Es
evidente que vivimos en tiempos angustiosos que son el preludio de
grandes eventos que se desencadenaran sobre la Tierra, cambiando
radicalmente nuestra sociedad, forma de vida y la distribución
territorial del planeta, conllevando nefastas consecuencias para la
población mundial, sin embargo, las grandes mayorías no saben o no
entienden esto y no porque les falte inteligencia, sino a causa de los
planes perversos llevados a cabo por las élites de poder, quienes a
pesar de que ya conocen hasta cómo será el mapamundi post apocalíptico y
ocultan estas verdades, para salvarse solamente ellos y formar el Nuevo
Orden Mundial a partir de la destrucción de nuestra civilización.
Según revelan las profecias para los tiempos finales la Tierra será sacudida hasta 70 veces 7, hecho que en lenguaje profético se puede interpretar como constantes movimientos sísmicos que marcaran cismas continentales inimaginables, América del Norte será separada del resto del continente y Brasil será una isla gigante similar a Australia, además islas como las Canarias desaparecerán como en los tiempos de Sodoma y Gomorra, por citar solo algunos ejemplos.
Ante esta situación los altos dirigentes del clero romano, líderes políticos de las grandes potencias y magnates multimillonarios, es decir, la alta burguesía mundial, están llevando a cabo ciertos proyectos con apoyo de la comunidad científica internacional, para salvarse ellos y a su cúpula más cercana.
De acuerdo con esto los geólogos trabajan en la identificación de las zonas seguras, que son los territorios con las placas tectónicas más antiguas y por ende más sólidas, para construir en esas áreas instalaciones subterráneas, al estilo de búnker herméticos donde se piensan resguardar cuando llegue la hora profetizada en la que se desataran los jinetes del apocalipsis para sacudir los cimientos de la Tierra.
Naturalmente las sectas elitistas no han dado a conocer cuáles son esas zonas seguras, pero de forma inadvertida han dirigido durante años el éxodo poblacional hacia sitios de mayor riesgo, por lo que podemos deducir que dichas áreas de seguridad donde han de construir su «nicho de salvación» están establecidas en las regiones más inhóspitas e impenetrables de la Tierra, como la selva del Amazonas o la Antártida.
Según revelan las profecias para los tiempos finales la Tierra será sacudida hasta 70 veces 7, hecho que en lenguaje profético se puede interpretar como constantes movimientos sísmicos que marcaran cismas continentales inimaginables, América del Norte será separada del resto del continente y Brasil será una isla gigante similar a Australia, además islas como las Canarias desaparecerán como en los tiempos de Sodoma y Gomorra, por citar solo algunos ejemplos.
Ante esta situación los altos dirigentes del clero romano, líderes políticos de las grandes potencias y magnates multimillonarios, es decir, la alta burguesía mundial, están llevando a cabo ciertos proyectos con apoyo de la comunidad científica internacional, para salvarse ellos y a su cúpula más cercana.
De acuerdo con esto los geólogos trabajan en la identificación de las zonas seguras, que son los territorios con las placas tectónicas más antiguas y por ende más sólidas, para construir en esas áreas instalaciones subterráneas, al estilo de búnker herméticos donde se piensan resguardar cuando llegue la hora profetizada en la que se desataran los jinetes del apocalipsis para sacudir los cimientos de la Tierra.
Naturalmente las sectas elitistas no han dado a conocer cuáles son esas zonas seguras, pero de forma inadvertida han dirigido durante años el éxodo poblacional hacia sitios de mayor riesgo, por lo que podemos deducir que dichas áreas de seguridad donde han de construir su «nicho de salvación» están establecidas en las regiones más inhóspitas e impenetrables de la Tierra, como la selva del Amazonas o la Antártida.
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