CIUDAD DE MÉXICO, 19 de noviembre.-
La exclusión de los Presidentes de la República Vicente Fox y Felipe
Calderón del salón de plenos de la Cámara de Diputados, el registro de
22 controversias constitucionales, así como la negativa a autorizar
viajes presidenciales, pero también la aprobación de 80% de las
iniciativas enviadas desde Los Pinos, caracterizaron una relación de
tensión entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo en estos 12 años de
gobiernos federales panistas.
Convertido en un espejo de la pluralidad política del país, el
Congreso de la Unión protagonizó con los gobiernos federales del Partido
Acción Nacional (PAN) una relación por momentos tan distanciada que
abrió la etapa de las controversias constitucionales entre ambos.
Acusaciones, reproches y el uso de la
congeladora, tanto del
lado del Poder Ejecutivo como del Legislativo, fueron parte de las
aristas de esta dinámica que en 2003 Vicente Fox definió como: “El
Presidente propone y el Congreso dispone”.
Los gobiernos del PAN a nivel federal comenzaron tres años después de
que en México concluyó el tiempo de las mayorías aplastantes en el
Congreso de la Unión, cuando el PRI perdió la mitad más uno del pleno de
la Cámara de Diputados.
A partir de ese momento, en la segunda mitad del sexenio de Ernesto
Zedillo, la pluralidad en el Congreso ha obligado a los mandatarios
federales a depender de la voluntad de los legisladores de oposición.
A Vicente Fox, sin embargo, no le fue tan bien como a Zedillo. El
panista que obligó a la salida del PRI de Los Pinos sólo logró la
aprobación de 72% de las iniciativas que envió al Congreso.
Entre las que no pudo destrabar hubo varias en materia de seguridad,
la fiscal, para generalizar la aplicación del IVA, así como mayor
apertura del sector energético al sector privado.
Fox incluso inauguró el que un Presidente de la República utilizara
mensajes en medios de comunicación para denostar al Poder Legislativo y
acusarlo de frenar el progreso del país sólo por un afán partidista.
La relación se tensó tanto entre el Legislativo y Vicente Fox que
senadores y diputados federales aprobaron diversos extrañamientos al
mandatario federal, como en 2005, cuando el Senado le envió un reproche
oficial por su comportamiento en una reunión en Argentina, donde salió
distanciado de varios mandatarios de América Latina.
Intervención de la Corte
Ernesto Zedillo y la pluralidad del Congreso los llevó a tener sólo
una controversia constitucional que resolvió la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, el Poder Legislativo interpuso seis controversias
en contra de él, en tanto que Fox pidió cuatro veces la intervención de
la Corte para esclarecer los límites entre ambos Poderes.
El récord de controversias constitucionales, sin embargo, lo tiene Felipe Calderón con los senadores y diputados.
Mientras éstos emprendieron nueve controversias en su contra, de las cuales desistieron de una de ellas, Calderón presentó tres.
De éstas, el Presidente desistió de dos y una está en análisis en la Corte, referente a la Ley General de Víctimas.
A Felipe Calderón, quien también acusó en tres ocasiones al Congreso
de la Unión de frenar sus acciones de gobierno, al no aprobar las
propuestas que les hizo llegar a sus integrantes, lo caracterizó el
retrasar la promulgación de reformas, nuevas leyes y cambios
constitucionales, así como reglamentos.
Eso ha generado que en 17 ocasiones el Senado y la Cámara de
Diputados le hayan hecho exhortos públicos, aprobados por la mayoría de
sus respectivos plenos, para que publicara los decretos enviados por el
Congreso de la Unión.
De hecho, ése fue el motivo para esclarecer en la Constitución los tiempos para el ejercicio del llamado “veto de bolsillo”.
En estos dos sexenios también está el hecho de que la Constitución
debió modificarse en tres ocasiones para definir el diálogo directo
entre Legislativo y Ejecutivo.
Después de que el Congreso negó a Fox en dos ocasiones viajar al
extranjero —una en abril de 2002 para ir a Estados Unidos y Canadá y
otra el 9 de noviembre del 2006 para ir a Australia—, fue modificada la
Carta Magna para que el Presidente sólo tenga la obligación de
solicitar el permiso al Legislativo cuando su ausencia del territorio
nacional sea superior a siete días.
El cambio en el ritual
La Constitución también fue cambiada para que el Presidente de la
República ya no convierta el 1 de septiembre, día de entrega del Informe
de Gobierno al Congreso, en el llamado Día del Presidente, y de esta
forma, desde 2008 el mandatario federal es el único gobernante en México
que no puede hacer uso de la tribuna del Congreso.
En 2006, como efecto del encono que entonces tenía la izquierda en
contra del PAN, Vicente Fox no pudo ingresar al Salón de Plenos de la
Cámara de Diputados para rendir su sexto y último Informe de Gobierno, y
en 2007 pudo hacerlo Felipe Calderón con un mensaje breve, pero con la
inédita decisión de la entonces presidenta del Congreso de la Unión,
Ruth Zavaleta, de abandonar su posición en la Mesa Directiva, junto con
todos los legisladores de izquierda.
Ésa fue la culminación de una etapa inaugurada en 1988 por Porfirio
Muñoz Ledo, entonces senador, al interpelar por primera ocasión a un
Presidente de la República en un Informe de Gobierno.
A partir de ahí siguieron diversas manifestaciones de la izquierda,
que incluyeron cartulinas, mantas y a Marcos Rascón, entonces diputado
federal, con una máscara a un lado de la tribuna mientras el presidente
Ernesto Zedillo daba uno de sus informes.
Asimismo, apenas este año nuevamente fue modificada la Constitución,
para que el Presidente Electo pueda tomar posesión y rendir la protesta
correspondiente en recintos alternos a San Lázaro, después de que en
2006 Felipe Calderón fue víctima de la negativa de los partidos de
izquierda a dejarlo tomar posesión en condiciones ordinarias.
Sin hablarle
En estos 12 años de gobiernos panistas hubo así diversos
desencuentros, como el caso de que ambas partes se enfrentaron por el
Presupuesto de Egresos de la Federación 2005, y que generó escenas como
en la que el entonces presidente de la Cámara de Diputados, el priista
Manlio Fabio Beltrones, dejara de dirigirle la palabra al presidente
Vicente Fox en los eventos públicos.
Como ocurrió en abril del 2005, cuando Beltrones Rivera se rehusó a
sentarse a un lado del Presidente de la República para evitar la famosa
silla vacía al lado del mandatario federal.
Recientemente, el Congreso también protagonizó dos episodios tensos con Felipe Calderón.
El primero entre junio y julio pasados, cuando el Presidente de la
República se negó a promulgar la Ley General de Víctimas y con ello
provocó dos pronunciamientos del pleno de la Comisión Permanente del
Congreso de la Unión.
El segundo cuando las secretarías de Economía y de Relaciones
Exteriores decidieron firmar el Acuerdo internacional Antipiratería
(ACTA), pese a que el Senado se pronunció en dos ocasiones porque el
gobierno mexicano no suscriba ese instrumento internacional.
Otro momento de tensión se registró en estos días, cuando desde el
Senado las comisiones de Agricultura y de Desarrollo Rural anunciaron la
presentación de denuncias en contra del secretario de Economía, Bruno
Ferrari, por los daños ocasionados al campo mexicano.
Los resultados
Pero a pesar de esta relación de tensión y de desencuentros, entre el
Poder Legislativo y el Ejecutivo, pudo generarse un entendimiento que
permitió dar salida a varias reformas, incluidas tres que fueron
imposibles durante varios años: al régimen de pensiones del ISSSTE, la
petrolera y la reciente en materia laboral.
Tan sólo en el Senado, Felipe Calderón logró un éxito 18% superior al
que tuvo Vicente Fox en las propuestas que presentó a esta instancia
legislativa.
Fox presentó 51 iniciativas al Senado y los legisladores le aprobaron 37, es decir, 72 por ciento.
En tanto, Felipe Calderón presentó 50 iniciativas a los senadores,
quienes le aprobaron 45 y dejaron pendientes cinco: cadenas delictivas,
mando único policial, fuero militar, autonomía técnica y funcional de la
PGR y castigo a quien mate a familiares de servidores públicos, lo cual
implica 90% de aprobación.
Hubo otros instrumentos legislativos que fueron puestos en la
congeladora del Ejecutivo, que retrasó en 17 ocasiones la promulgación de decretos Legislativos y dejó sin Ley General de Víctimas al país.
La
congeladora legislativa dejó pendientes el mando único
policial, la generalización del IVA en alimentos y medicinas, el castigo
a las llamadas cadenas delictivas, así como las adecuaciones al Código
Federal de Procedimientos Penales.
De acuerdo con el registro de leyes y reformas publicadas en el
Diario Oficial de la Federación
desde septiembre de 2006 hasta el pasado lunes 30 de abril del 2012,
que corresponden a las Legislaturas LX y LXI que acompañaron el gobierno
de Felipe Calderón, de los nuevos 907 instrumentos jurídicos aportados
por senadores y diputados federales, la mayoría se refieren a cambios a
las leyes generales de Salud y de Educación, así como a la Constitución y
a los códigos Federal de Procedimientos Penales y Penal Federal y a la
Ley contra la Delincuencia Organizada.
Los diputados aportaron 578 de estos nuevos instrumentos: 380
correspondieron a la Legislatura LX, que arrancó en septiembre de 2006 y
concluyó en agosto del 2009, y 198 a los diputados federales de la LXI
Legislatura.
Respecto del Senado, durante la LX Legislatura concretó 239
iniciativas que nacieron en su tribuna, y otras 90 en la LXI
Legislatura.
Este mes, el Congreso de la Unión, en la LXII Legislatura, le aprobó a
Felipe calderón las dos primeras iniciativas preferentes que usa un
Presidente.
Una ya está en vigor, referente a la rendición de cuentas de estados y
municipios. La otra, la laboral, está a unos días de hacerse realidad.
Desde el congreso
Así como desde los gobiernos panistas surgieron críticas contra el Congreso, los legisladores no dudaron en responder.
Cuando Vicente Fox se pronunció por vetar el paquete presupuestal aprobado para 2005, de inmediato le contestaron.
El entonces diputado perredista Pablo
Gómez dijo: “No sé lo que quiera decir el Presidente. La verdad me dejó
perplejo. El Presidente dice que impugnará el Presupuesto, y no me
imagino yo cómo piensa hacerlo. Dice que está en contra de un
parlamentarismo irreflexivo, él no es nadie para juzgar las acciones del
Poder Legislativo”.
Entonces, Pablo Gómez aprovechópara
recordar que el Poder Legislativo es un Poder que controla al Ejecutivo,
no al revés, porque, dijo, ésa no es la Constitución de México, “esto
es una república, no una monarquía”.
En cuanto al gobierno de Felipe
Calderón, apenas la semana pasada, en la comparecencia del secretario de
Economía, Bruno Ferrari, diputados del PRD, PRI, Partido Verde,
Movimiento Ciudadano, Partido del Trabajo y Nueva Alianza aseguraron
que el comportamiento de la economía no es suficiente para crear mejores
empleos, y mejorar el nivel de vida de los mexicanos.
Otro aspecto que los legisladores han
cuestionado al gobierno que está por terminar, es lo relacionado a la
estrategia contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.