La Península Coreana siempre ha sido considerada como uno de los epicentros de la crisis en el mundo.
Actualmente
la escalada de tensión entre Pyongyang y Washington, que ha conllevado
por consiguiente los constantes lanzamientos de misiles balísticos por
parte de Corea del Norte, especialmente en aguas de Japón, ha dejado a
la región a punto de explotarse.
En este artículo pretendemos
estudiar la raíz de la creciente tensión entre EEUU y Corea del Norte,
además de analizar las consecuencias de una confrontación militar.
EEUU militariza la península coreana
Desde
hace décadas, las pruebas mislísticas y el programa nuclear norcoreano
han preocupado a EEUU y sus aliados como Japón y Corea del Sur.
Washington dice que Pyongyang a través de cada una de las pruebas avanza
más en el campo misilístico, por lo tanto, junto con sus socios en el
Consejo de Seguridad de la ONU están imponiendo cada día más sanciones
contra Pyongyang. Por lo tanto, actualmente, Corea del Norte se ha
enfrentado con las más duras sanciones, a las que se ha unido incluso su
aliado más cercano, es decir, China.
Incluso la llegada de Doanld
Trump a la presidencia de EEUU, empeoró las circunstancias de tal forma
que se baraja la posibilidad de una confrontación militar en la
Península Coreana. Algo que se debe al cambio de la política de la Casa
Blanca respecto a Corea del Norte. De hecho, antes Washington solo
buscaba medidas de presión económica para frenar el programa nuclear
norcoreano, sin embargo, bajo el mandato de Trump está recurriendo a la
opción militar. Algo que se puede ver en el envío de las más avanzadas
naves y buques de guerra a la región, junto a la celebración de una gran
maniobra militar con Corea del Sur.
En el marco de la opción
militar de EEUU contra Corea del Norte, el Secretario de Estado
estadounidense, Rex W. Tillerson, en su viaje a Japón, Corea del Sur y
China, afirmó que está por terminar la paciencia de Washington y que dos
décadas de diplomacia no ha funcionado, así que si Pyongyang continúa
sus actividades nucleares, Washington se ve obligado a recurrir a la
opción militar.
Cabe destacar que el hecho de demostrar a Corea
del Norte como una amenaza extraterritorial, ha dado la oportunidad a
los estadounidenses a endurecer sus medidas y reforzar su presencia
militar en la región. En este contexto, ya EEUU, pese a la oposición de
China y Corea del Norte, activó su célebre escudo antimisiles, THAAD,
desplegado en Corea del Sur.
Ante estas movilizaciones de EEUU
tanto militar como sanciones económicas, Pyongyang realiza ya de forma
frecuente las pruebas misilísticas. En una palabra, Corea del Norte
considera su poderío nuclear como un instrumento disuasivo ante amenazas
existentes que pesan en su contra e incluso ha anunciado que está listo
para involucrarse en cualquier tipo de guerra que lance EEUU.
El
país asiático ha mejorado sus misiles balísticos así que efectivamente
ha ampliado su alcance. Varios 'think tanks' estadounidenses
recientemente calcularon que sus armas probablemente ya son capaces de
alcanzar hasta el territorio mexicano.
Militarización de la península coreana la perspectiva de tensión
No
todo se limita a una confrontación entre Pyongyang y Washington. De
hecho, EEUU bajo una supuesta amenaza nuclear de Pyongyang está
militarizando la península coreana, donde se considera como el espacio
estratégico o “Patio Trasero” de China. Razón, por la cual, Pekín
consciente de lo que está pasando en la región y siguiendo los pasos que
da Washington, dejó bien claro que apuesta por la plena
desnuclearización de la península coreana para que no solo reduzca la
presencia militar estadounidense, sino su propio territorio esté a salvo
de una probable guerra nuclear.
En este contexto, el otro rival
de EEUU, es decir, Rusia que se opone a tal presencia de Washington en
esta parte del mundo, llamó a las partes involucradas a volver a las
mesas de negociaciones y resolver el tema mediante el diálogo.
Sin
embargo, el diálogo no ha funcionado para rebajar la tensión existente.
De hecho, Corea del Norte no confía más en EEUU para seguir dialogando
sobre su programa nuclear y esto tiene raíz en que en 1994, Washington
firmó un Acuerdo Marco con Corea del Norte, que incluía el levantamiento
del embargo a cambio de la suspensión de sus actividades nucleares.
Corea del Norte cumplió su parte, es decir, cesó su programa atómico,
pero Washington no quitó las sanciones y, a consecuencia, en 2003
fracasó el pacto.
Asimismo, en 2015 Corea del Norte estaba muy
dispuesta a detener su carrera militar nuclear y quitar toda amenaza. El
expresidente estadounidense Barack Obama rechazó el pacto. ¿Sabe por
qué lo rechazó? Porque a cambio, EE.UU. tenía que hacer una cosa simple,
dejar de hacer ejercicios militares, dejar de presumir sus armas y
dejar de pasear sus naves militares frente a la frontera de Corea del
Norte, algo que rechazó Obama.
En este contexto, se puede decir
que si realmente EEUU busca despejar la amenaza nuclear de Corea del
Norte, acogía con beneplácito las dos veces que Pyongyang aceptó
voluntariamente desmantelar su programa nuclear, algo que no lo hizo.
Así que el ritmo de los acontecimientos acaecidos entre ambas partes y
las últimas movilizaciones militares estadounidenses en la península
coreana, podrían suponer que lo que Washington busca a través del
planteamiento de amenaza nuclear norcoreana, es ampliar su presencia en
esta región y limitar la influencia china en esta parte del mundo. Una
medida que por un solo pequeño mal cálculo, podría resultar en una
catástrofe total para la región asiática. Algo que sería muy probable,
en caso de que Pyongyang pretenda responder las amenazas con una bomba
nuclear ya que este país no tiene nada que perder.