domingo, 9 de septiembre de 2018

Argentina en el aire


disidentia.com

Argentina en el aire 

 

Dante Augusto Palma

La Argentina está en el aire. Después de doce años de un gobierno peronista de centro izquierda, la ciudadanía decidió en 2015 un giro hacia un espacio liderado por el ingeniero Mauricio Macri, en el que confluyeron el tradicional partido radical con aparato y presencia territorial en algunas provincias, figuras de “fuera de la política” y algún otro partido con dirigentes cuyo peso es más bien testimonial.
Publicidad
Si bien en Argentina nadie se atreve a autodenominarse de derecha, se trataba de un espacio de centro derecha con referentes conservadores y liberales que se presentaba como moderno y eficaz y que, liderado por CEO de empresas, vendría a poner fin a una presunta fiesta populista de despilfarro y corrupción. Sin embargo, a casi tres años de haber asumido, hacia el fin del mes de agosto, el plan económico de Macri naufraga con datos más que elocuentes: caída del 5,8% de la actividad económica; una inflación que para 2018 se estima en 40% cuyo acumulado en tres años alcanzaría un 150%; una moneda que llegó a devaluarse casi 20% en un día y que desde que asumió Macri pasó de la equivalencia 1 dólar-10 pesos a 1 dólar-40 pesos; el índice del JP Morgan, denominado “Riesgo País”, trepando al récord de 760 puntos básicos; empresas argentinas que cotizan en Wall Street cayendo hasta 16% en un día; y el índice Merval, que releva el promedio de la cotización de las principales empresas en la bolsa, perdiendo un 10% en lo que va del año.
Las reservas del Banco Central no alcanzan los 60.000 M de dólares y la fuga de capitales en estos casi tres años asciende a casi 90.000 M de dólares
Todo esto a pesar de que entre 2016 y 2018, Argentina emitió deuda por alrededor de 150.000 millones de dólares, acercándose al 70% de su PBI, porcentaje que todavía no supone una situación crítica ni previa a un default, pero resulta más que preocupante si tomamos en cuenta que las reservas del Banco Central no alcanzan los 60.000 M de dólares y que la fuga de capitales en estos casi tres años, incluyendo el pago de los intereses de la deuda, asciende a casi 90.000 M de dólares.
En este contexto se espera que el índice de pobreza e indigencia esté bastante por encima del aproximadamente 30% en el que se ha movido en las últimas mediciones, y que el poder adquisitivo tenga una fuerte contracción si tomamos en cuenta que el gobierno busca alcanzar aumentos de entre 15 y 20 % para un 2018 en el que, como les indicaba, la proyección de la inflación está en el doble.
Este panorama resulta más angustiante si se toma en cuenta que el año que viene habrá elecciones y la oposición al gobierno está fragmentada gracias a una escisión del movimiento peronista entre quienes continúan fieles a la figura de Cristina Kirchner que, junto a su marido, gobernó el país entre 2003 y 2015, y un sector peronista no kirchnerista que intenta evitar la polarización pero no logra constituirse detrás de un candidato capaz de llegar al menos al balotaje.
No hay nada que permita suponer que esa tensión disminuya en la medida en que el gobierno y el kirchnerismo se benefician con esa polarización
De este modo, el clivaje kirchnerista/anti kirchnerista, incluso más que el peronista/anti peronista, domina el escenario de la Argentina, política y electoralmente hablando, desde el año 2008 en el que el recién asumido gobierno de Cristina Kirchner se enfrentara a las patronales del campo en un conflicto que paralizó al país durante meses. Y no hay nada que permita suponer que esa tensión disminuya en la medida en que el gobierno y el kirchnerismo se benefician con esa polarización.
Todo esto a pesar de que hace apenas nueve meses atrás, el gobierno vencía a la propia Cristina Kirchner en las elecciones legislativas y se encaminaba, sin más, a la reelección en 2019 confirmando que Argentina sería la vanguardia restauradora que, por fin, dejaría atrás tres lustros de gobiernos populares. Sin embargo, Brasil tiene en Lula al candidato con mayor intención de voto a pesar de estar encarcelado e imposibilitado de participar en la elección; López Obrador acaba de triunfar en México; Evo Morales consolida su proceso en Bolivia y el chavismo resiste en una Venezuela que se encuentra en crisis permanente desde hace años.
Este mapa político donde no hay una hegemonía clara puede trasladarse a la Argentina y permite comprender por qué regresa como un fantasma la idea de que se trata de un país “en el aire”. En este sentido, no casualmente, me viene a la mente, un libro del escritor español afincado en Grecia desde 1994, Pedro Olalla, que basándose en una frase de Tucídides, escribe un libro sobre la crisis en Grecia y lo titula, justamente, Grecia en el aire. La interpretación que Olalla hace sobre el sentido que tiene en Tucídides este “estar en el aire” es perfectamente aplicable a la Argentina, porque lo que está en el aire es lo que está suspendido, flotando, pero es también lo que está en vilo, lo incierto y lo que está aún pendiente de cumplimiento. Y todo eso es hoy la Argentina.
Grecia y Argentina han sido casos paradigmáticos de países lastrados por las deudas y por las recetas impuestas por el FMI para hacer frente a estas deudas
Por enfocarse en el caso griego, es natural que Olalla juegue con la contraposición entre los orígenes de la democracia ateniense y la democracia actual. Allí, naturalmente, la Argentina, con su corta historia y sus breves lapsos de períodos democráticos, no tiene mucho que mostrar más allá de que en la última década se han discutido y contrapuesto dos modelos de democracia: el consensualista liberal y republicano, y el agonal, más vinculado a la tradición de la democracia  popular y de la izquierda. Pero donde la comparación resulta más interesante es en lo que respecta a la historia reciente porque Grecia y Argentina han sido casos paradigmáticos de países lastrados por las deudas y por las recetas impuestas por el FMI para hacer frente a estas deudas.
Sin ir más lejos, algunos días atrás se anunciaba que Grecia salía del último de los rescates, más allá de que las denominadas políticas de austeridad auguran muchísimos años más de crisis. De hecho, el resultado de estos ocho años, en el que a la imposibilidad de una política monetaria autónoma (algo que se asemeja a lo ocurrido en la Argentina durante la década del 90 hasta la crisis de 2001), se le agregan las imposiciones de Europa y el FMI, es espeluznante: 260.000 M de Euros de nueva deuda, ocho años de recesión, caída del PBI de alrededor de un 30%, desempleo del 20% y prácticamente un 5% de la población abandonando el país.
Volviendo a la definición de Olalla, desconozco qué significa un país pendiente de cumplimiento o, en todo caso, aquello que se pueda entender por “cumplimiento”, va a variar según las distintas perspectivas. Pero en lo que sí pareciera haber un acuerdo transversal a toda ideología es que Argentina está flotando y que el futuro, ya no el del actual gobierno, sino el de varias generaciones, se parece demasiado a lo incierto.


_

Ataques al pensamiento lib-lib (libertario-liberal)


disidentia.com

Ataques al pensamiento lib-lib (libertario-liberal)

 

María Teresa González Cortés

En un panfleto titulado Anarquismo y Socialismo (1901) Vladímir Ilich Uliánov alias Lenin declara que “el anarquismo es el individualismo burgués, dado vuelta del revés”. Sus ataques al ideario libertario eran acostumbrados, como también era habitual en este revolucionario ruso criticar la idea anarquista de la libertad por sus vínculos con la escuela liberal.
Publicidad
Lenin, es cierto, anda algo lejos de nuestras referencias. Pero, ¿qué decir del socialista Bernard Shaw que respetaba a Mussolini y por igual admiraba a Stalin y a Hitler? ¿O cómo explicar que el escritor y filósofo británico Herbert G. Wells reclamara la llegada del fascismo liberal (“progressive fascism”)? Este intelectual, socialista y fabiano para más señas, estaba hastiado de parlamentarismo liberal. Y como Carlyle, primero, y Bergson, más tarde, sentía singular estimación por los caudillos, cosa nada extravagante en sí misma, dado que los componentes de la Sociedad Fabiana se habían decantado a favor de la utopía soviética e incluso negaron los asesinatos cometidos por el régimen estalinista. Así que, en Oxford, en el mes de julio de 1932 y ante una audiencia constituida por Jóvenes Liberales, Wells les confiará el deseo de que los progresistas deben convertirse en “fascistas liberales” e “ilustrados Nazis”, formaciones que casaban muy bien con la concepción liberticida que Wells tenía de la política.
Por supuesto, siempre ha habido coaliciones e individuos “enemigos de la libertad”. El auge del imperialismo colonial en plena Edad Contemporánea favoreció conductas fratricidas. Recuérdese el genocidio  de los herero y namaquas (Namibia: 1904), sancionado por el Káiser Guillermo II de Alemania. Por cierto, el gobernador de la colonia namibia era Göring cuyo hijo sería sucesor y representante de Hitler en todas las instituciones del Estado eugenésico nazi. ¿Casualidad?
Durante las primeras décadas del XX, también hubo muchos “anarco-traidores” que justificaron el uso de la violencia, como el anarco-autoritario Félix Liquiniano, promotor e integrante español de la organización terrorista ETA
Pero no achaquemos solo a estos amigos de la tiranía las embestidas contra el pensamiento lib-lib (libertario-liberal). Hubo miembros destacados del anarquismo que se alejaron de la senda individualista y acabaron adhiriéndose a favor de la dictadura. Eso fue lo que les sucedió a la argentina María Collazo, al uruguayo Roberto Cotelo, al italiano Antonio Marzovillo… tipificados como “anarco-bolcheviques”, aunque en otras condiciones, y no solo a finales del siglo XIX y durante las primeras décadas del XX, también hubo muchos “anarco-traidores” que justificaron el uso de la violencia, como el anarco-autoritario Félix Liquiniano, promotor e integrante español de la organización terrorista ETA.

Liberalismo “igualitario”

Entre las filas del liberalismo, y en décadas recientes, ha florecido el neocontractatualismo. Su principal valedor es el norteamericano John Rawls. La clave del éxito de su teoría, aparentemente liberal, es simple. Igual que Rousseau justificó la escuela de la ignorancia, Rawls habló con derroche de optimismo de las bondades que entraña el desconocimiento en el ámbito de la política, sobre todo tras opinar lo conveniente que sería que todos, vueltos al estadio de inocencia colectiva, desconociéramos nuestra posición venidera en la sociedad, si sanos o enfermos, si ricos o pobres, ya inteligentes o con pocas destrezas.
Rawls se alza como monarca de la Verdad (¿y del rebaño humano?) y asume la prerrogativa poco democrática de ubicarse por encima del grupo y exigir a los demás un estado de ceguera.
Al creer como Kant que todos los seres humanos somos competentes para movernos en sociedad sin los enojosos cálculos por interés, Rawls aceptaba que las personas podemos actuar en bloque, o sea, de forma unánimemente generosa y desinteresada. De ahí que en el instante en que negociamos un pacto social acabemos sin rechistar por colocarnos el velo de la ignorancia, eso pensaba Rawls. Y es que “los principios de la justicia se eligen detrás de un velo de ignorancia. Esto asegura que nadie sea favorecido o perjudicado en la elección de los principios como consecuencia del azar natural o de la contingencia de las circunstancias sociales”, tales son los beneficios (explica Rawls en Una Teoría de la Justicia) que se obtienen del acto igualitario de no ver, de no saber… mientras él, el mismo Rawls, se alza como monarca de la Verdad (¿y del rebaño humano?) y asume la prerrogativa poco democrática de ubicarse por encima del grupo y exigir a los demás un estado de ceguera.

La política no es algo infalible

Intranquiliza que intelectuales y políticos desconozcan cómo somos de verdad las personas de carne y hueso; alarma que caigan en una mitología fundamentalista y ajena al conocimiento de la Historia; inquieta que determinados políticos e intelectuales aspiren a legitimar un nuevo orden político no exento de tics autoritarios.
Intranquiliza que intelectuales y políticos desconozcan cómo somos de verdad las personas de carne y hueso
Pues bien, frente a las aventuras populistas actuales que animan a aplicar à la force, y en nombre de la salvación del Pueblo, estrategias de ingeniería social, se olvida a veces que en las “democracias liberales” las decisiones porque poseen carácter abierto están expuestas a críticas y a revisiones periódicas, sujetas a la iniciativa de establecer otras metas, de tomar un rumbo, diferente o no. Y desde el ejercicio de la libertad.
Sin embargo, hay pensadores y líderes que presumen de que con ellos se acaban los problemas de la HUMANIDAD; de que tienen, qué soberbia, todas las respuestas a todos los problemas humanos.  En fin, no sé si estamos en la época de la muerte de los grandes relatos, Lyotard dixit. Sí opino más bien que vivimos bajo la moda colectivista de unos relatos que por dogmatismo animan a creer en la venida de nuevos Pastores de Pueblos, capaces de administrar cual latifundistas la vida de los demás.
Un dato más. En opinión del filósofo hispano-argentino Augusto Ángel Klappenbach existen tres movimientos políticamente diferenciados: el de los neoconservadores, el de los neoconstructores y de los deconstructores. Para ser justos, en el grupo de los neoconstructores Rawls no estaba solo. Antes que él, Sartre, Foucault, Lyotard, Lipovetski, Chomsky, Vattimo quisieron transmutar el legado liberal. En el caso de Sartre defendiendo las dictaduras soviética y africanas; en el caso de Chomsky negando el genocidio de los jemeres rojos; en el caso de Foucault apoyando, desde su peculiar ideal del marxismo, el absolutismo iraní que imponía el Ayatolá Jomeini; en el caso de Lyotard cayendo en brazos de un relativismo estúpido o posmoderno que tachaba de inútil la condición del saber de las sociedades libres; etc.
En cualquier caso, y acabo con una sentencia de Alexander Hamilton (1757-1804), uno de los fundadores de la democracia norteamericana, “dadle todo el poder a la mayoría y ella oprimirá a la minoría. Dadle todo el poder a la minoría y ella oprimirá a la mayoría. Ambas, por lo tanto, deben tener poder, de manera que cada una pueda protegerse de la otra”, sin incurrir en liberticidios de ningún signo político, agrego.
Foto Miguel Bruna


_

Los porqués de la prosperidad económica


disidentia.com

Los porqués de la prosperidad económica

 

 

Jesus Banegas

Es bien conocido por los historiadores de la economía que la población y la riqueza del mundo apenas creció hasta el tiempo de la primera revolución industrial ocurrida a finales del siglo XVIII.
Publicidad
El sabio maestro de historiadores Antonio Domínguez Ortiz, en su erudita y deliciosa obra España, tres milenios de historia (2000), sostiene que apenas sí hubo progreso material en España desde la época de los romanos hasta tiempos de la Ilustración.
A escala europea, Owen Paepke, autor de Evolution of progress (1993) describe algo similar: “Desde el comienzo del Imperio Romano hasta el siglo XVIII, un periodo de casi dos milenios, las condiciones de vida apenas mejoraron. En la época de Napoleón se comía, se vestía y se vivía en casas de parecidas características a la de la época de los césares”.
Desde el remoto pasado hasta la Revolución Industrial, aunque se han encontrado multitud de interesantes invenciones instrumentales, prácticamente ninguna de ellas apalancó suficientemente la economía y el progreso social, que fue casi inexistente por milenios.
La Revolución Industrial, precedida de otra revolución institucional que abolió la monarquía absoluta, según nos recuerda Gabriel Tortella en su Capitalismo y Revolución (2017),  abre la época del verdadero progreso económico y social que hemos venido viviendo hasta hoy.
Las tesis de Phelps son coincidentes con una abrumadora mayoría de académicos y soportadas empíricamente, aunque se alejan de las políticas económicas populistas que practican los políticos de todos los partidos
Con cálculos propios sobre la base de datos históricos de Angus Madison en su Monitoring the world economy  1820-1992(1995) revelaba en mi libro La nueva economía española (2003) las tasas de crecimiento histórico medio anual de la población, el PIB y la renta per cápita mundiales:
Crecimiento % medio anual 1500-1820 1820-1992
Población 0,29% 0,95%
PIB 0,33% 2,17%
Renta per cápita 0,04% 1,21%
Los datos evidencian que desde la primera revolución industrial hasta nuestros días (pues las medias que llegan hasta 1992 se pueden extrapolar hasta hoy) las diferencias anuales de crecimiento con respecto al pasado próximo, y más aún respecto al lejano, son abismales: más de tres veces la población, más de seis veces el  PIB y treinta veces la renta per cápita. ¡Y todo ello todos los años!
El premio Nóbel de Economía de 2006, Edmund Phelps, en su libro Mass Flourishing (2013), vierte toda su amplia y profunda sabiduría en forma de investigación histórica de la economía moderna, que nació a principios del siglo XIX, y que ha propiciado un florecimiento sin par de las naciones que de ella se han beneficiado. Las tesis de Phelps son coincidentes con una abrumadora mayoría de académicos y soportadas empíricamente, aunque se alejan de las políticas económicas populistas que practican los políticos de todos los partidos.
Entre 1820 y 1870 el crecimiento de la producción per cápita y de los salarios reales de EE.UU., Inglaterra, Francia y Alemania fue extraordinario en términos históricos. Entre 1820 y 1913 la productividad casi se triplicó en EE.UU e Inglaterra. Estos logros históricos fueron atribuidos por algunos economistas al stock de capital y a las economías de escala. Pero si así hubiera sido, ¿por qué en Italia y España no produjo los mismos efectos?, se pregunta Phelps.
Ni los grandes viajes de descubrimiento ni los espléndidos avances de la ciencia y las consecuentes invenciones a que dieron lugar pueden explicar las datos anteriores; si los explican sin embargo, un nuevo tipo de economía
Para los nuevos economistas sólo el incremento de conocimiento económico, sobre cómo y qué producir, es capaz de explicar los grandes avances en la prosperidad de las naciones.
Ni los grandes viajes de descubrimiento ni los espléndidos avances de la ciencia y las consecuentes invenciones a que dieron lugar pueden explicar las datos anteriores; si los explican sin embargo, un nuevo tipo de economía, que el autor denomina Economía Moderna, sustentada por un sistema de innovación endógena que funciona sin cesar. Los ejemplos que mejor ilustran la tesis de Phelps son Suecia entre 1890 y 1913 y China desde 1978.
El proceso de innovación contiene las siguientes etapas:
  • Concepción de nuevos productos o métodos
  • Preparación de propuestas para desarrollar algunos
  • Selección de propuestas de desarrollo para su financiación
  • Desarrollo de los productos o métodos elegidos
  • Marketing de los nuevos productos o métodos
  • Evaluación y posibles pruebas con usuarios finales
  • Adopción significativa de algunos nuevos productos y métodos
  • Revisión de los nuevos productos después de las pruebas de adopción temprana
Una economía de tamaño sustancial beneficia la división de trabajo y la descrita innovación.
El éxito de la economía moderna se sustenta no sólo en una determinada cultura económica, también en instituciones económicas como: la libertad, los derechos de propiedad, la legislación de quiebras, el sistema financiero.
En los procesos de innovación es fundamental el papel de la imaginación y la perspicacia al servicio de la creatividad, tal y como ilustrara David Hume. El combustible de este sistema es una mezcla de motivos pecuniarios y no pecuniarios; siendo éstos últimos muy importantes en el funcionamiento de la economía moderna.
Las novedades que surgen en una industria son comunicadas a la sociedad a través del mercado y en dicho proceso el precio es un descubrimiento; tal y como Hayek señaló al referirse a la economía del conocimiento.
“Yo no inventé nada”, dijo Ford; “simplemente ensamblé dentro de un coche los descubrimientos de otros”
Las innovaciones no son previsibles; pueden ser efímeras y también disrruptivas.  Muchas son accidentales. También surgen innovaciones “mientras se trabaja”, según el famoso “lerning by doing” de Picasso.
Muchos americanos creen que Henry Ford inventó el automóvil, que existió antes en Europa e incluso en su propia ciudad, Detroit. “Yo no inventé nada”, dijo Ford; “simplemente ensamblé dentro de un coche los descubrimientos de otros”.
Para Frank Knight, la incertidumbre es el principal distintivo de la economía moderna.
Los principales enemigos de la economía moderna son el socialismo y el corporativismo. La historia ha dado la razón a Mises y Hayek que argumentaron la imposibilidad del funcionamiento de una economía planificada y su innata incapacidad de innovar. El corporativismo, de origen alemán, se basa en el liderazgo inversor del Estado, la paz y solidaridad industrial y la responsabilidad social. Mussolini fue un precursor junto con Hitler, a los que luego sucedió Franco en España, Salazar en Portugal, de Gaulle en Francia, y también Brasil y Japón.
Entre las más grandes economías de alta renta, Francia, Italia y España se sitúan en las peores posiciones del ranking de barreras legales
El descrito corporativismo se fue desvaneciendo para emerger un nuevo tipo de corporativismo, el actual, caracterizado por el poder de las grandes corporaciones, grupos de abogados, lobistas, sindicatos….que demonizan el individualismo y la competencia como indeseables e inhumanos.
Entre las más grandes economías de alta renta, Francia, Italia y España se sitúan en las peores posiciones del ranking de barreras legales para entrar en industrias, barreras al emprendimiento, regulación de mercados, protección del empleo.
La renta por empleado y la productividad del trabajo se relacionan inversamente con la tasa de empleo. La capitalización de las empresas en las bolsas, como porcentaje del PIB,  se relaciona positivamente con la productividad del trabajo y la tasa de empleo, pero negativamente con la protección del empleo. Una productividad declinante hace caer el peso de las rentas del trabajo en el PIB. Incluso si la deuda pública es baja el estímulo keynesiano de la demanda brinda mas costes que beneficios. En el periodo 1990-2008 el empleo neto creado por la nuevas empresas en EE.UU. se debió casi exclusivamente a las nuevas empresas y todo el desempleo a las viejas.
Sostenía el premio Nóbel Milton Friedman que la grandeza de la prosperidad económica radicaba en que aumentaba la libertad de elegir de la gente; porque efectivamente, disponiendo de más medios económicos  podemos optar por mejor educación, mejor salud, mejores condiciones de vida, mejor ocio, cultura, etc. y todo ello a gusto de cada uno.
Siendo tan importante el crecimiento económico y, sobre todo, los factores que lo hacen posible, en España está excluido de los discursos políticos y contenidos mediáticos, como si fuera un bien caído del cielo que solo cabe distribuir. Toda una ensoñación que limita nuestro potencial de creación de riqueza. Y así nos va.
Foto Mike Enerio

La desnacionalización de España


disidentia.com

La desnacionalización de España

 

José Carlos Rodríguez

Es un lugar común volver a los orígenes de nuestra democracia para identificar los males actuales, y es algo doblemente injusto. Por un lado, porque se podría hacer el mismo ejercicio para señalar todo lo que ha tenido de bueno. Y luego porque no todo lo que ha seguido a la Transición, bueno y malo, es la conclusión inevitable de la maquinaria puesta en marcha del sistema. Pero quizás, y aún a riesgo de ser algo injustos, tengamos que volver al lugar común y enlazar aquel acuerdo político con el precipicio al que nos enfrentamos.
Publicidad
España, desde 1812, ha pasado por varias Constituciones. La primera tenía, ciertamente, un carácter fundacional o, si se quiere, constitucional. Agustín Argüelles quería anclar la Corona a la nación española, y no a los intereses dinásticos. Es una concepción moderna de la nación, que además se corresponde justamente con la situación histórica, en la que es el conjunto de España el que se revuelve contra el invasor francés, y sus órganos se reúnen para constituir a esa nación como principal actor político. El resto de Constituciones dan una u otra forma a la estructura institucional, pero parten de la comunidad política que es España.
La Constitución Española (1978), también. En el preámbulo se asienta que el texto lo proclama la nación española. El Artículo 2 dice que España es la patria común e indivisible de los españoles. No ha lugar a dudas.
La Transición es más que la Constitución Española. Es un pacto político, una metaconstitución que se basa en unos presupuestos, en una forma de entender la convivencia
Pero la Transición es más que la Constitución Española. Es un pacto político, una metaconstitución que se basa en unos presupuestos, en una forma de entender la convivencia, parte de lo cual está en entredicho. Se ha señalado que la principal fuente de inspiración de nuestro texto es la Constitución alemana. No es lo único que nos trajimos de nuestros vecinos europeos. También importamos el concepto de “patriotismo constitucional” que resultaba muy oportuno para aquellos momentos.
Esa idea, elaborada por Dolf Sterneberger y por Jürgen Habermas, cumplía múltiples funciones muy importantes en aquellos momentos. Por un lado, le otorgaba a nuestro naciente sistema político un carácter moderno que nos habría de redimir por haber pasado por una dictadura casi ucrónica, y un tinte europeo. Por otro lado, nos servía para repetir la hazaña de 1812, cuando se constituyó la nación española sobre unas nuevas bases. Un nuevo pedestal para nuestra nación que nos permitía dejar el pasado para los historiadores y el futuro para nosotros. Para todos nosotros.
La teoría política de Habermas tiene dos elementos. Por un lado, está la comunidad política, por supuesto. La conciencia nacional, que es “un fenómeno de integración cultural”, una tradición, una cultura y una lengua comunes que (perdón, pero son las ideas del alemán), asientan el deseo de compartir un destino histórico. El segundo elemento, más original, se asienta sobre la constatación de que han desaparecido los viejos estamentos, y quedamos los ciudadanos como constituyentes de la nación.
Es la propia participación política, la elaboración conjunta de los ciudadanos, por medio de las instituciones democráticas, la que constituye la nación
El ciudadano moderno tiene sus raíces en la Revolución Francesa, y en este punto de la historia adquiere una mentalidad republicana, pero de tipo democrático. Y es la propia participación política, la elaboración conjunta de los ciudadanos, por medio de las instituciones democráticas, la que constituye la nación. Los ciudadanos son actores democráticos y republicanos, y es esa praxis política la que les otorga una identidad política.
De este modo, Habermas parte de una comunidad política previa, que en principio ha de ser la fuente de las instituciones. Pero él le da la vuelta, y dice que es la propia participación democrática y republicana lo que le otorga identidad y legitimidad a la sociedad. ¡Qué bien nos han venido esas ideas a los españoles, que no queremos que el nombre de nuestra nación nos vuelva a hacer daño, que queríamos ser ante todo democráticos y europeos, que íbamos a dejar atrás una España de vencedores y vencidos! Ahora tenemos una nueva fundamentación de la nación española en la que todos podríamos estar de acuerdo, porque a todos acoge. Arranca la democracia española.
Por supuesto que no todos los españoles saben que lo son, o quieren aceptarlo. Y eso fue un problema desde el principio. Los nacionalismos españoles (catalán y vasco) negaban de España incluso el nombre, y la ocultaban bajo el del más frío de los monstruos fríos (Nietzsche), que es el Estado. Cualquier mención a España, a su carácter común y fundacional, a su continuidad política, parecía ser un salto mortal al pasado, a un tiempo anterior a la Constitución. ¿No era ésta la que nos había hecho ciudadanos iguales, la que había constituido verdaderamente la nación, y no al revés?
Había prisa por firmarla y porque la vieja España se quedara un poco al margen. Los historiadores Borja de Riquer y Joan B. Culla lo explican así: “Por lo que respecta a las relaciones políticas con Madrid, se podría decir que la Constitución de 1978 y el Estatut del año siguiente se redactaron en un período de repliegue y de debilidad de los aparatos ideológicos y administrativos del Estado español. Una debilidad que era hija de la incertidumbre sobre el propio futuro, de la mala conciencia sobre su pasado franquista”. Son historiadores, pero casi cabría pensar que no se han enterado de que el pasado franquista incluye a Cataluña. Pero lo que describen en El franquisme i la transició democràtica es real.
¿Y España? ¿Dónde queda en toda esta evolución? Ya nadie se acuerda de ella
La amenaza secesionista ha ido creciendo, a medida que la apelación a la nación histórica, a una España sin apellidos, iba cediendo a la propia Constitución. José María Aznar, el primer presidente del gobierno de centro derecha posterior a la Transición, transijo también con esta idea, y mencionó expresamente el patriotismo constitucional como fundamento del patriotismo de su propio partido. Cuando el Partido Popular volvió al poder no le quedó ni el sustantivo patriotismo. Mariano Rajoy apelaba como única salvación a la Constitución española y a sus leyes. Pero para entonces, los nacionalistas catalanes habían asentado una nueva comunidad política, Cataluña, a la que se le oponía un vacío instrumento jurídico, arbitrario, y que por tanto se puede cambiar al igual que se creó. ¿Y España? ¿Dónde queda en toda esta evolución? Ya nadie se acuerda de ella.
Sólo los españoles, que asisten atónitos al espectáculo de cómo los políticos la despedazan por sus intereses. Y no queda claro si devorarán esta historia como el final de una serie, o reaccionarán para defender lo suyo.



La Democracia averiada y la gran polarización


disidentia.com

La Democracia averiada y la gran polarización

 

 

Javier Benegas

Asistimos a un potente proceso de crispación, un diálogo de sordos entre políticos y ciudadanos, identidades e individuos, científicos sociales y sociedad civil que está llevando al límite un sistema de gobierno que hasta ayer parecía incuestionable: la democracia.
Publicidad
Así lo advierte Jonathan Haidt en una conferencia titulada The Age of Outrage (La era del ultraje), y que arranca de manera inquietante: “¿Qué está pasando con nuestro país y nuestras universidades? A veces parece que todo se viene abajo”.
Que surgiera la democracia liberal, explica Haidt, es un milagro tan improbable como el de la vida. Argumenta que los seres humanos somos originariamente primates tribales: “Estamos exquisitamente diseñados y adaptados por la evolución para la vida en sociedades pequeñascon una religión intensa y animista y un conflicto intergrupal violento sobre el territorio”. En consecuencia, no seríamos aptos para la vida en grandes democracias seculares… a menos que estas democracias estuvieran exquisitamente ajustadas.

El gran reloj

Así, continúa Haidt, los padres fundadores de la democracia norteamericana confeccionaron una constitución como si se tratara de un reloj gigante, un reloj que podría funcionar para siempre si sus resortes y engranajes estaban bien diseñados y eran mantenidos de forma adecuada.
Hace ya tiempo que no estamos manteniendo el reloj adecuadamente. En los delicados engranajes y resortes de la democracia liberal hay cada vez más cuerpos extraños que impiden su correcto funcionamiento
Thomas Jefferson y James Madison sabían que los seres humanos no eran ángeles, y tenían los suficientes conocimientos de historia para estar al corriente de la creencia de Platón de que la democracia es la segunda peor forma de gobierno porque inevitablemente decae en tiranía. Así que dotaron a la nueva democracia de separación de poderes y de un delicado sistema de equilibrios y contrapesos. Y también pusieron mucho empeño en educar correctamente a la siguiente generación de “relojeros”, para que cuidaran la delicada maquinaria en el futuro.
A partir de aquí, Haidt nos advierte que desde hace ya tiempo no estamos manteniendo el reloj adecuadamente, que en los delicados engranajes y resortes de la democracia liberal hay cada vez más cuerpos extraños que impiden su correcto funcionamiento. La maquinaría chirría. Las fuerzas centrípetas languidecen, mientras que las centrífugas amenazan con hacer que los resortes salten por los aires.
Las fuerzas centrífugas serían las injusticias, como el racismo; el partido republicano dominado por la Fox News y el ecosistema de medios de derecha; las políticas de identidad promovidas desde los entornos académicos; y, por supuesto, las redes sociales. Estás fuerzas serían responsables de una polarización cada vez más intensa, cuyo inicio Haidt sitúa en la década de los 90, ateniéndose a los datos de Gallup y Pew.

El origen de la polarización

A pesar de que el discurso de Haidt es brillante, comete un error muy común en el mundo anglosajón: olvida que la polarización es un fenómeno que no sólo afecta a los Estados Unidos, sino también a buena parte de Europa y de América. Esto indica que estamos ante un suceso sociológico de gran calado, cuyas causas no pueden comprenderse desde una perspectiva meramente local y cuyo verdadero origen se sitúa más allá de los 90.
En cuanto a su visión de lo sucedido en los Estados Unidos, trasladar la responsabilidad de la polarización a la radicalización del partido republicano resulta discutible: dos no se polarizan si uno no quiere. Esto lo sabemos muy bien en España, donde los políticos se muestran muy cooperativos a la ahora de alimentar polémicas estériles.
No se puede obviar que previamente, durante décadas, la política norteamericana estuvo dominada por el partido Demócrata, es decir, fueron los relojeros encargados del mantenimiento de la maquinaría democrática. Sin embargo, en vez de mantener los engranajes originales, como entusiastas del Gran gobierno se dedicaron a añadir nuevas piezas y resortes que, a la postre, irían trabando la maquinaria.
Suyas fueron las décadas de la súper producción legislativa; de la transformación de los tribunales de justicia en una especie de cámara de representantes de última instancia; del establecimiento de las políticas de identidad y del nada liberal concepto de discriminación positiva; del estrechamiento de relaciones entre la prensa y el poder político; y de la transformación de la política en algo complejo y alejado de la comprensión del público. Todos estos cambios, y otros muchos, contribuyeron notablemente al progresivo desajuste de la delicada maquinaria.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la década colectivista por excelencia, la de los años 70, las democracias liberales se rindieron a la excelencia del ‘Gran gobierno’ y la planificación
Así pues, por mucho que los datos proporcionados por Gallup y Pew lo certifiquen, situar el inicio de la polarización en la década de los 90 es una interpretación de muy corto recorrido. Sí, esta polarización comienza a manifestarse intensamente en esos años. Pero resulta evidente que las causas que la han alimentado son de muy larga trayectoria.

El colapso del “Gran gobierno”

Que Haidt señale la década de los 90 como el momento de inicio de una creciente crispación no parece una casualidad. Este periodo coincide con el mito del renacimiento liberal protagonizado por el neoliberalismo. Sin embargo, tal renacimiento fue un espejismo meramente economicista. Lo que motivó el giro de la opinión pública no fue la teoría o la filosofía liberales, sino el debilitamiento de los defensores del Gran gobierno y la planificación. En realidad, los neoliberales se mostraron incapaces de elaborar una narración profunda y amplia de su visión de la sociedad. Más que contribuir a la polarización, lo que hicieron fue dejar un enorme vació.
Muchos ciudadanos que habían ido acumulando agravios, empezaron a mostrar su malestar con unas democracias que de liberales ya sólo conservaban el apellido
Así es, desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la década colectivista por excelencia, la de los años 70, las democracias liberales se rindieron a la excelencia del Gran gobierno y la planificación. La socialdemocracia se propagó por Europa y los Demócratas dominaron la política en los Estados Unidos. Pero en el abrupto final de este largo e idílico ciclo poco tuvo que ver el resurgir de los principios liberales.
Fue la Crisis del petróleo de 1973 lo que hizo tocar techo a la euforia intervencionista. De pronto, los recursos naturales se demostraron finitos, las economías occidentales dejaron de nadar en la abundancia, el desempleo se disparó y, en consecuencia, la idea de que el Estado podía resolverlo todo y que, para tal fin, debía crecer de manera ilimitada, nutriéndose de una prosperidad igualmente ilimitada, empezó a desmoronarse.
La sociedad se mostró súbitamente crítica. Cundió el desencanto. Y muchos ciudadanos que habían ido acumulando agravios, empezaron a mostrar su malestar con unas democracias que de liberales ya sólo conservaban el apellido.
Sin embargo, ya no había nadie capaz de restaurar la maquinaria original que Jefferson y Madison habían diseñado. Muy al contrario, las universidades, donde debían formarse los futuros relojeros, lejos de cumplir los deseos de los padres fundadores, enseñaban a sus alumnos que Thomas Jefferson fue un esclavista y un proxeneta. Y que su ofensiva figura debía ser erradicada de los campus.
Para entonces el Gran gobierno era ya intratable, se había imbricado en amplias capas de la sociedad, promovido un nuevo tribalismo mediante las políticas de identidad, generado infinidad de conflictos de interés entre las élites y convertido a millones de personas en seres dependientes de su prodigalidad.

Emancipación y regresión

El hundimiento del comunismo, que Francis Fukuyama interpretó en 1989 como “El fin de la Historia”, en realidad resultó ser un suceso engañoso. Durante las décadas que duró la Guerra Fría, nuevas fuerzas centrífugas que Haidt ignora en su discurso no hicieron sino acumular energía, muchas de ellas dentro del propio poder político. Así, como escribiría Claudio Magrisen Utopía y desencanto (2001), “El Ochenta y nueve lo que hizo fue descongelar la Historia, que había permanecido durante decenios en el frigorífico, y ésta se desentumeció dando lugar a una maraña de emancipación y regresión”.
Esta “maraña de emancipación y regresión” a la que alude Magris, no se gestó de un día para otro, sino durante decenios. Sin embargo, había permanecido oculta. La Guerra Fría y su apocalipsis nuclear dejó en segundo plano trasformaciones profundas que habrían de manifestarse en cuanto la amenaza de la destrucción mutua asegurada desapareciera. En realidad, la división del mundo en dos bloques había sido la fuerza centrípeta más poderosa de todas.
El modelo del ‘Gran gobierno’ que se había institucionalizado en las democracias, y que había sobrevivido al espejismo liberal de los 90, se mostraba dominado por élites enclavadas
Cuando en 1989, el muro de Berlín cayó, empezaron a aflorar todos estos cambios. El modelo del Gran gobierno que se había institucionalizado en las democracias, y que había sobrevivido al espejismo liberal de los 90, parecía dominado por élites enclavadas, un fenómeno que ya había detectado en 1972 el sociólogo Daniel Bell en On Meritocracy and Equality, y que, mucho más tarde, Helen Andrews constataría en The New Ruling Class (2016). Esta reducción de la movilidad social suponía en buena medida un regreso a la vieja sociedad estamental. Una cuña que se incrustaba en medio de los principales engranajes del reloj.
Simultáneamente, las sociedades parecieron sucumbir a una nueva ética donde el sacrificio y el compromiso eran reemplazados por la autosatisfacción y el culto al yo, como sostiene David Frum en How We Got Here: The 70’s: The Decade that Brought You Modern Life (2001).
Difícil imaginar a individuos egocéntricos preocupándose por el estado en que iban a dejar a los que vinieran detrás la delicada maquinaria del reloj. Muy al contrario, la democracia fue deslizándose hacia un sistema utilitarista y clientelar, donde los diferentes grupos de interés pugnaban por una parte del pastel y donde el fin justificaba los medios.

La reactancia social

El fenómeno de élites enclavadas, siempre dispuestas a conservar e incrementar su poder, combinado con individuos egocéntricos e infantilizados, renuentes a asumir responsabilidades, desencadenó un cambio crucial: la moral se transfirió de la sociedad al Estado. Esto supuso la progresiva liquidación del espacio privado de las personas.
Los legisladores ya no sólo estaban legitimados para redistribuir la riqueza, ahora también podían regular las relaciones sociales
Los legisladores ya no sólo estaban legitimados para redistribuir la riqueza, ahora también podían regular las relaciones sociales. La democracia definitivamente había devenido en una temible maquinaría que, aun formalmente liberal, invadía el espacio privado de las personas, legitimaba abusos de poder, generaba inseguridad jurídica, hiper legislación, agravios comparativos y privilegios.
Cuando las convenciones individuales más íntimas pasaron a ser materia legislativa, la reactancia social comenzó a acumularse. Al principio esta reactancia se manifestó con dificultad, puesto que los intereses de los medios de comunicación estaban estrechamente ligados al modelo de Gran gobierno y a su intervencionismo político. Fue con la expansión de Internet y la creación de nuevos medios online que afloraron perspectivas críticas hasta entonces invisibles. Pero el suceso que definitivamente hizo saltar por los aires el consenso informativo que había durado décadas fue la aparición de las redes sociales.
Para Haidt y muchos otros expertos, las redes sociales son un suceso negativo, una nueva y poderosa fuerza centrífuga. Y sugieren que esta nueva herramienta de comunicación debe ser filtrada por la administración, una idea que no resulta demasiado liberal. Sin embargo, vuelven a confundir causa y efecto. Las redes sociales no son por sí mismas una peligrosa fuerza centrífuga, sino el entorno donde todas las fuerzas centrífugas, pero también las centrípetas, por fin se han hecho visibles. Y ocultarlas no las hará desaparecer.
Pero esto ya es otra historia que merece un nuevo post.
Quiero agradecer a Matthew Bennett que me facilitara el enlace a la conferencia de Jonathan Haidt que inspira este artículo.

Queremos que este sea un lugar donde se respire libertad, se analicen aquellos temas que los medios convencionales prefieren ignorar, haya buen ambiente y usted se sienta protagonista. La única manera de poder hacerlo, sin comprometer la independencia de este proyecto, es convirtiéndose en suscriptor voluntario de Disidentia haciendo clic en este banner. Muchas gracias por su apoyo:


Implicación de Israel en la guerra contra Siria


voltairenet.org

Implicación de Israel en la guerra contra Siria

Red Voltaire

Según la revista estadounidense Foreign Policy [1], Israel ha pagado 75 dólares mensuales a miles de participantes en la guerra contra Siria desde 2013 y, a partir de agosto de 2014, incluso les envió armas a través de 3 puntos de paso de la línea de demarcación que delimita el Golán ocupado por las fuerzas israelíes.
Sin embargo, también según Foreign Policy, Israel parece haber puesto fin a ese apoyo a los yihadistas en julio de 2018, a raíz de un acuerdo con Rusia según el cual los iraníes presentes en Siria se retirarían a 80 kilómetros de la línea de demarcación.
Aunque estas “revelaciones” de Foreign Policy coinciden con cosas que ya habíamos anunciado desde hace mucho en la Red Voltaire, lo cierto es que la publicacion estadounidense se queda por debajo de la realidad:
- El apoyo israelí a los yihadistas que debían destruir el Estado sirio en realidad comenzó antes de los acontecimientos en Siria. La primera acción armada –de hecho una operación militar–, registrada en la mezquita al-Omari de la ciudad siria de Deraa, el 18 de marzo de 2011, fue dirigida por oficiales israelíes. Aquella operación se terminó con la toma por asalto del centro regional de la inteligencia siria encargado de vigilar el Golán ocupado por Israel.
- Israel organizó las acciones de los yihadistas que expulsaron a los cascos azules de la ONU, en agosto de 2014, de la zona de separación cuya seguridad debía garantizar la FNUOS (Fuerza de las Naciones Unidas para la Observación de la Separación) a lo largo de la línea de demarcación. La expulsión de los soldados de la ONU, cuyo lugar tomaron los yihadistas, facilitó el envío a los terroristas de armamento pesado a través del Golán ocupado por Israel. En junio de 2016, Estados Unidos y Rusia habían llegado a un acuerdo para presentar juntos al Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución que exigía a Israel poner fin a su apoyo a al-Qaeda y restablecer la presencia de los soldados de la ONU en la línea de demarcación del Golán [2]. En el último momento, el Pentágono se opuso a la presentación de aquel proyecto de resolución.
- La «ayuda humanitaria» de Israel a los «rebeldes» incluyó atención médica a más de 3 000 elementos de al-Qaeda heridos en combate. Los yihadistas heridos eran atendidos en Israel, en el Ziv Medical Centre, donde el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu incluso fue filmado mientras felicitaba a oficiales de al-Qaeda hospitalizados (ver foto).
- El proyecto de acuerdo ruso-israelí sobre la retirada iraní que Netanyahu pretendía obtener no fue aceptado por la parte rusa.
El papel de Israel en la agresión exterior contra Siria ya había sido mencionado antes, en terminos cercanos a los de Foreign Policy, por el Wall Street Journal [3]. El diario estadounidense del mundo de la finanza establecía incluso una comparación con la operación «Buena frontera» realizada por Israel en la frontera libanesa justo antes de invadir el Líbano –en 1982. Si Foreign Policy no hace la misma comparación es sólo porque esa revista explica el respaldo a los yihadistas en Siria con la retórica anti-iraní.
[1] “In Secret Program, Israël Armed and Funded Rebel Groups in Southern Syria”, Elizabeth Tsurkov, Foreign Policy, 6 de septiembre de 2018.
[2] «El Consejo de Seguridad de la ONU se dispone a exigir que Israel rompa con al-Qaeda», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 3 de julio de 2016.
[3] “Israel Gives Secret Aid to Syrian Rebels”, Rory Jones, Noam Raydan y Suha Ma’ayeh, The Wall Street Journal, 19 de junio de 2017.

Venezuela. Lo que viene es guerra


kaosenlared.net

Venezuela. Lo que viene es guerra


Por Mono Kombativo
Ya Bolívar lo dijo por allá, por 1829, “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad”, y por más trillada o lugar común que nos parezca esta cita, nunca fue más vigente como en la actualidad.
Desde el pasado 4 de agosto, tras el Magnicidio en grado de frustración perpetrado en contra del Presidente Nicolás Maduro, el gobierno estadounidense encabezado por Donald Trump, ha quedado una vez más en evidencia al ser expuestas al conocimiento público por medio de los actores de dicho Magnicidio, toda la información acerca de los financistas y autores intelectuales de la acción, sobre todo el lugar donde se encuentra su centro de operaciones.
No es ningún secreto, las mafias que gobiernan Colombia, Brasil, Chile, Argentina y Perú en la actualidad no hacen más que seguir órdenes, cual perritos falderos, de su amo imperial dada su altísima falta de creatividad y, peor aún, su falta de autodeterminación y por otro lado, el imperialismo no hace otra cosa que aprovecharse de gobiernos sumisos que se bajan los pantalones, al decir de Walter Martínez, permitiendo que sus ejércitos actúen a favor de intereses foráneos sin importar cuántas vidas de humildes gentes se pierdan en el proceso.
La situación es más que alarmante. Tal como lo analiza el constituyente Julio Escalona en su columna “¿Conflicto internacional inminente?”[1] publicada en Últimas Noticias, Estados Unidos necesita de conflictos bélicos para mantener su estatus de potencia dominante y destaca además que hay ciertos sucesos internacionales que podrían estar avalando con cierta contundencia, al parecer de la tradición política norteamericana, lo que hace un año, poco antes de la instauración de la Constituyente, pedían a gritos los agoreros del desastre, promotores de la desidia y bárbaros genuflexos (Julio Borges a la cabeza); una intervención militar extranjera en Venezuela.
Como es de esperarse, no se trata de un momento de iluminación que la ilustre oposición venezolana ha tenido al realizar tales peticiones, sino de un plan que se esboza de manera clara y contundente a través de un documento denominado OPERACIÓN VENEZUELA FREEDOM 2 –No olvidemos el nefasto decreto de Obama que declara a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria”– redactado por el jefe del Comando Sur (U.S. Southern Command), el Almirante Kurt W. Tidd, en febrero de 2016. Esta operación pondría eventualmente a la oposición venezolana como actores principalísimos de la arremetida política y sobre todo económica, en contra de la Revolución Bolivariana.
El documento es por mucho esclarecedor, contiene información precisa y contundente sobre los mecanismos empleados y por emplear por parte del imperialismo para contrarrestar el avance de la Revolución Bolivariana, dejando en claro sus pretensiones de aprovecharse del entreguismo de algunos sectores para lograr sus objetivos, tal como se refleja en el siguiente extracto:
Es indispensable destacar que la responsabilidad en la elaboración, planeación y ejecución parcial (sobre todo en esta fase-2) de la Operación Venezuela Freedom-2 en los actuales momentos descansa en nuestro comando, pero el impulso de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios es tarea de las fuerzas aliadas de la MUD involucradas en el Plan, por eso nosotros no asumiremos el costo de una intervención armada en Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda llevar adelante las políticas para salir de Maduro […] [2]
Bien lo viene denunciando Samuel Moncada, representante permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), en una entrevista concedida a Telesur[3]  el pasado lunes 3 de septiembre: “EEUU instiga la guerra, la financia, la equipa y la explota para luego aparecer como salvador humanitario”. Esta referencia, la hace en el contexto de una declaración dada previamente por el representante del Gobierno de EEUU ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, en la que indica que el Presidente Nicolás Maduro ‘se la está jugando al venir a Nueva York’, Estados Unidos, para asistir a la 73 Asamblea General de la ONU.
La mesa parece estar servida; hay muchos detalles y elementos que nos proponen encender las alarmas; desde la amenaza de Trump en 2017, afirmando que tenía “muchas opciones para Venezuela, incluyendo la militar” (https://youtu.be/1NoVdkOl1pk), hasta las declaraciones del senador republicano por Florida, Marco Rubio indicando que “Venezuela se ha convertido en una amenaza para la región, incluyendo incluso para EE.UU” (https://youtu.be/z_n8o9fh8YM), pasando por supuesto por el Magnicidio en grado de frustración contra el Presidente Maduro, las denuncias recientes de Samuel Moncada, la cruzada mediática desatada desde los medios peruanos y colombianos quienes exacerban el hecho de la migración venezolana a esos países y el comentario realizado por Walter Martínez en su programa Dossier el pasado lunes 3 de septiembre (https://youtu.be/0-0V3wqrSvM), en el que destaca que “lo que viene es guerra; sin eufemismos, invasión y guerra”, comentario que además y como es natural, encendió de inmediato las redes sociales.
Sería muy ingenuo de nuestra parte asumir que serán propiamente los Marines quienes personalmente vendrán (en persona) a “invadirnos y acabar definitivamente con la pesadilla castrochavistacomunista y conchuda”, sin embargo, no hay que olvidar que es el complejo militar-industrial norteamericano quien financia la guerra que contra nuestra patria se ha desatado desde la llegada misma al poder del Comandante Supremo Hugo Chávez, y es por esta razón que, ahora más que nunca debemos gritar aquella vieja consigna que dice ¡Alerta, alerta! ¡Alerta que camina, la Espada de Bolívar por la América Latina!
[1] Últimas Noticias | Julio Escalona ¿Conflicto internacional inminente? en ÚltimasNoticias.com.ve consultado martes 4 de septiembre de 2018 11:45 am https://bit.ly/2Q24OEl
[2] Misión Verdad | Operación Venezuela Freedom-2: el documento, ABRIL 25 DE 2016, 9:57 AM; Consultado, miércoles 5 de septiembre de 2018 12:15 pm https://bit.ly/29ProQ8
[3] TeleSur | Moncada: Trujillo amenzó la integridad del presidente Nicolás Maduro en telesurtv.net consultado martes 4 de septiembre de 2018 2:02 pm https://bit.ly/2oHN44x

Ecuador: Lenin Moreno vs. ‘su’ Patria


kaosenlared.net

Ecuador: Lenin Moreno vs. ‘su’ Patria


Por Noel Manzanares Blanco
En un marco pro neoliberal, de abandono a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y de crítica a la Venezuela Bolivariana
En torno a la Revolución Ciudadana, a mediados de Junio último apunté que tendía a desvanecerse mi percepción según la cual las transformaciones en la cuna de Eloy Alfaro continuarían beneficiando al grueso de ecuatorianos/as y contribuyendo al progreso del Sur del Río Bravo (1); y a principios del mes siguiente, aludí a que estaba/está en camino el proceso jurídico-político para desaparecer el legado del ex Presidente Rafael Correa (2). En este momento, asistimos a lo que quizás sea una de las páginas más bochornosa de la administración de Quito.
Es noticia la relación de Ecuador con la petrolera Chevron. Resulta que el gobierno de Moreno acusó a Correa de haber gastado diez millones de dólares de fondos públicos para apoyar una campaña a favor de las comunidades indígenas y contra esa petrolera yanqui, condenada por daño ambiental; al tiempo que el secretario general de la presidencia, Eduardo Jurado, manifestó que en caso de que Ecuador pierda en cortes internacionales, se solicitará “sancionar a los funcionarios” que ocasionaron el perjuicio (3).
La fuente de la noticia dio a conocer asimismo que Pablo Fajardo, abogado de los indígenas ecuatorianos, criticó la declaración del secretario de la presidencia y aseguró que “con su opinión [el señor Jurado] están beneficiado a la petrolera (sic) y afectando a los pobladores de las provincias de Orellana y Sucumbíos”.
Ya es pública la confirmación de que el tribunal arbitral de La Haya se pronunció a favor de la Chevron en un litigio por contaminación ambiental en el país y que el ejecutivo ecuatoriano “pidió medidas contra funcionarios del Gobierno de Rafael Correa (2007-2017) por su responsabilidad en el caso” (4); en tanto que la respuesta del anterior Presidente no se hizo esperar.
“Claramente el Gobierno Cuántico [en sentido figurado, caótico] ha pactado con Chevron, como lo hizo con Odebrecht. Es evidente que Chevron es culpable, y que destruyó nuestra selva. Solo un orden mundial inmoral, y un Gobierno traidor, pueden dejarla en la impunidad”. “Al contrario de lo que dice, el fallo de La Haya deja establecido que no ha encontrado ninguna evidencia de intervención de mi Gobierno en la Justicia. Incluso el testigo de Chevron, un traidor a la Patria llamado Guerra, así lo ratifica”. “Pero, como pactaron con la petrolera, ahora le dan la razón. ¡Vendepatrias!” —sentenció el Líder de la Revolución Ciudadana (5).
Concluyo: si a mi examen le agrego que el país de marras camina rumbo al abrazo con el neoliberalismo (6) y que simultáneamente anunció que abandona la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América criticando de paso a la Venezuela Bolivariana (7), entonces es obvio que en Ecuador Lenin Moreno actúa contra “su” Patria. El pueblo le pasará factura. ¡Allá llegaremos!
Referencias:
1.- http://kaosenlared.net/ecuador-moreno-vs-correa/.
2.- http://kaosenlared.net/ecuador-moreno-vs-correa-2/.
3.- http://www.cubadebate.cu/noticias/2018/09/07/gobierno-de-ecuador-acusa-a-correa-de-usar-fondos-publicos-para-apoyar-a-indigenas-contra-chevron/#.W5KF5eMUmUk.
4.- https://es.yahoo.com/noticias/ecuador-confirma-fallo-favor-chevron-pide-medidas-funcionarios-163119432.html.
5.- https://www.pagina12.com.ar/140743-correa-denuncio-un-pacto-moreno-chevron.
6.- http://kaosenlared.net/un-nuevo-ajuste-neoliberal-en-ecuador/.
7.- http://www.wnenespanol.com/56_videos/5607591_ecuador-abandona-la-alba-y-critica-a-venezuela-por-la-crisis-migratoria.html.

Europa está jodida


kaosenlared.net

Europa está jodida


Por mikel arizaleta barberia
Europa corre el peligro de descomponerse de nuevo en sus partes porque la política y la economía política -como su ideología reinante- no ha querido considerar y valorar suficientemente la diferencia en el continente
Por Mikel Arizaleta 
Emmanuel Todd trabajó como sociólogo e historiador en el Instituto Nacional para estudios demográficos en París. En numerosos libros se ha ocupado de temas sociales, de los destinos de migrantes, del atraso económico del mundo islámico y también del futuro de Europa y USA. En su último libro “Traurige Moderne” (Modernidad afligida) desarrolla una historia de la humanidad valiéndose de la evolución de los sistemas de familia, que, según él, determinan la dinámica o el estancamiento de las culturas.
Todd, que se ubica a sí mismo en el centro como liberal de izquierdas y se destaca por su aguda crítica a las élites francesas, provoca a menudo con sus libros y ensayos debates polémicos.
La revista Der Spiegel, en el nº 32 del 4 de agosto del 2018, en su sección de cultura mantuvo con el señor Todd un interesante diálogo que, al menos a mí, me parece destacable:
  • Sr Todd, usted en 1976 en su libro “Ante el descalabro” predijo, basándose en análisis demográficos y sociales, el derrumbe y acabose de la Unión Soviética. ¿Profetiza hoy la disolución de la Unión Europea?
  • Europa se encuentra en un estado deplorable: desgarrada, descontenta, dividida, infeliz… Sus élites dirigentes yacen presas de un sentimiento de impotencia. El estado actual me causa una profunda tristeza, pero en absoluto me sorprende porque era ya previsible. Diría más: era algo que tenía que ocurrir.
  • ¿Cómo? Si tras la guerra fría y la división en Europa la Unión Europea ha ido mostrándose cada vez más fuerte y atractiva, más unida, llegando hasta una unión política completa.
  • Yo elaboro y presento una reflexión antropológica de la historia. Y en cierta medida la institucionalización de un trabajo conjunto, unitario, de las naciones europeas fue un objetivo razonable y ambicioso. Pero como especialista y estudioso de las estructuras familiares y, por tanto, de los sistemas morales y las costumbres, de las diversas formas de vida… no me vendí, no compré la idea romántica de que los europeos son culturalmente iguales, ni tampoco aquello de que Europa es un espacio homogéneo. La Unión Europea ha sido víctima de su propia sacralización y de una exagerada valoración de sí misma.
  • ¿Dónde coloca la ruptura, cuándo constata la fractura?
  • En realidad a partir de 1992, que es cuando se configuró el proyecto de la Unión Monetaria y se impuso la visión de unificar el continente definitivamente mediante la moneda. Ya entonces me dije: Europa se ha jodido. A partir de entonces la metafísica de Europa camina de espaldas a la realidad del mundo.
  • Es verdad que desde el principio afloraron muchas objeciones contra el euro, provenientes sobre todo del mundo de economistas y tecnócratas.
  • Yo creo que con razón, pero sin dar en la diana de lo fundamental. El desarrollo de la historia, en contra de los supuestos marxistas, resulta imposible reducirlo al desarrollo económico. Se dan determinados cambios y movimientos, que resultan decisivos, y que se agitan y actúan en capas y estratos más profundos de la vida social. Europa corre el peligro de descomponerse de nuevo en sus partes porque la política y la economía política -como su ideología reinante- no ha querido considerar y valorar suficientemente la diferencia en el continente. Se les dice a los franceses que deben ser como los alemanes; a los alemanes se les discute el derecho a ser alemanes. Se niega que Alemania es en el trabajo más eficiente que Francia y que es capaz de esfuerzos colectivos considerables. Pero, a su vez, se esconde y elimina que, por ejemplo, en Alemania nacen muchos menos niños. Estas y otras muchas peculiaridades se pueden constatar prácticamente en todos los países. ¿Y qué ocurre? Que la ideología europea prevalece y se impone a la experiencia. La Unión Europea camina de espaldas a la realidad, negándola, y se adentra en un callejón sin salida.
  • En París, al igual que en Berlín, se escucha como un mantra contra la crisis: ¡Más Europa, más comunitarización, más agarrar el toro por los cuernos! ¿Cuál es su propuesta?
  • No es posible entender la desazón del continente europeo permaneciendo presos de los dos principales principios a la base del proceso constructivo europeo: la creencia de la primacía de la economía y la hipótesis de un desarrollo conjunto, común, de una sociedad de consumo uniforme. En un mundo en el que la economía fuera el motor de la historia y los países se igualaran en sus producciones de Norte a Sur y de Este a Oeste es posible que un tal proyecto fuera exitoso. Pero nuestro mundo no es así.
  • Pero ha sido exitoso durante décadas y la equiparación de las condiciones de vida se han ido equilibrando. ¿Por qué no pensar en una acomodación y ajuste también político y cultural?
  • La teoría de la convergencia funcionó mientras la Europa Occidental franqueó el atraso económico con USA y se confió en una apertura de la Europa del Este a Occidente. Pero entretanto ha cambiado la tendencia. Se ha iniciado de nuevo la marcha hacia la desigualdad impulsada por la doctrina del libre comercio y la globalización; libre comercio no significa automáticamente más y mayor bienestar para todos, sino que el libro comercio fuerza a las naciones industriales a una mayor competencia de modo inmisericorde, que al final aboca en una guerra comercial y económica como en la que ahora vivimos. En Europa la Unión Monetaria agudiza las consecuencias del libre comercio de manera dramática. Y es que todos tienen que participar en la carrera, sólo que con diferentes desventajas.
  • Desde hace tiempo en Alemania se ha convertido la continuación de la Unión Europea en razón de estado. Ningún político alemán quiere pasar por ser un aguafiestas europeo.
  • No lo niego. Con cierta frecuencia se me acusa de ser enemigo de Alemania, y no es verdad; admiro muchas de sus cualidades. Pero necesitamos en Europa una Alemania clarividente, consciente de su papel. La transformación kafkiana de la Unión Europea no sólo es responsabilidad de Alemania. Es cierto, su propia fuerza gravitatoria juega y es en esa transformación un factor importante, porque Alemania se orienta y rige por ideas universalistas, que al mismo tiempo las niega, y por ello ellas siguen desarrollando su efecto sin escrúpulo y traba.
  • ¿Cómo? Más bien tenemos la impresión de que Alemania debe ser obligada a asumir su responsabilidad.
  • Yo soy francés, pero como científico no me guío como mis conciudadanos por el principio de un hombre universal abstracto, herencia de la Revolución francesa. Sin duda, el hombre es universal pero vive en sistemas religiosos, familiares y sociales diferentes y distintos, que determinan su existencia y vivir concreto. Cada sistema y cada cultura presenta una solución posible a la inseguridad de la existencia y del vivir humano, y cada una tiene sus pros y contras. La economía hay que entenderla y considerarla como una superestructura consciente, que en su conformación depende de procesos y factores sub- e inconscientes. La abstracción universalista ha tenido consecuencias catastróficas para Europa. Alemania está obligada a identificarse con un occidente abstracto, que defiende el dogma del individualismo y cree en leyes y recetas económicas de valor y alcance universal.
  • ¿Perdone, pero usted no se ha convertido ahora en alguien que se refugia en la metafísica o, todavía peor, en una mística nacional?
  • Espíritu de contradicción, desmesura, orgullo desmedido, fraude… es algo muy alemán sobre todo desde la perspectiva de los demás. Esto lo ha vivido Europa de nuevo con la crisis migracional y ante el comportamiento aventurero de la señora Merkel. La importancia, de pronto creciente, de Alemania en Europa y en el mundo, no es el resultado de un proyecto consciente, sino más bien la consecuencia obligada de la reunificación y de la eficiencia económica ha llevado a un país, que ya no se comprendía, al papel director de la Unión Europea. Alemania fue al mismo tiempo deslumbrada por dos ideas abstractas: por el universalismo económico americano y el universalismo político francés; de modo que a los socios europeos sólo les podía proporcionar en la crisis financiera sus propias recetas económicas, que representaban y materializaban su orden social desigual y autoritario con una fuerte integración del particular.
  • Que no tienen por qué ser erróneas.
  • Pero no son aplicables dogmáticamente. En Italia y Grecia no tiene ningún sentido aplicar la “economía social del mercado” siguiendo el modelo alemán. En Francia el concepto “ordoliberalismo” lleva una connotación de política alemana represiva y tan negativa como la palabra”ultra” o “neoliberalismo” americano. El intento por encasquetar el concepto económico alemán a países con otras bases antropológicas lleva únicamente a potenciar las contradicciones entre las naciones.
  • Sin duda no ha olvidado que la Unión Monetaria no fue el resultado de un pérfido ardid de guerra alemán.
  • Totalmente claro, fue el intento inepto de los socialistas franceses bajo el presidente François Mitterrand al objeto de erigir un baluarte contra el dominio económico de los alemanes. Hubiera sido mejor para todos que Alemania hubiera desarrollado de modo comedido una perspectiva juiciosa para las diferentes naciones y hubiese asumido un papel directivo flexible y blando, teniendo en cuenta las diferencias antropológicas y culturales del continente. Establecer para todos la misma norma jurídica y económica es sin duda irreprochable desde un punto de vista moral pero en la práctica una pesadilla para todos.
  • Nadie quiere unificar Europa, tampoco la canciller alemana. En la retórica política no sólo la unidad encierra reacción sino que conjura la multiplicidad y variedad de Europa. Y que las sociedades son diferentes en sus valores y formas de organización es verdad de Perogrullo. ¿A pesar de todo a qué se debe esa espiral de creciente distanciamiento y de resentimiento creciente?
  • A que el universalismo de los tipos de lucro y provecho exige que no se considere y se pase por alto la multiplicidad antropológica del mundo. El economismo exige una visión uniforme de las sociedades. Cuando estas sociedades son parte de una competición entre sí, obligadas a la adaptación y amenazadas de disolución, terminan al final, de una u otra manera, replegándose sobre sí mismas.
  • ¿Globalidad como medio contra los nacionalismos termina convirtiéndose en viraje drástico en su promotor?
  • El estrés económico en Europa hace que los italianos se hagan cada vez más italianos, los ingleses más ingleses, los franceses más franceses y los alemanes más alemanes. Ante la presión se acuerdan de sus valores y peculiaridades originarias. Un comercio libre exagerado y sin freno promociona y conduce a la xenofobia universal, a un liberalismo sin barrera y al particularismo nacional. Donald Trump anuncia, presenta y avisa de manera ostentosamente horrible a Europa y al mundo el repliegue en la fortaleza, en el burgo, unido a deficiencias ocasionales.
  • Una idea tan difusa como el ser, la esencia, de un pueblo no es posible concebirla científicamente. ¿Qué estructuras profundas, demostrables objetivamente, mantienen y constituyen las diferencias entre las naciones en Europa cuando todas ellas aspiran una vida en bienestar?
  • Naturalmente no se debe reducir la identidad nacional al concepto de carácter popular. Pero desde la Edad de Piedra se han formado y extendido a lo largo de la historia de la humanidad diversos sistemas familiares, que hasta el día de hoy han marcado la mentalidad, los valores, la moral y las costumbres, y con ello los modos y maneras de comportamiento. Ello es muy anterior a las religiones, que están con ese ello en una relación recíproca y compleja, puesto que toda religión dice algo sobre la sexualidad, la reproducción y la relación hombre-mujer. Familia y religión conforman en cierta medida el inconsciente de las sociedades, mientras que la economía y la política se da en el ámbito de lo consciente. La nación es tan sólo la forma actual, surgida en el tiempo, de la ligazón e incardinación del hombre con el grupo sin la que resulta imposible la vida del homo sapiens desde los primeros tiempos, desde la época de errante de cazadores y recolectores.
  • ¿En la modernidad no se han equiparado por doquier los sistemas familiares disminuyendo el influjo de la religión?
  • Es cierto, pero sin que la política haya sido consciente de ello, las estructuras familiares –sea el país liberal o autoritario, individualista o comunitario, igualitario o desigual- reclaman y condicionan valores políticos, ideológicos logros culturales y dinámica económica. Atribuyo importancia a la economía, sin duda que se da una lógica de los mercados, pero no debemos olvidar que el hombre no actúa y se mueve en un ámbito vacío sino provisto de capacidades y persiguiendo objetivos establecidos y marcados por la familia, el grupo, la religión, la formación. La vida social en sus interioridades y profundidades va más allá de la simple encardinación en un sistema económico. La pertenencia nacional es una estructura constante, de cuya efectividad debemos ser conscientes en lugar de refugiarnos en fantasías sobre su posible desaparición, en definitiva un sueño al que tienden las élites de la globalización.
  • ¿En la revuelta se manifiesta lo nacional desde el inconsciente con un poder inquietante?
  • Nos espantamos ante ello porque la economía política domina el truco artificial de propagar una conciencia falsa, que desprecia las capas más profundas de la vida social, o las declara como superadas. Asuntos de primer orden y básicos los cataloga como de segunda e invierte causas y efectos. Yo sostengo que en Alemania esta conciencia errónea se ha pregonado al máximo porque ante la monstruosidad del nacionalsocialismo se tiene miedo de sus peculiaridades. Pero uno no puede despojarse de ellas. El auge de la Alternative für Deutschland, a mi parecer, es la contestación a un largo proceso de represión y a la constante y mantenida negación de la realidad mediante las élites, que han olvidado la historia.
  • ¿Hay buenas razones para desconfiar en los caminos particulares alemanes? ¿En qué consiste la supuesta característica antropológica alemana?
  • Alemania es especial pero en modo alguno singular. El mundo cultural alemán históricamente sobre todo es ámbito y jurisdicción de la familia troncal, en lugar de ámbito de la familia nuclear como son USA, Inglaterra y partes de Francia. La familia nuclear pura se compone de una pareja y sus hijos, que de mayores abandonan la casa paterna y mediante matrimonio fundan un nuevo hogar. Este tipo de familia, que abarca los países angloamericanos y en Francia domina la cuencia parisina, es básicamente liberal, individualista, feminista e igualitario. En la familia troncal se privilegia al primogénito, que por lo general es el hijo mayor, y en quien recae como heredero la mayor parte de los bienes familiares. En este tipo de familia se alinean Japón, Corea, Alemania, Cataluña, Euskal Herria y norte del estado español. ¿Le extraña?
  • ¿Indica usted que sociedades de tipo troncal constituyen un problema en los tiempos modernos? ¿Es posible derivar de ella valores como libertad e igualdad? Una comunidad de varias generaciones bajo el mismo techo, al igual que un trato hereditario desigual difícilmente se admite en sociedades urbanas modernas.
  • Valores como autoridad, jerarquía, desigualdad, disciplina, clasificación del individuo… en un consorcio familiar han sobrevivido al ocaso y derrumbe de las grandes economías campesina donde eran claramente reconocibles. Al igual que en Europa sobrevive un catolicismo-zombi y un protestantismo-zombi tras la desaparición de las prácticas religiosas. En cualquier caso, a inicios del tercer milenio se constatan dos fenómenos: Aquellas naciones en las que en un tiempo dominó la familia troncal se caracterizan y distinguen por una dinámica tecnológica y económica constante, mientras que, por otra parte, reina en ellas una profunda crisis demográfica que lleva a un envejecimiento de la sociedad y a una falta de fuerzas cualificadas y de mano de obra.
  • Desde la Ilustración se ancla la autocomprensión de Occidente en la idea de un individuo autónomo, que decide y actúa sin presiones externas. ¿Acaso quiere usted derivar en serio las crisis presentes en la contradicción entre una sociedad de estructura troncal y regiones de estructuras igualitarias?
  • La identificación cultural y filosófica con el ideal de libertad está a su vez determinada. La actuación soterrada de los valores de la familia troncal y nuclear siguen actuando y amenaza con hacer saltar por los aires el “mundo occidental”. Tras 1945 surgió más debido a la victoria militar de USA que de alguna manera merced a una convergencia cultural. El que en muchos países de Europa se hagan presentes los valores de la autoridad y desigualdad confieren al continente un nuevo y a la vez un antiguo rostro. La democracia liberal está a punto de convertirse en un concepto vacío, falto de sus valores fundamentales, que en la soberanía popular consistían en la igualdad de los hombres y su derecho al bienestar. Sin la hipótesis de un regreso de lo reprimido antropológico, del inconsciente familiar, no es posible este cambio ni tampoco el auge de la “democracia no liberal”. El autoritarismo de origen familiar, con frecuencia reforzado por la herencia religiosa, domina las sociedades locales de Europa y la paleta político-ideológica a la época entre las guerras mundiales.
  • En contra del cambio no liberal de las democracias comparativamente Alemania se ha consolidado muy bien. ¿Por qué ha ido adquiriendo en Europa, cada vez más y en contra de su voluntad, una función de maestro del orden y de preceptor?
  • La cultura autoritaria y colectiva en Alemania posibilitó la congelación de salarios y una política de desinflación para asegurar la capacidad competitiva de las empresas, en el fondo orientada Constato también aquí nuevamente que cada forma de actuación en la economía tiene base antropológica. Pero un gran excedente comercial en un país en el que la tasa de natalidad es de 1´46 no garantiza ningún futura nacional. Los políticos alemanes gastan excesivo tiempo en la estipulación de detalles accidentales y secundarios y les cuesta demasiado elaborar un proyecto común, una línea unitaria. Cada uno puede pensar lo que quiera sobre Donald Trump, pero en un punto tiene razón: En la guerra económica global ha tildado de enemigos a China y a Europa.
  • ¿Todavía Alemania considera a Francia un buen amigo en quien confiar?
  • Trump ha creado las condiciones para un salto hacia la incertidumbre en Europa. El alejamiento de USA de Europa, la clara enemistad de Trump frente a la Unión Europea puede inducir a Alemania y Francia a sentirse líderes, capitanes de la Europa emancipada con pleno derecho, con todos los riesgos que una tal postura conllevaría. El peligro del orgullo desmesurado unido al miedo ante la libertad nos conduciría y adentraría plenamente en la historia alemana y europea.
  • Por ahora más bien parece que Emmanuel Macron anima a Angela Merkel a lanzarse a la caza.
  • Para mí Macron es el engendro de una élite pequeño-burguesa francesa, que actúa con una gran irresponsabilidad porque en asuntos económicos y geopolíticos no posee posibilidad alguna real de decisión, y su impotencia en la práctica la compensa siendo inflexible en la teoría.
  • ¿Por ejemplo?
  • La posición rígida de Francia frente al Brexit pudiera llevar a Alemania a un conflicto con Gran Bretaña. Sería tarea de la canciller posibilitar a los británicos una salida de la Unión Europea amable, pacífica. La postura francesa no menos intransigente en la disputa aduanera y comercial de la Unión Europea con USA pudiera perjudicar gravemente a toda Europa, y en especial a Alemania. Por ser la nación más exportadora la República Federal Alemana tiene mucho más que perder que Francia.
  • ¿Es una llamada a que Alemania desconfíe de Francia?
  • El racionalismo francés, la obsesión francesa por la uniformidad administrativa, que también rige en la comisión de Bruselas, impide una reflexión razonable sobre soluciones pragmáticas en la crisis europea. Una dirección europea flexible y diplomática, que tuviera mucho más en cuenta la realidad múltiple de nuestras diferentes sociedades, se hace necesaria con urgencia.
  • ¿Quiere con ello decir que sería un error asumir que Alemania con Francia como socio se encontraría en el verdadero lado de la historia?
  • En cualquier caso yerran los alemanes si piensan que Francia representa la democracia liberal. En Francia los partidos políticos, sin los que no hay una elección entre alternativas, han implosionado. La burocracia y el servicio público se ha independizado. Y con este espíritu actúa Macron. Él conduce Francia a una nueva fase autoritaria de su historia, siguiendo el estilo regio de Luis XIV o el bonapartista de los dos Napoleón. Francia, en su concepción actual, es un mal ejemplo para Alemania, un modelo más peligroso que Victor Orbán en Hungría, porque Francia se presenta en su esplendor histórico de una nación que contribuyó de manera decisiva al invento de una democracia liberal. Y esto es un embuste intelectual. El socio bueno, crítico, democrático y liberal para Alemania sería Gran Bretaña, también y especialmente tras el Brexit. A Francia y a Macron, que actualmente presume del único y más fiel aliado de Alemania, podría descubrirse y quedar al final como su mal espíritu. Y no diga luego que no se lo he advertido.
  • Señor Todd, agradecemos su reflexión.
GRACIAS POR COMPARTIR
PDC