Indice
I.- Interrogantes
II.- Estructura Burocrática de la Ciencia
III.- Tramitación Judicial del Estrago Científico (2005-2016)
IV.- Mecanismo del Simulacro Académico
V.- Patrimonio Intangible de un Estado Saqueado
VI.- Rol de los Medios Masivos
VII.- Conclusión
Apéndice
Frente a los descubrimientos de pública notoriedad acerca de la
corrupción en la obra pública, acontecida durante la década
Kirchnerista, que nos viene dejando estupefactos, cabe recurrir a una
serie de antecedentes e interrogantes, a los fines de ahondar en el
origen y el desarrollo de la catástrofe moral, intelectual y política
que padece nuestro país. La evolución de este drama ha puesto nuevamente
en vilo el viejo debate acerca de si la moral y el derecho pueden o no
conducirse por carriles separados (cfr. Lon Fuller, 1969).
I.- Interrogantes
¿Pudo haberse desatado tamaña corrupción en la esfera del aparato
estatal, vinculada a la infraestructura pública, sin que previamente la
estructura institucional del estado fuera adrede y sistemáticamente
paralizada y corrompida? Esa corrupción del estado argentino ha venido
minando progresivamente la quíntuple esfera de valores intangibles, los
de la democracia, la sociedad civil, la cultura, la educación y el
capitalismo.
¿Pudo haberse propagado semejante quíntuple metástasis sin que
previamente la división de poderes, la independencia de la justicia, la
autonomía de las universidades públicas y de los organismos de control, y
la presencia activa de una intelectualidad crítica (conjunto complejo
de periodistas, científicos y artistas del país) hubieran tolerado
-salvo muy contadas excepciones (Lanata, Majul, Feinman, Pagni, Alconada
Mon, Cabot, etc.)- que se los anestesiara, amedrentara y censurara, al
extremo de aceptar y encubrir la intromisión del poder del estado en el
libre funcionamiento de las instituciones culturales (mediante
subsidios, incentivos, evaluaciones, calificaciones, ascensos,
excepciones a la dedicación exclusiva y contratos de asesorías y
consultorías, etc.)?
En ese sentido, la opinión pública ha tomado conocimiento que
numerosas universidades públicas han permitido que fueran reclutadas por
funcionarios del Poder Ejecutivo (PEN) como si fueran Caballos de
Troya, para servir los intereses fraudulentos de la obra pública. Más
aún, instituciones relevantes para la educación pública, como el
CONICET, la CONEAU, los Consejos Superiores de las Universidades
Públicas, la Agencia Nacional para la Producción Científica y
Tecnológica (ANPCyT), y el Comité de Ética en Ciencia y Técnica o CECTE,
también actuaron en banda o asociación ilícita, corrompiendo
alevosamente la organización, la difusión y la producción del
conocimiento.
II.- Estructura Burocrática de la Ciencia
Pese a que el fraude en el aparato científico fue denunciado
administrativamente en el año 2005, y judicialmente en el año 2009 (Juez
Martínez de Giorgi), por una suerte de “Centeno del CONICET” (castigado
y perseguido por sus acusaciones), el periodismo de los mal llamados
“medios hegemónicos” ha venido callando y garantizando la impunidad del
Ministro de Ciencia y Técnica Lino Barañao, acusado por su fraudulento
desempeño en la presidencia de la ANPCyT, entre los años 2003 y 2007.
En aquella fase fundacional y aún impune de la corrupción argentina,
la ANPCyT había distribuido a centenares de científicos pertenecientes
al CONICET y a las Universidades argentinas la suma de U$S1240 millones
de dólares, procedentes de un préstamo del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), cuando el dólar estaba a cuatro ($4) pesos.
Para la distribución de estos fondos públicos, la ANPCyT manipuló una
estructura de una veintena de Mesas Coordinadoras, compuestas por tres
Coordinadores y otros tres Co-coordinadores. Escandalosamente, los
principales beneficiarios de los subsidios de investigación -por la
dimensión y la reiteración de los montos recibidos- fueron los propios
integrantes de dichas Mesas Coordinadoras, quienes habrían obrado como
juez y parte en la evaluación de sus proyectos personales de
investigación científica. Esos Coordinadores fueron detalladamente
identificados con nombres y apellidos, números de expedientes, fechas y
montos percibidos en el texto mismo de la denuncia elevada a la
Fiscalía de Investigaciones Administrativas (ver abajo Listado
alfabético de los Coordinadores de la Agencia acusados y luego
ascendidos en el CONICET).
III.- Tramitación Judicial del Estrago Científico (2005-2016)
Aunque las valiosas pruebas y extensos testimonios recogidos por los
funcionarios de la Fiscalía (entre ellos el del jurista Roberto
Gargarella), la denuncia fue archivada por el Fiscal Guillermo
Noailles. Paralelamente, esa misma denuncia fue elevada también al Fuero
Federal Penal, tocándole por sorteo al Juez Marcelo Martínez de Giorgi,
quien la archivó al año siguiente, en 2010.
Apelada la sentencia, la Sala II de la Cámara Federal Penal,
compuesta por Irúrzun, Cattani y Farah, ratificó el archivo en 2011, con
elogios a Martínez de Giorgi. Últimamente, en noviembre de 2016, se
presentó una acción de nulidad ante el Fiscal Gerardo Pollicita, quien
en su afán por defender al actual Ministro Barañao desestimó la acción
por “inexistencia de delito”, negando que la mendacidad sobre las
“generales de la ley” (conflicto de interés) incurrida por el testigo
Carlos Cassanello hubiere constituido un falso testimonio y que por
tanto éste fuere nulo de nulidad absoluta.
Sin embargo, pese al Fiscal Pollicita, esa sentencia de archivo
constituiría cosa juzgada írrita, debería ser declarada nula de nulidad
absoluta, y por tanto debería ser reabierta, pues el único testigo
admitido por el Juez Martínez de Giorgi, el Director del Fondo para la
Investigación Científica y Tecnológica (FonCyT) Carlos Cassanello,
habría tenido estrechos vínculos con las grandes empresas detectadas en
los Cuadernos de Centeno (Techint, Roggio, Isolux, Sociedad
Latinoamericana de Inversiones, Enarsa, BTU, Pescarmona).
IV.- Mecanismo del Simulacro Académico
Para comprender la existencia del delito que el Fiscal Pollicita
niega, es preciso entonces desentrañar el simulacro de un otorgamiento
académico de los subsidios de investigación y el rol que en ese delito
jugaron los Coordinadores, investigación que aún no pudo contar siquiera
con un arrepentido, como en el caso de los Cuadernos de Centeno.
La responsabilidad de los Coordinadores es la de asignar los
evaluadores de cada proyecto cd investigación (desinsaculados de un
Banco de Evaluadores de identidad confidencial), y la designación de los
Coordinadores habría correspondido al Director del FonCyT Carlos
Cassanello y en última instancia al Directorio de la Agencia. La Agencia
a su vez actuó en forma cartelizada con el Directorio del CONICET,
pues subsidió a ciertos y determinados Investigadores de dicho
organismo. En reciprocidad, el Directorio del CONICET adoptó una serie
de medidas que eran de su propia prerrogativa: a) designar a esos mismos
Coordinadores en sus múltiples Comisiones Asesoras; b) ascenderlos en
la carrera científica mediante su propia Junta de Calificaciones; c)
aceptar que se los exceptuara de la dedicación exclusiva si contaban con
ingresos disfrazados de asesorías o consultorías; y d) otorgarles
contratos post-jubilación.
Este plan mafioso no hubiera sido posible sin la complicidad de
numerosas autoridades, entre las cuales se encontraba todo el staff de
la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación hoy con el status de
Ministerio, así como todos los funcionarios de las Secretarías de
Ciencia y Técnica de las diferentes Universidades Nacionales, las cuales
han tenido mediante las categorizaciones de los denominados
“Incentivos”, administrados desde la secretaría de Políticas
Universitarias del Ministerio de Educación, parte intrínseca en el plan
mafioso.
Simultáneamente, el Presidente del Directorio de la Agencia Lino
Barañao y sus veinte Mesas Coordinadoras orquestaron la “Calesita de la
Felicidad”, consistente en atender los proyectos de investigación de sus
Coordinadores en forma discriminada y con sortija bendecida. Cuando el
proyecto de investigación de un Coordinador llegaba a una Mesa
Coordinadora, el protagonista se excusaba y se retiraba de dicha Mesa,
asumiendo su lugar uno de los Co-coordinadores. Aprobado el subsidio del
Coordinador respectivo, el beneficiario volvía a la Mesa, y retornaba o
reciprocaba la sortija a los otros dos integrantes de su Mesa, cuando
sus respectivos proyectos llegaban a la misma.
V.- Patrimonio Intangible de un Estado Saqueado
Se debe dejar en claro que no toda la catástrofe K recayó
exclusivamente en la infraestructura material del estado, pues también
afectó el patrimonio intangible de la educación pública, cuyo daño
irreparable a la salud y buena fe de la comunidad científica y educativa
del país es mucho más incalculable que el contenido en los Cuadernos de
Centeno y en los bolsos de López.
Sin embargo, los consejos superiores de las universidades y sus
secretarías de ciencia y técnica, los centros y federaciones de docentes
y estudiantes, los Colegios Profesionales, y la Asociación de
Trabajadores del Estado o ATE-CONICET (Micheli) callaron la naturaleza
delictiva de los actos aquí detallados.
VI.- Rol de los Medios Masivos
Para que el mecanismo doloso de la “calesita” con la “sortija
bendecida” pasara desapercibido era preciso además contar con la más
difícil complicidad de la gran prensa opositora. Era imprescindible
entonces que las denuncias administrativas y judiciales no trascendieran
a la clase política, docente y estudiantil, ni a la opinión pública.
Para esa faena de obscena censura y encubrimiento, el Ministro Barañao
–quien durante el Kirchnerismo fue ciego, sordo y mudo- se sirvió de los
subsidios a columnistas y periodistas políticos de la gran prensa
“hegemónica” y a muchos de sus allegados académicos. Esto lo denuncié
por todos los medios a mi alcance y ahora lo vengo a reiterar.
Actualmente, esos periodistas, columnistas y allegados premiados con
sortijas afortunadas y consecuentemente ascendidos en el CONICET y
exceptuados de la dedicación exclusiva, vienen presidiendo y controlando
el Club Político Argentino (Vicente Palermo, L. A. Romero, Marcos
Novaro), asociación privada sin fines de lucro pero con innegables
conexiones político-partidarios, el mismo que sostiene en las sombras la
perpetuidad en el cargo de dicho Ministro Barañao.
VII.- Conclusión
En suma, debemos concluir que sin reabrirse las denuncias archivadas,
sin honestidad en la moral interna del derecho (cfr. Lon Fuller, 1969),
sin extinción de los ascensos mal-habidos, y sin extirpar esos tumores
que están en franca reproducción ampliada (por cuanto supuestamente
estarían prescriptos y los ascensos en el CONICET serían derechos
adquiridos no susceptibles de revisar), no hay comunidad científica en
país alguno del mundo que pueda producir un conocimiento original y
genuino, por más que se inyecte en la misma ingentes recursos
económicos.
Apéndice
Listado de los Coordinadores de la Agencia Acusados y Ascendidos en el CONICET (2003-2007)
Antón,
Añón, Arzt, Astini, Balseiro, Beaugé, Beccaria, Bucala, Cabada, Cánepa,
Carelli, Cazzulo, Ceccatto, Cerda, Coira, Corach, Corti, Escande,
Frías, Garcés, Gigoló, Gugliotta,
Helbling, Jorrat, Lanusse, Mroginski, Parma, Paz, Poderoso, Politis, Quattrochio, Ravetta,
Rossi, Rubiolo, Salvarezza, Sánchez, Schalamuk, Vargas, Zanetti,
Por
Eduardo R. Saguier, Ph.D.
CONICET-Argentina