte de una princesa pop que había aireado sus adulterios (y los del príncipe Carlos) ante las cámaras. Se confirmaba, señaló Melanie Phillips, “que Gran Bretaña había dejado de ser un país de estoicismo, autocontención y responsabilidad para pasar a ser una tierra de sentimentalismo, irresponsabilidad y autoindulgencia”.
La era del sentimentalismo salvaje
Lady Di consiguió ese grado de veneración popular precisamente porque encarnaba -en su propia vida amorosa caótica, en su publicitada militancia en sucesivas causas buenistas y en su reivindicación de la autenticidad emocional frente a una Familia Real percibida como envarada y gélida- las nuevas características de la sociedad inglesa. Esta “orgía sentimental kitsch” alcanzó su máximo simbolismo cuando la plebe dobló el pulso de la reina Isabel II, obligándola a abandonar su código clásico de dignidad y majestad: “Show us you care!”. Elton John triunfó sobre Purcell y Elgar. Hubo un tiempo en que controlar la propia emotividad en público se consideraba una señal de respeto a sí mismo y a los demás, a quienes les pueden resultar embarazosas nuestras efusiones. Hoy es interpretado como inhumanidad.
La emoción desbordada distorsiona el juicio racional y, cuando la distorsión es masiva, las consecuencias públicas pueden ser graves
El doctor Theodore Dalrymple, psiquiatra forense con amplia experiencia judicial, reflexionó sobre el triunfo del sentimentalismo chav en la cultura británica en una obra titulada Spoilt Rotten. El imperio de la sensiblería no solo resulta lamentable por su acompañamiento estético de vulgaridad e impudicia emotiva: la emoción desbordada distorsiona el juicio racional y, cuando la distorsión es masiva, las consecuencias públicas pueden ser graves.
Cuando el debate llega a estar dominado por “proposiciones emotivas”, la sociedad tiene un serio problema. La “proposición emotiva”, explica Dalrymple, es “una proposición falsa cuya principal función es dejar sentada la superior sensibilidad de aquél que la emite”, y que comporta “una suspensión voluntaria de la racionalidad crítica a favor de una respuesta emocional inmediata”. Cuando el podemita habla de niños hambrientos, cuando la feminista recuerda la “brecha de género”, el portavoz LGTB denuncia el “odio homofóbico” o el Papa dice que la muerte de balseros en el Mediterráneo es “la vergüenza de Europa”, cuando el separatista grita que “España nos roba”… de poco sirve sacar balanzas fiscales o demostrar con datos que en España no se pasa hambre, que no se discrimina a la mujer, que es uno de los países más gay friendly del mundo, o que los africanos se juegan el tipo en las pateras precisamente porque consideran Europa un destino nada “vergonzoso”. Pues son afirmaciones que no pretenden describir hechos, sino suscitar respuestas emocionales.
El código moral clásico recomendaba desconfiar de la autocompasión, pero la sensibilidad postmoderna rechaza esa autovigilancia como inhumana
A primera vista, el resorte emotivo que buscan activar es el de la preocupación por los supuestamente oprimidos. Ahora bien, la proposición sentimental hace vibrar también cuerdas emocionales menos nobles. Por ejemplo, la del victimismo: se está invitando a mujeres, homosexuales, inmigrantes, etc. a que se consideren víctimas del machismo, el racismo o la homofobia; es una invitación tentadora, dada la innata inclinación humana a la autocompasión. El código moral clásico recomendaba desconfiar de la autocompasión, pero ya sabemos que la sensibilidad postmoderna rechaza esa autovigilancia como inhumana. Frente al ideal estoico de la entereza ante la adversidad, hoy, en cambio, todo el mundo quiere sentirse víctima.
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Por otra parte, bajo una fachada de solidaridad con los humillados y ofendidos, la proposición sentimental encubre el narcisismo moral: suscribiendo las declaraciones emocionalmente correctas, uno está comprando gratis la satisfacción de pertenecer al bando del bien. Cuando veo un documental sobre el sufrimiento de los niños del Tercer Mundo, mi primera lágrima es de compasión, pero la segunda es de autocomplacencia: “¡qué sensible soy, cómo me conmueven los niños del Tercer Mundo!”. Uno se emociona de su propia emoción. Esta cualidad automultiplicadora se da también en otras emociones morales, como el victimismo. Pruebe a fingir indignación por un agravio imaginario: a poco que persista, se habrá metido tanto en su papel que la indignación llegará a ser sincera e insoportable.
El discrepante queda deslegitimado como insensible: sus argumentos no merecen siquiera ser examinados
La otra cara de esto es la dimensión intimidatoria de la declaración moral-sentimental: si suscribirla es estar automáticamente con los buenos y admirarse a sí mismo por ello, negarla implica situarse en el campo siniestro de los machista-racista-homófobos. El discrepante queda deslegitimado como insensible: sus argumentos no merecen siquiera ser examinados. Quien usa el lenguaje emocional-políticamente correcto está deslizando también el mensaje: “yo soy más sensible que tú” y “no se te ocurra llevarme la contraria, si no quieres quedar como un repugnante machirulo”. Y este bullying funciona… ¡vaya si funciona!
La era del sentimentalismo salvaje
La parte más interesante del libro de Dalrymple es la que muestra cómo el paradójico corolario del imperio de la sensiblería es a menudo la barbarie. El imperativo de autenticidad emocional, por ejemplo, requiere deshacer las parejas cuando “ya no estamos enamorados”. ¡No se puede engañar al corazón, no se puede “vivir en la mentira”! El resultado ha sido una volatilidad familiar creciente: el matrimonio ha sido desplazado por uniones libres más frágiles y efímeras.
“Cuando se le pregunta quién es su padre, el niño responde a menudo: ¿Quiere decir mi padre en este momento?”
Lo que omite el discurso de la corrección emocional-política es la enorme factura de sufrimiento infantil y desarraigo adulto que ha acompañado a esta revolución. Como psicólogo, Dalrymple conoce bien los “nuevos modelos de familia”. “Cuando se le pregunta quién es su padre, el niño responde a menudo: ¿Quiere decir mi padre en este momento?”. El modelo en la clase trabajadora –y cada vez más también en la clase media- ha pasado a ser la “serial step-fatherhood”: la mujer va encadenando compañeros sentimentales, con algunos de los cuales tendrá hijos.
Y no, el nuevo novio de la madre no puede llenar el vacío del padre biológico. El riesgo estadístico de que los niños reciban agresiones físicas o sexuales se multiplica hasta por veinte cuando hay padrastros en casa (huelga decir que eso no significa que todos los padrastros sean violentos). Dalrymple documenta casos en los que el nuevo novio exige a la mujer que elija: “o los niños, o yo”. Y ella entrega sus hijos a los servicios sociales.
El fracaso escolar y la indisciplina en las aulas son otros tantos capítulos de la factura social de nuestro culto al sentimiento
Esos son casos extremos. Mucho más frecuentes son aquéllos en los que padres o padrastros aplacan la mala conciencia que les produce haber antepuesto su autorrealización amorosa al bienestar de los hijos mediante el mimo excesivo de éstos. El resultado ha sido una generación de niños consentidos que, desconociendo la autoridad parental en casa, tampoco aceptan la del profesor en el colegio. El fracaso escolar y la indisciplina en las aulas son otros tantos capítulos de la factura social de nuestro culto al sentimiento.
Y el ámbito en que la emoción sin barreras se traduce directamente en brutalidad es el de la “violencia de género”. La necesidad humana de exclusividad en la posesión sexual recíproca parece hondamente arraigada, y no puede, por tanto, ser culturalmente modificada. Pero eso significa que, en un contexto social de gran volatilidad de las parejas, serán frecuentes los celos, y también la violencia asociada a ellos. Si la única ley es la espontaneidad emocional, la fidelidad de la pareja pende siempre de un hilo: de ahí la suspicacia, la alerta constante (la who-are-you-looking-at-culture). Una relación que comenzó frívolamente se puede romper también frívolamente: si le birlaste la chica a un conocido, estarás obsesionado con que te la puedan birlar a ti; como en la berrea del ganado, cualquier varón se convierte en un rival sexual potencial. Cuando finalmente les ocurre, algunos especialmente emotivos entonan el “la maté porque era mía”. Así es cómo la dictadura del sentimiento nos va devolviendo al Paleolítico.


Ante el rápido crecimiento de Morena urge analizar su perspectiva para ganar y mantenerse en el gobierno


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Ante el rápido crecimiento de Morena urge analizar su perspectiva para ganar y mantenerse en el gobierno

 


Ante el rápido crecimiento de Morena urge analizar su perspectiva para ganar y mantenerse en el gobierno
1. De alguien escuché o leí que le decía a López Obrador que descansara un poco de sus giras iniciadas hace 18 años para dedicar algunos días para analizar con sus compañeros cómo va su campaña. Me recuerda que un viejo compañero del espartaquismo que hace unos tres años -en desacuerdo con alguno de mis artículos- me hizo una fuerte crítica: “escribe menos y piensa más”; seguí escribiendo al mismo ritmo, pero me obligó a pensar más y aventurarme menos en mis juicios. Tengo la convicción de que no sólo hay que “hacer cosas” para justificar nuestra existencia, sino que lo importante es pensar, reflexionar críticamente acerca del mundo que nos rodea. Quizá por ello la famosa tesis de Marx: “Lo importante no es sólo conocer el mundo sino ayudar a transformarlo”.
2. Mucha gente cree que nadie le puede quitar el triunfo electoral del próximo julio a López Obrador. Se piensa que hoy está mejor posesionado que en 2006 cuando le arrebataron mediante un fraude descarado su triunfo. Por ello tengo la convicción que debe pasarse a un análisis colectivo de su campaña en todo el país. ¿Con cuántos cuadros políticos de alto y mediano nivel cuenta para extender y profundizar el trabajo en la campaña electoral? ¿Qué tipo de trabajo político e ideológico se realiza entre los que militaban en los partidos de derecha y cómo se asegura su fidelidad en Morena? Morena, han señalado insistentemente, no es un partido de izquierda sino uno plural donde caben todos los colores e ideologías, pero si no se ejerce un pequeño control político, no se hable ni se llore, luego de traiciones y creencias.
3. Si López Obrador puede ganar y es derrotado por errores fatales de Morena. Si logra la Presidencia y es echado de ella por la burguesía por incapacidad de mantenerse en el cargo y si, por cualquier pretexto, se pliega a los explotadores y opresores de México, pues indudablemente millones de voces lo condenarán y todas las gentes honestas saldremos a la calle hasta derrocarlo. Por ello, la petición de que miles de comités del partido Morena se reúnan a analizar y discutir las perspectivas del lópezobradorismo antes que se inicien formalmente las campañas o avancen más, fuera de las formalidades de los congresos o plenos, hay que hacer reflexionar a la gente para que todas las aportaciones verbales o escritas de ideas sean tomadas en cuenta.
4. Por lo que conozco de manera directa, así como en lecturas e historia política, todos los candidatos presidenciales –por lo menos desde que se promulgó la Constitución Política en 1917- han dicho que recorren todo el país en sus campañas; sin embargo lo que hacen desde los años cincuenta, son dos o tres mítines en las dos o tres ciudades importantes de los 31 estados. Sus partidos les organizan el “acarreo con pago a la gente” en cientos de autobuses y camiones y los que les hacen a cada candidato el texto de cada discurso que leerán, son los asesores de cada partido. López Obrador, durante 18 años, ha realizado cada semana 16 mítines en cada estado; pueblo tras pueblo de los 2 mil 500 registrados. Además, al concluir los municipios de cada el país, reinicia la gira habiendo completado más de cinco giras en la nación.
5. En conclusión: López Obrador ha realizado unas 12 mil visitas contra 110 de cualquier candidato. Sin embargo, por consigna, ha sido defraudado en 2006 por el panismo de Calderón y en 2012 por el priísta Peña Nieto. ¿Cómo se mide que esta estrategia de trabajo de AMLO sea realmente efectiva, y cómo saber si existe una más efectiva? Pareciera que López Obrador le da poca importancia a la organización y concientización de los seguidores de Morena. Por lo que he visto la gente asiste a sus mítines, escucha, pero no he visto que equipos de trabajo aprovechen estos actos para organizar, crear comités para dar continuidad a un trabajo político. Pienso que con las cinco o 10 visitas por municipio en 15 o 18 años, debería haber uno o varios comités por colonia en cada población. Sin embargo la línea parece ser otra.
6. Aunque no tenemos nada para presumir o sentirnos halagados por los resultados, en los años 60 y 70 en nuestro trabajo semi clandestino, pusimos en primer lugar el logro de contactos, la organización y la conciencia de clase. Jamás entramos a procesos electorales porque nuestra línea política era el trabajo entre los estudiantes en las universidades, entre obreros de fábrica o entre campesinos de poblaciones rurales. Nos bastaba un contacto político para luego crear una célula, distribuir volantes y periódicos para de manera centralista crear organización y movimientos. Así surgieron cientos de pequeñas organizaciones radicalizadas anticapitalistas, así como contra el PRI y el PAN. El PRI tuvo el gobierno durante 71 años hasta que en el año 2000 pasó por 12 años a manos del PAN que gobernó igual o peor que el PRI, pues eran hermanos.
7. Poseo la convicción que los seis próximos meses serán de lo más importante; interesa ver las múltiples formas de intervención de Trump y los yanquis usando la presión de expulsión de migrantes, la construcción del muro y el echar abajo el TLC. ¿Sabías que hay decenas de miles de agentes yanquis de la CIA, el DEA, el FBI, sobre todo que ahora se busca aturdir y confundir con la llamada intervención rusa? ¿Estás enterado que las amenazas de los EEUU contra Venezuela, Irak, Corea del Norte se unen al bloqueo político contra Lula, Cristina Kirchner, Correa y todos aquellos gobiernos progresistas de América Latina? Por ello también se tiene la esperanza en que un gobierno de López Obrador ayude a recuperar la fuerza progresista de América Latina. Por ello hay que reflexionar acerca de la política nacional para cerrar el paso a la derecha.
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