Las diferentes potencias mundiales se posicionan con respecto al momento político que atraviesa Caracas.
© REUTERS/Carlos Garcia RawlinsJuan Guaidó
La autoproclamación del dirigente opositor
Juan Guaidó como "presidente encargado" de Venezuela ha provocado una crisis política y la reacción de numerosos países del mundo.
Este sábado España, Francia, Alemania y el Reino Unido prometieron
reconocer a Juan Guaidó si
Nicolás Maduro
no convoca las elecciones en un plazo de ocho días. Maduro, por su
parte, rechazó el ultimátum, y acusó a sus artífices de carecer de un
criterio político propio y actuar guiados por directrices
estadounidenses. "
Europa ha tenido una posición insolente, insostenible, impresentable, y debe retirar su ultimátum", precisó el mandatario venezolano.
Durante la sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU del mismo sábado, convocada a petición de EE.UU., Rusia
tachó el ultimátum europeo de "absurdo" y se pronunció en contra de la injerencia en los asuntos internos de Estados soberanos,
sosteniendo que son los propios venezolanos los que deben encontrar la salida a la situación actual.
Previamente, en una declaración en nombre del bloque, la Alta
representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y
Política de Seguridad y vicepresidenta de la Comisión Europea, Federica
Mogherini, afirmó que "el pueblo venezolano hizo un llamamiento a la
democracia y a la posibilidad de decidir libremente su propio destino.
Estas voces no pueden ser ignoradas".
Sin embargo, desde Italia, Manlio DiStefano, subsecretario de Estado para asuntos exteriores, ha anunciado que "
entre el intervencionismo de EE.UU. y el ultimátum inútil de la UE, Italia ofrece mediar entre Maduro y la oposición",
y el Gobierno de Grecia, en manos de la coalición izquierdista 'Syriza'
ha expresado su pleno apoyo "al presidente legítimo Nicolás Maduro".
¿Doble rasero?
En Francia, el presidente Emmanuel Macron publicó un polémico tuit en el
que asegura que "después de la elección ilegítima de Nicolás Maduro en
mayo de 2018, Europa apoya la restauración de la democracia". "Aclamo el
coraje de cientos de miles de venezolanos que marchan por su libertad",
añadió el político.
Muchos usuarios le reprocharon utilizar un doble rasero para evaluar la
situación en Venezuela, ya que al mismo tiempo reprime con dureza las
protestas sociales en su país.
"¿Y los 'chalecos amarillos' que marchan por su libertad no son lo mismo?", le planteó un usuario de Twitter.
El periodista internacional Alberto Rabilotta denuncia precisamente esa ambivalencia en el discurso de Macron cuando señala que
el
presidente francés "apoya a los contrarrevolucionarios en Venezuela y
reprime, con muchos elementos, las manifestaciones de gente pacífica
como son los 'chalecos amarillos' en toda Francia".
Con respecto al ultimátum y el posicionamiento de las diversas
autoridades europeas con respecto al momento político que atraviesa
Venezuela, este analista considera que "lo que está sucediendo ahora en
Caracas ya sucedió en la UE en el 2011,
cuando los tecnócratas
de Bruselas sacaron a los gobiernos legítimos de Italia y de Grecia y
pusieron a Lukás Papadimos y a Mario Monti, que estaban evidentemente dirigidos por la Union Europea".
Rabilotta explica que aquella decisión implicó "un desconocimiento total
de la soberanía nacional y la soberanía popular" de Grecia y de Italia
por parte de "este sistema supranacional, neoliberal y al servicio de
las finanzas". El periodista resume la situación aclarando que "
EE.UU. está tratando de imponer un títere en Venezuela y hay un reacomodamiento de fuerzas".
Un escenario multipolar
Rabilotta señala que el el líder opositor venezolano Juan Guaidó "no
está logrando el apoyo popular que se pensaba, ni está logrando
movilizar al pueblo", mientras "el gobierno de Nicolás Maduro está
organizado, tiene el apoyo de las fuerzas armadas y de una gran parte
del pueblo por lo menos".
El analista recuerda asimismo que "estamos en el siglo XXI, y ahora hay
dos potencias importantes que están brindando su apoyo a Venezuela, que
son Rusia y China", razón por la cual "la situación actual no es tan
difícil para Venezuela
como podría haberlo sido hace apenas 10 o 15 años, cuando el mundo era unipolar y EE.UU. dominaba todo".