Desde mayo de 1972 la dirección del PDC se inclinó definitivamente por la opción del golpe para derrocar a Salvador Allende
A
mediados de 1969 Radomiro Tomic aceptó ser candidato del PDC en las
elecciones de septiembre de 1970 y competir con Allende y el derechista
Jorge Alessandri. Tomic propuso el “socialismo comunitario” y un
programa parecido al de la UP.
A fines de 1969, el senador Renán Fuentealba denunció ante el
Parlamento que la CIA estaba preparando un golpe en Chile. El embajador
de Estados Unidos en Santiago, Edward Korry, no hablaba con el canciller
Gabriel Valdés ni tampoco con el cardenal Raúl Silva Henríquez. Sí lo
hacía con Eduardo Frei en su casa de calle Hinderburg.
En agosto de 1966, los disidentes a la conducción de Frei habían
formado dos grupos: los “rebeldes”, liderados por Rafael Agustín Gumucio
y los diputados Alberto Jerez, Julio Silva y Vicente Sota; y los
“terceristas”, encabezados por el diputado Bosco Parra y el
vicepresidente de Indap, Jacques Chonchol. Los dos sectores compartían
aspectos teóricos, aun cuando a nivel táctico los “terceristas” fueron
más conciliadores con Frei. Los oficialistas -aquellos que apoyaban a
Frei y sus estrategias de gobierno- integraron la tercera facción, que
era la más grande.
Cuando Salvador Allende se impuso por escaso margen en las elecciones
de septiembre de 1970, sin alcanzar la mayoría absoluta, el Congreso
Pleno debió decidir entre él y Jorge Alessandri quién sería el nuevo
mandatario. El candidato de la derecha anunció que renunciaría si era
nominado y que bajo ninguna circunstancia repostularía. Era un claro
mensaje al PDC: la derecha apoyaría a un candidato falangista en una
segunda elección para impedir la llegada de Allende al gobierno.
El 23 de septiembre de 1970, la mesa directiva, encabezada por el
senador Benjamín Prado, inició conversaciones con Allende. Ese mismo
día, en cambio, el ministro de Hacienda, Andrés Zaldívar, habló por
cadena de radio y televisión afirmando que en la economía se observaban
desequilibrios “propios de la anormalidad política que el país comenzaba
a vivir...”.
EL PRIMER INTENTO
Bombas explotaron en diversas ciudades, numerosas familias adineradas
abandonaron el país y algunas unidades militares empezaron a ser
visitadas discretamente por civiles.
Políticos hasta ahora no identificados presionaron a varios generales
para que los militares tomaran el poder. Grupos de ultraderecha
intentaron que el general (r) Roberto Viaux diera un golpe de Estado.
El general Carlos Prats cuenta en sus memorias que el viernes 25 de
septiembre un destacado democratacristiano le planteó directamente que
“ante la intransigencia de (René) Schneider -el comandante en jefe del
ejército- para detener a la UP, el presidente Frei estaba dispuesto a
que él encabezara un movimiento que lo derrocara y lo enviara al
extranjero”. Prats agrega que había que “apoderarse de noche de La
Moneda, enviar a Frei al extranjero, cerrar el Congreso, suspender la
vigencia de los partidos políticos, utilizar en cargos claves a gente de
confianza que ellos podrían señalar y, normalizada la situación, llamar
de nuevo a elecciones”.
Los intentos de golpe culminaron con la tentativa de secuestro y el
asesinato del general René Schneider, una operación en la que estuvo
involucrada la embajada de Estados Unidos apoyando con armas a los
conjurados que perpetraron el crimen.
El 3 de octubre de 1970 se realizó una Junta Nacional del PDC.
Benjamín Prado entregó su cuenta afirmando que el camino para Chile
seguía siendo el de “la revolución democrática y popular”, por lo que no
cabía acercamiento alguno con la derecha. Hubo dos votos políticos.
Uno, presentado por Rafael Moreno, marcó la posición progresista de unos
50 parlamentarios (de un total de 75), de la juventud, del núcleo
sindical, de la mayoría de los presidentes provinciales y profesionales y
técnicos de la DC. El otro voto, levantado por Juan de Dios Carmona,
representó al sector freísta o “guatón”.
Moreno propuso apoyar en el Congreso a Allende, tras acordar un
Estatuto de Garantías Constitucionales. Su voto fue defendido por Tomic,
Renán Fuentealba, Bernardo Leighton, Luis Maira, Luis Badilla y
Benjamín Prado. El voto de Carmona fue respaldado por Patricio Aylwin y
Jaime Castillo, apoyados por Jorge Santibáñez, Héctor Galaz y Manuel
Fernández. Postulaba presentar el proyecto de garantías constitucionales
pero sin mediar acuerdo ni conversaciones previas con la UP.
Los ministros DC presentes en la Junta tomaron posiciones distintas.
Gabriel Valdés, Gustavo Lagos y Máximo Pacheco se alinearon con Moreno;
Patricio Rojas, Andrés Zaldívar y Carlos Figueroa, con Carmona. La
Junta, por 271 votos contra 191, se inclinó por la postura de Moreno.
Los delegados tenían claro que el PDC iba a la oposición a la UP,
pero había diferentes modos de asumir ese rol. Se visualizaban tres
tendencias: una se inclinaba a la derecha y agrupaba a los hombres de
Frei. Entre ellos, Edmundo Pérez Zújovic, Patricio Aylwin, Andrés
Zaldívar, Juan Hamilton, Juan de Dios Carmona, Patricio Rojas, Carlos
Figueroa, Jaime Castillo y Enrique Krauss. Una segunda corriente se
ubicaba en el centro y aglutinaba a dirigentes como Prado, Renán
Fuentealba y Bernardo Leighton. La tercera línea era francamente de
Izquierda y reunía, entre otros, a Bosco Parra, Luis Maira, Luis Badilla
y Pedro Felipe Ramírez. Pese a las diferencias, los parlamentarios DC
votaron disciplinadamente y Allende llegó a La Moneda.
Los días 12 y 13 de diciembre de 1970 se efectuó una nueva Junta
Nacional de la DC. Allí se enfrentaron dos pensamientos expresados en
votos políticos. Uno de Renán Fuentealba y el otro de Zaldívar. Este
último insistió en que el PDC debía oponerse al gobierno de Allende,
argumentando que en Chile existían sólo dos fuerzas alternativas de
poder: UP y Democracia Cristiana. El voto de Fuentealba expresó que
había grandes coincidencias entre el programa que había defendido Tomic y
el de la UP.
El 4 de abril de 1971 se realizaron elecciones municipales y,
simultáneamente, una complementaria en la Circunscripción de Valparaíso
para llenar la vacante senatorial dejada por Allende. Los comicios
municipales entregaron el siguiente resultado: UP: 1.404.186 (50,86%).
La oposición: 1.356.919 (49,14%). En las complementarias porteñas ganó
el socialista Adonis Sepúlveda, con 25.521 votos, seguido por Andrés
Zaldívar, del PDC, con 16.401.
Casi dos semanas después, el 18 de abril, la Juventud DC realizó su
Junta Nacional. En los acuerdos se indicó: “En manos de la DC está la
posibilidad de dar un impulso final y definitivamente irreversible a la
revolución chilena, democrática y popular”.
Un consejo del PDC fue convocado para el 7 y 8 de mayo, en Cartagena.
En sus resoluciones se destacó que “la DC no desestima la posibilidad
de acuerdos con la UP para objetivos determinados y específicos; pero
cree que su misión es proponer sus propias soluciones para que los
chilenos adviertan las diferencias y coincidencias fundamentales entre
la DC y la UP”. Estos acuerdos, sin embargo, comenzaron a ser rebasados
por las dirigencias medias del partido, más sensibles a la influencia
del freismo.
El 8 de junio de 1971 fue asesinado por la Vanguardia Organizada del
Pueblo (VOP) el ex ministro del Interior de Frei, Edmundo Pérez Zújovic.
Hasta hoy, ese crimen está rodeado de oscuras sospechas. Socialistas
que ayudaban a la policía civil detectaron a un japonés y una monja
brasileña que asesoraban a miembros de la VOP. Fueron detenidos por
Investigaciones, pero extrañamente salieron en libertad y dejaron el
país. Otra consecuencia inmediata del crimen fue que Frei asumió en los
hechos la conducción del PDC.
EL PDC SE UNE A LA DERECHA
Enfrentado a una elección complementaria de diputado en Valparaíso,
en julio, el PDC postuló al médico Oscar Marín, ex militante del sector
más conservador del radicalismo, a quien la derecha apoyaría. Luis
Badilla, presidente de la JDC, señaló que “es un deber denunciar ante el
país la estrategia oportunista de la derecha que, aprovechándose de los
últimos acontecimientos, trata de enfrentar a la DC con el gobierno”.
Marín ganó la elección con 141.450 votos (50,16%), contra 136.813
(48,5%) del candidato de la UP.
Allende había pedido meses antes a la UP que apoyara a Marín como un
gesto de acercamiento al PDC, pero el PS rechazó la propuesta del
presidente y levantó la candidatura de Hernán del Canto.
A fines de julio de 1971, Bosco Parra, uno de los ideólogos de la
Izquierda DC, pidió que se prohibiera cualquier tipo de alianza con la
derecha, lo que fue rechazado. “He llegado al convencimiento de que las
posiciones cristianas de Izquierda no tienen perspectivas reales dentro
del partido”, manifestó Parra al comunicar su renuncia al PDC. Le
siguieron otros seis parlamentarios -Fernando Buzeta, Jaime Concha,
Alberto Jaramillo, Luis Maira, Pedro Urra y Pedro Videla- a los que se
sumaron Osvaldo Giannini y Pedro Felipe Ramírez, además de Luis Badilla y
numerosos cuadros juveniles y militantes de otros estamentos.
A comienzos de agosto, Narciso Irureta afirmó que el PDC seguía
siendo “un partido de Izquierda y revolucionario que lucha por los
cambios” y que las renuncias eran una advertencia para que nunca más
toleraran fracciones al interior de la colectividad.
No obstante la persistencia de algunos dirigentes de la DC para que
el partido llegara a acuerdos con el gobierno, la renuncia de los
sectores más de Izquierda, que dieron forma al Mapu y luego a la
Izquierda Cristiana, debilitaron al progresismo democratacristiano y los
“guatones” rápidamente coparon todas las dirigencias intermedias de la
Falange.
En abril de 1972 Frei Montalva -según su biógrafo Cristián Gazmuri-
escribió a su amigo Rafael Caldera, presidente de Venezuela: “Bajo una
apariencia de respeto a las formas legales y a la democracia, de la
manera más tortuosa y sin escrúpulos se está tratando de conducir al
país a una dictadura similar a la de Cuba”.
Dos nuevas elecciones complementarias -en enero de 1972, una de
senador por O’Higgins y Colchagua y otra de diputado por Linares-
sirvieron para que la derecha cautivara a los “guatones” del PDC. En el
primer caso, Rafael Moreno recibió el apoyo del Partido Nacional, de la
Democracia Radical y de Patria y Libertad. En el segundo, el PDC decidió
apoyar al nacional Sergio Diez en Linares. Ambas decisiones provocaron
la renuncia de decenas de militantes falangistas.
A comienzos de marzo de 1972 se conoció una reunión en la chacra El
Arroyo de Chiñigüe, en Melipilla, a la que asistieron Francisco Bulnes y
Sergio Diez (PN); Patricio Aylwin y Andrés Zaldívar (PDC); Julio Durán
(DR); Jaime Guzmán, Arturo Fontaine, Orlando Sáenz y algunos miembros
del Poder Judicial. El anfitrión, Sergio Silva Bascuñan, sólo reconoció a
El Mercurio que se habían conversado “problemas que afectan a todos los chilenos”.
La nueva directiva del PDC, encabezada por Renán Fuentealba, Bernardo
Leighton y Belisario Velasco, en tanto, extremaba esfuerzos para llegar
a entendimientos con Allende y la Unidad Popular.
En junio, la Democracia Cristiana Universitaria rechazó aliarse con
la Juventud Nacional en las elecciones de la Fech. Ese mismo mes, Juan
Hamilton, Carmona, Pareto, Orrego, Zaldívar y otros “guatones” figuraron
cotidianamente en El Mercurio, La Segunda, Tribuna y La Prensa
en claro acuerdo con la derecha. Privadamente, por su parte, Aylwin y
Francisco Bulnes preparaban el lanzamiento de la Confederación
Democrática (Code), que se efectuaría públicamente en el mes de julio.
En agosto, cuando se preparaba el Consejo del PDC para discutir la
estrategia electoral que el partido seguiría en los comicios
parlamentarios de marzo del 73, Frei escribió a Renán Fuentealba: “No
vamos a detener este proceso de destrucción del país sólo con
declaraciones, con actos públicos o con actuaciones parlamentarias (…)
lo fundamental es la organización y la movilización de las fuerzas
sociales ejercida en la base social”.
En septiembre, el senador Juan Hamilton, uno de los incondicionales de Frei, solicitó en una declaración pública en el diario La Tercera
que Allende dimitiera a su cargo de presidente porque el gobierno “ha
violado reiteradamente las normas básicas de la convivencia democrática y
ha manchado irreparablemente la legitimidad con que iniciara su mandato
constitucional”.
A continuación, con la excusa de las próximas elecciones, los
freistas lograron reorganizar el partido: colocaron gente suya en los
departamentos sindical y agrario, reestructuraron el frente de
propaganda y designaron un nuevo comité político. En las semanas
siguientes se sumaron al paro de octubre de 1972. Ese mismo mes, a
través de Canal 13, Frei planteó que las elecciones parlamentarias de
marzo debían ser consideradas como un verdadero plebiscito para la
continuidad del gobierno de la UP. Paralelamente, surgió el eslogan para
su candidatura a senador por Santiago: “A Chile lo salva… Eduardo Frei
Montalva”.
LOS TRAMOS FINALES
En las elecciones de marzo de 1973 la Code consiguió 54,70% y la UP
43,39. La UP aumentó sus senadores y diputados y la Code los bajó. Por
lo tanto, no se logró quorum para acusar constitucionalmente a Allende.
Frei señaló a la prensa italiana que “Chile se precipita a una dictadura
marxista”; Carmona y Hamilton empezaron a apelar a las Fuerzas Armadas y
nueve senadores -Moreno, Carmona, Hamilton, Musalem, Papic, Foncea,
Gormaz, Zaldívar y Lavandero- pidieron a Aylwin que postulara a presidir
el PDC.
El 9 de abril de 1973, Renán Fuentealba entregó su informe político
al consejo del PDC. Enfatizó que “la DC debe insistir en su propia
revolución” y que la existencia de la Code sólo era una coyuntura
electoral y que “su futura subsistencia se prestaría para inducir a
errores”. También en abril el gobierno anunció su proyecto de Escuela
Nacional Unificada (ENU), que fue ferozmente resistido por la oposición,
la Iglesia Católica y las fuerzas armadas; en especial por la Armada,
cuyos oficiales expresaron sin ambages su molestia por la iniciativa.
Casi al mismo tiempo, los mineros de El Teniente, liderados por sus
supervisores, casi todos del PDC, iniciaron un paro que duró semanas.
Un mes después, el 10 de mayo, Fuentealba, Leighton y Velasco
anunciaron que no se presentarían a la reelección en su partido. El día
13, los “guatones” ganaron la presidencia con Patricio Aylwin. Frei, en
tanto, obtuvo la presidencia del Senado. Dos días más tarde, Aylwin
delineó el nuevo estilo de la DC al declarar que el gobierno estaba
destruyendo “la economía y llevando al país a la miseria y al hambre,
desencadenando una ofensiva totalitaria caracterizada por ilegalidades,
abusos, mentiras, injurias, odio y violencia en la búsqueda de la
totalidad del poder para imponer una tiranía comunista”.
De allí en adelante, la dirección del PDC se inclinó definitivamente por la opción del golpe para derrocar a Salvador Allende.
Sólo algunos dirigentes del partido mantendrían presente las palabras
que Tomic pronunció en el consejo ampliado efectuado en abril del 72:
“¿Hay bases para creer que el gobierno de la Unidad Popular es ahora un
gobierno marxista-leninista empeñado en preparar la lucha armada y la
dictadura del proletariado? Estoy convencido que no es así. Y creo que
una apreciación errónea de la Democracia Cristiana en este asunto
crucial, sería un trágico error para Chile y, además, para nuestro
partido”.
Punto Final