Pedro Ferraracio: “El gobierno chileno es cómplice de las violaciones de Israel”
10/12/2015 7:34:15 a.m.
Resumen
Latinoamericano / 10 de Dic. 2015.- En 2008 se creó el Comité Nacional
Palestino para coordinar la campaña Boicot, Desinversiones y Sanciones
(BDS). Esta campaña surgió en 2005 como llamado de la sociedad civil
palestina, para que Israel respetara el derecho internacional y no
continuara la ocupación de territorios palestinos.
Pedro
Ferraracio Charbel, es un joven brasileño y quien desde marzo de este
año asumió la tarea de encauzar la campaña BDS en Latinoamérica. En este
momento realiza una gira por distintos países de la región para
dialogar con organizaciones y activistas pro palestina con el objetivo
de difundir la iniciativa. Ferraracio de paso por Chile, conversó en
exclusiva con
eldesconcierto.cl
sobre en qué consiste BDS, los logros que han obtenido y la relación
del Estado chileno con la compra de armas, equipos de seguridad y bombas
lacrimógenas a Israel.
¿De qué se trata la campaña BDS?
Lo
que plantea el BDS son tres derechos específicos que Israel debe
respetar, cosas que están descritas en el derecho internacional: el
derecho de retorno de los refugiados; el fin de la ocupación de
Cisjordania, la Franja de Gaza, incluyendo Jerusalén; y derechos iguales
para los palestinos que viven dentro de Israel.
Hoy 20% de la
población de Israel es palestina sin embargo no tienen los mismos
derechos que la población israelí judía. Son derechos obvios, estamos
planteando la igualdad, la justicia, la libertad. En el caso de los
refugiados por ejemplo, es algo que está en el derecho internacional, lo
mismo para la ocupación, lo mismo para los derechos iguales a la gente
que vive dentro de Israel.
Son planteamientos obvios, pero que
clarifican, cuál es el problema: hay un régimen de apartheid, un proceso
de ocupación y colonización que lleva años y frente a la impunidad,
nosotros podemos romper, por lo menos con nuestros vínculos.
¿Cuáles son los resultados que ha tenido su campaña?
El
BDS tiene muchos logros en el mundo. Es un movimiento muy efectivo que
está creciendo mucho. A nivel económico por ejemplo, el año que pasó,
hubo un 46% menos de inversiones internacionales en Israel y de acuerdo
con relatores de la UNCTAC [Conferencia de las Naciones Unidas Sobre
Comercio y Desarrollo] y de los académicos israelíes, la razones para
esta caída en las inversiones internacionales son el BDS y la masacre de
Israel en contra de la Franja de Gaza del año pasado. Entonces, es un
movimiento efectivo.
Lo que hace el BDS es hacer campañas en
contra de objetivos específicos, en contra de empresas israelíes o
internacionales, que tienen vínculos con las violaciones de Israel.
Por
ejemplo, la empresa británica G4s que hace la administración en las
prisiones de Israel, los puestos de control, la seguridad en las
colonias, es una empresa que tiene enfrentada una campaña al rededor del
mundo y está perdiendo muchos contratos, está perdiendo muchas
inversiones por su complicidad con lo que hace en Israel. Es el caso de
la Gates Foundation en los Estados Unidos que sacó sus acciones de G4s,
es el caso de los empresarios sudafricanos que han publicado carteles
diciendo que no van a contratar los servicios de G4s. Es el caso del
Parlamento Europeo que no renovó su contrato con G4s y otros tantos
ejemplos.
Lo mismo con otras empresas. La empresa francesa de
Veolia de transportes que construyó el tren que conecta las colonias
israelíes ilegales con el resto de Israel y son cómplices, por lo tanto
del proceso de colonización. Veolia perdió más de 14 millones de dólares
en contratos con municipalidades alrededor de Europa.
Pero muchas de esas empresas que no logran contratos en Europa están viniendo a Latinoamérica ¿Los logros siguen acá?
Así
es. Una de las empresas que participó en la construcción del muro que
construyó Israel en los territorios ocupados, muro que fue considerado
ilegal por la Corte Internacional de Justicia, es Elbit empresa israelí.
Elbit tenía contrato con la provincia de Río Grande del Sur en Brasil y
después de la presión de la sociedad civil brasileña, centrales
sindicales, grupos, políticos, sociedad civil, grupos de derechos
humanos, incluso otros gobiernos, la provincia de Río Grande del Sur,
rompió su contrato con Elbit.
Otra empresa es Mekorot, empresa de
aguas israelí que saca el agua de Cisjordania a los palestinos y se las
llevan a las colonias. Son dos sistemas de aguas distintos por
criterios raciales, apartheid. Mekorot tenía un contrato con la
provincia de Buenos Aires y los argentinos empezaron una campaña muy
fuerte y lograron que la provincia suspendiera el contrato con Mekorot
hablando de lo que hacía Mekorot en Palestina, pero también hablando de
las consecuencias de tener un contrato de este tipo en Argentina, para
la privatización del agua y el aumento en costos de consumo.
El BDS hace también puentes entre las situaciones locales y lo que sucede en Palestina.
Muchos
de los equipos que importa Chile de Israel, armas, equipos de
seguridad, las bombas lacrimógenas, todo eso se ha usado en contra de la
población chilena misma. Lo mismo pasa en Brasil, con las policías
militares que están ocupando las favelas, hay campañas de los
movimientos negros en contra de una empresa israelí que hace
entrenamiento de la policía militar porque ellos están sufriendo los
impactos de la tecnología, de las técnicas que desarrolla Israel,
utilizando el pueblo palestino como un laboratorio y ahora la están
usando en contra de ellos en Brasil.
El BDS construye puentes muy
fuertes de solidaridad entre los pueblos. Por eso, pueblos como los de
Sudáfrica, apoyan tan fuertemente el BDS. Desmond Tutu, el arzobispo que
luchó contra el apartheid, Nobel de la Paz, es uno de los grandes
colaboradores del movimiento. La Universidad de Johannesburgo por
ejemplo, rompió todos sus convenios con las universidades israelíes, un
ejemplo muy importante del boicot académico.
Israel también
utiliza las universidades, las asociaciones culturales para lavar su
imagen y utilizar esto como propaganda. Lo que hace el boicot académico y
el boicot cultural es decir que no es normal la ocupación y el
apartheid y la colonización, incluso denunciar los vínculos de las
universidades mismas con lo que hace Israel.
Las universidades
israelíes están involucradas con el régimen de apartheid de ocupación y
colonización. Han sacado declaraciones en apoyo a la masacre contra la
Franja de Gaza el año pasado, tienen convenios de investigación y
producción de conocimiento tecnológico para el Ejército Israelí, las
tecnologías del ejército se desarrollan en colaboración con las
universidades. Hay universidades que dan becas a los soldados que
estaban en la Franja de Gaza el año pasado cometiendo crímenes de
guerra. Son instituciones que están vinculadas con lo que hace Israel.
Nosotros no boicoteamos a individuos, hay muchos israelíes que también apoyan el BDS.
Recientemente
la Asociación Americana de Antropología sacó una declaración en apoyo
al BDS, la mayor asociación de antropología del mundo. En los Estados
Unidos, por ejemplo, Judith Butler, la filósofo de género apoya
fuertemente al BDS y ella es de origen judío. Stephen Hawking, el
físico, no aceptó una invitación de ex presidente de Israel Shimon Peres
para un premio, dijo que no iba a tener vínculos con instituciones
israelíes hasta que Israel respete los derechos humanos del pueblo
palestino.
A nivel cultural igual. Muchos artistas, como Roger
Waters han dicho que no van a hacer conciertos en Israel porque no van
dejar que se utilice su imagen para normalizar lo que hace Israel y por
una cuestión de coherencia. Si uno no iba a hacer un concierto en
Sudáfrica del apartheid, no va a hacer un concierto ahora en Israel
donde hay un régimen de apartheid de colonización y ocupación.
¿Cuál es la relación de Chile con las empresas e instituciones israelíes?
El
gobierno chileno y muchas de las instituciones chilenas son cómplices
de las violaciones de Israel. El gobierno chileno tiene contrato con las
empresas y con el gobierno de Israel. G4s, la empresa británica, está
por todas partes en Santiago, en oficinas, en universidades, en centros
comerciales y todo eso. La Universidad de Chile tiene convenios con
universidades israelíes que son cómplices de las violaciones de Israel.
Si
uno plantea soluciones justas: justicia, igualdad y libertad; hay que
empezar por ejemplo, a no comprar armas, a no financiar la industria que
hace estas violaciones. El movimiento BDS en Chile está creciendo, está
denunciando todo eso. En la misma Universidad de Chile hay un grupo muy
fuerte y muy creciente de estudiantes de distintas organizaciones y
grupos políticos que están juntos en apoyo al BDS para hacer presión
para que la universidad rompa sus vínculos con las universidades
israelíes o que no acepten, por ejemplo, eventos que tienen patrocinio
de la embajada israelí.
Los estudiantes de derecho han
sacado una resolución muy clara sobre eso, que están en contra de
eventos dentro de la universidad con patrocinio de la embajada de Israel
o con agentes del gobierno israelí. Eso es lo mínimo que hay que hacer.
Nosotros como ciudadanos del mundo, gente con conciencia, no podemos
aceptar que nuestros gobiernos estén financiando directamente estas
ilegalidades.
Muchos gobiernos de Latinoamérica han reconocido al
Estado Palestino, han hablado a favor del pueblo palestino y es el caso
del gobierno chileno, pero sigue con un doble estándar, sigue comprando
armas a Israel y haciendo contratos con empresas que contribuyen a las
violaciones a los derechos humanos.
Hoy lo que los palestinos
necesitan no es caridad ni declaraciones, necesitan de solidaridad
efectiva. Si uno está en solidaridad con el pueblo palestino hay que
romper los vínculos que se tengan y la complicidad con las ilegalidades
que perpetra Israel.
¿Quiénes se pueden sumar al BDS?
El
BDS es un movimiento de la sociedad civil internacional. Es un llamado a
todas personas, no importa el origen étnico, racial, religioso, hay
colaboradores del BDS en todo el mundo, en Europa, en los Estados
Unidos, donde los grupos son más fuertes. Una de las mayores coaliciones
está en Estados Unidos, la Voz Judía por la Paz, de judíos
estadounidenses que se han sumado a la campaña de BDS allá.
El
BDS es una campaña antirracista y nosotros, latinoamericanos, y ustedes
aquí en Chile conocen lo que fue el terrorismo de Estado, lo que fue el
proceso de colonización, las violaciones a los derechos humanos en
nuestra región y si se está de acuerdo con el respeto a los derechos
humanos hay que tener coherencia y hay que estar de acuerdo con los
derechos humanos allá.
El BDS no es un movimiento dogmático, no
es solamente dejar de comprar productos de Israel para dormir tranquilo,
sino que es una herramienta política para que se respete el derecho
internacional.
Muchas veces la prensa se olvida que las vidas de
los palestinos tienen los mismos valores, los mismos valor y si uno
respeta el derecho internacional aquí en Chile o plantea el derecho al
derecho internacional en Chile, hay que plantear lo mismo en Palestina.
Eso es lo que hace el BDS, plantea el respeto al derecho internacional,
al derecho al retorno, a derechos iguales a los palestinos dentro de
Israel y el fin de la ocupación por libertad, justicia e igual al pueblo
palestino.
Súper simple, súper obvio, pero todavía sigue la
complicidad de los gobiernos con las instituciones de Israel. Para
nosotros, la sociedad civil internacional, cuando los gobiernos no están
actuando, la responsabilidad está con nosotros. Los palestinos nos han
llamado, a nosotros, a ustedes en Chile, a participar en eso y a luchar
con ellos por esos principios. Sumarnos a esta lucha es una obligación
moral y humana.
Fuente: ElDesconcierto