Edificio de la Secretaría de la ONU
NACIONES UNIDAS, 28 dic 2016 (IPS) -
Estados Unidos ha tenido una relación de amor y odio con la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde 1952, cuando se inauguró
la sede del foro mundial en la ciudad de Nueva York.
Ahora, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que revisará su relación con la
ONU,
irritado por una resolución del Consejo de Seguridad que el 23 de este
mes censuró a Israel por lo que considera asentamientos ilegales de
colonos en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén oriental.
"Estados Unidos ha manipulado a la ONU para que le sirva a sus intereses globales": Palitha Kohona.
Estados
Unidos se abstuvo en la votación, pero los restantes miembros
permanentes del Consejo de Seguridad – China, Francia, Gran Bretaña y
Rusia – votaron a favor de la resolución, junto con Angola, Egipto,
España, Japón, Malasia, Nueva Zelandia, Senegal, Ucrania, Uruguay y
Venezuela, los 10 miembros no permanentes.
En represalia, Israel
amenazó con construir 5.600 viviendas más en la Jerusalén ocupada,
aislándose aun más de la comunidad internacional.
Después de que
el actual presidente estadounidense Barack Obama se negó a vetar la
resolución, como Trump quería, el presidente entrante, que asumirá sus
funciones el 20 de enero, cuestionó la eficacia del foro mundial y lo
calificó de “un club donde la gente se reúne, habla y pasa un buen
rato”.
“En cuanto a la ONU, las cosas serán diferentes después del 20 de enero”, advirtió Trump.
En
la actualidad, Estados Unidos es el mayor contribuyente al presupuesto
bianual de la ONU, con 22 por ciento del total, seguido por Japón (9,7
por ciento), China (7,9 por ciento), Alemania (6,7 por ciento) y Francia
(4,8 por ciento).
El presupuesto asciende a unos 5.400 millones
de dólares, con la exclusión de los fondos para el mantenimiento de la
paz y las contribuciones voluntarias a los fondos y programas de la ONU.
Después
de la votación del Consejo de Seguridad el viernes 23, el senador
republicano Lindsey Graham dijo que formará una coalición bipartidaria
para suspender o reducir la financiación de Washington a la ONU.
Y
el senador republicano Tom Cotton advirtió que la ONU y “las naciones
que apoyan la resolución (contra Israel) han puesto en peligro todas las
formas de ayuda (que reciben) de Estados Unidos”.
Jim Paul, exdirector ejecutivo de
Global Policy Forum,
una organización con sede en Nueva York que analiza la labor realizada
por la ONU, dijo a IPS que la amenaza de suspender la cuota
estadounidense al foro mundial existe desde la década de 1980.
“Esta
amenaza solo es efectiva si funcionarios asustados de la ONU o de
Estados miembros la creen y reaccionan apresurándose a adoptar los
últimos requisitos del Estado intimidador”, señaló.
“En realidad
sería sano que la cuota estadounidense se redujera y la ONU no
dependiera tanto de los fondos” de Washington, agregó Paul.
El
fallecido primer ministro sueco Olaf Palme (1969-76 y 1982-1986) sugirió
que la estructura de cuotas de la ONU debería cambiarse para que ningún
país individual pagara más de 10 por ciento del total del presupuesto.
“El
costo para los demás Estados no sería muy oneroso y el cambio
produciría beneficios políticos reales”, afirmó Paul, un conocido orador
y escritor sobre la ONU y asuntos de política mundial.
A lo largo
de los años, sucesivos gobiernos estadounidenses manipularon a la ONU
en su beneficio, como una extensión de su política exterior,
añadió. Así, ocasionalmente se le niega el ingreso a un jefe de Estado u
otro alto funcionario para que pueda hablar en la sede del foro
mundial, explicó Paul.
“Podemos concluir que a Washington le gusta
recordarle a los demás Estados -y a la ONU como institución- que puede
hacer lo que quiere e imponer su voluntad, aunque a los demás no les
guste”, dijo.
A pesar de que Estados Unidos firmó en 1947 un
convenio sobre la sede de la ONU que le exige facilitar el
funcionamiento de la organización, Washington le ha negado visas a
varios jefes de gobierno que tenían previsto hablar ante la Asamblea
General.
No obstante, “se podría llegar a decir que Estados Unidos
ha manipulado a la ONU para que le sirva a sus intereses globales”,
afirmó Palitha Kohona, exdirector de la Sección de Tratados de la
organización.
En este contexto, volver a la confrontación de
principios de los noventa, cuando Estados Unidos retenía sus cuotas,
sería autodestructivo, agregó el otrora embajador de Sri Lanka ante la
ONU.
Estados Unidos ya no es el único país con una influencia
financiera abrumadora. “Amenazar a la ONU con sanciones financieras solo
daría lugar a la caída de la influencia estadounidense en la
(organización) y a nivel mundial. Todos los países, especialmente países
como Estados Unidos, deben seguir trabajando juntos para hacer del
mundo un lugar mejor”, exhortó Kohona.
Aunque las quejas contra la
ONU no cesan – por las multas de estacionamiento impagas, los
privilegios y las exenciones de impuestos de sus diplomáticos de alto
rango – los políticos estadounidenses rara vez han admitido las ventajas
políticas y económicas que genera para su país la presencia del foro
mundial en su territorio.
“El informe sobre el impacto de la ONU
2016″, publicado recientemente por la alcaldía de la ciudad de Nueva
York, concluye que la organización internacional genera
3.690 millones de dólares de la producción económica de la ciudad.
Las
15.890 personas empleadas directamente por la ONU ganaron
aproximadamente 1.640 millones de dólares que, junto con los gastos de
funcionamiento del foro, ayudaron a generar y mantener 7.940 puestos de
trabajos en la ciudad.
A diferencia de los alcaldes pasados, el
actual mandamás de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, es un fuerte
partidario de la ONU.
“La ciudad de Nueva York no es solo una
capital económica y cultural, sino también diplomática. Estamos
orgullosos de ser la ciudad anfitriona de la sede de la ONU y de la
comunidad diplomática más grande del mundo”, declaró tras la publicación
del informe.
Sin embargo, los beneficios políticos que la ONU le deja a Estados Unidos no se destacan tan claramente.
Kohona
dijo a IPS que Estados Unidos, con su vasta influencia económica y
política, manipuló a la ONU para justificar sus acciones, incluidas las
intervenciones militares.
“Uno recuerda los esfuerzos que hizo (el
exsecretario de Estado) Colin Powell, con videos y fotografías, para
convencer al Consejo de Seguridad de la existencia de armas de
destrucción masiva en Iraq, o las intensas llamadas telefónicas a
diplomáticos cuyos países integraban el Consejo de Derechos Humanos
cuando se sometió a su votación una resolución patrocinada por Estados
Unidos sobre Sri Lanka”, dijo.
También están surgiendo pruebas de
la flagrante manipulación estadounidense de los medios de comunicación
internacionales, incluso con noticias falsas, con el objetivo de influir
en la diplomacia, aseguró.
Traducido por Álvaro Queiruga