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‘El Chapo’ y la Primera Dama, el nuevo capítulo de un culebrón a la carta - Corte de Caja
(Foto: Reuters)
Fue
hace dos semanas exactas cuando la imagen empezó a circular en forma de
meme. A la foto original de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán sentado al borde
de la superficie de ese testigo de locuras inconfesables y pasiones
desbordadas que es la cama de un motel, le habían sustituido el póster
de la modelo Alessandra Ambrosio por el de Angélica Rivera en sus años
mozos.
Ahí,
en la escena donde el capo lucía humillado con su camiseta lista para
un comercial de detergente quitamanchas, el imaginario colectivo había
dejado su huella para que se repartiera entre pantallas de computadoras y
smartphones, poniendo a prueba a los editores de medios digitales que
sin pudor publicaron cada una de las burlas, pero muy pocos la que
incluía a la esposa del Presidente de México.
(Imagen tomada de Twitter)
Ahora
vuelvo a encontrarme con el mismo cuadro entre las miles de fotografías
de una de las agencias informativas más grandes del mundo, de las
serias, recreando el meme entre las mercaderías que se ofrecen en forma
de piñatas, gorras, playeras y hasta pasteles, extendiendo el mito a
través de un pasaje que nunca existió.
¿Y por qué no?
Después de todo, desde ese 8 de enero lo que se nos ha vendido es un
dramón de sexo, droga y rock and roll en el cual lo más insospechado
puede suceder. A eso le ha jugado el gobierno de México desde el momento
de la captura del más malo de Malolandia, a mostrarnos un reality show
multimedia y multiplataforma donde el público participa activamente
entre la incredulidad, el linchamiento y el ridículo.
Como
suele sucederle, la administración peñista ha armado un merequetengue
de algo que pudo haber manejado con bolas y palitos, ciñéndose a los
hechos y aplicando la ley sobre los que debía caer. Pero noooo. Tenían
que pensar primero en el rating, dejándonos ver que este es un maratón
con permanencia voluntaria para que cada día nos fuéramos a la cama en
ascuas.
Porque
una cosa es saber que Kate de mi corazón se subió a la cumbancha junto a
Sean Peen y sus 21 Gramos para tomar tequila con el capo y otra muy
distinta la historia en entregas que nos han ido contando. Es decir,
desde la revelación de la entrevista de la revista Rolling Stone, lo que
hemos visto es una constante lucha por desmantelar la imagen de ese ser
paranormal que parecía ser ‘El Chapo’, que con sus mil millones de
dólares era el todo lo puede y nunca me atrapas y todo para qué; para
que al final resultará que quien los tuvo con la cola entre las patas
con sus múltiples escapes parecía más Pinky que Cerebro luego de
grabarse en el contemporáneo y artístico modo vertical de pantalla
celular.
Ahí
es donde la cosa ya no nos cuadra y notamos que si bien dicen el
narcote (que conste que dije narcote) sucumbía a las teleseries, en Los
Pinos y sus alrededores tampoco cantan mal las rancheras.
Y
es que parecen no comprender que con cada filtración que hacen para dar
a conocer los arrimones poéticos que le daba a la Reina del Sur, el
implante de su bombita cumplidora, el hallazgo de sus lotes de Viagra,
sus cajas de Just for Men, sus DVD rentados en BlockBuster (¡por favor,
quién fue el retro que casi va por VHS a Videocentro! Mucho Wi-Fi y nada
de streaming) , en lugar de tumbar esa leyenda lo que hacen es que uno
se pregunte cómo es posible que ese sujeto los haya puesto a parir
chayotes a lo largo de tres sexenios.
(Tuit de Daniel Moreno, director de Animal Político)
Porque
si alguien armó el mito y mitote fueron las autoridades de México y
Estados Unidos que todo lo malo en cuestión de drogas, secuestros, trata
de personas se lo achacaron a un solo sujeto a quien imaginábamos en
una fortaleza submarina dando órdenes como Lex Luthor. Y como ya le pasó
a los estadounidenses que al aniquilar a Osama Bin Laden no acabaron
con el terrorismo, asimismo, en México y el mundo el tráfico de drogas
se mueve y se mueve como un relojito.
Pareciera
que lo que se trata es de darle largas a las eternas preguntas que
ahora y siempre nos hemos hecho y nunca pueden (quieren) responder. ¿Por
qué si ‘El Chapo’ era tan poderoso quería a fuerzas un celular rosita
de Telcel para Kate en Paquete Amigo? ¿Quién es el hombre misterioso que
como Juan por su casa se paseaba tan campante en la balacera de la casa
del capo? ¿Era quizás un interventor de la Secretaría de Gobernación
para dar fe de la legalidad de este concurso? ¿Por qué si la
Inteligencia mexicana es tan inteligente pudieron descifrar los mensajes
románticos de ‘El Chapo’ y nunca pudo rastrear los recursos de Humberto
Moreira que ahora España señala como ilícitos (aunque ya se
arrepintió)? ¿Por qué en el video de la entrevista de ‘El Chapo’ el
maldito gallo jamás se calla? ¿Por qué los asesores de Peña Nieto le
aconsejaron dar la noticia por Twitter y no le avisaron que le daba la
máxima condecoración del Águila Azteca a un monarca árabe que recién
había ordenado decapitar y crucificar a cuatro presos políticos? ¿Por
qué nadie revela cuantas chupadas se necesitan para llegar al centro de
una paleta Tutsi Pop? ¿Por qué siguen dejando a Ricardo Arjona escribir y
grabar canciones? ¿Por qué, por quéeeee?
(El hombre misterioso en el operativo previo a la captura)
Y
es que por lo visto el morbo puede más que todo y ellos lo saben muy
bien. De ahí que no se expliqué cómo es que entre tanta filtración a
medios nunca hay llenadera para destapar a involucrados en el caso por
parte del medio del espectáculo (Kate del Castillo, Yolanda Andrade) o
del deporte (el boxeador Julio César Chávez) pero en ninguna ocasión se
ha hablado, inferido, sospechado de algún funcionario de alto nivel
involucrado en la fuga de ‘El Chapo’ o mejor aún, en el trasiego de
estupefacientes que pasan aduanas, rayos X, perros entrenados y recorren
caminos en todo el mundo sin que nadie vea nada. No fuera el engomado
de la verificación ambiental por qué ahí sí ven la falta a kilómetros de
distancia.
De
igual forma, resulta curioso cómo de los miles de millones de dólares
que dice Forbes que tiene el ex líder del Cártel de Sinaloa, solo hayan
podido incautarle 46… ¡en 8 años!
Pero
esto no da visos de cambiar de rumbo. Seguiremos como espectadores de
este culebrón que nos hace frotarnos las manos con todas las aristas que
ha dejado, esperando ver si a Kate se le sube lo Teresa Mendoza y nos
sale con revelaciones inesperada o ya de plano declara su amor por Don
Joaquín al declarar como testigo; también aguardaremos a que ‘El Chapo’
acabe El Quijote y nos diga si al final en verdad él era un Sancho Panza
o lo que buscaba en el drenaje no era escaparse de nuevo, sino un
lugar de La Mancha; o bien, si la Primera Dama aparece en esta historia
más allá de un póster pre Gaviota y pre hijab dándole una vuelta de
tuerca a todo. ¿Y por qué no? Después de todo, este novelón es on
demand. Aunque el papelón lo estamos haciendo todos.
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