miércoles, 25 de julio de 2018

Por la senda de Zapata



El movimiento independiente, que no incluye al oportunismo, tiene bien claros los límites y alcances de la propuesta de Andrés Manuel López Obrador y de MORENA, todos coincidimos en que tendremos capitalismo durante seis años más y que no es el fin de la política económica neoliberal en México.
Donde no hubo y no hay coincidencia es en la táctica a seguir frente a este proceso que vivimos, ni en el antes ni en el después, eso por lo menos en lo inmediato.
En el antes coincidimos en enunciar el carácter pro capitalista de MORENA; pero no todos estábamos de acuerdo, y seguimos sin estarlo, en que ese movimiento también contiene ciertos rasgos antineoliberales, esta diferencia se expresó en dos tácticas distintas: la primera, no se confrontó con MORENA por no ser una expresión totalmente antineoliberal, aunque explicaba su carácter pro capitalista, y la segunda, se confrontó con MORENA como si fuera exactamente igual que todos los demás partidos.
En el terreno del trabajo de agitación y propaganda la primera táctica no se confrontó con el pueblo que apoyaba a MORENA por el contrario le planteaba caminar juntos contra el neoliberalismo para, en el camino y a través de su propia experiencia, convencerlo de la necesidad de luchar contra el capitalismo, la segunda táctica se confrontó incluso con la parte del pueblo que apoyaba a MORENA, pues al decirle de entrada que era igual que los otros partidos, sin que las personas tuviesen una experiencia previa que les permitiera arribar a esta conclusión, provocaba y provoca un rechazo, casi instintivo.
Como hemos insistido hace años, el movimiento independiente que lucha por el socialismo y el comunismo se encuentra caminando entre el sectarismo, el aislarse de las amplias masas por su propio discurso super radical o el reformismo, por perder su carácter clasista, perder su independencia ideológica, política e ir a la cola de morena.
Lo que para nosotros es de suma importancia resaltar en este momento es que estas diferencias tácticas se pueden agudizar porque el momento es sumamente complejo y que por esa misma complejidad es importante e indispensable ser pacientes y prudentes. Lenin exponía que debíamos ser capaces de ayudar a comprender al proletariado su propia experiencia práctica y que éste aprendía más rápido si desarrollaba una actividad política organizada desde su vanguardia.
El pueblo aprende por medio de su experiencia, en ocasiones dolorosas, pero debemos ser capaces de estar con él en todo momento para ayudarle a sacar conclusiones marxistas o comunistas de estos hechos.
Y estar, compañeros, no significa ocultar nuestro pensamiento socialista o comunista, estar significa que como un agrupamiento político del proletariado expliquemos las causas y efectos de los hechos o acontecimientos políticos que se están dando, significa ser pacientes y prudentes para explicar cómo la alegría aparente de la oligarquía rapaz y asesina y sus llamados a la “unidad” esconden el deseo de provocar la mayor frustración de las esperanzas del pueblo que cree que las cosas van a cambiar profundamente a partir del primero de diciembre de este año.
Explicar a través de los hechos, explicar y tratar de convencer una y otra vez, las cientos de miles de veces que sea necesario hacerlo, esa es nuestra labor, exponer claramente el carácter de clase de los agrupamientos políticos representados en los partidos legales, exponer los intereses de los oligarcas y sus lacayos, evidenciar la trampa que le están tendiendo al pueblo, exponer que la confianza se gana, pero que también se pierde si no se cumple con lo prometido. Exponer con ejemplos vivos y estadísticas que el capitalismo es el problema y no tan sólo la corrupción y los malos funcionarios o las malas personas, no tan sólo el neoliberalismo, aunque éste sea el enemigo inmediato frente a las amplias masas.
Nuestro peor error sería desesperarnos porque la desesperación hace que en algunos casos las opiniones expresadas en diferentes artículos se lean como de personas “ardidas”, “amargadas”, enojadas con el pueblo por su falta de capacidad para comprender los fenómenos políticos y económicos que vivimos.
La senda de Zapata, su táctica, frente a la victoria de Francisco I Madero, frente a la alegría popular desbordada fue la prudencia, habló con él, cumplió parcialmente con el desarme de su tropa entregando las armas más viejas e inservibles, a pesar de tener al traidor de Ambrosio Figueroa en su retaguardia, pero esperó a que los pueblos comprobaran en los hechos que la promesa de devolverles la tierra era falsa y cuando fue evidente que Madero no cumpliría lanzó el Plan de Ayala y encontró pueblos dispuestos a luchar y vencer por la causa que los había levantado en armas.
Mantener nuestra independencia ideológica, política, organizativa, mantener nuestra independencia en nuestra agitación y propaganda, defender nuestro programa mínimo de lucha o enarbolar las demandas más sentidas de la población, redoblar esfuerzos, aferrarnos a las masas: escuchar, aprender, explicar, convencer por medio de la teoría y la práctica, de la propaganda, agitación y movilización. Organizar a los elementos de avanzada.
Mucho tenemos que hacer quienes tenemos claros nuestros objetivos, del oportunismo ya sabemos su táctica: radicalismo verbal y seguidismo en la práctica, radicalismo para juntar personas y poder tener con qué negociar sus puestos, sus privilegios y mantener su estatus o acrecentarlo, separar a las masas de los elementos de vanguardia, pero de esa táctica hablaremos en otro artículo.
Como dijera Dantón, el revolucionario francés, lo que a los socialistas y comunistas de hoy nos hace falta es audacia, audacia y más audacia, el futuro será nuestro.
¡Contra el despojo, la explotación y la represión; resistencia, organización y lucha por el socialismo!
NOTA:
Este artículo fue publicado como parte de la sección
EDITORIAL
del No. 35 de
FRAGUA
, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (
OLEP
), Julio-Agosto 2018.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

Cultura, macana y caramelo



En este nuevo futuro de hojuelas de miel, en el que supuestamente va a entrar el país, la cultura enfrentará uno de sus grandes retos aunque no escape al modelo neoliberal, en una coyuntura donde la macana y el fuego darán paso a la macana con caramelo (como parece vislumbrarse hasta ahora y ojalá me equivoque y la macana desaparezca de la ecuación). La sociedad del espectáculo, una característica de la cultura en el capitalismo, ya se anunció con bombo y platillo al menos en la Ciudad de México con tremendos festivales temáticos y mensuales, la continuidad del circo para las masas. La gran interrogante es la de siempre ¿continuará lo cuantitativo sobre lo cualitativo? Habrá que ser pacientes.
Por lo pronto la ruta sigue, el próximo gobierno y el presidente, a pesar de su manifiesto paternalismo, no será el mesías todo poderoso que pretende ser, ya que también está en nuestras manos revertir y no bajar la guardia frente al proyecto neoliberal para que eso vuelva a funcionar.
En materia de política cultural, ya en reiteradas ocasiones se ha dicho que se consultará a la comunidad artística, un discurso que nace a partir de las primeras presiones nacidas de los artistas y que sesgó el rumbo original previamente establecido, del otro que pretendía imponernos una política cultural diseñada en los escritorios y criterios de la burocracia partidista en complicidad con algunos miembros de la comunidad artística y cultural. Sin embargo, en ese tenor, surgen otras interrogantes: ¿quién es la comunidad artística y cultural dentro de los criterios del nuevo gobierno?, ¿quiénes serán los consultados?, ¿qué mecanismos de consulta, de escucha y de diálogo se van implementar para tener una “consulta” que sea incluyente? Ya de entrada, parte de los consultados son artistas y promotores culturales “de reconocido prestigio” pero que mayoritariamente no representan a nadie, algunas vacas sagradas que históricamente negocian para su beneficio personal con discursos de seudo izquierda pero que se alinean con la derecha, chapulines acomodaticios según el color del partido, ideología o intereses particulares como aquella reunión en 2006 entre Felipe Calderón y el finado pintor José Luis Cuevas en el que el último, a pesar del fraude electoral, ratificó a Calderón como su presidente electo.
Si bien, han existido reuniones y diálogos entre la comunidad artística, todavía no se han hecho escuchar, reuniones democráticas y diálogos abiertos como la Asamblea de las Culturas de la Ciudad de México que trabaja en un extenso pliego de demandas y que se constituyó con más de 250 artistas y promotores culturales, entre “reconocidos” y hasta artistas marginales, vetados y a los que se les han violado sus derechos culturales y constitucionales establecidos en el Artículo cuarto Constitucional.
El país necesita inevitablemente recuperar en todos sentidos su cultura con políticas incluyentes, consultadas equitativamente sin discrecionalidad, horizontales y de manera democrática con todos los actores, comenzando con los pueblos originarios y con los artistas y trabajadores de la cultura. La producción artística debe recuperar los espacios arrebatados y tener plena libertad de construir nuevos; hacer valer a cabalidad y sin restricción alguna el artículo cuarto sobre los derechos culturales; la educación artística es una prioridad, y junto con ella impulsar la investigación artística, como propusimos los muralistas en la LX Legislatura reformando la fracción cinco del artículo tercero de la Constitución. Pero entre otros muchos factores a tomar en cuenta, se encuentran también la defensa prioritaria de los patrimonios tangibles e intangibles desde donde se está organizando el saqueo a la nación y también parte del despojo a los pueblos originarios –una de las grandes evidencias de esa destrucción y saqueo la podemos encontrar en la franquicia de la Secretaría de Turismo, que conocemos como pueblos mágicos–, para quienes debe de haber respeto irrestricto a sus manifestaciones artísticas, artistas y artesanos y donde se debe de detener la construcción racista que todo lo indígena es una garambaina folclórica. Debe de erradicarse el racismo, la discriminación de género y el clasismo en las políticas culturales, no puede existir más ese concepto del capitalismo de “alta cultura”.
Pero también, debe de pararse a la cultura como botín político y herramienta del neocolonialismo, prácticas demostradas por todos los malos gobiernos y todos los partidos políticos. La cultura debe de estar en manos de los artistas y trabajadores de la cultura y no en las garras de la burocracia.
Fuente: http://www.elindependientedehidalgo.com.mx/cultura-macana-y-caramelo/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

La mentira; una estrategia revolucionaria y ambiciosa


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

disidentia.com

La mentira; una estrategia revolucionaria y ambiciosa

 

 

J.L. González Quirós

En la memoria de quienes recordamos la Transición política en España figura una famosa acusación que el líder del sindicato UGT, Nicolás Redondo, le hizo en un debate televisivo su homólogo sindicalista de CCOO, Marcelino Camacho: “Mientes, Marcelino, y tú lo sabes”. Redondo, que venía del ramo del metal, seguramente no era consciente de que ni siquiera un político es capaz de mentir sin saberlo, pero el pleonasmo al que se acogió, indica una verdad muy de fondo, que, especialmente en política, hay diferentes categorías de mentiras, y que unas son más graves que otras.
Publicidad
A Redondo, le parecía gravísima una mentira gorda entre compañeros “de clase”, una muestra de codicia, tratar de arrebatar al otro parte del poder que compartían. Se trata, en todo caso, de un tipo muy frecuente de mentira en política la que se emplea para disimular que tras toda causa de noble apariencia se esconde un evidente deseo de poder, pues es bueno mandar, aunque sea a un hato de ganado, como recuerda Sancho Panza a su señor Don Quijote.
Las mentiras más graves no son instrumentales sino muy de fondo, las que se convierten en una fe impuesta de malas maneras
Tal vez la forma más perdonable de mentira sea la infantil, una manera de evitar el control de los mayores, una argucia defensiva, y de alguna manera, todas las formas de mentira tienen algo de ese instinto de conservación, pero las mentiras más graves son las que no son instrumentales sino muy de fondo, las que se convierten en una fe impuesta de malas maneras.
Las mentiras importantes en política no están en los detalles, son enormemente sustanciales. El arte consiste en hacer que los tontos las crean, en que dejen de ser mentiras para ellos. Esta es la gran maestría de casi todas las izquierdas, su insuperable pericia en el engaño.
Algunos de Los que se dejan engañar en política no son del todo inocentes pues creen saber lo que ganan en el juego
Claro es que los que se dejan engañar creen saber, porque no son del todo inocentes, lo que ganan en el juego, lo que buscan al seguir alabando la belleza y los espléndidos colores de las vestiduras del Estado (ese Minotauro cínico muy desnudo y obsceno) al que pueden llamar, República, democracia, igualdad, o poder popular, según convenga al auditorio. Su arte consiste en fiarse en los defectos de las posiciones ajenas, que siempre existen, como es obvio, para compararlos con su ideal, ocultando siempre que cuando se les ha seguido para entronizarlo, lo único que se ha obtenido es una monstruosa dictadura, un empobrecimiento gigantesco, sangre, injusticia y dolor.

Las cortas patas de la mentira

Hace poco escuche a uno de los jefes, pues son varios, de las milicias comunistas españolas hablar de la “monarquía corrupta”, el mismo día en que hasta la prensa más o menos de su cuerda no tenía otro remedio que reconocer que su compañero de fatigas nicaragüense, Daniel Ortega, lleva ya unos centenares de asesinatos a ciudadanos que protestan por las consecuencias de su Gobierno y sus modos de mandar en comandita con su augusta esposa, la compañera vicepresidenta. Este tipo tan descarado es un mentiroso radical, porque ni siquiera un comunista convencido puede ignorar la brutalidad, la injusticia y la ineficiencia total que siempre, sin excepción, se han adueñado del espacio público cuando uno de los suyos ha llegado arriba.
Tengo para mí que el verdadero drama de ese tipo de izquierda es que saben de sobra que nada de lo que proponen es mínimamente aplicable, pero que solo continuar repitiendo esa clase de monsergas como si fueran la verdad más honda y pura, les garantiza un mínimo de presencia política. Y saben, también, que lo único que pueden hacer para tocar poder en serio es derribar del todo las instituciones de una democracia liberal, para alzarse luego con el poder, como Nicolae Ceaucescu, que es, en el fondo, su verdadero modelo, una cierta riqueza para ellos solos en medio de la miseria universal.
En sociedades con un cierto nivel de libertad, lo más grave, con todo, no es que mienta la izquierda radical, y que disimule como puede la izquierda que sabe pactar con el dinero y el capitalismo de amiguetes, y que es magistral en mantener todas las barreras de acceso, sino que no exista una opción capaz de defender una alternativa de fondo a ese sistema, muy feudal en el fondo,  de trabas interesadas, privilegios disimulados, y descaradas mentiras que saben administrar con diversas especies de anestesia.
Cierta derecha miente porque se ha tragado una parte decisiva del gran relato de la izquierda
Es lo que ocurre cuando la derecha miente, y lo hace, sobre todo, porque se ha tragado una parte decisiva del gran relato de la izquierda, cuando admite, en el fondo, que el mercado es perverso, la competencia inicua, la desigualdad injusta, el mérito falso, y la libertad un peligro. Esa derecha que siempre está pidiendo perdón por las causas que la izquierda le dicta, se conforma con actuar como esos pobres cervatillos de la sabana que han caído en manos de tigres o leones que los usan para enseñar a sus cachorros como se persigue a las gacelas.
En España hemos soportado ese tipo de política durante demasiado tiempo, hemos llegado a padecer a un Ministro de Hacienda que se jactaba de haber superado a sus teóricos rivales en ardor y en eficacia recaudatoria, comportándose como uno de esos judíos cobardes y felones que ayudaban a los nazis a quemar a sus hermanos con orden y eficacia. Este tipo de mentira política lo único que hace es entronizar a una cuadrilla para que forme parte del turno en el reparto del poder al servicio de un Estado creciente, irresponsable, que no comprende que si arruina por completo a la sociedad de la que vive no tendrá manera de gobernar ni sobre quien hacerlo.
Esa derecha ridícula suministra políticos homeópatas, que se consideran técnicos porque presumen de saber hasta qué punto se puede sangrar al personal con impuestos
Claro es que esa derecha ridícula se apresta a suministrar al sistema una especie impagable de políticos homeópatas, que se tienen a si mismo por técnicos porque presumen de saber hasta qué punto se puede sangrar al personal con impuestos, sin que el enfermo perezca, y que ceden amablemente el paso a políticos más voraces en cuanto el animalillo parece recuperar un poco el resuello, y ser capaz de dar unos pasitos por su cuenta, apenas sin subvenciones. Entonces aparecen los verdaderos amos y aprietan sin piedad al rico y al famoso, castigan al soberbio, someten al indócil y sangran a modo a todo el que se atreva a moverse un poco.

El desdén por la política

Esa derecha es mentirosa, inicialmente, por ser cobarde, por no atreverse a llevar la contraria a las mentiras que gozan de mayor aprecio, pero, a base de sometimiento, ha llegado a ser completamente descreída, ha profesado el más absoluto desdén por la política, está dispuesta a lo que sea con tal de volver, una de cada tres o cuatro veces, a tomar el gobierno por una temporada pequeña, lo suficiente para blanquear los despachos, calmar a los alemanes y cebar de nuevo la máquina recaudadora.
Lo sorprendente no es que esa derecha haya perdido millones de votos, la asombroso es que todavía mantenga alguno. La clave seguramente estará en que sin esa derecha residual, la izquierda se quedaría sin objetivos, tendría que ganar sin cómodos adversarios, y eso es muy duro, así que, al menos hasta ahora, parece segura la continuidad de esa derecha necesaria para que la izquierda pueda seguir vendiendo su mentiras, para que los separatistas puedan quejarse, y para que los oprimidos que estén de guardia conserven capacidad de indignación, esa savia sin la que la política de izquierdas podría verse en riesgo de competir no con fantasmas sino con alternativas verdaderas.
Buena parte de la historia reciente de España se ha escrito con ese libreto al que medios como el diario El País han puesto música bailable a gusto de amplias mayorías. Esa liturgia está ya muy agotada y el panorama exterior ya no es el que parecía iba a ser, con una Europa vacilante y bastante confundida.
Por eso la izquierda tiene que apostar por radicalizarse, y su objetivo de más largo alcance será derribar al rey, Felipe de Borbón, sobre todo una vez que se ha mostrado decente y firme en defensa de algo esencial, la igualdad real de los españoles y la defensa de la Constitución, esas barreras que habría que derribar para que se pueda entronizar la revolución, para que la monarquía corrupta pueda ceder el paso a la pareja presidencial, que, sin duda, estará dispuesta al sacrifico siempre que sea necesario.
Foto Clem Onojeghuo

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx


La ONU pide a Israel que libere a 440 niños detenidos tras haber matado a más de mil


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

kaosenlared.net

La ONU pide a Israel que libere a 440 niños detenidos tras haber matado a más de mil 

 

 


Zeid Ra’ad Al Hussein, alto comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, ha pedido a Israel que libere a los 440 niños palestinos que está bajo detención administrativa según detalla Press TV.
El alto funcionario ha declarado que Tel Aviv “debería acusarlos inmediatamente o liberarlos a todos”, añadiendo que este sistema es un claro ejemplo de “violación fundamental de los derechos humanos”.
“Ya sea en niños o en adultos, la detención sin juicio, sobre una evidencia que a menudo se mantiene en secreto, bajo órdenes de detención administrativa indefinidamente renovables, incumple las obligaciones de Israel bajo el derecho internacional, y debe llegar a su fin” ha condenado.
Desconocemos la respuesta de Israel a la ONU después de haber matado a 1.109 civiles libaneses en 2006 y 2.310 palestinos en Gaza en 2014 con sus bombardeos masivos. Más de mil de estas víctimas mortales son niños ya que se bombardearon escuelas y hospitales.

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx


El pueblo mexicano cambió el mapa del mundo: un país con dignidad


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

rebelion.org

 El pueblo mexicano cambió el mapa del mundo: un país con dignidad

 

 


El protagonismo político de “los de abajo” El 1 de julio de 2018 fue un día muy especial. El pueblo mexicano otorgó el 52% de los votos a Andrés Manuel López Obrador y provocó una estrepitosa y afortunada carambola política. Ejerció el poder-ciudadano. Mediante un movimiento de masas, electoral y pacífico apabulló al PRI y puso en jaque el siniestro sistema político vigente sin disparar un solo tiro y sin romper un solo vidrio. Clamó justicia. Condenó la inmoralidad. Resolvió buscar a sus desaparecidos y abrazar a las víctimas de la violencia. Además, reprobó en las urnas: la abyección de Luis Videgaray ante Donald Trump, la sistemática denostación a los maestros efectuada por Aurelio Nuño, la farsa de Enrique Peña Nieto de nombrar a Virgilio Andrade como fiscal para investigar la corrupción que rodea a la Casa Blanca, y condenó la estafa maestra de José Antonio Mead. La votación fue gran acto colectivo de ética-política que repudió la corrupción, el servilismo con EEUU y el desmantelamiento del estado nacional. El pueblo mexicano puede decir con Carlos Pellicer: “todo lo que yo toque se llenará de sol”. México cambió su relación consigo mismo.
El 1 de julio el pueblo mexicano también decidió cambiar el mapa del mundo: abandonó una actitud colonizada y apostó por su propia historia. Podría decirse que simbólicamente hablando a partir del domingo pasado, México se separó psico-políticamente de América del Norte y se reintegró a América Latina. La votación transformó la correlación de fuerzas en la región y frenó la oleada electoral de derecha que desdibujaba la independencia y la integración regional.
Claroscuros ético-políticos de la victoria electoral
Alrededor de las 11 de la noche del primero de julio, Lorenzo Córdova, Presiente del Instituto Nacional Electoral reconoció la victoria del candidato de la coalición, “Juntos haremos historia”. Casi inmediatamente el Presidente Enrique Peña Nieto felicitó al vencendor. Andrés Manuel López Obrador (1953) político impulsado y formado en su juventud por Enrique González Pedrero y la escritora cubana Julieta Campos, pronunció -minutos después de conocer su victoria- importantes discursos en el Hotel Hilton y en el Zócalo de la ciudad de México, en los cuales realizó varios compromisos para refrendar la orientación popular de su gobierno como: asumir la conciencia de que México es una civilización milenaria, defender los derechos de los pueblos indígenas, impulsar el mercado interno y a lograr que los mexicanos tengan trabajo y sean felices en sus lugares de origen, para que migren sólo cuando así lo decidan y no por necesidad. En sus intervenciones también se dirigió a las élites económicas para tranquilizar los mercados para lo cual ofreció: mantener la autonomía del Banco de México, respetar la reforma energética (limitándose a revisar la pulcritud de los contratos), renunciar a las potestad presidencial de realizar expropiaciones y no adquirir nueva deuda pública. Enrique Peña Nieto incrementó la deuda de 5.8 a 10.3 billones de pesos. Por su parte, Olga Sánchez Cordero, Ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y quien será la próxima Secretaria de Gobernación, interpretó el voto como un clamor de justicia y anunció que su prioridad número 1 será: buscar a los desaparecidos.
Peligros y tentaciones de dentro y fuera
Los riesgos para el nuevo gobierno provendrán del interior y el exterior del movimiento. En su discurso del Hotel Hilton Andrés Manuel López Obrador, anunció su equipo de transición, y anunció que nombraría como Jefe de la Oficina de la Presidencia, al empresario regiomontano, Alfonso Romo, quien ha estado involucrado en juicios penales que ponen en duda su integridad, ha sido un activo promotor de los transgénicos, defensor de la reforma energética de Peña Nieto y quien se apresuró a declarar que pronto se renovaría la concesión para el nuevo aeropuerto, que Andrés Manuel habría dicho que se cancelaría por ser pernicioso para el medio ambiente. De acuerdo al columnista de La Jornada, Luis Hernández Navarro, Romo defendió en su momento a Augusto Pinochet y en octubre del 2000 declaró que el mundo debería juzgar a Salvador Allende por asesino. Por su parte, trás conocerse la victoria, Romo declaró a la reportera Martha Anaya: “El país no está dando un mandato de centro”. Los peligros también vendrán del exterior, por ejemplo, el conservador Ricardo Anaya, candidato de la alianza “Por México al frente”, anunció que su partido defenderá las reforma de Peña Nieto.
Una sociedad re-politizada
México ha entrado en un periodo de efervescencia política. En las células de la sociedad, familias, milpas, fábricas, escuelas, centros comerciales etc. se discute con intensidad sobre los grandes problemas nacionales y la manera de afrontarlos. La votación mostró el surgimiento de una nueva voluntad política nacional. Seguramente vendrán retos, victorias, contradicciones y decepciones, pero por lo pronto, el pueblo mexicano cambió el mapa del mundo, condenó la inmoralidad y reconstituyó un país con dignidad.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

AMLO: buenas señales



Son muchas y muy variadas las señales de que a partir del domingo 1 de julio pasado México vive una nueva y promisoria época. Una primera señal relevante de enorme valor simbólico fue la reunión el 3 de julio entre López Obrador y Peña Nieto. Se juntaron en Palacio Nacional y no en Los Pinos. Señal positiva porque la sede del Poder Ejecutivo Federal es Palacio, y Los Pinos es simplemente la vivienda del titular de ese poder. Lo político en lo político y lo privado en lo privado.
Una segunda señal de cambio positivo fue la reunión entre López Obrador y el secretario de Estado yanqui, Mike Pompeo. Éste vino a México y no dispuso que el encuentro se realizara en Washington. Signo inequívoco, también de gran valor simbólico, de que el presidente de México sabe darse su lugar. No más sumisiones ante EU aunque sean protocolarias. Porque, como decía el viejo zorro Jesús Reyes Heroles, en política la forma es fondo. Y si en la forma manda EU, pues en el fondo también.
Como una tercera muestra de que las cosas ya están cambiando para bien debe asumirse la decisión de López Obrador de reducirse el salario que deberá percibir a partir del 1 de diciembre. Sus emolumentos serán de 108 mil pesos mensuales. Este hecho obligará a un ajuste a la baja de los escandalosos salarios de la burocracia dorada. Y aunque ésta se niegue al principio, acabará cediendo pues la presión social, jurídica y moral para ella será insoportable.
De esta tercera señal se desprende una cuarta. Es un gran cambio, una transformación verdaderamente revolucionaria que la Presidencia de la República no esté a cargo de un bandido, de un abusivo, de un gandalla, de un aprovechado, de un cínico.
Pero hay, a tres semanas de los comicios, otros signos plausibles. Ya no existirá la figura de la primera dama, nombramiento cortesano que históricamente, aunque no siempre, recayó en una mujer frívola, abusiva, traficante de influencias, frecuentemente inmoral e influyente de manera negativa y en demasía sobre decisiones de gobierno. La mujer del césar, decían los romanos, no sólo debe ser casta y honrada; debe además parecerlo.
También es un signo positivo el anuncio de López Obrador de que a partir del próximo diciembre la política exterior mexicana volverá a regirse por los principios constitucionales de no intervención, libre autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias. Dicho en distintas palabras, no más sumisión a los dictados de EU para agredir a otras naciones.
Y no menos importante es el anuncio de que prontamente habrá de despenalizarse el uso de la mariguana. Millones de personas, sobre todo los jóvenes y sus familias, saldrán beneficiadas. Y esto sin duda contribuirá a la pacificación del país, pues la penalización de la mariguana es en buena medida responsable de la bárbara ola de violencia y criminalidad que azota a la sociedad mexicana.
De todos estos anuncios y señales puede colegirse que se consolidará y se incrementará el apoyo popular, político, social y moral a López Obrador. Y todo esto servirá de valladar para detener y nulificar la oleada de ataques, presentes y futuros, de la derecha y el imperialismo contra el nuevo gobierno.
Blog del autor: www.economiaypoliticahoy.wordpress.com
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

Rusia: “La huida de los Cascos Blancos de Siria con apoyo extranjero mostró para quién trabajaban”


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

kaosenlared.net

Rusia: “La huida de los Cascos Blancos de Siria con apoyo extranjero mostró para quién trabajaban”


Por Actualidad RT
El Gobierno de Israel confirmó este domingo que ha evacuado de Siria a integrantes de la organización y a miembros de sus familias a petición de EE.UU., Canadá y varios países europeos.
La evacuación de los Cascos Blancos de Siria con apoyo extranjero pone de relieve “bajo las órdenes de quiénes estaban trabajando” en el país árabe y con qué medios financieros contaban, según lo ha denunciado la Cancillería rusa en un 
comunicado
.
Según el Ministerio, resulta “simbólico” que los miembros de la organización hayan preferido “huir de Siria con apoyo extranjero, revelando de esa forma su esencia y demostrando al mundo su hipocresía”.
“Es bien sabido que fueron los Cascos Blancos los que estuvieron implicados en las provocaciones más odiosasdurante el conflicto sirio”, destacó la Cancillería rusa, subrayando que “actuaron exclusivamente” en territorios bajo control de los radicales islámicos y que fabricaron falsificaciones que “luego fueron utilizadas como pretexto para acusar a las autoridades sirias”.

Siria: Quienes ayudan a evacuar a los Cascos Blancos apoyan a los terroristas

El Gobierno de Israel confirmó este domingo que ha evacuado de Siria a integrantes de la organización y a miembros de sus familias a petición de EE.UU., Canadá y varios países europeos.
Desde el Ministerio sirio de Exteriores aseguran que la evacuación de los Cascos Blancos con apoyo de EE.UU., Reino Unido, Jordania, Alemania y Canadá evidencia que estos países apoyan a los terroristas en Siria. “La operación que realizan Israel y sus subordinados es criminal, ha revelado la verdadera naturaleza de los denominados Cascos Blancos”, ha afirmado un representante del Ministerio citado por la agencia SANA.

El lado oscuro de los Cascos Blancos

  • La organización de los Cascos Blancos, que más tarde adoptó el nombre de Defensa Civil Siria, fue creada entre finales de 2012 y principios de 2013 por James Le Mesurier, un exoficial del Ejército británico que empezó a entrenar a los primeros ‘defensores civiles’ en Turquía.
  • Actúan en los territorios controlados por la oposición armada en Siria, sobre todo el Frente Al Nusra, vinculado con Al Qaeda.
  • Afirman que “salvan a personas de ambos bandos” pero, al parecer, esto no beneficia a quienes son leales al Gobierno sirio. Incluso varios cascos blancos han estado involucrados con miembros de una banda armada que captura a “un cerdo de Assad”.
  • Los Cascos Blancos reciben donaciones millonarias de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) —asegura haberles asistido con más de 23 millones de dólares—, así como de países como el Reino Unido, Dinamarca y Japón y de organizaciones vinculadas al magnate George Soros. Al mismo tiempo, se trata de una de las principales fuentes que acusan a Rusia de cometer atrocidades de todo tipo, como matanzas de niños en bombardeos.
  • En abril pasado, varias ONG, incluidos los Cascos Blancos, denunciaron con un video el supuesto ataque químico llevado a cabo por el Ejército sirio contra la población de la ciudad de Duma (Guta Oriental), que sirvió de base para que EE.UU., Francia y Reino Unido lanzaran misiles contra Siria una semana más tarde.
  • Rusia insistió en que ese incidente en Duma fue un “montaje” para justificar los ataques de Occidente contra un Estado soberano, como pasó anteriormente en Irak y Libia. Además, varios testigos presenciales y presuntas víctimas que aparecieron en ese video ofrecieron sus testimonios en la sede de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) de La Haya (Países Bajos), donde relataron no haber observado signos del uso de armas químicas y que todo había sido un montaje de los Cascos Blancos.
https://actualidad.rt.com/actualidad/282548-rusia-cascos-blancos-siria

Decadencia y crisis de la cultura


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

rebelion.org

Decadencia y crisis de la cultura

 

 


“Hay poca claridad de qué significa una política cultural nacional para México.” Carlos Villaseñor Anaya.
Si hay que re-trazar culturalmente el territorio nacional desde los años 2000 al 2018, es y será en el país de las sombras espectrales, re-considerando los gobiernos de Fox Quesada, Calderón Hinojosa y Peña Nieto, entronizando y quedándose la guerra contra el narco-las drogas, generándose lo que actualmente son los muertos, los desaparecidos y los desplazados.
La subcultura del narco-las drogas, paralela a las culturas oficial y popular, ha sido el resultado del Estado fallido por el Estado-Narco, no dejando de haber expresiones socioestéticas como la música, la literatura, el teatro, la pintura, la danza y el cine tocadas y alteradas por la narco-cultura.
Nada, nadie y alguien para asustarse: el temor, el miedo, el terror y el horror llegaron puntual, violenta y criminalmente a las horas de las deshoras esperadas, inesperadas y desesperadas, del día a la noche, después de amanecer la oscurana madrugada, re-encontrándose en la calle a un joven estudiante normalista con el rostro desollado y las cuencas vacías, no mirando nada, nadie y alguien.
¿Qué pasó en los tres sexenios con el INBA y Conaculta-Secretaría de Cultura: vivir del presupuesto los funcionarios culturales y de las becas y los premios los creadores?
Nada, nadie y alguien para incomodarse en las zonas del confort institucional: El mainstream de la cultura es mercantil, “la moda imponiéndose al arte”, la cultura y el arte es el turismo cultural que nos representa.
La decadencia y la crisis de la cultura es funcional e institucional, irrumpiéndola lo disfuncional con la corrupción, la violencia y la criminalidad, siendo parte de la corrupción los puestos y los privilegios con los recursos culturales, de los funcionarios a los creadores.
Después del proyecto Vasconcelista, se llegó al Salinista con El Príncipe de O Paz, Fuentes, Monsiváis, Krauze y Camín, de Letras Libres a Nexos, los del Círculo de Poesía y la Fundación para las Letras Mexicanas.
Dándole seguimiento a la crítica socioestética de Blanca González Rosas y a la crítica de medios de información y comunicación Florence Toussaint, en la revista Proceso, de los años 2000-2018, desde luego hay más que criticar y lamentar de la decadencia y la crisis de la cultura.
Lo cierto es que la cultura, la del Prianismo, la oficial y la institucional que ha sido responsabilidad del Estado, así como el derecho a la cultura, están en el todo modo de la corrupción en la administración y difusión de los recursos presupuestales como paliativos contra la violencia y la criminalidad de la narco-cultura, emergiendo del profundo pozo negro a la superficialidad de una sociedad fragmentada y totalizada en el consumismo capitalista, sea de lujo, artístico y funeral con la ligereza, de lo sólido a lo líquido, de Bauman a Lipovetsky.
La modernidad en la transfiguración con la confusión de la memoria en la identidad y en la pertenencia, a qué altura –medianera- como bajura de los instintos y los complejos machistas y hembristas de los hombres y las mujeres en el poder político y económico de una clase política gobernante, zafia y frívola, desde sus fueros internos a los externos con alteradas funciones psicológicas por el poder mismo de ser ellos mismos -los representantes- de una democracia representativa que mediática y culturalmente son los pensamientos y las palabras, los actos y los hechos de lo que ahora hiere y mata cualquier tentativa viva de sernos y hacernos más a una cultura de la vida que a una cultura de la muerte.
De la cultura de la pobreza a la pobreza de la cultura, el poder de la cultura no debería ser y hacerse la cultura del poder, y si así va a suceder habría que poner atención en lo de la cultura política, a la mexicana, de la cual siempre se ha desprendido la sucedánea y la adocenada política cultural.
La cultura, en sus creaciones, expresiones y manifestaciones es lo que somos, intrínsecamente, de los antiguos a los modernos mexicanos, entrecruzados por la conquista y la colonia, el progreso y la modernidad.
Hasta aquí la historia, cuando se acumula algo interno y nos revienta en el pecho: Tlatelolco 68, en la plaza de Las Tres Culturas:
Para atrás y para adelante el pasado y el presente, porque alguien le abrió un boquete a una de las puertas en el laberinto de la soledad.
¿Existió alguna vez el país de las doradas manzanas al sol?, porque lo que está sucediendo en el país de las sombras espectrales, entre la Media Luna, Comala y Ayotzinapa con los muertos, los desaparecidos y los desplazados de esta tierra y a ras(tras) de los caminos, las calles y los pueblos, no es de otro mundo, tal vez sí o quizás no, del mundo de arriba, del cielo en medio y de la tierra abajo: en la gente y en los demás, en los otros y en nosotros.
El progreso de la corrupción y la impunidad.
La modernidad en la confusión de la identidad y la pertenencia, donde casi todo es para todos adquirible, usable, consumible y desechable en el totalitarismo-consumista, evidenciándose que la pobreza de la cultura (oficial) está por encima de la cultura de la pobreza (popular), y que en la segmentación sociocultural opera un intercambio, vertical, expansionista y consumista con el poder de la cultura en la cultura del poder, a todo modo con la economía, el mercado y el mainstream nacional, internacional y global: En el capitalismo de lujo, artístico y funeral.
Por lo anterior, a la cultura, hay que bajarla a ras de tierra, a sus raíces, tallos, ramas y hojas, que florezca y que dé frutos verdes y maduros, en tiempos de secas y en tiempos de agua, de la siembra a la cosecha, continua y sin parar, con las puertas abiertas al sol, a la luna y a las estrellas.
La cultura no es nada más de espacios, también, de atmósferas, más de afuera que de adentro, aérea y alada, terrenal y telúrica, solar y lunar, a cielo abierto con la estrellas: más cosmogónica y menos cosmo(a)gónica:
Lo que ilumina, dimana con la luz clara como el agua, estática, estética y extática; de lo ancestral natural a la moderno social.
Sin reparos.
Sin distingos.
Sin aspavientos.
Tejerla.
Urdirla.
Tramarla.
De la nervadura a lo artesanal de lo orgánico en lo rural, ejidal y comunal como en lo urbano, periférico y céntrico:
Más horizontal que vertical.
Sí, todas las redes, las rurales y las urbanas, las del campo en la cosecha y las del mar en la pesca, navegando en el campo y arando en el océano, las humanas y las sociales, las de las bibliotecas y las de los lectores, las análogas y las digitales, las de las manos y las de los dedos para el enjambre de la creación, la investigación y la difusión:
Un enjambre humano y una regeneración nacional para la animación sociocultural.
De entre “las bellas artes” y “las expresiones de élite”, han prevalecido “las culturales
populares” que con el Ya Basta indígena-campesino-zapatista re-tomaron su existencia y su dignidad en lo que aún es el México profundo en el país de las doradas manzanas al sol al país de las sombras espectrales: un territorio había regresado (de y a sus) orígenes antroposocioculturales: La Realidad de Los Caracoles.
Nunca había dejado de ser y hacerse la comunidad más allá de la periferia y la marginalidad de las colonias populares en la ciudad y en el campo: lo original y lo auténtico de lo rural como existencia y subsistencia.
La cosmogonía de los pensamientos y las palabras, los actos y los hechos, no en el mundo de arriba, y sí en el cielo de en medio y en la tierra de abajo.
Re-generar las culturas populares y re-estructurar las bellas artes con las expresiones de élite es ante todo y para tod@s unas necesidades existenciales, vitales, orgánicas, materiales, inmateriales, tangibles, intangibles, sociales, estéticas y culturales: nada, nadie y alguien fuera de lo que somos nosotros y los otros, los demás y la gente.
Las entrevistas a Carlos Villaseñor Anaya y Alejandra Frausto Guerrero en la revista Proceso 2162/2165, denotan y connotan las limitaciones y las necesidades (de y para) una política cultural, territorial y nacional.
Entonces, si se tiene lo que existe en las culturas populares, las bellas artes y las expresiones de élite, por qué no horizontalizar más con la re-generación popular y verticalizar menos con la simulación institucional, dejándose de los ismos como el provincianismo, el nacionalismo, el populismo, el cosmopolitismo, el multiculturalismo, el muralismo de tabla roca y el puritanismo de las mujeres y los hombres de La Veladora Perpetua-#MeToo, el capitalismo de lujo, artístico y funeral.
Ir-in tras la innovación tecnológica y la moda con las culturas populares, las bellas artes y las expresiones de élite, es y será vaciar lo de adentro de lo orgánico con lo de afuera artificial, más rigor en la cantidad comercial y más valor estético en la calidad.
La creación y la re-generación no son un revisionismo crítico oficialista e institucional, y menos un populismo-realista-socialista.
Lo que debe ser el hacer y el quehacer de una época son las necesidades, las individualidades, las colectividades y las comunidades en un contexto-un reflejo en que el poeta pinta con las palabras del pintor:
El poeta y el pintor proyectando sombras en el agua mientras el sol juega con la infantería a su regreso del mar. Ian Anderson-Jethro Tull. Thick As A Brick
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

Nicaragua. Sandinismo e imperio: la batalla decisiva


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

kaosenlared.net

Nicaragua. Sandinismo e imperio: la batalla decisiva


Por Atilio A. Boron
Washington se encuentra poseído por una irrefrenable ambición de someter al país centroamericano a sus designios
Nadie en su sano juicio, o actuando de buena fe, puede ignorar que la crisis en Nicaragua fue precipitada por múltiples factores. Varios de ellos endógenos; otro, exógeno pero crucial: el gobierno de Estados Unidos. Entre los primeros sobresalen la errónea lectura de la coyuntura local e internacional unida a graves desaciertos prácticos del gobierno de Daniel Ortega. Esto culminó en una violenta represión ante las primeras protestas poniendo en marcha un espiral de confrontaciones cuyo destino final no es difícil de pronosticar. Si fracasan los diálogos de paz esta crisis pudiera dar lugar a un “empate catastrófico” de fuerzas cuyo desenlace suele resolverse, como lo enseña la historia, mediante una guerra civil en la cual uno de los bandos impone su voluntad sobre el otro. Lo anterior resume el juego de agentes y procesos de naturaleza eminentemente doméstica en la crisis. Pero, como advertíamos al comienzo, tras el humo, la sangre y la confusión de las “trancas” y los enfrentamientos se mueve, sigilosa pero eficazmente, quien sin dudas es el principal actor de esta tragedia: la Casa Blanca.
En efecto, Washington se encuentra poseído por una irrefrenable ambición de someter al país centroamericano a sus designios, rubricando las numerosas iniciativas que desde mediados del siglo diecinueve y a lo largo de casi doscientos años tuvieron como único objetivo controlar el territorio nicaragüense. Vale recordar entre otras el accionar del aventurero yanqui William Walker que invadió Nicaragua con un ejército mercenario y se proclamó presidente en 1856; o la ocupación del país por parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos entre 1912 y 1933, contra la cual luchó con simpar heroísmo y honor Augusto César Sandino. Negaría la evidencia histórica y los datos del momento quien desconociera o subestimara la importancia de la intervención estadounidense en la crisis actual. Sobre todo cuando se observa que la metodología de la insurgencia, el “guión” que organiza sus tácticas e instrumentos de combate y el carácter de sus principales actores replican lo que enseñan los manuales de desestabilización de las diversas agencias de la “comunidad de inteligencia” de Estados Unidos. No sólo eso: las violentas protestas de la oposición nicaragüense tienen un indudable “aire de familia” con las “guarimbas” en Venezuela en 2014 y 2017, la revuelta de los “combatientes de la libertad” contra Gadafi en Libia en 2011 y el accionar de las bandas neonazis en Ucrania en 2013. Al revés de lo que dicen los films de Hollywood, cualquier semejanza con la realidad no es mera coincidencia porque se trata de la misma estrategia sólo que aplicada en diferentes locaciones.
Al examinar las causas domésticas de la crisis observamos una situación paradojal: sin previo aviso se produjo el súbito deterioro de la situación política en un país cuyo ordenamiento social se comparaba ventajosamente con el de sus vecinos. A diferencia de casi todos los demás países del área el flagelo de las “maras” era desconocido en Nicaragua; la seguridad ciudadana era de las mejores de Latinoamérica y muy superior a la del resto de los países del istmo. En Nuestra América se encuentran los diez países con las mayores tasas de homicidio por 100.000 habitantes del mundo. Honduras, gobernada a control remoto desde 2009 por Washington ostenta el lúgubre honor de tener la mayor de todas: 85.7 homicidios por cada 100.000 habitantes. Le siguen El Salvador (63,2), Venezuela (51,7), Colombia (48,8), Belice (37,2), Guatemala (36,2), Jamaica (35,2), Trinidad y Tobago (32,8), Brasil (30,5) y República Dominicana (30,2). En el año 2017 la tasa nicaragüense llegó a 6 por 100.000, unas pocas décimas por encima de la Argentina que registró una del 5.2 y Estados Unidos con 4.9. En 2013, el índice de seguridad ciudadana –el “Índice de Ley y Orden de 2013″ medido por la firma Gallup- caracterizó a Nicaragua como el país más seguro de Latinoamérica.1 Otros indicadores sociales muestran un desempeño similar: en años recientes el siempre difícil combate a la pobreza arrojaba en Nicaragua resultados módicamente alentadores, poco frecuentes en la región si se tiene en cuenta que durante mucho tiempo este país fue, después de Haití, el más pobre del hemisferio. Pese a ello, cálculos del Banco Mundial, actualizados a Abril del 2018, aseguran que “entre el 2014 y 2016 la pobreza disminuyó del 29.6 al 24.9 por ciento” al paso que en los últimos años la tasa media de crecimiento del PBI oscilaba en torno al 4 %. Textualmente se dice que “(E)n 2011, el crecimiento alcanzó un récord del 5.1 por ciento, con una desaceleración al 4.7 y 4.5 en 2016 y 2017, respectivamente. Para este año, el pronóstico se sitúa en 4.4 por ciento, con lo que Nicaragua se coloca en el segundo lugar de crecimiento entre los países de Centroamérica, con perspectivas favorables para la inversión extranjera directa y el comercio.” 2 Según datos del Banco Centroamericano de Integración Económica el déficit fiscal de Nicaragua en el año 2017 fue del 2.5 %. En la Argentina en ese mismo año fue del 3.9 %.3 En el terreno político en Noviembre del 2016 el actual presidente fue elegido por un 72 % de los votos, y si bien hubo algunas denuncias de fraude, poderosamente amplificadas por la cloaca mediática regional, ninguna adquirió la entidad suficiente como para seriamente impugnar el proceso electoral.
Dados estos antecedentes, ¿cómo fue que se produjo el fulminante estallido de una crisis que hoy nos asombra y entristece? Como dijéramos en una nota anterior el gobierno cometió un grave error al responder con inusitada violencia ante una legítima protesta ocasionada por una regresiva reforma al régimen de la seguridad social.4 Protesta en la cual participaron no pocos simpatizantes y partidarios del sandinismo que ignoraban la iniciativa presidencial en ciernes. En efecto, el presidente Ortega hizo el sorpresivo anuncio de la reforma el 18 de Abril y cuatro días después, ante la contundencia y masividad del rechazo popular, procedió a revocarla. En circunstancias normales esto debería haber desactivado la bomba de tiempo que con su tic-tac resonaba en las calles de Managua. Pero los países de América Latina y el Caribe (y Nicaragua no es la excepción) no son “países normales” sino batalladores sobrevivientes en la periferia de un imperio que anhela su completa y definitiva subordinación. Precisamente a causa de esa “anormalidad” latinoamericana la violenta agitación callejera lejos de aplacarse con la marcha atrás ordenada por el gobierno se intensificó y extendió a otras ciudades del país. En cuestión de días una demanda puntual precipitó la rápida conformación de un amplio y sedicioso frente opositor reclamando la renuncia del presidente y el llamado a nuevas elecciones. ¿Cómo explicar tan perniciosa mutación?
Para responder a esta pregunta es preciso examinar el decisivo papel del gobierno de Estados Unidos como amplificador e interesado beneficiario de la crisis. Tal como dijimos anteriormente Washington alberga una añeja obsesión con Nicaragua. Un elemento clave que ha perturbado hasta la actualidad el sueño de la dirigencia estadounidense ha sido, en el siglo diecinueve, su interés por la eventual construcción de un paso bioceánico a través de Nicaragua y el temor de que tal obra fuese encarada por una potencia europea, Francia, que tenía planeado abrir una ruta transoceánica en Panamá. Frustrada esa iniciativa francesa y vez construido el Canal de Panamá por los estadounidenses la prioridad fue impedir la creación de una vía alternativa que compitiese con la panameña, controlada directa o indirectamente por Estados Unidos. Esa preocupación, que se mantuvo latente a lo largo del siglo veinte, se acrecentó hasta el paroxismo en fechas recientes ante los anuncios de un acuerdo para la apertura de un nuevo canal pasando por Nicaragua y, además, financiado por capitales chinos. Si Beijing conmovió el tablero geopolítico y geoeconómico mundial con la vertiginosa reconstrucción de la “ruta de la seda” que -trece mil kilómetros de vías férreas de alta velocidad mediante- atrae inexorablemente al Asia meridional y a toda Europa a su hegemonía económica, la construcción y posterior control de un nuevo y más expedito canal en Nicaragua alteraría radicalmente el equilibrio estratégico nada menos que en el Caribe, la tercera frontera imperial como decía el profesor Juan Bosch, y como lo ratifican los manuales del Pentágono al hablar del Caribe como el “Mare Nostrum” de los norteamericanos. Sería, además, el tiro de gracia para la Doctrina Monroe y su pretensión de que en este continente sólo se oiga la voz de Estados Unidos y que ninguna potencia extracontinental se inmiscuya en los asuntos hemisféricos. La presencia china en Centroamérica y el Caribe constituiría para Beijing un poderoso argumento para neutralizar -o tratar de equiparar- la presencia de Washington en el Asia Pacífico, hacia donde, desde la época de Barack Obama, Estados Unidos ha desplazado gran parte de su flota de mar con la indisimulada intención de contener la expansión comercial y política china. Para el Pentágono, y sobre todo para la Administración Trump, que hizo de Rusia y China sus enemigos, nada podría ser más amenazante que la presencia de los herederos de Mao en el área del Gran Caribe y que eventualmente podría convertir a la tierra de Sandino en una base de operaciones no sólo comerciales sino también de índole militar. De ahí que el protagonismo estadounidense en la crisis nicaragüense no tenga nada de anómalo o inesperado. Es la previsible respuesta a un desafío militar, y no sólo económico, de vastas proporciones ante los cuales sería absurdo pensar que el imperio permanecería de brazos cruzados.
Por otra parte, a pesar que el gobierno sandinista parece haber archivado sus afanes revolucionarios, el sólo hecho de que mantenga relaciones de cooperación con países como Cuba, Venezuela y, en general, con los gobiernos del ALBA, es para Washington motivo más que suficiente para provocar un “cambio de régimen”, eufemismo para evitar hablar de golpes de estado y el subsecuente baño de sangre con que se escarmienta a los rebeldes del viejo orden. Es debido a ello que la Casa Blanca ha tratado, por todos los medios y sin pausas, de incidir en el proceso político nicaragüense y debilitar al gobierno de Daniel Ortega financiando con largueza a los partidos de la oposición, a un variopinto enjambre de ONGs –la mayoría de ellas non sanctas, encubiertos tentáculos del gobierno estadounidense- así como a numerosas organizaciones de la sociedad civil y a la prensa opositora, procurando por todos los medios desacreditar al gobierno sandinista y estigmatizar a la pareja gobernante. Esta intensa campaña de propaganda tiene por objeto denunciar a Managua como el asiento de una brutal dictadura y preparar el clima de opinión para convalidar su violenta erradicación mediante una “invasión humanitaria” coordinada por el Comando Sur con la complicidad, entre otros, de los gobiernos que constituyen no el Grupo sino el “Cartel de Lima.”
Es debido a ello que la crisis refleja con tanta nitidez el modus operandi recomendado por el manual de prácticas desestabilizadoras de la CIA, con sus paramilitares y mercenarios disfrazados de estudiantes universitarios o de jóvenes dispuestos a inmolarse por su adhesión a un puro ideal republicano aunque para ello deban matar, incendiar, secuestrar, destruir. Pero para que los planes del imperio tengan éxito y para que sus esbirros puedan mimetizarse con la población es preciso que haya quienes genuinamente salgan a protestar contra el gobierno. Sin ello la estrategia del imperio pierde toda eficacia. Y que en Nicaragua hayan salido a manifestarse no puede sorprender a nadie porque hay motivos para hacerlo. La corrupción es un problema muy grave, ya desde el primer gobierno sandinista cuando se hablaba de “la piñata”, aceptada con una mezcla de resignación e iracundia por parte del pueblo nicaragüense. Qué la revolución se desvió del camino es otro dato irrefutable, transando con sus enemigos históricos: el empresariado y la Iglesia Católica entre otros. Que el poder revolucionario se concentró extraordinariamente en las manos de la pareja presidencial y que una deriva autoritaria del gobierno irrumpe cada vez con más frecuencia también es verdad. No se puede entender lo que está ocurriendo en Nicaragua sin tener en cuenta los síntomas de esta involución del sandinismo y el desgaste de su filo revolucionario. Pero que sobre la protesta de algunos sectores de la oposición –en algunos casos multitudinarias- se montó, con relampagueante celeridad, todo el aparato de desestabilización del imperio es evidente hasta para un ciego. Y este no es un dato menor, sino que constituye “el dato” fundamental, la clave de bóveda para comprender el significado histórico de la crisis nicaragüense. La cloaca mediática latinoamericana y estadounidense descarga su artillería de “posverdades” y “plusmentiras” mientras denuncia a los gritos y con total impunidad los muertos causados por la represión del gobierno sandinista. Pero la verdad, cuidadosamente oculta, como antes se hiciera en el caso de la Venezuela Bolivariana, es que las víctimas se reparten casi por partes iguales entre ambos bandos.
Washington milita la contrarrevolución con una disciplina ejemplar y está siempre preparado para aprovechar cualquier oportunidad que se presente para desestabilizar a un gobierno poco propenso a obedecer a sus mandatos. Carece totalmente de escrúpulos morales y tiene fuerzas de despliegue rápido no sólo entre los militares sino en la cuantiosa masa de maniobra reclutada durante largos años y formada por una legión de paramilitares, mercenarios y ex presidiarios bajo parole dispuestos a lo que sea; también revistan en sus filas drogadictos desquiciados y contenidos por los estupefacientes suministrados por Washington en sociedad con los narcotraficantes; y tránsfugas de todo tipo, dispuestos a engrosar las filas del sicariato, a tomar iniciativas violentas entremezclándose en una marcha de novatos manifestantes que ignoran como se arma un cóctel molotov, o no se animan a incendiar vivo a un sujeto sospechoso, o a dotar de un “aire plebeyo” a las manifestaciones de la derecha contra cualquier gobierno de izquierda, o apenas progresista.
Por eso decíamos en nuestra nota anterior que la revolución nicaragüense es como la niña que navega en un bote en un mar embravecido y con un timonel que -lo digo con respeto pero también con esperanza- ha perdido el rumbo. Pero aun bajo estas circunstancias, sería absurdo entregar a la niña a sus verdugos o hundir el bote y arrojarla al mar. Ya sabemos lo que ocurrió cuando gobiernos progresistas o de izquierda cayeron a causa de la conspiración imperial. Basta mirar lo acontecido en Honduras, Paraguay o Brasil para vislumbrar lo que podría ocurrir en Nicaragua si la ofensiva destituyente en curso fuese coronada con la victoria. No hay razones para suponer que el gobierno de Daniel Ortega es absolutamente incapaz de ejercer una revolucionaria autocrítica, revisar lo actuado y enmendar sus errores. Es fundamental salir de esta crisis por izquierda, fiel al ideario del sandinismo. Para ello será necesario corregir el rumbo que ha seguido el gobierno en fechas recientes. Esto exige sacar de su letargo al FSLN y resucitarlo como fuerza política activa, potenciar su protagonismo en la gestión gubernativa y movilizar, reorganizar y concientizar a su base social para producir una radical redemocratización del proceso revolucionario. En pocas palabras, provocar una revolución en la revolución. El ensimismamiento del gobierno y su aislamiento en relación al pueblo sandinista y al propio partido de gobierno es vox populi en Managua, y de perpetuarse esta situación será inevitable incurrir en nuevos desaciertos que serían fatal para el gobierno de Daniel Ortega. El enemigo imperialista está al acecho, le tiende muchas trampas y la soledad del poder es muy mala consejera. Si el FSLN como fuerza política no recupera su protagonismo colectivo y se adueña del destino de la revolución, mucho me temo que estén contados los días de este bello sueño construido sobre la gesta épica de la prolongada lucha contra la dictadura de Somoza. Sería una derrota tremenda para un noble y valiente pueblo que luchó con un heroísmo ejemplar para hacer realidad su fidelidad al legado de Sandino, el “general de hombres libres.” Será también un golpe brutal a las esperanzas de los pueblos de Nuestra América, y la pérdida de una oportunidad que Nicaragua tardará mucho tiempo en reencontrar. Dixit et salvavi animan mea.

¿Una Constituyente real para Panamá?


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

kaosenlared.net

¿Una Constituyente real para Panamá?


El pasado 5 de mayo, el presidente panameño, Juan Carlos Varela, hizo público su interés de iniciar un proceso constituyente en el país canalero. Esta declaración fue realizada durante la apertura del proceso electoral que culminará en el 2019. Según Varela, los ciudadanos de Panamá, además de elegir a la Presidencia y Vicepresidencia, a la […]
El pasado 5 de mayo, el presidente panameño, Juan Carlos Varela, hizo público su interés de iniciar un proceso constituyente en el país canalero. Esta declaración fue realizada durante la apertura del proceso electoral que culminará en el 2019. Según Varela, los ciudadanos de Panamá, además de elegir a la Presidencia y Vicepresidencia, a la nueva Asamblea Nacional, autoridades municipales y diputadas (os) al Parlamento Centroamericano, escogerán a las sesenta personas encargadas de reformar –parcial o ampliamente- a la Constitución Política, de aprobarse su iniciativa. Ante este llamado, surgen numerosos cuestionamientos que van desde la forma y el momento para llevar a cabo una Asamblea Constituyente, hasta los intereses que le impulsan y los derechos en riesgo.
¿Momento oportuno para una Constituyente?
De forma sorpresiva, el presidente Juan Carlos Varela, en la ceremonia de apertura a los comicios generales de 2019, llamó a iniciar un proceso de consultas a partidos políticos, gremios empresariales, sindicatos y organizaciones civiles con miras a la reforma de la Constitución Política panameña. Este llamado se sustenta en el Artículo 134 de la Carta Magna, el cual faculta al Ejecutivo a convocar a una Asamblea Constituyente que podrá reformar parcial o ampliamente el texto jurídico más importante de un Estado Nación.
Casi de forma inmediata, surgieron diversos cuestionamientos respecto del momento que atraviesa el país y la forma en la que se propone convocar a una Asamblea Constituyente. Entre los partidos políticos parece que existe un consenso respecto de la distracción y confusión que puede ocasionar el proceso de reforma constitucional sobre las elecciones nacionales del 2019. Sobre ello, Pedro Miguel González, secretario general del Partido Revolucionario Democrático (PRD) menciona su oposición a mezclar la contienda nacional con la reforma constitucional. El presidente del mismo partido, Binicio Robinson, considera que esta maniobra es una cortina de humo para disminuir las críticas a la administración Varela. Por su parte, Rómulo Rox, secretario general del Partido Cambio Democrático (CD), considera que el tiempo de la constituyente ya pasó para el presidente.
Estos cuestionamientos surgen debido a que la convocatoria a una constituyente fue uno de los principales ejes de la campaña electoral del actual mandatario, cuya concreción postergó hasta ahora. Se plantea a un año de finalizar su gestión y bajo una modalidad que implica que el proceso de reformas tenga lugar en el marco de la nueva gestión presidencial que resulte elegida en 2019. Asimismo, cuando fue consultado por los motivos de convocar en este momento a una Constituyente, Varela argumentó que se trata del aprovechamiento de la inversión económica y logística de las elecciones nacionales de 2019 para incorporar una papeleta más para elegir a las sesenta personas facultadas para la reforma parcial o total de la Carta Magna panameña.
Como alternativa, Raúl González, del Movimiento Alternativa Popular, y organizaciones civiles, proponen el incorporar una quinta papeleta en las elecciones nacionales pero de consulta al electorado sobre si se debe llevar a cabo un proceso Constituyente en Panamá o no. Alternativa que, sin dudas, requerirá de mayor discusión y análisis político involucrando a los diferentes sectores de la sociedad, además de un diálogo real frente a las necesidades de reforma de la Carta Magna, los mínimos a negociar y los derechos que no pueden retroceder.
Pese a estos desacuerdos que, según Varela, quedarían reducidos a cuestiones procedimentales -al menos entre quienes fueron consultados-, el presidente anunció el 1 de julio que convocaría a reunión ampliada para discutir una hoja de ruta en dirección a concretar la Asamblea Constituyente. En función de “la modernización de las instituciones del Estado y el fortalecimiento de la democracia”, Juan Carlos Varela parece no cambiar de opinión respecto de que las elecciones de las sesenta personas constituyentes sean en 2019, en medio de las elecciones generales. Queda aquí el cuestionamiento acerca de qué actores fueron incluidos (y sobre todo, los excluidos) del proceso de consultas y su representatividad de las diversas voces de la sociedad panameña.
¿Cuáles son los intereses de cara a la Constituyente?
El presidente Varela ha sido claro respecto de su voluntad de llevar a cabo la Constituyente de acuerdo a sus términos. Sin embargo, no quedan claros los intereses que le motivan. En medio del diálogo, ni el presidente ni Álvaro Alemán, han sido explícitos sobre los contenidos que se deben reformar. Por su parte, distintos sectores, de cara a las denuncias sobre corrupción que han involucrado a funcionarios actuales y ex-funcionarios, el desmantelamiento del Estado, la privación y privatización de derechos fundamentales, parecen tener expectativas y acordar en que es necesaria una nueva Carta Magna. No obstante, se sigue sin claridad respecto de qué aspectos reformar.
Frente a ello, Marco A. Gandásegui –sociólogo y profesor de la Universidad de Panamá-, a partir de la experiencia del Movimiento Alternativa Popular y la gran deuda del Estado respecto del derecho a una vivienda digna, sostiene que en el actual contexto panameño lo necesario es cumplir la Constitución actual antes que avanzar en reformas que pueden poner en riesgo algunas conquistas sociales consagradas en la misma. Asimismo, el profesor Gandásegui, evalúa que las últimas reformas parciales de la Carta Magna fueron realizadas a partir de dos períodos de la Asamblea Nacional sobre, fundamentalmente, el acuerdo de las élites político-económicas sin ningún beneficio para las grandes mayorías.
Tras más de dos meses de consulta, ni el Ejecutivo ni las élites político-económicas –foráneas al aparato institucional- son claras sobre qué reformar. En ese marco, la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Panamá (CCIAP) expresó su acuerdo con reformar la Carta Magna, pero a través de dos períodos de la Asamblea Nacional. Esto es, tal y como se han llevado a cabo las reformas en 1994 y 2004, excluyendo a los grandes sectores empobrecidos y excluidos de Panamá. Asimismo, la CCIAP hizo público su interés de reformar el Título de Administración de Justicia; nuevamente, sin enfatizar en el qué.
En ese sentido, ¿cuál es el interés real detrás de la Constituyente?, ¿en qué consisten las reformas?, ¿por qué el llamado es tan urgente? Gandásegui, ante la poca claridad y en el marco de la actual correlación de fuerzas en Panamá -donde no hay posibilidad alguna de una alternativa política diferente a la neoliberal-, se pregunta sobre el posible retroceso de los derechos humanos reconocidos en la Carta Magna. Todo parece indicar que, en una Panamá gobernada por una élite político-económica que ha desmantelado casi toda su capacidad ejecutiva estatal en relación a derechos fundamentales y servicios básicos, una “refundación de la República” es una mala noticia para las amplias mayorías panameñas, aquellas que padecen el hecho de que Panamá sea la décima economía más desigual del mundo.
¿Una reforma real de la Constitución Política es posible?
Desde el 2004, el Artículo 134 de la Carta Magna reconoce dos figuras constituyentes distintas: i) originaria y; ii) paralela. La primera de ellas refiere al poder público que sólo puede ser emanado desde el pueblo –reconocido, también, en el Artículo 2 de la Constitución panameña-, mientras que la segunda remite a un acuerdo entre los ex-mandatarios Moscoso y Torrijos, y que parece poner un límite a la originaria.
La Constituyente Paralela puede ser convocada por el Ejecutivo y, necesariamente, debe ser aprobada por la Asamblea Nacional. Asimismo, las sesenta personas constituyentes tienen solamente un período de 6 a 9 meses para establecer el nuevo texto constitucional; tiempo que transcurre sin afectar el trabajo llevado a cabo por la presidencia, la Asamblea Nacional y demás órganos e instituciones del Estado. Es decir, el orden constitucional cambia, pero todo sigue igual.
Por lo tanto, ¿esta realmente constituye a un poder originario? ¿Es posible llevar a cabo una reforma sustancial en un período de meses? o, bien, ¿es posible refundar una República cuando los poderes operan paralelamente a la Asamblea Constituyente? ¿Las sesenta personas constituyentes son realmente representativas de la diversidad que compone a la sociedad panameña? ¿Por qué son solamente sesenta personas? Y, nuevamente, ¿a qué corresponde el llamado del Ejecutivo en éste momento?
Son demasiadas las preguntas frente a este proceso constituyente y son pocas –casi nulas- las respuestas. La historia, la correlación de fuerzas así como el deterioro institucional y de derechos lleva a sospechar que la propuesta de reforma constitucional irá de la mano del neoliberalismo y del despojo de los derechos más fundamentales para los sectores más empobrecidos y excluidos de Panamá. Ante ello, ¿es posible una Reforma Constitucional real en Panamá? Una que recaiga sobre el poder originario del pueblo, la que tome en cuenta las distintas realidades de las personas trabajadoras, las mujeres, los pueblos indígenas, la población sexualmente disidente, las migrantes, las empobrecidas y tantas otras que, cada vez más, son excluidas. ¿Es posible en esta coyuntura?
.
celag.org/una-constituyente-real-para-panama/

Donald Trump ante López Obrador


COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx

rebelion.org

Donald Trump ante López Obrador

 

 


Al cumplirse un año y medio de su gobierno, si algo continúa siendo irrefutable —y como se vio en Helsinki el lunes 16 de julio— es que el presidente estadounidense Donald Trump es imprevisible. Pero hay, al menos, una excepción a esa regla: su demostrada aversión a México, a los mexicanos y centroamericanos y, en general, a los inmigrantes pobres que llegan a su país en busca de oportunidades o escapando de la violencia dominante en sus países de origen. Desde su campaña en 2016 esta aversión, traducida en bandera política, le fue de suma utilidad, quizá más que ninguna otra, para conquistar la candidatura del Partido Republicano y ulteriormente la presidencia.
Por ello resultó sumamente notorio el que el pasado viernes 13 de julio una delegación de alto nivel enviada por Trump y compuesta por su secretario de Estado, Michael Pompeo, el del Tesoro Steven Mnuchin, su secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen y su yerno y asesor Jared Kushner, quien ya tenido responsabilidad en la relación con el gobierno mexicano, se entrevistó con López Obrador en las oficinas de éste, aun cuando no ha sido declarado ni siquiera presidente electo. La visita de los funcionarios estadounidenses, en un ambiente de cordialidad, contrastó, además, con la frialdad con que en general Trump ha manejado hasta ahora su relación con el presidente Enrique Peña Nieto.
La entrevista debió tener muchas motivaciones sin duda, dada la complejidad de las relaciones entre ambas naciones que, en este como en otros periodos de la historia, se ha caracterizado por la desconfianza mutua y la tirantez entre sus respectivos gobiernos. “Vecinos distantes”, llamó el ex embajador Alan Riding a esa relación en un famoso libro de 1984. Pero también destacó que el anfitrión aprovechó para tomar la iniciativa, al entregar a sus visitantes una carta dirigida a Trump en la que se presenta su propia agenda de discusión. Al parecer, los puntos de ésta serían libre comercio, migración, cooperación con México y Centroamérica y seguridad.
A lo largo de la campaña, seguramente por una actitud pragmática y por cuanto las encuestas siempre dieron a López Obrador el lugar más adelantado, el gobierno trumpista se mantuvo a la expectativa y sin ningún signo de hostilidad contra el tabasqueño, ni de ser más favorable al triunfo del PRI o del PAN, sin duda más afines ideológica y políticamente con la nación norteamericana. Esto corresponde, por supuesto, a una política ortodoxa; pero el multimillonario gobernante no se caracteriza, en esa materia y casi en ninguna otra, por la ortodoxia. Sus lemas: “Hacer a los Estados Unidos grandes otra vez” y “Estados Unidos primero”, los traduce en política exterior como una política de presión no sólo contra naciones adversarias o incómodas —entre estas últimas se encuentra para él nuestro país— sino incluso contra las aliadas, como se vio también en su recién concluida gira por el Viejo Continente, enfilada a someter a la Gran Bretaña, Alemania y toda la Unión Europea, aunque finalmente concluyó en una ridícula capitulación en Helsinki ante el presidente ruso Vladímir Putin, hoy visto con razón como el hombre más poderoso del mundo.
La melodiosa diplomacia con que aparentemente tratará Donald Trump al entrante gobierno lopezobradorista no debe llevarnos, empero, a pensar en una luna de miel entre ambos gobernantes. No es posible pensar en que el presidente estadounidense abandone en un instante su agresivo discurso antimexicano, que tantos réditos le ha dado en materia electoral, ni que haga de México una excepción en su referida política de presión a tirios y a troyanos para reimponer en el siglo veintiuno la nunca abandonada pero sí adecuada a lo largo del tiempo “Política del Garrote” formulada en 1900 y cuyo enunciado se atribuye al entonces presidente Theodore Roosevelt: “Habla suavemente y lleva un gran garrote; así llegarás lejos”.
La política real de Trump frente a México se irá develando al asumir el tabasqueño la presidencia, en diciembre próximo. Pero es necesario elaborar algunas hipótesis.
Siendo López Obrador sin duda un político nacionalista, que ha hablado de aspectos como la autosuficiencia alimentaria y la reactivación del mercado interno, parece haber entre él y el magnate estadounidense puntos de coincidencia aunque, por supuesto, cada uno para su propio país. Para Trump la defensa de la economía estadounidense se ha entendido como desechar, al menos parcialmente, el libre comercio, imponer aranceles (acero y aluminio, hasta ahora), frenar la importación de manufacturas en ramas donde claramente su país ha perdido su antiguo predominio (automóviles), etcétera. La oferta de reactivar por esta vía el empleo para los estadounidenses fue esencial en su éxito electoral en 2016 y espera que lo sea también en 2020, cuando aspira a ser reelegido. En esa lógica, México es, además de un exportador de migrantes —que “compiten” por el empleo de los estadounidenses, según él— y drogas que “envenenan” a una población que en realidad las busca con avidez, un competidor desleal, por lo bajo de sus salarios en el sector manufacturero. Eso no va a cambiar.
Como se ve, las coincidencias no son, en este caso, convergencias, sino motivos de competencia. ¿Sobre qué bases podrían, entonces, fincarse relaciones de auténtica cooperación y complementariedad, cuando, por el contrario, el propósito del presidente estadounidense es echar abajo el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica y sustituirlo por tratados bilaterales donde pueda negociar desde una posición de fuerza aún mayor? Eso también difícilmente cambiará.
Creo, en cambio, que la amistosa y cortés visita de los altos funcionarios estadounidenses al candidato triunfador mexicano puede haber tenido dos propósitos, ambos de carácter político. Uno, simplemente hacerse presentes para hacerle sentir que en el futuro lo estarán analizando, y en su caso presionando, con la fuerza de las más altas instituciones del gobierno yanqui: el Departamento de Estado, el del Tesoro, el área de Seguridad y la propia Casa Blanca. Si ahora esa presión no se ejerce, es porque López Obrador aún no toma el aparato de Estado; pero podría ocurrir a partir de diciembre, cuando éste asuma plenamente las responsabilidades de gobierno, incluidas las relaciones externas y las negociaciones económicas.
Pero es muy probable que para el Departamento de Estado no pase inadvertido que López Obrador puede asumir, con su contundente triunfo del 1 de julio, un papel de liderazgo en el conjunto de Latinoamérica, donde se libra una lucha política encarnizada entre las fuerzas del conservadurismo y la reacción y los destacamentos populares agrupados en poderosos movimientos sociales y partidos que ya han ejercido o disputan el poder, particularmente en Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador y por supuesto Venezuela. En Uruguay se conserva un gobierno de centro-izquierda bien consolidado. En Brasil, aun estando en prisión, Lula da Silva sigue siendo el político más popular y el favorito para las próximas elecciones. En Colombia, en los recientes comicios, la izquierda encabezada por Gustavo Petro creció como nunca antes en su historia y amenazó con desplazar a las tradicionales opciones derechistas. En Bolivia el gobierno de Evo Morales y su partido Movimiento al Socialismo se mantienen inamovibles, conservando el respaldo popular. En la Argentina los sindicatos peronistas, bases del Partido Justicialista y del Frente Unión Ciudadana, desafían abiertamente al ultraderechista presidente Macri. En Venezuela, pese a las presiones internas y externas —sobre todo del Departamento de Estado y de la OEA—, y pese a sus propios errores, sigue en el poder el bolivariano Nicolás Maduro. El gobierno cubano ha realizado el relevo de Raúl Castro a Miguel Díaz Canel de manera ordenada y sin sobresaltos, conservándose intacto el poder del gobierno revolucionario. En Nicaragua la insurrección contra la neodictadura de Daniel Ortega y su putrefacto sandinismo ha comenzado, y parece inminente su caída; pero es incierto qué tipo de gobierno lo sucedería, si uno adicto a la política del imperialismo estadounidense o alguno de otra línea.
En ese escenario de pugna por la hegemonía de la región y de incertidumbre para los intereses estadounidenses, la presidencia de López Obrador puede asumir un papel decisivo, que incline la balanza hacia el centro-izquierda y las izquierdas. Su gobierno tendrá que abandonar el alineamiento y activismo antivenezolano de Peña-Videgaray y reasumir los principios tradicionales de la política exterior mexicana de sus mejores tiempos: la autodeterminación, la no intervención, la igualdad jurídica de los Estados y la solución pacífica de los conflictos. En organismos multilaterales, particularmente en la OEA, la voz de México puede volver a sonar con fuerza y sobre todo con independencia de la política estadounidense.
Esto no puede pasar inadvertido para el jefe de la diplomacia estadounidense, Pompeo, quien ha sido director de la Agencia Central de Inteligencia, la CIA que en su historia tantos gobiernos ha contribuido a derrocar en la región latinoamericana y el resto del mundo. Es claro que les interesa a los jefes del gobierno yanqui estar pendientes de cada movimiento que López Obrador realice, particularmente en relación con Nuestra América. Pero esto es, después de todo, sólo uno de múltiples aspectos; aún hay muchas incógnitas en la siempre difícil relación México-Estados Unidos; en diciembre comenzarán a despejarse y podremos asumir posiciones más claras.
Eduardo Nava Hernández. Politólogo – UMSNH
Fuente: http://www.cambiodemichoacan.com.mx/columna-nc44900
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

COMPARTE EL SITIO DE: https://plataformadistritocero.blogspot.mx