jueves, 11 de enero de 2018

El lento eclipse del dólar


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El lento eclipse del dólar


Cada vez son más los países que realizan su comercio en monedas locales, sin utilizar el dólar. Las reservas internacionales denominadas en dólares tienden a reducirse mientras países como China, India y Rusia compran grandes cantidades de oro ya que lo consideran más seguro que la divisa estadounidense.
EL LENTO ECLIPSE DEL DÓLAR
Raúl Zibechi
El período de dominio absoluto del dólar está llegando a su fin. Pero no será tan rápido ni tan sencillo como creen muchos analistas.
En apenas dos semanas se conoció que el comercio entre China e Irán y entre China y Pakistán no se realizará más en dólares sino en yuanes. El vicepresidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, Chen Yuan, explicó que China considera "injusto" el actual sistema de pago internacional, porque está "controlado por unos pocos países desarrollados". Por esa razón busca internacionalizar su moneda, el yuan, a la vez que se refugia cada vez más en el oro, ya que sus reservas en dólares (las mayores del mundo) son un punto débil de la potencia asiática.
Pese a estos cambios la moneda estadounidense se mantiene como la más utilizada. Más del 60% de las reservas internacionales permanece en dólares y el comercio internacional sigue siendo mayoritariamente realizado en esa divisa. Uno de los puntos fuertes del dólar son los llamados petrodólares, un acuerdo entre Washington y Arabia Saudí de 1974, que establece que el comercio petrolero se haría en dólares.
En aquellos años, uno era el principal exportador de petróleo y el otro el principal importador. Ambas cuestiones han cambiado ahora, ya que China es el primer importador y Rusia el primer exportador del oro negro.
En efecto, como señala Pepe Escobar, China planea romper el control del petrodólar instalando el petroyuan en el comercio del hidrocarburo. En 2018 será lanzado el Shanghai Futures Exchange, un plan para cotizar futuros de petróleo en yuanes totalmente convertibles en oro en los mercados de divisas de Shanghái y Hong Kong.
En su opinión, la era del petroyuan está muy cerca, ya que "esta ruta triple de petróleo, yuan y oro evitará la poderosa moneda verde". Además de Irán y Rusia, Venezuela, Angola y Nigeria, todos grandes productores de petróleo, podría abrazar el petroyuan, según Escobar.
El crecimiento del yuan en los intercambios comerciales así como las enormes inversiones de Pekín en la Ruta de la Seda, están potenciando la internacionalización de esta moneda, que es el objetivo de China. Sin embargo, en contra de lo que cree buena parte de los analistas, este proceso es mucho más lento y, sobre todo, no podrá triunfar sin grandes conflictos globales. Hay tres razones que avalan esta apreciación.
La primera es lo que viene sucediendo en el mercado global en los últimos años. El economista Oscar Ugarteche compara la evolución de las monedas en el comercio y el mercado cambiario. En enero de 2012, el comercio en yuanes representaba el 1,89% del total mientras el dólar era el 84,9%. En 2015 el dólar había descendido al 79,2% mientras que el comercio en yuanes había crecido al 9,4%, desplazando al euro y al yen. En 2011, el peso del yuan en el mercado cambiario internacional era del 0,9%. En enero de 2015, el yuan se había expandido hasta el 2% del mercado cambiario.
Ambos datos nos permiten concluir que hay un crecimiento importante del yuan y un decrecimiento del dólar. Pero esto sucede de manera más lenta de lo que suele imaginarse.
La segunda es que Estados Unidos es una economía más débil y una potencia en declive, pero en modo alguno está derrotada. Sigue siendo líder global en innovación, sobre todo en big data, inteligencia artificial, impresiones 3D y robótica, las tecnologías clave de la cuarta revolución industrial en curso. Es evidente que la economía de EEUU se ha deteriorado en relación con el fin de la Segunda Guerra Mundial (cuando aportaba el 45% del PBI del planeta), pero aún sigue siendo un país poderoso que cuenta, además, con las fuerzas armadas más importantes del mundo.
La tercera es la historia de las monedas de los últimos 500 años. Desde 1400 hubo siete monedas de reserva a escala mundial, que llegaron todas a su fin por dos motivos: otros países se volvieron económica, política y militarmente más poderosos; pero además todas las transiciones se produjeron mediante guerras.
El Real de a Ocho que acuñaba el imperio español fue la primera moneda de reserva, referencia obligada en el comercio mundial durante tres siglos (desde fines de 1400) hasta que las divisas europeas, respaldadas por el patrón oro, pusieron fin a esa hegemonía. Las guerras de independencia que liberaron las colonias americanas de la corona española, enterraron la supremacía económica y militar del imperio español y también de su moneda de reserva.
La libra esterlina fue la moneda de reserva internacional durante la mayor parte del siglo XIX y la primera parte del XX. Sólo dejó de serlo, a favor del dólar estadounidense, luego de dos guerras mundiales devastadoras, durante las cuales Inglaterra perdió el dominio sobre el mundo y lo traspasó a su competidor y aliado, a través de los acuerdos de Bretton Woods, en 1944. Nació un nuevo sistema financiero internacional centrado en el dólar, con el cual se realizan las transacciones comerciales y se cotizan las materias primas.
Los privilegios del país emisor de la moneda de reserva mundial nos llevan a pensar que en el futuro ningún país será depositario de esas ventajas, por razones obvias: vivimos en un mundo multipolar que exigirá una canasta de monedas o la creación de una nueva moneda que contemple todos los intereses en juego.
En resumen, estamos viviendo la lenta erosión del dólar, que se completará en un largo período histórico donde habrá grandes guerras que debilitarán al imperio americano, hasta que surja un nuevo sistema financiero global o varios regionales.
USA.

De la transición contínua a la instauración democrática fallida. El caso de México en perspectiva comparada





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©De la transición contínua a la instauración democrática fallida. El caso de México en perspectiva comparada


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El presente artículo se entregó a la imprenta el 15 de agosto de 2012. Conviene tener presente el dato porque algunas de sus tesis sólo cobran sentido a la luz de los acontecimientos de esa coyuntura, o sea unas semanas después de las elecciones federales del 2012 y unas semanas antes de que el órgano responsable de calificar las elecciones emita su resolución sobre las mismas, las cuales fueron impugnadas por uno de los contendientes por presuntas irregularidades y violaciones legales.

Sólo desde la ingenuidad más rampante se puede pensar que el TEPJF (Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) convalidará el auto de inconformidad interpuesto por el Movimiento Progresista y declarará inválida la elección presidencial de 2012. Sin embargo, conviene tener claro lo que está en juego con el fallo del TEPJF, no sólo para el futuro de la vida política en México sino de la propia democracia.

Que las elecciones presidenciales del 2012 presentaron un sinnúmero de irregularidades es evidente para millones de mexicanos. Los ilícitos e inequidades durante la contienda fueron tan burdos y grotescos que constituyen un agravio a todos los que vivimos en este país, incluidos los que votaron por el candidato virtualmente ganador, o sea por el priista Enrique Peña Nieto, desde la imposición mediática del candidato de la Alianza PRI-PVEM hasta el escabroso caso del Monexgate, pasando por la manipulación de las encuestadoras, la compra indiscriminada de votos a favor de Peña Nieto, el exorbitante uso de recursos para la campaña del priista y cientos de irregularidades más.

Fueron tantas y tan evidentes las anomalías que por momentos parecía que estábamos instalados todavía en la era de las elecciones simuladas y ficticias que el PRI montó durante décadas. Más aún, las elecciones del 2012 hacen que las inconsistencias de las elecciones precedentes del 2006 parezcan cosa de niños. La pregunta es, ¿por qué entonces las autoridades judiciales encargadas de calificar las elecciones terminarán convalidando un proceso tan enlodado como éste, recurriendo presumiblemente a todo tipo de argucias legales destinadas a minimizar el peso de las denuncias y apostando a la apatía o docilidad social? La respuesta es obvia, lo que menos interesa a los magistrados de lo contencioso electoral es limpiar una elección llena de irregularidades y mucho menos atender el reclamo de una sociedad agraviada. Al igual que el IFE (Instituto Federal Electoral), cuya actuación en estas elecciones deja mucho que desear en términos de imparcialidad y transparencia, el TEPJF responde a intereses políticos muy concretos, mucho más poderosos que un efímero y poco rentable compromiso moral con la democracia. Y sin embargo, al actuar así, tanto los consejeros electorales como los magistrados se volverán cómplices del inminente colapso de la transición democrática en México o, para ser más precisos, de la instauración fallida de la democracia.

1. ¿Por qué fracasan las transiciones?
La transición mexicana a la democracia ha sido tan peculiar en su evolución y desenlace que muchos analistas prefieren desechar las teorías de las transiciones por considerarlas inaplicables al caso mexicano. Sin embargo, proceder así es sólo un artificio para evitarse la tarea de pensar con el rigor que exige el empleo de este corpus teórico, producto de años de investigación y miles de estudios de casos en todos los continentes. Además, desentenderse de esta teoría argumentando la especificidad del caso mexicano es una falacia, por cuanto cada proceso en consideración es único e irrepetible. De lo que se trata más bien es de enriquecer o depurar la teoría a partir de las particularidades de cada caso. Ciertamente, Se puede estar de acuerdo o no con esta literatura, pero si se emplean sus categorías para caracterizar un proceso específico, deberían al menos emplearse con rigor y evitarse así especulaciones insustanciales y arbitrarias como las muchas que abundan entre los especialistas en México. En lo personal, he externado en varias ocasiones mis diferencias con la teoría de las transiciones, pero a la hora de utilizar sus conceptos prefiero ceñirme a sus indicaciones antes que especular y alimentar la confusión. Dicho de otra manera, estudiar un proceso de transición específico con las categorías de la teoría de las transiciones no es un ejercicio arbitrario de imaginación o interpretación, sino uno riguroso de caracterización a partir de datos duros en el que no hay espacio para ocurrencias ni posicionamientos políticamente interesados. Eso corresponde más bien a los políticos profesionales, no a los académicos.

Dicho esto, la pregunta inevitable para quienes nos ocupamos de estudiar la política y la democracia en México es: ¿en qué momento de la transición a la democracia nos encontramos hoy, después del inminente regreso del PRI al poder por la vía electoral? Más específicamente: ¿el retorno del PRI al poder significa una restauración autoritaria, una regresión o es simplemente una alternancia de regreso en la que no se ponen en riesgo los avances democráticos alcanzados hasta ahora?; ¿en caso de una regresión autoritaria existen o no suficientes indicios para suponer que se trató de una regresión pactada, o sea que contó con el consentimiento de actores políticos clave?; y, adicionalmente, ¿qué papel desempeñan hoy las autoridades judiciales electorales en el derrotero que puede seguir nuestra democracia en el futuro inmediato?

He estudiado el tema de la transición mexicana en innumerables ocasiones y lo menos que quiero aquí es repetirme. Por ello sólo resumiré algunas cuestiones clave que me permitan aproximarme con mayores elementos a las interrogantes apuntadas arriba, no sin antes remitir a los interesados en el detalle a dichos textos. En estricto sentido es incorrecto seguir describiendo a México con la categoría de transición, pues ésta concluyó en el 2000 con la alternancia. La explicación teórica es muy simple: una transición culmina cuando sucumben los pilares de dominación que caracterizaron a una determinada forma de ordenación política o régimen político. Sin duda éste es el caso de México, pues con la alternancia del 2000 sucumbieron tanto el partido hegemónico encarnado en el PRI (entendido como un partido no competitivo que basaba su dominio en factores extrademocráticos) como el presidencialismo (entendido como un poder ilimitado con enormes facultades constitucionales y metaconstitucionales), las dos estructuras sobre las cuales se sostenía todo el entramado institucional del viejo régimen priista. La alternancia en el poder marca pues, el fin de la transición mexicana, una transición muy larga y atípica que tuvo como eje las reformas electorales, dejando intacto el resto del entramado normativo. Dicha apertura limitada y controlada de la arena electoral fue más producto de las exigencias de un régimen autoritario por rasguñar legitimidad por la vía democrática en coyunturas de deterioro o abierta crisis política que de una voluntad democratizadora genuina por parte de las elites priistas. Como quiera que sea, la alternancia tiene lugar en una fase terminal del viejo régimen, atravesado por innumerables conflictos internos e incapaz de neutralizar el creciente repudio social en su contra. Con la alternancia y el fin de la transición se inaugura un nuevo proceso en México que la literatura especializada denomina “instauración democrática”. Dicho proceso puede durar varios años y no hay ninguna seguridad de que culmine con éxito. La instauración democrática consiste básicamente en la derogación inmediata de las leyes y reglas antidemocráticas generadas durante el viejo régimen autoritario y el diseño y aprobación de las nuevas reglas y normas acordes con las exigencias de un régimen democrático, o sea la aprobación de una nueva Carta Magna. Cabe señalar que no ha habido hasta ahora ninguna transición democrática exitosa en el mundo que no haya pasado por una reforma integral de su Constitución, expresión normativa de los nuevos impulsos democráticos y renovadores. Como es obvio, en México no se ha podido materializar este requisito para instaurar la democracia y hacer tabla rasa del pasado autoritario. Lejos de ello, los impulsos democráticos surgidos con la alternancia han quedado atrapados en una normatividad obsoleta y predemocrática, alimentando todo tipo de perversiones y contradicciones, como parálisis decisionales, impunidad, abusos de autoridad, discrecionalidad y elecciones poco confiables. Huelga decir que sin una instauración democrática exitosa no se puede aspirar a consolidar la democracia. De hecho, sólo se puede consolidar lo que se instaura, y en México no ha prosperado hasta ahora la reforma del Estado o reforma constitucional que tanto se pregonó en su momento.

Con todo, hasta las elecciones de 2012 no había razones suficientes para decretar el fin de esta etapa o para hablar de una “instauración fallida”, si es que vamos a utilizar correctamente las categorías de la teoría de las transiciones. Ciertamente, en ausencia de un rediseño normativo del entramado político-institucional, México se había encaminado durante los años de la alternancia hacia un hibrido entre el autoritarismo y la democracia, un régimen con una democracia electoral visiblemente defectuosa aunque funcional, pero con grandes resabios autoritarios en el ejercicio del poder, cobijados y alentados por la pervivencia de las reglas del juego predemocráticas del viejo régimen. Además, dada la ausencia de referentes alternativos que anteponer a lo que los ciudadanos estábamos atestiguando, muchos comenzaron a dar por normal para una democracia lo que en realidad era un perversión o desviación de la misma. Pero no todo estaba perdido, existía en el país una nueva y vigorosa pluralidad política, elecciones medianamente confiables y en algún lugar dormitaba aún la idea de que para avanzar en la democracia tarde o temprano tendría que reformarse la Constitución. Después de las elecciones del 2012 todo eso quedó en el pasado y no tenemos más remedio que caracterizar el momento político actual como una “instauración fallida de la democracia”, con tres posibles consecuencias: a) un impase en la democracia de larga duración; b) un colapso de la democratización en curso; y/o c) una regresión o restauración autoritaria disfrazada.

Para fines de análisis, por instauración fallida se entiende el fracaso del proceso de rediseño institucional y normativo que sentaría las bases del nuevo régimen democrático, ya sea por la imposibilidad y/o el desinterés de los actores políticos de llegar a acuerdos sustantivos en las arenas institucionales de negociación. En estos casos, es frecuente que los actores políticos, en especial los partidos, atribuyan la falta de consensos entre ellos a la pluralidad de posiciones a veces irreconciliables en el Congreso. Pero esto no deja de ser un ardid, pues la pluralidad constituye más bien un terreno idóneo para que los acuerdos que se tomen, si realmente hubiera voluntad de pactar, contemplen todos los intereses y posiciones presentes en la arena política. En virtud de ello, me inclino a pensar que la falta de acuerdos se debe más bien a cálculos políticos interesados, pues siempre será más rentable para los partidos políticos y los gobernantes moverse en la ambigüedad, la discrecionalidad y la impunidad que consienten las viejas reglas predemocráticas que hacerlo con nuevas más estrictas que inhiban o castiguen severamente ese tipo de conductas.

La tesis de la instauración fallida para caracterizar al México actual se sustenta en los siguientes hechos:

1. Si en tiempos de alternancia, con una nueva pluralidad en el Congreso, con el entusiasmo renovador surgido de la destitución en las urnas de un régimen autoritario de más de setenta años, no pudo concretarse la instauración democrática, o sea el rediseño institucional y normativo del nuevo régimen, esto menos ocurrirá si el PRI regresa a Los Pinos en diciembre de 2012. No ocurrirá por varias razones, pero la principal es que no le interesa. Si hay un partido que se siente cómodo con las reglas del viejo régimen es precisamente el PRI, pues esas reglas no sólo fueron edificadas por este partido para preservarse en el poder, sino que nadie sabe aprovecharlas mejor que él para sus propios intereses. El PRI se siente como pez en el agua con esas reglas y sólo es cuestión de tiempo para que regresen las viejas prácticas clientelistas, corporativas y verticales que tantos beneficios le reportaron en el pasado a las cúpulas del partido.

2. La transición en México ha tenido como eje, antes y después de la alternancia, las reformas electorales, bajo la premisa a todos luces errónea de que bastaba perfeccionar las reglas de la competencia y la participación electoral para edificar una democracia. Es errónea porque un régimen político democrático es un todo integrado donde el sistema electoral es sólo uno de sus componentes. A la larga, de poco sirve pretender apuntalar una democracia con reformas electorales si junto con estas no se modifican cuestiones tan básicas para una democracia como el equilibrio entre los poderes, la forma de gobierno, el federalismo, la procuración de justicia, los medios de comunicación, la rendición de cuentas, entre miles de aspectos más. De hecho, no se puede aspirar a consolidar la democracia electoral en ausencia de reformas al resto del edificio normativo e institucional. Huelga decir que si algo evidenció la elección presidenciales del 2012 fue precisamente el desgaste de la democracia electoral. Si las elecciones permitieron la alternancia en el 2000 con un buen margen de aceptación, hoy sólo producen desconfianza e incredulidad. Tal parece que con la normativa electoral vigente no gana el partido o candidato más votado sino el que sabe aprovecharse mejor de las ambigüedades y vericuetos legales para comprar votos descaradamente, excederse ostensiblemente en los gastos de campaña, comprar encuestadoras para que funcionen como propaganda, comprar medios de comunicación para proyectarse y un sinnúmero de irregularidades más que enlodan y vuelven inequitativa de origen cualquier contienda electoral. A eso hay que sumar la sospechosa actuación del IFE a todas luces parcial y discrecional a la hora de sancionar o no las querellas interpuestas por presuntos delitos electorales. Lo mismo puede decirse del TEPJF que seguramente terminará convalidando el cochinero que fueron estas elecciones. Es obvio entonces que si el PRI supo aprovechar esas reglas electorales maltrechas para regresar al poder lo menos que le interesa ahora es modificarlas para futuras contiendas, amén de que este partido contará a su favor con toda la maquinaría del poder, con recursos ilimitados y gran capacidad de movilización, tal y como ocurría en su época más gloriosa. Una razón más que evidente para decretar desde ahora el fin de la instauración democrática.

3. Todo gobierno requiere un umbral de legitimidad para mantenerse sin mayores sobresaltos. Dicha legitimidad puede ser de origen, la que proveen las urnas, o por gestión, la que se alcanza por un desempeño percibido como aceptable por parte de la sociedad. En el caso del próximo gobierno de Peña Nieto, en caso de que el TEPJF convalide su triunfo, es evidente que los cinco puntos de diferencia obtenidos por él en las urnas respecto de su más cercano adversario no son suficientes para legitimarlo, considerando las grandes desconfianzas que suscitó su triunfo entre millones de mexicanos. De ahí que el nuevo presidente buscará invariablemente legitimarse por sus acciones. Ahora bien, si el PRI en el poder actúa como sabe hacerlo para neutralizar los efectos permisivos que heredará de los terroríficos gobiernos panistas, lo más seguro es que obtenga buenos resultados para legitimarse. Pongo un ejemplo que por lo demás ya fue ensayado por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, que como se sabe es el principal maestro y mentor de Peña Nieto: si el gobierno pacta con alguno o algunos de los cárteles del narco (hoy es vox populi que el principal beneficiario de ese pacto serían “Los Zetas”), se podría “pacificar” el país, disminuir la violencia y el gobierno obtendría cuantiosos recursos provenientes del narco para impulsar políticas sociales y económicas de relumbrón. Por esta vía Peña Nieto obtendría la legitimidad necesaria no sólo para neutralizar parte del descontento que hoy concita sino para desentenderse por completo de la exigencia de legitimarse mediante reformas electorales o reformas al régimen político, tal y como ocurrió con el gobierno de Salinas de Gortari, o sea que contará con un umbral suficiente de legitimidad como para posponer indefinidamente cualquier tipo de reformas democráticas. Es evidente que ese escenario más que factible abona igual que en los puntos anteriores a la tesis de la instauración fallida.

En una perspectiva comparada existen pocos referentes para contrastar el caso mexicano y entender mejor su especificidad. Por lo general las instauraciones democráticas en otras transiciones en el mundo pueden ser incompletas, deficientes, limitadas, parciales, pero rara vez fallidas, pues esto representaría el colapso inminente de las democracia en construcción. El carácter incompleto o limitado de una instauración puede ejemplificarse con algunos casos donde sus reformas a la Carta Magna después de la transición no ocurrieron de golpe sino que tuvieron que someterse a continuos ajustes y revisiones antes de poder aspirar a consolidar la democracia. En América Latina así ocurrió, por ejemplo, en países como Perú, Bolivia y El Salvador, que experimentaron tortuosos y extenuantes procesos de reforma constitucional. Ciertamente, en ninguno de estos casos se puede afirmar que su democracia se haya consolidado, pero sí que ensayaron sendos procesos de reforma integral a sus Constituciones, o sea que sí culminaron con mayor o menor éxito sus respectivos procesos de instauración democrática. En México, por el contrario, la instauración democrática fracasó sin siquiera haberse intentado seriamente, con la consecuencia inédita de instalar al país en una suerte de limbo entre el autoritarismo y la democracia, pero donde las tentaciones restauradoras y regresivas están más vivas que nunca.

Hasta ahora hemos visto que con el retorno del PRI al poder la instauración democrática quedaría trunca por no decir abortada. Pero falta discutir si esto representa o no una restauración o regresión autoritaria.

2. ¿Restauración autoritaria, regresión o alternancia de regreso?

Teóricamente, la idea de restauración autoritaria alude a un proceso donde se restituyen los componentes fundamentales del antiguo régimen después de un intervalo en el que dejaron de ser operantes. Por su parte, la regresión autoritaria supone un proceso de involución en los avances democráticos alcanzados en la era postautoritaria, lo que puede conducir al colapso definitivo del régimen democrático que apenas comenzaba a asentarse. Finalmente, la alternancia simple o de regreso significa básicamente que un partido que había sido destituido del poder central por la vía electoral regresa en una elección posterior, en el marco legal establecido y sin que ello represente per se un cambio en el ordenamiento político-institucional. Para variar, considerando estas categorías, el caso mexicano después de las elecciones del 2012 no entra plenamente en ninguna de ellas, sino que tiene un poco de cada una, aunque el desenlace final nos aproxima más a un autoritarismo de nuevo cuño que a una democracia incipiente. Veamos.

Con el regreso del PRI al poder es inevitable que se restituyan muchas de las prácticas autoritarias del pasado, por la sencilla razón de que durante la alternancia no se reformaron las leyes que las posibilitaban y estimulaban en la era autoritaria. Regresarán, por ejemplo, el corporativismo estatal tutelado por el Estado a través del PRI, el clientelismo como un instrumento para obtener apoyos y lealtades a cambio de dádivas, las imposiciones jerárquicas desde el vértice del poder presidencial, el ejercicio discrecional del poder central, entre otras muchas prácticas. Sin embargo, ahora existen ciertos condicionantes para el ejercicio del poder que no había en la era autoritaria y que difícilmente podrían ignorarse sin un alto costo para la legitimidad y la persistencia estable del nuevo gobierno. Se trata de límites específicos que al menos teóricamente nos impiden hablar inequívocamente de una restauración autoritaria, si acaso de una restauración parcial, tales como la existencia de un pluralismo lo suficientemente consolidado en todo el país como para dejarse doblegar por los embates restauradores; una ciudadanía más crítica y participativa que ya no se traga todo lo que le venden sus gobernantes y representantes políticos; una aceptación mayoritaria de la democracia como la vía más pertinente para dirimir los conflictos y elegir a los gobernantes, entre otros aspectos. Quizá todo ello funcione en el corto plazo como un baluarte contra una restauración autoritaria, aunque nada garantiza que así sea, pues el PRI en el poder podría reeditar a su conveniencia elecciones fraudulentas y simuladas semejantes a las que celebraba durante el viejo régimen con tal de mantener sus posiciones de poder. Lo peor del caso es que el PRI ni siquiera tendría que reformar o “ajustar” las leyes electorales vigentes para lograrlo, pues con las que hay es posible cometer impunemente todo tipo de irregularidades e ilícitos, tal y como quedó de manifiesto con las elecciones federales del 2012. Como quiera que sea, mientras ello no ocurra y por más que se reediten muchas de las prácticas autoritarias del pasado, sería impreciso caracterizar el retorno del PRI como una restauración autoritaria.

Dicho en otras palabras, sólo si el PRI optara por reproducirse en el poder mediante elecciones simuladas, inequitativas e impositivas similares a las que existían en la era autoritaria, sometiendo el pluralismo político y manipulando la voluntad popular, este partido recuperaría para sí su condición de partido hegemónico no competitivo que lo caracterizó durante décadas, o sea un partido que basa su hegemonía en factores extrademocráticos. Sólo entonces podríamos hablar propiamente de restauración autoritaria. Lo mismo puede decirse del presidencialismo, el otro pilar sobre el que se sostenía el viejo régimen. Sólo en un escenario en que el titular del Ejecutivo recobrara la centralidad incuestionada y todopoderosa de la era del presidencialismo imperial, ya sea imponiendo arbitrariamente su voluntad sobre los poderes Legislativo y Judicial, valiéndose para ello de todo tipo de argucias, chantajes y sobornos (situación por lo demás muy común en los gobiernos estatales donde gobierna el PRI), o actuando arbitraria y discrecionalmente a espaldas de los legisladores y ministros, sin apego a la legalidad y sin ninguna responsabilidad frente a los gobernados, podríamos hablar propiamente de restauración autoritaria. Empero, nadie podría asegurar a estas alturas que este escenario no ocurra ahora que el PRI ha recuperado el poder central.

En virtud de las consideraciones anteriores, la categoría “regresión autoritaria” aplica mejor que la de “restauración autoritaria” para caracterizar el momento que estamos viviendo en México después de las elecciones federales de 2012, al menos por ahora. La razón es simple, mientras la restauración supone el restablecimiento fiel del viejo régimen después de un intervalo postautoritario, o sea la reposición para el caso mexicano de la condición hegemónica del PRI y del presidencialismo sin pesos ni contrapesos reales, la regresión alude simplemente a una involución respecto de los avances democráticos que se habían conquistado, colocando al país en una zona más próxima al autoritarismo que a la democracia. Dicha involución no supone, a diferencia de la restauración, regresar a un autoritarismo idéntico al que existía antes del intervalo postautoritario, sino simplemente colocar al país en una dirección cada vez más distante de la democracia. Sin embargo, mientras se mantenga la remota posibilidad de que el PRI pierda el poder mediante elecciones mínimamente correctas (pedir más a estas alturas, como transparencia, equidad o legalidad, es un eufemismo), la regresión autoritaria que hoy atestiguamos no dejaría de ser una muy sui generis si se consideran adecuadamente las indicaciones que la teoría establece. Me explico, que existen suficientes elementos para hablar hoy, con el regreso del PRI al poder, de una regresión autoritaria, es indudable, pero también podemos estar atestiguando la instauración incipiente de un híbrido institucional muy peculiar entre el autoritarismo y la democracia, igual que el viejo régimen priista, que para entendernos era un régimen formalmente democrático pero autoritario en la práctica. ¿Qué cambia entonces? Si durante los últimos años del viejo régimen lo que teníamos era un autoritarismo en transición a la democracia, ahora tenemos una democracia inconclusa en transición al autoritarismo (debido a la instauración fallida). Y respecto a la era de la alternancia postautoritaria, si antes del regreso del PRI al poder el país vivía un proceso de instauración democrática lento y débil, ahora experimenta una regresión autoritaria disfrazada, considerando que la instauración democrática quedará prácticamente confinada por no convenir a los intereses de los nuevos inquilinos en el poder.

Con respecto a la última categoría indicada al inicio, la de alternancia simple o de regreso, es indudable que aplica perfectamente para el caso del retorno del PRI, pues éste ocurrió por la vía de las urnas y en el marco legal establecido para el efecto. Sin embargo, el regreso del PRI al poder no constituye una alternancia más, como cualquier otra, pues lo que regresa es ni más ni menos que el partido que encarna el eslabón con el pasado autoritario. Ni al caso discutir si hay una ruptura entre el viejo PRI y un supuesto nuevo PRI, pues es evidente que este partido ha sido incapaz de democratizarse y de adecuarse a las nuevas reglas democráticas. Sus dirigentes siguen funcionando con los mismos patrones y esquemas del pasado, pues son exactamente los mismos. En todo caso, la novedad de esta alternancia simple o de regreso radica en el hecho de que restituye en el poder al mismo partido que sometió al país al autoritarismo durante siete largas décadas, cuestión que posee una carga simbólica desconcertante y desmoralizante. De hecho, no existe en el mundo ningún caso semejante en que un mismo partido autoritario regrese al poder por la vía electoral. Nuevamente, México da la nota mundial y demuestra que hay pueblos sin memoria o incapaces de dejar en el pasado sus peores fantasmas y pesadillas, pueblos que entre la servidumbre voluntaria y la libertad eligen penosamente la primera.

3. ¿Regresión pactada o el mundo al revés?

Hasta aquí hemos argumentado que con el retorno del PRI al poder no sólo colapsa inequívocamente la instauración democrática sino que nos encaminamos a una regresión autoritaria. Toca dilucidar ahora si existen o no evidencias para sospechar que se trató de una regresión pactada, o sea si el retorno del PRI por la vía electoral contó o no con la complicidad de actores políticos clave de acuerdo a un plan preestablecido. La duda es legítima por cuanto las elecciones del 2012 generan todo tipo de suspicacias dado lo desaseado del proceso, la tibieza y parcialidad del árbitro electoral, el comportamiento insólito de ciertos personajes, la manipulación indiscriminada de las encuestas, entre muchas otras circunstancias irregulares. Aquí sostendré una tesis al respecto, aunque debo admitir que posee un carácter altamente especulativo, en espera de mayores datos y pruebas que las disponibles ahora. Propongo pues en lo que sigue un modelo para armar…

Instrucciones de uso

Muchos creen que la política profesional es una actividad para iniciados, por cuanto la mayoría de lo que acontece en sus entrañas, como negociaciones, pactos, intrigas, rupturas, etcétera, es inaccesible o invisible para los ciudadanos. Digamos que el gran teatro político esconde para los espectadores muchos secretos, y sólo alcanzamos a ver lo que los propios actores políticos quieren que veamos de ellos. Sin embargo, en algunas ocasiones, entre acto y acto, se asoman casualmente algunas imágenes o detalles que modifican de golpe nuestra perspectiva inicial. Se trata de situaciones inesperadas que bien miradas e interpretadas pueden esclarecer lo que antes parecía confuso o fragmentario, son como las piezas faltantes de un rompecabezas que sólo al colocarlas en su lugar le dan sentido a la figura hasta entonces incomprensible y confusa.

Sirva esta imagen para ilustrar lo que aquí sostendré sobre la contienda electoral del 2012 en México. A los ojos de muchos, lo que tuvimos fue una contienda normal y sin grandes sobresaltos en la que, a juzgar por las encuestas, uno de los candidatos presidenciales había logrado colocarse muy por encima de sus adversarios en las preferencias electorales, y donde estos últimos hacían esfuerzos denodados por remontar sus posiciones de arranque. Sin embargo, había algunos hechos aislados que parecían no tener mucho sentido y que por lo mismo se perdían en la vorágine de noticias y declaraciones. Así, por ejemplo, puestos como interrogantes, ¿quién filtró a los medios una conversación telefónica privada de la candidata de Acción Nacional, Josefina Vázquez Mota, con la que claramente se dañaría su imagen?; ¿por qué Vázquez Mota parecía desprotegida por sus propios correligionarios, con un equipo de campaña ineficaz y poco profesional?; ¿por qué Vázquez Mota aparecía visiblemente deteriorada en su salud? Y en el caso del candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, ¿por qué se mostró tan relajado en su campaña, pese a estar tan abajo en las encuestas?, ¿por qué mantuvo tanto tiempo su infecundo e intrascendente discurso de la “reconciliación amorosa”, cuando la lógica sugería que debería retomar cuanto antes los contenidos contestatarios y radicales que lo catapultaron hace seis años?, ¿por qué no utilizó a su favor en el segundo Debate Presidencial las evidencias de compra de votos a favor de Peña Nieto ventiladas por el prestigiado periódico británico The Guardian?

La pieza que faltaba

A primera vista, estas interrogantes pueden parecer irrelevantes y no tener conexión entre sí. Pero un hecho circunstancial nos obliga a reconsiderarlas y redimensionarlas en una perspectiva distinta. Me refiero al fallecimiento durante la campaña electoral del expresidente Miguel de la Madrid, y todo lo que este acontecimiento movió entre la clase política.

En primer lugar, llama la atención que los medios de comunicación más importantes e influyentes del país, ya sean electrónicos como escritos, se hayan sumado unánimemente a los reconocimientos públicos que ensalzaban la trayectoria y el legado del personaje. Así, por ejemplo, la idea que deslizaron, apostando a la desmemoria nacional, es que a De la Madrid le tocó gobernar en un tiempo lleno de complicaciones y adversidades, y que pese a ello lo hizo de manera ejemplar, con valentía y patriotismo. Obviamente, eso es insostenible a menos que se violente a conveniencia la historia. Más aún, no hubo un solo artículo editorial en la prensa nacional lo suficientemente crítico que retratara verazmente la triste realidad de aquel sexenio tan deplorable y nefasto para los mexicanos. Lejos de ello, los articulistas más dóciles a la línea de sus respectivos diarios optaron por eximir al personaje de sus desatinos con argumentos tendenciosos y baladíes. Este es el caso de Ricardo Alemán quien escribió en Excélsior que “El PRI tiene en De la Madrid un símbolo poderoso para apuntalar su victoria”; o de la sentida despedida, en El Universal, de Ricardo Raphael De la Madrid a su tío, “Un hombre limpio y honesto que sirvió con coraje a la patria”; o de Sergio Sarmiento en Reforma, para quien “De la Madrid sólo heredó la irresponsabilidad de sus antecesor en el cargo”; o López Dóriga en Milenio, quien consideró injustas muchas de las acusaciones que se prodigan a De la Madrid; o Mauricio Merino, quien en el colmo del paroxismo afirmó en El Universal que “De la Madrid ha sido el mejor presidente de México”; o el propio Carlos Marín, Director de Milenio, quien para quedar bien con toda la “familia revolucionaria”, no sólo justificó por razones de salud las acusaciones infundadas de De la Madrid hacia Carlos Salinas de Gortari en recordada entrevista concedida a Carmen Aristegui, sino que reivindicó el legado del propio Salinas de Gortari.

Y aún así, es fácil comprender que los medios de comunicación, en función de sus propias apuestas para el futuro, prefieran quedar bien con el o los candidatos que consideran más seguros con tal de no comprometer los financiamientos y subsidios oficiales. Más específicamente, en plena campaña electoral, criticar a De la Madrid implicaba criticar a Peña Nieto, por sus filiaciones priistas, y de paso ganarse innecesariamente el desaire de éste. Bien explotado por sus adversarios, De la Madrid representaría precisamente, todo lo nefasto que Peña Nieto encarnaba.

Rompecabezas resuelto

Pero si el comportamiento de los medios frente a este acontecimiento tiene sentido por los muchos intereses en juego, que llevan a la sumisión o la lambisconería de los mismos hacia el entonces probable próximo inquilino de Los Pinos, alimentando un juego de simulaciones y engaños lo suficientemente sutil como para no evidenciar sus preferencias y perder credibilidad por ello, el comportamiento de actores políticos clave frente al mismo acontecimiento resulta mucho más difícil de desentrañar, como el hecho de que el presidente de la República, Felipe Calderón, se sumara inexplicablemente al cortejo de elogios hacia De la Madrid, al grado de interrumpir una reunión en el extranjero con mandatarios de Norteamérica, y precipitar su viaje de regreso para estar presente en los funerales. Es inexplicable, porque De la Madrid representa todo lo que el panista Calderón combatió en su juventud como opositor al viejo régimen priista: el autoritarismo, la corrupción, la simulación, la demagogia, el encubrimiento… La pregunta clave aquí es: ¿por qué Calderón se sumó a los elogios a De la Madrid, traicionando sus propias convicciones y biografía, aún a sabiendas de que criticar al expresidente y asociarlo con Peña Nieto podía ser capitalizado por la candidata de su partido, desesperada entonces por remontar su desventaja? Obviamente, esta interrogante está conectada con las otras apuntadas arriba, y su adecuada respuesta nos permitirá completar el rompecabezas del proceso electoral.

Sostener que Calderón actuó como lo hizo en razón de su investidura de Jefe de Estado es francamente ridículo, sobre todo porque el presidente no se limitó a hacer una guardia de honor y expresar sus condolencias por el deceso, sino que optó por elogiar públicamente la trayectoria de De la Madrid, aún en contra de sus convicciones de otro tiempo: “Un mexicano ejemplar, creador de instituciones e incansable luchador contra la corrupción”. Tampoco resulta convincente el análisis de quienes sostienen, como Ciro Gómez Leyva en Milenio, que “Calderón prefirió la reconciliación sobre el rencor en un acto de gran calado republicano y democrático”. No convence porque “reconciliar” sólo puede significar en este contexto redimir al autoritarismo de antaño y mancillar la memoria de varias generaciones de panistas que lucharon contra el viejo régimen. De hecho, ningún panista de cepa le siguió el juego a Calderón. Y mucho menos creíble resulta la versión de José Carreño Carlón en El Universal según la cual el presidente quiso simplemente “mandar un mensaje de civilidad para sentar las bases de un armisticio que tanta falta hará después de la elección”. No es creíble porque la reconciliación no ha sido precisamente una prioridad de Calderón en todo su sexenio. La explicación hay que buscarla pues, en otra parte.

No hace mucho, 22 mil mexicanos interpusieron una demanda ante la Corte Penal Internacional de la Haya contra el presidente Calderón por crímenes de lesa humanidad. Como era de esperarse, la prensa y los medios cerraron filas entonces con Calderón y criticaron acremente esta iniciativa por “insustancial”, “ridícula” e “infundada”. Hasta el momento, la demanda no ha prosperado y la Corte no se ha pronunciado, pero el hecho reveló intempestivamente a Calderón un escenario trágico más que factible de su propio futuro una vez que abandone Los Pinos. No viene al caso discutir aquí la mayor o menor consistencia o pertinencia de la demanda contra Calderón, pero es un hecho que millones de mexicanos se sienten agraviados por la guerra al narcotráfico emprendida por el presidente, que sólo ha dejado a su paso muerte, violencia y luto; una guerra fallida llena de mentiras y engaños, como el número de muertos reportados oficialmente (40 mil) que contrasta visiblemente con la cifra aportada hace poco por el Departamento de Seguridad de Estados Unidos (150 mil), y que para muchos ha sido más un exterminio indiscriminado que un combate entre el Estado y el crimen organizado. Pero es indudable que Calderón no puede tomar a la ligera las muchas señales de malestar que sus malas decisiones han generado y que hacen que su sexenio sea percibido por millones como funesto y criminal.

En esa perspectiva poco halagüeña, a Calderón no le quedaban muchas opciones a no ser que pactara con su sucesor en el cargo inmunidad y protección a cambio de respaldo electoral. Es muy probable que ese pacto se haya sellado durante la contienda, y que el affaire De la Madrid haya sido una muestra clara de la voluntad y el compromiso asumido por Calderón. Obviamente, me refiero a un pacto secreto entre Calderón y Peña Nieto, a quien seguramente Calderón, a partir de sus propias encuestas, ya consideraba su sucesor en el cargo. Hay momentos en la biografía de los líderes en que las convicciones pasan a segundo término para privilegiar pragmáticamente los intereses personales. Calderón terminará su sexenio desacreditado y muy cuestionado, pero por la vía de un pacto con el PRI y Peña Nieto habría logrado, cuando menos, la inmunidad necesaria para su retiro. ¿Descabellado? Para nada. Si alguien ha mostrado ser pragmático y astuto es precisamente Calderón, un político lo suficientemente hábil y perverso para torcer las cosas a su conveniencia.

Con esta pieza se completa el rompecabezas, y lo que antes aparecía caótico se aclara. Es evidente que Vázquez Mota padeció en carne propia la traición de Calderón y con ella la de muchos panistas en los que antes confiaba. El abierto apoyo del expresidente Vicente Fox a Peña Nieto es en ese sentido paradigmático. Más aún, Vázquez Mota fue investigada, espiada y ventaneada por el propio gobierno que decía respaldarla, y se quedó muy pronto sin apoyo suficiente del PAN para armar un equipo mínimamente competitivo para la contienda. No es casual que Vázquez Mota decayera visiblemente en su estado de salud, por más que ella lo disimulara con valentía y coraje. No es casual tampoco que todos los medios de comunicación hayan cerrado filas con el PRI y su candidato. Si alguien tiene clara la película son precisamente los dueños de los medios. De ahí que sólo hay que dejarse llevar tranquilamente por la corriente para llegar a feliz puerto sin sacrificar credibilidad o imagen. Para ello están sus pseudoperiodistas con complejo de estrellas, auténticas comparsas del poder y la mezquindad, y las encuestadoras, auténticas prostitutas que se venden sin reparo al mejor postor.

En el caso de López Obrador es difícil creer que su inexplicable tibieza durante la campaña también estuviera pactada. Me inclino a creer que fueron más bien los errores pueriles en su estrategia las que terminaron con sus aspiraciones, igual que en la campaña del 2006. En todo caso, me queda claro que tanto en esas elecciones como en las más recientes, López Obrador fue el enemigo a vencer, primero por el PAN y luego por el PRI, lo que refuerza la tesis en la que creen muchos mexicanos: así como el PRI y el PAN pactaron en lo oscurito la alternancia en el 2000, ahora pactaron el retorno del PRI, y en ambos casos la izquierda y López Obrador no estaban convidados.

Atando cabos

De ser correcto el razonamiento anterior, estaríamos atestiguando un hecho insólito en la historia de las transiciones en todo el mundo: una “regresión pactada”, o sea un acuerdo cupular que posibilita el regreso pacífico y ordenado del PRI al poder (mediante la fórmula de una “alternancia de regreso”) por convenir así al presidente en funciones (adquirir de su sucesor el respaldo suficiente para blindarse ante eventuales demandas en su contra). Obviamente, el pacto estaría legitimado por un proceso electoral democrático que definirá a los ganadores y a los perdedores, pero sesgado de origen, y en esa medida impositivo y manipulado, por acuerdos entre las elites políticas. En estricto sentido, como ya vimos, no se trata de una restauración autoritaria, pues restituir el autoritarismo de antaño sería a estas alturas poco rentable en términos de legitimidad para la clase política en su conjunto, pero sí se estaría volviendo a una situación claramente regresiva en que las elecciones no se resuelven exclusivamente en las urnas sino discrecionalmente en los corrillos del poder. Huelga decir que este desenlace es insólito para cualquier transición, pues las involuciones de la democracia al autoritarismo suelen tener como detonante rupturas y crisis, no ocurren de manera pacífica y mucho menos pactada. Pero si nuestra transición ha sido sui generis para todos los efectos por qué no habría de serlo nuestra inminente regresión al priismo, disfrazada de democracia.

Ojalá se tratara simplemente de una especulación descabellada, pues aceptarla sería tanto como reconocer una vez más que los ciudadanos sólo somos testigos pasivos de intrigas palaciegas, que la democracia electoral sólo existe para legitimar los juegos de poder más allá del poder, que al menos en estas elecciones todo estuvo cocinado a espaldas de los ciudadanos y que independientemente de lo que hagamos o dejemos de hacer, son los grupos de poder los que terminan imponiéndose de acuerdo a sus intereses. Y sin embargo, cada vez somos más los ciudadanos inconformes con las componendas de los poderosos. Que sepan de una vez los nuevos gobernantes que gobernarán en el vacío, para una minoría crédula, porque cada vez somos más quienes los despreciamos.

4. El peso de las decisiones

Y así llegamos al momento culminante del proceso electoral del 2012, el momento en que el Tribunal de lo contencioso electoral, el TEPJF, deberá calificar los comicios presidenciales, impugnados por el Movimiento Progresista en vista de las muchas irregularidades que se presentaron. Como decíamos al inicio sólo desde la ingenuidad más rampante se puede pensar que el TEPJF aceptará la querella interpuesta y fallará la invalidación de la elección por anticonstitucional. Este escenario es sumamente improbable porque los órganos electorales actúan movidos por los intereses a los que sirven, o sea los intereses de los poderosos.

Una cosa es cierta, de la decisión del TEPJF depende la suerte no sólo del recambio en el poder sino de la propia transición democrática del país. Calificar la elección minimizando las irregularidades y delitos que se presentaron y que tanto lastiman a la sociedad significaría tanto como decretar la muerte de la instauración democrática, en los términos expuestos arriba. La señal que enviaría el TEPJF es que las elecciones las puede ganar quien aproveche mejor para su causa las ambigüedades normativas e incurra en todo tipo de artimañas para comprar y movilizar votos, a sabiendas de que no serán sancionados, tales como imponer mediáticamente a candidatos, manipular a la población con propaganda encubierta, excederse impunemente en los topes de campaña, triangular recursos con empresas fantasma, etcétera. En ese caso, las elecciones habrán perdido para siempre cualquier rémora de credibilidad como instrumento confiable para elegir a los representantes políticos. Por el contrario, en el remoto caso de que el TEPJF decidiera invalidar la elección y solicitara al Congreso su reposición inmediata, la transición habría alcanzado la madurez necesaria para enfrentar los embates autoritarios y caminar a estadios superiores de legalidad, equidad, civilidad y transparencia. La señal que en ese caso enviaría el TEPJF a la sociedad y a los actores políticos es que ya no se puede aspirar a ganar elecciones al margen de la ley y violentando la voluntad popular, que la ley puede ser ambigua y contradictoria, pero en su seno existen los instrumentos suficientes para impedir excesos y arbitrariedades. En síntesis, si el TEPJF convalida el cochinero electoral con justificaciones legaloides insustanciales tendremos que despedirnos como nación de la democracia y darle la bienvenida a una nueva era de regresión autoritaria con elecciones simuladas e impositivas. Por el contrario, si el TEPJF decide limpiar la elección declarándola inválida se habrá dado un paso histórico que nos aproximaría finalmente al camino mucho más promisorio de la instauración y la consolidación democrática.

Desde una perspectiva comparada, muchas transiciones a la democracia han debido afrontar un momento crucial del cual dependía condenar al país al estancamiento y la regresión autoritaria o conjurar para siempre los embates autoritarios para finalmente consolidar la democracia. México ha llegado también a ese momento crucial en este 2012 y toca al TEPJF decidir la suerte del país. La decisión en manos del TEPJF es tan importante como la que tomaron en su momento otros países en transición que tuvieron que afrontar con valentía y patriotismo las amenazas autoritarias que se cernían sobre sus jóvenes democracias. Me permito citar tres ejemplos para entender mejor el tamaño del desafío y lo que está en juego en este momento decisivo para la historia de México: las transiciones española, argentina y brasileña.

El 23 de febrero de 1981 tuvo lugar un intento fallido de golpe de Estado en España perpetrado fundamentalmente por algunos mandos militares, cuyo episodio más conocido fue el asalto al Congreso de los Diputados por un numeroso grupo de guardias civiles a cuyo mando se encontraba el Teniente Coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero, durante la sesión de votación para la investidura del candidato a la Presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo. Dicha intentona de golpe de Estado se encuentra estrechamente relacionada con los acontecimientos vividos durante la transición española. Cuatro elementos generaron una tensión permanente, que el gobierno de la Unión de Centro Democrática (UCD) no logró contener: los problemas derivados de la crisis económica, las dificultades para articular una nueva organización territorial del Estado, las acciones terroristas protagonizadas por ETA y la resistencia de ciertos sectores del ejército a aceptar un sistema democrático. Según el plan trazado por los golpistas, un grupo de guardias civiles armados irrumpió en el Congreso de los Diputados encabezados por Tejero. Éste, desde la tribuna, gritó “¡Quieto todo el mundo!” y dio orden de que todos se tirasen al suelo. Como militar de más alta graduación allí presente y como vicepresidente del gobierno, el Teniente General Gutiérrez Mellado se levantó, se dirigió al teniente coronel Tejero y le ordenó que se pusiera firme y le entregase el arma. Tras un brevísimo forcejeo y para reafirmar su orden, Tejero efectuó un disparo que fue seguido por unas ráfagas de los asaltantes. Sin inmutarse, el anciano general permaneció indiferente al sonido de las armas. Mientras la mayor parte de los diputados obedeció las órdenes de Tejero, el diputado Santiago Carrillo y el presidente Adolfo Suárez se mantuvieron sentados en sus escaños. Suárez incluso hizo ademán de ayudar a Gutiérrez Mellado. Durante el asalto, un ayudante de uno de los diputados sufrió un ataque de ansiedad y golpeó a un presente en la nariz. Fueron minutos de gran tensión. Hoy se sabe que con la toma del Congreso y el secuestro de los poderes Ejecutivo y Legislativo, se intentaba conseguir el llamado “vacío de poder”, sobre el cual se pretendía generar un nuevo poder político de corte franquista. Más tarde, cinco de los diputados fueron separados del resto: el aún presidente Suárez, el ministro de Defensa y presidente de UCD, Agustín Rodríguez Sahagún, el líder de la oposición, el socialista Felipe González, el segundo en la lista del PSOE, Alfonso Guerra, y el líder del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo. Aquella noche es recordada como “la noche de los transistores”, debido a que la Cadena SER siguió emitiendo y una buena parte de la población la pasó pegada a la radio siguiendo los acontecimientos. A las nueve de la noche, un comunicado del Ministerio del Interior informaba de la constitución de un gobierno provisional con los subsecretarios de todos los ministerios, presidido por Francisco Laína, director de la Seguridad del Estado, para asegurar la gobernación del Estado y en estrecho contacto con la Junta de Jefes de Estado Mayor. Por su parte, el rey rechazó apoyar el golpe lo que permitió abortarlo a lo largo de la noche. El propio monarca se aseguró mediante gestiones personales y de sus colaboradores la fidelidad de los mandos militares. Conjurada la rebelión, y con ella el fantasma del autoritarismo, todas las fuerzas políticas decidieron dejar atrás sus diferencias y cerrar filas para impulsar la democracia. Huelga decir que todos los analistas políticos que han estudiado este acontecimiento histórico coinciden en marcarlo como el inicio propiamente dicho de la consolidación democrática española.

Una situación muy similar se presentó durante la transición a la democracia en Argentina. Entre 1987 y 1989 ocurrieron varios alzamientos militares contra el primer gobierno democrático de Raúl Alfonsín, encabezados por un grupo conocido como “los carapintadas”, que se autodefinían como nacionalistas. El mote alude al uso de crema de enmascaramiento facial mimética por parte de los insurrectos, que tomaron varias bases militares y se batieron contra las fuerzas leales al gobierno constitucional en busca de la finalización de los procesos judiciales iniciados contra los protagonistas del terrorismo de Estado durante la dictadura. La rebelión más importante tuvo lugar en la Pascua de 1987, en protesta contra las acciones judiciales llevadas a cabo por el gobierno contra los responsables de los delitos y violaciones a los derechos humanos cometidos durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. El mayor Ernesto Barreiro, un elemento de inteligencia que había tenido participación activa en la represión al movimiento obrero y popular en Córdoba, se negó a prestar declaración ante la Cámara Federal de Córdoba en relación a cargos de tortura y asesinato que se le imputaban. Barreiro fue arrestado, a petición del juez competente, por la autoridad militar, y confinado en el Comando de Infantería Aerotransportada 14 del Tercer Cuerpo de Ejército, en la provincia de Córdoba. Cuando la policía intentó hacerse cargo de Barreiro por el desacato a la justicia, el personal del cuartel (130, entre oficiales y soldados) se amotinó, exigiendo el cese de los juicios. Otras dependencias militares se sumaron a la acción, ante la férrea oposición de la población civil, en especial las tropas al mando del teniente coronel Aldo Rico (entonces al mando del Regimiento de Infantería de San Javier (Misiones), que se acantonó en la Escuela de Infantería de Campo de Mayo. Los reclamos de los ya apodados carapintadas incluían la destitución del jefe del Ejército (planteando que los jefes que impartieron las órdenes “hoy están en libertad desprocesados, ascendidos y gozando de un privilegio que no merecen”) y exigiendo una solución política para los juicios a los represores del proceso y “los del otro bando también”. Y decía Rico que “si quienes dieron las órdenes van a la justicia no tenemos ningún problema en ir todos a la justicia, pero ningún hombre de bien que vista uniforme militar puede ampararse escudándose en el sacrificio de sus subalternos”. Si bien el alzamiento contó con pocos apoyos públicos entre los responsables de tropa, la actitud del resto de las fuerzas armadas fue unánime: Alfonsín no contó con la subordinación necesaria entre la tropa para sofocar militarmente a los carapintadas. La actitud política y pública frente al alzamiento también fue uniforme. Los principales partidos del país (UCR, PJ, UCD, PDC, PI, PC y PS) suscribieron el “Acta de Compromiso Democrático”, oponiéndose a la actitud de los militares pero reconociendo varios grados de responsabilidad en la represión. Este último punto llevó a las fuerzas de izquierda (el MAS, el PCR, el PO y las Madres de Plaza de Mayo) a distanciarse del grupo de los firmantes. Manifestaciones populares se hicieron presentes en Campo de Mayo y la Plaza de Mayo, exigiendo la rendición de los sublevados. Alfonsín marchó a Campo de Mayo para exigir la rendición, en lo que se le cuestionaría luego como un acto de debilidad política. A su regreso, desde el balcón de la Casa Rosada, anunciaría la capitulación de los amotinados. Barreiro huyó, y fue capturado dos semanas más tarde. Tanto él como Rico pasarían a manos de la justicia militar y civil, iniciándole una causa por sedición en los tribunales de San Isidro. A causa de este alzamiento militar, meses más tarde, el gobierno promulgó la Ley de Obediencia Debida, que satisfaría algunos de los reclamos del alzamiento. La ley había sido anunciada por el presidente en el mes de marzo. Independientemente de que el gobierno de Alfonsín tuvo que ceder a algunas presiones de los militares, tuvo la suficiente habilidad para neutralizar el conflicto que amenazaba el orden democrático y de esa manera enfilar a Argentina finalmente hacia la consolidación de la democracia.

El último caso a considerar de transiciones que pudieron enfrentar con éxito los embates autoritarios para consolidar su democracia, es el caso de Brasil con el famoso impeachment o destitución en el cargo de Fernando Collor de Mello, primer presidente de Brasil elegido democráticamente después de la dictadura militar. De hecho, Collor fue el primer mandatario latinoamericano destituido por corrupción en diciembre de 1992. La acusación provino del propio hermano del mandatario, Pedro Collor de Mello, quien abrió la atención con un listado de denuncias que contenía una red de tráfico de prebendas, contratos ilícitos, negocios ilícitos por parte de testaferros, desvíos de fondos, presiones non santas contra el Presidente de Petrobras, beneficios en la privatización de la compañía aérea VASP, y enriquecimiento ostentoso de amigos y colaboradores que habían sido colocados en lugares clave del gobierno, incluido el Banco Central. Asimismo, la primera dama, Rosane Malta, fue acusada de apropiarse de fondos públicos de la Legión Brasileña de Asistencia. La prensa recogía con naturalidad las noticias acerca de la multiplicación asombrosa del patrimonio de los Collor. Eran tantas las evidencias de corrupción que la Cámara de Diputados inició una investigación y confirmó las irregularidades e ilegalidades. Se probaron sobornos a empresarios por favores políticos, depósitos de sumas enormes de dinero negro a nombre de empresas ficticias en paraísos fiscales y transferencias regulares a las cuentas bancarias de testaferros y amigos del poder. En las calles se generó un movimiento permanente de repudio popular, grandes movilizaciones que exigían la inmediata renuncia del presidente. Pero Collor respondía con discursos encendidos de soberbia y decidió convocar a la simpatía de los brasileños sin éxito. Intentó organizar actos políticos de apoyo pagando tamboriles y fracasó rotundamente. Mientras tanto, la inflación crecía al 991 por ciento en agosto de 1992. La Comisión de Investigación de Diputados llegó a acumular un amplísimo expediente de 3 mil páginas y terminó acusando al Presidente con pruebas indiciarias de delitos suficientes para procesarlo y destituirlo del cargo. Entre los documentos, figuraban 40 mil cheques y trece colecciones de extractos bancarios. De esta manera, la democracia brasileña, y en particular el Poder Legislativo, dio una prueba de madurez y civilidad que permitió conjurar los excesos del poder tan frecuentes en el pasado autoritario, y consolidar la democracia por los cauces constitucionales sin emplear violencia alguna.

De esta forma hemos referido tres pasajes de la historia reciente de las transiciones que marcaron la diferencia entre condenar a sus países a involuciones autoritarias o encaminarlas a la consolidación democrática, o sea a estadios superiores de civilidad, legalidad y respeto. En los tres casos, fueron políticos profesionales, partidos, autoridades, legisladores o jueces, los que tomaron en sus manos el desafío y actuaron en consecuencia, con patriotismo y responsabilidad, anteponiendo los valores de la democracia a sus intereses particulares. Huelga decir que de este tamaño es el desafío que tiene por delante el TEPJF en México a la hora de calificar la elección presidencial de 2012. Si los magistrados actúan con el arrojo y el compromiso inquebrantable con la democracia como lo hicieron sus contrapartes en los casos referidos, o sea si invalidan la elección presidencial por contravenir los preceptos de equidad, limpieza y transparencia emanados de la Constitución, habrán dado un paso histórico para salvar nuestra democracia y la Patria se los premiará perenemente. Caso contrario, si no lo hacen, condenarán penosamente al país a una nueva espiral sin retorno hacia el autoritarismo.

5. Auto de fe

No dudo que algunas de las tesis sostenidas en este ensayo generen incredulidad o escepticismo en algunos lectores. A los ojos de muchos simplemente tuvimos una elección más con vencedores y vencidos, con fortalezas y debilidades, con luces y sombras. Nada excepcional. Pero ese es precisamente el problema, o sea creer que estos comicios fueron “normales”, pese a las innumerables irregularidades que pudimos atestiguar todos. Esa presunta normalidad es la que nos condena como país al fracaso, la parálisis y la servidumbre, o sea a ser sometidos y ultrajados voluntariamente por los poderosos, por los que tienen secuestrado al país y gobiernan en el vacío, a nuestras espaldas. Por fortuna, hay una masa crítica cada vez más informada y participativa, que duda y resiste, que cuestiona y se confronta. Es ahí y sólo ahí donde cabe hoy alguna esperanza para México.

Referencias

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Estados Unidos e Israel intensifican la guerra hibrida en Siria


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Estados Unidos e Israel intensifican la guerra hibrida en Siria


En resumen, hubo un malicioso ataque estadounidense contra los "bienes" rusos en el día de Navidad de la Iglesia Ortodoxa Rusa. La declaración en Moscú se hizo después de la evaluación de los 3 drones que fueron capturados. Su tono bastante explícito está destinado a la gente del Pentágono.
ESTADOS UNIDOS E ISRAEL INTENSIFICAN
LA GUERRA HIBRIDA EN SIRIA
Por M. K. Bhadrakumar
La base aérea rusa en Siria, Himeimim y la base naval de Tartus fueron atacadas simultáneamente el sábado. El avanzado sistema de defensa aéreo ruso frustró el ataque. Un enjambre de 13 drones estuvo involucrado, y, curiosamente, tres de ellos fueron derribados intactos.
Después de cuarenta y ocho horas de cuidadoso análisis del incidente, el Ministerio de Defensa ruso en Moscú emitió un comunicado el lunes:
Durante las horas de oscuridad, las instalaciones de las defensas aéreas rusas detectaron 13 objetivos aéreos desconocidos de pequeño tamaño que se aproximaban a los dispositivos militares rusos. Diez UAV (naves no tripuladas) de combate se acercaban a la base aérea rusa de Hmeymim y tres más, al centro logístico de Tartus.
La tecnología utilizada por los terroristas al atacar las instalaciones rusas en Siria podrían haber sido obtenidas solo de un país con un alto potencial tecnológico para proporcionar navegación por satélite y control remoto para disparar artefactos explosivos fabricados de manera independiente sobre un lugar designado (TASS).
Los países con tal "alto potencial tecnológico" y la capacidad para la "navegación satelital y control a distancia" que están involucrados en la guerra delegada en Siria son solo dos: Estados Unidos e Israel. Elija su opción. En mi opinión, es improbable que Israel, a pesar de sus bravatas, se atreva a atacar a Rusia.
En resumen, hubo un malicioso ataque estadounidense contra los "bienes" rusos en el día de Navidad de la Iglesia Ortodoxa Rusa. La declaración en Moscú se hizo después de la evaluación de los 3 drones que fueron capturados. Su tono bastante explícito está destinado a la gente del Pentágono. Ciertamente, el Pentágono deliberadamente salió con una declaración preventiva desviando la culpa sobre los rebeldes sirios. Ese es un acto de negación plausible, ya que hay grupos rebeldes que operan en el norte de Siria. Pero son afiliados de Al Qaeda, que son mercenarios al servicio de estadounidenses e israelíes.
¿Por qué Estados Unidos se opone a las bases rusas en Siria? El punto es que estas bases rusas están ubicadas en la provincia de Latakia, a lo largo de la costa mediterránea. Y el objetivo militar de Estados Unidos es obtener acceso a la costa mediterránea para el enclave del Kurdistán que está creando en Siria sin el cual el enclave quedará sin salida al mar y dependiendo de manera significativa de las rutas de suministro a través de Turquía o Iraq, además de ser económicamente inviable (aunque es una región rica en petróleo.)
El diario local saudita Asharq Al-Awsat informó el lunes que la administración Trump planea otorgar reconocimiento diplomático al enclave de Kurdistán en el norte de Siria (que es del tamaño de Líbano). La idea es crear una base permanente para los EE.UU e Israel en un estratégico, económicamente autosuficiente e independiente Kurdistán, donde se unen las fronteras de Turquía, Iraq y Siria, y que con el tiempo puede llegar a la frontera occidental de Irán con el norte de Iraq.
Pero la estrategia estadounidense-israelí seguirá siendo una quimera si el Kurdistán no tiene  salida al mar y continuará siendo desafiado por Turquía, Irán, Irak y Siria. De ahí la importancia de crear una ruta de acceso al Mediterráneo a través de la provincia de Latakia.
Rusia y Turquía entienden perfectamente las intenciones de los Estados Unidos. Eso explica sus recientes maniobras para desalojar a los grupos afiliados de al-Qaeda que están instalados en la provincia de Idlib adyacente a Latakia. Las fuerzas del gobierno sirio y sus milicias aliadas con apoyo aéreo ruso están avanzando en Idlib en una operación que comenzó la semana pasada. Idlib es una provincia bastante grande y se necesitará de algunas batallas prolongadas para batir a estos grupos de al-Qaeda. El domingo, las fuerzas del gobierno sirio tomaron la ciudad estratégica de Sinjar, que los deja a 20 kilómetros de la extensa base aérea de Abu Zuhour en Idlib. Por cierto, la autopista que conecta Damasco y Alepo también pasa por el este de Idlib.
Turquía está cooperando con Rusia en el desalojo de los grupos de al-Qaeda en Idlib, que limita con Turquía. De hecho, Turquía se opone firmemente a los esfuerzos de los Estados Unidos de crear un Kurdistán en el norte de Siria. El presidente Recep Erdogan advirtió abiertamente el pasado fin de semana que Washington" nunca podrá convertir el norte de Siria en un corredor del terror" y prometió "golpearlos (a los EE. UU) muy duro. Deben saber que estamos decididos a esto. Las áreas que consideran parte del corredor terrorista podrían convertirse en su tumba".
Posiblemente, los recientes intentos de Estados Unidos e Israel de provocar agitación en Irán están relacionados con todo esto. El plan de EE. UU e Israel consiste en hacer que Irán se empantane internamente. Los gobiernos sirio e iraquí dependen de Irán y Hezbolá para lidiar con la pesada carga de la guerra contra los grupos de al-Qaeda e ISIS respaldados por Estados Unidos.
¿Cómo reaccionará Moscú ante el ataque con drones respaldado por Estados Unidos sobre sus bases? Una solución permanente consiste en tomar represalias contra las fuerzas estadounidenses e infligir enormes bajas, como en Beirut en 1983. Si varias docenas de bolsas con cadáveres estadounidenses empiezan a llegar a Washington desde Siria, el presidente Trump seguramente dirá: "Ya es suficiente, muchachos, vuelvan a casa".
Pero el problema es que Estados Unidos está librando una "guerra híbrida", integrado en la milicia kurda y no puede ser fácilmente atacado. El Pentágono también ha insertado "contratistas" (mercenarios estadounidenses) para minimizar el riesgo político.
Por lo tanto, la opción de Rusia será intensificar las operaciones para desalojar de la provincia de Idlib  los grupos de al-Qaeda respaldados por EE. UU e Israel de una vez por todas. De hecho, Nikki Haley, obedeciendo las instrucciones israelíes, comenzará a aullar en la ONU alegando "crímenes de guerra".
Por supuesto, como suele decirse, todo se vale en el amor y en la guerra, y también hay otra opción para los rusos o los iraníes: equipar a los talibanes afganos con drones. Pero es poco probable que lleguen tan lejos, al menos por ahora.
USA.

Evidente... los Enemigos de Israel son los Enemigos del DAESH - ISIS declara oficialmente la guerra a Hamas con ejecución en video


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Evidente... los Enemigos de Israel son los Enemigos del DAESH - ISIS declara oficialmente la guerra a Hamas con ejecución en video




Daesh le declara guerra a miembros de HAMAS en Gaza | HISPANTV

Informe: Daesh podría atacar HAMAS en Gaza desde el Sinaí egipcio


www.tercerainformacion.es
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Así advierte la compañía de inteligencia y seguridad estratégica Soufan Group, con sede en Nueva York (EE.UU.), en un informe publicado el miércoles, en el cual señala que Daesh está tratando de ganar terreno en el enclave costero palestino, lo cual eleva la perspectiva de que pequeñas células de esta banda lleven a cabo ataques con bombas y asesinatos en dicha zona.
“La proximidad de (Daesh) a Gaza casi asegura que el grupo terrorista continuará su lucha para ganar poder entre los palestinos; construyendo células pequeñas, llevando a cabo ataques y asesinatos, tomando el control de áreas pequeñas y consolidándose cuando sea posible”, se lee en el informe.
Además, el texto afirma que pese a haber sufrido duros golpes y derrotas en Siria e Irak, Daesh está expandiéndose en una autoproclamada provincia cerca de la península del Sinaí.

En una nueva declaración de guerra, el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) ha convocado esta vez a sus seguidores a atacar y matar a los combatientes del Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) en la Franja de Gaza.
A continuación, recuerda que el grupo terrorista, efectivamente, declaró la guerra a HAMAS el pasado 3 de enero a través de un vídeo, en el que se ve a uno de sus miembros ejecutando a un hombre acusado de ser un colaborador de HAMAS y pronostica el mismo destino para los chiíes y cristianos de este movimiento por su “fracaso” en impedir que EE.UU. reconociera a Al-Quds (Jerusalén) como la capital del régimen israelí.
De acuerdo con Soufan Group, la banda ultrarradical intenta abusar del sufrimiento y la ira de los palestinos y retratar al movimiento HAMAS como un títere de EE.UU. y del régimen de Israel.
Tras la polémica decisión de Washington sobre Al-Quds, HAMAS no ha dejado de denunciar esta medida y ha pedido a los palestinos iniciar una nueva Intifada (levantamiento) para anular la nueva ‘conspiración’ de EE.UU. en los territorios ocupados palestinos.
Advertencias de posibles ataques de Daesh se producen mientras informes revelan que esta banda ultraviolenta es aliada del régimen de Tel Aviv y su presencia en algunos países de Oriente Medio ayuda a los israelíes a alcanzar sus objetivos.
ftn/ncl/tas

ISIS declara oficialmente la guerra a Hamas con ejecución en video
www.latercera.com
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Una rama del Estado Islámico en Egipto declaró oficialmente la guerra al grupo terrorista palestino Hamas, con base en Gaza. “Nunca te rindas a ellos. Usa explosivos, pistolas silenciadas y bombas adhesivas. Bombardea sus tribunales y sus ubicaciones de seguridad, ya que estos son los pilares de la tiranía que apuntalan su trono “, asegura un hombre con cuchillos en el video publicado el miércoles, según el SITE Intelligence Group, que rastrea los sitios web extremistas.
En las imágenes se ve a un hombre arrodillado vistiendo un traje naranja, similar al video de la ejecución del grupo de rehenes estadounidenses y británicos en 2014. El hombre está acusado de trabajar con Hamas.
El grupo yihadista justifica su guerra contra Hamas culpando al grupo por tomar medidas enérgicas contra otros militantes islamistas y por no haber evitado que Estados Unidos reconozca a Jerusalén como la capital de Israel.
Según informes, el video comienza con imágenes del presidente Donald Trump anunciando la movida en Jerusalén el mes pasado.

El conflicto entre las dos facciones islamistas se viene incubando desde hace más de un año, informó el Washington Post, en parte debido a la represión de Hamas contra los partidarios de ISIS en la zona y sus esfuerzos por asegurar la frontera con la Península del Sinaí de Egipto como una forma de mejorar las relaciones con el país, el que va adoptando una postura cada vez más condicional hacia el grupo en Gaza.
Hamas, aunque comparte las opiniones radicales y la hostilidad del ISIS hacia Israel, tiende a centrarse principalmente en la lucha contra el Estado judío, mientras descuida cualquier llamado a una guerra religiosa mundial contra Occidente.
La rama del ISIS en el Sinaí, sin embargo, está adoptando un enfoque más extremo, llevando a cabo un ataque contra una mezquita egipcia el año pasado que mató a más de 300 personas, según el Post.
En el video del miércoles, Hamas es criticado por “seguir los pasos del Occidente incrédulo”. La última llamada a la guerra, no obstante, no es nada nuevo.
En 2015, los militantes del Estado Islámico amenazaron con expulsar a Hamas del poder, citando su falta de aplicación del Islam en el territorio, indicó Reuters.
“Vamos a desarraigar el estado de los judíos (Israel) y usted (Hamas) y Fatah, y todos los secularistas no son nada y serán arrollados por nuestras multitudes que se arrastran”, sostuvo un miembro del estado islámico en Siria en un video de hace unos años.


EI Estado islámico le declara la guerra a Hamas con una brutal ejecución grabada en video
actualidad.rt.com
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enero 6º, 2018






El autodenominado Estado Islámico (EI) declaró la guerra contra la organización palestina Hamas, por no impedir la más reciente 'movida' o jugada de EE.UU. en Jerusalén.
En un video, la organización terrorista prometió derrocar a Hamas en la Franja de Gaza y para refrendarlo ejecutó a un supuesto miembro de ese movimiento.
Para la rama egipcia del EI, es inaceptable que se haya permitido que el presidente norteamericano Donald Trump trasladara la embajada estadounidense a Jerusalén.

Según The Times of Israel, el partidario del EI que hace la amenaza a la organización palestina fue identificado como Abu Kazem al-Maqdisi, originario de Gaza:
"[Hamas] usa sus armas de contrabando para potenciar aquello que no fue revelado por Dios (...) También lucha contra los partidarios del Estado Islámico en Gaza y el Sinaí, y evita la migración de estos partidarios de Gaza al Sinaí", acusó.
El hombre ejecutado en cámara –mediante un disparo en la parte posterior de la cabeza– era Musa Abu Zamat, un presunto colaborador de Hamas, recoge el portal International Business Times. Luego del disparo mortal, uno de los extremistas islámicos instó a los adeptos del EI a "bombardear" los tribunales y puestos de seguridad del grupo palestino.
Por su parte, el portavoz de Hamas, Salah Bardawill, descartó que se trate de una amenaza real del EI y acusó a Israel de estar detrás del video:
"Es una producción sionista", aseguró en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, no es la primera vez que el EI hace este tipo de advertencias. En julio de 2015, el grupo terrorista difundió un video con amenazas similares: "Vamos a arrancar de raíz el Estado de los judíos y a ustedes [Hamás] y a Al Fatah [organización laica de Palestina]; los laicos no valen nada y ustedes serán conquistados por nuestras feroces multitudes", expresaron los extremistas, citados en esa oportunidad por la agencia israelí Ynetnews.
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¿Quién está detrás de los recientes disturbios en Irán?


centrodeperiodicos.blogspot.mx

¿Quién está detrás de los recientes disturbios en Irán?

By El Comunista, elcomunista.net

*No dejar de lado que estamos hablando de un país con bases religiosas solidas incompatible con el globalizmo de occidente y enemigo de Israel.
Se han reportado protestas en varias ciudades de Irán durante los últimos días de diciembre de 2017. Los manifestantes supuestamente condenan la economía de Irán, así como la participación de la nación en la cercana Siria.
Los medios occidentales han intentado cultivar dos narrativas, una centrada en retratar las protestas como generalizada, espontánea, y haberse enfocado primero en los “resentimientos económicos” antes de convertirse en políticos, otra narrativa que admite abiertamente la participación estadounidense y elogia al presidente estadounidense Donald Trump por “estar de pie” frente “el régimen iraní “.
Por supuesto, ninguna de las dos narraciones está remotamente arraigada en la realidad.
La intromisión de Estados Unidos en Irán se remonta a décadas atrás
Las operaciones de cambio de régimen de Estados Unidos dirigidas contra Irán se remontan a décadas atrás y han continuado dentro de una estrategia geopolítica singular, independientemente de quién haya ocupado la Casa Blanca, incluso bajo las más recientes administraciones estadounidenses de George Bush, Barack Obama y ahora Donald Trump.
Mientras que los círculos pro-guerra en los EE. UU. Afirman que la revolución iraní de 1979 fue un ejemplo de la primera sangre de Irán, la revolución fue de hecho una respuesta directa a las décadas de intromisión estadounidense en Irán desde 1953 con la inteligencia central de EE. UU. Operación de la Agencia AJAX.
El objetivo no era un títere soviético opresivo sino un gobierno elegido democráticamente cuya ideología populista y fervor nacionalista amenazaban los intereses económicos y geopolíticos occidentales. 
La intervención encubierta de la CIA -con nombre en clave TPAJAX- conservó el poder del Sha y protegió el control occidental de una infraestructura petrolera enormemente lucrativa .
También transformó una turbulenta monarquía constitucional en una monarquía absolutista e indujo una sucesión de consecuencias involuntarias al menos tan adelante como la revolución islámica de 1979, y Kinzer argumenta en su historia popular, bien escrita y relajada, tal vez hasta hoy.
El artículo -una revisión por parte del personal de historia de la CIA de un libro sobre la Operación AJAX- admite que la política de EE. UU. Con respecto a Irán simplemente retomó donde lo dejó el Imperio británico en un esfuerzo por reafirmar el control occidental que se desliza rápidamente sobre el globo.
De ninguna manera los esfuerzos de los Estados Unidos para socavar y controlar al gobierno de Irán se describieron en términos de protección de la seguridad nacional de los EE. UU. O promoción de la democracia, y de hecho se caracterizaron en cambio por socavar la autodeterminación iraní.
Es esta admisión la que revela la verdad central de las tensiones actuales entre Irán y los Estados Unidos. Occidente aún busca reafirmarse a sí mismo y a sus intereses económicos en el Medio Oriente.
Las nociones de “libertad”, “democracia”, así como las amenazas de “terrorismo”, “holocausto nuclear” e incluso el conflicto actual con el cercano Israel, Arabia Saudita y otros Estados del Golfo Pérsico no son más que fachadas detrás de las cuales se sirve la agenda neo-imperial se persigue.
Las protestas de hoy son trazadas abiertamente por los legisladores estadounidenses durante años
Titulado, “THE REVOLUTION VELVET: Supporting a Popular Uprising”, el documento de política establece (énfasis añadido):
Debido a que el régimen iraní es ampliamente rechazado por muchos iraníes, el método más obvio y aceptable para provocar su desaparición sería ayudar a fomentar una revolución popular en la línea de las “revoluciones de terciopelo” que derrocaron a muchos gobiernos comunistas en Europa Oriental a partir de 1989
Para muchos partidarios del cambio de régimen, parece evidente que los Estados Unidos deberían alentar al pueblo iraní a tomar el poder en su propio nombre, y que este sería el método más legítimo de cambio de régimen.
Después de todo, ¿qué iraní o extranjero podría oponerse a ayudar al pueblo iraní a cumplir sus propios deseos?
El periódico luego admite:
El verdadero objetivo de esta opción de política es derrocar al régimen clerical en Teherán y ver que sea reemplazado, con suerte, por uno cuyos puntos de vista sean más compatibles con los intereses estadounidenses en la región.
En esencia, Brookings admite rápidamente que su “revolución de terciopelo” sería el cumplimiento de los deseos de Washington, no del pueblo iraní, perseguido simplemente con el pretexto de ayudar a los iraníes a cumplir sus propios deseos.
Como la propia CIA admite en sus propios registros históricos que los “intereses en la región” de los EE. UU. Se basan en la explotación económica y el enriquecimiento de Wall Street y Washington, no en levantar, empoderar o enriquecer al pueblo iraní.
Es una admisión abierta con respecto a los diseños estadounidenses para Irán demostrados en múltiples ocasiones en otros lugares, desde Irak a Libia, pasando por Siria y Ucrania. Lo que se promueve como revolución política progresista respaldada por el Occidente “democrático” es la destrucción y subyugación de una nación , su gente y sus recursos a costa de la paz y la prosperidad mundiales.
Creando una oposición de Whole Cloth
El documento de Brookings declara abiertamente (énfasis agregado):
Estados Unidos podría jugar múltiples roles para facilitar una revolución. Al financiar y ayudar a organizar rivales nacionales del régimen, Estados Unidos podría crear un liderazgo alternativo para tomar el poder. Como argumenta Raymond Tanter del Comité de Política de Irán, los estudiantes y otros grupos “necesitan respaldo encubierto para sus demostraciones”.
Necesitan máquinas de fax. Necesitan acceso a Internet, fondos para duplicar materiales y fondos para evitar que los vigilantes los golpeen “.
Más allá de esto, los medios de comunicación respaldados por Estados Unidos podrían resaltar las deficiencias del régimen y hacer que los críticos por lo demás oscuros sean más prominentes. Estados Unidos ya apoya la televisión satelital persa (Voice of America Persian) y la radio (Radio Farda) que traen noticias sin filtrar a los iraníes (en los últimos años, estos han tomado la mayor parte de los fondos estadounidenses para promover la democracia en Irán).
La presión económica de Estados Unidos (y tal vez también la presión militar ) puede desacreditar al régimen, haciendo que la población tenga hambre de un liderazgo rival.
Cabe señalar que la BBC y otras fuentes de noticias occidentales citaron la presión económica y militar como “agravios” de la llamada “oposición” en medio de las protestas más recientes de Irán.
Brookings enumera “intelectuales”, “estudiantes, trabajadores y organizaciones de la sociedad civil” bajo una subsección del capítulo titulada “Encontrar los poderes adecuados”.
Bajo una subsección titulada “Intervención militar”, Brookings admite:
… si Estados Unidos alguna vez logra desatar una revuelta contra el régimen clerical, Washington tendrá que considerar la posibilidad de proporcionarle algún tipo de apoyo militar para evitar que Teherán lo aplasta.
El informe continúa diciendo:
… si Estados Unidos aplica esta política, Washington debe tener en cuenta esta posibilidad. Agrega algunos requisitos muy importantes a la lista: o bien la política debe incluir formas de debilitar al ejército iraní o debilitar la disposición de los líderes del régimen para recurrir al ejército, o bien Estados Unidos debe estar listo para intervenir para vencerlo.
Armados con este conocimiento, las protestas iraníes rápidamente se tornan violentas debido a los misteriosos hombres armados y grupos armados nebulosos que aparecen de repente se pueden ver a través del prisma más realista de pandillas preestablecidas armadas por Estados Unidos desplegadas para expandir el malestar y obstaculizar las operaciones de seguridad destinadas a pacificar Mobs organizados por los Estados Unidos.
Paso 2: Insurrección armada
Teniendo en cuenta la comprensión de Brookings de que cualquier mafia que Estados Unidos revuelva en Irán probablemente sea simplemente barrida de las calles, siguió su capítulo “Revolución de Terciopelo” con uno titulado, “INSPIRAR UNA INSURGENCIA: Apoyar a los Grupos de Minoría y Oposición iraníes”.
Aquí, una admisión importante se hace abiertamente y se construye extensamente sobre – el armamento y respaldo de organizaciones terroristas con sangre estadounidense en sus manos – una “opción” descarada considerada descaradamente por los políticos estadounidenses en 2009 que se convertiría en una cuestión de hecho durante el 2011 “.
Arab Spring “y las subsiguientes guerras de Libia y Siria alimentadas por los EE. UU. Lucharon a través de Al Qaeda y la gran cantidad de franquicias que inspiró.
Brookings descaradamente admite:
Por más que muchos estadounidenses quieran ayudar al pueblo iraní a levantarse y tomar su destino en sus propias manos, la evidencia sugiere que su probabilidad es baja, y que la asistencia estadounidense podría hacerla menos probable en lugar de más.
En consecuencia, algunos que están a favor de fomentar el cambio de régimen en Irán argumentan que es utópico mantener la esperanza de una revolución de terciopelo; en su lugar, sostienen que Estados Unidos debería recurrir a los grupos de oposición iraníes que ya existen, que ya han demostrado un deseo de luchar contra el régimen y que parecen dispuestos a aceptar la ayuda estadounidense.
Entre los grupos considerados, Brookings admite:
Del MEK, Brookings admite (énfasis añadido):
Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán
… el MEK permanece en la lista del gobierno de EE.UU. de organizaciones terroristas extranjeras. 
En la década de 1970, el grupo mató a tres oficiales estadounidenses y tres contratistas civiles en Irán. 
Durante la crisis de los rehenes de 1979-1980, el grupo elogió la decisión de tomar rehenes estadounidenses y Elaine Sciolino informó que, si bien los líderes del grupo condenaron públicamente los ataques del 11 de septiembre, dentro del grupo las celebraciones fueron generalizadas. 
Innegablemente, el grupo ha llevado a cabo ataques terroristas — a menudo excusados por los defensores de MEK porque están dirigidos contra el gobierno iraní.
Por ejemplo, en 1981, el grupo bombardeó la sede del Partido de la República Islámica, que era entonces la principal organización política del liderazgo clerical, causando la muerte de unos 70 altos funcionarios. 
Más recientemente, el grupo se atribuyó el mérito de más de una docena de ataques con morteros, asesinatos y otros ataques contra objetivos civiles y militares iraníes entre 1998 y 2001. 
Por lo menos, para trabajar más de cerca con el grupo (al menos de manera abierta), Washington tendría que eliminarlo de la lista de organizaciones terroristas extranjeras.
No fue una coincidencia que mientras Brookings escribió su informe de 2009, los esfuerzos ya estaban en marcha para eliminar a MEK de la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras del Departamento de Estado de Estados Unidos, y fue eliminado completamente de la lista para 2012,según el propio Departamento de Estado .
Es revelador que MEK solo se haya eliminado de una lista de organizaciones terroristas porque EE. UU. 
Lo requirió para una campaña terrorista de su propio diseño contra Teherán, la propia organización se ha reformado de forma, forma o intención sin intención alguna. 
Brookings y las propias admisiones de otros políticos estadounidenses, para llevar a cabo más atrocidades, simplemente en nombre del cambio de régimen de los Estados Unidos en Irán.
MEK se une a otras organizaciones terroristas que EE. UU. ha cultivado a lo largo de las periferias de Irán desde 2011 y las múltiples guerras de poder de los Estados Unidos en la región. 
Estos incluyen a Al Qaeda, las milicias kurdas y el llamado “Estado Islámico” (ISIS).
Brookings establece bajo una subsección titulada, “Encontrar un conducto y un refugio seguro”, que:
De la misma importancia (y posible dificultad) será encontrar un país vecino dispuesto a servir como conducto para la ayuda estadounidense al grupo insurgente, así como para proporcionar un refugio seguro donde el grupo pueda entrenar, planificar, organizar, sanar y reabastecer …
… sin ese socio, sería mucho más difícil para los Estados Unidos apoyar a una insurgencia. Una cosa que los Estados Unidos tendrían a su favor cuando buscan un estado para desempeñar este papel es que muchos de los vecinos de Irán no les gusta y aman a la República Islámica.
Desde 2009, Estados Unidos se ha asegurado múltiples conductos y refugios seguros, que ha sido la principal razón por la cual Irán ha estado involucrado tan profundamente en Siria desde que estalló la guerra de 2011. 
El oeste de Siria ahora alberga múltiples bases militares estadounidenses, así como un gran contingente de poder compuesto por milicias kurdas y extremistas de Al Qaeda / ISIS que están siendo entrenados por los EE. UU. Para el redespliegue en contínuas guerras de poder en toda la región.
Si Irán no hubiese podido evitar el derrocamiento total del estado sirio, la nación se habría transformado en un único trampolín para que Al Qaeda, ISIS y los militantes kurdos invadieran y diezmaran a Irán antes de trasladarse al sur de Rusia.
Cabe señalar que Brookings, entre sus conclusiones sobre la creación de una “insurgencia” contra Irán, afirma:
El apoyo encubierto y debidamente ejecutado a una insurgencia proporcionaría a los Estados Unidos “una negación plausible”.Como resultado, la reacción diplomática y política probablemente sería mucho menor que si Estados Unidos fuera a montar una acción militar directa.
Por supuesto, la propia conspiración publicada públicamente de Brookings junto con el uso demostrado de Estados Unidos de apoderados en Siria, Irak, Libia, Yemen y ahora Irán, pone al descubierto esta estrategia y mitiga cualquier “negación plausible” que Washington esperara mantener.
De todos modos, Occidente, a través de su formidable influencia en los medios, intentará mantener una negación plausible con respecto a la participación de Estados Unidos en disturbios iraníes hasta el último momento posible, al igual que ocultó su papel en la ejecución de la llamada “Primavera Árabe” durante su Fases de apertura a pesar de planear y organizar el caos años antes.
Estados Unidos espera romper a Irán, se conformaría con volver a establecerlo
Así como Estados Unidos esperaba un cambio de régimen rápido en Siria en 2011, pero se conformó con la destrucción de la nación, la división de su territorio y el debilitamiento del ejército sirio, EE. UU. también tiene objetivos primarios y secundarios ya establecidos para el régimen cambiar planes contra Irán.
El informe de Brookings admite:
… incluso si el apoyo de los EE. UU. a una insurgencia no lograra derrocar al régimen, aún podría colocar a Teherán bajo una presión considerable, lo que podría evitar que el régimen incurriera en daños en el exterior o convencerlo de hacer concesiones en asuntos de importancia para los Estados Unidos (como su programa nuclear y apoyo a Hamas, Hezbolá y los talibanes). 
De hecho, Washington podría decidir que este segundo objetivo es una razón más convincente para apoyar una insurgencia que el objetivo (mucho menos probable) de derrocar al régimen.
En otras palabras, el cambio de régimen de los Estados Unidos nuevamente se admite abiertamente como un acto de coacción geopolítica, no de autodefensa. 
La estrategia presentada por Brookings es más que meras “sugerencias”. Es una lista enumerada de acciones prescritas que se han ejecutado de manera demostrable desde Siria, Libia y Yemen, y ahora se están manifestando en el cercano Irán.
En el mundo del análisis geopolítico, no es frecuente que una confesión firmada y fechada pueda citarse al describir conspiraciones contra otro estado-nación. 
En el caso de la injerencia de Estados Unidos en Irán, Brookings proporciona tal evidencia, de casi 200 páginas, que detalla todo, desde la oposición fabricada, el patrocinio estadounidense de terrorismo e incluso provocó provocaciones de los EE. UU. e Israel para desencadenar una guerra a gran escala.
Mientras Occidente investiga a Irán y las historias de “inquietud” llegan a los titulares, mirando más allá de las distracciones, mentiras y mentiras de los medios occidentales, hacia la naturaleza ingeniosa de este conflicto ayuda a descifrar rápidamente la verdad, culpar y revelar a engañadores y colaboradores aún otra campaña de agresión occidental a miles de millas de las costas estadounidenses para combatir con el dinero de los contribuyentes estadounidenses y quizás incluso con la sangre de los soldados estadounidenses.ony Cartalucci, investigador y escritor geopolítico con sede en Bangkok, especialmente para la revista en línea New Eastern Outlook” .
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https://kenzocaspi.wordpress.com/2018/01/05/protestas-iranies-asuntos-inconclusos-del-deep-state-las-intervenciones-de-eeuu-en-iran-agencia-ajax-1953-tpajax-1979-the-revolution-velvet-2009-ncri-cons-nac-resistencia-de-iran-2018/
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