¿Por qué Occidente demoniza a Putin?
Publicado: 27 abr 2015 12:45 GMT
En los últimos 15 años, Rusia ha pasado de ser un país
que estaba agonizando lentamente a un actor fuerte con el que Occidente
ha tenido que empezar a contar, y esta es la única razón de la actual
política agresiva de los países occidentales hacia Rusia, considera el
periodista checo Ladislav Kašuka.
En 1999, antes de la llegada de
Putin
al poder, Rusia, un país grande y rico en recursos, un país que había
derrotado a los nazis "salvando a mucha gente y a naciones enteras de la
destrucción total o la esclavitud", se encontraba en una situación
económica "más deplorable que después de la Segunda Guerra Mundial
", escribe el periodista en un artículo publicado en el portal
Czech Free Press, en el que analiza las posibles razones de Occidente para demonizar al presidente ruso.
"Antes de la llegada de Vladímir Putin, la Federación de Rusia,
hablando en sentido figurado, estaba de rodillas y agonizando
lentamente", con casi todas las empresas rentables en manos de capital
extranjero o de mafiosos, explica el periodista, agregando que
Occidente estaba muy contento con aquella situación.
Es más, prosigue el autor del artículo, "en muchos aspectos, fue
Occidente quien provocó esta situación".
"El plan de EE.UU. y de Bruselas para convertir un rival amenazante e
invicto (Occidente nunca quiso una asociación de verdad) en una colonia
de materias primas destruida e indefensa iba cobrando vida poco a
poco", explica el analista.
La Federación de Rusia se ha convertido en un país con el que
Occidente tenía que empezar a contar, y en un socio para muchos países
que debido a una amarga experiencia ya no querían negociar con EE.UU.
Líderes, banqueros y oligarcas de EE.UU. y Bruselas "ya se frotaban las manos",
esperando sumar al dinero ganado con las agresiones militares
estadounidenses en África del Sur, Asia y Oriente Próximo el dinero
saqueado de Rusia, explica Kašuka, que además recuerda que en 200 años,
los estadounidenses participaron en más de 200 guerras, "cifras que
conmocionan a cualquier persona normal".
Sin embargo, sostiene el periodista, sucedió algo que nadie esperaba,
y, como la última venganza a Occidente por haberle engañado con falsas
promesas de amistad y cooperación fructífera,
Borís Yeltsin nombró sucesor a Vladímir Putin,
quien ya tenía experiencia y había podido observar durante muchos años
los errores de sus predecesores y desarrollar una estrategia para volver
a convertir a Rusia en una potencia económica y militar.
"Vladímir Putin cambió por completo la política rusa del siglo XXI,
obligando a los oligarcas a retirarse de la política, quitando sin
piedad la fortuna a los que la habían ganado por medios deshonestos, y
devolviendo estas empresas y sociedades al control estatal", señala
Kašuka.
"Gracias a ello, la Federación de Rusia se ha convertido en un país
con el que Occidente tenía que empezar a contar, y en un socio para
muchos países que debido a una amarga experiencia ya no querían negociar
con EE.UU.", agrega.
A juicio del experto, "esta es la única razón real por la que
Occidente comenzó una política de contención contra Rusia, por la que
rodeó a este país con un anillo de hierro de las bases de la OTAN, por
la que empezó a organizar en los países vecinos de la Federación de
Rusia sus '
revoluciones de colores',
que le permitieron descomponer Asia y África, y por la que Occidente
tomó medidas extremas, como el apoyo del golpe de Estado armado e
ilegítimo en Ucrania, en el que participaron grupos neonazis".
"Tampoco desdeñó Occidente apoyar posteriormente el genocidio llevado
a cabo por el Ejército y la Guardia Nacional ucraniana contra aquella
parte de la población civil que había rechazado a los que organizaron el
golpe", concluye el periodista.