Corporaciones
que aniquilan la biodiversidad y con impunidad matan a la gente en
Honduras y Brasil, conspirando con la máquina estatal corrupta, están
siendo premiadas por haber contribuido al "desarrollo limpio", al igual
que los que inyectan dinero en la pobreza absoluta y desempleo total en
India. Al fin y al cabo lo cierto es que sus proyectos no son
"limpios" y no favorecen al ambiente en el tema de emisiones de carbono.
Sacando triunfo tras triunfo, el capitalismo global vive
despiadadamente a costa de los mas pobres, más débiles, mas vulnerables.
Somos una empresa inclusiva que respeta y celebra la diversidad y
los derechos humanos de sus empleados, clientes y comunidades. Pero
nunca dejamos de intentar mejorar como una empresa, empleador y miembro
de la comunidad.
Una corporación a que le importa los derechos humanos de
sus empleados, clientes y comunidades, ¿Acaso es lo que estamos
buscando?
Eso era lo que Miguel Facussé, quizás el hombre de negocios más poderoso
en Honduras, contestó a los reporteros de noticias al ser galardonado
con el
Premio CEAL Internacional por el Consejo Empresarial de América Latina (CEAL).
Ahora yuxtapongan las palabras nobles de Facussé y las palabras dichas
por los secuestradores desconocidos que amenazaron a la periodista del
Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA),
Karla Zelaya,
el 23 de Octubre de 2012 después de secuestrarla: "Por ahora eres la
afortunada. No vamos a matarte, porque nos sirves más viva que muerta¨.
La asociación entre esta gente y Facussé es el secreto de Pulcinella en
Honduras, tampoco es un secreto que la milicia de Facussé confabula con
las fuerzas de seguridad estatales, especialmente después del golpe de
estado de 2009 que derrocó al presidente elegido democráticamente. Según
la
Frente Nacional para Resistencia Popular (FNRP),
este nuevo acto de violencia se generó después de que 2 campesinos
hubieran sido asesinados el fin de semana y a otros 3 campesinos los
encontraron enterrados en Farallones, en una finca de Miguel Facussé.
Las noticias que recibimos desde Honduras durante estos pocos meses son horripilantes, según lo señalado en 2 reportes (
aquí y
aquí)
de Amnistía Internacional. Después del asesinato de la líder campesina
Margarita Murillo el 27 de agosto de 2014, mataron a otro dirigente
campesino Juan Ángel López Miralda el 11 de noviembre del mismo año.
Al fin y al cabo, cuánto tiempo más podrían aguantar a Murillo, una
luchadora de toda la vida contra el estado opresivo, quien sobrevivió 22
días de arresto y torturas en los 80, y
después de la desaparición de su hijo ella se atrevió a decir lo siguiente
en 2009: "Si uno capturó a mi hijo para retenerme, esa fue una muy mala
decisión suya. Llevo 25 años luchando, no voy a dejar de hacerlo".
Obviamente, para detenerla el estado no encontró otro remedio que
matarla. Aunque a Facussé y a su corporación los reportes de Amnistía
Internacional no lo mencionan, no cabe la menor duda del motivo y modo
de su eliminación.
Poseyendo las miles de hectáreas de terreno
en la región de Bajo Aguán y en otras partes, Facussé tiene buenas
razones para eliminar a cualquier persona que aboga por los derechos de
la gente que reivindica estas tierras como propias. Facussé, quien en el
pasado era un consejero de uno de los presidentes hondureños y un tío
del otro, literalmente puede hacer lo que quiera en Honduras.
El mundo gobernado por el capitalismo no carece de la gente como
Facussé. Si miramos atentamente, cada país y economía en desarrollo
tiene sus propios Facussés que no sólo nombran a los que ganan y pierden
las elecciones, sino que además pueden destituir o expulsar a los que
se niegan a jugar conforme a sus reglas después de obtener el poder. Sin
embargo, estos magnates extremadamente ricos, teniendo los negocios
opacos y capacidad de establecer, infringir las regulaciones y derrocar a
los gobiernos en los países poco desarrollados, equivalen a las
corporaciones multinacionales ricas y poderosas en economías y países
desarrollados.
A los teólogos neoliberales les gustaría hacernos pensar que la gente,
que valora la acumulación de bienes más que las vidas de centenas, miles
de los pobres que constituyen las comunidades, es un fenómeno
transitorio en vísperas de la llegada del imperio de la ley a estas
sociedades en modernización. En otras palabras, debemos soportar la
plutocracia y empobrecimiento masivo por el desarrollo económico
capitalista que de una manera u otra va a llevarnos a la sociedad mas
próspera o incluso más igualitaria.
Al final del día, ¿así es la verdad? Vamos a hacer un paralelo entre la
corporación Dinant de Facussé y Vallourec & Mannesmann Tubes
(V&M), la empresa conjunta del Vallourec Group francés (con 23 000
empleados y ventas de 5.3 mil millones de dólares estadoundenses en
2012, 78 % de las cuales se realizaron afuera de Europa, según la
Compay´s site) y de la compañía alemana Mannesmannrohren-Werke AG.
Por lo pronto, el desdén y la indiferencia hacia los derechos humanos
son igualmente fuertes en ambas empresas. Mientras los guardias privados
de Facussé fusilan a quemarropa a los campesinos en Honduras y dejan a
los cuerpos para que se pudran en los campos antes de que la policía
pueda recogerlos, en Brasil V&M envenena las tierras para limpiarla
de vegetación nativa y plantar los eucaliptos. Se repite lo mismo - el
sustento, las napas desaparecen y los habitantes de las ciudades
pequeñas como Minas Frais tienen que sufrir hambre y miseria a la vez. A
los que se atreven a apuntar el dedo a V&M, los matan sin piedad,
así como asesinan a la gente que reta a Dinant en Honduras.
Sin embargo, las semejanzas no se agotan a estas alturas. Ahora ambas
empresas se benefician del esquema de compensación establecido bajo el
Protocolo de Kioto (iniciativa supuestamente excelente) y ideado para
reducir la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las palmas de Dinant se cultivan para producir bio-combustible
supuestamente "renovable", los eucaliptos de V&M, otro recurso
renovable, - para obtener carbón vegetal. Esas empresas comercializan
sus créditos de carbono a otros grandes contaminadores industriales y de
este modo reciben enormes sumas de dinero a través del Mecanismo de
Desarrollo Limpio de las Naciones Unidas y el Banco Mundial. Al fin de
cuentas, los dos, biocarburante y carbón se queman y así se emiten los
gases de efecto invernadero.
En resumen: mientras a la gente la asesinan y oprimen en Brasil y
Honduras, las ganancias de corporaciones como Dinant y V&M siguen
aumentando, a la biodiversidad le hacen daños irrevocables en ambos
casos (utilizando el recurso renovable supuestamente excelente para el
desarrollo limpio).
En el articulo "
Nuevo mundo valiente del comercio de derechos de emisión de CO2" el autor, Clive L. Spash, expresa el siguiente punto de vista:
"La difusión de los gases de efecto invernadero, fuerte incertidumbre y
complejidad se unen para impedir que los economistas comprueben sus
afirmaciones teoréticas sobre rentabilidad. El poder corporativo se
expone como la mayor fuerza que perjudica la operación del mercado de
CO2 y el concepto. La capacidad de manipulación para obtener ganancia
financiera, mientras muestra poca consideración por las consecuencias
socio-ambientales, es evidente en vista de que los mercados se
extendieron por el mundo a través de subsidiarias comerciales. (...)
Concluye que el foco en tales mercados distrae de la necesidad de
cambiar la conducta del género humano, instituciones e infraestructura.
Mientras los bienes de la gente como Facussé crecen impetuosamente, los
que sufren verdaderos del desastre viven en la pobreza horrible y son
más marginados. Mientras sus compatriotas afrontan la brutalidad de los
guardabosques de V&M y otras grandes empresas, la clase media
brasileña se preocupa por otras cosas. Aparentemente el hecho de que la
administración de Rouseff ha traicionado sus principios a favor de las
corporaciones no es suficiente para ellos: hace poco
142.000 de ellos firmaron una petición
para la Casa Blanca, pidiendo al presidente Obama que se presentase
como oponente a la "expansión comunista bolivariana en Brasil la cual
promueve la administración de Dilma Rouseff".
Eso dice mucho sobre la grave situación de la gente indígena en Brasil, Honduras y otros sitios.
Las
noticias sobre esa situación raramente aparecen en los medios de
comunicación principales, mientras las protestas callejeras contra los
líderes como Rouseff de Brasil y Maduro de Venezuela son cubiertas las
24 horas.
A pesar de que los medios de comunicación principales trabajan día y
noche para que exista simpatía por el orden económico neoliberal y orden
político derivado ofusca la realidad, no todos abandonaron a los pobres
y desdichados. La situación grave de esta gente en Brasil y Honduras la
volvieron a describir vívidamente en el documental filmado en 2012 "La
fiebre de carbono". Esta película es dirigida por la organizadora de
justicia social, activista Amy Miller. El documental se estrenó en el
marco del recién terminado Festival de cine Kathmandu International
Mountain Film Festival y lo dejó pasmado al público.
El documental captó brillantemente la desgracia de las víctimas de unos
proyectos implementados a través del denominado Mecanismo de Desarollo
Limpio: entre ellos está uno realizado en India. Bajo ese roban sustento
a los basureros locales. Ya que una gran empresa se adelanta en
producción de energía de la basura (el total de la energía producida de
este modo es minima, mientras que la contaminación del aire (por el uso
de incineradores en las zonas residenciales) alcanza niveles
intolerables), le otorgan el monopolio en el reciclaje de la basura,
haciendo a la gente ya pobre meterse en el círculo vicioso de la miseria
absoluta y desempleo total.
Entonces, ¿Qué cosa le espera a la gente engañada por su propio
estado y perseguida por los ricos? La gente inteligente y educada en
India, aunque no se lo han pedido al presidente estadounidense del modo
como sus homólogos de Brasil lo hicieron, tienen básicamente la misma
postura respecto al malestar social y económico de la sociedad.
En su opinión, el único modo de combatir la pobreza penosa y el
desempleo exuberante es dejar a las corporaciones ricas explotar los
recursos naturales incluso más rápido y así transformar a este planeta
en un montón inhabitable de basura más temprano - así se crean nuevos
empleos. Las condiciones de vida de los trabajadores y la situación
grave de los desplazados es un lujo en el cual el estado no puede
permitirse pensar ahora mismo.
No hay nada sorprendente en que después de que Narenda Modi hubiese
obtenido el poder en India al prometer el desarrollo, su gobierno va a
depender no de las leyes estrictas impuestas por el estado, sino de la "
firme disposición" de las industrias contaminantes de controlar la polución.
Entonces, ¿cuándo se desvanece este apuro loco por encontrar solución de
todo problema de desarrollo económico sin fin mientras el desequilibrio
entre pobres y ricos se amplia, dejando a los pocos ricos observar la
desaparición del resto de los recursos naturales del planeta? ¿Cuántos
millones de personas más tendrán la ilusión de que la humanidad es
invencible ante las catástrofes naturales?
Miguel Facussé ya tiene más de 90 años y todavía quiere cosechar
riquezas a costa de miles de vidas hondureñas. Pero ¿el ecosistema
frágil de nuestro planeta va a sobrevivir otros 90 años sin que tenga
lugar la mayor destrucción? Aun si no sobrevive, Facussé no lo va a ver
al dejar un registro desastroso de haber destruido especies enteras y
muchas especies de flora y fauna en América del Sur para plantar
palmeras. Es probable que los dueños de V&M tampoco vivirán hasta
entonces al contribuir a la pérdida de incluso un mayor número de
especies del planeta para cultivar eucaliptos. ¿Quién puede juzgarlos?
Ellos no son ni los mayores, ni los últimos culpables en toda la saga de
mezquindad.
Van a recordarla a esta gente específicamente por lo siguiente: a medida
que ella desgarraba el ecosistema, acelerando la degradación de los
lugares con mayor biodiversidad del planeta Tierra, les honraban como si
hiciesen lo contrario, en otras palabras ellos no recibían castigos por
sus crímenes, sino premios.