La agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Administración
Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) de Estados
Unidos anunciaron la semana pasada la suspensión de las normas
ambientales obligatorias que había impuesto la administración del
expresidente Barack Obama a la industria automotriz.
Ambos reguladores propusieron una iniciativa con nuevas reglas menos
estrictas que pueden provocar que aumente la contaminación en Estados
Unidos y por lo tanto en el resto del globo.
“Es una muestra más del desprecio de Trump hacia toda la
agenda ambiental que está respaldada por muchos países. Esto va a traer
consecuencias de más emisiones y más gases de efecto invernadero”
- Bernardo Baranda
Director para Latinoamérica del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo
Baranda agrega que la suspensión de las normas implementadas por
Obama provocará problemas internacionales porque Estados Unidos es un
consumidor importante de combustibles fósiles.
El también especialista en movilidad urbana sustentable menciona que
esta decisión puede ocasionar más partículas en el ambiente y otros
contaminantes que son dañinos para la salud.
“Es lamentable que este personaje siga anteponiendo sus intereses
económicos sobre una agenda global que ha costado tanto trabajo colocar
en las personas que toman decisiones”, opina el director regional del
organismo.
Ante esta decisión de las autoridades estadounidenses, Baranda
también señala que las organizaciones civiles tienen que pedir que se
respeten los acuerdos y las agendas internacionales que buscan defender
el medio ambiente.
“Tenemos que exigir que se cumplan los acuerdos y señalar este tipo
de políticas que van en contra de lo que ya se había acordado desde el
acuerdo de París y otras instancias. Vamos a tratar de revertir estas
decisiones”, asegura el director.
En el mismo sentido, Daniel Baker, integrante de la organización
ambientalista Safe Climate Campaign, señala que la suspensión de las
normas desembocará en más vehículos contaminantes, más costos para los
consumidores y daños en la salud de las personas.
En este sentido, son muchos los efectos a corto y a largo plazo que
la contaminación atmosférica provocada por los automóviles puede ejercer
sobre la salud de las personas, de acuerdo con datos de la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
El organismo internacional también señala que la contaminación
atmosférica urbana aumenta el riesgo de padecer enfermedades
respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del
pulmón y las enfermedades cardiovasculares.
La OMS añade que los efectos más graves se producen en las personas
que ya están enfermas. Además, los grupos más vulnerables, como los
niños, los ancianos y las familias de pocos ingresos y con un acceso
limitado a la asistencia médica son más susceptibles a los efectos
nocivos de dicho fenómeno, según el organismo.
“Esta propuesta aumentará sustancialmente la contaminación y
costará a la familia estadounidense promedio cientos de dólares
adicionales al año en gasolina”
- Fred Krupp
Presidente del Fondo para la Defensa Ambiental
En el mismo tenor, Rhea Suh, titular del Consejo para la Defensa de
los Recursos Naturales considera que el plan de la administración de
Trump va en contra de lo que los consumidores quieren y lo que el medio
ambiente necesita.
¿Cuáles son los cambios?
El principal cambio que proponen las agencias estadounidenses de
Protección Ambiental y de Seguridad Vial es limitar los requisitos de
ahorro de combustible a un promedio de 50 kilómetros por galón de
gasolina a partir de 2020.
Las normas de Obama pretendían alcanzar un objetivo de 100 kilómetros por cada 4.32 litros de gasolina en 2025.
Esta iniciativa también suspende a los fabricantes de automóviles de
construir más vehículos menos contaminantes y más eficientes en el
consumo de combustible, incluidos coches híbridos y eléctricos.
En conjunto, la propuesta es una medida para desarticular lo que
algunos ecologistas consideran uno de los esfuerzos más potentes en todo
el mundo por combatir el cambio climático.
Sin embargo, para el presidente Donald Trump, quien priorizó la
eliminación de las reglamentaciones, las normas vehiculares representan
una solución.
“Estamos cumpliendo la promesa del presidente Trump a los
estadounidenses de dar una solución sobre el tema del ahorro del
combustible y los estándares de emisiones de dióxido de carbono”, afirmó
Andrew Wheeler, el titular de EPA.
Wheeler agregó que la propuesta del gobierno estadounidense busca
lograr un equilibrio regulatorio basado en la información más reciente e
implementar una solución que permita a más estadounidenses comprar un
vehículo menos contaminante, seguro, nuevo y más barato
Las dos agencias federales anunciaron que las normas del gobierno de
Obama contribuyeron a elevar el precio promedio de los automóviles, lo
que lleva a los consumidores a no cambiar de vehículo.
Esto hace que se priven de contar con nuevos automóviles equipados con las últimas tecnologías que los hacen más seguros.
En consecuencia, estiman las autoridades reguladoras, la suspensión
de esos estándares permitirá a los estadounidenses ahorrar miles de
dólares y reducir el número de muertes en las carreteras.
No obstante, las normas de la era Obama habrían evitado la emisión de
570 millones de toneladas de gases con efecto invernadero para 2030, el
equivalente a la eliminación de las emisiones en un año de 140 plantas
de carbón, según datos de EPA.
Conflicto con California y otros estados
Las dos agencias también proponen revocar la autoridad del gobierno
de California para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero
en su territorio. En la actualidad, este estado tiene reglas ambientales
más estrictas que el resto de Estados Unidos.
“California luchará contra esta (decisión) estúpida con todos los
medios a su disposición”, publicó en Twitter Jerry Brown, el gobernador
de California.
Esta decisión intensificará la batalla legal del gobierno federal con
California y con una docena de otros estados que han adoptado las
normas de emisión californianas y representan alrededor de un tercio del
mercado automotriz de los Estados Unidos.
No es gratuito el esfuerzo del gobierno de California para reducir la
contaminación. Este estado presenta el mayor número de ciudades con
altos niveles de polución del aire en el país norteamericano, según
reveló la Asociación Pulmonar de Estados Unidos a través de un informe
ambiental.
Más de la mitad del ranking de urbes más irrespirables tanto por
partículas contaminantes como por niveles de ozono están en California.
La publicación de la propuesta del gobierno de Trump da inicio a un
periodo de 60 días de comentarios públicos sobre el tema. Las nuevas
normas, que deben aún ajustarse y modificarse, entrarán en vigor a
finales del presente año.
No es la primera vez que Trump toma una decisión que impacta al medio
ambiente. En junio de 2017, Estados Unidos se retiró del Acuerdo de
París contra el cambio climático.