Al cabo de 5 meses de golpes aéreos garantizados por los 70
aviones rusos desplegados en Siria, numerosos analistas militares se
preguntan por qué el Ejército Árabe Sirio sólo había podido recuperar
anteriormente una pequeña parte del territorio ocupado por los
yihadistas. Esos expertos establecen una comparación, totalmente
inadecuada, con el ejército de EEUU, que logró ocupar Iraq en 42 días…
con 1 800 aviones y 380 000 soldados.
Las dificultades del principio
Durante
los 5 años de guerra en Siria, entre 100 000 y 250 000 mercenarios
terroristas –reclutados y armados por Arabia Saudí, Qatar, Estados
Unidos y Turquía– penetraron en territorio sirio a través de las
fronteras de ese país con Turquía, Jordania e Israel. Esos mercenarios
abrieron varios frentes, obligando las unidades del Ejército Árabe Sirio
a dispersarse en pequeños grupos a través del país.
En una
primera fase, la acción de los terroristas consistió en la realización
de ataques por sorpresa contra instalaciones del Ejército Árabe Sirio y
de la policía. La reacción del Ejército Árabe Sirio fue lenta e
inadecuada, utilizando únicamente tropas de la 104ª brigada de la
Guardia Republicana y de la 4ª división mecanizada. El éxito de la
primera fase de ataques de los llamados «rebeldes» se extendió en forma
de cascada, principalmente debido a un conocimiento perfecto de las
debilidades del Ejército Árabe Sirio. De la planificación de aquellos
ataques se encargaban los instructores militares de las fuerzas
especiales de Turquía (conocidos como Bordo Bereliler, en referencia al
color rojo oscuro de la boina que usan) y de Arabia Saudita.
Durante
los 3 primeros años de la guerra, el Ejército Árabe Sirio, que siempre
se había preparado para librar una guerra clásica contra sus vecinos y
no para una guerra asimétrica, no mostró el más elemental sentido
táctico, adoptando dispositivos inadecuados sin espacios entre sí, sin
cobertura de fuego entre los elementos de los dispositivos, sin técnicas
de identificación para diferenciar a amigos y enemigos, etc. Los
yihadistas, por su parte, disponían además de material de construcción
importado previamente, como equipos que les permitían cavar túneles muy
rápidamente, mientras que el Ejército Árabe Sirio no tenía cómo detectar
la existencia de dichos túneles. Esto permitió a los terroristas
realizar operaciones en las que tenían a su favor el factor sorpresa
frente a las tropas sirias, incapaces de reaccionar ante la infiltración
masiva de terroristas, que así lograron ocupar numerosas bases
militares y depósitos de armas y municiones. Por consiguiente, el
Ejército Árabe Sirio ni siquiera podía garantizar las medidas
elementales de combate (y de prevención), ni prever con tiempo la mejor
manera de ponerse en disposición de planificar la guerra.
Los
aviones de reconocimiento sin piloto [drones] Shahed-129, proporcionados
por Irán, permitieron mejorar los procedimientos tácticos de los grupos
de asalto del Ejército Árabe Sirio así como su uso exitoso, dando como
resultado la realización de maniobras muy rápidas.
Rusia respaldó
al gobierno sirio desde el primer momento, tanto política como
diplomáticamente, con esporádicos envíos de armas y con cursos de
formación. Pero, en el otoño de 2015, la ayuda rusa pasó a ser una ayuda
«a la carta», aumentando además de manera exponencial. El Ejército
Árabe Sirio rápidamente se puso al día en el uso del nuevo armamento.
En
este momento ha llegado a su fin el periodo durante el cual el Ejército
Árabe Sirio sacrificaba territorio y se limitaba exclusivamente a
proteger su población civil frente a los yihadistas.
Armamento individual y equipamiento de protección
En
un primer tiempo, el Ejército Árabe Sirio estaba equipado solamente con
cascos chinos QGF-02. Algunos soldados de la Guardia Republicana y de
las fuerzas especiales disponían de chalecos blindados TAT-BA-7. El
armamento individual se componía de fusiles automáticos AK-47 (o de su
variante china del tipo 56). La ausencia de aparatos de visión nocturna y
de prismáticos con sistemas de intensificación de la luz residual
constituyó una grave limitación.
Aunque Siria había optado en 2005
por un proyecto de equipamiento individual moderno ([el proyecto ruso
conocido como] «Soldado del Futuro»), en el momento del inicio de la
guerra civil dicho equipamiento no había sido adquirido, debido al
embargo impuesto como consecuencia de la sospecha de que [Siria] podía
haber organizado el asesinato de Rafic Hariri [ex primer ministro del
Líbano]. Este equipamiento individual incluye un dispositivo de
observación nocturna Baighis 6 y el fusil de asalto AK-74M. Con la
llegada de los instructores rusos, la mayor parte de las unidades del
Ejército Árabe Sirio fueron equipadas con chalecos antibalas 6B45,
cascos de Kevlar 6B7 y fusiles automáticos de asalto AK-74M o AK-104,
con dispositivo de puntería y lanzagranadas GP-30. Los rusos equiparon
el Ejército Árabe Sirio con material moderno de visión nocturna,
lanzadores de granadas termobáricas AGS-17 y lanzagranadas6G30 (de 40
mm).
Los reservistas
Durante
estos 5 años de guerra, el Ejército Árabe Sirio sufrió gran número de
bajas, más importantes que las sufridas durante las guerras contra
Israel, mucho material de guerra fue destruido o cayó en manos de los
yihadistas y numerosas localidades quedaron bajo control de esos
elementos. Esto último se caracterizó, en el 75% del territorio sirio,
por la cruel ejecución de soldados capturados y de civiles favorables a
la República Árabe Siria. Ello dificultó el reemplazo de la importante
cantidad de efectivos que el Ejército Árabe Sirio había perdido, proceso
que se hizo mucho más difícil de lo que se había previsto en los planes
de movilización en tiempo de paz. Temiendo por sus vidas, 130 000
reservistas no se presentaron al ser llamados a filas, de manera que
sólo quedan 270 000 efectivos.
Ante esa circunstancia, el Ejército
Árabe Sirio recurrió a la creación de subunidades conformadas con
voluntarios de mayor edad que lo previsto, basándose la mayor parte del
tiempo en el principio de territorialidad.
Fundamentalmente, en
las zonas atacadas por los rebeldes existían grupos locales de defensa
sin coordinación con las unidades profesionales del ejército, mal
armados, carentes del entrenamiento físico adecuado, que no habían
recibido entrenamiento en el tiro, sin comandantes formados en escuelas
militares que dispusiesen de un mínimo de conocimientos aplicables en
situación de combate. Basados únicamente por su entusiasmo patriótico,
esos grupos locales de defensa sufrieron un número significativo de
bajas.
Con la mejoría de la situación y la transición hacia el
ejército ofensivo, el Ejército Árabe Sirio incorporó esos grupos locales
de defensa a un programa de entrenamiento táctico intensivo,
concentrándose en los temas de la guerrilla urbana con tiro real,
marchas y nociones de ingeniería y pirotecnia. Se organizó un puente
aéreo entre Damasco y Teherán para que los voluntarios sirios pudieran
recibir entrenamiento dispensado por el Bassij (Voluntarios) iraní, como
el que recibieron y siguen recibiendo aún los combatientes del Hezbolá.
Por primera vez, los iraníes entrenaron no sólo shiíes sino también
sunníes y cristianos.
Operaciones especiales
Las
fuerzas especiales sirias fueron formadas y entrenadas por el ejército
egipcio en los años 1960, según un programa de comandos británicos
concebido para los militares de las unidades de infantería ligera que
cuentan con la calificación de paracaidistas. Al principio de esta
guerra, el Ejército Árabe Sirio tenía 6 batallones independientes de
fuerzas especiales y otro batallón de paracaidistas, que es la 104ª
brigada de la Guardia Republicana.
En mayo de 2014, se creó un
grupo de comandos llamado los «Leones Protectores» subordinado a la 4ª
división mecanizada, que opera en el norte de Siria. Al inicio de la
guerra, el equipamiento de las fuerzas especiales sirias era tan
deficiente como el de las demás fuerzas del Ejército Árabe Sirio y los
comandos ya no tenían experiencia en combate urbano ni combate
antisurreccional, como en Beirut, en 1982. En aquella época, las
unidades de comandos sirios estaban equipadas con lanzagranadas
antitanque RPG-7 y sistemas de misiles antitanque 9K111 Fagot y Milan-1,
que habían causado enormes estragos entre los blindados israelíes.
La
situación mejoró con la llegada a Siria de formadores iraníes de la
Fuerza al-Quds (bien equipados y bien formados) y de combatientes del
Hezbolá libanés con gran experiencia en guerra urbana. Hay que recordar
que las fuerzas especiales iraníes fueron creadas y formadas por su
equivalente estadounidense y las SBU británicas, en tiempos de Shah
Mohamed Reza Pahlevi.
Los comandos CQB y FIBUA del Hezbollah
libanés, armados con modernos misiles antitanque (9M113 Konkurs, 9M131
Metis M y 9M133 Kornet) y con lanzagranadas antitanques (RPG 7V y
RPG-29) adquirieron en 2006 una sólida experiencia combativa en tácticas
asimétricas y guerrilla urbana contra los tanques Merkava del ejército
israelí. Y han perfeccionado nuevas técnicas de combate antitanque
extremadamente eficaces.
Con la llegada de los instructores
Spetsnaz rusos, todo fue analizado y revisado siguiendo principios de
acción y reglas claras. Aunque Irán invirtió mucho dinero en el
equipamiento de las fuerzas especiales, ese equipamiento no era de
última generación, como el de los rusos. Fotos recientes de miembros de
las fuerzas especiales sirias los presentan equipados exactamente como
los rusos, en traje de camuflaje ignífugo del tipo MultiCam, con cascos
FAST Ops-Core que disponen de un sistema optoelectrónico integrado,
aparatos de visión nocturna, capucha, chaleco antibalas y botas de
calidad, fusiles dotados de una mira telescópica británica Accuracy
international AWM y de silenciador o armados con el fusil automático
AK-74M equipado de una mira Alpha 7115 con telémetro laser y un
lanzagranadas automático AGS-30 o con la ametralladora Pecheneg, etc.
Los
progresos en la formación y el equipamiento de los comandos sirios con
armamento moderno pudieron verse en la reciente operación de
recuperación de la carretera Janasser-Ithriyah, única vía de
abastecimiento de las fuerzas progubernamentales en la provincia de
Alepo.
Los francotiradores
Los
combates en zonas urbanas no se conciben sin el despliegue de numerosos
francotiradores, entrenados y equipados con armamento moderno. Al
principio de la guerra, al no existir puntos de observación en las
partes altas de los edificios ni francotiradores, los autores de
atentados suicidas podían escoger fácilmente sus objetivos y hacerse
estallar, o penetrar con vehículos en los puntos de control del Ejército
Árabe Sirio. Este último tenía pocos francotiradores y sólo disponía de
modelos antiguos de fusiles con mira telescópica, como el Dragunov y el
DRM (fusil de la firma china NORINCO copiado del viejo M-14
estadounidense.
Posteriormente, los iraníes dotaron el Ejército
Árabe Sirio de una copia local del fusil austriaco Steyr HS.50 con mira
telescópica y los rusos proporcionaron el moderno fusil Orsis T-5000 (de
7,62 mm), también con mira telescópica, y la ametralladora con mira
telescópica KSVK (de 12,7 mm).
Por iniciativa de iraníes y rusos
se creó para el Ejército Árabe Sirio una escuela de francotiradores con
instructores libaneses (del Hezbolá), iraníes y rusos. Los
francotiradores rusos son los mejores del mundo, gracias a su armamento,
su camuflaje y sus centros de formación. La clave para los
francotiradores sirios será «hacerse invisibles y ver sin ser vistos».
Los blindados
Cuando
se inventó, durante la Primera Guerra Mundial, el objetivo del tanque
era atacar y quebrar las barreras y líneas de defensa del enemigo
gracias a la protección de su blindaje, su poder de fuego y una gran
movilidad. En nuestra época, las unidades antitanques equipadas con
sistemas de misiles son mucho menos onerosas que las unidades de
tanques, cuya acción se hace difícil en un entorno saturado de medios
antitanque. Los blindados enviados para restaurar el orden, sin una
exploración profunda del perímetro de acción y sin respaldo de la
infantería, se vieron obligados a operar en medio de los poblados, donde
cayeron en emboscadas, bajo el fuego de lanzagranadas portátiles y de
misiles antitanque. Decenas de miles de sistemas de misiles antitanque
estadounidenses BGM-71 Tow, de Milan-2 franco-alemanes y de lanzacohetes
croatas M 79 Osa fueron introducidos secretamente en Siria por los
servicios de inteligencia de Turquía, Arabia Saudí, Francia y EEUU.
Los
blindados sirios no tienen placas de protección del tipo ERA, montadas
en la parte delantera y encima de la torreta, ni sistemas que permitan
cegar los captores de guía de los misiles antitanques, ni sistemas de
protección de tipo activo, con captores de intercepción de misiles
antitanques capaces de hacerlos estallar antes de que alcancen el
blindaje. Debido a esas carencias, los blindados fueron a menudos
perforados con un solo impacto directo. Ya destruidos o averiados,
cientos de blindados del Ejército Árabe Sirio tuvieron que ser objeto de
adaptaciones, soldándoles placas de acero y montando posteriormente
placas del tipo ERA para neutralizar la acumulación de impactos.
A
su llegada a Siria, los instructores militares rusos también
comprobaron que uno de los principales errores que el Ejército Árabe
Sirio había cometido era abandonar el blindado averiado. Los rusos
comprobaron que la mayoría de aquellos blindados fueron reparados por
especialistas militares turcos que dirigían a los yihadistas, o que
fueron utilizados como baterías de artillería fija para fortificar
posiciones conquistadas. Por consiguiente, el Ejército Árabe Sirio
aumentó la cantidad de subunidades de remolque y evacuación de blindados
averiados así como la de talleres de reparación.
A principios de
2016, los rusos entregaron al Ejército Árabe Sirio alrededor de 20
tanques T-72B3 y T-90 MS, que disponen de una protección reactiva eficaz
contra los misiles antitanque estadounidenses BGM-71 Tow. El tanque
T-90 MS ha sido utilizado en la composición de destacamentos avanzados
para romper las defensas de los yihadistas, según lo que ha podido verse
en febrero de 2016, durante la ofensiva hacia la ciudad de Kuweira,
cerca de Alepo. Aunque han sido integrados al Ejército Árabe Sirio, los
tanques T-90 MS fueron pagados por Irán y están siendo utilizados por
tripulaciones iraníes.
La artillería
Además
de los blindados capturados al Ejército Árabe Sirio, los terroristas
recibieron gran cantidad de camionetas artilladas con ametralladoras,
lanzacohetes, cañones y armamento de pequeño calibre, lo cual les
confiere una gran movilidad y, con ello, la posibilidad de explotar el
efecto de sorpresa. Para neutralizar esos blancos dispuestos en una zona
limitado se habrían necesitado municiones inteligentes que el Ejército
Árabe Sirio no tenía. Los rusos le proveyeron sistemas de reconocimiento
«PRP-4A Argus» para artillería expedicionaria, que permiten determinar
las coordenadas de la artillería y de los blindados enemigos así como la
posición de grupos aislados de tiradores desde que abren fuego.
Además,
de ese equipamiento, el Ejército Árabe Sirio recibió lanzadores de
proyectiles termobáricos (de 220 mm) TOS-1 Buratino», que tienen una
cadencia de fuego de 24 proyectiles en 7 o 15 segundos. Una salva de
TOS-1 cubre un área de 200 metros por 400.
Con la llegada de los
instructores rusos a Siria se planteó el problema de la entrega al
Ejército Árabe Sirio de misiles Krasnopol KM-2 guiados por haz de laser.
Ese sistema necesita un operador para el dispositivo LTD (laser target
designator) que ilumina el blanco con el laser desde un vehículo
blindado. Ya en la zona de 2 kilómetros de largo por 1,6 km de ancho, en
los alrededores del blanco, el sistema de guía del misil Krasnopolse
dirige hacia el blanco iluminado por el laser.
La aviación
Hasta
la llegada del contingente ruso, la aviación siria no disponía de
armamento dotado de sistemas de guía de alta precisión, capaces de
garantizar un apoyo a las tropas terrestres. Por esa razón, la aviación
siria utilizaba principalmente cohetes de 57 mm y bombas FAB-50 y
FAB-100, lanzadas en picada de 1 500 a 3 000 metros. A esa altura, los
aviones sirios eran vulnerables a los disparos de las piezas de
artillería de 23 y 30 mm de los terroristas y estaban al alcance de los
misiles tierra-aire portátiles del tipo MANPADs, lo cual explica las
numerosas pérdidas de aviones que sufrió la aviación siria.
Mientras
tanto, 21 bombarderos Su-24MK sirios fueron modernizados en la fábrica
N° 514 ARZ de la aeronáutica rusa, en Rzhev, y elevados al nivel
estándar de los Su-24M2, dotados de sistemas de navegación y de guías
para armamento de precisión (PNS-M), como los que tiene la aviación rusa
desplegada en la base aérea de Hamaimim. En 2015, Rusia entregó a la
aviación siria motores y elementos de aviónica de avanzada para
modernizar 64 aviones MiG-23BN/MLD, llevándolos al nivel del MiG-23-98.
El
MiG-23 dispone de los sistemas OLS-M, de la clase LANTIRN, para la
navegación nocturna, la detección infrarroja de blancos terrestres y la
guía de varios tipos de armas inteligentes, como las que utilizan los
bombarderos tácticos rusos desplegados en Siria.
Los Su-24 y
MiG-23 sirios pueden ejecutar ahora bombardeos de precisión, diurnos y
nocturnos, desde altitudes que los sitúan fuera del alcance de los
sistemas portátiles de misiles tierra-aire. Así han logrado, por
ejemplo, destruir con bombas penetrantes los puestos de mando
subterráneos que los yihadistas habían construido por todos lados. Y
para alcanzar las tropas en tierra, desde hace un año ya no es necesario
recurrir al uso de barriles de explosivos lanzados desde helicópteros,
que de todas maneras serían destruidos por los sistemas antiaéreos del
tipo MANPADs.
Valentin Vasilescu – Red Voltaire