domingo, 15 de enero de 2017

Medio oficial chino afirma que se avecina una confrontación militar con EE.UU.


Medio oficial chino afirma que se avecina una confrontación militar con EE.UU.

El gobierno de Pekín responde así a los ataques verbales de Donald Trump y el próximo secretario de Estado, Rex Tillerson, sobre Taiwan.



Pekín ha respondido hoy a las advertencias lanzadas por el próximo secretario de Estado, Rex Tillerson, sobre una posible prohibición del paso de barcos chinos en dirección a las islas artificiales construidas por China en el Mar de la China Meridional. Lo ha hecho mediante un nuevo golpe de efecto diplomático contra el aliado más débil de EE.UU. en la región: Taiwan. El Gobierno de Nigeria ha exigido al gobierno taiwanés que traslade a Lagos la oficina de representación que actualmente tiene en la capital nigeriana, Abuja. De fondo están los 40.000 millones de dólares de colaboración que 24 horas antes el país africano ha recibido por parte del gobierno chino.

Después del encuentro con el ministro de exteriores chino, su homólogo nigeriano ha afirmado que “Taiwan no va a tener ninguna representación diplomática en Nigeria” y que su presencia en Lagos se va a ver limitada a “una misión de negocios con un personal mínimo”.

Esta decisión se produce unos días después de que Santo Tome y Príncipe rompiera sus relaciones con Taiwán y reconociera oficialmente a la República Popular China en vez de al gobierno de Taipei.

China parece envuelta en una campaña diplomática para aislar a Taipei, campaña que se ha agudizado tras el contacto que mantuvieron por teléfono la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y el presidente electo Donald Trump el pasado diciembre.

Taiwán ha formalizado una “seria protesta” ante lo que ha calificado de “acción irracional” de Nigeria. El portavoz de la presidenta, Alex Huang, ha afirmado que este tipo de actos por parte de la RPC “sólo conseguirán generar el antagonismo de la población taiwanesa” y van a complicar todavía más las relaciones entre los dos lados del estrecho de Taiwán.

Las declaraciones del próximo Secretario de Estado, Rex Tillerson, ante el comité del Senado que analiza su confirmación para el cargo, en las que afirmó que la administración Trump se prepara para enviar a China “una clara señal” para que detenga la construcción de islas artificiales en el Mar de la China Meridional y en las que añadió que van a impedir el acceso a esos enclaves, han sido consideradas por muchos analistas como una verdadera “bomba verbal” que puede anticipar un inevitable choque entre las dos potencias.

Tillerson añadió que la expansión marítima y territorial de Pekín en esa zona es “extremadamente preocupante” y dijo que si China puede controlar el acceso a un espacio por el que cada año transita un volúmen de carga valorado en cinco billones de dólares, esto se convertiría en una amenaza para toda la economía global.

Pekín defiende la soberanía de casi todo el Mar de la China Meridional y se disputa el control de esta zona con otros cinco países aparte de Taiwan. El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lu Kang Lu, ha tratado de esquivar una respuesta directa sobre el tema y solo ha dicho que la situación en el Mar de la China Meridional “se ha calmado” y que su país espera que “otros actores no regionales puedan respetar este consenso que es fundamental para el interés de todo el mundo”.

Pero horas más tarde, el diario oficial China Daily ha avisado que si el proyecto de Tillerson se pone en marcha va a desencadenar “una desgracia”.

“Establecería el rumbo para una confrontación devastadora entre China y EEUU”, afirmó el periódico añadiendo que si se produce un bloqueo de ese tipo, la RPC pondrá en marcha una “respuesta defensiva” de sus fuerzas armadas.

Diversos analistas citados en varios medios de comunicación chinos coincidieron en pronosticar que el solo hecho de haberse producido tales declaraciones por parte de Tillerson pueden ser usadas por Pekín para reforzar aún más su despliegue militar en esas islas artificiales. Otros expertos apuntaron además que la hipótesis del bloqueo va en contra del principio de libre navegación por el Mar de la China Meridional que defiende EE.UU..

“Hacer lo que propone Rex Tillerson supondría un compromiso al mismo nivel que la crisis de los misiles de Cuba”, afirma Carlyle Thayer, profesor de la Academia de las Fuerzas de Defensa de Australia.

“Éste es el tipo de declaración fuera de lugar similar a los tuits que añaden combustible al fuego y que empeoran las cosas. A no ser que inicien una guerra con China, EEUU no puede hacer nada al respecto”, declaró Malcom Davis, del Instituto Australiano de Política Estratégica en declaraciones a Bloomberg.

Tao Wenzhao, de la Academia China de Ciencias Sociales, reconoció en declaraciones a la emisora CGTN que Pekín está “muy preocupada” por la posible política de la nueva Administración Trump, ya que no se trata solamente de los planes de Trump o de las palabras de Tillerson, sino también de todos los “halcones” -ésa fue la palabra que usó Tao- de la que se ha rodeado, conocidos por sus oposición tradicional a las autoridades comunistas.”



Fuente

Vigencia y reivindicación del sociedalismo


Vigencia y reivindicación del sociedalismo. Por una constitución orgánica de España

por Manuel Fernández Espinosa – En una España que a cada día que pasa se desconoce más a sí misma no puede, por desgracia, extrañarnos que el nombre y apellidos de D. Juan Vázquez de Mella y Fanjul haya sido recientemente reflotado del olvido en una de esas polémicas absurdas en que se empeñan aquellos que, por no tener otra cosa que hacer, no saben otra cosa que quitar rótulos del callejero. Sin mayor conocimiento de quién fue Vázquez de Mella, se le despojó del honor merecido de dar nombre a una plaza para poner en lugar de su nombre el de Pedro Zerolo: nos gustaría poder decir que eso fue como desvestir a un santo para vestir a otro, pero tendríamos que preguntarle a San Pedro Apóstol si Zerolo ha sido admitido en el cielo o no y no tengo el mínimo interés en saberlo.



La ocasión fue, no obstante, propicia para airear el nombre del pensador tradicionalista español. Si no le hubieran arrebatado su nombre a la plaza, allí se hubiera quedado el rótulo “Vázquez de Mella” criando telarañas, para que cualquier indocumentado le atribuyera el irreal mérito de ser un militar de la Guerra de la Independencia o vaya usted a saber, con la manía obsesiva que cunde, buenamente lo hubieran hecho un general de Francisco Franco. Y ni una cosa ni otra: nació Vázquez de Mella en Cangas de Onís el 8 de junio de 1861 y pasó a mejor vida el 26 de febrero de 1928 en Madrid, ni vio a los napoleónicos ni tampoco tuvo que vivir ese fracaso de la convivencia nacional que fue la Guerra Civil de 1936-1939. No obstante, la ocasión que produjo aquel despótico atropello podía haber sido mucho más aprovechada si se hubiera acometido una exposición del cuerpo de ideas sociales y políticas que el íntegro cuan lúcido Vázquez de Mella encarnó y expuso a lo largo de su vida y su obra toda, con la coherencia que en lógica y vida lo caracterizaba. Pero, ya sabemos que algunos estaban más ocupados en descubrir el pensamiento católico de los ingleses, como estamos harto acostumbrados.

La obra escrita de Vázquez de Mella se compone de discursos parlamentarios, circunstanciales y artículos periodísticos de calado y algún libro. La circunstancialidad de algunos discursos no invalida las premisas y las consecuencias de lo más importante que en estas piezas oratorias -y literarias- aporta el tribuno. Merece, a nuestro juicio, que explanemos algunas de las ideas medulares cuya vigencia nos parece que salta a la vista y ello sin que nos propongamos una exhaustiva exposición del pensamiento vazquezmellista que sería digno de mayor consideración.

Calificar a Vázquez de Mella como “carlista” a secas denota la ignorancia de los avatares políticos de su biografía. Baste decir que el 11 de agosto de 1919 en el casino de Archanda Vázquez de Mella se apartaba (por razones que no voy a detenerme en glosar) del carlismo oficial, cifrado en el pretendiente carlista del momento, D. Jaime de Borbón. Esa fecha puede tomarse como fundación del Partido Católico Tradicionalista que lideraría nuestro pensador y tribuno.

Tradicionalista español sí que lo fue, por supuesto que sí. Pero debiéramos tener en cuenta que el tradicionalismo español, aunque históricamente se haya concretado en comuniones o partidos políticos, no es un partido político; bien lo vio el Conde de Rodezno cuando escribió en el prólogo del Tomo XVI de las Obras de Mella que: “…el Tradicionalismo (no es) un partido, sino un sistema de estructuración nacional, una constitución orgánica de la Nación“.

Por muchos motivos, el tradicionalismo ha sido identificado con el carlismo. Esta identidad fue cierta en algunos momentos históricos que, por dramáticos que fuesen, encontraron la situación favorable para que esto fuese así: la Primera Guerra Carlista o la Tercera Guerra Carlista del siglo XIX. Sin embargo, el desenvolvimiento histórico nos ha traído a una situación a simple vista paradójica: el carlismo ha venido a quedarse a día de hoy sin un pretendiente indiscutible capaz de aglutinar no ya a todos los tradicionalistas, sino a todos los que se auto-intitulan carlistas. Digo “a simple vista paradójica” por la estrecha relación entre tradicionalismo hispánico-carlismo-monarquía tradicional, pero esto -con ser problemático- no puede ser ninguna excusa para perderse y accionar en el vacío: al hilo de nuestra dilatada historia nacional tenemos ejemplos que demuestran que los españoles tradicionalistas hemos sabido mantenernos firmes incluso en ausencia de un Rey y en circunstancias muy críticas: ahí está nuestra Guerra de la Independencia. Es deseable que haya un Rey con legitimidad de hecho y de derecho, por supuesto; pero la historia demuestra que eso no es imprescindible.

Así pues, aligerado de la cuestión dinástica: ¿cuál diríamos que es la medula del tradicionalismo español en política?

Y es aquí cuando hemos de apelar al pensamiento de Vázquez de Mella. El bastión que defendemos y defenderemos es, a la luz de sus enseñanzas, la concepción de la sociedad que afirma y a la que nos adherimos intelectual, voluntaria y sentimentalmente, negando la sociedad artificial que como una impostura liberal (o en su versión de impostura marxista) se ha impuesto. Y para cifrar ese núcleo doctrinal Vázquez de Mella acuñó un vocablo que reivindicamos ahora: sociedalismo. Los tradicionalistas españoles, en ausencia de una solución dinástica que encarne las pretensiones de nuestro ideario, nos confesamos sociedalistas. La expectación de un Rey por venir no puede por más tiempo paralizarnos y, menos todavía, cuando España está sufriendo a día de hoy, a manos de la globalización y los tirones separatistas, la mayor crisis de identidad política, social y metafísica que ha sufrido nunca.

¿Qué es el sociedalismo?

El sociedalismo es, con palabras de nuestra época, un comunitarismo autóctono anterior a los comunitarismos extranjeros importados. Toda una concepción del hombre español (el hombre abstracto es una fantasmagórica entelequia) y sus relaciones con los demás hombres en el mundo que lo circunda; y esta interacción no la hace el hombre simple y exclusivamente a título individual sino también a título corporativo, pues todo hombre está vinculado a otros hombres en sociedades que pueden ser llamadas “cuerpos intermedios” y que, de existir y ser reforzadas, vienen a defenderlo justamente del poder omnímodo que ejerce el Estado liberal o, allí donde ha estado implantado, el Estado comunista: dos caras del mismo mal, los errores filosóficos del mundo moderno con su séquito de contradicciones, despropósitos e iniquidades. El sociedalismo de Vázquez de Mella que hacemos nuestro parte de una crítica demoledora al concepto de “individuo” que emerge con la modernidad. No es ni puede ser de derechas ni de izquierdas; eso son conceptos modernos que insisten en los mismos errores que denunciamos, condenamos y queremos corregir.

Vázquez de Mella entiende que el individuo aislado “es una creación del filosofismo y de la economía liberal del siglo XVIII, y que hizo su aparición legal en el primer artículo de la Declaración de derechos de 1789“.

Pero ese “individuo”, ese “ciudadano-átomo”, es una ficción moderna, pues “El hombre nace en un ambiente social y en él se forma; en una familia, en un municipio, en una clase; recibe una educación, unas enseñanzas , unas ideas, unas costumbres, una lengua, que existían antes que él viniese al mundo“. Entender, como lo hace el liberalismo, que el individuo se contrapone a la sociedad o que son dos cosas que pueden existir por separadas es “la falsa invención del ente armado con una tabla de derechos solitarios que pacta con la sociedad, sin la que no podría existir“.

Vázquez de Mella acusa a esta torpe concepción de haber suprimido las “sociedades colectivas intermedias” entre el hombre particular y el Estado. Las consecuencias a efectos prácticos se hicieron pronto notar en la revolución francesa con la llamada Ley Le Chapelier que prohibió la “libertad de asociación”, aboliendo los gremios y los “cuerpos intermedios” y creando la ficción de que el “individuo” pactaba directamente con el Estado con lo cual el individuo salía, a todos los efectos, perdiendo.

Mediante la supresión de los “cuerpos intermedios”, mediante decretazo o en su versión más sutil de supeditar toda asociación lícita de abajo al visto bueno y permiso del Estado, se ha consumado la efectiva esclavitud del individuo bajo el Estado.

Para esto debemos considerar que, previamente a la implantación del Estado liberal, existía una red de personas colectivas que quedaron desarticuladas y desmanteladas por la intervención del Estado liberal que, mientras afirmó la propiedad individual, atacó a la propiedad colectiva (el ejemplo son las desamortizaciones decimonónicas), fueron cabalmente esas desamortizaciones ejecutadas desde el Estado liberal las que dieron un golpe mortal a la propiedad colectiva que “empezó muchas veces por un desprendimiento de la propiedad individual” y, alegando el Estado que las personas colectivas eran obra suya, vulnerando el derecho de asociación desde abajo, expropió la propiedad amortizada de la Iglesia y a los municipios de sus propiedades, para “sacarla a subasta pública y repartir el botín entre los amigos.” La desamortización consistió en cambiar la forma de la propiedad corporativa (de todos o de los más) en propiedad individual (de pocos): “la desamortización fue un latrocinio de una parte de la clase media, no sólo contra la Iglesia, contra la aristocracia y contra la Monarquía, sino principalmente contra el pueblo“. (Las citas literales de éste párrafo de arriba y las de abajo son todas del volumen XXV de las Obras Completas de Vázquez de Mella, Junta de Homenaje a Mella, año 1934)

La consecuencia lógica que siguió a este expolio liberal y burgués fue el socialismo que postulará que si la propiedad corporativa ha podido cambiar su forma a propiedad individual, cabe, tomando el poder estatal por vía legal o a las bravas, cambiar la forma de la propiedad individual en colectiva.

Raimundo de Miguel (1917- 1991) sintetizó los cuatro principios que constituyen este sociedalismo hispánico:

1. El poder reside en el grupo, no en el individuo.

2. Que la autoridad supone una distinción fáctica entre quien manda y quien obedece, siendo una falacia la pretensión pactista que identifica soberano-súbdito por medio del sufragio.

3. Que sin Dios no hay manera de resolver ningún conflicto que surge de la innata igualdadentre los hombres; pues, sin reconocer a Dios, la autoridad sería resultado de la fuerza y no de la ascendencia moral.

4. El poder es de la misma naturaleza, lo mismo en las sociedades inferiores que en el Estado.

Son muchas las consecuencias del análisis de Vázquez de Mella, pero una de las más importantes conduce a rechazar la democracia representativa como un constructo moderno que toma al individuo aisladamente (reducido a un voto de cuatro en cuatro años) e interpone unos falsos intermediarios que supuestamente lo representan a través de los partidos políticos. Pero nuestro rechazo no es, por mucho rechazo que sea, nada eficaz si no apostamos por la constitución y reconstitución de esos cuerpos intermedios que deben sustituir todas las falsas asociaciones políticas artificiales que disuelven la libre acción y realización de la sociedad desde las realidades de abajo, restándonos y hasta aniquilando nuestra libertad real en nombre de libertades retóricas y vacías. Fuente: Raigambre.

Cuba. Guantánamo, un símbolo de abusos contra los derechos humanos


diario-octubre.com

Cuba. Guantánamo, un símbolo de abusos contra los derechos humanos – Diario Octubre

 

 

 

Octubre
El 1 de enero de 2017 Estados Unidos ocupó su puesto, con un mandato de tres años, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, tras haber sido votado para entrar en este órgano clave de derechos humanos en la Asamblea General a finales del año pasado. En su “manifiesto” electoral a favor de su candidatura, Estados Unidos prometió defender los derechos contenidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos, cumplir sus obligaciones contraídas en virtud de los tratados de derechos humanos y colaborar significativamente con los órganos de tratados de la ONU.
Diez días después, el 11 de enero de 2017, se cumple el 15º aniversario de las primeras detenciones en la base naval estadounidense de la bahía de Guantánamo (Cuba), detenciones radicalmente contrarias a la Declaración Universal, y de hecho, a las obligaciones de Estados Unidos en materia de derechos humanos y a las recomendaciones de los órganos de la ONU que vigilan su cumplimiento. Sin embargo, en lo que se refiere a sus obligaciones en materia de derechos humanos, Estados Unidos adopta con demasiada frecuencia un planteamiento selectivo, y en Guantánamo decidió ignorarlas desde el principio.
En estos 15 años, Estados Unidos se ha autoproclamado paladín mundial de los derechos humanos. Y lo hizo incluso mientras recurría a la tortura y a la desaparición forzada, en Guantánamo y en otros lugares. Ha seguido haciéndolo incluso mientras se niega a llevar a la justicia a los perpetradores de estos crímenes de derecho internacional, e incluso mientras bloquea el resarcimiento por violaciones de derechos humanos y guarda en secreto toda la verdad sobre ellas.
La creación del campo de Guantánamo, su funcionamiento y el hecho de que no se haya cerrado son consecuencia de que el Estado estadounidense —sus tres poderes— no considera las detenciones un asunto perteneciente al derecho de los derechos humanos. Por el contrario, las autoridades de Estados Unidos han aplicado un marco de “derecho de guerra” basado en una descabellada resolución del Congreso aprobada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
En la víspera del 15º aniversario, hay 55 personas aún detenidas en Guantánamo, 45 de ellas sin cargos ni juicio. Las otras 10 han sido o están siendo sometidas a unas actuaciones de la comisión militar que no respetan las garantías procesales internacionales y que son vinculantes para Estados Unidos. Seis podrían actualmente ser condenadas a muerte tras ser juzgadas sin las debidas garantías por la comisión.
La base naval de Guantánamo está a punto de tener un nuevo comandante en jefe. El presidente electo Trump ha declarado antes de su elección que mantendrá abierto el centro de detención y que “lo llenará de malos”.
Casi la mitad de los detenidos que siguen en Guantánamo estuvieron recluidos, antes de ser trasladados a la base, en el programa de detención secreta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). El propio Guantánamo fue utilizado por la CIA como “lugar negro” durante 2003 y 2004. La desaparición forzada y otras formas de tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes eran parte integral del programa de la CIA. Y la impunidad en relación con este programa continúa.
Amnistía Internacional sigue pidiendo al presidente Obama, incluso en el breve tiempo que le queda antes de dejar el cargo, que cumpla su promesa de poner fin a las detenciones en Guantánamo y que lo haga con arreglo a las obligaciones de Estados Unidos en materia de derechos humanos. Han pasado casi siete años desde el plazo original para el cierre. Aunque su gobierno ha culpado al Congreso de bloquear la medida, en virtud del derecho internacional, la legislación y la política nacionales no son excusas legítimas para que un país no cumpla sus obligaciones contraídas en virtud de los tratados.
No es probable que Estados Unidos aceptase esas excusas por violaciones de derechos humanos si las ofrecieran otros gobiernos. El resto del mundo no debería aceptarlas de Estados Unidos.


Hay negocio jugoso para España con venta de armas a Arabia Saudí

Hay negocio jugoso para España con venta de armas a Arabia Saudí

 

 

 

España sería cómplice de crímenes en Yemen si vende 5 corbetas a Arabia Saudí. Así lo han advertido las oenegés pertenecientes a la campaña Armas Bajo Control.

Dicen que de realizarse esta operación, España podría convertirse en cómplice de la comisión de atrocidades en el conflicto de Yemen, porque las corbetas pueden utilizarse para llevar a cabo ataques militares directos a la población civil, ataques indiscriminados o para mantener el bloqueo naval, que impide el acceso de la ayuda humanitaria. Las organizaciones lo han avisado dos días antes del viaje del rey Felipe VI al país árabe.
El periodista Francisco José Saavedra aborda el tema desde las Palmas de Gran Canaria (España) en una entrevista con HispanTV.

Los mitos económicos que impiden a los gobiernos gobernar






Los mitos económicos que impiden a los gobiernos gobernar




Juan Torres López – Consejo Científico de ATTAC España

Decir que desde hace años los gobiernos apenas tienen capacidad de maniobra para poder tomar decisiones en asuntos económicos es hoy día una obviedad. Tenemos a nuestro alrededor multitud de casos que lo demuestran y ya casi ni se disimula: la razón de mayor peso que se utiliza para justificar lo que se hace en materia de política económica es precisamente que los gobiernos deben someterse a “las leyes” de los mercados, a lo que establecen los organismos internacionales o a ciertos imperativos que no siempre se es capaz de explicitar pero que todo el mundo ha terminado por saber que son los determinantes a la hora de tomar decisiones.

Los procesos históricos que han dado lugar a este hecho son muchos y tienen que ver con la extensión del neoliberalismo como una respuesta tan compleja como eficiente a la gran crisis estructural del capitalismo que se desencadenó a lo largo de los años sesenta y setenta del pasado siglo.

El neoliberalismo ha sido una respuesta compleja, yo diría que muy compleja, porque hizo frente al mismo tiempo a problemas muy diversos y de forma entrelazada que tenían que ver con una crisis triple:

– de producción, derivada de la saturación de los mercados que había hundido la tasa de beneficios del capital.

– del modo de regulación, que ya no podía seguir basándose en el reparto de las cargas, en los altos salarios y en la abundancia de bienes públicos financiados con políticas fiscales que se utilizaban como instrumento de estabilización. Sencillamente, porque los grupos sociales de rentas más elevadas se negaban a seguir financiando con sus impuestos el bienestar ajeno y reclamaban para sí más renta y más poder de decisión.

– de legitimación, producida cuando el paro y la pobreza rompían el consenso fordista.

Al abordar esos tres frentes de modo conjunto (entrelazado, como diría Morin, es decir, complejo) el neoliberalismo se convirtió no solo en la respuesta de política económica que se necesitaba, proporcionando un nuevo marco productivo de la mano de una extraordinaria revolución tecnológica que globalizó los mercados y una nueva regulación macroeconómica. Fue en realidad mucho más: una solución civilizatoria porque lo anterior solo fue posible al ir unido a un cambió en los valores e incentivos sociales y en la percepción que de sí mismos tenían los seres humanos. La ruptura de los lazos de socialización, la segmentación, el individualismo y la atomización d ella vida social crearon otro mundo y otro tipo de seres sociales (casi me atrevería a decir que asociales), y una diferente civilización concebida exclusivamente con el fin de facilitar la recuperación de la tasa de beneficio.

Con esa triple respuesta, el neoliberalismo ha propiciado un entorno de libertad para el capital que ha permitido que las democracias representativas que habíamos conocido dejaran de ser una restricción, en tanto, que instituciones de contrapeso y freno mutuo, a la hora del reparto. Algo que ha sido posible, a su vez, como consecuencia de varios fenómenos que igualmente constituyen el entramado esencial de las políticas neoliberales:

– La consolidación de un poder monetario privado, al margen efectivo del debate político, que condiciona y encuadra al resto de las políticas económicas. La libertad de movimientos del capital, la independencia de los bancos centrales y el fortalecimiento de la capacidad de maniobra de los fondos y entidades financieras han sido los factores que principalmente han contribuido a este fenómeno contemporáneo que hace que, en la práctica, los gobiernos tengan completamente atadas las manos frente a los mercados, que no son otros que los grandes propietarios de capital, que se consideran a sí mismos los amos del mundo.

– El incremento voluntariamente planificado de la desigualdad, del desempleo y el empleo precario y de la deuda a través de políticas deflacionistas, es decir, las que (con la excusa de combatir la inflación) suponen un freno permanente para la generación de actividad económica provocando artificialmente escasez de ingreso y empleo. Con menos empleo y menos demanda (por ser tan bajos los salarios) los grandes empresarios obtienen menos beneficios (puesto que les sería económicamente más rentable el pleno empleo) pero gracias a la sumisión y a la debilidad que esas condiciones laborales generan en las masas trabajadoras, pueden disponer de más poder político que a la postre es lo que les asegura su dominio sobre el conjunto de la sociedad.

– El inevitable crecimiento de la desigualdad como resultado de la pérdida de impulso redistributivo de las políticas gubernamentales o incluso de su reorientación para favorecer a los grupos sociales ya de por sí más favorecidos.

– El aumento de la deuda (el negocio diario de la banca) como una auténtica nueva forma de esclavitud.

– La complicidad cada vez mayor entre el poder económico-financiero y el mediático que el impulso de las concentraciones de capital está llevando hasta extremos realmente insospechados: uno o dos grupos empresariales, o uno, o incluso simplemente alguna persona aislada, controlan la totalidad de la oferta de medios (sobre todo audiovisuales) en muchos países, uniformando la opinión pública e imponiendo el pensamiento único que domina las decisiones económicas.

Todo ello, unido a un entramado y medio ambiente institucional en donde prácticamente ha desaparecido la posibilidad de que la gente corriente pueda pedir cuenta a quienes en su nombre operan en las instituciones públicas, está produciendo un auténtico “desmantelamiento” de la democracia, en palabras de Habermas. Unica forma de que se puedan seguir aplicando las políticas que convienen a los grandes grupos económicos y muy en especial a la banca pero que no desean las mayorías sociales (como demuestran claramente todo tipo de encuestas), autoalimentándose así constantemente los procesos que permiten aumentar el beneficio y la concentración del poder.

Pero todo eso no hubiera sido posible si no se hubiera desarrollado e impuesto al mismo tiempo un discurso teórico que diera carácter científico y por tanto indiscutible a las políticas económicas con las que se han ido poniendo en marcha tales procesos y consiguiendo el objetivo principal de aumentar el beneficio del capital. Un discurso que ha calado tan hondo que hasta es defendido en amplios sectores del centro-izquierda.

El credo macroeconómico neoliberal

El principio teórico central de la economía neoliberal es doble. Por un lado, que los gobiernos democráticos y los bancos centrales con preferencias representativas (es decir, reflejo democrático de las mayorías sociales) tienden a generar ineficiencia y altas tasas de inflación y, por otro, que la política fiscal genera distorsiones a largo plazo sobre la acumulación y la distribución, por lo que debe reemplazarse por la política monetaria a la hora de manejar la demanda agregada. Y de ambos principios se deduce, por tanto, que los mecanismos o instrumentos que se venían utilizando para corregir los desequilibrios macroeconómicos, las intervenciones fiscales o monetarias, son rechazables y que su uso está prácticamente erradicado o limitado a condiciones y circunstancias extraordinarias o excepcionales y, en alguna de sus manifestaciones, incluso ni a estas últimas.

Para poder llegar a esa conclusión era necesario, a su vez, invertir el modo de analizar los problemas macroeconómicos al menos en tres cuestiones esenciales:

– Contemplar los fenómenos económicos como de naturaleza individual y no como comportamientos agregados.

– Considerar los problemas que expresan elecciones discrecionales de los gobiernos o de otros grupos sociales como problemas que se reducen al comportamiento del llamado “agente representativo”, aquel cuyas elecciones tienen la propiedad de representar los intereses de toda la sociedad.

– Trasladar los automatismos de mercado al ámbito del comportamiento de los gobiernos.
De ahí se deducían importantes consecuencias prácticas: ya no resultaba necesario que los gobiernos tuviesen que incidir sobre los desequilibrios macroeconómicos y solo los bancos centrales (en el estrecho marco de los objetivos que le sean asignados como autoridad independiente del gobierno) tendrían capacidad para manejar los resortes que pudieran mover de su sitio a las economías.

Como por arte de magia, desaparecían tanto los agregados sociales en conflicto como la política macroeconómica como tal, es decir, la intervención discrecional de los gobiernos o, lo que es lo mismo, su actuación a partir de las diferentes preferencias reveladas en la sociedad. Así es como la economía deja de necesitar a la política o a cualquier exigencia de criterio democrático y representativo que se supone que debe darse cuando se trata de resolver problemas sociales, de agregados con intereses diferentes.

La consideración tradicional de los problemas económicos más relevantes para las naciones había partido de entender que había que alcanzar un cierto equilibrio macroeconómico para poder resolverlos y que éste se definía en relación con varios objetivos vinculados al nivel de actividad, a los precios y a la distribución que podían alcanzarse a través de una adecuada combinación de política fiscal y monetaria. El soporte teórico de esta consideración había partido del modelo keynesiano que fue remozándose a lo largo del tiempo (incluso desde los planteamientos más heterodoxos o críticos) para poder integrar en él el largo plazo, las imperfecciones más complejas de los mercados, la incertidumbre y otras circunstancias que inicialmente no habían sido tenidas en cuenta a la hora de fundamentar teóricamente la política macroeconómica de los gobiernos.

Pero justo a medida que iba larvándose la crisis que haría necesaria la respuesta política neoliberal se desarrollaba con semejante ímpetu la crítica a los postulados que daban soporte teórico a la política macroeconómica y redistributiva y estabilizadora y no solo por pacíficos cauces académicos sino de la mano de una efectiva represión de las voces más críticas en la inmensa mayoría de los centros y revistas económicas de mayor prestigio..

Los monetaristas, con todo el apoyo político y mediático del stablismnet y encabezados por Milton Friedman, comenzaron a poner las primeras objeciones. Por un lado, trataban de demostrar que la política presupuestaria generaba lo que llamaban un efecto expulsión de la inversión privada y que, por tanto, lo que conseguía no era sino neutralizar su posible efecto expansivo. Y, por otro, ponía en cuestión la efectividad de la política presupuestaria como motor la actividad y de la estabilidad a partir de tres ideas principales:

– Siempre iba a existir, decían, lo que llamarían una tasa natural de paro, es decir, un nivel de paro mínimo por debajo del cual todo intento de reducción iba a provocar subida de precios. Se trataba del sofisticado argumento teórico que algunos políticos y dirigentes traducirían en un lenguaje más coloquial en los años en que se aplicaban más contundentemente estas ideas monetaristas diciendo que “no era bueno” que el paro bajase por debajo de ese determinado nivel, cuya determinación animaban a calcular por doquier.

– Los asalariados estaban sometidos a lo que se llamaba ilusión monetaria, es decir, que no serían capaces de discernir entre salarios reales y nominales y que cuando se produjera subida de precios creerían que en realidad había mejorado su poder adquisitivo.

– El valor de cualquier variable dependía de su valor pasado y los agentes económicos siempre serían capaces de disfrutar de expectativas anticipativas, de modo que podrían corregir sus propios errores.

Dándose estas tres circunstancias, si en la economía se daba una tasa natural de paro con cierta inflación el efecto de una expansión presupuestaria adoptada con el fin de mitigar el desempleo tendría efectos contrarios a los deseados. Al principio se produciría una efectiva reducción del paro porque bajarían los salarios reales al haber alza de precios, sin que la ilusión monetaria dominante lo percibiera. Pero, más tarde, los asalariados corregirían esa ilusión y se irían provocando demandas salariales reales que provocarían la disminución de la demanda de trabajo, dándose lugar a una situación en la que habría más paro y precios más elevados que antes de darse el impulso fiscal expansivo.

Más tarde, los llamados nuevos economistas clásicos pusieron en cuestión incluso el inicial efecto expansivo de la política fiscal a corto plazo porque, en su opinión, los agentes no sólo actúan con expectativas adaptativas sino que anticipan racionalmente los fenómenos económicos gracias a que disponen de perfecta información sobre lo que ocurre en el sistema económico y ello les permite saber perfectamente los efectos de las intervenciones del gobierno. Puesto que entonces no habría ilusión monetaria, el incremento de los salarios reales que paraliza el efecto positivo de una expansión fiscal sobre el empleo se produciría desde el principio, también a corto plazo.

Incluso Robert Barro planteó que cualquier déficit presupuestario ni siquiera tendría efecto alguno sobre el sistema económico porque los agentes sabrán que en el futuro se establecerían impuestos para financiarlo y, llevados por su conducta racional, ahorrarían desde el principio el incremento de renta que pudiera haber producido el impulso fiscal para pagarlo en su momento.

Entonces, si ni siquiera los déficit presupuestarios que son las actuaciones fiscales con supuesta mayor capacidad para impulsar la actividad tienen efectos reales sobre el consumo, y no generan el efecto multiplicador de la renta con el que se justificaba la necesidad de utilizar la política coyuntural para resolver los desequilibrios, lo que se deduce es que no hay razón alguna para utilizar esta forma de regulación. Hay que prescindir, pues, de un tipo de intervención pública que, sin embargo, sí es costosa debido al aparato administrativo que comporta, por los desincentivos a la asignación que puede provocar a través de los impuestos y a causa de los disturbios que cualquier intervención exógena provoca en los mercados.

El complemento indispensable a este planteamiento sería el de Robert Lucas cuando afirmó que, a diferencia de lo que ocurría con la política fiscal, sólo la política monetaria podría tener efectos sustantivos sobre la actividad si se basaba en reglas simples y de neutralidad, puesto que sólo entonces sería consistente con ellas el comportamiento de los agentes.

“Casualmente”, esa política monetaria (de tanto o más efecto efecto distributivo como la fiscal) es manejada por los bancos centrales, instituciones a las que al mismo tiempo se les declaraba independientes (de la voluntad ciudadana que no de los grupos de presión) para que no tuviera que someterse a ningún tipo de nociva restricción democrática.

De todo ello se deducían una serie de auténticos mitos que a fuerza de repetirse se han convertido en los mantras que permiten aplicar las políticas económicas neoliberales en medio de un gran consenso: hay que bajar salarios y flexibilizar los mercados laborales para crear empleo o para ser más competitivos, las empresas privatizadas funcionan mejor que las públicas, las políticas fiscales no aumentan la renta nacional cuando se aplican, el gasto público expulsa a la inversión privada y disminuye el ahorro, el Estado de bienestar es insostenible, la deuda pública y la privada en general es la consecuencia de que los hogares se endeuda más de lo necesario, los mercados financieros resuelven por sí solos sus problemas y lo mejor es que no se sometan a ningún tipo de reglas o controles gubernamentales… La mayoría de ellos, como lo fue en su día todo el discurso teórico de la competencia perfecta, no pasan de ser formulaciones retóricas de gran apariencia formal pero irreales o, al menos, sin validación suficiente en la práctica de las economías. Mitos que nunca han podido ser confirmados empíricamente con suficiente rigor o que, incluso a pesar de haber sido empíricamente refutadas en algunos casos, se siguen manteniendo como verdades absolutas en la academia y en la práctica política de los gobiernos, los organismos internacionales o los bancos centrales porque, como ha reconocido un economista tan ortodoxo como Lawrence H. Summers, los economistas son muy reacios a la hora de adaptar sus opiniones a la realidad de los hechos: “invito al lector … a que identifique una hipótesis significativa acerca del comportamiento económico que haya caído en descrédito debido a una prueba estadística formal”.

Durante mucho mucho tiempo estas ideas han servido de guía indiscutida para aplicar sin apenas limitaciones la política neoliberal pero los hechos han terminado por ser demasiado tozudos. La globalización no ha resultado tan beneficiosa para todos como se decía; los mercados financieros sin control son la fuente de toda clase de desmanes y crisis; el euro no protege por igual a sus socios sino que aumenta las asimetrías y desigualdades; menos salarios no equivalen a más empleos; salvar solo a la banca no garantiza que toda la economía vaya mejor, la austeridad neoliberal no disminuye la deuda… y las democracias de cada vez menos intensidad no solo dan más libertad a los grupos poderosos sino que facilitan la corrupción de quienes defienden sus intereses en las instituciones… todo lo cual siembra una desconfianza generalizada en los discursos y en las instituciones que amenaza de nuevo con poner en cuestión el orden establecido.

Los mitos neoliberales fueron útiles para llevar a la sociedad al “nuevo medievalismo” del que habló Hedley Bull y que implica la renuncia efectiva al Estado no sólo como espacio político sino como ámbito en el que se suscribe colectivamente una moral social, las lógicas elementales que merecen ser compartidas, la ética de mínimos sin la que cualquier sociedad termina por convertirse en una selva donde es imposible vivir en armonía, con bienestar y en paz. Han servido para justificar que los gobiernos no gobiernen dejando así que lo hagan tras las bambalinas los grandes grupos de poder.

Pero se trata de un discurso y de un proyecto civilizatorio que está saltando por los aires. Los cambios aparentemente sorpresivos que estamos viviendo últimamente no son sino la prueba de que el capitalismo de nuestros días no se justifica ya con la retórica neoliberal de los años pasados. Necesita un discurso diferente y lo lamentable es que, en ausencia de alternativas reales y sin un imaginario colectivo que sitúe la esperanza social en otro espacio diferente, lo que se está abriendo paso es un relato oscuro y terrible cuyas consecuencias son bien conocidas, sobre todo, en Europa, la misma Europa que parece no inmutarse cuando despiertan los mismos demonios de antaño.

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EL NOVEDOSO HELICÓPTERO SECRETO RUSO KA-58 FANTASMA NEGRO

EL NOVEDOSO HELICÓPTERO SECRETO RUSO KA-58 FANTASMA NEGRO

¿Mito o desarrollo avanzado en perspectiva?.

Hasta la fecha de hoy , sobre este helicóptero Ka-58 "fantasma Negro", no se sabe si será realmente existente, o es demasiado pronto para decirlo. Y tal vez no sea necesario. La evidencia de su existencia son solo algunas conjeturas hechas por los modelistas de diseños de aeronaves, partiendo de un modelo lanzado hace unos años por la empresa "Zvezda". ¿Sin embargo, esto no es asi de simple, ya que en la caja y los detalles del modelo de la empresa Zvezda fueron estampadas las palabras «Fabricado bajo licencia de Kamov»?


La situación que se provocaria con la protección del copyright en este caso seria latente, y por tal razon no puede permitirsele a "Zvezda" que por un capricho mencione en el envase de sus propios productos, el nombre de la oficina de diseño de helicópteros Kamov, es decir, si se hace una copia aun sea esta de tipo modelo y se especifica que se hace bajo licencia, esto significaria la existencia del modelo copiado.  Tales hechos alimentaron la curiosidad del público y los aficionados pidieron directamente a los representantes de la empresa "Kamov" una explicacion sobre la realidad de la existencia del Ka-58, A lo que los representantes de la compañía solo dijeron:

" A Todas sus preguntas con relacion al modelo del Ka-58 - de la compañia " Zvezda " nuestra respuesta sobre este asunto es que No podemos hacer comentarios ".

"El Fantasma Negro" sin duda es el bebé de la empresa Kamov, pero en el nivel de diseño
prototipo.


Este es el concepto de un helicóptero del futuro, lo que demuestra el potencial de los ingenieros rusos. Si bien, algunas personas de los " círculos bien informados” aseguran que el helicóptero ya existe, que es un hecho, aunque por el momento sólo se ha visto en el diseño.

Con muy poca información, estas personas resumen las características conocidas del Ka-58 "fantasma Negro" y hablan de él como una máquina real.

Ka-58 fantasma Negro

El último helicóptero polivalente

El helicóptero Ruso de rotor coaxial ( "Tiburón Negro") Ka-58 es el sucesor de sus predecesores tradicionales conocidos, el Ka-50 y más tarde Ka-52 ( "cocodrilo"). De acuerdo a sus características, el "Fantasma Negro", como todos los helicópteros anteriores diseñados por la empresa Kamov, tiene un esquema coaxial. Su esencia radica en la ausencia del rotor de posición posterior y que tiene dos delante que giran en direcciones opuestas. Una ventaja importante de esta aeronave es que es parcialmente invisible al radar. El Helicóptero invisible Ka-58 "fantasma Negro" está hecho con tecnología de sigilo.


Armado y peligroso.

El helicóptero tiene un aspecto temible. La nave consta de los elementos angulares. La Alta velocidad permite que el helicóptero aparezca de repente y desaparezca con la misma rapidez. En su fabricación se han aplicado materiales compuestos que han mejorado significativamente el vuelo y las características técnicas del helicóptero. En la cabina del piloto se han usado componentes vitales y fiables cubiertos con placas blindadas.

Principales características.

Velocidad de elevación vertical de 8 metros por segundo.
Altitud máxima de hasta 3600 metros.
Velocidad de crucero máxima de 350 kilómetros por hora.
Número de misiles antitanque, 8.
Número de cohetes no guiados, (NAR), 40.
Cañón de 500 rondas.

Con este tipo de armas a bordo las características del "Fantasma Negro" están en el nivel de la fantasía, el helicóptero es capaz de superar y destruir al enemigo en el llano, en terreno montañoso y en el agua.

Protección y seguridad.

Por supuesto, el helicóptero invisible Kamov, no es 100% inmune. Pero la protección contra proyectiles constituye el nivel más avanzado. Su Armadura detiene correctamente las balas perforantes de 12,7 mm y la metralla de proyectiles de 23 mm. En caso de emergencia se activa el sistema de eyección segura del piloto. Para protegerse contra los sistemas de defensa aérea el helicóptero está provisto de llamaradas - señuelos. Estas son liberadas y desvían los cohetes lejos del vehículo de combate, asumiendo el fuego en ellos mismos.

Claves del anticapitalismo y el antimperialismo hoy





diario-octubre.com
Claves del anticapitalismo y el antimperialismo hoy – Diario Octubre




CUBADEBATE



En esos días del duelo Fidel libró su primera batalla póstuma, y volvió a mostrarle a todos, como en 1953, el camino verdadero.

Hoy, cuando vamos a compartir acerca de los caminos de las luchas –porque lo verdadero son las luchas–, es natural comenzar con la ayuda de Fidel, y emular con sus ideas y sus actos para sacarles provecho, no imitándolos, sino traduciéndolos a nuestras necesidades, situaciones y acciones.

Para sacarle provecho a Fidel, tenemos que evitar repetir una y otra vez lugares comunes y consignas. Conocer más las creaciones y las razones que lo condujeron a sus victorias, las dificultades y los reveses que Fidel enfrentó, lo que pensó sobre los problemas, sus acciones concretas, puede aportarnos mucho, y de esa manera será más grande su legado.

En el tiempo de su vida pueden distinguirse tres aspectos: Fidel, joven revolucionario; el líder de la Revolución cubana y el líder latinoamericano, del Tercer Mundo y mundial Fidel brinda un gran número de enseñanzas, tanto para el individuo como para las luchas políticas y sociales. Quisiera enumerar muy brevemente algunas de las características de su legado que me parecen importantes para nuestros objetivos:

1-Partir de lo imposible y de lo impensable, para convertirlos en posibilidades mediante la práctica consciente y organizada y el pensamiento crítico, conducir esas posibilidades actuantes hacia la victoria al mismo tiempo que se forman y educan factores humanos y sociales para poder enfrentar situaciones futuras, y mediante las luchas, los triunfos y las consolidaciones convertir las posibilidades en nuevas realidades.

2- No aceptar jamás la derrota. Fidel nunca se quedó conviviendo con la derrota, sino que peleó sin cesar contra ella. Me detengo en cinco casos importantes en su vida en que esto sucedió: 1953, 1956, 1970, el proceso de rectificación y la batalla de ideas. En 1953 respondió a la derrota del Moncada con un análisis acertado de la situación para guiar la acción. Cuando todos creían que era un iluso, se reveló como un verdadero visionario. En 1956, cuando el desastre del Granma, respondió con una formidable determinación personal y una fe inextinguible en mantener siempre la lucha elegida, por saber que era la acertada.

En 1970, comprobó que lograr el despegue económico del país era extremadamente difícil, pero entonces apeló a los protagonistas, mediante una consigna revolucionaria: “el poder del pueblo, ese sí es poder”. En1985, fue prácticamente el primero que se dio cuenta de lo que iba a hacer la URSS, que le traería a Cuba soledad, desastre económico y más grave peligro de ser víctima del imperialismo, pero su respuesta fue ratificar que el socialismo es la única solución para los pueblos, la única vía eficaz y la única bandera popular, que lo necesario es asumirlo bien y profundizarlo. Entonces movilizó al pueblo y acendró su conciencia, y sostuvo firmemente el poder revolucionario. En el 2000, ante la ofensiva mundial capitalista y los retrocesos internos de la Revolución cubana en la lucha para sobrevivir, lanzó y protagonizó la batalla de ideas, con sus acciones en defensa de la justicia social, su movilización popular permanente y su exaltación del papel de la conciencia.

No me va a dar tiempo a exponer cada punto, aunque fuera brevemente, así es que me limitaré a mencionarlos, con la intención de estimular el interés en el estudio de Fidel.

3- La determinación de luchar en todas las situaciones. Sería muy conveniente considerar como concepto a la determinación personal, en el estudio de los que se lanzan a lograr transformaciones sociales. La praxis es decisiva.

4- Organizar, fue una constante, una fiebre de Fidel. Ojalá que este sea uno de los temas principales de este taller.

5- La comunicación siempre, con cada ser humano y con las masas, en lo cotidiano y en lo trascendente, es una de las dimensiones fundamentales de su grandeza y es uno de los requisitos básicos del liderazgo.

6- Utilizar tácticas muy creativas, y estrategias impensables, y sin embargo factibles.

7- Luchar por el poder y conquistarlo. Mantener, defender y expandir el poder. Se puede discutir casi eternamente acerca el poder en términos abstractos, pero solo las prácticas revolucionarias logran convertir al poder en un problema que pueda resolverse.

8- Crear los instrumentos y los protagonistas. Tomar las instituciones para ponerlas a nuestro servicio, no para ponernos al servicio de ellas.

9- Ser más decidido, más consciente y organizado, y más agresivo que los enemigos.

10- Enseñar y aprender al mismo tiempo con los sectores del pueblo que participan o que simpatizan, y después con todo el pueblo. Avanzar hacia formas de poder popular.

11- El gran logro cubano, unir la liberación nacional a la revolución socialista.

12- Ser siempre un educador. Hacer educación a escala del pueblo. Que el pueblo se levante espiritualmente y moralmente, para que se vuelva participante consciente y capaz de todo, complejice sus ideas y sus sentimientos y enriquezca sus vidas.

13- Que la concientización esté en el centro del trabajo político, no solo para avanzar y ser mejores, sino para que la política llegue a convertirse en una propiedad de todos.

Siento que la mayor lección que le brinda Fidel a los luchadores de América Latina actual es lo que pensó y lo que hizo entre 1953 y 1962.

Puede ser muy valioso ponernos de acuerdo para estudiar, discutir y socializar ese período.

Desde hace un año estamos oyendo decir que la situación en nuestro continente se ha vuelto cada vez más difícil, por que acontecen hechos adversos a los pueblos, y por la ofensiva del imperialismo y sus cómplices de clases que son a la vez dominadas por él y dominantes en sus países. Aunque parezca que empiezo por el final, quisiera comenzar con un comentario acerca de las relaciones que existen entre dificultades y revolución.

Para los revolucionarios, y durante los procesos de revolución, hay momentos felices y procesos felices, pero en las revoluciones verdaderas no hay coyunturas fáciles. Cuando puedan parecernos fáciles es solamente porque no nos hemos dado cuenta de sus dificultades. Y es así porque estas revoluciones, a las que amamos y por las que estamos dispuestos a todo, son las iniciativas más audaces y arriesgadas de los seres humanos, que emprenden transformaciones prodigiosas liberadoras de las personas y de las relaciones sociales, a tal grado que nunca más quieran, ni puedan, volver a vivir en vidas y sociedades de dominación y de violencias y daños de unos contra otros, de individualismo y afán de lucro. Son revoluciones que pretenden ir creando personas cada vez más plenas y capaces, y realidades que contengan cada vez más libertad y justicia, donde entre todos se logre cambiar el mundo y la vida. Es decir, crear personas y realidades nuevas.

Si lo que acabo de decir le parece imposible al mundo existente y las creencias vigentes en la prehistoria de la humanidad, al sentido común y al consenso con lo esencial que mantiene a las sociedades sujetas al capitalismo, ¿cómo no va a ser sumamente difícil todo lo que hagamos y proyectemos? Si jamás las clases dominantes estarán dispuestas a admitir que se levante el pueblo y adquiera dignidad, orgullo de sí mismo y dominio de la situación, conciencia y organizaciones suyas, a su servicio y eficaces, que esté en el poder y que lo convierta en un poder popular, entonces hay que convenir en que en esas épocas todo se vuelve muy difícil para la causa del pueblo. El joven Carlos Marx avizoraba bien cuando escribió que solamente mediante la revolución podrán los dominados salir del fango en que viven metidos toda su vida, porque los cambios y la creación de nuevas sociedades exigen también liberaciones colosales de los enemigos íntimos que todos albergamos dentro. ¿Cómo no van ser tan difíciles las revoluciones de liberación?

Pero, si miramos bien y no nos dejamos desanimar, constataremos que el campo popular ya tiene mucho a su favor. Entremos con esas armas en un problema inmediato, que no es pequeño. La coyuntura actual expresa de manera escandalosa una carencia del campo popular que se ha ido acumulando en las últimas décadas, al mismo tiempo que esa carencia dejaba de ser percibida como una grave debilidad: la de un pensamiento verdaderamente propio, capaz de fundamentar su identidad en relación con su conflicto irremediable con la dominación del capitalismo, y capaz de servir para comprender las cuestiones esenciales de la época, las coyunturas, los campos sociales implicados y las fuerzas en pugna.

Un pensamiento, por consiguiente, fuerte, convincente y atractivo, al mismo tiempo que útil como instrumento movilizador y unificante de lo diverso, y como herramienta eficaz para guiar análisis y políticas acertadas que contribuyan a la actuación y a la formulación de proyectos.

Esa ausencia del desarrollo de un pensamiento poderoso del campo popular, crítico y creador, puede constatarse ante el estupor y la falta de explicaciones válidas que han abundado frente a los acontecimientos en curso en varios países latinoamericanos, que han registrado diferentes quebrantos, derrotas o retrocesos de procesos que han sido favorables a sus poblaciones y a su autonomía frente al imperialismo en lo que va de este siglo. En lugar de análisis coherentes, profundos y orientadores hemos escuchado o leído más de una vez comentarios superficiales revestidos con palabras que quisieran ser conceptos, o dogmas que quisieran cumplir funciones de interpretación.

Nada se avanza cuando se tilda de malagradecidos a sectores pobres o paupérrimos que mejoraron su alimentación y sus ingresos, y tuvieron más oportunidades de ascender uno o dos peldaños desde el fondo del terrible orden social, porque no han sido activos en defender a gobiernos que los han favorecido, o hasta les han vuelto la espalda en determinados eventos que les aportan triunfos a los reaccionarios. Y hasta se intenta explicar esos sucesos con retazos de una supuesta teoría de las clases sociales, como cuando se repite la proposición absurda de que “se convirtieron en clase media, y ahora actúan como tales”. Es preferible comenzar por ser precisos ante los hechos y partir siempre de ellos, como cuando el dirigente del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, Joao Pedro Stedile, dice: “Tenemos muchos retos de corto plazo para poder enfrentar a los golpistas. La clase trabajadora sigue en casa, no se movilizó. Se movilizaron los militantes, los sectores más organizados. Pero el 85 por ciento de la clase sigue viendo novelas en la televisión”.

Tampoco se va lejos cuando se elaboran y discuten explicaciones de los eventos y las situaciones políticas e ideológicas candentes de la coyuntura a base de menciones acerca del fin de ciclos de altos precios de las materias primas, ni siquiera cuando economistas capaces ofrecen datos serios y añaden el descenso de la dinámica de la economía mundial y otros factores y procesos adversos.

Simplificando un poco más, habríamos tenido unos quince años de victorias electorales, gobiernos llamados progresistas y notables logros por medidas sociales, una fuerte autonomización de gran parte del continente respecto a los dictados de Estados Unidos y avances en las relaciones bilaterales y las coordinaciones de los países de la región hacia una futura integración, solamente porque tuvimos un largo ciclo de altos precios de exportación de las materias primas, algo que es explicable por los avatares de la economía mundial. Y como ahora esta se mueve en otro sentido y bajan los precios, debe terminar el ciclo político y social, y “la derecha” debe avanzar y recuperar sin remedio la posición dominante que había perdido.

Una persona con buena memoria y escasa credulidad se preguntaría enseguida cómo fue posible que a inicios de los años setenta del siglo pasado no sucediera en la región lo mismo que a inicios de este siglo, en cuanto a elecciones victoriosas, buenas políticas sociales y más autonomía de los Estados y horizontes integracionistas. Porque en aquella coyuntura subieron mucho los precios de las materias primas y, además, en buena parte de la región se vivían aumentos más o menos grandes del sector industrial, con ayuda de aquellos redesplazamientos jubilosos del gran capital en busca de maximización de ganancias que hoy tanto disgustan a Donald Trump.

Lo que sucedió entonces fue totalmente diferente: dictaduras, represiones que llegaron hasta el genocidio, conservatización de las sociedades y otros males, que no deben ser olvidados. Por consiguiente, hay que concluir, no es verdad que a determinada situación económica le “correspondan” necesariamente ciertos hechos políticos y sociales, y no otros.

En este caso estamos ante una de las deformaciones y reduccionismos principales que ha sufrido el pensamiento revolucionario, quizás la más extendida y persistente de todas: la de atribuir una supuesta causa “económica” a todos los procesos sociales. Detrás de su aparente lógica está la cosificación de la vida espiritual y de las ideas sociales que produjo el triunfo del capitalismo, que es aceptada por aquellos que pretenden oponerse al sistema sin lograr salir de la prisión de su cultura, y la consiguiente incapacidad de comprender que son los seres humanos los protagonistas de todos los hechos sociales.

Tres procesos sucedidos dentro las últimas cuatro décadas han tenido un gran impacto y muy duraderas consecuencias para nuestro continente.

El estrepitoso final del sistema que llamaban del socialismo real y sus constelaciones políticas en el mundo, con consecuencias tan negativas en numerosos terrenos. El de la imposibilidad para la mayoría de los países del planeta de lograr el desarrollo económico autónomo de un país sin que necesariamente saliera del sistema del capitalismo. La terrible realidad fue la continuación de regímenes de explotación, opresiones y neocolonialismo, sin que fuera posible desplegar economías nacionales autónomas y capaces de crecer en beneficio del pleno empleo, más producción y productividad, servicios sociales suficientes para todos y una riqueza propia que repartir. El tercer proceso fue el de la consumación del dominio de Estados Unidos sobre casi todo nuestro continente. El capitalismo en América Latina transitó un largo camino de evoluciones neocolonializadas, sobredeterminadas por el poder de Estados Unidos, que lo dejó mucho más débil y subalterno.

Las lecciones que nos brindan esos tres procesos están claras y son sumamente valiosas. Una, todos los avances de las sociedades son reversibles, aun los que se proclamaban eternos; es imprescindible conocer qué es realmente socialismo y qué no lo es. Hay que comprender y organizar la lucha por el socialismo desde las complejidades, dificultades e insuficiencias reales, sin hacer concesiones, como procesos de liberaciones y de creaciones culturales que se vayan unificando. Dos, el capitalismo es un sistema mundial, actualmente hipercentralizado, financiarizado, parasitario y depredador, que solo puede vivir si sigue siéndolo, por lo que no va a cambiar. Las clases dominantes de la mayoría de los países necesitan subordinarse y ser cómplices de los centros imperialistas, porque no existe espacio ni tienen suficiente poder para pretender ser autónomos. La actividad consciente y organizada del pueblo, conducida por proyectos liberadores, es la única fuerza suficiente y eficaz para cambiar la situación. Para la mayoría de los países del planeta, serán los poderes y los procesos socialistas la condición necesaria para plantearse el desarrollo, y no el desarrollo la condición para plantearse el socialismo, como dijo Fidel en 1969.

Tres, Estados Unidos hace víctima a este continente tanto de su poderío como de sus debilidades, como una sobredeterminación en contra de la autonomía de los Estados, el crecimiento sano de las economías nacionales y los intentos de liberación de los pueblos. La explotación y el dominio sobre América Latina es un aspecto necesario de su sistema imperialista, y siempre actúa para impedir que esa situación cambie. Por tanto, es imprescindible que el antimperialismo forme parte inalienable de todas las políticas del campo popular y de todos los procesos sociales de cambio.

Como era de esperar, el capitalismo pasó a una ofensiva general para sacarle todo el provecho posible a aquellos eventos y procesos, y establecer el predominio planetario e incontrastado de su régimen y su cultura. El objetivo era, más allá de las represiones y las políticas antisubversivas, consolidar una nueva hegemonía que desmontara las enormes conquistas del siglo XX, manipulara las disidencias y protestas inevitables, y las identidades, impusiera el olvido de la historia de resistencias y rebeldías, y lograra generalizar el consumo de sus productos culturales y el consenso con su sistema de dominación.

Esa ofensiva no terminó, sino que se consolidó como una actividad sistemática, que sigue siéndolo hasta hoy. Es dentro de ese marco general que en cierto número de países de América Latina y el Caribe, que es la región del mundo con mayor potencial de contradicciones que pueden convertirse en acciones contra el sistema, movimientos populares combativos y victorias electorales produjeron cambios muy importantes de la situación general, a favor de sectores muy amplios de la población y de la capacidad de actuación independiente de una parte de los Estados.

La institucionalidad y las reglas políticas del juego cívico no fueron violadas para acceder y mantenerse en el gobierno, pero dentro de ese orden se han logrado reales avances, que sintetizo en seis aspectos: políticas sociales que benefician a amplios sectores necesitados; ejercicios de la ciudadanía mucho más amplios y mejores; cambios muy positivos en la institucionalidad en algunos de esos países; un rango apreciable de autonomía en el accionar internacional; más relaciones bilaterales latinoamericanas; y adelantos en las relaciones y coordinaciones de los países de la región, bajo la advocación de la necesidad de una integración continental.

No me detengo en esas nuevas realidades, que han alentado muchas motivaciones y esperanzas de avanzar hacia cambios más profundos, y han recuperado la noción del socialismo como el horizonte a conquistar, pocos años después de aquel colapso europeo que el capitalismo pretendió que fuera definitivo a escala mundial. Pero si quiero enfatizar dos cuestiones que el militante social y político debe analizar, conocer y manejar en sus prácticas. Primera, cada país tiene características, dificultades, acumulaciones históricas y condicionamientos que son específicos de él y resultan decisivos, al mismo tiempo que existen rasgos y necesidades comunes a la región que pueden ser fuente de aumento de la fuerza y el potencial de cada país, si somos capaces de desarrollar la cooperación y el internacionalismo.

Segunda, los poderes establecidos en estos países confrontan enormes limitaciones, porque tienen muy poco control de la actividad económica, y padecen la hostilidad de una parte de los propios poderes del Estado y de los medios de comunicación.

Al hacer un balance de 2016, podemos constatar lo específico de cada país. La gran victoria electoral legislativa de la reacción venezolana no consiguió deponer a Maduro, y ahora se encuentra sin fuerza, unidad ni líderes suficientes para intentarlo. Pero en Brasil una pandilla de delincuentes logró todo lo que quiso, sin que haya fuerzas populares organizadas para resistir con alguna eficacia. Los procesos de Bolivia y Ecuador se mantienen fuertes y estables ante sus situaciones específicas, y en Nicaragua el FSLN acaba de ganar otra vez las elecciones muy holgadamente. En México no es probable un triunfo de partidos opositores en 2 018, aunque el prestigio del equipo gobernante está muy deteriorado y existen manifestaciones de protesta y resistencia no articuladas.

Estas especificidades, y muchas otras de tamaño y sentido diferentes, podrían irse enumerando, pero seguiría en pie un problema de gran envergadura: Estados Unidos continúa su ofensiva general dirigida a recuperar todo el control neocolonial sobre América Latina –incluida una “ofensiva de paz” contra Cuba–, y el bloque que forma con los sectores reaccionarios y entreguistas de cada país continúa tratando de cancelar o ir debilitando los procesos de los últimos quince años de la región.

¿Será suficiente el voto, la voluntad popular expresada en las urnas, al menos para defender con éxito las políticas sociales, los funcionarios electos y la legalidad existente, y que ellos no sean burlados, quebrantados o eliminados por la reacción? ¿Podrán seguir existiendo los procesos basados en una institucionalidad sin cambios en el suelo social y político para lograr transformaciones que beneficien a la población y abran paso a sociedades más justas y mejor gobernadas? ¿O, en unos casos, esa vía solo franqueará una forma intermedia de reconstitución a mediano plazo del poder del capitalismo en la región, en apariencia más avanzada que las formas previas, pero que en realidad habría sido solamente su puesta al día, sin afectar a lo esencial del sistema de dominación? Mientras que en otros países del continente se ha permanecido bajo el control del sistema y de camarillas que detentan o administran el poder.

Nada está decidido, ni nuestros enemigos ni nosotros tenemos la victoria al alcance de la mano. Pero albergo la certeza de que las batallas ideológicas y políticas serán las que determinarán la decisión en el enfrentamiento general. Destaco tres direcciones principales para el trabajo de análisis: a) buscar con rigor y sin omisiones todos los datos y todas las percepciones y formulaciones ideológicas que tengan alguna importancia –porque tanto unos como las otras constituyen las realidades que existen–, analizarlas por partes e integralmente, encontrar y formular lo esencial y describir al menos lo secundario; b) examinar y valorar los condicionamientos que sean relevantes para nuestra actuación, institucionales, económicos, ideológicos, políticos o de otro tipo; c) analizar y conocer las identidades, motivaciones, demandas, capacidad movilizativa y grado de organización con que contamos, y lo que está a favor de nuestros adversarios en esos mismos campos, es decir, la correlación de fuerzas. E insisto en que son las actuaciones de los seres humanos la materia principal de los eventos que mañana serán históricos.

La reacción no está proponiendo ideas, está produciendo acciones. No maneja fundamentaciones acerca de la centralidad que debe tener el mercado, la reducción de las funciones del Estado, la apología de la empresa privada y la conveniencia de subordinarse a Estados Unidos. No es a través del debate de ideas que pretende fortalecer y generalizar su dominio ideológico y cultural. El anticomunismo y la defensa de los viejos valores tradicionales ya no son sus caballos de batalla, ni los viejos organismos políticos son sus instrumentos principales.

Desde hace veinte años vengo planteando que el esfuerzo principal del capitalismo actual está puesto en la guerra cultural por el dominio de la vida cotidiana, lograr que todos acepten que la única cultura posible en esa vida cotidiana es la del capitalismo, y que el sistema controle una vida cívica despojada de trascendencia y organicidad.

Lamento decir que todavía no hemos logrado derrotar esa guerra cultural.

Obvio aquí la mayor parte de lo que he expuesto acerca de sus rasgos, los factores a su favor y en contra suya, y sus condicionamientos, y comento solo lo más cercano a nuestro tema. El consumo amplio y sofisticado, que está presente en todas las áreas urbanas del mundo, pero al alcance solamente de minorías, es complementado por un complejo espiritual “democratizado” que es consumido por amplísimos sectores de población. Se tiende así a unificar en su identidad a un número de personas muy superior al de las que consumen materialmente, y lograr que acepten la hegemonía capitalista. La mayoría de los “incorporados” al modo de vida mercantil capitalista son más virtuales que reales. Pero, ¿formarán ellos parte de la base social del bloque de la contrarrevolución preventiva actual? El capitalismo alcanzaría ese objetivo si consigue que la línea divisoria principal en las sociedades se tienda entre los incorporados y los excluidos. Los primeros – los reales y los potenciales, los dueños y los servidores, los vividores y los ilusos– se alejarían de los segundos y los despreciarían, y harían causa común contra ellos cada vez que fuera necesario.

La reproducción cultural universal de su dominio le es básica al capitalismo para suplir los grados crecientes –y contradictorios– en que se ha desentendido de la reproducción de la vida de miles de millones de personas a escala mundial, y se apodera de los recursos naturales y los valores creados, a esa misma escala. Para ganar su guerra cultural, le es preciso eliminar la rebeldía y prevenir las rebeliones, homogeneizar los sentimientos y las ideas, igualar los sueños. Si las mayorías del mundo, oprimidas, explotadas o supeditadas a su dominación, no elaboran su alternativa diferente y opuesta a él, llegaremos a un consenso suicida, porque el capitalismo no dispone de un lugar futuro para nosotros.

Les he aclarado a compañeros que aprecio mucho que el capitalismo no intenta imponer un pensamiento único, como ellos afirman, sino inducir que no haya ningún pensamiento. Está en marcha un colosal proceso de desarmar los instrumentos de pensar y la costumbre humana de hacerlo, de ir erradicando las inferencias mediatas, hasta alcanzar una especie de idiotización de masas.

La situación está exigiendo revisar y analizar con profundidad y con espíritu autocrítico todos los aspectos relevantes de los procesos en curso, todas las políticas y todas las opciones. Esa actitud y las actuaciones consecuentes con ella son factibles, porque el campo popular latinoamericano posee ideales, convicciones, fuerzas reales organizadas y una cultura acumulada. Una enseñanza está muy clara: distribuir mejor la renta, aumentar la calidad de la vida de las mayorías, repartir servicios y prestaciones a los inermes es indispensable, pero no es suficiente. Alcanzar victorias electorales populares dentro del sistema capitalista, administrar mejor que sus pandillas de gobernantes, e incluso gobernar a favor del pueblo a contracorriente de su orden explotador y despiadado, es un gran avance, pero es insuficiente. Vuelve a demostrar su acierto una proposición fundamental de Carlos Marx: la centralidad de una nueva política en la actividad del movimiento de los oprimidos, para lograr vencer y para consolidar la victoria.

Estamos abocándonos a una nueva etapa de acontecimientos que pueden ser decisivos, de grandes retos y enfrentamientos, y de posibilidades de cambios sociales radicales. Es decir, una etapa en la que predominarán la praxis y el movimiento histórico, en la que los actores podrían imponerse a las circunstancias y modificarlas a fondo, una etapa en la que habrá victorias o derrotas.

Comprender las deficiencias de cada proceso es realmente importante.

Pero más aún lo es actuar. Concientizar, organizar, movilizar, utilizar las fuerzas con que se cuenta, son las palabras de orden. No se pueden aceptar expresiones de aceptación resignada o de protesta timorata: hay que revisar las vías y los medios utilizados y su alcance, sus límites y sus condicionamientos. Y hacer todo lo que sea preciso para que no sea derrotado el campo popular. La eficiencia para garantizar los derechos del pueblo y defender y guiar su camino de liberaciones debe ser la única legitimidad que se les exija a las vías y a los instrumentos. Las instituciones y las actuaciones tendrán su razón de ser en servir a las necesidades y los intereses supremos de los pueblos, a la obligación de defender lo logrado y la confianza y la esperanza de tantos millones de personas. Esa debe ser la brújula de los pueblos y de sus activistas, representantes y conductores.

En la época que comienza se está levantando una concurrencia de fuerzas muy diferentes e incluso divergentes, a quienes unirán necesidades, enemigos comunes y factores estratégicos que van más allá de sus identidades, sus demandas y sus proyectos. Y solamente tendrá probabilidades de triunfar una praxis intencionada, organizada, capaz de manejar los datos fundamentales, las valoraciones, las opciones, la pluralidad de situaciones, posiciones y objetivos, las condicionantes y las políticas que están en juego.

La radicalización de los procesos deberá ser la tendencia imprescindible para su propia sobrevivencia. Serían suicidas los retrocesos y las concesiones desarmantes frente a un enemigo que sabe ser implacable, pero lo principal es que –dado el nivel que han alcanzado la cultura política de los pueblos y las esperanzas de libertad, justicia social y bienestar para todos– los movimientos, los poderes y los líderes prestigiosos y audaces solo podrán multiplicar las fuerzas populares y tener opción de vencer si ponen la liberación efectiva de los yugos del capitalismo en la balanza de sus convocatorias a luchar.

La política revolucionaria no puede conformarse con ser alternativa.

La naturaleza del sistema lo ha situado en un callejón sin salida en general, pero su poder y sus recursos actuales le permiten un amplio arco de respuestas contra los procesos en curso, y también puede dejarle un nicho de tolerancia a algunas alternativas mientras combina la inducción y la espera hasta que se desgasten. En la medida en que vayamos obteniendo triunfos y cambios de nosotros mismos, convertiremos las alternativas en procesos de emancipación humana y social.

Mientras exista la opresión, la explotación y la dominación capitalista, no habrá soluciones ni regímenes políticos y sociales satisfactorios para las mayorías, ni serán duraderos. La liberación de los seres humanos y las sociedades es lo que abrirá las puertas a la creación de un mundo nuevo. ¿Parece demasiada ambición? Sí, naturalmente. Pero es lo único factible.

cubadebate.cu



El aspirante al cargo de jefe del Pentágono pone a Rusia en el mismo saco que Daesh


diario-octubre.com

El aspirante al cargo de jefe del Pentágono pone a Rusia en el mismo saco que Daesh – Diario Octubre

 

 

 

Sputnik Mundo
Se trata del discurso que preparó Mattis para cuando se presente ante el Senado que debe confirmar (o rechazar) al nominado en su cargo.
“La guerra civil en Siria desestabilizó Oriente Próximo y contribuye a la desestabilización de Europa (…) al tiempo que el Daesh, Irán y Rusia sacan ventaja de este caos que no responde a los intereses nacionales de Estados Unidos”, dice el texto al que tuvo acceso The New York Times.
El exinfante de la Marina, James Mattis, que dirigió operaciones en todo Medio Oriente antes de retirarse en 2013, fue seleccionado por Trump para desempeñarse como secretario de Defensa.
El Departamento de Defensa prohíbe a los oficiales militares servir como secretario de Defensa hasta siete años después de haber estado en servicio activo con el fin de asegurar el control civil de los militares, por lo que la administración de Trump planea pedir una exención para Mattis.
Daesh, autoproclamado Estado Islámico, es una organización terrorista proscrita en varios países, entre ellos Rusia.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a facciones armadas de la oposición y organizaciones terroristas.
La guerra en este país árabe ha provocado entre 300.000 y 400.000 muertos, según altos cargos de la ONU.

Franco nos quiso matar de hambre"

Franco nos quiso matar de hambre"


"Hoja dorada" de la lucha antiimperialista iraní

"Hoja dorada" de la lucha antiimperialista iraní

La detención de marines de EE.UU. por el CGRI quebró la superioridad del imperialismo en el corazón del Golfo Pérsico, afirma un alto mando militar iraní.


De “épico” ha calificado el subcomandante del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el general de brigada Husein Salami, el ejercicio en que la Fuerza Naval de dicho organismo interceptó dos lanchas militares estadounidense armadas en las aguas de Irán el 12 de enero de 2016, “fecha que constituye una hoja dorada más en la historia de la lucha antimperial y anticolonial de la musulmana nación iraní”, en palabras de Salami.

En un discurso ofrecido este miércoles en un acto público para conmemorar la fecha, el subcomandante persa ha elogiado la valentía, el poderío y la capacidad defensiva de las fuerzas navales del CGRI.

“Cualquier potencia que pretenda infiltrarse en las aguas nacionales del Golfo Pérsico, sea de manera deliberada o no, se las verá con el gran poderío de la Fuerza Naval del CGRI”, ha advertido el general.

Además, el alto mando iraní ha explicado que la detención de los militares estadounidenses no refleja en modo alguno toda la extensión de las capacidades del CGRI, ya que lo primordial en la ‘epopeya del 12 de enero de 2016’ no fue “el aspecto táctico”. Sin embargo, “el suceso es importante porque tuvo lugar para acabar con la superioridad del imperialismo en el corazón del Golfo Pérsico”, ha aducido.

En alusión a los enfrentamientos registrados en los últimos 4 meses en el centro del Golfo Pérsico y Asia occidental, el general Salami ha señalado que cualquier zona en que una potencia ponga en peligro los intereses de los imperialistas se convierte en campo de batalla.

El pasado 12 de enero, el CGRI anunció la detención de dos lanchas militares estadounidenses con 10 marines a bordo (9 hombres y una mujer) que se habían adentrado en aguas de Irán, a unas tres millas de la isla de Farsi, en el Golfo Pérsico, por un fallo técnico en uno de los barcos.

Al día siguiente, Irán comunicó la liberación en aguas internacionales de los marines, luego de que presentaran las debidas disculpas. La Marina de EE.UU. destituyó al comandante de las lanchas, Eric Rasch, máximo responsable del Escuadrón Fluvial Costero 3.


Hispan TV

Como se puede mejorar el proyecto de manual de economía política; Stalin, 1952


diario-octubre.com

Como se puede mejorar el proyecto de manual de economía política; Stalin, 1952 – Diario Octubre

 

 

 

Bitácora Marxista-Leninista

Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Problemas económicos del socialismo en la Unión Soviética, 1952

«Algunos camaradas han «arremetido» con excesivo celo durante la discusión contra el proyecto de manual, han increpado a sus autores por los errores y las omisiones, afirmando que el proyecto no vale. Eso es injusto. Naturalmente, el manual tiene errores y omisiones, cosa que ocurre casi siempre en todo trabajo importante. Pero, no obstante, la gran mayoría de los camaradas que han participado en la discusión ha reconocido que el proyecto puede servir de base para el futuro manual si se introducen en el algunas enmiendas y adiciones. En realidad, basta sólo comparar el proyecto con los manuales de economía política de que disponemos hoy, para llegar a la conclusión de que está a cien codos por encima de ellos. Eso es un gran mérito de los autores del proyecto de manual.
Yo pienso que para mejorar el proyecto de manual sería conveniente designar una comisión no muy numerosa, en la que deberían figurar no sólo los autores del manual y no sólo partidarios de la mayoría de los participantes en la discusión, sino también adversarios de la mayoría, furibundos críticos del proyecto del manual.

Crónicas Imperiales: Desde la invasión de Irak hasta la muerte de Saddam...

Crónicas Imperiales: Desde la invasión de Irak hasta la muerte de Saddam...

La serie de "Crónicas Imperiales" narra de manera breve y concisa las incursiones e injerencias ilegales de EEUU en otros países, desde el punto de vista propagandístico, y aunque con un tono satírico, refleja de manera bastante cercana las mentiras diseminadas por los medios masivos de comunicación sobre estos eventos. Por otro lado, los subtítulos resumen la realidad expuesta por los civiles y periodistas independientes en el terreno.
En esta primera entrega se aborda la invasión y destrucción de Iraq, hasta la condena de muerte - injustificada e ilegal - del presidente Saddam Hussein.


Según se relata en las crónicas existieron hace mucho tiempo tres líderes sanguinarios extraordinarios que soñaron con devastar y saquear liberar una próspera nación soberana un territorio oscuro y sombrío gobernado por un presidente con el apoyo de su pueblo malvado tirano.
© Desconocido
Decididos a materializar su sueño dieron rienda suelta a sus ansias depredadoras su ímpetu humanitario y alistaron a las huestes infernales adoctrinadassus bravos guerreros para entrar en combate sólo para satisfacer su insaciable codicia por defender la verdad y la justicia.
© Desconocido
Sus obedientes soldados valientes guerreros asumieron esta horrorosa y macabra operación honorable misión con sumisión coraje
© Desconocido
Al cabo de algunas semanas habían logrado su objetivo:
la destrucción total de una nación próspera y el sometimiento de su población a una miseria garantizada por años la liberación de aquel oscuro lugar que ahora literalmente brillaba como nunca antes.
© Desconocido
Durante la
campaña de terror honorable labor de estos desgraciados sin sentimientos héroes anónimos, miles de inocentes fueron masacrados de criminales fueron aniquilados.
© Desconocido
Todo fue
horroroso felicidad a partir de entonces. Muchos ciudadanos asesinados disfrutaron del amor de sus seres queridos desgarrados por el dolor de una pérdida incomprensible.
© Desconocido
Las madres amorosas abrazaban a sus hijos
desechas en un solo grito de dolor. En las calles sólo se oía el desolador llanto de las madres buscando a sus hijos y orando para encontrarlos vivos cantos de alegría.
© Desconocido
Los
cadáveres de inocentes bultos de basura se apilaban en las calles...
© Desconocido
Todos los monumentos del
presidente elegido por el pueblo malvado tirano fueron cubiertos...
© Desconocido
..y luego destruidos para
borrar cualquier vestigio de sus existencia liberar definitivamente al pueblo de la opresión del dictador.
© Desconocido
Finalmente el
pobre infeliz víctima de la barbarie de los invasores maldito opresor fue detenido y apresado...
© Desconocido
... y condenado
arbitraria e injustificadamente a muerte a pagar por sus crímenes.
© Desconocido
Finalmente, felices de haber
logrado arruinar la vida de millones de seres humanos y adueñarse de sus riquezas liberado a un pueblo oprimido y sometido por un vil déspota, festejaron con gozo y orgullo su éxito...
© Desconocido