Llevamos más de un año en el que el Reino Unido tomó la decisión de
abandonar la UE y la primera consecuencia la vivieron sus propios
ciudadanos con una
fuerte devaluación de la libra esterlina, lo que implicaba que las vacaciones les iba a salir algo más caras a partir de ese momento.
En los últimos meses la libra esterlina ha seguido cediendo frente al
euro y hoy es noticia debido a que el actual tipo de cambio se ha
situado en los 1,08 euros,
un hecho que no lo veíamos desde el último trimestre de 2009.
Las causas de la fuerte devaluación de la libra frente al euro
Que la libra cotice frente al euro a mínimos sólo vistos en 2009 está vinculado a
diversos factores tanto desde el punto de vista del Reino Unido como desde la Eurozona que analizaremos a continuación.
En primer lugar, el factor principal de la fuerte devaluación ha sido que
el pasado 23 de junio de 2016 los ciudadanos del Reino Unido decidieron en
referéndum abandonar la Unión Europea.
Esa decisión golpeó duramente al tipo de cambio GBP/EUR y en el 2016,
el cruce se redujo un 13,70% y frente al dólar cayó un 16,30%.
En los ocho meses que llevamos de 2017, la libra frente al euro ha seguido prolongando sus caídas y hasta la fecha
la libra frente al euro ha perdido un 7,71% hasta los 1,0803 euros. No obstante, la libra frente al dólar se está apreciando un 4,44% hasta situarse en los 1,2344 dólares.
La razón de está dualidad se encuentra en que las expectativas sobre
el euro han ganado presencia entre los inversores en lo últimos meses.
En primer lugar, las elecciones de los Países Bajos como Francia
eliminaron la posibilidad que los partidos euroescépticos alcanzaran el poder.
El supuesto que más preocupaba era Francia en la que se temía que
Mélenchon y Le Pen fueran vencedores y llegaran a segunda vuelta. Tras
los resultados de la primera vuelta, pasaron a segunda vuelta Le Pen y
Macron, un resultado que impulsó tanto a las bolsas, bonos como al euro y
finalmente,
Macron se llevó la llave del Elíseo.
A pesar de las numerosas dificultades actuales de Europa como son los
altos niveles de endeudamiento que arrastra, los indicadores
adelantados están mejorando a la par que las expectativas y de hecho,
por primera vez, desde el primer trimestre de 2011,
la Eurozona crece a un ritmo superior al 2% (2,10% en la actualidad).
Eliminando esas dosis de incertidumbre, los inversores
están descontando las mejores expectativas en el euro
y una política monetaria menos laxa, es decir, que el BCE empiece a
reducir su programa de compras que ha llevado a su balance hasta 4,265
billones de euros.
Dada la mejora en las expectativas del euro, la libra ha seguido
perdiendo terreno frente al euro, al igual que lo ha hecho el dólar
durante estos meses.
Se incrementan los niveles de inflación
Cuando una divisa se devalúa, esa pérdida de poder adquisitivo
implica que importar es más caro, lo que en última instancia conlleva a
que los niveles de inflación se incrementen en una economía. El Reino
Unido ha sido víctima de la devaluación pues
su inflación se ha incrementado desde el referéndum.
Con los datos del mes de julio, nos encontramos con que el Reino Unido asume una
inflación al consumidor del 2,60%.
Y la inflación subyacente se encuentra a niveles muy parecidos con una
tasa del 2,40%. Son muy interesantes estos niveles ya que tan sólo dos
años antes, el IPC de julio de 2015 era del 0,10%.
En comparativa, a nivel de la Eurozona, hace dos años la inflación al
consumidor se encontraba en el 0,20%, una décima por encima del Reino
Unido. Sin embargo, tras dos años en el que el la cotización del crudo
ha subido,
la inflación de la Eurozona se encuentra en el 1,30%, es decir,
la inflación inglesa es dos veces la europea por el proceso de devaluación.
Tras el referéndum sobre el Brexit, el Reino Unido no ha utilizado su
política monetaria para combatir la inflación... Todo lo contrario. El
Bank of England decidió en el mes de agosto del año pasado bajar los
tipos de interés en mínimos históricos
hasta dejarlos en el 0,25%, esa decisión se ha mantenido vigente hasta la fecha.
Tras la devaluación por el Brexit, el déficit comercial no ha mejorado
Las devaluaciones son un proceso monetario que tiende a gustar mucho a
ciertos sectores porque el país adquiere un mayor atractivo comercial
sin meter mano a un ajuste interno. Sin embargo, hay un problema... las
importaciones se vuelven más caras, por lo que
hay que analizar la balanza comercial para detallar si la devaluación aporta o no aporta al crecimiento del país.
Si nos situamos en antecedentes, en el primer trimestre de 2016 el
déficit comercial del Reino Unido (línea azul) fue de 9.540 millones de
libras. En los meses previos al referéndum de la UE,
el déficit se redujo a 7.800 millones (dato del segundo trimestre de 2016).
Tras el resultado del referéndum de la UE en junio de 2016, el
déficit comercial se amplió como resultado de un aumento significativo
en las importaciones en comparación con las exportaciones entre julio y
septiembre de 2016 lo que daba como resultado un déficit comercial que
casi se duplicó hasta los 14.800 millones de libras.
Ya en el cuarto trimestre de 2016, el déficit comercial se redujo en
10.000 millones hasta 4.845 millones debido a la mejora de las
exportaciones, mientras que el valor de las importaciones se mantuvo
relativamente constante durante el período.
La ampliación del déficit en el tercer trimestre y la reducción del
déficit en el cuarto trimestre indica que los productos erráticos
-aviones, buques, metales preciosos y, en particular, oro no monetario y
demás- tuvieron un
gran impacto en la balanza comercial en los dos últimos trimestres de 2016.
Por ello, es importante desestacionalizar los datos para tener una
visión más ajustada sobre la realidad... Con los datos
desestacionalizados (línea amarilla) la conclusión es clara, la
devaluación no ha servido para la mejora del déficit comercial. Si en el
segundo trimestre de 2016 el déficit comercial ajustado era de 9.057
millones, en el segundo trimestre de 2017,
el déficit comercial se ha ampliado hasta 9.530 millones de libras.