Un proyecto de ley discutido en el seno del Parlamento
ruso se ha convertido en tema candente para algunos medios. Si nos
guiáramos por sus artículos, la situación en Rusia parecería ser
realmente horrorosa.
Así, "el Parlamento ruso ha aprobado en primera lectura la despenalización de la violencia doméstica" (
El País) en una ley que "recogerá el derecho a pegar dentro de la familia" (
El Mundo)
llegando hasta el punto de poder "arañar, morder, pegar, causar
moretones, hacer lo que quiera a un hijo, hermano, padre, abuelo siempre
y cuando solo suceda una vez al año" (
un blog de 20Minutos).
© Desconocido
Una
vez más, pareciera que los rusos y sus políticos estan tomando medidas
realmente indignantes, buscando cómo arreglárselas para sacar fuera sus
crueles y violentos instintos.
Dejémosle a consideración de los lectores la capacidad de los
periodistas de interpretar y transmitir la información correctamente
(más cuando se trata del idioma ruso). El caso es que
de leer sus artículos, los parlamentarios rusos estarían muy sorprendidos por las medidas que están a punto de tomar.
Práctica global
Primero que todo deberíamos apuntar que la violencia familiar no debería
tener lugar en el mundo civilizado, en ninguna de sus formas.
Lamentablemente, este es un problema que aún no ha sido erradicado en la
sociedad moderna y Rusia no es una excepción.
Cada país intenta realizar en la práctica sus medidas para reducir
al mínimo este fenómeno y que en general podrían resumirse en dos
enfoques básicos.
El primero, el restrictivo, el más fácil de realizar para el Estado y,
por lo tanto, el que domina en la mayoría de los países. Está dirigido a
cortar el ciclo de violencia mediante la separación forzada de los
individuos y un severo castigo al potencial agresor que sirva de ejemplo
para los demás.
El segundo, conciliador, más que en castigar, está enfocado en tratar de
preservar la familia y resolver las diferencias mediante un proceso de
pacificación que usualmente viene acompañado de programas de asistencia
familiar y tratamientos sicológicos obligatorios.
El primer método es más efectivo cuando se trata de estadísticas de
violencia familiar, pero no toma en consideración la cantidad de
familias destruidas, niños que han sido separados de sus padres y/o
madres. Además, le abre paso a posibles acusaciones falsas hacia
personas que en muchos casos ni siquiera están sujetos al principio de
presunción de inocencia.
¿De qué trata el proyecto de ley ruso?
Antes que nada, sería bueno aclarar que, a diferencia de lo que muchos medios interpretaron (o quisieron interpretar),
la conclusión de que "pegar a los hijos o la mujer será legal" (
La Vanguardia, a modo de ejemplo)
es simplemente un disparate. Este proyecto de ley
no despenaliza la violencia, sea entre allegados o no.
Cualquier agresión física dirigida hacia otras personas que cause
cualquier tipo de lesiones, ha sido, es y seguirá siendo considerada
motivo suficiente para que se abra una causa penal con un castigo de
hasta 2 años de prisión, indiferentemente de si es la primera vez que
sucede o no. Eso no es tema de discusión en la sociedad rusa.
Lo que sí
se busca es un equilibrio factible entre la protección
de los más débiles y los derechos de las personas que hayan sido
culpadas con falsas acusaciones. En la actualidad, para la
apertura de un caso penal sería suficiente con una denuncia de algún
cónyuge, hijo, vecino o incluso algún anónimo. Esto abre paso al abuso:
nada de inspecciones médicas o conclusiones de expertos, una denuncia y
usted ya estaría siendo procesado en un caso penal con todas las
limitaciones correspondientes.
"El inicio automático de un proceso penal es algo peligroso
porque puede dar paso a una serie de medidas coercitivas, como la
limitación de los derechos paternos o que los menores sean extraídos de
sus familias sin fundamento real, además de crear situaciones de
tensión, cuando los menores se comportan indebidamente y los padres
tienen miedo de tomar medidas restrictivas", explica Elena Mizúlina, una de las fundadoras de esta iniciativa.
Los temas familiares siempre han sido muy delicados. Por una parte,
todos los legisladores rusos concuerdan en la necesidad de combatir la
violencia familiar. Por otra, intentan no caer en la situación de la que
sufren otros países, cuando, aparentemente, el remedio ha sido peor que
la enfermedad.
Principio de sanación de las relaciones, antes de su interrupción
El principio general por el que se rigen los creadores de esta iniciativa es simple:
el Estado no debe favorecer la desintegración de las familias, sino encaminar a las personas a llevar unas relaciones más sanas.
De esta manera la ley busca diferenciar entre una golpiza con
intenciones o no de causar daños a la otra persona (que seguirá siendo
un delito penal) y una actitud indebida en un momento de tensión
familiar, como una bofetada.
"La guillotina no es el mejor remedio para los dolores de cabeza.
Debemos elegir bien los métodos de tratamiento y no los métodos de
amputación. En ese contexto necesitamos también mejorar las medidas de apoyo a la familia", explica la medida Anna Kuznetsova, la comisionada presidencial para los Derechos de los Niños.
De aprobarse este proyecto de ley, el infractor que realice por primera
vez una agresión física leve (sin consecuencias para la salud) será
castigado con una multa de hasta 40.000 rublos (unos 700 dólares), un
arresto de 10 a 15 días o hasta 120 horas de trabajos sociales. En caso
de repetirse, será procesado por la vía penal. Sea como sea...
"Un hombre que le levante la mano a una mujer, no es un hombre",
comparte Serguéi Mirónov, líder de la fracción Rusia Justa en la Duma,
que además apoyó esta iniciativa.
Y en esto último parecen concordar todos los diputados.
Tal como lo demuestra el
artículo, este parece ser otro caso en que la prensa corporativa ha
aprovechado una ocasión para tergiversar lo que sucede en Rusia y
demonizarla al máximo. ¿Cuántas personas que leyeron los titulares
acerca de este tema se interesarán en investigar más al respecto antes
de formarse una opinión firme de que en Rusia son unos malvados que
favorecen la violencia familiar? Ese es el problema, que no muchos lo
harán y, así, la propaganda occidental recorre el mundo en un instante y
se imprime en la mente de miles de personas.