jueves, 15 de noviembre de 2018

¿Cuáles son los retos de la izquierda en la Unión Europea?


rebelion.org

¿Cuáles son los retos de la izquierda en la Unión Europea?

 

 



Es terrible constatar que aquel que se niega a reducir el déficit presupuestario es un gobierno de derechas italiano, en el poder desde el verano de 2018, mientras que los supuestos gobiernos de izquierda respetan la imposición de la austeridad presupuestaria. Los pueblos de la zona euro están cada vez más hastiados de las políticas impuestas por los dirigentes europeos y el gran capital, por ello es urgente que la izquierda radical comience realmente a combatir contra las estructuras de la Unión Europea y de la zona euro. Debemos profundizar su crisis de legitimidad para poner de manifiesto los retos que se presentan ante la población. Hay que adoptar una estrategia internacionalista y anticapitalista de ruptura, y proponer una federación ecosocialista de los pueblos de Europa. Una gran parte de la población aspira a cambios radicales, y si la izquierda muestra que tiene propuestas fuertes y se compromete plenamente a realizarlas, podrá recuperar el apoyo popular. La izquierda debe volver a tener coraje para asumir una visión profundamente radical, internacionalista, feminista, ecologista, antirracista, comunista y libertaria.
Esta ruptura debería hacerse sobre un tema central y concreto: la problemática de las deudas públicas que se utilizan para justificar la prosecución de las políticas de austeridad.
La manera mediante la cual los gobernantes gestionaron la crisis económica y bancaria iniciada en 2007-2008 produjo un aumento masivo de las deudas públicas. A partir de mayo de 2010, la deuda se convirtió en un tema crucial en Grecia y en el resto de la zona euro, afectando a la mayoría de países. El primer programa de 110.000 millones de euros implementado por la Troika impuso a Grecia una política drástica de austeridad, y al mismo tiempo, provocó un enorme y abrupto aumento de la deuda pública griega. El mismo proceso se repitió en Irlanda (2010), Portugal (2011), Chipre (2013) y en España bajo una forma peculiar. En el caso de Italia, en 2018, la deuda pública ha alcanzado el 130 % del PIB .
Estos programas tenían cinco objetivos fundamentales:
1.- Permitir a los bancos privados [ 1 ] recibir ayudas públicas para que no pagasen la factura del estallido de la burbuja del crédito privado que ellos mismos habían creado, y así evitar una nueva crisis financiera privada internacional de gran amplitud. [ 2 ]
2.- Otorgar a los nuevos acreedores públicos, [ 3 ] que sustituyeron a los acreedores privados, un enorme poder de coacción sobre los gobiernos y los Estados de los países periféricos con el fin de imponer una política de austeridad radical, de desregulaciones (en contra de toda una serie de conquistas sociales), de privatizaciones y del refuerzo de prácticas autoritarias (véase el punto 5).
3.- Preservar el perímetro de la zona euro —o sea, mantener dentro de la zona euro a Grecia y a otros países de la periferia— lo que constituye una potente herramienta en manos de las grandes empresas privadas europeas y de las economías que dominan esa zona.
4.- Hacer que la profundización de las políticas neoliberales, en particular en Grecia aunque también en otros países de la periferia, sea un ejemplo y un medio de presión para el conjunto de las poblaciones europeas.
5.- Fortalecer a escala europea (tanto en el ámbito de la UE como de cada Estado miembro) formas autoritarias de gobierno aunque sin recurrir directamente a nuevas experiencias de tipo fascista, nazi, franquista, salazarista o del régimen de los coroneles griegos (1967-1974). Se suelen resaltar los aspectos económicos y sociales, y por consiguiente, no se considera suficientemente el aspecto político autoritario. Esta tendencia autoritaria en el interior de la UE y de la zona euro es, sin embargo, una cuestión central y un objetivo perseguido deliberadamente por la Comisión Europea y el gran capital. Y tiene que ver con el fortalecimiento del poder ejecutivo, el recurso a procedimientos expeditivos de voto, la violación o limitaciones de una serie de derechos, el que no se respeten las opciones votadas por los electores, el aumento de la represión de la protesta social…
Sería necesario aprender del fracaso de la política adoptado por el gobierno de Alexis Tsipras en 2015 para romper con la austeridad. También se debe ser consciente de los límites de la experiencia del Gobierno socialista minoritario de Antonio Costa en Portugal. [ 4 ]
Un enfoque alternativo y favorable a los intereses de la población debe comprender la austeridad, la deuda pública, la moneda, la banca privada, la zona euro, la oposición a las políticas autoritarias y el lanzamiento de procesos constituyentes. El balance del período 2010-2018 en la zona euro es claro: muestra la imposibilidad de salir de la austeridad sin aportar respuestas a esos problemas. Por supuesto que la alternativa debe abordar también otros problemas, y entre ellos, la crisis climática y ecológica, la crisis humanitaria ligada al refuerzo de la Europa fortaleza que condena, cada año, a miles de posibles inmigrantes o demandantes de asilo a una muerte segura en el Mediterráneo, o en otras partes, sin olvidar la crisis en Oriente Próximo. Tenemos que luchar también contra la extrema derecha y el aumento del racismo. La izquierda radical, los movimientos sindicales, sociales, feministas y ecologistas europeos deben tejer alianzas con las fuerzas que resisten en Estados Unidos, después de la elección de Donald Trump. Y entre estas alianzas, especialmente, con el movimiento radical de izquierda alentado por la campaña de Bernie Sanders, y que ha llamado a luchar en primera línea contra Trump y sus proyectos. Igualmente es vital que los movimientos de izquierda radical del continente desarrollen una estrecha colaboración con la izquierda británica y el corbynismo.
Una gran parte de la izquierda radical que tiene representación parlamentaria tenía y tiene todavía una percepción errónea sobre la integración europea en el marco de la UE y de la zona euro. Para decirlo simplemente, esta izquierda ve en la UE y en la zona euro más ventajas que inconvenientes. Considera que ambas son compatibles con el retorno a políticas socialdemócratas, con un poco menos de injusticia, con un poco de reactivación keynesiana.
Es fundamental, teniendo en cuenta la experiencia del año 2015, reforzar el campo de actuación de aquellos y aquellas que no mantienen ilusiones sobre la UE y la zona euro, y que proponen una auténtica perspectiva ecosocialista de ruptura con la UE, tal como está constituida. Hay que partir del hecho de que la UE y la zona euro no son reformables.
En 2015, todos y todas pudimos comprobar que fue imposible convencer, sobre la base que ofrece el sufragio democrático, y por la simple discusión a la Comisión Europea, al FMI , al BCE y a los gobiernos neoliberales de otros países europeos de que se debían tomar medidas que respetaran los derechos de la ciudadanía griega así como de los pueblos en general. El referéndum del 5 de julio de 2015, que esas instituciones combatieron mediante el chantaje y la coerción — el cierre de los bancos griegos cinco días antes del referéndum— no los convenció de la necesidad de hacer concesiones. Por el contrario, burlándose de los derechos democráticos fundamentales, radicalizaron sus exigencias.
Ciertamente, en principio, había toda una serie de medidas que deberían y podrían haber sido tomadas a escala europea para relanzar la economía, reducir la injusticia social, hacer sostenible el reembolso de la deuda y dar oxígeno a la democracia. Yanis Varoufakis, en su condición de ministro de finanzas, había hecho, en febrero de 2015, propuestas que iban en esa dirección. Se trataba de cambiar la deuda griega por dos nuevos tipos de obligaciones: 1) obligaciones indexadas al crecimiento; 2) obligaciones llamadas «perpetuas» por las que Grecia reembolsaría solamente los intereses, pero a perpetuidad. [ 5 ] Realmente, las propuestas de Varoufakis, a pesar de su moderación, no tenían ninguna posibilidad de ser aceptadas por las autoridades europeas.
La Unión Europea y el poder arbitrario del BCE refuerzan los medios de coerción que disponen las instituciones europeas para hacer fracasar una experiencia de izquierda. Es el caso de toda una serie de propuestas que apuntan a aligerar radicalmente el peso de la deuda de Grecia, como la de otros países europeos, mediante la mutualización de deudas, la emisión de eurobonos, etc. Técnicamente, todas esas medidas podrían ponerse en práctica pero en el contexto político y las relaciones de fuerza que prevalecen en la UE los gobiernos progresistas no pueden esperar que Comisión Europea, el BCE y el Mecanismo Europeo de Estabilidad los atienda, los respete y, todavía menos, los apoye. El BCE tiene los medios para asfixiar el sistema bancario de un Estado miembro de la zona euro cortándole el acceso de sus bancos a la liquidez. Como ya se mencionó, el BCE utilizó esa medida en Grecia en 2015.
Con la perspectiva de las elecciones europeas de mayo de 2019, varias fuerzas de izquierda han avanzado propuestas próximas a las de Varoufakis, a pesar de que no tengan ninguna posibilidad de ser puestas en práctica. Efectivamente, es suficiente que algunos gobiernos de la zona euro se opongan para volver imposible la realización de medidas como esas, que necesitan el acuerdo del BCE.
Los tratados se volvieron híper coercitivos en materia de deuda y de déficit. Los tratados se volvieron híper coercitivos en materia de deuda y de déficit. En principio, las autoridades europeas, entre ellas el consejo de ministros, podrían decidir derogar algunas normas teniendo en cuenta la situación de crisis —ya lo hicieron a favor de gobiernos de su cuerda—, [ 6 ] pero está claro que no tienen la más mínima intención de hacerlo. Por el contrario, tanto las instituciones europeas como el FMI y los gobiernos neoliberales combatieron activamente al gobierno griego mientras éste mostraba una gran moderación, ¡Es lo menos que podemos decir! Sin embrago, la mayoría de los medios de comunicación y numerosos dirigentes políticos europeos presentaron a Alexis Tsipras y a Yanis Varoufakis como rebeldes, incluso como radicales antieuropeos. La Troika combatió la experiencia en curso en Grecia entre enero y julio de 2015, con el fin de demostrar a todos los pueblos de Europa que no existían, ni existen, alternativas al modelo capitalista neoliberal.
La capitulación del gobierno de Tsipras no les fue suficiente, los dirigentes europeos y el FMI exigieron y obtuvieron la profundización de las políticas neoliberales, atacando todavía un poco más al sistema de seguridad social, al de pensiones en particular, acelerando las privatizaciones, imponiendo múltiples cambios en el ámbito jurídico y legislativo que constituyen retrocesos estructurales fundamentales a favor del gran capital y contra los bienes comunes . He aquí una lista incompleta: modificación de la legislación para que en caso de quiebra de una empresa, los bancos acreedores pasen por delante de los asalariados y jubilados de dicha empresa; marginación completa de los poderes públicos en el accionariado de los bancos; más poder al organismo privado de recaudación de impuestos; nuevos retrocesos en el régimen de jubilaciones, nuevos retrocesos en el código de trabajo y en el ejercicio del derecho de huelga; nuevas privatizaciones; adaptación de la legislación con el fin de permitir la expulsión forzada de las familias endeudadas de sus domicilios; subasta obligatoria de los bienes de las personas endeudadas vía Internet; represión de los ciudadanos y las ciudadanas que prestan asistencia a las personas amenazadas de desahucio; mecanismo de recortes presupuestarios automáticos en el caso de desvío de los objetivos de excedentes presupuestarios, grabados a fuego en el tercer memorando. Se comprueba también un deterioro del endeudamiento de las familias. Aunque Grecia salió oficialmente del tercer memorando el 20 de agosto de 2018, siguen pesando las mismas medidas coercitivas sobre el presupuesto. El gobierno de Tsipras se comprometió a garantizar un superávit presupuestario primario durante los próximos 10 años. Todas esas nuevas medidas y contrarreformas refuerzan la injusticia y la precariedad. Ninguna reducción del stock de la deuda fue concedida a Grecia y debe continuar pagando a tocateja al BCE y al FMI. [ 7 ]
Se impone una primera conclusión: si no se toman fuertes medidas soberanas y unilaterales de autodefensa, las autoridades nacionales, y los pueblos que las eligieron para romper con la austeridad, no podrán acabar con la violación de los derechos humanos perpetrada a demanda de los acreedores y de las grandes empresas privadas.
Algunos podrían replicar que si un gobierno de izquierda llegara al poder en Madrid, podría utilizar el peso de la economía española (la 4ª de la zona euro de acuerdo al PIB) en la negociación con los principales gobernantes de la zona euro y obtener concesiones que Tsipras no consiguió. ¿Qué concesiones? ¿Un posible relanzamiento de la economía y el empleo por medio de gastos públicos masivos y, por lo tanto, con un déficit público considerable? ¡Se opondrían Berlín, el BCE y varias otras capitales de la zona euro! ¿La posibilidad de tomar muy fuertes medidas con respecto a los bancos? El BCE, apoyado por la Comisión, rechazaría esa opción.
También es seguro que, aunque fuerzas de izquierda radical accedieran al gobierno de países como Portugal, Chipre, Irlanda, Eslovenia y de las tres repúblicas bálticas, no tendrían medios para convencer a la Comisión y a la dirección del BCE de dejarles terminar con la austeridad, detener las privatizaciones, desarrollar los servicios públicos y reducir radicalmente la deuda… Esos gobiernos deberán resistir y tomar medidas unilaterales para defender sus poblaciones. ¿Y si gobiernos de izquierdas asumieran simultáneamente en varios países de la zona euro y exigieran conjuntamente una renegociación? Por supuesto, sería una situación muy buena pero tiene escasas probabilidades de realizarse en poco tiempo, aunque sólo sea por razones de calendario electoral.
¿Un gobierno de la «France Insoumise» en París, por una victoria en las elecciones presidenciales de 2022 y de las fuerzas de la izquierda radical en las legislativas siguientes, podría reformar el euro? Es la hipótesis del equipo de Jean-Luc Mélenchon. Pero podemos dudar razonablemente de esa posibilidad. Admitamos que Jean-Luc Mélenchon accede a la presidencia y constituye un gobierno. Querrá aplicar un conjunto de medidas de justicia social e intentar obtener una reforma del euro. ¿Eso sería posible? Sin embargo, para un gobierno de izquierda en Francia sería totalmente posible desobedecer a los tratados y hacer respetar esa opción, aunque no podrá obtener una reforma profunda del euro. Para lograr esto último serían necesarias victorias electorales simultáneas, tanto en los países del centro como en varios países de la periferia de la zona euro… Dicho esto, es evidente que un gobierno de la «France Insoumise» y de sus aliados que tomase medidas unilaterales a favor de la población de Francia y de los pueblos del mundo — por anulación unilateral de las deudas de Grecia y de los países llamados en desarrollo con respecto a Francia— podría tener un papel muy positivo y movilizador en Europa.
Aunque constatemos lo anterior, no se trata de buscar una salida nacionalista a la crisis o de abandonar el combate. Como lo fue en el pasado, es necesario adoptar una estrategia internacionalista y de promover una federación europea de pueblos opuesta a la continuación de la forma actual de integración, que está totalmente dominada por los intereses del gran capital. También hay que buscar constantemente desarrollar campañas y acciones coordinadas a nivel continental, y más allá, en el ámbito de la deuda, del derecho a la vivienda, de la acogida de migrantes y refugiados, de la salud y la educación públicas, del derecho al trabajo, en la lucha por el cierre de las centrales nucleares, en la reducción radical del recurso a las energía fósiles, en la lucha contra el dumping fiscal y los paraísos fiscales, en el combate por la socialización de los bancos y las aseguradoras, en la acción contra la evolución cada vez más autoritaria del modo de gobernanza, en la lucha por la defensa y extensión de los derechos de las mujeres y de las personas LGBTI, en la promoción de los bienes públicos, en el lanzamiento de procesos constituyentes.
Los eslabones débiles de la cadena de dominación intraeuropea se encuentran en los países periféricos y en Francia. Podría haberse producido un cambio positivo en 2015 si Syriza hubiera adoptado una estrategia correcta. Pero no fue el caso. Los otros eslabones débiles de la cadena en la que la izquierda radical podría acceder al gobierno en los próximos años son, en especial, España y Portugal. Podría ser también posible en Irlanda, Eslovenia, Chipre, etc. Pero eso dependerá de muchos factores: en particular, la capacidad de la izquierda radical de aprender de lo que pasó en 2015, y de avanzar propuestas anticapitalistas y democráticas que arrastren adhesiones y también del grado de movilización popular. Si no hay presión en la calle, en los barrios, en los lugares de trabajo por cambios reales y para rechazar los compromisos inicuos, el futuro será sombrío.

Diez propuestas con el fin de no reproducir la capitulación griega

Para evitar reproducir la capitulación de Grecia en 2015, he aquí diez propuestas para la movilización social y la acción de un gobierno realmente al servicio del pueblo, que se deberían implantar inmediata y simultáneamente.
La primera propuesta es la necesidad, para un gobierno de izquierda, de desobedecer , de manera bien clara y con anuncio previo a la Comisión Europea. El partido o la coalición de partidos que pretendan gobernar deben comprometerse, desde el principio, a desobedecer las exigencias de austeridad. También deben rechazar la coerción presupuestaria. Será necesario declarar: «Nosotros no respetaremos la obligación decretada por los tratados europeos de tener por objetivo el equilibrio presupuestario, porque queremos aumentar los gastos públicos para luchar contra las medidas antisociales y de austeridad, y para poder comenzar la transición ecológica. Eso implica aumentar el déficit presupuestario durante varios años.» En consecuencia, el primer punto es el compromiso, de manera clara y determinada, a la desobediencia. Después de la capitulación griega, es esencial abandonar la ilusión de obtener de la Comisión Europea y de los otros gobiernos europeos el respeto a la voluntad popular. Conservar esa ilusión nos conducirá al desastre. Debemos desobedecer.
Segundo punto: Comprometerse a un llamamiento a la movilización popular, tanto en cada uno de los países como en el ámbito europeo. Este aspecto fracasó tanto en 2015 en Grecia como en el resto de Europa. Es evidente que los movimientos sociales europeos no estuvieron a la altura de las circunstancias en cuanto a manifestaciones, que, por cierto, tuvieron lugar, pero que no mostraron suficiente solidaridad con el pueblo griego. Aunque también es cierto que la orientación estratégica de Syriza no previó hacer un llamamiento a la movilización popular a nivel europeo, ni tan solo en Grecia. A pesar de que el gobierno de Tsipras llamó a la movilización por el referéndum del 5 de julio de 2015, finalmente no respetó la voluntad popular del 61,5 % de los griegos, que rechazaron la obediencia a las exigencias de los acreedores y a sus propuestas. Recordemos que desde fines de febrero de 2015 y hasta junio del mismo año, Yanis Varoufakis y Alexis Tsipras iban haciendo declaraciones para convencer a la opinión pública de que se podía prever un acuerdo y que la situación se arreglaría. Imaginemos, por el contrario, que después de cada negociación importante, Varoufakis y Tsipras hubiesen explicado las discusiones y los intereses de la parte contraria, mediante comunicados, por declaraciones orales a los medios, por discursos en plazas públicas, ante la sede de las instituciones europeas en Bruselas, y por doquier. Imaginemos que hubieran sacado a la luz lo que se tramaba, eso habría conseguido concentraciones de millares o decenas de millares de personas, las redes sociales hubieran difundido a centenares de miles o a millones de destinatarios ese discurso alternativo.
Tercer punto: Comprometerse a organizar una auditoría de la deuda con participación ciudadana y a rechazar el pago de unas deudas ilegítimas. Tanto en el seno de la Unión Europea como en la zona euro los países se encuentran en situaciones distintas. Hay países europeos en los cuales la suspensión de pagos es una medida prioritaria de absoluta necesidad, como el caso de Grecia, con el objetivo de atender ante todo las necesidades sociales y de garantizar los derechos humanos fundamentales. Este es también un elemento clave de autodefensa. En España, Portugal, Chipre, Irlanda, eso depende de la relación de fuerzas y de la coyuntura. En otros países es posible realizar en primer lugar la auditoría y tomar después la decisión de suspender los reembolsos. Esas medidas deben ponerse en marcha teniendo en cuenta la situación específica de cada país.
Frente a las amenazas de represalias del BCE, los pueblos de los Estados miembros de la zona euro disponen de una potente arma de autodefensa. Efectivamente, el BCE posee grandes cantidades de títulos soberanos de países de la zona euro que compró a los bancos privados en el marco de la «Expansión Cuantitativa». Con fecha del 30 de septiembre de 2018, el BCE poseía títulos soberanos españoles por un valor de 256.000 millones de euros, italianos por 360.000 millones, franceses por 414.000 millones, portugueses por 36.000 millones. [ 8 ] En total, el BCE poseía en septiembre de 2018 2,15 billones de euros (2.150.000 millones) en títulos soberanos de los países de la zona euro (si incluimos lo que le queda de los títulos griegos comprados en 2010-2012). Imaginad que un gobierno de izquierda en España o en Francia dijera al BCE: «si queréis impedir que haga la política que me comprometí a realizar ante el pueblo de mi país, suspenderé inmediatamente el pago de los títulos que ese banco posee.» Esa suspensión se aplicaría tanto al pago de intereses como al monto debido al vencimiento. El gobierno tendría en sus manos una potente arma de defensa y de presión que no debería dudar en utilizar. Además, esa deuda se puede repudiar si es considerada odiosa por el gobierno y el pueblo por haber servido a objetivos contrarios a los intereses de la mayoría. El repudio sobre la base de una auditoría con participación ciudadana constituye un acto legítimo.
Cuarta medida. Poner en marcha el control de movimiento de capitales. Y tener en cuenta lo que eso significa. Hay que aclarar muy bien que no se trata de prohibir a los ciudadanos y ciudadanas la transferencia de algunos cientos o miles de euros al extranjero. Es evidente que las transacciones financieras internacionales estarán autorizadas hasta un determinado monto. Por el contrario, significa implementar un control estricto sobre los movimientos de capitales por encima de un monto predeterminado.
Quinta medida: Socializar el sector financiero y el sector de la energía. Socializar el sector financiero no consiste solamente en desarrollar un polo bancario público, puesto que se debe decretar un monopolio público del sector financiero: bancos y sociedades aseguradoras. La socialización consiste en poner al sector financiero bajo control ciudadano y crear un servicio bancario público. Socializar el sector financiero significa:
- . Expropiación sin indemnización (o la simbólica de un euro) a los grandes accionistas, mientras que se indemniza a los pequeños accionistas.
- . Concesión al sector público del monopolio de la actividad bancaria con una excepción: la existencia de un sector cooperativo bancario de pequeño tamaño, sometido a las mismas reglas fundamentales que el sector público.
- . La definición —con participación ciudadana— de un documento sobre los objetivos a alcanzar y sobre las misiones a proseguir, que pone el servicio público del ahorro, del crédito y de la inversión al servicio de las prioridades definidas según un proceso de planificación democrática.
- . La transparencia de las cuentas que deben presentarse al público de manera comprensible.
- . La creación de un servicio público de ahorro, crédito e inversiones, doblemente estructurado: por una parte una red de pequeños establecimientos cercanos a la población, y por otra parte, organismos especializados a cargo de la gestión de fondos y financiaciones no garantizadas por los ministerios a cargo de la salud pública, la educación nacional, la energía, los transportes públicos, las pensiones, la transición ecológica, etc. Los ministerios deberán estar dotados de un presupuesto suficiente para la financiación de las inversiones correspondientes a sus atribuciones. Los organismos especializados intervendrían en los ámbitos y actividades que excedieran las competencias y las esferas de acción de esos ministerios con el fin de asegurar el cierre presupuestario. [ 9 ]
Por supuesto que en el marco de la transición ecológica, la socialización del sector de la energía es también prioritaria. No puede haber transición ecológica sin un monopolio público en el sector de la energía, tanto en el nivel de la producción como en la distribución.
Sexta medida: creación de una moneda complementaria, no convertible y salida del euro si fuera necesaria. Ya sea en el caso de una salida del euro o del mantenimiento en la zona euro, es necesario crear una moneda complementaria no convertible. Dicho en otras palabras: una moneda que sirva, en circuito corto, a los intercambios dentro de un país. Por ejemplo, para el pago de los aumentos de las pensiones y de los salarios de los funcionarios, el pago de impuestos, de servicios públicos. Utilizar una moneda complementaria permite separarse y salir parcialmente de la dictadura del euro y del Banco Central Europeo. Es evidente que no se puede evitar el debate sobre la zona euro. En varios países, la salida del euro es también una opción que debe ser defendida por partidos, sindicatos y otros movimientos sociales. Varios países de la zona euro no podrán romper realmente con la austeridad y lanzarse a una transición ecosocialista sin salir de la zona euro. En el caso del abandono del euro sería necesario ya sea una reforma monetaria redistributiva, [ 10 ] ya sea la aplicación de un impuesto excepcional progresivo por encima de 200.000 euros. Esta propuesta concierne solamente al patrimonio líquido, por lo tanto no concierne al patrimonio inmobiliario (casa, etc.), tratado en la séptima medida.
Séptima medida: una reforma radical de la fiscalidad. Suprimir el IVA sobre los bienes y los servicios de consumo básicos, como la alimentación, la electricidad, el gas, el agua (con respecto a estos tres últimos dependería del nivel de consumo), [ 11 ] y otros bienes de primera necesidad. Por el contrario, debería producirse un aumento del IVA sobre los bienes y productos de lujo, etc. También necesitaremos un aumento de los impuestos sobre los beneficios de las empresas privadas y de los ingresos por encima de un determinado nivel. En otras palabras, un impuesto progresivo sobre los ingresos y sobre el patrimonio. La primera residencia debería ser exonerada del impuesto por debajo de un cierto monto que varíe en función de la composición de la familia. La reforma fiscal debe producir efectos inmediatos: una reducción muy sensible de los impuestos indirectos y directos para la mayoría de la población y un aumento muy sensible para el 10 % más rico, y para las grandes empresas. Finalmente, se intensificaría la lucha contra el fraude y la evasión fiscal.
Octava medida: Desprivatizaciones. «Volver a comprar» las empresas privatizadas mediante el pago de un euro simbólico. Desde ese punto de vista, hacerlo resultaría muy simpático, al pagar un euro simbólico a aquellos que se aprovecharon de las privatizaciones. Y reforzar y extender los servicios públicos bajo control ciudadano.
Novena medida: La puesta en marcha de un amplio plan de urgencia para la creación de empleos socialmente útiles y para la justicia social. Reducción del horario de trabajo con el mantenimiento de los salarios. Derogar las leyes antisociales y aprobar leyes para remediar la situación de la deuda hipotecaria abusiva, disposiciones que conciernen prioritariamente a países como España, Irlanda, Grecia… Eso podría resolverse muy bien por ley, evitando los procesos —hay numerosos procesos jurídicos en marcha por la deuda hipotecaria en los que las familias se enfrentan a los bancos—. Un parlamento puede decretar una ley de anulación de deudas hipotecarias inferiores a 150.000 euros, por ejemplo, y acabar de esa forma con los procedimientos judiciales. Se debe implementar un amplio programa de gastos públicos con el fin de relanzar el empleo y la actividad socialmente útil, favoreciendo los circuitos cortos.
Décima medida: Comenzar un verdadero proceso constituyente. No se trata de cambios constitucionales en el marco de las instituciones parlamentarias actuales, sino de disolver el parlamento y convocar elecciones, con sufragio directo, para una Asamblea constituyente. Este proceso se debe articular con las luchas existentes, en diferentes ámbitos locales, que ponen las bases de lo podría ser una sociedad ecosocialista. Para citar solo algunas de esas luchas, se pueden mencionar las huelgas cuyo objetivo es la mejora de las condiciones de trabajo, y que, de hecho, desafían el poder de la patronal; las ocupaciones y recuperaciones de fábricas con la introducción de modelos autogestionarios; la nueva ola de luchas feministas que ataca al patriarcado y conduce hacia la igualdad de derechos; los movimientos de acogida y ayuda a los migrantes; los movimientos ecologistas fundamentados en la ocupación de territorios y en la acción directa («ZAD», «Ende Gelände», etc.); la invención de nuevas formas de gestión de los bienes comunes; las «municipalidades rebeldes» que desobedecen a las directivas de austeridad y contra los migrantes, y se constituyen en red; las iniciativas desde las bases de auditorías de deudas públicas y de cuestionamiento de las deudas ilegítimas. Esas luchas constituyen los puntos de apoyo para iniciar un proceso constituyente con visión anticapitalista. También, por supuesto, este proyecto puede integrarse con otros procesos constituyentes similares en el ámbito europeo.
Son diez propuestas de base para someter a debate. Pero una cosa es cierta, las medidas que hay que tomar deben atacar a la raíz de los problemas y deben ser aplicadas simultáneamente ya que es necesario tener un programa coherente. En ausencia de la implantación de las medidas radicales anunciadas desde el comienzo, no habrá ruptura con las políticas de austeridad. Es imposible romper con esas políticas sin tomar medidas radicales contra el gran capital. Los que piensan que se puede evitar eso son «vendedores de humo» que no podrán obtener ningún avance real concreto. En el nivel europeo, la naturaleza de la arquitectura europea y la amplitud de la crisis del capitalismo hacen que realmente no haya espacio para políticas productivistas neokeynesianas. El ecosocialismo no debe quedar al margen, sino estar en el centro del debate, de donde saldrán las propuestas inmediatas y concretas. Es necesario llevar a buen término la lucha contra la austeridad y lanzarse sobre el camino del anticapitalismo. La transición ecosocialista es una necesidad absoluta e inmediata.
Es fundamental construir y popularizar una explicación sobre lo que es necesario y posible hacer, para conseguir un cambio real. En las discusiones públicas surgen constantemente cuestiones sobre la factibilidad de la ruptura con el modelo neoliberal después del fiasco de la experiencia griega en 2015.
Estas propuestas deberían constituir un programa coherente. El programa debería acompañarse de algún tipo de «modo de empleo». Evidentemente, es lo más difícil pero ¿cómo convencer sobre la factibilidad de un programa sino se prevé la existencia de varios escenarios basados en la experiencia de los 8 últimos años en la UE en general, y en la zona euro en particular?
Es importante tener un análisis riguroso de los acontecimientos del primer semestre de 2015. Podemos sacar una conclusión clara: frente a un gobierno popular, la reacción negativa de los órganos dirigentes de la UE y de la zona euro será rápida. La Comisión Europea, el Eurogrupo y la dirección del BCE no se quedarán de brazos cruzados ante la decisión de un gobierno popular de comprometerse en un camino de cambio. No habrá período de gracia de varios meses. El gobierno popular deberá actuar rápidamente y por su propia cuenta.
En el caso de Grecia, desde los primeros días que siguieron a la asunción del gobierno, el BCE sometió al país a un proceso de asfixia económica. El rechazo del gobierno de Tsipras a tomar medidas fuertes de autodefensa lo condujo a una primera capitulación el 20 de febrero de 2015. [ 12 ] Sin embargo, todavía podría haber sido posible emprender un cambio radical, pero el núcleo dirigente que rodeaba a Tsipras mantuvo la misma política de capitulación, y eso condujo a la dramática situación de julio de 2015.
De hecho, desde la experiencia griega, a menos que nos contentemos con medidas tomadas por un gobierno del tipo Costa en Portugal, la izquierda debe integrar en su estrategia el hecho de que las medidas de sabotaje que tomarán las autoridades europeas serán rápidas y fuertes. Asimismo, los mercados reaccionarán negativamente y los grandes medios de comunicación serán hostiles a ese gobierno.
La izquierda se equivocaría si piensa que el Eurogrupo, el BCE, el gobierno alemán de 2018 y sus aliados de la zona euro podrían permitir que un gobierno popular en España o en Francia, o en otros países de la zona euro, realice cambios profundos. Para esas instituciones es vital impedir cualquier posible extensión de una auténtica experiencia de izquierda.
Por consiguiente, es necesario mostrarse capaz de elaborar propuestas radicales en los ámbitos de la política monetaria, de la deuda, de los bancos, de los impuestos, del presupuesto (rechazando liberar un excedente primario antes del pago de la deuda), de las relaciones capital/trabajo, del sistema de seguridad social, de la política internacional y también es totalmente indispensable en el dominio de la democracia política que implique la convocatoria de un auténtico proceso constituyente.
Sabemos que no es suficiente con elaborar un programa coherente y adjuntar un modo de empleo convincente para modificar la relación de fuerzas. La movilización del campo popular será un elemento decisivo. Pero sin programa coherente y sin una voluntad real de aplicarlo, las movilizaciones populares corren el riego de no tener éxito y permanecer fragmentadas. La existencia de un programa y la determinación de propagarlo podrían generar la movilización de la población, y así poder volver a la ofensiva.
Esperemos ser capaces de confrontar nuestras ideas y nuestras propuestas con el fin de realizar una elaboración colectiva que supere el nivel actual de fragmentación y de abstracción de las propuestas del campo popular. Hagamos lo necesario en acciones y movilizaciones para que este programa sea puesto en práctica.
Traducido por Griselda Pinero
Notas :
[ 1 ] En el caso de Grecia se trataba de bancos griegos, franceses, alemanes, belgas y holandeses principalmente (unos quince grandes bancos privados para dar una idea aproximada). Para un análisis detallado véase el Informe preliminar del Comité para la verdad de la deuda pública griega, junio de 2015, capítulos 1 y 2 en http://www.cadtm.org/Informe-preliminar-del-Comite-de ; intervención de Éric Toussaint en la presentación del Informe preliminar el 17 de junio de 2015 en http://www.cadtm.org/Informe-preliminar-del-Comite-de ; véase también «Grecia: los bancos en el origen de la crisis», publicado el 11 de enero de 2017 en http://www.cadtm.org/Grecia-los-bancos-en-el-origen-de . Finalmente véase: «Documentos secretos del FMI sobre Grecia con los comentarios de Éric Toussaint (CADTM)» en http://www.cadtm.org/Documentos-secretos-del-FMI-sobre
[ 2 ] En ese momento, las actividades de varios de los grandes bancos franceses, alemanes, holandeses, belgas, etc., con intereses en Grecia, estaban fuertemente ligadas a los mercados financieros de Estados Unidos y a los mayores bancos estadounidenses y británicos. Además esos bancos europeos tenían acceso a una importante línea de crédito ofrecida por la Reserva Federal de Estados Unidos, así que era lógico el interés del gobierno de Barack Obama en la crisis griega e irlandesa, y en forma más general en la crisis bancaria europea.
[ 3 ] En el caso de Grecia, se trataba de 14 Estados de la zona euro «representados» por la Comisión Europea, el FEEF, —Fondo Europeo de Estabilidad Financiera— (sustituido por el MEDE, Mecanismo Europeo de Estabilidad), el BCE y el FMI.
[ 4 ] En las elecciones legislativas del 4 de octubre de 2015, las fuerzas de izquierda obtuvieron la mayoría absoluta de escaños en la Asamblea Nacional: el PS, en segunda posición, con el 32,4 %; el Bloco de Esquerda en tercera posición, con 10,3 % y 19 diputados (8 en 2011); el PCP ganó un escaño y dispone de 15 diputados; el partido verde permanece sin cambios con 2 diputados. Un acuerdo gubernamental fue firmado en noviembre de 2015: el PS gobernaría solo y los dos otros partidos de izquierda más radicales (BE y PCP), a pesar de su rechazo a entrar en el gobierno, apoyan en el parlamento a las decisiones del gobierno, si están de acuerdo.
[ 5 ] http://www.latribune.fr/actualites/economie/union-europeenne/20150203trib85abe7370/les-propositions-grecques-pour-restructurer-la-dette.html
[ 6 ] Para citar solamente algunos ejemplos: La Francia de Nicolas Sarkozy y la Alemania de Angela Merkel no fueron sancionadas a pesar de no respetar sus obligaciones en materia de déficit. Más recientemente, la Comisión también tuvo una actitud laxa con respecto al gobierno de Mariano Rajoy en 2015 y 2016.
[ 7 ] Éric Toussaint, La política de la Troika en Grecia: Robar al pueblo griego y transferir el dinero a los bancos privados, al BCE, al FMI y a los Estados que dominan la zona euro, publicado el 5 de noviembre de 2018, http://www.cadtm.org/La-politica-de-la-Troika-en-Grecia-Robar-al-pueblo-griego-y-transferir-el
[ 8 ] Web oficial del BCE, Breakdown of debt securities under the PSPP, https://www.ecb.europa.eu/mopo/implement/omt/html/index.en.html , consultado el 3 de noviembre de 2018.
[ 9 ] Patrick Saurin y Eric Toussaint, «Comment socialiser le secteur bancaire», http://www.cadtm.org/Comment-socialiser-le-secteur-bancaire
[ 10 ] Aplicando a la nueva moneda un tipo de cambio progresivo para pasar al euro, se disminuiría el patrimonio líquido en posesión del 10 % más rico, lo que reduciría la desigualdad.
[ 11 ] Esto puede combinarse con medidas de gratuidad por consumo de agua, electricidad, gas, transportes públicos, etc. por persona y hasta un determinado nivel de consumo.
[ 12 ] Éric Toussaint, «El tándem Varoufakis-Tsipras hacia el desastroso acuerdo que firmaron con el Eurogrupo, en la reunión del 20 febrero de 2015», publicado el 26 de marzo de 2018, http://www.cadtm.org/El-tandem-Varoufakis-Tsipras-hacia ; del mismo autor, «La primera capitulación de Tsipras y Varoufakis fue a fines de febrero de 2015», publicado el 9 de abril de 2018, http://www.cadtm.org/La-primera-capitulacion-de-Tsipras
 Eric Toussaint es maître de conférence en la Universidad de Lieja, es el portavoz de CADTM Internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia. Es autor de diversos libros, entre ellos: Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015,, Procès d’un homme exemplaire , Ediciones Al Dante, Marsella, 2013; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad , Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global , El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos , Gakoa, 2002. Es coautor junto con Damien Millet del libro AAA, Audit, Annulation, Autre politique, Le Seuil, París, 2012. Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda , creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015. A pesar de ello, la comisión prosiguió sus trabajos y se constituyó legalmente como una asociación sin afán de lucro.
Fuente: http://www.cadtm.org/Cuales-son-los-retos-de-la-izquierda-en-la-Union-europea

“Los nuevos golpes no usan las bayonetas, usan al Poder Judicial”


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“Los nuevos golpes no usan las bayonetas, usan al Poder Judicial”

 

 


La presidente del PT habló sobre el triunfo del ultraderechista Bolsonaro, la designación del juez Moro como ministro de Justicia de Brasil y sobre el futuro del gigante suramericano. Hoffmann aseguró que “el juicio a Lula tiene que ser anulado. Lula debe tener el derecho a juicio justo” y remarcó que este es “el peor momento” de la democracia brasilera.
 En 2016 Brasil sufrió un golpe parlamentario que puso fin al gobierno de Dilma Rousseff e instaló como presidente de facto a Michel Temer, denunciado por WikiLeaks como uno de los informantes del servicio de la Embajada de Estados Unidos.
El golpista dio un giro de 180 grados respecto de las políticas que habían sido refrendadas por el voto popular e impuso un programa neoliberal. Luego definió la intervención militar del estado de Rio de Janeiro, y en ese marco se produjo el asesinato de la concejala Marielle Franco.
Tras el golpe contra Dilma Rousseff se desató una persecución mediático-judicial contra el Partido de los Trabajadores (PT) y contra su máximo referente, el expresidente Luiz Inácio “Lula” da Silva.
El juez Sergio Moro, vinculado al Departamento de Estado norteamericano, al multimedia Rede Globo y a los poderes económicos y financieros, condenó sin pruebas al exmandatario. La proscripción de Lula, sumada a una campaña de desinformación y noticias falsa que circularon por WhatsApp, permitieron que el líder ulltraderechista Jair Bolsonaro se imponga en la segunda vuelta electoral y se convierta en el nuevo presidente de Brasil.
Bolsonaro asumirá el 1º de enero, pero ya anunció que su ministro de Justicia será el juez que condenó y generó la proscripción de Lula da Silva.
Para analizar estos hechos y entender cuál será el futuro del gigante suramericano, Contexto entrevistó a la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, quien aseguró que es el peor momento de la democracia brasilera y que “ahora debemos reorganizarnos, conversar con el pueblo, construir una fuerza social y política que pueda influir en las decisiones del Congreso Nacional y, así, parar los retrocesos”.
- ¿Qué representa el triunfo de Bolsonaro?
- El triunfo de Bolsonaro representa un retroceso para la democracia brasilera, para los derechos sociales y para los derechos humanos del pueblo brasilero. Bolsonaro es un candidato de los militares, ellos lo apoyaron durante toda la campaña. No hay dudas de que esta va a ser una etapa de retroceso de todo el sistema democrático, de los derechos sociales conquistados. El gobierno de Bolsonaro va a ser ultraneoliberal.
- ¿Qué implica que Bolsonaro haya elegido al juez Sergio Moro como ministro de Justicia de su futuro gobierno?  
- No sólo Bolsonaro convocó al juez Sergio Moro a ser ministro de Justicia, para el espanto de todos, Moro aceptó. Eso mostró cuán tendencioso fue el juicio y la condena del presidente Lula. Sergio Moro es el responsable de retirar a Lula de la disputa electoral y hacer que Bolsonaro gane la elección. El juicio a Lula tiene que ser anulado. Lula debe tener el derecho a juicio justo.  
- ¿Cree que el ataque de los medios y el Poder Judicial (lawfare) contra Lula tiene puntos de contacto con el ataque que se lleva adelante contra Cristina Fernández de Kirchner en Argentina?  
- No tengo dudas de que hay puntos de contacto entre el ataque contra Lula y el ataque contra Cristina Kirchner. Es un nuevo modo de los golpes en América Latina. Los nuevos golpes no usan más las bayonetas, usan al Poder Judicial.
- ¿Cuál ha sido el rol de la Rede Globo en todo este proceso?  
- El papel de la Rede Globo fue el de construir las relaciones públicas del proceso del golpe, para la destitución de Dilma, para la prisión a Lula y, ahora, para la viabilización del gobierno de Bolsonaro.
- Henry Kissinger dijo alguna vez que “hacia donde se incline Brasil, se inclinará toda América Latina”. ¿Los intereses de Estados Unidos tuvieron que ver en este ataque al PT y a la democracia de Brasil?
- No tengo dudas. El presidente norteamericano fue uno de los primeros en festejar la elección de Bolsonaro y le hizo grandes elogios. Estados Unidos tiene interés en nuestro petróleo y en nuestra economía. No tengo dudas de que en todo este proceso estuvieron metidas las manos de los norteamericanos. Incluso Steven Bannon, que fue asesor de Donald Trump, también fue asesor en la campaña de Bolsonaro.
- Teniendo en cuenta el golpe contra Dilma Rousseff, el encarcelamiento y proscripción de Lula, la intervención militar, el triunfo de un fascista. ¿Todos estos momentos componen el peor momento de la democracia de Brasil?  
 - Luego de la dictadura tuvimos el período más largo de democracia. Más de treinta años. Pero, sin dudas, este es el peor momento de nuestra reciente democracia. Ahora debemos reorganizarnos, conversar con el pueblo, construir una fuerza social y política que pueda influir en las decisiones del Congreso Nacional y, así, parar los retrocesos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Tareas concretas que pueden ayudar a articular a la gran mayoría del pueblo


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Tareas concretas que pueden ayudar a articular a la gran mayoría del pueblo

 

 


1. En otro articulo ya señalé que el proceso de articulación de los diferentes sectores sociales para configurar un bloque hegemónico de la izquierda se facilita si somos capaces de proponer tareas concretas y limitadas, que prioricen los puntos de convergencia-
2. A continuación proponemos algunas de estas posibles tareas usando la experiencia de América Latina.

1) Levantar una Plataforma de Acumulación para el período

3. Sería importante poder elaborar, como ya dijimos, un “programa positivo de acción” o “plataforma de acumulación” para dicha coyuntura con la que amplios sectores de la sociedad puedan sentir identificados y que cumpla el papel de instrumento aglutinador de todos los “perdedores” y perjudicados por el modelo neoliberal.
4. Por lo tanto, esa plataforma de lucha tiene que contener los temas que sean capaces de convocar a toda esa gente.
5. Si nuestro programa de acción es una plataforma muy radical, muchos sectores se van a asustar, y van a marginarse de esa lucha, y en lugar de sumar gente vamos a restar.
6. Eso es importante, porque a veces creemos que somos más revolucionarios mientras más radicales son nuestras posiciones. Y eso produce un efecto contrario, porque no nos permite ganar a todas las fuerzas que nos permitirán alcanzar nuestros objetivos de lucha. Hemos comprendido que la radicalidad no está en hacer las acciones más radicales ni usar los conceptos más radicales, sino en ser capaces de crear espacios de encuentro y de lucha para amplios sectores; porque constatar que somos muchos los que estamos en la misma lucha es lo que nos hace fuertes, es lo que nos radicaliza.
7. Concordamos con Enrique Rubio en que una plataforma de este tipo permitiría desplegar un conjunto de alianzas inéditas para conformar un “gran bloque social de oposición, frenar el desarrollo del proyecto neoliberal, ofrecer alternativas concretas para el presente, aglutinar a la oposición social y dejar disponible un ancho canal para su expresión política".
8. Considero que esta plataforma debería ser elaborada con la participación de todos los que se sientan llamados a hacerlo. Coincido con el investigador chileno, Rafael Agacino, en que “el ejercicio democrático de elaboración de política, de construcción de consensos en torno a las demandas populares” es muy importante. “Se trata —como él dice— de abrir espacios para la política desde abajo, de estimular el más elemental acto de comunicar anhelos cara a cara, y de ahí avanzar al procesamiento social de los intereses diversos, congeniando inteligencias y aunando voluntades en torno a los derechos generales de todos los que vivimos del esfuerzo propio.”
9. Esta plataforma amplia no debe confundirse con el programa del instrumento político. Este debe desarrollar con mayor profundidad la meta a alcanzar y el camino a seguir.

2) Crear espacios puntuales de convergencia

10. Deberíamos tratar de crear espacios de encuentro o de convergencia de luchas antineoliberales puntuales en los que, salvaguardando la especificidad de cada actor social o político, se puedan asumir tareas comunes que potencien la lucha para frenar o superar la lógica del sistema y tratar de revertir en lo posible ese proceso.
11. En este sentido, a mi entender, un espacio muy interesante es el de las consultas populares, referéndums o plebiscitos. Estos, cuando son exitosos, además de contribuir a frenar la aplicación de medidas neoliberales, crean espacios para realizar una contrapropaganda ideológica y, sobre todo, permiten movilizar en una tarea concreta de convencimiento y de educación popular casa por casa a tanta gente, entre ellas a los jubilados y tantos jóvenes que están despertando a la política, que quieren contribuir a construir un mundo mejor, que muchas veces no saben cómo hacerlo, y que no se sienten dispuestos a militar en la forma tradicional porque existe en muchos de ellos un rechazo a la política y a los políticos.
12. Aunque los medios de comunicación suelen ser completamente hostiles y tratan de ignorar la existencia de dichas iniciativas, el recorrido hecho por el país en busca de firmas casa por casa ha podido más que el bloqueo informativo por ellos implantado.
13. El punto fuerte de estas campañas ha sido, entonces, el trabajo de base, el mano a mano, el hablar con la gente en sus lugares de residencia y el uso de modestos medios de comunicación, especialmente radios locales, con las que se contaba.
14. Además, ese trabajo casa por casa los lleva a relacionarse directamente con los sectores populares de escasos recursos y sus penosas condiciones de vida. Y no pocos se radicalizan en contacto con tanta miseria.
a) Plebiscito contra las privatizaciones en Uruguay (dic. 1992)
15. En diciembre de 1992 se da una de las primeras luchas exitosas contra el neoliberalismo en América Latina: el poco conocido triunfo del pueblo uruguayo en un plebiscito que deroga la ley que autoriza las privatizaciones de las grandes empresas públicas, aprobada el año anterior.
16. El Frente Amplio emprendió una formidable campaña de propaganda, incluyendo muchos debates por televisión, para explicar en qué consisten las privatizaciones, las razones por las cuales constituyen un peligro, etcétera. Eso hace que al votar la gente esté sabiendo por qué proyecto de país vota. Por ello varios analistas estiman que ésta fue la primera elección moderna que hubo en Uruguay.
17. El referéndum produjo un alineamiento del setenta por ciento de los votantes de la más diversa militancia y tendencia política constituyendo un movimiento de gran potencial político. Esta amplitud en el apoyo se logró gracias a que —luego de grandes discusiones dentro de la dirección del Frente Amplio —se decidió no impugnar toda la ley que contaba con 30 artículos, como las corrientes más radicales lo pedían, sino sólo los cinco medulares referidos a las empresas más estratégicas.
18. Al mismo tiempo, dicha organización política entendió que no bastaba con la campaña comunicacional, que había que hacer también un trabajo capilar, meticuloso, barrio por barrio, y dentro de lo posible casa por casa. En esa tarea contribuyeron significativamente los jubilados que representan un sector bastante grande de la población de Uruguay.
19. Dos años después, en 1994 el gobierno pretendió hacer aprobar por plebiscito una ley que pretendía modificar la Constitución de la República facilitando el avance neoliberal. Una de las fuerzas que se opuso, y que hizo un trabajo de base tremendo especialmente en el interior del país, fueron nuevamente los jubilados, sector social severamente afectado por la privatización del sistema de seguridad social. Una cantidad de viejos y excelentes dirigentes sindicales lograron crear la Organización Nacional de Jubilados que se puso en pie de combate y comenzó a movilizarse a lo largo y ancho del país Y como todos sus militantes eran jubilados disponían de todo el día para militar 
b) Consulta popular contra el ALCA
20. A fines del 2001 surgió una  iniciativa que tomó una dimensión continental: la realización de una Campaña contra el ALCA.
§ Ecuador
21. En Ecuador se realizaron las primeras reuniones. La Campaña contra el ALCA fue acordada el 8 de diciembre del 2001, por el Capítulo Ecuador del Foro Social Mundial (FSM), estableciéndose esta Campaña como un espacio de encuentro para compartir iniciativas, socializar información, propiciar colaboraciones, definir ejes básicos comunes y generar acciones y propuestas en conjunto. Adopta un carácter descentralizado con un punto de enlace y facilitación, la Secretaría Operativa, de cuyo funcionamiento se encarga a la CONAIE.
22. El día 31 de octubre —luego de diversos preparativo— se realiza la Toma Simbólica de Quito. Una marcha diversa y multicolor,
que congregó cerca de 15 mil personas en las calles de la capital, constituyó la principal expresión de protesta en contra del ALCA durante las Jornadas en Quito. Participaron indígenas, campesinos, afrodescendientes, mujeres, gays, jóvenes, ecologistas, pequeños productores, sindicalistas, estudiantes e intelectuales de diversos países, al igual que personalidades como el Premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el dirigente boliviano, Evo Morales. 23. Este consulta es importante por la sensibilización pública que despliega ya que durante el recorrido establece reuniones cara a cara con la gente, asegurándose su propia continuidad por la solidaridad recibida a lo largo del camino.
§ Brasil
24. Dentro de este contexto se lanza en Brasil en septiembre de 2002, un Plebiscito Nacional contra el Alca organizado por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil y el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas.
25. Este referendo informal movilizó un considerable número de movimientos populares y algunas entidades partidistas y religiosas. Un gran trabajo educativo y de movilización previo a esta consulta popular fue llevado a cabo por más de 150 mil activistas voluntarios que siguieron cursos de formación y que hicieron un trabajo de base, muchas veces casa a casa, difundiendo los alcances negativos del ALCA.
26. Con esta movilización se logró recoger alrededor de 10 millones de votos de los cuales el 98% fueron en contra el ALCA.
§ La movilización popular es decisiva para los resultados
27. Eventos semejantes, pero de menor magnitud, se realizaron en varios otros países de América latina con una pregunta común: ¿Está usted de acuerdo con que el gobierno suscriba el tratado del área de Libre Comercio de las Américas?
28. Sin duda que este trabajo de concientización popular y de amplia movilización fue muy tomando en cuenta por los gobiernos latinoamericanos para adoptar en 2004 una actitud de rechazo a esta nefasta iniciativa económica del gobierno de los Estados Unidos. Sin la gran participación popular en esta Campaña no se puede entender la derrota del proyecto estratégico del ALCA
c) Consulta popular realizada por La Causa R en Venezuela
29. La Causa R de Venezuela realizó, por ejemplo, una consulta popular unos meses después del golpe militar fracasado encabezado por el teniente coronel Hugo Chávez y su movimiento bolivariano en febrero de 1992. En esta consulta popular ¾que se hizo colocando urnas en las calles principales de la ciudad¾ se preguntaba al pueblo si estaba de acuerdo con que Carlos Andrés Pérez, entonces presidente de la República, siguiera gobernando. Votaron 500 mil personas, especialmente de la región metropolitana, y el 90% manifestó su opinión en contra de que continuara en el cargo. Ninguna ley avalaba ese tipo de consulta, pero, al mismo tiempo, ninguna ley lo prohibía. La masiva participación de la ciudadanía era ya un hecho político aunque los resultados no fueran reconocidos de por sí. Esta consulta contribuyó a crear una situación política favorable a la destitución del presidente, dando lugar a un acontecimiento político nuevo en el país: la salida del ejercicio de su cargo de un mandatario antes del término de su mandato a pedido del Parlamento para ser juzgado.
d) Consultas zapatistas
30. Otro ejemplo fueron las consultas realizadas por el EZLN en México: la Consulta Nacional por la Paz y la Democracia, realizada por el Movimiento Civil Zapatista en el segundo semestre de 1995 en la que participaron un millón trescientas mil personas: una consulta muy original acerca de varios temas de interés, entre otros, si la organización debería unirse a otras y conformar un frente político, o si debía mantenerse como una organización independiente; y la más reciente Consulta Nacional por el Reconocimiento de los Pueblos Indios y por el Fin de la Guerra de Exterminio del 21 de marzo de 1999, en la que se duplicó la participación ciudadana alcanzando cifras cercanas a los tres millones de votantes.
31. Pero las cifras no lo dicen todo, hay otros hechos de mucha significación: por una parte, la capacidad que esta organización tuvo para movilizar a cinco mil zapatistas desde la Selva Lacandona hasta los lugares más remotos del país para realizar encuentros y dialogar con los más variados sectores de la población; por otra, la respuesta de miles de hombres y mujeres anónimos no organizados en partidos que, a lo ancho y largo del país, se preocuparon de realizar las múltiples tareas que conlleva una actividad de ese tipo, desde instalar mesas hasta contar votos, con la sola motivación de apoyar la propuesta zapatista.
e) Creatividad para usar los espacios a-legales
32. Cosas como éstas me hacen pensar que la izquierda suele moverse en la dicotomía entre lo legal y lo ilegal, y no tiene suficientemente en cuenta un sinnúmero de otros espacios ‑que yo denominaría alegales, es decir, aquellos que no entran ni el terreno de lo legal ni en el de lo ilegal, porque no entran en la dicotomía antes señalada. Y que pueden ser aprovechados con gran creatividad para concientizar, movilizar y hacer participar a la población de forma de ir construyendo ese gran bloque social que anteriormente mencionábamos.
33. Por último, creo que para que este instrumento de lucha no se desgaste, estas consultas deben realizarse en un momento oportuno, y es preciso organizarlas muy bien, elegir correctamente los temas y formular muy claramente las preguntas.

3) Deslegitimar el sistema, denunciando sus estructuras y lógicas

34. Es necesario demostrar también la ilegitimidad del sistema, no sólo condenando sus abusos ¾tarea que realizan varias entidades éticas (grupos religiosos, ecológicos, etcétera)¾ sino denunciando las estructuras y lógicas en las que el actual sistema capitalista se sustenta. Esto implica la necesidad de investigarlas con rigurosidad, tarea urgente en la que nuestros intelectuales deberían comprometerse.

4) Transformar algunas experiencias territoriales en escaparates

35. En un momento en que la crisis política y fiscal del estado contemporáneo es indiscutible y en que existe una crisis de legitimidad tanto del estado capitalista como del socialismo burocrático, una de las tareas de importancia estratégica de la izquierda es transformar los gobiernos locales que tiene en sus manos en verdaderos escaparates que demuestren prácticamente la posibilidad de un proyecto político­-social diferente.
36. En un momento en que reina la corrupción, el desvío de recursos, la no transparencia, el clientelismo, es fundamental mostrar que la izquierda posee mecanismos que permiten establecer un control social efectivo sobre la gestión pública.
37. Por otra parte, estos gobiernos pueden contribuir a generar espacios que permitan crear condiciones culturales y políticas para ir avanzando en la organización autónoma de la sociedad, y potenciar así —como dice Isabel Rauber -- “la auto constitución de sujetos”,  única base sobre la cual se puede construir realmente la sociedad socialista alternativa al capitalismo por la que luchamos.
38. Además, estas experiencias son un terreno ideal para experimentar los límites que les impone el marco global en el que están insertas, y pienso que es muy importante que la izquierda aprenda a hacer una pedagogía de estos límites.
39. Y habría que hacer un esfuerzo por transformar en escaparates no sólo a los gobiernos locales en manos de la izquierda, sino a todos aquellos territorios que la izquierda ha ido conquistando: comunidades rurales, universidades, frentes laborales, estudiantiles, poblacionales, experiencias cooperativas, radios alternativas, etcétera.
40. Estoy convencida de que la llave maestra para acumular fuerzas hoy es lograr movilizarse al más amplio espectro de sectores sociales en torno a un objetivo común. Somos muchos más pero eso no basta para triunfar, es necesario organizarse y adquirir conciencia de que otro mundo es posible.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Cuando un colonialismo oculta otro


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Cuando un colonialismo oculta otro



Que los niños yemeníes mueran de hambre por millares, que los palestinos caigan bajo las balas del ocupante, que siria sea un campo de ruinas y Libia esté inmersa en el caos, apenas nos conmueve. ¿Hay manifestaciones, huelgas o protestas? No realmente. Ni manifestaciones significativas ni debates dignos de ese nombre. El crimen neocolonial se digiere sin dificultad. Pero si sufriéramos lo que nuestros gobiernos infligen a pueblos que no nos han hecho nada, ¿qué diríamos? ¿Si una alianza criminal nos condenase a morir de hambre o de cólera, como en Yemen? ¿Si un ejército ocupante matase a nuestra juventud porque se atreve a protestar, como en Palestina? ¿Si las potencias extranjeras armasen a las milicias para destruir nuestra república, como en Siria? ¿Si una coalición extranjera hubiera bombardeado nuestras ciudades y asesinado a nuestros dirigentes, como en Libia?
La tendencia de los países supuestamente civilizados de echar un púdico velo sobre sus propias infamias no es nueva. Con su «limpieza» la democracia occidental ve más fácilmente la paja en el ojo del vecino que la viga en el propio. De derecha, de izquierda o de centro, vive en un mundo ideal, un universo feliz donde siempre tiene la conciencia de su parte. Sarkozy destruyó Libia, Hollande Siria, Macron Yemen, pero nunca habrá un tribunal internacional que los juzgue. Según el criterio de nuestra bella democracia esas masacres solo son naderías. Un desliz pasajero, si no queda más remedio, pero la intención era buena. ¿Cómo van a querer las democracias otra cosa que el bienestar para todos? Sobre todo destinado al elector medio, el discurso oficial de los occidentales traduce siempre la garantía inamovible de pertenecer al campo del bien. ¿Ustedes sufren opresión, dictadura, oscurantismo? No se preocupen, ¡les enviaremos a los bombarderos!
Sucede sin embargo que en el giro de una frase, en el secreto de las negociaciones internacionales, subrepticiamente se levanta una esquina del velo. Asistimos entonces a una forma de reconocimiento y un mercachifle confiesa el crimen esbozando una sonrisa burlona. En 2013 cuando Francia intervino en el Sahel, el ministro de Asuntos Exteriores Laurent Fabius llamó a su homólogo ruso para conseguir el apoyo de Rusia en la ONU. Lavrov se sorprendió entonces de esa iniciativa francesa contra los yihadistas que París había apoyado durante la intervención en Libia, en 2011: «¡Es la vida!» le contestó el ministro francés. ¿Sembrar el terror para abatir un Estado soberano? «Es la vida», pero que no se preocupe ese criminal, ningún tribunal le pedirá cuentas. La Corte Penal Internacional (CPI) es un tribunal para los indígenas, está reservado a los africanos. Las personas como Fabius poseen el arte de esquivarlo.
Empapados de un discurso que les dice que su país siempre está en el lado bueno, los franceses parecen estar a años luz del caos que contribuyen a crear sus dirigentes. Los problemas del mundo solo les afectan cuando las hordas de miserables se presentan en sus puertas. Y son numerosos los que deciden dar su voto –como muchos otros europeos- a quienes les prometen librarlos de esa invasión. Por supuesto esa defensa de la «casa propia» debería ir acompañada, lógicamente, del rechazo a la injerencia en la casa de los demás. ¿Qué clase de democracia autorizaría al fuerte a inmiscuirse en los asuntos de los débiles? Pero la experiencia demuestra que esos «patriotas» raramente se encuentran a la cabeza de la lucha por la independencia nacional fuera del mundo presuntamente civilizado. ¿Qué partidos de derecha europeos, por ejemplo, apoyan el derecho de los palestinos a la autodeterminación? Es obvio que no se apresuran a honrar sus propios principios.
Pero eso no es todo. Podemos incluso preguntarnos si esos presuntos patriotas lo son realmente con ellos mismos, ¿cuántos de ellos son favorables a la salida de sus países de la OTAN, esa máquina de reclutar naciones europeas? Como a la pregunta anterior, la respuesta está clara: ninguno. Esos «nacionalistas» juzgan a la Unión Europea por su política migratoria, pero solo es un trozo de su repertorio patriótico, un auténtico disco rayado de acentos monocordes. Sacan músculo frente a los emigrantes pero no son tan viriles frente a Estados Unidos, los bancos y las multinacionales. Si se tomasen su soberanía en serio se preguntarían por su pertenencia al «campo occidental» y al «mundo libre». Pero eso es mucho preguntarse.
En esta incoherencia generalizada Francia es un caso de manual. Una derecha determinada -extrema derecha más bien- critica con mucho gusto las intervenciones en el extranjero, pero de forma selectiva. El Frente Nacional, por ejemplo, denuncia la injerencia francesa en Siria, pero aprueba la represión israelí contra los palestinos. ¿El derecho de los pueblos al autogobierno es diferente de unos a otros? De hecho ese partido hace exactamente lo mismo que una presunta izquierda que apoya a los palestinos –de boquilla- y aprueba la intervención occidental contra Damasco, señalando incluso que no hacemos lo suficiente y deberíamos bombardear ese país más duramente. El drama es que esas dos incoherencias gemelas –y contrarias- ciegan al pueblo francés.
Comprobamos esta ceguera al ver que mientras los izquierdistas desean el derrocamiento de un Estado laico por los mercenarios de la CIA (en nombre de la democracia y los derechos humanos) los nacionalistas apoyan la ocupación y la represión sionista en Palestina (en nombre de la lucha contra el terrorismo y el islamismo radical).
Es verdad que ese cruce entre pseudopatriotas y pseudoprogresistas tiene también una dimensión histórica. A su manera acarrea la herencia envenenada de los tiempos coloniales. Así la derecha nacionalista critica el neocolonialismo occidental en Siria pero encuentra insoportable que se recuerden los crímenes coloniales perpetrados por Francia en el pasado en Indochina, Argelia o Madagascar. Se supone que no es voluntario, pero la izquierda contemporánea –en nombre de los derechos humanos- hace exactamente lo contrario: juzga al viejo colonialismo, como el de la «Argelia francesa», pero aprueba la intervención neocolonial en Siria contra un Estado soberano que arrebató su independencia al ocupante francés en 1946. En resumen, la derecha ama locamente el colonialismo pasado y la izquierda ama localmente el colonialismo presente. Se riza el rizo y en definitiva todo el mundo está de acuerdo. Víctima: la lucidez colectiva.
Francia es uno de los pocos países donde un colonialismo esconde otro, el viejo, el que hunde sus raíces en la ideología pseudocivilizadora del hombre blanco, se encuentran como regenerado por la sangre nueva del «belicismo del derecho humanista». Ese colonialismo, a su vez, es un poco como el antiguo colonialismo « puesto al alcance de los caniches», parafraseando a Céline. Quiere hacernos llorar antes de lanzar los misiles. En todo caso, la connivencia implícita entre los colonialistas de todos los pelajes –los viejos y los jóvenes, los antiguos y los nuevos- es una de las razones de la errancia francesa en la escena internacional desde que rompió con una doble tradición, gaullista y comunista, que a menudo le ha permitido –no sin extravíos- barrer su casa: la primera por convicción anticolonialista, la segunda por inteligencia política. Sin duda llegará un día que se dirá, resumiendo, que si Francia sembró el caos en Libia, en Siria y en Yemen, en el fondo, fue para «compartir su cultura», como afirmó François Fillon respecto a la colonización francesa de los siglos pasados. En el «país de los derechos humanos» todo es posible, incluso el autoengaño.
Bruno Guigue, antiguo alumno de la École Normale Supérieure y de la ENA, alto funcionario de Estado de Francia, escritor y politólogo, profesor de filosofía de educación secundaria, encargado de cursos en relaciones internacionales en la Universidad de La Reunión. Es autor de cinco libros, entre ellos Aux origines du conflit israélo-arabe, L'invisible remords de l'Occident, y de cientos de artículos.
Fuente: https://www.legrandsoir.info/quand-un-colonialisme-en-cache-un-autre.html
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción. 

¿Hay una nueva derecha latinoamericana?


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¿Hay una nueva derecha latinoamericana?

 

 


La derecha latinoamericana se renovó y ensanchó sus fuerzas cuando adhirió al modelo neoliberal. Pasó a reivindicar el futuro, buscando relegar la izquierda al pasado. Incorporó fuerzas socialdemócratas e incluso de origen nacionalista, ampliando su bloque político.
La izquierda tardó un poco en reaccionar, un tanto atónita frente a tantos golpes – fin de la URSS, enfrentarse a una ofensiva global del neoliberalismo, perder los aliados socialdemócratas, debilitamiento de los sindicatos, de los Estados, de los mismos partidos. La afirmación tan reiterada de que, cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas, parecía muy real.
Hasta que a izquierda se dio cuenta que el capitalismo había vestido una ropa neoliberal y que la izquierda tiene que ser una izquierda antes que todo antineoliberal. Fue dura la pelea de resistencia a los flamantes gobiernos neoliberales, porque no se daba solo en contra de la derecha tradicional, sino también en contra de gobiernos como los de Menem, Cardoso, Carlos Andrés Pérez, de la Concertación chilena, entre otros.
Pero finalmente la izquierda logró ganar elecciones y mostrar a lo que venía, con los gobiernos antineoliberales. La derecha quedó acusada, perdió iniciativa, actuaba como respuesta al éxito de las políticas sociales de los gobiernos de la izquierda, pasó a afirmar que las iba a incorporar, pero en el marco del modelo neoliberal.
Después de sucesivas derrotas, la derecha vuelve al gobierno en Argentina y en Brasil. La victoria de Macri provocó reacciones apresuradas de que el macrismo se había vuelto el partido de la derecha argentina y que venía para quedarse. En Brasil ahora se dice lo mismo con Bolsonaro. Hay que preguntarse si hay de hecho una nueva derecha en América Latina.
Lo que es cierto es que la que fue la derecha hasta entonces se ha degastado con su modelo neoliberal y dejó espacio abierto para nuevas fuerzas, más radicales a la derecha. Pasó ello con el Partido Radical en Argentina, sin que liderazgos de centro dentro del peronismo hayan logrado ocupar ese lugar, finalmente ocupado por el macrismo. Pasó lo mismo con el desgaste del PSDB en Brasil, dejando campo para el avance del bolsonarismo.
¿Pero cuánto tienen de nuevas esas fuerzas y que aliento tienen para quedarse por largo plazo? Es cierto que se han vuelto los representantes políticos de las derechas de esos países. Es cierto que llegan con fuerza y con planteamientos de ultra derecha, especialmente en el caso de Brasil. Pero el debilitamiento rápido de Macri, por los pies de barro que tiene siempre la derecha con su modelo neoliberal, indica que fueron un poco apresuradas las previsiones de su aliento largo. Al igual que Bolsonaro que, como Macri, está condenado al vaciamiento de apoyo, conforme todos se den cuenta que la recesión y el desempleo se mantendrán, por la continuidad del modelo neoliberal, más allá de sus discursos, de los cuales ya ha reculado en varias promesas – como el fin del ministerio del trabajo, entre otros.
Pero es una nueva derecha más radical, bastante más radical, en el caso de Bolsonaro. Que se vale de debilidades de las fuerzas de izquierda, pero que, no por ello, vino para quedarse en los gobiernos. Tienen en común las acusaciones de corrupción en contra de la izquierda, intentando aparecer como los no corruptos, que la van a combatir. No importa el grado de realidad de esas acusaciones. Importa que ellas han logrado imponer a la opinión pública la imagen de que los gobiernos, los dirigentes y los partidos de izquierda se han envuelto en corrupción. Y hacer como si los de derecha, no. Así como el diagnóstico de que los problemas económicos actuales son todavía efectos de los gobiernos de izquierda. En lo primero tienen éxito generalizado, en lo segundo tienen bastante más en Argentina que Brasil.
¿Es una nueva derecha? Si. ¿Llega con fuerza al gobierno? Si. ¿Vino para quedarse? Como nueva representante de la derecha, probablemente. ¿Gobernará por un tiempo largo? Difícilmente. Esto depende de la capacidad de la izquierda de unirse y de readecuarse a los temas del debate planteados por esa nueva derecha, volver a presentarse como la renovación de la política, la defensora de la trasparencia en la política, así como retomar los temas pendientes en la superación del neoliberalismo con más fuerzas, como la democratización de los medios, al cual se une ahora la democratización del Poder Judicial. Ahondando siempre en la vía democrática, ensanchando los espacios que existan, creando otros, para que la fuerza de la resistencia de masas al neoliberalismo vuelva a traducirse en fuerza política.
Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).
Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/196526

Las incursiones israelíes en Gaza son la regla, no la excepción


rebelion.org

Las incursiones israelíes en Gaza son la regla, no la excepción


Según la ONU, las tropas israelíes han cruzado a Gaza más de 70 veces solo este año. Y esas son solo las incursiones que conocemos.

Foto de archivo de tropas israelíes desplegadas a lo largo de la frontera de Gaza. (Miriam Alster / Flash90)
Desde que las tropas de las fuerzas especiales israelíes entraron en un tiroteo mortal con los comandos de Hamás en el interior de la Franja de Gaza el domingo por la noche, Israel ha lanzado docenas de bombas y misiles a Gaza y Hamás ha disparado cientos de cohetes contra Israel.
El New York Times describió la redada de las fuerzas especiales como "la primera incursión israelí por tierra conocida en Gaza desde la Operación Borde Protector, en julio de 2014".
Eso no podría estar más lejos de la verdad.
Desde el inicio de 2015 hasta fines de octubre de 2018, el ejército israelí realizó 262 incursiones y operaciones terrestres conocidas para nivelar las tierras dentro de la Franja de Gaza, incluidas más de 70 solo este año. Esto no incluye el número desconocido de operaciones encubiertas como la que salió mal el domingo.
Como lo explicó en la televisión nacional un general israelí retirado, tales redadas secretas a través de las líneas enemigas son en realidad bastante rutinarias. "Las actividades que la mayoría de los civiles no conocen ocurren todo el tiempo, todas las noches y en todas las regiones", dijo Tal Russo al Canal 10 de Israel mientras discutía los eventos en Gaza.
Según los datos obtenidos por la revista +972 de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de las Naciones Unidas en los territorios palestinos ocupados, Israel realizó 21 incursiones en Gaza en 2014 (excluyendo la guerra de siete semanas). Al año siguiente, en 2015, ese número aumentó más del doble, a 56 incidentes. En 2016 y 2017 se realizaron 68 y 65 incursiones, respectivamente. A finales de octubre de 2018, se habían registrado 73 incidentes de este tipo, de acuerdo con los datos de la ONU.
Lo excepcional de la acción del domingo no es que los soldados israelíes cruzaron a Gaza, sino que la operación militar fue expuesta. La mayoría de las veces, cuando las fuerzas israelíes se infiltran en el enclave costero, permanecen a una distancia de 200 a 300 metros de la frontera, explicó a +972 Ibtisam Zaqout, jefa de trabajo de campo en el Centro Palestino para los Derechos Humanos.
Los soldados cruzan rutinariamente en bulldozers militares, -no a pie- principalmente para arrasar y nivelar la tierra con el fin de mantener la línea de visión en la "zona de amortiguamiento" mantenida por Israel a lo largo de la frontera, agregó.
Israel no siempre ha determinado consecuentemente el perímetro de esta área de acceso restringido a lo largo de la cerca con Gaza, y con frecuencia ha empleado el asesinato para alejar a los residentes de Gaza. Entre 2010 y 2017, las fuerzas de seguridad israelíes mataron al menos a 161 palestinos e hirieron a más de 3.000 cerca de la valla Gaza-Israel, según un informe de Gisha publicado en agosto.
Estas restricciones regulares de movimiento cerca de la valla, que el informe describe como "arbitrarias" e "inconsistentes", no solo ponen en peligro la vida, sino que también dañan gravemente los medios de vida de decenas de miles de granjeros y pastores de Gaza, y limitan el desarrollo económico.
La restricción del movimiento a lo largo de la valla, además de las incursiones abiertas que afectan a los agricultores y recolectores de chatarra durante el día, son solo dos ejemplos de las formas en que Israel continúa ejerciendo el control sobre los palestinos en Gaza a pesar de la "desconexión" de 2005. Desde que Hamas tomó el control de la franja en junio de 2007, Israel también ha mantenido un estricto bloqueo por tierra, aire y mar.
Sin embargo, las incursiones encubiertas que vimos la noche del domingo demuestran algo aún más amplio. La redada se produjo en el apogeo de las conversaciones más serias de alto el fuego que hemos visto entre Israel y Hamas desde 2014. Lo que ocurrió pocas horas después de que el primer ministro israelí Netanyahu declarara que estaba haciendo todo lo posible para evitar otra guerra, sugiere que esa no era la intención de Israel en realidad, sino de desencadenar otra escalada. En otras palabras, el ataque transfronterizo no tenía nada de especial, aparte del hecho de que dejó siete muertos.
Cuando se le preguntó el lunes sobre la frecuencia de las incursiones transfronterizas en Gaza en los últimos años, un portavoz de las FDI solo diría que el ejército "no discute estos asuntos".
[Nota del editor: De acuerdo con nuestra obligación legal, este artículo se envió al Censor del ejército de Israel para su revisión antes de su publicación. No se nos permite indicar si se censuró el artículo y dónde].
Fuente: https://972mag.com/israeli-incursions-in-gaza-are-the-rule-not-exception/138600/
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.