SAN JUAN, PUERTO RICO, Julio 23 2015. “Puerto Rico paga el 100
por ciento y sigue debiendo 100 por ciento”. El crecimiento de la deuda
durante los primeros quince años de este siglo es equivalente al cien
por ciento de los pagos hechos por Puerto Rico durante el mismo período,
según revelan cifras oficiales, que muestran una tendencia general de
un servicio cada vez mayor por una deuda que sigue igual o mayor.
Mientras tanto, hasta ahora han resultado infructuosos los intentos de
Puerto Rico de lograr un proceso de moratoria de pagos y restructuración
de una deuda que el propio Gobierno ha descrito como "impagable”.
No se trata, sin embargo, de una situación única de Puerto Rico, sino de
algo estudiado por observadores de los problemas financieros
internacionales y que algunos presagian como el anticipo de un nuevo
colapso económico global.
En las Antillas solamente, Puerto Rico está en el sexto lugar en los
países isleños que este año buscan renegociar su deuda y se calcula que
por lo menos tres más están ante el peligro cercano de una crisis
fiscal.
Para Puerto Rico, sin embargo, su condición de colonia de Estados
Unidos[1], le imprime unas características particulares al problema.
El Congreso no le autoriza acogerse a la protección de la ley de
quiebras y los tribunales de EEUU dicen que el territorio carece de la
soberanía necesaria a fin de actuar por su cuenta, por lo que se
invalidó la ley alternativa que aprobó la legislatura insular.
Así las cosas, la revisión hecha por NCM Noticias de los registros
oficiales del servicio de la deuda, casi en su totalidad con el mercado
de Wall Street, durante los años fiscales 2001 a 2015, muestra que los
pagos ascendieron a casi 51.400 millones de dólares, mientras que la
deuda neta creció algo más de 50.000 millones de dólares.
De igual forma, los registros muestran que de 1995 a 2005 el crecimiento
del servicio de la deuda mantuvo un promedio anual de cerca de 2.500
millones de dólares y que en el próximo período de diez años –de 2006 a
2016- el incremento sobrepasó los 4.200 millones anuales. De hecho, más
del 60 por ciento de los pagos hechos en lo que va de siglo se han
producido desde que comenzó la crisis económica en 2006.
Esa situación guarda cierta semejanza con la repatriación de ganancias
corporativas a EEUU, que se ha incrementado durante este período de
deterioro económico de Puerto Rico.
Al notificársele sobre el hallazgo, un funcionario dijo en el Palacio de
Santa Catalina que el fenómeno ha estado bajo observación.
El funcionario de la Oficina del Gobernador dijo que el asunto se ha
discutido en reuniones del más alto nivel sobre planificación económica y
estrategia fiscal en las que ha participado.
Lo que no pudo explicar el funcionario es el motivo para que esa
situación no se informara explícitamente al público, mientras el debate
se ha mantenido de forma casi exclusiva en la acumulación de la deuda
neta admitida, que en el año 2000 era de cerca de 24.800 millones y en
2013 ya rondaba los 72.000 millones de dólares.
El crecimiento sobrepasó el producto nacional bruto en 2012 y ya en 2014
las casas clasificadoras de bonos degradaron el crédito de Puerto Rico
al nivel especulativo conocido como "basura”, con degradaciones
sucesivas que han continuado.
De la misma forma en que no se atiende el motivo por el cual por más que
se pague no baja la deuda, tampoco ha sido objeto de informes
detallados por el Ejecutivo –y mucho menos, escrutinio legislativo- el
uso que se le ha dado a buena parte de esa deuda emitida.
Entre los pocos informes disponibles está el de cerca de 20.000 millones
de dólares que se indica han sido usados para gastos deficitarios de
operación, que van desde presupuestos descuadrados hasta redimir cheques
sin fondos pagados a suplidores.
Pero eso deja sin explicación detallada casi 30.000 millones de dicha deuda neta acumulada en los pasados 15 años.
Ahora aparenta que Puerto Rico toma dinero prestado a EEUU para enviarlo
de nuevo al país acreedor, mientras esta pequeña nación caribeña se
queda con una deuda creciente que le ahoga y le mantiene bajo la tutela
de los inversores conocidos como "buitres”, mote descriptivo de sus
características de depredadores nómadas y aventureros.
La respuesta del Gobierno ha sido promover medidas draconianas de
empobrecimiento que le valieron más degradación y del tipo denunciadas
en el informe "The New Debt Trap” (La trampa de la Nueva Deuda –nota del
CAD), de la Debt Jubilee Campaign (Campaña de Conmemoración de la Deuda
–nota del CAD), como propiciadoras de más desbalance e insolvencia.
Ante los aspectos conocidos ya públicamente, los discursos políticos anticipan una crisis de otra índole.
El anexionista Partido Nuevo Progresista, principal de oposición,
insiste en que la salida de la crisis depende de incorporar a Puerto
Rico a los EEUU como un estado de la Unión y en el oficialista Partido
Popular Democrático proliferan cada vez más las voces que piden que se
busque negociar cambios en la relación con EEUU.
Por su parte, el presidente ejecutivo del pequeño pero influyente
Partido Independentista Puertorriqueño, Fernando Martín, dijo que "esta
es una crisis que va a tener su manifestación política muy pronto”.
Según Martín, al estar cerradas las salidas económicas y jurídicas en
EEUU, los diversos actores –inclusive la Casa Blanca- no podrán evitar
por mucho tiempo la búsqueda de una solución política.
De igual forma, aceptó que el impacto potencial de un colapso de Puerto
Rico en la región es un asunto que llama cada vez más la atención en
América Latina.
Por lo menos desde 2010, el caucus[2] derechista republicano de EEUU
"Tea Party”[3] describió a Puerto Rico como un territorio insular
"fracasado”.
A finales del pasado mes de junio, el congresista Jeff Duncan,
republicano de Carolina del Sur, advirtió que se trata de un peligro de
"seguridad pública” y que para poder salvar el desarrollo económico del
régimen autonómico hay que quitarle el control financiero a la propia
institucionalidad política puertorriqueña.
[1] Situación en la que se encuentra desde su anexión, en el marco de la
guerra de EE.UU. contra España, el 25/07/1898 –nota del CAD
[2] Caucus era, originalmente: ‘grupo de personas o representantes de la
misma ideología que se reúnen para tomar decisiones comunes’, lo que
derivó en EE.UU. a los hitos del proceso para elegir los candidatos a
las votaciones presidenciales -nota del CAD
[3] Grupos de opinión y presión distribuidos por todo EE.UU., que
coordinan localmente las políticas del Partido Republicano y actúan en
la definición de sus candidatos a diversas instancias electas. Comparten
una defensa cerrada de los ‘valores’ de la propiedad privada, la
libertad económica y la política externa imperial de EE.UU. –Nota del
CAD
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