Con un cargo, una popularidad y
hasta un nombre distintos a los que tenía al dejar Argentina cinco meses
atrás, Francisco, el primer papa latinoamericano de la historia,
retorna este lunes a la región en un viaje a Brasil que puede indicar a
dónde quiere llevar su Iglesia.
La llegada del pontífice a Río de Janeiro para
asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) católica hasta el
domingo 28 marca el primer gran viaje internacional que Jorge Bergoglio
realiza desde que fue entronizado en marzo.
Los expertos creen que el papa
expondrá en Río, ante cientos de miles de jóvenes de todas partes, el
estilo y algunas ideas con las que espera sacar a la Iglesia de la
crisis que vive, dándole una importancia clave a esta región que tiene
dos de cada cinco católicos del mundo, pero donde crece el número de
evangélicos y no creyentes.
"El eje central de la Iglesia ha cambiado: está
más al sur y entre los jóvenes", dijo Manuel Vásquez, jefe del
departamento de religión en la Universidad de Florida, a BBC Mundo.
"Enfasis en la pobreza"
Francisco ya ha exhibido un estilo y una
prioridad diferente que su antecesor Benedicto XVI, el papa alemán que
renunció al cargo y que se caracterizó por intentar revivir el
catolicismo en Europa frente al reto de la secularización y el
islamismo.
Desde sus vestimentas hasta sus movimientos en
público, el pontífice jesuita argentino ha puesto el acento en mostrar
una Iglesia humilde, en mayor contacto con la gente en general y los
pobres en particular.
Aunque Río ya estaba definida como sede de la
JMJ antes de la elección del papa Francisco, muchos creen que este viaje
ofrece una oportunidad singular al pontífice para llevar sus ideas a la
práctica.
El papa no sólo se reunirá con la presidenta
Dilma Rousseff y otras autoridades y ofrecerá misas, sino que recorrerá
una favela que hasta hace poco era dominada por narcotraficantes y
visitará un hospital franciscano que comenzará a atender jovenes adictos
a las drogas.
"La principal señal que el papa Francisco quiere
rescatar es una religiosidad que se base en los valores cristianos, la
compasión (…). Por eso el gran énfasis en la pobreza", explicó Silvia
Fernandes, una socióloga especializada en catolicismo en la Universidad
Federal Rural de Río de Janeiro (UFRRJ).
Pero agregó que "eso no significa un cambio en
los rumbos de la Iglesia, necesariamente" y "las cuestiones doctrinarias
más polémicas permanecen".
"Oir al papa"
Francisco se convirtió el 13 de marzo en el primer Papa latinoamericano, tras la dimisión de Benedicto XVI.
Antes de su viaje a Brasil, el papa Francisco
endureció las penas del Estado del Vaticano por abuso sexual de menores y
creó una comisión de investigación del banco del Vaticano, envuelto en
escándalos financieros.
Sin embargo, André Chevitarese, profesor de
historia la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) experto en la
Iglesia, sostuvo que falta saber qué hará exactamente el Vaticano con
esos y otros temas polémicos.
"En cuestiones importantes como pedofilia, el
Banco del Vaticano y la resistencia al uso de preservativos en áreas
devastadas por el VIH, todavía precisamos oir al papa", indicó
Chevitarese a BBC Mundo.
Si Francisco va a aludir o abordar directamente
esto durante su viaje a Brasil es una incógnita, aunque muchos creen que
temas como la falta de castigo a curas pedófilos son parte de la
explicación de la pérdida de fuerza de la Iglesia en la región y todo el
mundo.
La proporción de católicos en América Latina
pasó del 90% de la población en 1910 a 72% en 2010, según el Foro Pew
sobre Religión y Vida Pública.
Este centro con sede en Washington indicó que en
Brasil, el país con más católicos en el mundo, quienes se identifican
con esa religión pasaron de 92% de la población en 1970 a 65% en 2010.
Según el último censo, los evangélicos pasaron
de 5% a 22% en el mismo período y quienes no declaran religión saltaron
de 1% a 8%.
Esta nueva realidad religiosa brasileña no
escapará del todo al papa: en el propio lugar de la zona oeste de Rio
donde celebrará la misa de cierre de la JMJ el domingo 28, los templos
evangélicos de diversas orientaciones superan ampliamente a las iglesias
católicas.
Carismáticos o progresistas
El
Papa presidirá el Día Mundial de la Juventud, el 23 de julio, un evento
al que se espera asistirán más de un millón de jóvenes católicos de
todo el mundo.
Algo que puede mostrar cómo piensa Francisco
enfrentar la competencia religiosa es la atención que dará en Brasil al
Movimiento de Renovación Carismática, respaldado por el Vaticano pero
marginado por su estilo durante la visita de Benedicto XVI al país en
2007.
Con curas que cantan en público, actos
transmitidos por internet y TV y ventas masivas de CDs y libros, este
movimiento se vuelto un imán para muchos jóvenes y permitió disminuir la
pérdida de fieles, en su mayoría hacia iglesias evangélicas.
Está previsto que el padre Marcelo Rossi, un
sacerdote que es la cara más visible de los carismáticos en Brasil,
participe de un evento papal en Rio.
Algunos también se preguntan si el papa
Francisco hará algún gesto hacia la Teología de la Liberación, que tuvo
fuerza en América Latina en el pasado y al que los papas Juan Pablo II y
Benedicto XVI combatieron por considerarlo un movimiento político de
inspiración marxista.
La prédica de Francisco evoca el discurso a
favor de los pobres de la Teología de la Liberación, pero los expertos
advierten que el énfasis del papa está mucho más en cuestiones morales y
espirituales que políticas.
"Habrá que ver a quién se acerca: si a los
teólogos de la liberación y a los progresistas, si se acerca a los
carismáticos o si mantiene una línea intermedia donde no ataca a ninguno
de los dos sino que los ve como vertientes que pueden servir para la
re-evangelización del continente", sostuvo Vásquez.
¿Un papa político?
El papa llega a Brasil en un momento especial de la vida política nacional.
El país fue sacudido el mes pasado por una ola
de manifestaciones que llevó más de un millón de personas a las calles,
en su mayoría jóvenes, para exigir mejores servicios públicos y
denunciar los altos costos del Mundial de fútbol 2014 en vez de invertir
más en salud y enseñanza.
Se espera que el papa, que ya ha indicado a
través de allegados que ve con buenos ojos estas protestas, aluda al
descontento social para enfatizar ante la juventud su mensaje de
humildad y contra el consumismo.
Pero las autoridades brasileñas temen que la
visita haga resurgir las manifestaciones, que podrían afectar el
desarrollo de la JMJ.
En este sentido, quizás el viaje de Francisco a
Brasil también sirva para comenzar a entender hasta qué punto está
dispuesto a abordar temas políticos sensibles en la región.
Mientras fue arzobispo de Buenos Aires, el
actual papa tuvo diferencias con el gobierno argentino de Cristina
Fernández sobre asuntos sociales como el matrimonio homosexual.
Pero eso fue antes de que cambiara de cargo y de
nombre, y algunos creen que ahora el balance entre lo religioso y
político será más delicado para el pontífice. "Va a presentar una
crítica de los abusos y las injusticias sociales", anticipó Vásquez,
"pero no puede ser una crítica super política".