Como decíamos apenas unos días atrás (
Afganistán: Temporada de caza
), el país centroasiático se ha convertido en un inmenso coto de caza, donde no se distinguen cazados de cazadores.
Como prueba de ello a apenas horas de los últimos ataques del
Talibán
contra diferentes objetivos militares, cuatro en total, ejecutados
entre el martes y el miércoles de la semana pasada, que dejaron
alrededor 150 muertos y casi 300 heridos, como para coronar la semana,
este último viernes, 20 de octubre, el día sagrado del Islam, se
produjeron dos atentados simultáneos contra dos mezquitas
chiíes.
El primero en Kabul y en el otro en la provincia de Ghor al oeste del
país, causado entre los dos atentados cerca de 70 muertos y unos 100
heridos.
La acción que dejó mayor cantidad de víctimas tuvo como objetivo la mezquita del
Imam Zamam en el barrio kabulí de Dasht-e-Barchi, al oeste de la ciudad, en su mayoría habitado por la martirizada minoría
hazara.
Durante la oración del atardecer el atacante se detonó matando a 39
personas e hiriendo a otras 45 y revindicado por el Emirato de
Khorasán (
Daesh)
El objetivo en la provincia Ghor, fue la mezquita Khwajagan, en el
distrito de Du-Layna, que produjo una treintena de muertos. Más allá del
ataque a la comunidad
chií, las autoridades creen que el blanco
principal fue Fazl-ul-Ahad Khan, comandante de las de las tantas fuerzas
para-estatales que operan en Ghor, contra los fundamentalistas quien se
cuenta entre los muertos, junto a varios de sus lugartenientes.
Los ataques contra la comunidad
chií
son frecuentes en Afganistán, el último que se había producido, fueron a
fines del mes de agosto último, en Kabul, que dejó 28 muertos y cerca
de medio centenar de heridos. En ese caso el ataque fue revindicado por
Emirato de Khorasan, una formación fundada en enero de 2015, por el
Daesh, y que pretendía la creación de un emirato que contenga nada menos que a Afganistán, Pakistán, India y Bangladesh.
Estados Unidos por su parte, que intenta replantear su presencia en
Afganistán a partir de la nueva administración, tras haber anunciado el
envió de unos tres mil hombres y exigir a sus socios europeos que por lo
menos envíen otros mil, bombardeó un campo de entrenamiento del
Daesh, donde al parecer murieron cerca de 40
muyahidines
en Peja, distrito de Achinm en la provincia de Nangarhar este último
sábado. Además han fueron destruidas un gran número de armas, munición y
explosivos. Esta operación intenta evitar atentados como el del último
viernes en Kabul. Otro atentado en que murieron dos personas y
resultaron ocho heridas, se produjo en un hotel en el distrito de
Ishkamish, de la provincia de Tajar, en el norte del país. Hasta el
momento ninguno de los grupos wahabitas que operan en el área, se ha
adjudicado el ataque.
Durante esta última semana también se volvieron a registrar enfrentamientos entre el
Talibán
y los hombres del Califa Ibrahim, guerra que no por solapada es menos
sangrienta. Ambos grupos rigoristas están en disputa por las regiones
productoras de opio, factor clave para financiar sus guerras, ya que el
país es el mayor productor mundial de opio con casi un 95% de total.
Desde la invasión de 2001, la producción ha aumentado 25 veces pasando
la superficie de cultivo de 8 mil hectáreas a 201mil, en la actualidad
los cultivos se ubican en 21 de las 34 provincias afganas.
Este
último jueves, los combates se libraron en el distrito de Jogyani en la
provincia de Nangarhar, al este del país, donde habrían muerto cerca de
una docena de milicianos.
El
mullah Haibatullah Akhundzada , máximo líder del
talibán
ha reiterado en varias ocasiones el pedido a ambos grupos de evitar
enfrentamientos, pero nada se ha logrado. Las escaramuzas entre el
talibán y el
Daesh, que se producen con cierta periodicidad ya se ha cobrado la vida de unos 800 milicianos de ambos bandos.
¿Un viejo jugador vuelve al conflicto?
Agencias de inteligencia y medios informativos internacionales insisten
en establecer que Moscú ha tomado partido por sus antiguos rivales el
Talibán y sea justamente Rusia quien está proveyendo de armamento a la organización fundada por el
mullah Omar.
Funcionarios afganos han denunciado en distintos foros a Moscú por su
injerencia en la guerra que Kabul, apoyado por Estados Unidos, libra
contra el
talibán, alegando que potencias extranjeras, intentan llenar los vacíos tras la retirada norteamericana.
Después de semanas de intensas batallas en la provincia occidental de Farah, en la que los combatientes
talibanes
estuvieron por tomar la ciudad capital del mismo nombre por tercera vez
en el año. El comandante del 207 Cuerpo del Ejército afgano, denunció
que los terroristas portaban armas de origen ruso.
De continuar
el ritmo de ataques insurgentes contra blancos militares y civiles
afganos la decisión de Trump de retomar activamente la guerra en
Afganistán. Ya que los casi 10 mil militares norteamericanos que se
mantienen en el país centroasiático, solo cumplen tareas de
entrenamiento y vigilancia, estando impedidos de entrar en combate,
aunque si puede bombardear.
El
Talibán con sus acciones
está desafiando abiertamente a Trump, aunque también se sabe que con la
llegada del invierno, el frente de guerra tenderá a serenarse hasta la
próxima primavera, que se espera sea una de las más sangrientas de la
última década.
Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook:
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